Tras un
descanso algo prolongado –dos semanas son demasiadas jornadas para un maestro
de escuela jubilado–, vuelvo a la carga con un ligero repaso a eso que los
periodistas llaman actualidad y que conforma el no menos paradigmático titular
de opinión pública. En realidad se trata de opinión publicada, pero son felices
pensando que sientan cátedra.
Volví de La Gomera (las fotos, en
Facebook) y con el ajetreo de Reyes (los nietos dan para mucho) y cuchipandas
varias, decidí prolongar las vacaciones navideñas hasta este lunes. Porque
reiniciar la marcha en viernes no la entendí oportuna. La rentrée, a ser posible, cuanto más parsimoniosa, lo señalan los
psicólogos, mejor.
Cuando yo
militaba en el PSOE (llevo décadas borrado del fichero, pero, y a los hechos me
remito, parece que sigo siéndole más fiel que muchos de los aún apuntados), los
trapos sucios se lavaban en casa. Era en el seno de las agrupaciones donde se
discutía cuanto fuera menester, para luego salir a las tantas de la noche a la
venta que estaba enfrente para sellar las diferencias con un vaso de vino y un
puñado de manises (plural de toda tasca que se precie) o chochos. Y lo
aprobado, iba a misa y se mantenía en cualquier foro.
Los avances
tecnológicos, la supuesta mejora cultural y el aumento de la masa cerebral (que
no neuronal) han permitido que cada cual exprese sus opiniones en los múltiples
vehículos puestos a su alcance. Y los inteligentes afiliados de las formaciones
escoradas hacia lo zurdo se prodigan en este quehacer. Algunos, incluso, amparados
en esa pátina de inteligencia, se prodigan en medios para dar los consejos que
debieron exponer en el foro pertinente. Con lo que la sensación de caos gana
muchos enteros para general regocijo no solo del adversario (político), sino de
todo aquel que se alonga por los vericuetos informativos.
Eligio
Hernández y Jerónimo Saavedra, amparados bajo el paraguas de que la experiencia
constituye el único ítem del complicado cuestionario, emiten sus opiniones (muy
libres son de hacerlas, pero que piensen que no se hallan en las mismas
condiciones de un servidor, mero ejemplo) en las que osan poner en solfa a
Pedro Sánchez por no permitir que gobierne Rajoy. Si no trasladar a España un
pacto a la alemana, al menos que propugne la abstención para que Mariano disponga
de otros cuatros años. Sería, según sus doctas palabras, una postura de
responsabilidad.
Hagan un
repaso de sus trayectorias políticas y después nos sentamos a hablar con más
tranquilidad. Escucha música, Jerónimo, y descansa. Y tú, Eligio, relájate,
deja a un lado tus incuestionables teorías y concéntrate en ganar ‘más que sea’
un juicio. Lo que me lleva a pensar que tu paso por la Fiscalía General
de Estado se debió a un mucho de compañerismo y a un poco de méritos. Y si te
apetece también charlamos de gestiones ‘incendiarias’ en tu paso por el
Gobierno Civil.
Lo de estos
conspicuos socialistas debe ser los que los populares llaman el interés
general, del que ahora se han preocupado en cursillo acelerado. Y aunque el
presidente en funciones ha sido implacable con la corrupción, verbigracia, en
los cuatro años anteriores dejó que muchos amigos del alma (sé fuerte, Luis)
camparan a sus anchas (y a sus largas). Eso, espera otro buen Rato.
No, tampoco
justifico la carta de militantes de la denominada ala más a la izquierda,
encabezada por el otrora aspirante (Pérez Tapias) a la secretaría general, para
que se pueda conformar un pacto a la portuguesa. Esos son asuntos que se
debaten primero y luego se remiten las notas de prensa. Primero se lava y después
se tiende. Que ya está bien de circos y espectáculos gratuitos.
¿Dónde veo yo
el problema? En las cada vez más evidentes incongruencias de Podemos.
Demasiados vaivenes en un nuevo gallinero. Hasta en tales asuntos domésticos
tienden a parecerse a los tradicionales. La honestidad por bandera que manejan
todos aquellos que no han disfrutado la oportunidad de parcelas de gobierno, se
derrumba cuando juegan a su articulación en cuatro grupos en el Congreso. ¿Para
cobrar más, cuando todos sus planteamientos van en la dirección contraria? Si
la respuesta fuese negativa, ¿por qué el enfado cuando se les esgrime que como
tal formación solo han alcanzado una cuarentena de diputados? Es muy fácil la
argucia barata con los temas económicos. Con las renuncias a lo que no es
renunciable y la no explicación debida a las supuestas donaciones.
Mientras
contenidos de tal calado se soslayan peligrosamente, los españolitos nos
entretenemos en vestimentas de cabalgatas de Reyes, en cómo un energúmeno va a
cobrar unos tres mil euros diarios para que las audiencias reporten pingües
beneficios, a la par que millares de titulados universitarios se desperdigan
por el mundo fregando retretes y limpiando mierda por unos miserables billetes
(monedas, mejor). Aunque ello sea tachado por demagogo y perdonado porque
llevaba un pin de la Unión Deportiva.
Qué tropa.
Acabo con una
frase de un tal Marhuenda. ¿Lo conoces, no? “Pedro Sánchez ha ido a Portugal a
que le iluminen”. Para mí esa utilización del pronombre le es un leísmo como la copa de un pino. Lo malo es que la propia
RAE admite tal uso incorrecto por ser de arraigo entre hablantes cultos y
escritores de prestigio. Tal cual. Y dónde voy yo, gorvoranero y platanero, con
eminencias tales. Si hubiese sido cualquier otro periodista menos sospechoso,
habría cabido lo del leísmo de cortesía. ¿En Boadilla del Monte? Imposible. Te
entiendo. Ay, estos canales generalistas de marcada tendencia apostólica y
romana. Mi tele es tan vieja que no sintoniza el de estos lares. Bueno, más que
canal, atarjea. Anticuada pero avispada como una tea.
¿La foto?
Desde La Gomera.
¿Qué otra cosa podías esperar?
Mañana
seguimos. Y ya vamos casi por la mitad de la cuesta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario