Vamos a
relajarnos un poco. Y nos entretendremos con tres fotografías. A las que tan
dados son los miembros del equipo de gobierno de mi ayuntamiento. Se privan.
Cualquier motivo es bueno para el regocijo.
En la
primera, alcalde (en un rato que le quedó libre) y concejal posan ante un
contenedor para congratularse por los muchos kilos de ropa y calzado que los
realejeros depositamos en tales recipientes. Ahí están Domingo y Manolo,
agarrados al susodicho, y a la espera, eso entiendo, de que alguien acuda con
la bolsa y proceder a la entrega de la metopa conmemorativa. Se me ocurre,
porque otra explicación no vislumbro. Cuando se haya generalizado la ubicación
de los depósitos para recoger los excrementos de los animales de compañía
(¿vale pulpo?), se hará un sorteo para ver qué concejal se retrata cuando se
bata el récord de mierda acumulada. Llegado el instante, Domínguez, me imagino,
delegará en Adolfo.
En la
segunda, entrega de un “nuevo” vehículo para los miembros de Protección Civil.
Organización que crece en proporción inversamente proporcional (¿se dice así,
matemáticos?) a la Policía Local.
Los unos cubren las notorias carencias de los otros. En el Plan de Seguridad de
Marrón deberá estar contemplado el cometido de cada cual. Para que no haya
sorpresas en el futuro, dado que nuestro pueblo disfruta de muchísimas fiestas,
amén de los eventos (cómo iba a faltar la palabreja). ¡Ah!, ¿nuevo vehículo el
5040-BDS? Si es más viejo que el mío. Ya me pudieron haber avisado y hubiésemos
llegado a un acuerdo. Según mis cálculos (en Internet se encuentra todo), es de
enero de 2001. Quince años. Si llega a ser flamante, no caben todos en la
instantánea.
Otro coche
que no vio la curva de la depuradora al lado del Maritim. Y siguió recto. Pero
en la presente ocasión hubo una explicación convincente. No solo el freno de
mano sirve para retener la máquina. Ni despiste ni las gomas lisas. Temeridad y
falta de sustancia gris. Las conversaciones previas solo vienen a confirmar que
hay juegos peligrosos. Mucho más para terceros que osados y atrevidos. Y creía
yo que a ciertas edades las cabezas se amueblaban. Va a ser que no. Que vaya
uno tranquilo y se halle de sopetón con este paquete que se le viene encima.
Peligro.
Hasta la
próxima. Y cuídense.
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