Con varios
temas sobre la mesa, me he decantado por este titular para manifestar que las
sospechas que arrastraba desde hace bastante tiempo no iban muy desencaminadas.
Pensé, asimismo, que podría haber sido oportuno el de Echenique y sus cosas. O
las cosas de Echenique, o de Pablo segundo. Pero al final, no queriendo dejar
nada en el tintero, uno se las arregla para pellizcar por todos los costados de
la tarta.
El dirigente
de Podemos (y el verbo poder ya va adquiriendo gran potencial léxico), que hace
apenas dos meses sostenía que era una vergüenza no pagar la seguridad social a
las cuidadoras, tuvo que saltar a los medios de comunicación para dar
explicaciones del porqué él había cometido idéntico pecado. Y en tan escaso
periodo de tiempo se va demostrando que las nuevas hornadas, los que venían a
regenerar la vida democrática de este país, los que no iban a permitir deslices
ni tropelías, caen en procedimientos que no difieren de aquellos que eran
moneda de cambio en los que denominaron casta.
Pablo Echenique,
en lugar de asumir responsabilidades y cumplir con las estrictas normas de
comportamiento que en la teoría habían planificado, se dedica a echar balones
fuera y culpa al sistema que empuja a mucha gente a participar en la economía
sumergida. Se necesita tener cara dura para salir por la tangente en asunto tan
delicado. De haber sido otro de cualquier formación política diferente el
infractor, ahora mismo seguiría el peregrinaje por redes sociales y otros
medios a su alcance para demandar dimisiones a troche y moche.
Y no es la
primera vez que estos inmaculados nos salen por peteneras. Sin el más mínimo
rubor, y pasándose por los bajos fondos ética, moral y buenas costumbres,
incumplen códigos deontológicos y buscan disculpas peregrinas ante sus cada vez
más frecuentes meteduras de pata. Demasiadas confluencias y mareas. Con tanto
vaivén, a lo peor los flujos acabarán por pasarle factura a manera de zozobra.
Se van a ahogar en un mar de contradicciones.
Por estos
contornos hemos vislumbrado al señor alcalde, alias el retratado, aprovechando
cualquier circunstancia para quedar plasmado para la posteridad. Desde un
concurso de belleza al más puro estilo popular, hasta una donación de sangre,
pasando por el rito anual de entregar el bastón de mando a la Virgen del Carmen. Y atisbé
en Facebook, ante la foto de rigor colgada por el forofo de turno –se va a
pegar un talegazo cuando se despierte, o lo despierten, que del trauma no va a
levantar cabeza y tendrá que subir a meditar durante dos o tres semestres en la Montaña del Fraile–, un
comentario de Cristina Tavío –la que se arañaba con los sebadales– que más o
menos venía a decir qué guapo estás Manolo. Y es que donde esté el
protagonista, quítense imágenes, curas y eventos varios.
Dado que en
estos días y a través de los canales informativos institucionales se ha
propagado a bombo y platillo la aprobación de la ordenanza sobre matrimonios
civiles de manera oficial fuera del ayuntamiento, sin hacer mención al grupo
del que partió la propuesta, algo habitual en la formación de gobierno
municipal, se me ocurre sugerir a los concejales de la oposición –ahí va la
foto del portavoz socialista– que me hagan caso en la idea que sugerí en el
comentario de ayer: Que con cargo al superávit se adquiera un bastón de mando con
las características que el protocolo demande y se haga entrega del mismo a la Alcaldesa Honoraria
y Perpetua de manera definitiva. Con ello daremos cumplimiento a uno de los
calificativos de la distinción honorífica (Perpetua) y, al tiempo, evitaremos
lucimientos, a la par que posibles accidentes por caídas, del comediante mayor
de toda la geografía local. Porque si es Alcaldesa, lo es. Y punto. Y el bastón
es atributo para siempre. Y debe ser de su propiedad. Lo otro da la impresión
de que te lo presto durante las fiestas y aprovecho para lucir palmito;
mecachis, qué guapo soy.
Otro consejo,
ya que estoy. Si el grupo popular vende como éxitos propios hasta las
iniciativas del contrario (las propias, aunque sean humo embotellado, ni te
cuento), hora es que los ediles opositores se pongan las pilas y recurran a
utilizar las mismas armas que el mundo de la comunicación brinda. Y no me
refiero, obviamente, al universo de la Internet. Pues más de la mitad
de la población, ni pajolera idea. Sé que cuentan con la desventaja de poseer
una menor infraestructura. Pero muévanse, acudan a los colectivos vecinales,
pateen el pueblo, hablen con la gente… Si el PP realejero entiende que todo lo
que se haga en el ayuntamiento surge, única y exclusivamente, de sus mentes privilegiadas,
y lo publicita como méritos de sus cacúmenes, monten un negocio paralelo y
desmonten sus falacias argumentales.
Si me
responden que no poseen estructuras en los núcleos poblaciones para tal
cometido es que mucho está fallando. Y sin esos medios y fundamentos, sin la
base adecuada para sostener un edificio, poco que rascar. Esta idea es la que
echo en falta en el PSOE canario. Se han adocenado por el rédito de unas
migajas. Un partido que aspira a gobernar debe fijarse más amplias metas, unas
miras de vastos horizontes. Y ello pasa, inexorablemente, por censos de
militantes, afiliados y simpatizantes nos tan esmirriados como los actuales.
Cuando a esta situación se ha llegado es porque en el camino los errores no se
han sabido subsanar. Y de tales debilidades se han aprovechado los guaperas de
turno, que sin nada del otro mundo y con cantos de sirena han fascinado al
electorado. Y sin grandes masas de sustancia gris, no se vayan a creer. Claro,
como no se accede mediante oposiciones.
Oye, el martes
me quitaron todo el estorbo de la pierna y el miércoles ya estaba caminado. En
la piscina, dentro del agua. El pie está feo, hinchado, arrugado como una pasa.
Todos me dicen que tiempo. También los médicos. Yo, por si acaso, también. El
traumatólogo me espetó que si todos los cánceres son malos, las fracturas de
calcáneo igualmente.
Hasta mañana.
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