Magnífica me
parece la idea. Y mejor que se haya prestado atención a la sugerencia vecinal.
Lo que conlleva, según mi modesto entender, la posibilidad de dos puntos de
vista completamente diferentes. De una parte, que el ayuntamiento (su equipo de
gobierno, dueño y señor de todo lo que se haga y se mueva) sea receptivo a todo
lo que se cuece en redes sociales. De otra, que se haya dispuesto personal para
que esté al tanto de lo que se publica, mientras concejales liberados bien
retribuidos (casi todos) pasean sin observar deficiencias y anomalías. Debo
aquí hacer notar la inserción en la página web institucional del apartado de
incidencias. Lo que siempre me ha parecido una fórmula de aliviar trabajos y
responsabilidades.
Pero a lo que
íbamos. Nuestro alcalde ha vendido a bombo y platillo la noticia (hasta la tan
denostada Tele Canaria la incluyó en sus informativos). Ha sentenciado: “Se
trata de la instalación de un punto de avistamiento de aves, dado que el
municipio presenta unas condiciones propicias para la observación de especies,
según la propuesta del vecino Carlos Socorro, que ha sido corroborada por
expertos ornitólogos y fotógrafos de la naturaleza”. Perfecto, insisto.
Hizo acto de
presencia –no iba a dejar pasar la oportunidad– el señor Domínguez en la zona
en cuestión, de la que manifestó que es “un lugar al que acuden muchas especies
migratorias y en cuyas proximidades es viable instalar casi de manera inmediata
una caseta para la observación que reúna las mejores características para este
tipo de actividad, siempre que los propietarios de los terrenos aledaños
tengan a bien admitir esta propuesta”. Aclaro: el subrayado es mío.
No es baladí
el matiz que olvidó –¿intencionadamente?– mencionar el alcalde en los medios de
comunicación tradicionales. Aunque uno presupone que ya se habrán llevado a
cabo contactos al respecto, como es conocedor de otras negociaciones parecidas
(Callejón de Los Cuartos, verbigracia), se extraña porque podría ocurrir que
los susodichos propietarios (más grave de ser varios) dijeran que nones. No
bastaría, entiendo, en que cargáramos culpas sobre hombros ajenos. O a lo peor,
para aprovechar a los visitantes y turistas, los dueños de las fincas exigen la
instalación de un chiringuito o guachinche para fundir los excedentes de caldos
que pudieran producirse. Los contornos se prestan para ello.
Como en la
nota de prensa dada a conocer se intercalaban citas textuales de Manolo y de
Adolfo (por sus alcaldías accidentales, ya el segundo está exigiendo más cuotas
de protagonismo en las declaraciones y notas), me quedo con otras dos, una de
cada cual.
La primera,
de Domínguez: “La predisposición vecinal al atender esta llamada a sus
propuestas en las redes sociales, pues muchas de ellas nos han resultado
sumamente interesantes para el desarrollo del municipio, pero hemos tenido que
hacer una selección, considerando asumibles en presupuesto ésta y otra
relacionada con la decoración urbana de la que daremos cuenta más adelante”.
La segunda,
de González: “Serán quienes piloten la ejecución de los proyectos junto al
Ayuntamiento, estando presentes en todo momento en los encuentros que se
aborden con los técnicos municipales correspondientes y teniendo opción de
exponerlos al resto de la ciudadanía a través de medios de comunicación, pues al
fin y al cabo son, por así decirlo, sus inventores”.
Falsos ‘ambos
dos’. De solemnidad. Porque no me apetece este viernes de tildarlos de
mentirosos compulsivos. Ahí están las iniciativas, propuestas y mociones de los
concejales de la oposición (especialmente PSOE e IU) a las que no se presta la
más mínima atención y que en varias ocasiones ni se dignan debatirlas en el
transcurso de las sesiones plenarias. Y en el extrañísimo supuesto de que
alguna les pudiera venir bien para su uso partidista, propagandístico y de
publicidad gratuita (como anillo al dedo, que se dice), lo toman en
consideración pero a la semana siguiente ya ha cambiado de autoría. Eso es
cinismo político elevado a la duodécima. Ustedes se cubren de medallas ajenas
cobrando sueldos que no se merecen ni por casualidad.
De qué nos
sirve, estimado Adolfo, el que proclames invenciones ajenas si después, al
segundo siguiente, le dan la vuelta a la tortilla y si te vi no me acuerdo.
Cada vez más me ratifican que ustedes lo que pretenden es esperar sentados en
cómodos sillones a que inundemos Facebook para seleccionar un par de pinceladas
que vendan mejor su gestión ante el pueblo.
No, no
concuerdan dichos con hechos. Si hubiese de participar en tan nobles
intenciones, no atisbé en la foto de la charca sino a dos miembros de la
corporación. ¿Y por qué no el proponente, el inventor de la idea? Poses y
falsedades.
Y dejar para
más adelante el otro posible punto de avistamiento por su ubicación en un
paraje natural, dado los trámites que ello conllevaría, solo denota las pocas
ganas de trabajar. Puede que sea el verano. Porque para ese potencial turista
científico, qué mejor que un hábitat de tal naturaleza. Muévanse, carajo, que
no basta con dar instrucciones al gabinete de prensa para que cante excelencias
de las muchas horas dedicadas al cargo si todos sabemos (las otras fotos lo
delatan) que sus múltiples ocupaciones orgánicas y cabilderas lo ausentan más
de la cuenta. Sabemos leer e interpretar el contenido del Boletín Oficial de la Provincia. Y con la que está
cayendo en su partido, pedir la dimisión de un consejero socialista (en manera
alguna justifico su proceder a pesar del informe favorable con respecto a su
compatibilidad) solo demuestra que hay demasiado vacío. Y ahí lo dejo.
Sean felices
y disfruten de este primer fin de semana agosteño. Que no agostado. Hasta el
lunes. Y mil gracias por compartir tan espléndidamente la idea de una nueva
piscina. A esta, ni caso. Insistiré a ver si los bajo del caballo.
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