Otro día el de ayer jueves sin poder leer todo lo que uno
quisiera. Sigo con un trance ocular que me exige reposo, como ya te indiqué. Y dado
que se localiza en el ojo derecho, la entiendo como una profunda crisis
política, sin más. Así está el país, así está Canarias y así estoy yo. Tal para
cual. Vaya racha, compañero.
De lo escaso que absorbí, me quedo con este titular de
cierto digital: “Los jubilados recibirán menos de 2 euros más en las nóminas a partir
de enero”. Y me dije si no tiene el gremio un estilo mejor para redactar información
tan candente. Porque estamos los viejitos, y nada te cuento de los que se
hallan en puertas, con el alma en vilo. Y es que a estas alturas de la vida
cada uno interpreta las noticias a su mejor saber y entender. Cuando el viajero
del Imserso cree que se halla en peligro el garbeo anual, salta como un resorte
cada vez que escucha el controvertido tema de la hucha de las pensiones. Y ya
pudieron los señores periodistas componer una frase con más fundamento. Entre
otras cosas porque siempre nos quedamos con las letras grandes y no solemos
descender apenas unas líneas. Porque de hacerlo hubiésemos encontrado: “Algo
menos de 2 euros subirá la pensión medida a partir del próximo 1 de enero”. Que
lo captamos hasta los negados.
Recuerda que este pasado miércoles sosteníamos que ‘hay
mucho vago sentado todo el santo día en los bancos de la plaza, hombres hechos
y derechos y mano sobre mano’. No hay discriminación posible porque las
mujeres, como bien sabes, no se jubilan nunca. Pues he sentido alegría inmensa
cuando me señalan esas fuentes dignas de todo crédito, que me sirven de enlace
con las cosas de palacio, que la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima
Báñez, tras meditar profundamente mi propuesta de mandarlos a trabajar de nuevo,
se fue a impartir una conferencia en el ciclo ‘Pensando en España’, organizado
por El Mundo y Expansión. Y allí declaró que el futuro gobierno presidido por
Rajoy va a compatibilizar el 100% de la pensión con un empleo, porque el
sistema debe reinventarse para suplir esa pérdida de tres millones y medio de
cotizantes en corto periodo de tiempo.
El corazón me dio un vuelco. Puedo, si las cosas me salen
bien, ver cumplido mi deseo sin menoscabo de mis honorarios: Ser asesor. Ya son
varias las instituciones que en la tarde de ayer recibieron mi currículum. Y a aquellas
otras que ya lo poseían por conversaciones anteriores (mi ayuntamiento, por ejemplo),
cuentan con un anexo en el que se detallan los últimos logros de mi historial
(por lo menos veinte décimas más; algunas de traca en los toma y daca con Pepe
Herrera). Que no son pocos. Se vislumbra, pues, un amplísimo abanico de posibilidades.
Me consta que de abrir la mano Montoro en el asunto de las restricciones, voy a
tener que comprar un buen paraguas ante la lluvia de ofertas que me caerán. Y
si debo adquirir un móvil, cuenten con ello.
Sostiene, asimismo, la ministra (en funciones; por si acaso
no se cumplen las previsiones) que poseemos un sistema tan avanzado que hasta
los chinos quieren copiarnos. Lo bueno, si lo efectúan, es que, al ser tantos,
le podemos cobrar por cabeza (sin que nos engañen, pues se parecen mucho) un
tanto por ciento. Lo malo es que no los podremos invitar a los toros cuando
ellos se privan por una foto con los bichos.
Luego añadió que por cada nueva pensión se vienen creando 7 empleos.
Y no me salen las cuentas. Si somos unos 8,5 millones en el clan de los pasivos
(chiquito vivero de votos; así que tranquilos) y los afiliados o cotizantes de la Seguridad Social no alcanzan los 18
millones, de ser cierto lo que doña Fátima nos vende, ya habríamos alcanzado
los famosos 20 millones desde que empezaron a germinar los brotes verdes. A
mí no me engaña, que yo tengo mi tino.
Me da que, tal y como ocurrió con el anterior programa electoral, ya nos
están empezando a colar los neumáticos recauchutados. O curándose en salud, que
también vale. Me llamó mucho la atención esta secuencia de su conferencia: “Habrá
que racionalizar las pensiones a corto plazo y trabajar en el incremento de la
natalidad”. Ahora bien, ¿qué entiende la señora Báñez por racionalizar? Porque
ya me estoy temiendo que establezca un símil con recortar y se quede más pancha
que el mismísimo Mariano. Y la segunda parte no tiene desperdicio. Desde que
tome posesión el gobierno, hasta los jubilados vamos a tener que hacer horas
extras en echar a funcionar los anquilosados aparatos reproductores. Es que
estamos de un pasotismo tal que ni siquiera levantamos… el ánimo. Y nos hemos
olvidado de cómo se hacen los chicos. Menos mal que estos políticos tienen
solución para todo. ¿No será, estimada ministra, que las parejas se lo piensan
muy mucho antes de lanzarse a estas aventuras sexuales por temor a que los
abuelos ya estén con la soga al cuello en el cuidado y sostenimiento de los
nietos?
Pero el personal no es tonto y ya encontró la alternativa:
Se habilitarán determinados modelos de inmigración controlada. Deberé
traducirlo por mujeres parideras. Otro objetivo no localizo. Es, debe ser, la
política del tingo al tango. Cuánto polvo… en la atmósfera.
Mientras todas estas expectativas no se hagan realidad,
seguiremos entreteniéndonos con restaurantes nudistas, banderas con estrellas y
avisos meteorológicos. Te digo.
No olvides que el fin de semana, como no podrás salir por
las inundaciones, hay un buen refugio en otras dos entregas de Turismo y
Folclore. Sean felices.
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