Significado de la
Embajada del Carnaval a Alemania, FITUR y otras ferias y
manifestaciones, tanto en sus aspectos generales, como en el particular de la
muestra folclórica que conllevan. ¿Qué se comenta con respecto a este apartado?
¿Es suficiente lo que se oferta? ¿Se hace bien o se sale del paso?
El carnaval alemán está "montado" por gentes con un
elevadísimo poder adquisitivo. Por eso Tenerife –y Puerto de la Cruz –
se promociona a muy alto nivel. Ese altísimo poder económico se traduce en
atenciones a la embajada tinerfeña, que son dignas de elogio. De este
intercambio se han venido consiguiendo grandes logros, traducidos en miles y
miles de visitantes.
A FITUR acudíamos con stand
propio hasta hace tres años. Al cambiar la estrategia de la feria y disponer
Tenerife de un único espacio, la
Consejería de Turismo lo distribuye entre todas aquellas
entidades que acuden.
De esta suerte, lo hemos compartido con el Patronato de Turismo del
Cabildo Insular y la experiencia ha sido muy interesante.
En la mayoría de ocasiones que se celebra una feria, no solo Canarias,
sino que es práctica generalizada, se lleva una representación de música
folclórica. Estos grupos actúan en la propia feria y en aquellas actividades
paralelas que se organizan. A título de ejemplo, noches de Tenerife en Bilbao y
Madrid, a las que acuden delegados de agencias de viajes, periodistas,
políticos, gentes del mundo del espectáculo, etc. En la mayor parte de las
promociones, los grupos amenizan cenas, veladas, cócteles... Asimismo, es
normal el acudir con productos típicos, tanto en el aspecto gastronómico como
el de la artesanía.
El problema de la representación que se lleva a estos eventos es que solo
puede ser, en casi todas las ocasiones, una minoría. Es imposible llevar a un
grupo completo (que, probablemente, pueden ser entre 30 y 40 personas). Por eso
no se lleva una muestra de folclore puro. Aparte de que es imposible, con toda
probabilidad no llegaría a calar en la gente. Es un folclore, si se quiere,
"light", con una clara vocación de amenizar, entretener; una mezcla
de música canaria popular (lo que algunos llaman canción canaria), con aquellos
aires más característicos y que, a buen seguro, son los que han trascendido el
límite geográfico del entorno insular.
¿Qué
ocurre con las actuaciones en lugares públicos (Plaza del Charco, Plaza de la
Iglesia, Día del Turista, Lo Divino...? ¿Se realizan bajo el auspicio del CIT?
Nosotros
hemos "trabajado" el folklore en varias ocasiones. Nos percatamos de que
en las actuaciones en la Plaza del Charco, la gente acude y participa
activamente mientras el grupo correspondiente ofrece su servicio. Pero,
desgraciadamente, lo hemos tenido que suspender por falta de presupuesto.
En
el CIT es unánime la opinión favorable a este tipo de actividades, pero la
cruda realidad económica nos ha hecho desistir.
Este
año hemos celebrado el I Certamen de Lo Divino, en el que han participado nueve
grupos, y muchos no lo han podido hacer por acudir fuera del plazo de
inscripción.
Las
actuaciones se han realizado en tres lugares diferentes de la ciudad: Avenida
de Colón, Plaza de la Iglesia y Plaza del Charco. Nos encontramos con algún
problema, quizás por falta de coordinación entre las diferentes entidades que
organizan actos por estas fechas. A título de ejemplo, en un día determinado se
coincidió en que mientras un grupo actuaba en la Plaza de la Iglesia , justo enfrente,
en el Hotel Marquesa, había, asimismo, música en vivo. En otro, se simultaneaba
otra actuación en la calle con un concierto de la Coral Reyes Bartlet en
la Iglesia.
Hace
falta una mejor organización y comenzar a planificar desde mucho antes, para no
encontrarse con estos inconvenientes. Si evitamos las coincidencias,
ampliaremos la oferta.
(Le hago un inciso para
comentarle propias experiencias en estos días. Mientras actuábamos en el Bar
Dinámico, contratados por Pamarsa, en el otro costado de la Plaza del Charco, un grupo,
con la megafonía "a toda pastilla", realizaba su trabajo –de animación– para el Ayuntamiento.
O mientras actuamos, en otro día, en el lugar que lo hacía el grupo que antes
cité, justo enfrente, un Restaurante con altavoces hacia la calle –y hacia la plaza– ponía su música con el
volumen al 10).
Es
una lástima que estas interferencias se produzcan. Si hubiese un mínimo de
coordinación, se podría diversificar la oferta, con lo que ganaría el
visitante. Y es digno contemplar la cantidad de gente que se reúne, que
participa y colabora, y que, en suma, pasa un rato agradable. No solo ya con
los villancicos de turno, sino también contemplando, con cierta incredulidad,
el "Baile del Niño", interpretado por un grupo de matanceros, que, a
ritmo de tajaraste, evoca un pasaje con varios siglos de antigüedad, y que al
llegar cada Navidad, rescatan del baúl de los recuerdos.
Reconoce
Arnoldo que el ir cada uno por su lado, queriendo, tal vez, hacer más que el
otro, solo viene a perjudicar en vez de beneficiar.
¿Alguna
labor a destacar en establecimientos hoteleros?
Sin
conocerla directamente, alude a la labor que se lleva a cabo en el Hotel
Tigaiga (de la que se hablará en otro lugar del presente trabajo) y de la que
el autor del mismo "algo" conoce.
En
otros establecimientos sí se ofrece folclore con grupos reducidos, muchas veces
intentando escapar.
(Comentamos largo rato
acerca de lo complicadísimo que es el que un hotel o restaurante contrate –si se puede llamar así
a las cuatros perras que pretenden pagar– a un grupo de más de
20 personas. Solo quieren unos cuantos tocadores y, como mucho, dos parejas de
baile. Y con eso, les puedo asegurar, no se puede realizar una digna labor; ni
siquiera una mediocre labor. Son experiencias vividas por quien esto suscribe.
Es el peligro de la imagen distorsionada que enviamos fuera de nuestras
fronteras)
¿Se
adultera el folclore cara al turismo?
Con
respecto a las limitaciones que antes comentábamos, sí. Pero también entiendo
que el folclore puro no existe. Como todo en la vida, está sujeto al progreso.
Los Sabandeños, vaya como ejemplo, no lo utilizan tal y como se interpretaba
tiempo ha; sin embargo, no podemos dejar de atribuirles un mérito
importantísimo en la promoción que a todos los niveles han realizado.
Hablamos
de lo que le ocurre al lenguaje, por establecer un símil, y llegamos a la conclusión
de que peor sería, en todo caso, el no ofertar nada.
(En ese momento me
vinieron a la memoria las palabras que me indicó Benito Cabrera en la
entrevista que le realicé: Aunque lo
hagan mal, déjalos estar; mejor ahí, que en otro sitio; mejor así, que nada.)
¿Se
vería bien la posibilidad de ofertar algo más, como pueden ser comentarios
sobre la vestimenta, temas que se interpretan...?
Sí,
desde luego, pero dependiendo del tipo de público. Puede haber congresos,
convenciones... cuyos asistentes lo demanden por su mayor índice de
preparación. Esto se ha constatado en más de una ocasión. Pero siempre siendo
comedidos. No se puede recargar demasiado. Hasta sería preferible el que se les
indique que si alguien estuviera interesado en algún detalle en particular, que
lo plantee a continuación de la actuación. Es interesante, sí, pero todo en su
justo término.
¿Alguna
otra cosa?
Es
curioso cómo el extranjero pregunta por el flamenco. Sigue relacionando España
con esta única faceta. Lo había en el Tablao Martiánez, pero hace tiempo que
cerró. Solo queda una pequeña muestra en El Lago.
Me
indica que las romerías constituyen un capítulo atractivo para el turista.
Solicitan mucha información al respecto. Existe gran cantidad de folletos y
programas sobre el particular. La de La Orotava y San Benito (La Laguna ) son las de mayor
renombre y popularidad. Aunque hay otras muchas que también interesaría comenzar
a propagar.
Hubo,
recuerda Arnoldo, en los primeros años de la década de los sesenta –no recuerda
exactamente el año–
un Congreso Mundial del Skal-Club, que se celebró en Puerto de la Cruz. Se
reunió la flor y nata de los profesionales del turismo mundial. Por tal motivo,
se organizó una romería en la
Avenida de Colón. Fue un acontecimiento muy
"sonado", y que supuso un magnífico trampolín de lanzamiento para
Puerto de la Cruz. De
este hecho ha quedado constancia en el programa de TVEC "30 años de historia",
que en estos días se ha venido emitiendo...
También
hablamos de otras cosas. Pero lo realmente importante ha quedado reflejado ya.
En algo más de una hora de conversación, desgranamos aspectos del turismo y el
folclore.
Afuera,
en la Plaza de la Iglesia, los "viejitos" siguen, unos al sol y otros
a la sombra. Los primeros, haciendo acopio de lo que en sus lugares de origen
les está vetado por estas fechas; los segundos, asombrados aún de que se acabe
el año y con este "solajero". Son las incongruencias del fenómeno
turístico
Cuando
el sol se oculte allá por el poniente, quizás irán todos, los unos y los otros,
a la otra plaza, a la del Charco, a escuchar a algún grupo folclórico que, por
estos días tan entrañables, han cambiado isas, folías y malagueñas por los
villancicos de siempre, esos que nos recuerdan hasta la saciedad de sublimes
conceptos que solemos olvidar con pasmosa facilidad.
Allí,
al arrullo del oleaje del cercano muelle y al amparo de la ñamera del otrora
Charco de los Camarones, recordaremos todos, ellos y nosotros, qué bonito sería
hacer Navidad todo el año.
(Continuará)
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