A veces me parece que los grupos pecan de no ser capaces de
transmitir no sólo la música, sino todo lo que conlleva a su alrededor...
Cuando un grupo sube a un escenario, lo hace para manifestar un mensaje.
Y el mensaje debe ser: mire usted, yo estoy haciendo esto. Y esto viene de
aquí. Y en estos momentos está en este lugar, porque yo lo he puesto y así lo
he querido. Tiene estos orígenes y no lo hago por capricho. No es que me guste
ponerle tres plumas al sombrero, o darle cuatro saltos a la isa, o le pongo
dieciocho acordes disminuidos a unas malagueñas.
Y si lo hago, decirlo. Y si no lo hago, decir que se trata de una
malagueña, que llegó a Canarias a finales del siglo XVIII, que fue un fandango en
sus orígenes y que, poco a poco, se ha ido lentificando... Todo para que la
gente sepa qué está oyendo, porque hemos pasado por 40 o 50 años de una laguna
profunda de falta de conocimiento, total y absoluto, de la música tradicional.
Y aún lo estamos pagando. La gente no sabe qué es lo que escucha.
La filosofía originaria de la escuela, ¿se ha modificado? ¿Marca
alguna directriz el Ayuntamiento?
La Escuela funciona de una forma autónoma, es decir, tenemos
presupuesto propio y un cierto margen para realizar actividades. Siempre, por
supuesto, bajo la supervisión del Concejal-Delegado de Cultura. Lo que empezó
como una Escuela, con unos cuantos monitores, se ha convertido en un monstruo.
Hemos asumido gran parte de los cometidos del área de música del Ayuntamiento:
coros escolares, bandas de música, corales mixtas, etc., etc.
Estamos intentando conseguir un todo armónico. Hemos crecido
también en proyectos. Hemos creado un Festival Internacional de Folclore (hace
4 años), un certamen de Villancicos, de solistas, de trajes tradicionales, de
comidas, fotografía, artículos etnográficos... Es mucho más que una Escuela.
Santa Cruz no se caracteriza por vivir cara al turismo. Pero, ¿hay
actuaciones de los grupos santacruceros para el turismo? De ser así, ¿quiénes solicitan
esas actuaciones?
Que yo sepa, ahora mismo hay tres tipos de corrientes de
actuaciones para el turismo:
a) El puerto. Vienen cruceros y solicitan grupos folclóricos.
b) Para convenciones organizadas por estamentos residentes en
Santa Cruz de Tenerife.
c) Exportación de grupos a los centros turísticos del Sur.
Cuando hay demanda vale cualquier cosa. Tenemos de todo, desde los
que se niegan rotundamente a acudir a este tipo de actuaciones si no va el
grupo completo, hasta los que no les preocupa lo más mínimo el que se decante
un pequeño núcleo para estas ocasiones (4 ó 5 tocadores y 2 ó 3 parejas de
baile).
Pero, afortunadamente, estamos lejos de la demanda que existe en
el Sur o en Puerto de la Cruz. En este sentido los grupos de Santa Cruz están
más aglutinados. Conservan mucho mejor sus parámetros fundacionales: grupos
extensos, alrededor de 30 ó 40 personas.
¿Hay establecimientos hoteleros que tengan dentro de sus
actividades el mostrar nuestro folclore al turista?
No hay ninguno. Con carácter ocasional, el Mencey. Piensa que los
hoteles de Santa Cruz son muy pequeños y solo son utilizados como de paso.
Los grupos que se disgregan para ir a tocar cara al turista,
¿realizan su trabajo con la misma seriedad que si fuera el grupo al completo o
van a escapar, ocurriendo lo que en Puerto de la Cruz, interpretando, incluso,
temas que nada tienen que ver con el folclore canario?
Ocurre exactamente igual. Pero solo son unos pocos. Si acaso dos o
tres.
No tienen ningún tipo de escrúpulos. Van a bodas, bautizos, a un
hotel, a una convención, a lo que le echen. Les da igual. Están conectados con
una agencia que se dedica a proveer de este tipo de grupúsculos a los hoteles y
los tienen 3 ó 4 días a la semana por ahí. Como los llevan por muy poco dinero,
y sus apetencias no son excesivas –se han vuelto conformistas–, tocan cualquier
cosa.
Desgraciadamente es así, porque la demanda lo solicita. Aquí
ocurre como en la vida: hay gente que se mantiene sin ceder ante las presiones,
y otros a los que nada le importa y hacen cualquier cosa, como si les mandan a
echar fuego por la boca.
¿Hay algún otro aspecto o faceta de nuestras costumbres, a través
de las cuales estemos dando mala imagen al visitante?
Hay un tema que me resulta curioso. El Cabildo tiene la Casa de
Carta: gran esfuerzo para plasmar la realidad indumentarial de Tenerife. Pero,
curiosamente, ese mismo Cabildo, cuando llega el momento en que hay que hacer
un regalo de trajes tradicionales o hay que presentar una pareja de gente
vestida de maga, no utiliza esos trajes, en los cuales se ha gastado muchísimo
dinero, sino que acude al archiconocido de La Orotava o de Santa Cruz. Es una
incongruencia que he tratado en más de una ocasión con los responsables del
Cabildo y no me han sabido dar una respuesta.
En general, las corporaciones tienen una idea nebulosa de que hay
que apoyar la cultura tradicional, porque estamos en una etapa de nacionalismo,
etc., etc., etc. Pero cuando hay que llevarlo a la práctica y manifestarlo como
una forma de ser del hecho canario, se les olvida.
Se han hecho cosas positivas, pero traducir estas actitudes ante
la opinión pública, y no solo canaria, no trasciende, solo queda en buenas
intenciones. Queda como parte de un programa, no de una filosofía. Eso me llama
mucho la atención y es un caballo de batalla constante.
Es una imagen distorsionada que se ha venido vendiendo (del
conjunto de España: las castañuelas, sevillanas, toros y sangría) y no hemos
sido capaces de erradicar. De Tenerife se creó un estereotipo, que se sigue
vendiendo porque el turista cree que es lo único. Es lo que le hemos hecho ver.
No conocen otra cosa y quieren contemplar lo que dice el folleto.
Arriba, en las promociones que se realizan, siguen insistiendo y
cayendo en lo mismo.
(Le aludo a la embajada del carnaval a Alemania, en la que también
participa el Cabildo, y coincidimos en
las reiteraciones de estos intercambios y promociones. Queremos seguir
vendiendo sol, cuando ya no se lleva)
¿Hay alguna otra oferta de nuestras costumbres y tradiciones que
se realicen para el turismo en cualquier otro sitio que conozcas?
En Santa Cruz contamos con un Centro de Artesanía en Anaga, donde
existen 8 especialidades (cestería, palma, hilado de lana, malla, hilo, calado,
roseta, bordado y rafia). En otros sitios también lo hay. En La Guancha se está
haciendo muy buen trabajo. En La Orotava es un poco más divulgativo,
profundizan menos, a pesar de que corre a cargo del Cabildo. Y poquito más.
La artesanía está invadida, e incluso potenciado por organismos
canarios. Por ejemplo, la Feria de Arte hispanoamericano, subvencionada por
ayuntamientos (entre ellos el de Santa Cruz) y Cabildo Insular. Traen a
artesanos de allá a competir con los canarios. Y a estos no los subvencionamos,
con lo que, tal vez, les estemos dando la puntilla definitiva. Es decir, no solo
no se protege nuestra artesanía, sino que la ayudamos a hundirla.
A colación de tu respuesta anterior, ¿qué opinión te merece la
desaparecida Feria de ferias de La Guancha?
Fue algo que merece todo nuestro reconocimiento, que un pueblo
pequeño haya sido capaz, durante cinco años, de aglutinar a todas las gentes de
la isla.
Maravillosa, única, excepcional y... políticamente odiosa para
alguna gente. Por eso se la cargaron. Se terminaron las subvenciones, porque no
interesaba... y se acabó.
¿Ha cubierto el recinto ferial santacrucero el vacío producido?
Jesús, no me preguntes algo del Juzgado.
Como trabajador de este sugerente campo, te habrá encontrado con
grupos, casos y cosas que sonrojan a quienes pretenden realizar una digna
labor. ¿Qué opinión tienes al respecto?
Hay muy poca literatura, muy poco conocimiento transcrito sobre la
realidad veraz, objetiva y absoluta de la música, la danza, la vestimenta
tradicional en Canarias. Si unimos esto al que la mayor parte de los que
practican folclore son gente de una formación cultural medio-baja, tenemos:
1º. Gente de pocos conocimientos.
2º. Poca capacidad de aprender.
3º. Cuando la tienen, no encuentran argumentos que los puedan
orientar en el sentido adecuado.
Hacen lo que realmente creen. ¿Cuál es el problema? Que hay quien
respetar esas horas de esfuerzo y trabajo. Y el que no ha estado en un grupo,
no sabe lo que significa. Comparémoslo con el Carnaval: son dos semanas de
fiesta; la gente se prepara durante dos o tres meses. Y punto. El grupo
folclórico está todo el año. Los grupos del Carnaval están subvencionados. No
sucede los mismo con el folclore...
Lo que no entiendo bien es la mentalidad obstruccionista,
provocada, quizás por su propia serie de limitaciones culturales, de muchos de
los directores. Porque los grupos son lo que los directores quieren que sean.
Cuando el director se "emperra", se aferra a sus conocimientos y no
es capaz de abrirse, y, simplemente, preguntarse si lo que hace está bien, o si
hay alguien que le pueda enseñar, si hay alguien de quien pueda aprender...
Cuando un director no es capaz de hacer eso, los grupos se cierran en banda y
causan un grave daño.
Pero los grupos, con todo eso, no causan tanto daño como algunos
medios informativos. Cuando en un programa de radio o de televisión se emite un
programa dedicado al folclore, en el que todo sirve y todo vale, se está
creando un confusionismo total y absoluto entre todos los grupos que miran o
escuchan ese programa. Porque si aquel sale y el presentador dice que está
bien, yo también lo puedo hacer, y lo voy a hacer. Que salen vestidos de guanche y bailando la
isa del Mencey Acaymo, y dando saltos diciendo que aquello es de rescate...
Si eso sale por televisión, al cabo de pocos meses hay 15 grupos
haciendo lo mismo.
No solo es responsabilidad de los directores y los propios grupos.
Es, sobre todo, de aquellos que por suerte, merecimiento o conocimiento,
estemos en situación de influir en los demás. Y si no se hace, por comodidad o
por ignorancia, eso sí que es grave.
Es difícil, porque ese señor, con limitados conocimientos, que ha
estado años y años enseñando lo mismo, no va a reconocer jamás ante su grupo
que aquello estaba equivocado. No va a aceptar el consejo de nadie que le
oriente en otro sentido; entre otras cosas, porque no domina lo que debe
corregir.
(Continuará)
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