4 de enero de 1995. 8 de la tarde. Sociedad Valle de Taoro
(fundada el 8 de abril de 1922). Barrio de Las Dehesas (Puerto de la Cruz).
Un viejo piano, cuyas notas han enmudecido con el tiempo,
permanece arrimado a una pared. Un viejo aparato de radio, fiel acompañante en
tiempo idos –afortunadamente– para siempre, es mudo testigo de esta
conversación.
Casi 73 años de historia nos contemplan. En la Ciudad Turística
por excelencia de Canarias, solo esta Sociedad ha permanecido por arriba de
multitud de avatares. Ni siquiera épocas pretéritas, realmente difíciles,
fueron capaces de hacer cerrar sus puertas. Liberal, abierta a todo tipo de
creencias, ha sabido sobrevivir a mil batallas y fregados.
Aquí, en una mesa abarrotada de papeles, imperando el desorden
para dar mayor y mejor impresión de vejez, se produce una charla entre dos
socios.
El uno, el entrevistado, que donó, tiempo ha, una magnífica
colección de jarras de cerveza, y que hoy, a causa de su trabajo, no frecuenta
el local.
El otro, el entrevistador, que donó, más recientemente, mucha
parte de su tiempo en cargo de responsabilidad en la Junta Directiva y en el
Grupo Folclórico, y que hoy, a causa de su trabajo, no frecuenta el local.
Antes de iniciar esta amena charla, más que entrevista, me
pregunta él a mí cuál ha sido el motivo de tenerle entre los elegidos. Le pongo
al corriente de mi intención, que es solicitar la opinión de un grupo de gentes
que hayan tenido –o tengan– relación con el turismo y/o el folclore. En el
presente caso está meridianamente claro: propietario de una agencia de viajes y
ex-componente de la Agrupación Folclórica Aythami.
Pequeño currículum
Técnico en Empresas y Actividades Turísticas, propietario-director
de la Agencia Tinerfe Tour. Siempre trabajó en este campo. Comenzó en un hotel
como ayudante de recepción. Y fue escalando peldaños: recepcionista,
subdirector, director.
Luego pasó al sector de agencias de viajes: Inició su andadura
como encargado de reservas. Luego
ostentó la dirección de Viajes Meliá (Playa de las Américas).
De aquí se fue a Playa del Inglés (Gran Canaria), donde estuvo
como delegado regional del touroperador belga Sunair.
De esa época conservo –muy gratamente– unas cartas del ministro de
Asuntos Exteriores de Bélgica, en las que se me agradece la importante labor
realizada para ese país desde Gran Canaria, cuando ocurrió el trágico accidente
de aviación de los dos jumbos en el aeropuerto de Los Rodeos. Piensa que este
hecho produjo la llegada masiva de turistas a Las Palmas y había que
distribuirlos para su alojamiento. Fue un tremendo desbarajuste, que duró unos
tres días, en los que, ni siquiera, pude dormir. El continuo ajetreo duraba
noche y día. Pero pudimos coordinar, con la inestimable ayuda de las guías de Sunair,
y, dentro de la gravedad del asunto, todo se resolvió de una manera
satisfactoria. Al final nadie se quedó detrás, que era lo más importante. Esas
cartas, como te decía, son un motivo de legítimo orgullo, y por eso las
conservo como oro en paño.
Más tarde regresé a Puerto de la Cruz para trabajar para la
compañía aérea PAN-AM. Cuando ésta quebró en Palma de Mallorca, hubo aquí
bastantes problemas, por lo que me pasé a una empresa privada en la que
participé como socio, en primera instancia, hasta que, transcurrido un tiempo,
me quedé con la misma.
En la actualidad tiene 10 años de vida y, aunque todavía esté
pagando deudas, sigue adelante. En ella nos hemos dedicado, fundamentalmente, a
emisor. Es así, porque el tema de los touroperadores se ha complicado tanto que
no me he atrevido a trabajar con ellos. El riesgo de quiebra te puede dejar
colgado de la noche a la mañana. Ser emisor te satisface más. Sacar la gente de
aquí y mostrarle lo que tú ya conoces. Me interesa que la gente que confía en
nosotros, se pueda instruir en las visitas que efectuamos a Europa, África y
América. No ofertamos vacaciones, sino circuitos que, aunque tengas que pasar
diez días en una guagua, cuando se regresa, cansado, pero instruido, no solo en
el aspecto eminentemente cultural, sino que potencia, geográficamente, aquellos
conocimientos adquiridos en la escuela.
(Aquí le sale la vena de hombre campechano, nacido y criado entre
plataneras, que rememora sus andanzas en la escuela, como una etapa importante
o significativa de su vida).
Hacemos un inciso para comentar cómo funciona el tema de los touroperadores
de aquellos países que no forman parte de la Unión Europea. Me hace referencia
a que están obligados a buscar un representante que les contrate hoteles y
servicios. Éste le servía de receptor y atendía a sus clientes. Esto,
obviamente, entraña el siguiente peligro: si tú te conviertes en
representante-receptor del touroperador, tienes que responsabilizarte ante el
hotel y los medios de transporte, es decir, todo; porque el vuelo ya venía
cubierto desde el país de origen. Hubo casos de quiebras que dejaron colgados a
estos receptores.
Hoy la nueva legislación exige avales importantes (creo que 250
millones para la apertura de una agencia de viajes), para responder ante este tipo
de situaciones. La quiebra de los touroperadores es un problema muy grave.
A mí me ofrecieron la representación en Canarias de un
touroperador finlandés. Tuve una entrevista en Torremolinos con su Director
General. Le expliqué que yo accedía a atender a los empleados que me enviasen,
a contratarlos como asalariados en mi empresa –para eso ellos te mandan el
dinero–pero que los contratos con los hoteles los tendrían que hacer ellos
directamente. Pero no les interesa,
porque los hoteles quieren dinero por adelantado.
Ha habido muchas ‘trampas’. Imagínate una cadena hotelera
repartida por todo el territorio nacional, a la que un touroperador le haya
reservado paquetes de miles de turistas. Y le falle por cualquier motivo.
Yo no tengo necesidad de meterme en esos berenjenales. La
experiencia en esta profesión me ha hecho ser testigo de situaciones en las que
no me quisiera encontrar jamás.
Desde tu faceta laboral, relacionada con el turismo, ¿mantienes
algún tipo de relación con el folclore?
Ahora mismo no, porque no te da tiempo. Tal vez si yo tuviera que
ofertar servicios a un touroperador, y me viera en la necesidad de contratar,
porque de un grupo semanal de 200 personas, al menos la mitad me acuden al
espectáculo que organice, realizaría una fiesta canaria: papas arrugadas, mojo
colorado y un grupo folclórico.
Pero está ocurriendo que el 90% de los turistas que vienen a Puerto
de la Cruz, lo hacen por 4ª o 5ª vez. Si en la primera ocasión subió al Teide,
ya no quiere hacerlo en sucesivos viajes. Por eso ahora es muy difícil vender.
Los guías, que vienen trabajando por comisiones (vienen de un país determinado
por un pequeño sueldo, apartamento y comida; el resto es a comisión, que suele
estar sobre el 20%), tienen en este turista un mal cliente.
¿Se trata, entonces, de un turismo selectivo?
Ni mucho menos. El que venga varias veces a la isla no quiere
decir que tengan un poder adquisitivo alto, sino que al gustarle la primera
vez, por la razón que sea (le gustó el hotel, el lugar, la gente), repiten,
prefieren lo conocido y vuelven cada vez que pueden.
En el Norte tenemos un alto porcentaje de turismo escandinavo. Es
un turista bueno, porque gasta mucho dinero en comida y bebida. Y arriba
repite. Es un turista diferente al del Sur. Todo depende mucho de la nacionalidad
de origen. Lo malo, como te decía antes, de este turista que repite, es que el
guía rasca poco, porque las excursiones y servicios que ofrece son rechazados,
ya lo conoce.
El contratar un grupo folclórico por seis meses es un tema
bastante difícil. Los inconvenientes, que pueden plantearse en un período tan
largo, son grandes. Ni siquiera la Barbacoa de Tacoronte, establecimiento
característico, puede mantener un espectáculo folclórico todos los días de la
semana. Nos encontramos con el problema añadido de la comida. La cocina canaria
no alucina al europeo, no entiende, por ejemplo, cómo se puede comer unas papas
con piel. El alemán o sueco son gentes de mucha carne y pescado, dejando los
condimentos a un lado; las papas para ellos son secundarias. En las fiestas
canarias la comida sigue siendo horrible, les parece comida de cuartel. ¿Se les
podría ofrecer algo más? Sí, pero no te pagarán lo que les va a costar.
Es diferente al tema del carnaval, porque la Barbacoa lleva una comparsa y eso al turista le dice
más.
¿Crees que se da buena imagen al visitante en esta faceta de
nuestras costumbres? ¿Se hace todo lo necesario o prima únicamente el negocio?
Prima el negocio, así de claro. Aquí no hay nadie que supervise
esas actuaciones. Yo, que soy testigo muchas veces de lo que se ofrece en la
Barbacoa a la que antes te aludí, salgo de allí enfogonado, porque me dan ganas de coger a las cuatro tontas que
están bailando y decirles si vienen a ofrecer un baile o a reírse de los
turistas que les están pagando. Lo hacen mal, las vestimentas son deprimentes.
Eso no tiene sentido. Como no hay un supervisor que mire estas cosas antes de
que el grupo salga, cada uno hace lo que quiere. Así se cae en la monotonía,
hago lo que quiero, bailo como me dé la gana... Nadie entiende una polca y
salto por donde me apetezca.
¿No será, entonces, que el grupo, conscientemente, al saber que
actúa para quien no entiende, lo hace desmotivado y sin ganas de ofrecer el
folclore tal como es?
Mira, en todas partes cuecen habas. En los viajes que he tenido la
oportunidad de llevar a Grecia, en uno de los espectáculos que me ofertan,
interpretan sus bailes típicos. Pues si te digo la verdad, a los cuatro gilipollas
que bailan, yo los mandaba a planchar las falditas primero, porque es
deprimente.
Y lo mismo ocurre en París, aunque sea saliéndonos un poco del
tema. Si no es en un lugar de categoría y prestigio, te salen cuatro niñas
bailando el can-can, que dan pena. Y para ello has tenido que pagar un montón
de dinero. Eso es a nivel internacional. En nuestro país, en la Costa del Sol,
el flamenco que se ofrece es lastimoso. Hay excepciones, pero son las menos y
valen mucho dinero.
En las cuevas del Sacromonte adulteran hasta los gitanos, porque
gitanas rubias, difícilmente se encuentran pocas.
Se hace como negocio, descaradamente y mal.
(Continuará)
No hay comentarios:
Publicar un comentario