También lo he
denominado dicotomía y trastorno de identidad disociado en comentarios
anteriores. Y en este tiempo que resta hasta mayo de 2015, mayores
incongruencias observaremos en el comportamiento de Manuel Domínguez. Porque en
su doble condición de alcalde realejero y presidente insular del Partido
Popular, lleva una racha que comienza a parecerse demasiado con el pasacatre.
Por lo de dos pasos pa´lante y dos pasos pa´tras.
Ayer mismo me
alongaba a este blog para diseccionar, desde el punto de vista lingüístico
(corrección y estilo), la última publicación de los populares de la Villa de Viera. En la que
cantaban las excelencias del plan de barrios y donde se consignaba la cantidad
de obras acometidas. Lo que traduzco en la cara buena, el haz, la faceta amable
de la gestión municipal, el espejo a mostrar para la caza y captura de los
votos. La de las fotos con máquinas que arreglan vías públicas, señoras
centenarias (los hombres nos morimos antes), adquisición de nuevos vehículos…
En fin, ustedes me entienden perfectamente.
Pero el
envés, el lado oscuro, a pesar de que se hace todo lo posible por ocultarlo,
surge con toda la crudeza de vez en cuando. Y se me antoja que grandes
esfuerzos le esperan en el intento de casar ambos aspectos.
Ayer debía
celebrarse en el local del Club de Mayores y Pensionistas de La Montaña una charla
organizada por la Plataforma Ciudadana
en Defensa de las Pensiones Públicas. Y el pecado consistió en el apoyo que a
la citada convocatoria prestaba Izquierda Unida de Los Realejos. Nuestro
alcalde consideró que en un centro de propiedad municipal no tenía cabida ese
juego tan peligroso: hacer política. Solo su grupo está capacitado para
indicarnos dónde debemos retozar. Sí se puede hacer política en otros lugares.
En una calle de La Carrera,
por ejemplo. Tan público el espacio como puede serlo el local antes mencionado.
Piensen bien las formaciones ‘políticas’ que apoyan las concentraciones (PSOE e
IU), si realmente están luchando por una noble causa o prestándose al juego que
le interesa al grupo gobernante. No sería mucho más fácil, siempre en defensa
de los solicitantes de las viviendas, que Miguel Ángel y Jonás fueran a hablar
con José Miguel. O ve tú, alcalde, e inicia una huelga de hambre por fuera del
despacho de Paulino. En el pueblo, salvo la instantánea del Gabinete de Prensa,
en dos semanas ya no acude ni Diario de Avisos (versión casera).
Cuando pienso
lo que costó el largo proceso que condujo a la construcción de la sede vecinal
del barrio de La Montaña
–¿verdad, Manolo, el bigotes?–, menos entiendo el miedo a que el pueblo se
manifieste abiertamente sobre lo que considere oportuno. ¿Temes, acaso,
alcalde, que los viejitos se puedan enterar de que han sido ustedes los que los
han masacrado con recortes brutales en aquellos aspectos que constituían la
línea roja que jamás iban a traspasar? Cuestión sería de que te sumergieras en la Internet y localizaras la
diferencia entre el pensamiento hipocrático y el comportamiento hipócrita.
Porque farsante
es la postura facilonga y sensiblera de quedar bien ante el vecino, intentando
desligarte de una realidad que te atenaza y te confiesa. Hace dos días decía tu
portavoz en el parlamento canario, acusando a CC y PSOE, que era un insulto a
los parados el rechazo a las recetas para crear empleo. ¿Qué recetas? ¿Las que
practican a nivel del territorio patrio con los resultados harto conocidos? Que
no dejan de ser los mismos que en nuestro pueblo tienen ‘entusiasmados’ a más
de seis mil habitantes. Vamos ya, ingenuos sí, pero idiotas no. Y en Madrid no
fueron capaces de tomar en consideración lo que proponía el resto del arco
parlamentario al demandar comprensión con todos aquellos que ni siquiera pueden
atender el pago del recibo de la luz. Ese que se verá incrementado por la
excelente gestión de tu superior jerárquico. Al que muchos jóvenes de aquí mismo,
de tu agrupación local, felicitaron muy efusivamente cuando fue nombrado
ministro del ramo. Y ahora permanecen con un tapón en la boca como si Endesa
tuviera un trato especial para los que las pasan canutas a la sombra del Macizo
de Tigaiga. Eso sí, se corta con frecuencia para que la factura no se eleve
sobremanera
Unos días
atrás hablaba un rato con Juan Carlos, cura de Taco, en la acera de nuestro
barrio de Toscal-Longuera. Él sabe, mejor que nadie, que mis vínculos religiosos
se congelaron tiempo ha. Pero como sabemos de qué pata cojeamos cada uno, somos
capaces de reconocer la labor de ambos. Y siempre me ha dicho que admira mis
convicciones. Al igual que yo lo felicito, como se lo he revelado (sin
connotaciones) asimismo a Gabriel (el párroco de la zona), por su excelente
labor en pro de los más débiles, los más necesitados. Y que son capaces de
hacer POLÍTICA en sus respectivas iglesias y comunidades sin el más mínimo
atisbo de vacilación. ¿Piensa elevar sentida queja el Partido Popular para
excomulgarlos? O lo mismo esos fieles tan devotos, pero al tiempo tan carcas,
retrógrados e insensibles, se prestarán raudos y veloces para “cargárselos” por
tan atrevidas y osadas actuaciones. Que se cuide también Francisco de paso.
Que sí,
Manolo, de todo eso, y mucho más hablamos Juan Carlos y yo en un lugar público,
en una acera. Menos mal que no pasó la policía municipal. Lo mismo tiene
órdenes directas tuyas, o del autor del Plan de Seguridad, para disolver tales
atrevimientos. En primera instancia, claro, porque en segunda, a la cárcel ipso
facto en aplicación de la otra de “Represión” Ciudadana.
Aclárate,
alcalde. Sé consecuente. Sabes lo que he escrito sobre la coherencia. Y te está
fallando estrepitosamente. Porque cuando te sacan una foto con el alumno que
ganó un concurso, estás haciendo política. Cuando entregas el premio a la mejor
tapa, estás haciendo política. Cuando acudes a una procesión, estás haciendo
política. Cuando… Y en lugares y espacios que son, al menos, tan míos como
tuyos. No lo olvides. Ya sé que la militancia partidaria es complicada. Hago un
esfuerzo y puedo captar el que pretendas ser un buen alcalde. Pero la otra
presidencia te delata y juega malas pasadas. Dicen los entendidos en esas
materias que no se puede estar en misa y repicando a la vez.
Acabo con una
duda que elevo a tu consideración: ¿Crees, Domínguez, que la nueva ley de
seguridad ciudadana me declarará elemento subversivo por verter mis opiniones
en Pepillo y Juanillo? Hace unos años, Gabriel, el cura antes mentado, me
invitó a dar una charla en el interior de la Parroquia de Guadalupe.
Y fui. Y hablé con total libertad. Y la gente me escuchó (así, en confianza,
hasta me aplaudió al final). Y el Crucificado que estaba detrás de mí no se
bajó a llamarme la atención ni a darme dos cogotazos.
Te has
lucido, Manolo, con la prohibición. Y te has retratado. ¿Sabes una cosa? Me lo
temía. Y viene alguno en ese barco de las Nuevas Generaciones… ¡agüita! Tenemos
una charla pendiente, Raúl, porque sé que, por fin, me vas a dar la razón.
Nota: ¡Cómo
ilustra una fotografía! ¿Cómo vamos a gritar si nos cercenan el derecho a la
reunión?
NUNCA MEJOR DICHO, JESÚS MANUEL.
ResponderEliminarLos focos del "Glamour Estúpido" encandilan y no dejan ver la cruel y dura realidad. A mi no me engañan.
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