14 de diciembre de 2011

El pilón de San Agustín

Creo, sinceramente, que los socialistas realejeros deberían preocuparse muy mucho por su futuro antes que estar mareando la perdiz con preguntas y propuestas que o bien pueden ser resueltas sin necesidad de acudir a los medios de comunicación o son meras tácticas de distracción. Si lo que se pretende es darse a conocer y mostrarse como un grupo inquieto y preocupado por los problemas sociales de nuestro municipio, entiendo que se están equivocando. De plano. Ahí tenemos, verbigracia, al concejal de Izquierda Unida que no tiene inconveniente en dialogar cuanto menester fuere con el actual equipo de gobierno y apoyar, sin reparo alguno, aquellas medidas que conducen a una mejora de la convivencia ciudadana.
Los socialistas se enfrascan, permanentemente, en cuestiones nimias, para lo que no dudan en utilizar redes sociales y periódicos digitales. Piensan, ilusos, que con esas prácticas (siguen las sesiones fotográficas) alcanzarán el día de mañana el tan ansiado premio de que los votantes vuelvan a pensar en ellos. Craso error. Hace unos meses les propuse una solución para su dilema y no me prestaron –no tenían el porqué hacerlo– , el más mínimo caso.
En lugar de aplaudir, porque salimos todos beneficiados, las variadas actuaciones que se están acometiendo y vienen siendo objeto de públicas felicitaciones por los habitantes del pueblo, se aferran a cualquier ‘salidero’ para entretenerse un fisco. No se le quedan atrás los concejales de Coalición Canaria que son capaces de enfrascarse, como si en ello les fuera la vida, en si Histórica debe ir antes o después que Villa, olvidando que un epíteto bien empleado da realce a la frase en cuestión.
Una extensa nota de prensa se ha merecido el denominado pilón de San Agustín. Ni una mísera oración el éxito alcanzado en la ‘Noche mágica’. Es la vieja norma de si yo, bien; y si tú, nanai de la China. Son tantos los vehículos escachurrados y personas accidentadas en el dichoso sobresaliente, que merece ser condenado a los infiernos. Por cierto, lo de pilón no lo entiendo bien. Y mira que fui al diccionario, pero en nada me aclaré. Que fue, parece, allí ubicado para impedir posibles alunizajes. Ya que antes escribí craso error, expreso ahora notable fallo. Solo hallo la acepción de posarse en la superficie de la luna. Lo demás, corríjanme los académicos, son inventos modernos.
¿Cuándo fue ubicado allí el susodicho, quién realizó la obra, qué equipo gobernaba en el Consistorio en ese instante, qué autoridad concedió los permisos oportunos, paga el infractor la tasa correspondiente por ocupación de la vía pública, lo utilizan los canes callejeros para llevar a cabo sus necesidades más perentorias…?
¿Cuántos bares, cafeterías, restaurantes se han adueñado con mesas y sillas de las aceras impidiendo el normal desenvolvimiento andarín de los peatones? ¿Cuántas enredaderas y plantas de singular porte invaden las vías públicas hasta obligarte a circular cual automóvil al uso, es decir por la calzada? ¿Cuánto chucho anda suelto sin el bozal correspondiente? ¿Cuántos coches hay abandonados en las vías públicas? ¿Cuántas farolas están fundidas en el alumbrado público del municipio? ¿Cuántas losetas se hallan levantadas en plazas, escaleras y otros lugares destinados al tránsito? ¿Sigo?
Ahora entiendo el voto negativo a la aprobación inicial de los presupuestos para el ejercicio económico de 2012. No eran sociales. ¿Acaso no fue la sociedad la que votó hace unos meses (locales) y hace unos días (generales) y se manifestó de manera clara, nítida, diáfana en contra de unas determinadas políticas que no a favor de otras –que acabarán por ser iguales–, y al resultado del escrutinio me remito?
A un servidor le gustaría mucho más que el partido socialista se preocupara, por ejemplo, del lamentable estado de la Casona de la Gorvorana. Me imagino que no podrá. A principios del siglo XXI no gobernaban en Los Realejos ni CC ni PP. La catarsis federal, me temo, no resolverá el resto de sarpullidos. Que son muchos. Aquí en Canarias, significativos.
Mañana comenzaré con unas notas periodísticas que hacen referencia a Florencio Sosa Acevedo. Lo mismo puede servir de ejemplo. Su estrecha relación con la Sociedad Valle de Taoro (Casino de la Dehesa), entidad que ahora también languidece, me ha hecho husmear unos buenos minutos. Hasta después.

13 de diciembre de 2011

Más control

Un sinfín de controles de alcoholemia se llevarán a cabo en estos próximos días. Ignoro si fue un acuerdo entre Zapatero y Rajoy para ir buscando los euros necesarios para que Merkel se alegre un  fisco apenas o es algo cotidiano por estas fechas navideñas, época propicia para el buen yantar y mejor beber.
Te cuento que una vez me pararon en la carretera que une La Orotava con Los Realejos por La Perdoma, a la altura de San Antonio. Y me puse muy contento porque creía que por fin me iban a hacer soplar. Pero mi gozo en un pozo. No debí ponerle cara de borracho al agente, pues se limitó a pedirme la documentación y siga usted. Una rabia, tú.
Ahora bien, hace unas semanas, a la altura de la Aldea de El Rocío, municipio de Almonte y provincia de Huelva, iba yo conduciendo otro Hyundai (el que observas en la foto) y me paró la susodicha (Guardia Civil). Y me dieron un soplete para que pusiera a prueba mi capacidad pulmonar. De nada me valió que le dijera que estaban perdiendo el tiempo y que iban a estropear un cacharrito de esos, que de repente era caro. Nada, sople usted que este lo pagó Zapatero. Eso me dijo el solícito gendarme y caso le presté. Soplé hasta que me indicó que ya era suficiente y… cero patatero. Salí medio frustrado, tú. Tanto que esa noche me mandé unos buenos vasos de vino en la cena. Luego soñé que me paraba la policía, uno de bigote (estilo Aznar) y me espetó que mandarse unas cuartas de vino estaba muy bien visto siempre que fuera de producción española… Un rollo, tú.
Otro control es el que se está ejerciendo sobre la figura del yerno (Urdangarín). El Borbón mayor lo apartó del servicio activo. Y el menor lo señala como ‘el cuñado’, ese que en toda familia que se precie existe. Es bueno que se vayan destapando pasajes, parajes, paisajes y peajes. Aquí saltan conejos desde las matas más insospechadas. Y lo de matas va sin dobles. Ni trajes. ¿Por qué no te callas? Mientras, ahí está Camps, tan risueño como siempre (un día de estos se desvara). A la cárcel no va a ir, pero lo mismo le hacen pagar la cantidad que se le demanda a modo de multa. Aun así, él alegará, y se escudará (presencia para ello tiene la posible protectora) en lo de Rita, Rita, lo que se da… Toma traca.
Cuando leí que mi amigo Rafa renunciaba al sueldo del ayuntamiento güimarero, pensé que se había vuelto rico con la venta de Chacayca, la novela que lo hizo finalista en el pasado Premio Planeta. Pero no, pasará a cobrar de la Consejería de Educación. Parodiando la canción, pobre Rafael, con lo bien que está casi la promoción al completo en perfecto estado jubiloso, y tú empeñado en retrasar la situación. Bueno, tú te lo pierdes. Pero es un detalle que se agradece. Que no está el horno para bollos. Y hay que controlar al máximo el gasto para poder llegar a fin de mes. También los ayuntamientos, por supuesto. A predicar con el ejemplo.
Hoy es martes y trece. Antes tal coincidencia era mucho más supersticioso que un gato negro. Cómo cambian los tiempos. Hasta mañana.

12 de diciembre de 2011

Dos campañas

Para iniciar una nueva semana quisiera hacer hincapié en dos campañas de rabiosa actualidad. La primera, ‘Yo estudié en la pública’, promovida por Ciudadanos por la Educación Pública, pretende la defensa de este bien social, conseguido con la dedicación de muchas personas de las generaciones anteriores. Y como me siento partícipe por haber intentado aportar otro granito durante muchos años, aquí estoy haciéndome eco de la misma, en el convencimiento de que al menos un par, o tres, de fisgoneadores de Pepillo y Juanillo no lo verán con malos ojos.
Del que me remitió la noticia, vía e-mail, copio: “En concreto, mis hijos estudian en la pública y no creo precisamente que estén en desigualdad alguna, más bien al contrario, no los veo inmersos en un sistema que, al contrario de lo que predica, aleja la libertad proponiendo un modelo de educación único, en contraposición a los diferentes modelos que conviven en la enseñanza pública, tecnológica y didácticamente más avanzada para cualquiera que conozca la realidad, más allá de la propaganda”. Añade un servidor que, aparte de los hijos, debo sumar su propia andadura por tales vericuetos, amén de la de sus nietos; la primera ya inmersa en el sistema, y el segundo a la espera del silbato que le dé acceso.
Establece como principios los siguientes:
1. La Educación Pública es un derecho constitucional y Patrimonio Nacional irrenunciable.
2. La Educación Pública es factor de cohesión social, favorece la igualdad de oportunidades e integra la diversidad.
3. La Educación Pública es calidad. No aceptamos que se deteriore, sino que se trabaje para mejorarla desde todos los estamentos.
4. La Educación Pública no es un negocio.
Nada tiene en contra de la Educación Privada (también lo pongo en mayúscula) quien estas líneas suscribe. Al contrario, cada cual es libre de la elección pertinente. Si te puedes permitir el pagarla y estimas que es lo más adecuado y conveniente, adelante. Pero no jueguen –también los políticos– a desvíos, trasvases y otras componendas varias.
La segunda está relacionada con la isla de El Hierro. O mejor, con los supuestos informadores que deben no saberse qué tienen entre manos cuando aluden a la actividad volcánica que se viene produciendo desde hace dos meses. Desde diferentes sectores isleños se elevan amargas quejas que conducen, casi siempre, al exceso manifestado por los medios de comunicación. Buena prueba de ello –lo digo yo y no me lo copié de lugar alguno– es el despliegue de nuestra singular televisión autonómica. Pero no se quedan atrás los que, alegremente, indican que la vida allí es poco menos que imposible con los gases desprendidos. El alcalde de La Frontera ha tenido que salir a la palestra para sentenciar que el volcán no es la amenaza. Y no solo le doy por completo la razón, sino que me ratifico una vez en lo que he dejado escrito desde ha bastante acerca de los advenedizos que se han colado en esta noble profesión periodística. Que, probablemente, ni siquiera son conscientes del daño, quizás irreparable, que le pueden estar causando a la Isla del Meridiano con unos sesgos que bien interesan a sus patronos para la venta de ejemplares o para el incremento de cuotas de pantalla. Amarillos escatológicos, tirando a canelo. Son esos mismos medios que, como contrapartida, se quejan amargamente del linchamiento mediático en otros asuntos, cual podría ser el denominado caso de Las Teresitas. Y no restándoles un ápice de razón en ello, les rogaría que se miraran de vez en cuando en el espejo por si en otros temas no se actúa en consecuencia. Para mí que es la frustración de no haber visto aún el parto de su nueva islita. Pues cómprense un kit de química y experimenten en casa, sabihondos (o sabiondos).
Menos mal que dentro de bien poco cantaremos todos unidos –Canaria, eso sí, sin el Gran, también– lo de Canarias una, Canarias grande, Canarias libre y nos sentiremos sin las ataduras del yugo opresor, por lo que las cosas de casa se quedan en casa y tal y cual. Y El Hierro, avanzadilla canaria en la Mar Océana, llevará la voz cantante. Exacto, lo mío es en plan jocoso, lo de ustedes debe tratarse de un prodigio en el campo informativo. Inviten a la gente a que visiten la isla y no los asusten, cenizos de mal agüero. Hasta luego.

11 de diciembre de 2011

Vivencias, recuerdos, frustraciones

Me remiten estas imágenes de la plática que ayer les conté en este mismo blog. No se asusten. Pinchen en este enlace:  https://picasaweb.google.com/115010870875912754957/IICicloDeConferenciasSegundaJornadaJesusMYCristinaC10DeDiciembreDe2011?authuser=0&feat=embedwebsite&gsessionid=NbMjZzSRzky45FvTZJiQNw

Y un amigo me envió en formato PDF unas fotografías de la situación de la Casona. Con ellas medio remendé esta proyección de diapositivas, sin mucho orden ni concierto, pero que pueden dar fe de... Juzguen ustedes mismos.


10 de diciembre de 2011

Platicando

En la tarde-noche de ayer viernes estuve en mi barrio charlando con un nutrido y selecto grupo de buenas gentes que a bien tuvo acudir a la cita. Fui gentilmente invitado por el párroco de la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, un joven guimarero que en estos tres últimos años ha venido realizando una importante labor en el importante núcleo poblacional realejero de Toscal-Longuera. Tal cuestión fue destacada días atrás por el decano de la prensa tinerfeña, Diario de Avisos, en varios reportajes que, bajo la denominación de El megáfono, inciden en la problemática de algún lugar de esta isla.
Tuvimos la oportunidad de hablar distendidamente de muchas cuestiones acaecidas en el entorno de La Gorvorana hace algunas décadas. Porque uno nació en la vieja Casona de lo que constituyó la Hacienda fundada por don Francisco Gorvalán, pero no fue consciente de la trascendencia histórica del hábitat que le dio cobijo durante bastantes años hasta el otro día mismo en que comenzó a husmear, indagar, leer y escuchar. Pero este aspecto concreto no fue tratado porque el responsable de este blog deja tal menester para jóvenes sobradamente preparados que mucho y bien han investigado ese legado. A uno de ellos, luego, en la más distendida aún charla de la plaza, dejé unas fotocopias de periódicos de años idos para siempre. Y contamos anécdotas y rememoramos secuencias que se me habían escapado. O que, simplemente, no dio tiempo de manifestar en el tiempo amablemente concedido.
De aquellos hurtos de la apetitosa y llamativa fruta del entonces, con los que saciábamos los voraces y ávidos estómagos, hasta las raciones del queso amarillo argentino y la leche en polvo. Amén de la labor pedagógica de los antiguos maestros que se enfrentaban a unas clases cargadas de chicos de todas las edades, todos los niveles y con una disparidad absoluta de capacidades. Sin profesores de apoyo, sin aulas de PT y con materiales pedagógicos que hoy tildaríamos como de etapas cavernarias.
Entre lo que se quedó en el tintero, el relato de las intrépidas aventuras de nuestras giras a la que denominábamos Cueva del mármol. Ubicada en la zona alta del Charco de las lisas y a la que se accedía a través de una excavación de una de las tantas galerías de la costa realejera. Y en la que las incipientes estalactitas y estalagmitas nos llamaban poderosamente la atención. Sería interesante, pienso, que alguien con más conocimiento que el que ostentábamos aquellos jóvenes equipados con unos caseros mechones, pueda llevar a cabo el estudio pertinente. Lo mismo estamos perdiendo la ocasión de tener un atractivo turístico de primer orden en el barrio. Lanzado queda el reto. Y convidados los lectores de este medio de comunicación para que propaguen la propuesta a quienes puedan hacerla posible.
El acto concluyó con la actuación de la pianista Cristina Coronado. Que tuvo la oportunidad de ‘lucirse’ un fisco más que en la presentación de Sodero. Siento no haber sido capaz de pasarle las hojas de las partituras, pero este pobre infeliz pertenece a la época pretérita en la que solo pasábamos hambre y necesidades. Pero fuimos felices y salimos adelante. La próxima vez, Cristina, encárgame tal menester pero tú me haces una señal con la cabeza en el momento exacto en el que debo voltear la página. Lo mismo me aplauden a mí también.
En las líneas plasmadas en el libro de firmas, mi agradecimiento por haberme hecho partícipe de estos ciclos socioculturales. Siempre es agradable recordar, siquiera para no volver a cometer errores.
Hasta luego. Y descansen.