1 de marzo de 2016

Contradicciones

O contraindicaciones, que ya no sé. Porque si hasta hace unos años el yo lo vi en la tele era sentencia para ponerle el cuño, ahora hemos cambiado las tornas hacia Facebook y allegados. Y como nadie exige que deba existir un contraste mínimo de lo que se publica, o te das de baja del juguete o seleccionas tus lecturas (más bien visiones rápidas) antes de que te dé el soponcio. Con el agravante de que cada cual se cree en poder de la verdad absoluta y los comentarios que se suscitan demuestran que el consenso es objetivo imposible. De tener la santa paciencia de pasar del crítico número diez, te percatarás de que las opiniones vertidas guardan tanta relación con el mensaje inicial como el parecido de un huevo con una castaña.
Aquellos que utilizan las redes sociales como plataforma política, aun con el inconveniente de que te aparezca el cartelito de ‘Ver más’ (aviso que debes evitar si quieres que te lean íntegramente el texto), deberán ser conscientes de que los enemigos (esta opción también sería oportuna) van a saltar como resortes, cuando no a degüello. Hay algunos que lanzan idéntica proclama, independientemente del origen noticiable. Algo que la actualidad en todo lo concerniente a la formación del gobierno que rija los destinos del país se ha puesto de manifiesto de manera más que evidente.
Todos, y cuando escribo todos quiero sentenciar rotundamente que todos, se erigen en salvadores de la patria. Nos quieren –bien nos quieren– y se preocupan –bien se preocupan– de nuestros problemas proponiéndonos múltiples soluciones a los agobios y dificultades. Dictándonos de antemano que solo sus propuestas son las que nos sacarán del marasmo, del caos, de la indolencia. Y se miden en folios. Los otros no tienen ni la más pajolera idea.
Cuando procede sacar factor común, hallar la media aritmética, analizar los puntos que converjan, enumerar las discrepancias, aunar esfuerzos, ceder en las posiciones maximalistas y, en definitiva, ponernos de acuerdo en lo que la sociedad demanda, pegamos unas rajadas impresionantes y nos mantenemos firmes en nuestras convicciones sin pensar que somos meros instrumentos al servicio de los que ‘aparatosamente’ decimos representar.
Rajoy, máximo responsable –por ahora– del Partido Popular, reconoció motu proprio que era persona non grata, aparte de Pontevedra, para el resto de todo el arco político. Vamos, que no lo quiere nadie. Y le dijo a Felipe que con él no contara. Que se iba a sentar a verlas venir. Por lo que el segundo en el escalafón dio un paso al frente y ha venido intentando lo que para muchos se antoja misión imposible. Unos alegan que por ambición. Otros que por responsabilidad. Los pareceres, ya se sabe.
Los más activos en el lanzamiento indiscriminado de andanadas son los que se definen votantes de Podemos. Que vienen a constituirse en cabezas visibles de la izquierda genuina, probada, innegable e indiscutible. Vamos, lo mismo que Izquierda Unida, o como se llame ahora. Puesto que el PSOE, siendo muy generosos, socialdemócratas, que ya, y a declaraciones y escritos varios me remito, derechas de libro.
Allá por los albores del pasado siglo, Lenin acuñó su centralismo democrático. Las derivas de los partidos comunistas de todo el mundo señalan que mucho de lo primero y tintes más bien escasos de lo segundo. Años más tarde, por 1914, bautizó como ‘socialtraidores’ a los que se apartaron de sus dictados. Y en España no hemos abandonado esa cantinela. Los piropos de relajo, escorado y debilidad siempre han enfilado la diana del partido de Pablo Iglesias, el tipógrafo.
Pero ha llegado otro, el ilustrado. Y al darse cuenta de que la trayectoria de los socialistas verdaderos, los herederos, o seguidores, del comunismo bolchevique, iba directa al abismo, se define socialdemócrata. Y le adhiere la etiqueta de cómo Marx, Engels o el mismísimo Vladimir Ilich (a saber, Lenin). Al verse obligado a establecer puentes entre los movimientos sociales, productos del cabreo y la insatisfacción, y la realidad, para engarzar esos descontentos en plataformas políticas, nada mejor que abandonar el debate izquierda-derecha, porque esa izquierda con la que se comulga en la teoría ha sido derrotada en la práctica. En los círculos se defienden tales principios, pero en el tablero político se juega con otras piezas. Es, ha sido, una renuncia estratégica. Nos hemos aprovechado del enfado social y lo canalizamos, con la apariencia de seguir siendo los revolucionarios de siempre, hacia el juego tradicional de la casta que criticamos en los orígenes, y persisten aunque con la boca pequeña. Participamos en la dinámica, en el recreo, pero nadando a las aguas que fueren menester y manteniendo a buen recaudo las apariencias.
Les ha molestado sobremanera el que el PSOE haya sido capaz de entenderse con Ciudadanos. A los que sí interesa calificar de derechosos en grado superlativo. A los de ambos extremos. Que deben tocarse en este escenario global (de globo). Y desde ya tendemos la mano a los malvados. A los que los otros tildan de paripés y ceremoniales. Malabares. Acciones de inmadurez supina.
Me apuesto 50 céntimos a que no habrá nuevas elecciones. Restan dos meses para mucho fuego de artificio. Pero habrá acuerdo porque los intereses pesan demasiado. No te extrañe que pueda ocurrir aquí lo que en Grecia. Y que Mariano ostente la cartera del Ministerio de Exteriores, dados sus notorios progresos idiomáticos. Aunque si yo fuera Sánchez y dispusiera de una pizca de ambición, ya que todos me quieren, presidente sí o sí. ¿O no?

29 de febrero de 2016

En el aire

Ay, pena, penita, pena. Tampoco sabía nada. Como su mujer. Ñaki, sin sus gafas amarillas, fashion, fashion y de mucha pasta, apenas veía un palmo más allá de sus narices. Al igual que Cris. Qué familia. Cómo jugaba él a balonmano. Cómo metía goles sin ver puerta. Como introducía lo otro sin saber dónde estaba aquello. Cómo ella le ofrecía aquello a sabiendas de que los tiros del otro con lo otro podrían ser fallidos. ¿Al tiento? Cómo cumplían sus obligaciones escolares para con los retoños (fruto de las dianas casuales) si los dibujos aparecían tan difuminados como los billetes de las comisiones. No os conviene, entiendo, que se hagan más bobos de lo que realmente son. Con Castro no les funcionó. No vaya a resultar que estas magistradas…

Oye, Pedrín, ¿ya tienes algo cerrado? Cuando escuches este mensaje, dame un toque. O inclúyeme en tu grupo de Whatsapp. Estoy preocupado. ¿Tú no crees que la gente se está acostumbrando a vivir sin gobierno? A lo mejor piensa que le conviene. Pero a nosotros no. Ya hablé con Pablo y cavila como yo. Le ofrecí la vicepresidencia (de mentiritas, porque tú sabes que es para ti) y no le pareció mal. Anoche soñé que yo era tú. Y todos me pretendían. Cuántos novios. Cuando me desperté, me dio una rabia que estuve a punto de levantarme y dar una vuelta por el jardín, pero los de seguridad no me dejan. Mira, no le hagas caso al Hernando. Él también te quiere. Sí, hombre, ponte en mi lugar. Y ten cuidado con el Albertín, ese es un zorro. Y te lo dice un gallego…

Lo estás haciendo muy bien, Íñigo. Dudo que a cualquier otro le pueda salir siquiera parecido. Esa puesta en escena, fenomenal. Realza tu figura la masa humana que posa detrás de ti. Cómo me recuerda un capítulo de Pocoyó. Mensaje de hondo calado. Tú dale rosca a la tuerca que yo me encargo del resto. Oye, ¿no crees que Carolina debe explotar más lo del crío? Es que ya se escuchan comentarios de su pasado acomodado en Santiago y no interesa que nos relacionen con la gente bien. Aunque, por lo bajini, esto de la casta no es tan malo como sosteníamos cuando éramos asamblearios y con profundas raíces ideológicas. No podemos dar pábulo…

Cayo, Cayo, no me estés buscando las cosquillas que ya tengo bastante con el Anguita. Chiquito calvario este. Sigan así y lo mando todo para incierto lugar. No te pierdas, modérate. No van con tu perfil esos aspavientos. A nosotros Podemos no nos ha quitado nada. El auténtico perjudicado ha sido Pedro, el peor resultado de la historia. Mantenemos el tipo. Hemos doblado el número de diputados de Coalición Canaria. Si no fuera por la maldita ley electoral, otro gallo nos hubiese cantado…

Ana, modérate, no están los tiempos para comprarle voladores a los Toste. La gente se va a dar cuenta de que te subes a un taburete. Espera las resoluciones de nuestro comité nacional. Ños, qué bonito nos queda el adjetivo. Relájate, pasa más tiempo en tu piso madrileño que ahora no hay control rígido de asistencias. Tú actúa como cualquier cargo de confianza. No hay que obsesionarse con fichar. Date una vuelta por el Senado y pregunta por Rita…

Calladitos todos, no sea que por esta boquita suelte todo lo tragado hasta ahora. Tanto que miren cómo estoy. Si descargo todo mi peso, el partido se hará añicos. Yo no soy otra Esperanza que actúa a largo plazo. Yo soy de regate corto y disparo rápido. Si tuviera un par de años menos, ya querría Florentino tenerme entre sus filas, sería un fichaje sonado. ¿Corrupta yo? Si mi coche tiene doscientos años…

Si estuviera en tu pellejo, hablaría con el amigo popular piñero y me dedicaría a defender otras causas menores, por ejemplo, pleitos, deslindes vecinales, accidentes con alcantarillas, caídas de tendidos eléctricos y cosas así. Porque después de que te pusiste a ejercer como abogado solo acumulas sentencias nada favorables a los intereses defendidos. En resumen, eres un cenizo de tomo y lomo. A este paso, si no te retiras antes, habrá que derribar el mamotreto, el monumento a Franco, la cervecera y el estadio. Y, a lo peor, hasta el palacio de justicia. Quien te escucha en 13 (¿te recomendó, y eligió, Soria?), vaya acierto, va a pensar que…

Todo está en el aire. Como la bacteria que afecta los intestinos socialistas. Se alojó en el yeyuno, y ahí se halla muy contenta entre el duodeno y el íleon. Gorda como una vaca. Cuando yo era joven, ya ella tenía sus años. Aunque no se convierte en porquería. Eso sí, la transmite. Cada vez que hay un cambio de tiempo sale en estado gaseoso. Y se expande. Y se airea. Luego retorna y se enquista de nuevo hasta la próxima. El acuerdo con C´s resucita la división. ¿Hubiese sido diferente de haberlo hecho con Iglesias? Esperen unas semanas, que todo se andará. Cambien el Sí por el No y vuelta a empezar…

Lo dicho, hasta la próxima. Que ya será marzo y habrá comenzado el debate. ¿Qué debate?

26 de febrero de 2016

Punto y seguido

Pensaba yo que nos habíamos acostumbrado al qué se le va a hacer, que se puede traducir por pasotismo, en las cuestiones que nos afectan al bolsillo. Pero tras echar una visual a las estadísticas que te indican las páginas visitadas al blog, compruebo que las décimas de ayer jueves tuvieron cierta aceptación. Lo que me lleva a pensar que no solo a este que suscribe, y a los concejales de la oposición (más alguno del equipo de gobierno que prefiere, por ahora, guardar el anonimato), le preocupa la dejadez, el pasotismo y la falta de compromiso, cuando no de honradez, que se vislumbra en nuestro alcalde. ¿O no lo es?
En la sesión plenaria de este pasado miércoles se le pregunta si existe algún tipo de control en el horario del personal de confianza. A lo que, con total desparpajo (por no manifestar que desprecio absoluto a los que debemos currar y justificar la presencia en el puesto de trabajo), se responde que es fiscalizado de igual manera que el suyo. Cuánto cinismo. A sabiendas de cómo se desenvuelve la gestión de quien ostenta la máxima responsabilidad en el organigrama corporativo. Que no solo hace caso omiso a las críticas por estar más ausente que presente dada su condición de consejero del cabildo y, sobre todo (por la ocupación de tiempos y espacios), en su faceta de presidente insular del PP, sino que, y a las redes sociales me remito, proclama a los cuatro vientos los encuentros, reuniones, ruedas de prensa y demás, con el aderezo fotográfico correspondiente. Intuyo que el personal ‘digital’, viendo que el jefe está más allá que acá, habrá optado por una agenda flexible. Y los realejeros, a pagar. Otros dos huevos duros.
Entre ellos se halla el director de seguridad, el sujeto mejor pagado de los contornos. A quien debemos reconocerle el mérito de haberse sabido situar en el lugar adecuado para obtener los mayores réditos posibles a cambio de copia y pega. Desde el ayuntamiento capitalino, de la mano de CC, hasta esta villa norteña, tras el fichaje en el equipo popular. Algunas andanzas de su dedicación al trabajo sabemos muchos de los que coincidimos en cierta pirámide lagunera. O antes en el Seminario. Ay, si yo contara (las mías -andanzas-, claro).
Como la plantilla de la policía municipal presenta notables carencias en el número de efectivos, que son suplidos por voluntarios (y que no pase nada grave), el ahora jefe disfruta de coche oficial para cuando lo crea oportuno y de varios agentes para sus necesidades más perentorias. Ir a desayunar, verbigracia. O hallarse en el consistorio victoriero durante la moción de censura para mostrar su apoyo a Leo en lo bien que se desenvuelve dando brincos. O séase, para servirle de ejemplo.
Creía que con lo de ayer en décimas era suficiente, pero mira tú que de cualquier mata salta un conejo. Menos mal que hay gentes con la escopeta preparada. Y sigan votando. Como se presume de estabilidad económica, paguemos generosamente. Aunque por detrás nos quejemos de que otras instituciones nos tratan muy mal. Y nos exigen poner unos cuantos miles de euros para unos planes de empleo. Con lo fácil que es ocuparse de otra manera. Y mejor retribuidos, sin necesidad de fichar ni rendir cuentas. Dos besitos, una metopa y feliz cumpleaños.
Voy a mandar la prensa a que duerma el sueño de los justos. Al menos hasta que tengamos nuevo presidente. Estoy hartito de los medios, y los cuartos, de comunicación. Cada cual vende la mercancía que le interesa. El acuerdo alcanzado entre PSOE y Ciudadanos ha causado más muertos que las cacerías, mayor o menor, que ejercita cierto mandatario cercano. Podemos, hasta ayer sin ideología porque eso ya no se llevaba, fueron, de repente, más de izquierdas que Carlos Marx. El Partido Popular puso a parir a quienes llama por la puerta de atrás para hacer un pacto a la alemana. Izquierda Unida, en vez de mirarse a un espejo y preguntarse qué les pasa (y no sigo porque en el ayuntamiento de mi pueblo están dando el callo), echan mano de la calculadora y ponen la vista más allá del cuatro o cinco de marzo, en la segunda ronda. Coalición Canaria… Ana, cállate un ratito. No te pongas nerviosa.
Eso sí, que continúen las vacaciones. Los viajes ya están abonados. Corre de nuestra cuenta. Tranquilos. El pluriempleado Quevedo, en Las Palmas. Rita, la senadora, preparándose para las fallas. Soria parece un electrón del fluido eléctrico. Los presidentes de las diputaciones, que nones. Eligio en sus 13. ¡Ah!, que el herreño no es del gremio actual…
Voy a descansar este fin de semana con más fundamento. Como este año es bisiesto, cuando nos encontremos el lunes seguiremos en febrero. Creo que es el cumpleaños de Pedro Sánchez. ¿Vas a empezar otra vez?
Sean felices. Y desconéctense. Qué necesidad tiene uno de estos agobios.

25 de febrero de 2016

Una estafa manifiesta

No, no, y mil veces no. Me declaro en rebeldía y seguiré denunciando hasta mayo de 2019 que ‘mi’ alcalde cobra el sueldo más alto que la ley permite para ejercer de presidente insular del PP. Continúan los decretos para delegar en el sobrecargo y se multiplican las presencias de Domínguez en actos partidarios a la hora que tendría que estar currando en el ayuntamiento de mi pueblo. Y no se recata lo más mínimo. Diría que hace gala del despropósito. Y no me da la realísima gana de seguirle pagando un euro. Que apoquinen güimareros, victorieros, portuenses y todos los que procedan la parte proporcional correspondiente. Luego me vienen los abogados defensores a señalarme que está resolviendo asuntos para traer dinero al pueblo. Claro, y los resultados saltan a la vista. Por ejemplo, en las listas del paro. Menos mal que ya se elevan voces críticas en el seno popular. Porque no todos son iguales. Afortunadamente.
Hoy le voy a mandar el recado en décimas. Qué raro. Puede que alguien de su entorno le traslade mi parecer. Porque él, directamente, no tiene tiempo que perder en boberías. Debe revisar las propuestas que le elevan los aduladores vía redes sociales. Las denuncias por el mal funcionamiento del alumbrado público no las ve. De lógica total. En fin. A los concejales de la oposición les recomiendo que hagan un seguimiento mensual de las ausencias y anuncios del BOP. Para recordarlo en cada sesión plenaria. Eso sí, como haya que sacarse una foto, sale disparado. Y es capaz de explicarle a mi amigo “el camión” cómo funciona la nueva máquina (otro camión) de Icod el Alto. Mientras, de la zona de los cuarteles tiene diez mil sugerencias sin que haya prestado el más mínimo caso. Y dos huevos duros.
Vamos allá. Yo creo que se entienden perfectamente. Espero que las cace el destinatario:

Si mi alcalde no es consciente
de lo mucho que nos cuesta,
es que debe estar de fiesta
vacilando de la gente.
Me tiene medio caliente
su abandono laboral,
y olvida que el capital
lo apoquina el realejero,
no para andar de viajero
cual señorito feudal.

Sigue usted del tingo al tango
en asuntos populares,
si navega en otros mares,
yo no abono su fandango.
Como ocupa alto rango,
búsquese otro pagador,
y si no haga el favor
de cumplir el compromiso
que en mayo pasado hizo
al engañado elector.

Y todavía se atreve
a proclamar que dedica
más tiempo que la botica
de guardia de nueve a nueve.
Espero que sea leve
su estado de desmemoria,
o va a pasar a la historia
como el alcalde ambulante,
medio echadito pa´lante,
emulando al señor Soria.

Con tantas ocupaciones,
no olvide que en la cocina,
al que el oficio declina,
se le queman los fogones.
Sujétese los calzones
y atienda bien aquí el cargo,
del que presume de largo,
pero que ejerce muy poco,
para hacerse siempre el loco
dejando a Adolfo el encargo.

Si de un marrón disponemos,
no nos venga usted con otro,
si un huevo nos cuesta un potro
para el par ya no podemos.
Los realejeros debemos
exigir dedicación
a quien tiene obligación,
por el voto ciudadano,
de dar cuanto esté en su mano
y no andando de excursión.

Espero que un asesor
le haga llegar la rima,
y si usted a bien lo estima
se porte un fisco mejor.
Se lo dice quien fue actor
en tiempos de sentar bases,
déjese ya de trasvases
y a su pueblo al cien por cien,
de no parecerle bien,
persista con sus disfraces.

Hasta mañana, estimados lectores. Espero haber cumplido una vez más. Si atisbaste enfado en las líneas anteriores, no te voy a quitar la razón. Sean felices.

24 de febrero de 2016

Apolo 10

Se hace público que en la misión del Apolo 10, una especie de ensayo general para el posterior alunizaje de julio de 1969, los astronautas de aquel viaje, Tom Stafford, John Young y Eugene Cernan, pudieron escuchar, y grabado está, un enigmático silbido, se supone que procedente del espacio exterior, cuando sobrevolaban a unos 15.000 metros la cara oculta de la Luna.
Durante esa hora que permanecieron ‘escondidos’ tras el satélite no dispusieron de contacto alguno con la Tierra. Parece ser que durante esa desconexión los tripulantes del que se nos antoja ahora viejo cacharro mostraron su perplejidad ante el insólito hecho y la discusión acerca de la rareza del extraño ruido y sobre si debían o no informar a la NASA de lo que aconteció en la vuelta trasera por los confines lunares.
Superadas ampliamente las cuatro décadas de aquel suceso, aún no están claros los posibles orígenes de la música y las explicaciones difieren bastante. Aunque muchos sostienen que pudieron ser las interferencias entre los módulos (de mando y lunar) la causa de tan sorprendente enigma.
Y ahora entro yo en acción. De misterio, nada de nada. Cuando leí que lo que se percibía era una especie de silbo, me puse a indagar. Recorrí La Gomera de cabo a rabo. Subí a Garajonay y me aislé en lo más recóndito de Puntallana. Pasé quincenas oculto en la niebla de Chipude y escuché cómo los vientos peleaban en Igualero. Atisbé el horizonte desde Abrante y analicé el sonido de las corujas en la playa de Chinguarime. Anoté pacientemente cada movimiento de la bruma del alisio alongado al Morro de Agando y dormí varias jornadas al raso en el Jardín de las Creces. Un trabajo de campo a conciencia.
Fue un largo periodo de tres tristes trimestres. Bajé unos doce kilos, pues solo me alimentaba de las hierbas que cogía. Los sabios somos así, pobres y míseros. En definitiva, obtuve millones de datos que hube de procesar durante unas doscientas semanas con apenas media docena de descansos para que el ordenador cogiera algo de resuello. Pero, poco a poco, se fueron encendiendo las bombillas de bajo consumo. Y la luz fue haciendo acto de presencia en medio de tanta tiniebla. Comenzaba a vislumbrar la salida del túnel (de La Carbonera).
Vino a resultar que unos meses antes de que Casiveo (a pesar de nombre tan poco afortunado, ya apuntaba hombre de más amplias miras) concluyera los estudios de bachillerato (ya tenía en mente su traslado a una isla capitalina para iniciar alguna carrera con la que profundizar pensamientos y tratados del saber), junto a su inseparable amigo Tino, más conocido por el frontispicio, llevaban semanas indagando en las páginas revolucionarias de la hermosa Iballa, no tanto por las hazañas del apuesto Hautacuperche cuanto por las apetencias nada desdeñables del malvado Peraza. Rejo se columbraba.
Desde la Degollada, el uno, y desde el barranco de La Laja, el otro, ensayaban tarde tras tarde, a eso del oscurecer, las improvisadas lecciones que habían recibido hacía tres veranos en un campamento de El Cedro. Perfeccionaban sin desmayo cómo debían colocar lengua y dedos para que el sonido emitido fuera nítido, transparente. Capaz de cruzar lomas y quebradas sin el más mínimo tropiezo. El oído, al tiempo, adquiría mimbres. Los tímpanos, tan hechos a los graves de las chácaras, flexibilizaban registros para captar los agudos cual linces al acecho. O conejo en la madriguera.
Fueron, casi sin darse cuenta, ampliando sus dominios. De tal suerte, y merced a unas contraseñas que se inventaron para casos de emergencia, los saltos inalámbricos eran cada vez más portentosos. De Tajaqué a La Fortaleza, de Tagaragunche a Tejiade… Y señalaban con hitos los avances para marcar huella. Como cualquier sabueso al uso.
Pasó el tiempo y debieron separarse. Nada se sabe si en privado continuaron con las prácticas. Solos o acompañados de terceros. O terceras. No obstante, cuenta la leyenda urbana que la ausencia produjo en la isla un silencio de tal calibre que daba miedo, y mucho, asomar el hocico en las noches de luna nueva y en las últimas del cuarto menguante.
Si en aquel entonces (mayo de 1969) hubiésemos dispuesto de las potentes cámaras fotográficas de la actualidad, al enfocar hacia la parte no iluminada nos habríamos percatado de la existencia de una especie de tienda de campaña. En la que se dibuja un original logo con un lagarto, unos órganos de basalto y un sujeto subido a una palmera con un cacharro en la mano. Con el dedo índice de la otra hace un raro movimiento, como si pretendiera darse a notar.
Estoy convencido de que debió acontecer el día 22, Santa Rita, lo que se da no se quita. Premonición de andanzas institucionales. Y que los silbidos no provenían de allende los espacios sino del mismo solar que los intrépidos viajeros tenían bajo sus pies. O encima, por lo de las ópticas. Sigo sin resolver cómo llegó. Pero llegó. Constatado. Es más, regresó. Y se halla entre nosotros. El del silbido. El de la tienda. En suma, el de la miel de palma.
Armstrong no fue el primero. Ya había sido hollada. Ni Vernes ni ocho cuartos. Pero los poderes fácticos de la comunicación estadounidense así nos lo hicieron ver. Nos engañaron. Sus estrellas y banderines eclipsaron la otra aventura. Algo parecido a lo que aconteció siglos atrás con el señor Colón. Que en pos de una Bobadilla casquivana hubo de recalar en la dársena de La Villa y darse un salto a la Torre del Conde. ¿Presagio? Lo más seguro.
La publicación de la noticia ha venido bien. Ha servido de revulsivo. Las conciencias aletargadas han despertado súbitamente. Se piensa recurrir a Teobaldo Power para el pertinente anexo a sus Cantos Canarios: Silbata a manos llenas en SOL M al Apolo 10 en tono burlesco, alegre, familiar y disimulado. Lo más sostenido posible. Que no relamido.
Voy a tocar algo, si mi mujer me deja. Hasta mañana.