viernes, 9 de diciembre de 2016

Y 2000

Concluye una singladura. Con profunda satisfacción y sentido orgullo. No me tracé metas en su inicio, pero entiendo que dos millares es bonita cantidad. Tanto que si hubiese seguido con artículos semanales en la prensa isleña, habría necesitado 38 años y medio para culminar este logro. Creo, por lo tanto, que ha valido la pena. Y, como comentábamos hace unos días en una red social con el amigo Luis Febles, autónomo como la brisa (con tecla libre, fue la expresión exacta), sin ataduras ni cortapisas. Porque nunca es tarde. Tomando debida nota de maestros en esto del periodismo –sí, así lo considero este quehacer bloguero– como el entrañable amigo y portuense de pro, Salvador García. Y con agradables sorpresas, como la de quien fuera alumno en el colegio público del barrio Toscal-Longuera años atrás, Moisés Grillo, hoy en El Día TV, quien me confesara que de vez en cuando se alongaba a mi Pepillo y Juanillo para captar sentires de este Norte. Jamás mi pretensión fue tanta, pero si he logrado despertar alguna conciencia o que unos cuantos esbozaran ligera sonrisa ante las locuras de mente calenturienta, cierro el negocio con el agrado del deber cumplido.
Arrancamos en octubre de 2009, con la jubilación recién estrenada, y siete años después el barco atraca de manera definitiva. Pero ya otro velero se halla dispuesto para la partida. Y de esos nuevos vientos tendrán constancia ustedes en breve. Porque es menester un pequeño reposo para el repaso. No se preocupen, no obstante, apenas unos días y “Desde La Corona”, donde quedará instalado nuestro observatorio, escudriñaremos horizontes no tan lejanos, vigilaremos los quehaceres de los cargos públicos por si son acreedores de reproches e intentaremos seguir en la brecha. Consciente de que quienes se sitúen en el punto de mira se pasarán todo el día refunfuñando y, con toda probabilidad, manifestando ‘qué necesidad tiene el jubilado ese de estarse metiendo donde no le llaman’. Pues sí, la tengo. Y me temo que coinciden bastantes con mis apreciaciones. Que uno no es bobo y echa una visual al numero de visitas. Al menos los incondicionales no me han fallado. Y por ellos, y para ellos, irá la segunda aventura. A buen seguro que voy a contar con su inestimable ayuda. Si me abandonan, habrá toque de atención.
Alegra, también, que algunos se tomen la molestia de compartir estos comentarios en Twitter o en Facebook. Porque uno ha intentado ponerse al día en esto de las nuevas tecnologías, aunque siga reacio al teléfono móvil. ¿Morretudo? ¿O séase, testarudo o terco? Pues sí, y a mi edad, qué gusto produce. Tanto como eso que estás pensando, no.
A estas alturas de la vida, ya no me debo. Ni pretendo que me deban. Pero que no nos cercenen la opinión. Quede claro que detesto populismos, cachanchanes, chanchulleros y cantamañanas. Prácticas de quienes gritan pero nada dicen, de lo que bien poco tienen que ofrecer en un mundo necesitado de bases y argumentos. Que se amparan en la libertad de expresión para ejercer a mansalva el no protegido constitucionalmente derecho al insulto. Les llegará su San Martín. Tiempo al tiempo.
Los chicos, mis chicos, Pepillo y Juanillo, se toman unas vacaciones, que entiendo bien merecidas. Si estuviéramos en la época del servicio militar obligatorio, diríamos que se van al cuartel. A hacerse hombres, ¿te acuerdas? Y si un poco más atrás nos vamos, a trabajar en Alemania. Que de todo hubo en aquellas hornadas que salimos de la vieja escuela de La Longuera.
En fin, amigos, no pierdan las mañas. El 2001 está al caer. Será otra experiencia que espero tan satisfactoria como esta que hoy finiquita. Haré todo lo posible para que cuando te levantes cada mañana sigas con la costumbre de pensar en qué se habrá entretenido este hoy, con qué me sorprenderá. En suma, que Desde La Corona pueda convertirse en otra rutina (práctica, tradición, usanza, querencia, rito, automatismo) como lo haya podido ser Pepillo y Juanillo.
Me apetece (qué consentido está el niño) que hoy te sumes al comentario que el amigo Juan José plasmará como de costumbre. O a la décima con la que el tipógrafo perdomero, José Herrera (Pepe), me va a sorprender. O a compartir esta última entrega como han venido haciendo de manera incondicional Oswaldo, Santiago y algunos otros. O, dado que en este no me he ‘metido’ con los políticos, Esther se sumará con sumo gusto a la fiesta del hasta luego y lo mismo me dedica una foto. O los propios cargos públicos harán una excepción y me felicitarán aconsejándome que en la próxima travesía sea más condescendiente con sus actuaciones. Difícil lo tienen, pero ustedes no dejen de intentarlo.
Y con esto y un bizcocho… C´est fini.

miércoles, 7 de diciembre de 2016

1999

Gran campaña de publicidad gratuita se está brindando en las redes sociales a un cuarto de comunicación de este norte que no se destaca por la defensa a ultranza de la gran riqueza léxica de nuestro idioma. Al reportaje por el que la Sexta nos catapultó al estrado de los más recalcitrantes insultadores, siguió una moción de Podemos en el Cabildo de Tenerife (aprobada, creo, por unanimidad) por la que se condenaba de manera genérica a todo medio que se prestara a componendas vejatorias y se particularizaba o concretaba el repudio en cierto lugar infumable que apenas abarca unos pocos metros cuadrados (de espacio), pero que propaga improperios cual metralleta al uso. Al más puro género ramboniano. Vamos, que los célebres tacos de Camilo José Cela son meras guindas de una tarta de ludibrios.
No sé si la avalancha feisbuciana pretende despertar conciencias en quienes poseen poder decisorio –me quiero imaginar que sí– o si estamos logrando el efecto contrario, es decir, conseguir reforzar conductas delictivas. Yo apostaría por el vacío integral. Si la propuesta aludida en el párrafo anterior da el resultado apetecido (cortar de raíz la financiación institucional de todo tipo), no creo que cuatro empresas constituyan suficiente aporte económico. Todo ello a expensas de que las conclusiones de expedientes abiertos sean cumplidas a rajatabla. A la espera, claro, de que caiga la venda de aquellos otros que disponen de elementos más que suficientes para actuar pero que siguen jugando a la gallina ciega en chiqueros y lodazales. ¿Shrek? Un alma en pena.
Alegar que el asunto no me preocupa porque mi vieja tele es tanto o más inteligente que su propietario a la hora de sintonizar, no es motivo de descargo. Pero lo que cada cual lleva a cabo en los ámbitos privados estará sujeto a lo que las autoridades determinen. Sin embargo, no he vislumbrado a nadie que se preocupe igualmente por la trastienda. Imaginemos por un instante que el chiringuito se cierra. Queda la segunda opción. Y les saldrá gratis. Emitiendo legalmente, con más cobertura y con los mismos elementos (sujetos y sujetas) haciendo de las suyas. Dando y repartiendo. Con la mano protectora de quien pudo haberse sentido ofendido, porque le cantaron las cuarenta allende las fronteras municipales, mas hay pátina suficiente para seguir en el fango. Muchísimas prácticas se han realizado ya con el método alternativo sin que los que apoquinamos los euros, vía impuestos, exijamos ecuanimidad (imparcialidad de juicio). Una extrapolación de manejos con idénticos protagonistas.
Son actitudes que acaban en endiosamientos. Algunos en Tenerife corren el peligro evidente de acabar como uno en La Gomera que nos sorprende con un artículo semanal (en algo deberán entretenerse los amanuenses en la soledad de La Villa mientras el jefe pasea por Santa Cruz). Y del último, dos guindas: “Más allá de las discrepancias o las utilizaciones partidistas que pretenden hacer algunos para asegurarse su cuota de poder” y “Dar nuevos pasos hacia el progreso sostenible”. ¿Lloramos, reímos o reclamamos la presencia inmediata de Hautacuperche? ¿Rompemos otro gánigo o lanzamos imprecaciones al viento desde lo alto de Agando al ritmo del aserejé?
Pierden la noción del tiempo y el sentido de la orientación. Se apropian de conciencias y venden la dignidad. Se posicionan en El Machal, abren los brazos y ambicionan más dominios cada vez. Reparten libros a tabla rasa y compran últimas voluntades en descarado ejercicio de autocomplacencia. Son, en definitiva, los señores de siempre, de los que la isla no ha sabido zafarse, por lo que persiste en seguir siendo silencio amordazado.
Y allá y aquí necesitan ondas afines, que doren píldoras y que vendan pomadas (vaselinas). Donde son válidas las acciones que arremetan contra díscolos o contra quienes no bailen al son de sus compases. Pero que destaquen diariamente estribillos consabidos, consignas y eslóganes. Que practiquen el victimismo como fórmula para ablandar espíritus rebeldes, que reproduzca súbditos, pobladores dóciles. A los que pensar o levantar algo la voz les esté vedado y cuyo voto es premio de tómbola, porque si no lo haces por mí, quién te va a ayudar aquí y en el más allá. Hasta que la muerte nos separe.
Estos sí son telepredicadores. Los otros, los voceros y antenistas, son comparsas y marionetas que se mueven al compás de los que con dinero ajeno “dan pasos hacia el progreso sostenible”, bien sea en forma de agua embotellada (estilo Taguluche o Fonteide) o “asegurar cuotas de poder” con fotos, metopas y cuchipandas (niños y viejos son sectores de amplísimo calado), bien en Vueltas bien en galas, inauguraciones y encendidos un poco más cerca. Mercados y procederes que se calcan.
Mientras, aprovechemos el 38º aniversario de la Constitución, festivos y demás, para felicitar a los negociadores del pacto, a los detractores que debaten en las redes con luz y taquígrafos y a los que las encuestas denominan ‘votantes socialistas’. Todos aciertan. Comeremos turrón también este año y degustaremos ricos manjares. Por el interés general, faltaría más.
Y el próximo viernes, final de una etapa.

lunes, 5 de diciembre de 2016

Fútbol

Fútbol es fútbol, que dijera, creo, Vujadin Boskov. Y borregos son borregos, lo digo yo. Aunque pido disculpas por si ya fuera frase patentada. ¿Cómo? No me lo puedo creer. ¿Tú escribes también de fútbol si lo has repudiado por activa y por pasiva refleja? Y la excepciones, ¿qué? Cuando me enfado, desembucho hasta de sus circunstancias. O de los efectos colaterales. Al más puro estilo de la moviola.
Hombres como castillos, algunos fueron hasta cargos públicos no ha mucho, que deberían estar trabajando para levantar al país, se entretienen con una sarta de memeces en todo foro que vean abierto. Que si el Barça, que si el Madrid, que si Zidane le metió el dedo en el ojo, que si la mano de Carvajal, que si los tertulianos están escorados, que si el diario Marca también, que si el Lobo no se entera…
Un tal Mascherano cometió (provocó, hizo, perpetró, efectuó, yo qué sé) dos penaltis. El gol de Luis Suárez debió ser anulado por fuera de juego. Si Sergio Ramos no hubiese cabeceado en la jugada postrera que le dio el empate al Madrid, lo habría rematado cualquier otro de los muchos que por allí pululaban libres de marca porque la defensa del Barça ya estaba en la ducha. Toda alabanza a Iniesta supone un agravio al colectivo culé. No, qué va, piénsalo bien, medita un fisco. La Masía de Can Planes ya no funciona como fábrica de repuestos. Luis Enrique es demasiado currito, muy echadito pa´lante…
Yo no vi el partido. Yo no pago boberías. Yo no alimento a semejantes mangantes. Yo no pago la gasolina de tanto coche de lujo. Yo contribuyo a la hacienda pública con un impuesto sobre una renta que no percibo. Los figuras creen estar exentos. ¿El árbitro? Aparte de las pruebas físicas deberían presentarse a un examen oftalmológico profundo.
¡Ah!, lo mío no vale. Estoy condenado, según tú, a comentar vaivenes políticos. A subirme por las paredes cuando compruebo que Feijóo, premiado por los gallegos con otra mayoría absoluta, se sube el sueldo un 7,5%. Idéntico porcentaje que a los jubilados de toda España. A extrañarme de cómo nadie quiere a Julio Cruz (en La Gomera no lo pueden ver; deben estar a punto de nombrarlo persona non grata en su Valle Gran Rey natal) y ahí sigue, ahora como miembro de la gestora regional. A encerrame en casa cada vez que hay alerta meteorológica por si me lleva el viento o el chorro de agua por la calle del mismo nombre no me deja cruzar.
Voy a aprovechar los tres minutos de alargue de Clos Gómez para contarte que este pasado fin de semana no pude bajar a mi barrio y presenciar la charla-coloquio que organiza el cura con miembros de la corporación realejera. Por las fotos que observo en las redes sociales y por lo que me cuentan, Manuel Domínguez no acudió. Como el año anterior. Envió a Noelia en su lugar. La que lo defiende con el peregrino argumento de que se ausenta del pueblo con mucha frecuencia porque está negociando para traer dineros al municipio. Parece que Sandra, que lleva el cartel de concejala de barrio aunque viva en otro, sí estaba en la sala. Pues entiendo, ya lo hice constar en diciembre de 2015, que debía ocupar el asiento reservado al PP en la mesa de rigor. Porque le presupongo deba tener más conocimiento que la segunda teniente de alcalde. Quien se pasó gran cantidad de tiempo consultando su móvil para buscar información. Esa fue la excusa. Qué falta de respeto. Cuando uno acude a un examen debe ir preparado o espera a una nueva convocatoria. Y siempre queriendo dar la impresión que van de sobrados. No vislumbré tampoco a representante alguno de IU. Sus razones tendrán. Moderó un periodista de La Longuera: Moisés Grillo. Y un sobresaliente para Gabriel, quien demuestra con hechos que la iglesia es mucho más que una misa. Sí, con minúscula. No es la falsedad lo mío.
Llega Pepillo y Juanillo a su final en estos días festivos alternos. Puente raro o acueducto con varios ojos. Hemos alcanzado hoy la entrada número 1998. Por lo que miércoles 7 y viernes 9 (concluido el trabajo de Turismo y Folclore, toca descansar en efemérides tan señaladas) acudiremos a la cita con las dos últimas. Te juro que la 2000 ya está redactada. Y la primera de la segunda etapa (Desde La Corona), casi lista. Pero no adelantemos acontecimientos. ¿Hay fútbol entre semana? Yo soy de los tiempos de la Copa de Europa. De los Di Stéfano, Puskás (en la Wikipedia viene con tilde) y Gento. Y de la radio. Tú no sabes lo que son (fueron) miserias.
Hasta el miércoles.

sábado, 3 de diciembre de 2016

Turismo y Folclore (XXX)

Y con la presente, concluimos la entrevista a Juan López y damos por finalizado el presente trabajo de Turismo y Folclore que fue realizado cuando a uno le dio por estudiar Periodismo.
¿Qué opinas acerca de las influencias del "progreso" en el folclore?
El progreso ha influido positivamente. Entiendo por progreso las corrientes de cultura que han servido para sacar a la luz manifestaciones ya perdidas o corregir las equivocadas.
Gracias a él, a los nuevos estudios, a los nuevos sistemas de investigación, a la actual preocupación de entidades públicas, de entidades privadas, de medios de difusión y de particulares, muchísimas cosas que no se conocían hace 15 años, hay son el abc diario.
El progreso mercantilista, uniformista, puede conducir a lo ocurrido en Inglaterra. Allí no existe folklore, no existe artesanía... y los ingleses no son bichos raros por eso. Tienen una cultura diferenciada en la que lo tradicional –trajes regionales– ha desaparecido. Con una Revolución Industrial fuerte desecharon aquello que, bajo la nueva óptica, no tenía ninguna utilidad.
Lo que ahora llamamos folclore no es sino la recreación de una serie de manifestaciones que en su momento tuvieron utilidad, formaban parte del trabajo cotidiano. Hoy ya no.
Nadie baila una isa en la calle, nadie hace el pan en su casa, no hace su propia ropa o fabrica los cacharros de la cocina.
Tarde o temprano, el mundo camina hacia el uniformismo, porque estamos sujetos a presiones muy fuertes, para que todos vistamos, comamos,  pensemos y nos pongamos lo que decidan unos señores en París, Londres...
España es uno de los países europeos en el que más se conserva la música tradicional.
¿Marcaron Los Sabandeños el inicio de una nueva etapa en el folclore canario o habría que "crucificarlos" como sostienen algunos por tanta adulteración?
Está clarísimo. No aparece un nuevo concepto de folclore; este es el mismo, es inmutable. El tratamiento es nuevo, al menos aquí en Canarias, fundamentado en las agrupaciones corales instrumentales.
Grupo de élite, de gente de cultura media-alta, muy relacionada, que se introduce en una sociedad que comparte una serie de mecanismos.
Lo primero es que la identifiquen como nacionalidad. Estamos a finales de los sesenta, principios de los setenta, cuando surge la "Primavera de Praga", "Mayo del 68" y corrientes nacionalistas en Hispanoamérica. Existe una tendencia hacia la autoafirmación de la propia identidad.
Los Sabandeños  cumplen perfectamente ese papel. Aparecen 25 personas, 25 voces escogidas, caen en el olvido los grupitos que había. Aparece un "boom" del folclore que nada tiene que ver con la música tradicional.
Pero, por otro lado, ellos encienden la llama para que muchas personas empiecen a decir que aquí faltan cosas. Encendieron la mecha por:
1º. Por interés.
2º. Porque la gente se para a intentar descubrir muchos matices que Los Sabandeños no contemplan y que aún tenían en la memoria colectiva.
Su papel actual no se corresponde con aquel del nacionalismo moderado que existía en la sociedad en la que se desenvolvían, a diferencia del extremismo del MPAIAC.
Ahora no les hace falta esgrimir esa bandera. Se ha convertido en un grupo mercantilista. Priman las composiciones "light" para vender, con el atractivo de que tienen buenos músicos, buenos letristas, don de la oportunidad y calidad.
Con grabar dos discos al año, con un apoyo publicitario enorme, no les importa el que la gente siente que en directo se le está engañando, porque el apoyo para esa grabación ha sido enorme. Solo les interesa el aspecto mercantil. Cada año se reparten, solo del beneficio de discos, más de un millón de pesetas por cabeza –muchos padres de familia, trabajando de sol a sol, no lo ganan–, aparte de las actuaciones (medio millón por cada una). Y todavía gozan de una importante presencia en las fiestas de toda Canarias.
El refuerzo instrumental en las grabaciones es una consecuencia de que aquí todo vale, estamos en un negocio. Pero no nos engañemos, esto lo hacen todos los grupos.
¿Qué opinión te merece el pago de las actuaciones de los grupos? ¿Se ayuda a fomentarlos desde las instituciones? ¿Se les tiende la mano para que no quede todo en el local de ensayo?
En este aspecto soy muy determinante y me temo que bastante antipático. No creo en los grupos subvencionados. Puede haber una ayuda para un empujón en un momento determinado (un traje, una guitarra...).
Quien subvenciona, controla. Somos los grupos los que tenemos que darle un atractivo a nuestra propia labor. Que la gente quede encantada cuando suban a un escenario, porque transmitan, porque sean capaces de llegar, porque tengan alegría o porque tengan autenticidad. Lo ideal sería que las entidades no subvencionaran. Si se hiciera lo contrario, los grupos no daría golpe. El que espabila, sale pa´lante. El que está engordado por las subvenciones, se queda detrás; seguro.
¿ Y existiría posibilidad de convenios?
Las entidades públicas sí tienen que mojarse en el campo de la cultura tradicional, pero no dando una cantidad fija a los grupos cada año.
Publicaciones, investigaciones, recopilaciones... están muriéndose en los cajones de los organismos. Y hacen falta, no solo para que los grupos tengan más información, tengan unas fuentes dignas y solventes donde beber, sino porque es una obligación como entidades públicas y como transmisoras de legados.
Somos una generación puente. Y es grave que de nuestros padres y abuelos, que sí vivieron la música tradicional desde el punto de vista funcional, a nuestros hijos que no saben absolutamente nada y pasan de esto. Aquí sí que habría la posibilidad de desarrollar una buena labor. Es preferible enseñar a pescar que no darle un pescado todos los días.
Intercambios culturales, sí; rotundamente.
¿Tienes conocimiento de alguna institución, de cualquier índole, que esté realizando una buena labor para transmitir nuestras costumbres?
El ayuntamiento de Santa Cruz, por supuesto. Los grupos que asesoramos, se comprometen a realizar una serie de actuaciones en diferentes barrios. 
(Me da a conocer una solicitud de un grupo para ayuda a la compra de los trajes y me comenta el procedimiento que sigue en estos casos. Igualmente hablamos de grupos dirigidos por gente que comenzó en la Escuela y que en la actualidad hacen un papel muy digno)
¿No crees que el CCPC, a título de ejemplo, debería hacer más hincapié en otros grupos necesitados de apoyo y "dejar" a los que ya de por sí sin entrar a considerar valías de ningún tipo están promocionados, entiéndase Sabandeños, Añoranza, Mestisay... cuyo caché lo dice todo?
El CCPC es, fundamentalmente, una agencia de contratación de artistas. Está mimetizado con un barniz de plataforma cultural, en defensa de la cultura y el hecho canario y etc., etc.
Yo me niego rotundamente a que dinero público, y, por consiguiente, mío, vaya a parar, porque sí y sin ningún tipo de supervisión, a una entidad privada. Es como si se montara un negocio para vender camisetas en las Teresitas y solicito que me lo subvencionen, porque aludo a  que  los  dibujos  de  las mismas suponen una promoción maravillosa para el turismo en Canarias. ¿Cómo me va a parecer bien subvencionar a los que ganan millones, cuando hay mil grupos que están haciendo una magnífica labor?
Los grupos que tú me mencionas tienen una calidad indudable, pero desde el punto de vista etnográfico dejan mucho que desear. Incluso, alguno de ellos arrastra un montón de deficiencias: presencia de la mujer, falta de baile, falta de trajes tradicionales, excesivos arreglos musicales... ¿Cómo me va a parecer bien? Me parece horrible. Pero hay muchísimas más historias.
(Largo rato seguimos hablando del tema. Juan se muestra muy molesto porque ni hay un control  al dinero con el que se subvenciona ese Centro,  ni quien supervise las obras que se editan o los grupos que graban... Incide en lo de "plataforma cultural para la defensa de los valores tradicionales del hecho canario")
Hasta ahí, de acuerdo. Pero, ¿dónde va el dinero? ¿Qué criterios se siguen? Estamos hablando de dinero público. ¿Hay seguimiento escrito de lo que se hace? ¿Se presentan memorias finales de los proyectos? De no ser así, la promoción de ayuda ¿es tal?
¿A quién apoya, fundamentalmente, el CCPC? A quien le garantiza la rentabilidad.
¿Hay algún aspecto, que se me haya pasado, y que te interese destacar?
Me interesa muchísimo resaltar la siguiente dicotomía:
Por un lado, lo que las Entidades Públicas hacen respecto a la preservación del Patrimonio Cultural, como parte de su programa, y, por otro, la realización en la práctica de toda esa trayectoria.
Hacen un museo (Casa de Carta), se gastan una millonada, y cuando Adán Martín va a cortar la cinta de "noséqué" lleva dos niños con el traje de La Orotava. No acabo de entenderlo.
Junto a una buena realización, practican todo lo contrario. Y eso que, a pesar de las autoridades, en Canarias estamos a la cabeza de Europa en el tratamiento instrumental y en el tema de vestuario.
(Cerramos nuestra charla hablando de la guagua que está aparcada por fuera de Casa de Carta a falta de personal, con la magnífica labor que pudiera estar realizando).

viernes, 2 de diciembre de 2016

Estamos bonitos

Ayer por la mañana, mientras ejercitaba la pata con un paseo por la autovía entre El Castillo y La Vera (una de las tantas avenidas del colesterol), me encontré con un viejo amigo de aquellos que dedicamos un tiempo de nuestra vida a la cosa pública. Y menos mal que la conversa fue corta, que si no lloramos a moco perdido. Porque coincidimos en la pobreza de toda índole en la que se halla sumergida la política actual. Tanto que para sobrevivir, la mayoría de cargos necesita estacones (artilugios antes de madera, ahora metálicos─ con los que se sostienen los rolos de la platanera para que el viento o el propio peso de la piña no los derribe) a modo de asesores; sin muchas luces en eso de orientar, pero siempre dispuestos al generoso estipendio de fin de mes.
A la altura de La Cooperativa, el rabo de gato está que da gusto verlo. Recuerda que tiempo atrás te conté cómo unos operarios del Cabildo, en un día de fuerte brisa, esparcían semillas a mansalva. El fruto de aquella acción se puede contemplar ahora en toda su magnificencia. Hay una huerta por los alrededores del IES María Pérez Trujillo que llama la atención. Frondosa. Estamos bonitos.
¿Cuánto tiempo lleva la estación de guaguas portuense cerrada? Más de cinco minutos, seguro. ¿Sabes de algún concejal que haya renunciado a su sueldo hasta que se solvente la anómala situación? Yo, tampoco. Pues todavía siguen en la discusión acerca de la propiedad de las parcelas para poder acometer la obra. Me causan estupor las declaraciones del edil Marrero: “No me temblará el pulso…”. Cállate, que estás más guapo. Tanto liberado, tanto viaje, tanto amor a la ciudad que me vio nacer y las guaguas en la calle. ¿Y tú no dices nada, Carlos Alonso? ¿Y tus contactos en Madrid, Lope? Estamos bonitos.
Oye, que el accidente del avión en Colombia haya sido provocado por la falta de combustible, da unos retortijones de mucho cuidado. ¿La insensatez humana puede alcanzar tales extremos? Ni que se tratara de un coche que lo aparcas un rato mientras te acercas a buscar una lata en la estación más próxima. ¿Qué demonios pasó por la cabeza de los responsables de esa tripulación? ¿O de la torre de control en el supuesto de no haber concedido la prioridad requerida? ¿Estamos locos? En todo caso, estamos bonitos.
Se le ve ya la vena del cogote al popular Antona. Chiquito pero currito. “Si el PSOE se me levanta de un consejo, no vuelve a sentarse”. No, si lo del palo y tentetieso de tu partido es práctica cotidiana. Si lo sabremos los realejeros. Una fotito, una sonrisita, pero a la hora de la verdad al enemigo ni agua (Fonteide). Están bonitos ustedes para predicar con el ejemplo. Fachadas, por no quitarle el da.
“Vallehermoso se vuelca en la visibilización de los derechos de las personas con discapacidad”. De ahí la foto que ilustra este artículo. Que es el número 1996. Primera matización: La palabra ‘visibilización’ no existe. Otro éxito de los gabinetes de prensa. Y el verbo visibilizar significa (ya lo comenté hace unos días): Hacer visible artificialmente lo que no puede verse a simple vista. Jodido (y perdón por la expresividad) lo llevan los discapacitados si deben recurrir a rayos x o a microscopios cada vez que deseen dar a conocer sus derechos. Unos alegan que son las modas (¿modismos?). Otros sostenemos que son idiotismos. O como decía Cantinflas: Falta de ignorancia. Estamos bonitos.
La fiscal en el juicio del caso de Las Teresitas, que celebra sus últimas sesiones, ha calificado de auténtico saqueo de las arcas públicas la operación por la que Zerolo fue premiado y remitido al Senado para hacer allí lo que le saliera de la ‘polla’. Demando nuevamente la comprensión del que a este blog se alongue, pero salió de su boca, no de la mía. Sí, son nuestros representantes. Estamos bonitos.
Cuatro de cada diez contratos son fraudulentos. Así de tajante se mostró Patricia en su comparecencia para dar a conocer el resultado del Plan contra la explotación laboral. Es decir, los empresarios, a pesar de que estaban avisados de que se iba a llevar a cabo esa inspección, fueron pescados in fraganti. No nos ha contado la vicepresidenta la segunda parte de la película. ¿Se han abierto los correspondientes expedientes sancionadores o íbamos de mentiritas? Estamos bonitos.
Los incendios internos se multiplican en Ciudadanos. Más tensiones en Podemos (de ello saben mucho en Canarias, donde los círculos se han cuadriculado). La operación Sultana en el PSOE corre paralela a las giras automovilísticas de Sánchez. Lo dicho. Estamos bonitos.

jueves, 1 de diciembre de 2016

Dietas

En el escaso tiempo que ostenté el cargo de alcalde en la Villa de Los Realejos tuve que realizar algún viaje a Madrid. Bien a firmar créditos con el entonces denominado Banco de Crédito Local de España (para financiar, fundamentalmente, las aportaciones municipales en los planes de inversión que posibilitaron la mejora notable de infraestructuras de todo tipo), bien a concretar la construcción del actual Centro de Formación Ocupacional, sito en Los Cuartos, y que había gestionado Santiago Luis con el antiguo INEM. De colegios, electrificaciones, dotación de agua potable, nuevo ayuntamiento, locales sociales y otras menudencias hablaremos en otra ocasión. Así como del registro de bienes que cada uno de nosotros depositó al buen recaudo del secretario cuando se constituyeron las corporaciones. Treinta años más tarde, muchos consistorios siguen ocultando aspectos a pesar de Internet y otros avances. Y otros que disponen de página oficial (web), no tienen operativos los enlaces tipo pinche aquí. Bueno, pinchar sí puedes, pero espera sentado.
Cuando este que suscribe las líneas que lees, retornaba al pueblo (mi mujer iba a buscarme a Los Rodeos y en una de las ocasiones tuve que pagar una multa de 4000 pesetas –de mi bolsillo, qué te creías– porque salió tarde de casa (La Longuera, 5) y el Fiat 128 corrió a un poco más de 100 km/h; salió el coche precioso en la foto, tú) y lo primero que hacía al llegar al edificio de la Plaza La Unión (antes de los enamorados, ahora no sé) era pasar por Intervención a dejarle a Petri recibos de taxis, de las comidas, facturas del alojamiento y demás. Hasta en cierta ocasión, unas pesetas que me habían sobrado. Éramos así. Y poco he debido cambiar.
Con tales antecedentes, sorpresa me causó que en el ayuntamiento de Puerto de la Cruz sea ahora, 2016, y a través de una propuesta de la Asamblea Ciudadana Portuense, cuando los ediles pasan a tener la obligatoriedad de justificar sus dietas. Es decir que de aquí para detrás si un concejal, o el alcalde, se iba de viaje y se quedaba en casa de un amigo o familiar, por ejemplo, se ‘mamaba’ las perras y tan contentos que los impuestos dan para eso y para más. Y en la época de un servidor lo mismo se hacía un viaje anual, pero en la actualidad es raro que no haya varios en un mes. Ya que estoy, déjame pensar mal, porque se me acaba de ocurrir que mi alcalde, que está más fuera que dentro resolviendo asuntos de su formación política, lo mismo cobra, aparte del generoso sueldo, dietas de traslado y manutención, cuando no de hospedaje. ¿No habrá fotos?
Y todo esto debo entroncarlo con las medidas del Ministerio de Hacienda, que debe aumentar la recaudación en 8.000 millones de euros (te juro que me mareo), pues debemos bajar el déficit hasta el 3,1% del PIB, no sea que Europa (puedes leer Merkel, si te apetece) nos deleite con sonora cachetada. Y entre ellas, amén de subir determinados impuestos (o es que piensas que el dinero baja con la lluvia al estilo del maná bíblico), se enfatiza en la reforma de las administraciones públicas a través de las nuevas tecnologías, control del empleo y racionalización estructural del sector público. Aparte de bajar hasta 1000 euros el tope máximo para pagar en efectivo. Lo que me va a traer a mal vivir estos próximos años para poner en circulación los dos sacos que tengo en casa con billetes de quinientos. Fruto de lo que obtuve en negocios turbios, calderilla por debajo de la mesa y porcentajes de las adjudicaciones de las obras. Y como no me dio tiempo sino de comprar cuatro apartamentos en el Sur, ahí quedó ese resto.
Pero me llama la atención que a nadie se le haya ocurrido poner coto a ese enorme tinglado que constituyen liberados, cargos de confianza, asesores, enchufados, colocados, disimulados, pegados, adheridos y chupópteros diversos. Porque, y ciñámonos al caso particular canario, 88 ayuntamientos, siete cabildos, parlamento, gobierno regional, empresas públicas, mancomunidades, consorcios y toda una pléyade de inventos y chiringuitos, deben sumar una pasta gansa. Vamos, que a lo peor ni siquiera lo saben a ciencia cierta. Pues, señores, eso no se toca, es sagrado. Si te quedas sin bombillo en la calle, mejor, así nadie te ve si haces cosas feas. Es lo que hay. Ellos sostienen que son acreedores a una retribución digna, en consonancia con el rango ostentado. A ti y a mí, ni categoría, ni condición, ni importancia, ni nivel. Y sin dietas.
Arrancamos diciembre. Me han soplado que a pesar de los esfuerzos de Carlos Alonso, las colas siguen. Se han aliviado algo en Tacoronte, El Sauzal, La Victoria, La Orotava, Icod de los Vinos y Garachico. Qué suerte.