martes, 31 de mayo de 2011

Reivindicaciones

Ya vimos en entregas anteriores que Voz del Magisterio Canario era un periódico de los denominados ‘profesionales’, editado en la Orotava, y en el que Alfredo Mederos suscitó la movilización que hiciera posible que los maestros del 2º escalafón pudieran tener abiertas las puertas para el ascenso de categoría. En el ejemplar de 1 de febrero de 1923, páginas 6 y 7, podemos leer:
“Con objeto de dar publicidad a todo trabajo en que se fomente la unión para nuestra campaña, el número 12 de la Voz inserta una carta abierta del digno compañero Sr. Blázquez Orellano, Maestro de Tenteniguada (Valsequillo), Delegado en Canarias de nuestra Asociación General, contestando a otra que yo le dirigí, llena de optimismo en mis anhelos de igualdad y fraternidad entre todo el Magisterio...
Nuestro derecho lo hemos amasado en un trabajo constante, sin desertar nunca del cumplimiento del deber, constituyendo nuestra actuación un caso único de vocación, que hizo el milagro de germinar, apartando el montón de decepciones sufridas, para nacer entre el abandono de los poderes públicos y la desconsideración de unos pocos compañeros, que en su egoísmo desprestigian a la clase, discutiendo la capacidad de los Maestros del 2.º escalafón, para tener derecho a ocupar un puesto en las categorías del primero, inferior al de los subalternos, y por lo tanto indigno de una clase que se le hace responsable de la cultura nacional, a falta de una actuación corporativa enérgica, impuesta por la verdadera unión del Magisterio sin castas...
Un nuevo R. D. convocando a oposiciones la mitad de las plazas del escalafón en todas las categorías, vendrá a demostrar quien tiene la razón y cuales son los que se llevarían el Santo y la limosna –a lo que ha dado lugar la discusión de si las oposiciones son pedagógicas o antipedagógicas–; y los maestros de los pueblos rurales, con 30 años de servicios, habiendo desasnado a media España, condenados a morir con 3.000 pesetas de sueldo, figurando nominalmente en un escalafón de 3 a 12.000 pesetas…
El llamamiento de nuestros hermanos a la unión requiere por nuestra parte una cooperación entusiasta, desinteresada y digna para obtener las mejoras económicas a que tenemos derecho.
Los compañeros del Grupo Oriental nos invitan a la unión, y si por ahora las circunstancias nos impiden crear otra asociación en este grupo; recomiendo a todos remitan su adhesión al Sr. Blázquez como Delegado, comprometiéndose a ingresar en la Nacional de Limitados y subscribirse a nuestro periódico «Nueva Luz» que publica en Madrid don Manuel Carreira Amor, Calle del General Oraá, núm. 31.
Dando una prueba más de amor a la Enseñanza, luchemos, sin claudicaciones, por la dignificación del Magisterio, creando una verdadera hermandad espiritual, aportando las iniciativas y el apoyo material y moral de todos los maestros del 2.º escalafón del Grupo Occidental a la obra común para hacer seguro el triunfo definitivo de nuestra causa.
Realejos, «La Longuera» 20 Enero de 1923. A. Mederos Galán”.
Me quiero imaginar que más de un docente de ahora mismo, tras la lectura de las líneas anteriores, habrá pensado que esa unión tan requerida por el maestro del que hablamos (escribimos) aún sigue pendiendo de algún que otro hilo, pues muchas veces los sindicatos que dicen representarnos, no son capaces de actuar en una misma dirección, y con comportamientos más políticos que sindicales parecen navegar a contracorriente. ¡Ah!, y la discusión acerca de la validez o conveniencia del sistema de oposiciones sigue tan vigente como hace 90 años. Eso, adelantamos que es un disgusto. Pero prosigamos:
Recalamos, de la mano del mismo periódico (Voz del Magisterio Canario), en el 8 de junio de 1923. En la página 4 del citado ejemplar (ver ilustración) nos encontramos con:
“Para los maestros del 2º escalafón
Compañeros:
Los momentos son decisivos para la significación económica de los humildes; ahora más que nunca es necesaria la unión de los maestros del 2º. Escalafón. Coincidiendo las próximas vacaciones con el funcionamiento de las actuales Cortes, se proyecta la celebración de una asamblea en Madrid para pedir a los poderes públicos Justicia al reconocer los derechos del Magisterio Nacional, ilustrando a la opinión con este acto para predisponer en nuestro favor al parlamento, y lograr tan humildes aspiraciones.
He tenido el honor de ser nombrado redactor corresponsal administrativo del periódico «Nueva Luz», órgano de la asociación de limitados que dirige nuestro ilustrado compañero y brillante orador D. Manuel Carreira Amor, alma de la campaña emprendida en defensa de estos sufridos maestros, por lo que me dirijo desde las columnas de este semanario a los compañeros, aspirando a que se subscriban al citado periódico, desde el cual se lucha para constituir el frente único, ilustrando a todos de la actuación de la ejecutiva de la nacional para conseguir que la totalidad de los maestros aporten su apoyo moral y material, y poder obtener las mejoras que con tanto derecho solicitamos.
Remitiré un número del periódico a los compañeros que conozca, rogando a los demás me pidan la suscripción para evitar los gastos que me ocasionarla el dirigirme por carta a todos, a lo que estoy dispuesto si es preciso hacer este sacrificio económico, aunque sea el más pobre y humilde para que nadie deserte del puesto que le corresponde en nuestra lucha por la dignificación de la clase.
Realejos «La Longuera» 5 de Junio de 1923. Alfredo Mederos Galán”.
Perdemos la pista en esta interesante ‘lucha reivindicativa’ (dejamos la propuesta abierta a la consideración de otros diligentes investigadores o doctorandos, para el estudio pormenorizado de este y otros maestros) y volvemos a hallar una referencia de Alfredo Mederos en Gaceta de Tenerife correspondiente al 21 de noviembre de 1926. En su portada, en la sección ‘Por nuestros pueblos – De la vida canaria’, una crónica desde Realejo Alto en la que se detalla la organización de la Fiesta del Árbol, y de la que daremos debida cuenta en nuestra siguiente entrega. Hasta entonces.

lunes, 30 de mayo de 2011

Llamamiento al Magisterio

Y proseguimos. Uno que se halla retirado (de casi todo), comprueba estupefacto la profunda carga de actualidad que tienen los comentarios de este maestro. Tanto para los docentes como para los políticos. Lo malo, me temo, es que, por las limitaciones lógicas que este blog lleva aparejadas, ni los unos ni los otros lean con detenimiento estas líneas. Y si por un causal acceden al mismo, estimarán que su extensión es harto notoria y con un simple clic, a otra cosa, mariposa. Los maestros y profesores, a través de sus sindicatos, bien podrían captar el mensaje de llamamiento a la unión, eterno problema del colectivo. Y los políticos (que aprendan los socialistas para que no persistan en sus lamentables espectáculos) que asuman lo de “extirpar antagonismos y luchas suicidas entre compañeros”. Pero esos serán temas próximos.
En Voz del Magisterio Canario, 17 de diciembre de 1922, páginas 5 y 6 (en las ilustraciones hallan información del periódico en cuestión), y en un artículo titulado ‘Al valiente Magisterio Canario’, Alfredo Mederos, escribía:
“La clase, a falta de un elemento joven en la lucha, dispuesto a sacrificarse, y que no le guie el interés de ser recompensado utilizando las campañas vindicativas para lograr sus aspiraciones particulares, necesita de orientaciones nuevas, extirpadoras de antagonismos y luchas suicidas entre compañeros, ante la imposibilidad de establecer la compatibilidad del ideal político de cada individuo con los intereses colectivos, Urge una propaganda activa, sin claudicaciones impropias de nuestra enorme responsabilidad ante el mundo civilizado, y que esta actitud sirva de apoyo para obtener nuestras aspiraciones; haciéndonos dignos; porque siempre hemos luchado sin más recompensas que la satisfacción íntima del deber cumplido. Para ello hay que perseguir implacablemente a los desertores del deber, luchando para fomentar el compañerismo, creando una hermandad espiritual que tenga por norma la afinidad de las ideas políticas de todo el Magisterio, utilizadas integramente para mejorar la condición de la Escuela.
Para la realización de nuestras ideas de fraternidad hay que destacar un periódico, dejándolo de utilizar con carácter exclusivamente profesional, y dedicándolo únicamente a defender la Enseñanza; que recoja nuestros anhelos de renovación para infiltrar en la opinión pública la necesidad inaplazable de atender preferentemente las cuestiones de Enseñanza, porque mientras no sea un hecho la dignificación de la Escuela, no vendrá el mejoramiento económico del Maestro. A la Escuela y al Árbol defenderá nuestro periódico, y en un rincón de su última plana se insertarán las disposiciones oficiales concernientes a la profesión. En él colaborarán las primeras firmas literarias que se hayan distinguido defendiendo el Árbol y la Escuela; y todos los maestros lucharán en sus columnas con uñas y dientes, porque pronto sea una realidad la construcción en todos los pueblos de escuelas-bosques. Se le dotará de una buena información telegráfica nacional y extranjera, que unida a sus fines culturales, constituirá la mejor garantía para que sus corresponsales, los maestros de todos los pueblos, inicien la propaganda que ha de hacer de nuestro periódico, el de mayor circulación de la provincia. Esta hermosa idea realizada, nos daría la seguridad de que la Enseñanza, contando con este defensor, pronta alcanzaría el puesto que le corresponde movilizando las iniciativas de todos los hombres amantes de la cultura popular, para entrar en la lucha activa, medio de poder llegar a ver nuestras aspiraciones realizadas ¡Qué hermosos frutos recogeríamos fizcalizando constantemente la actuación de las autoridades, para construir Escuelas dotadas de buen material; abriendo suscripciones para la creación de roperos escolares con el fin de facilitar libros y ropas a los niños pobres que por esta circunstancia no pueden asistir a las clases!...
Tengo el gusto de manifestar a mis queridos compañeros, que éste es el criterio de la mayoría, y que hace falta encauzar para ver realizada esta bella aspiración. Hago un llamamiento a todos lleno de optimismo, solicitando su parecer, mediante una contestación por escrito a la redacción de este periódico, haciendo constar su conformidad y que se hallan dispuestos a ser socios protectores del mismo con una suscripción superior al resto de la opinión extraña a la clase si se lleva a efecto la idea.
Hay que poner a prueba el levantado espíritu de todos, y demostrar que estamos capacitados para organizarnos, haciendo una demostración del valor corporativo para llevar a cabo tan hermosa iniciativa. Contestad a la redacción de LA VOZ. manifestando que están de acuerdo y que el corazón de todos late al unísono, inspirado en un mismo ideal de fraternidad. A. Medero Galán. Realejos «La Longuera» 3 Diciembre de 1922”.
En el mismo periódico (Voz del Magisterio Canario), en el número correspondiente al 1 de enero de 1923, páginas 5 y 6, se incluye una carta abierta (y dirigida a Alfredo Mederos) del maestro de Tenteniguada (Valsequillo, Gran Canaria), Juan Blázquez, de la que extracto algunos párrafos:
“¿Que somos pobres? no, somos muy ricos de espíritu y creo que esta es la mayor riqueza que podemos desear, además que no tenemos nosotros la culpa de serlo materialmente sino aquellos que no saben apreciar la labor del maestro, y que tendrán a nuestra querida patria sumida en el horrible laberinto de la ignorancia.
Nosotros, la gran familia del Magisterio, tenemos cierta semejanza con el hormiguero; éste trabaja silenciosamente durante el estío en las entrañas de la tierra, acumulando allí la alimentación para los días tristes del invierno, también nosotros trabajamos en el interior de los infantiles corazones, proveyéndoles de medios para que en la primavera y el estío de la vida sean hombres nobles y trabajadores y puedan proporcionarse para ese invierno horrible llamado vejez siquiera un mendrugo de pan con que alimentarse, y desechar el horripilante fantasma del hambre; pero a nosotros que hacemos todo esto abriéndoles los ojos para la lucha de la vida, se nos pisotea como se hace con el hormiguero, considerándonos como seres inmundos y echándonos como a los perros los desperdicios del banquete llamado «presupuesto».
Haga V. en ese grupo Occidental lo que este Oriental hemos hecho; excite el espíritu societario y no le quepa duda, hallará eco como nosotros le hemos hallado, aunque desde luego tengo que tropezar con obstáculos, algunos bastante difíciles de vencer, pero con la voluntad todo se hace.
Vengan a nosotros que les esperamos con los brazos abiertos y démonos un abrazo fuerte, estrecho, seguros de que iremos derechos al triunfo; desechen la apatía y miren que será de nosotros si continuamos con el «yo» suicida; allá nos llaman ¿seremos tan estúpidos que les oiremos, negándoles nuestro apoyo? confío en que no”.
El magisterio en aquel tiempo funcionaba por escalafones. Y si ahora los de primaria ‘peleamos’ por no cobrar el complemento que se abona a los de secundaria, imagínense las diferencias que podrían existir con unos sueldos de miseria allá en los inicios del siglo pasado. Y estas reivindicaciones de los del denominado segundo escalafón fueron las que dieron lugar a este cruce de cartas, que seguiremos con la respuesta de Alfredo Mederos al maestro de Tenteniguada mediante otro escrito en el periódico que venimos aludiendo y que titula ‘Llamamiento a los maestros del segundo escalafón del Grupo Occidental’. Y que será el primer motivo que expondremos en nuestra siguiente entrega. Hasta entonces.

domingo, 29 de mayo de 2011

Una curiosa visita

Al leer estos documentos que he considerado conveniente ir reproduciendo para ustedes, si a bien estiman su ojeada, y captar la profundidad de los mensajes, convendrán conmigo en pensar que si esto se manifestaba hace casi cien años, cuánto retraso supuso el periodo, que muchos tuvimos la ocasión de vivir (al menos parte de él), que se inició un nefasto 18 de julio de 1936, y que tanto significó, para mal, a este maestro al que le estamos dedicando una serie de entradas en este blog. Echa uno la vista (mente) atrás y se plantea que si las circunstancias políticas hubiesen sido otras y no se hubiera desencadenado el círculo de errores, y horrores, tristemente famosos en la historia del país… En fin, saca tú las conclusiones.
En el periódico profesional Voz del Magisterio Canario (ver ilustraciones que se adjuntan), 29 de octubre de 1922, páginas 4 y 5, encontramos una peculiar crónica de Alfredo Mederos, ya maestro en La Longuera (Los Realejos), que relata cómo unos extranjeros se alongan a las ‘magníficas dependencias en las que se aloja su escuela’, lo que aprovecha para realizar la oportuna crítica a los culpables de la situación: “Nuestros colaboradores. La escuela nacional de La Longuera visitada por varios extranjeros.
Las consecuencias del enorme abandono en que el Gobierno y demás entidades tienen la Enseñanza, y el desconocimiento de nuestros elementos directores al tratar este asunto, proponiendo soluciones provisionales para situar en lugares detestables a las Escuelas, las ha sufrido el Maestro de La Longuera, en una Escuela situada en el Valle de la Orotava, por donde pasan frecuentemente muchos extranjeros.
Cuando se visita un pueblo, lo primero que se pregunta para conocer su importancia es por sus Museos, Bibliotecas y demás establecimientos de cultura; y, careciendo en absoluto de estos centros, no se puede hacer una guia del turista que no constituya una vergüenza para el pais; y no dudo haya quien califique a ese pueblo de no ser digno de las bellezas naturales de la región.
Estando en todo el mundo resuelto el problema de la Enseñanza, en Tenerife se desprestigia al maestro, porque no quiere aceptar locales en peores condiciones que los que destinan varios capitalistas a caballerizas.
Quería sentar el precedente, de que estaba dispuesto a dar las clases en la vía pública, antes que proponer la clausura de la Escuela por las pésimas condiciones del local, y no perjudicar los intereses del pueblo. ¡Caro he pagado el no seguir la noble actitud de mis nobles compañeros, no aceptando locales que no corresponden en estética y en higiene a la alta misión para que son destinados...!
Por mi Escuela han pasado unos extranjeros. Varios de los cuales se han detenido largo rato en la ventana del salón de clase, informados de que están presenciando los métodos pedagógicos que se emplean en el antro-escuela, donde en nuestro país se crean de unos niños pobres, sin ropa, abandonados por los Gobiernos y por la falta del sentimiento caritativo en nuestras clases sociales, los hombres que han de formar la España nueva; que quieren regenerar su situación en el mundo civilizado, amante del progreso y de la cultura física e intelectual de sus hijos.
Un maestro que tiene ideales, que ama su patria, que reconoce su responsabilidad como educador e importancia de la alta misión que desempeña, ha inclinado la frente de vergüenza, comprendiendo que al pueblo español se le sigue engañando con la narración de sucesos de nuestra Historia, para enmascarar la desastrosa actuación de nuestros gobernantes, pretendiendo establecer un estado comparativo de la labor de los Gobiernos de España e Inglaterra en la Instrucción Pública, para demostrar la importancia de una nación por el progreso cultural del pueblo.
Varios extranjeros, distinguidos huéspedes del Hotel Taoro, han visto en Tenerife lo que es una Escuela Nacional en España, visitando la de La Longuera. Una matrícula de 60 niños pobres, sin libros, para un salón de 14 metros cuadrados; una cama de la familia del maestro, porque la misma casa sirve de habitación al profesor, seis bancos bipersonales para doce alumnos, una mesa para el maestro y un Crucifijo.
Desalentado por el poco apoyo que las Autoridades prestan a la Enseñanza, demostrado en justas y humildes peticiones denegadas, hago un llamamiento a la opinión pública y entidades insulares, para que de una vez termine el vergonzoso estado de la Enseñanza en Tenerife, empleándose soluciones decorosas, para resolver este problema, prescindiendo en absoluto de ciertas Autoridades locales que no son representantes de la voluntad popular, sino de los intereses del Cacique; que carecen de solvencia moral e intelectual para hacerles responsables, encomendándoles la solución de un problema que requiere la cooperación de personas, que no medran con los sagrados intereses del pueblo, y que les sirva de norma para la realización de un ideal: la satisfacción del deber cumplido.
Si el Cabildo Insular quiere invertir el crédito destinado a Escuelas y Arboles con igual beneficio para toda la Isla, que desista de toda obligación por parte de los Municipios de aquellos pueblos, que siendo tan dignos, tienen la desgracia de soportar las peores Autoridades.
Como se que muchos Ayuntamientos no han de optar a los beneficios de nuestra Corporación Insular, ofrezco mi humilde cooperación a la obra emprendida, y me comprometo con los padres de familia y alumnos a plantar todos los árboles que quieran en la extensión de terreno comprado por el Exmo. Cabildo, que se destine para la construcción de la Escuela-bosque de La Longuera. Entonces podríamos decir con orgullo a los extranjeros que visiten nuestras Escuelas, que el espíritu de nuestra raza no muere nunca, dignificado por la actuación histórica de nuestros antepasados, de los cuales somos dignos sucesores, cuidándonos de la preparación cultural de la juventud en las Escuelas Nacionales, edificadas por el digno y Exmo. Cabildo Insular de Tenerife.
Alfredo Medero Galán. Realejos  «La Longuera» 15 de Octubre de 1922”.
Tres puntuaciones para concluir:
Insisto en la referencia a la denominación de Los Realejos, que ya comenté en la entrada anterior; la duda que se me plantea al observar varias veces que en la firma pone el mentado maestro el apellido Medero, cuando siempre lo he visto acabado en ‘s’ (ignoro la casuística, pero nada me extraña que sean, como era normal en el entonces, los duendes tipográficos); y no se alarmen si atisban alguna que otra falta de ortografía (recuerden que he procurado limitarme a la literalidad en las transcripciones).
Hasta la próxima ocasión, que, si nada se tercia, será mañana lunes.

sábado, 28 de mayo de 2011

Campaña contra el analfabetismo

La Gaceta de Tenerife, 5 de diciembre de 1922, página 1 (aquellos que lean esta entrada y sean de Los Realejos, tienen además en este número del periódico un escrito de varios concejales del ayuntamiento de Realejo Alto):
De enseñanza. La campaña contra el analfabetismo, que dedica Alfredo Mederos a mi distinguido amigo don Adolfo Febles Mora, iniciador de la campaña para combatir el analfabetismo.
“Los verdaderos responsables, como elementos directores –ayer en una actuación gubernamental funesta que costó la vida a muchos inocentes, y hoy, por el turno de aquellos políticos que habiendo fracasado todavía se les soporta rigiendo los destinos de la nación– opinan y encuentran quien les apoyen, y suponiendo que el pueblo olvidó sus pasado, vierten íntegramente la responsabilidad sobre quienes están libres de culpa en nuestro atraso cultural, y que por su brillante historial, lleno de sacrificios, son los que han podido sostener el prestigio cultural de España en medio de Gobiernos descalificados por la opinión ilustrada del mundo, ante el patente abandono en que se ha tenido a la Escuela y al educador sin medios para la dignificación de su personalidad, indefenso para contrarrestar la labor de muchos ignorantes y de todos los Gobiernos que por no haber hecho nada en beneficio de la Enseñanza, se han dedicado a combatirlo, desprestigiándolo  y fomentando la desorganización de la Escuela a falta de medios que imposibilitan el poder emplear ningún procedimiento pedagógico.
El Señor Prado Palacio ha dicho en el Consejo de Instrucción Pública que hay  que construir 30.000 edificios y que faltan 70.000 maestros para completar los 100 mil que se necesitan para llevar a la práctica la Enseñanza obligatoria; no obstante, dicho Consejo trata el asunto de una manera secundaria cuando no propone urgentes iniciativas con procedimientos eficaces para combatir el analfabetismo. La falta de escuelas y maestros es causa de un estado de desorganización que impide el funcionamiento normal de las actuales escuelas, pretendiéndose hacinar la enorme población escolar en los pocos y mal acondicionados locales de que se dispone para la instrucción pública, o dejando a cargo de la iniciativa de padres analfabetos, que viven en la miseria, la asistencia de los niños a las escuelas.
A mí me consta, por los años de práctica en la Enseñanza, que aún en el estado irracional en que se encuentra el proletariado, no es el pobre el que no desea instruirse, son los de arriba, las autoridades, los que no permiten que los niños acudan a la Escuela. En Francia, que existe un maestro por cada 400 habitantes, y cada centro de Instrucción dispone de un ropero escolar fundado por el Estado y la caridad pública, con el fin de proporcionar libros, ropa y comida a los niños pobres para desaparecer con las dificultades que impiden la asistencia a las clases, hay un 15 por 100 de analfabetos; en Santa Cruz, que existen siete escuelas clausuradas, por lo que no se dispone de más de un maestro por cada nueve mil habitantes ¿no debe haber más de un 90 por 100 de analfabetos?
Como dicen los paladines de la Instrucción pública en Canarias, este es un problema de buena voluntad; basta con que los que están satisfechos de la vida, porque tienen sus aspiraciones satisfechas, se hagan cargo de invertir lo que les sobra aliviando la situación de los desgraciados sin pan, sin albergue y sin instrucción.
Al niño pobre se le persigue en el hogar, se le martiriza en el trabajo y se le obliga a ser recluido en una Escuela prolongación de las miserias de su casa; hambriento de pan, aire y luz para el espíritu; en su juventud, sucumbe contagiado por la novela inmoral, engendradora de pesimismos y que ha retardado el resurgir de una raza destinada a ocupar un primer puesto en la marcha triunfal de la civilización.
¿De qué medios disponen las clases trabajadoras, con un jornal de cuatro pesetas, para poder enviar a sus hijos a la escuela? Todos sabemos el estado miserable de los niños pobres, sin ropas, y que por este motivo acusan un 50 por 100 de las faltas en el libro de asistencia del colegio. Los padres de familias numerosas se ven obligados a mandar a sus hijos al trabajo por defender a su hogar de la miseria, cuando no malgastan su jornal en la taberna, envilecidos por las privaciones... Conozco muchos padres a cuyos hijos he gestionado unas horas de libertad en el trabajo para que asistan a la clase y para los que solicité un premio del Cabildo, que se me negó, y que los lectores de GACETA DE TENERIFE conocen porque mereció la aprobación de su digno director.
En todas partes se habla de multar implacablemente a los padres que no mandan sus hijos a la escuela, pero en ningún sitio se trata de facilitar los medios económicos para que estos puedan cumplir dicho deber. Comprobada la imposibilidad de llevar a la práctica la enseñanza obligatoria, por no disponer de los locales para la totalidad de los niños comprendidos en la edad escolar, no cabe otro procedimiento que la creación de cantinas escolares, con el fin de proporcionar libros y ropas a los niños pobres que por esta circunstancia no pueden asistir a las clases, único medio para conseguir una asistencia normal, con una matrícula proporcionada, para cada maestro y poder obtener una educación integral. Si en naciones donde el obrero disfruta de otro bienestar existe una escuela por cada 400 habitantes, dotada de ropero escolar, para prestar facilidad a los padres con el fin de que sus hijos puedan asistir a las clases, aquí, que el niño se encuentra abandonado y hambriento, los padres no pueden permitirse cierto lujo en las ropas de sus hijos para que puedan asistir a la escuela, y menos comprar libros cuando le falta el pan… ¡Cuantos espectáculos repugnantes he presenciado de un guardia que azota las espaldas desnudas de un niño que implora la caridad o durmiendo en la vía pública, abandonado de una madre envilecida por la miseria!
Da muestras de un desconocimiento absoluto en las cuestiones de enseñanza, el que afirme que el analfabetismo se combate hacinando en las cárceles que hoy se destinan a escuelas, martirizando el desarrollo físico y moral del niño y utilizando medidas de rigor con los padres que por la miseria en que viven se ven imposibilitados de mandar a sus hijos a la escuela, mal que alcanza hasta la mayoría de los hijos de empleados públicos que, por sus pequeños sueldos, no ganan lo necesario, en relación con la carestía de las subsistencias para educar a sus hijos.
Todas las campañas iniciadas en Santa Cruz de Tenerife para combatir el analfabetismo, han fracasado a falta de elementos que aporten su buena voluntad, teniendo un concepto elevado de la escuela y comprendiendo que éste es un problema que no se puede solucionar sin dinero. La última discusión de los presupuestos municipales constituye una enorme decepción más para los que conocen la clave del problema,
Los que aman de verdad al niño, comprenderán que es necesario encausar independientemente las iniciativas de los hombres de buena voluntad, abriendo suscripciones en los periódicos con el fin de crear las cantinas escolares; habilitar locales decentes para las actuales escuelas, de forma que estas no sean la prolongación de las horribles habitaciones o ciudadelas donde están condenados a vivir, sino por el contrario lugares aireados y confortables que halaguen la existencia del niño y estimulen la asistencia ante la perspectiva de disfrutar de unas horas alejados de su vida de pobres. Creando escuelas en relación con las modernas orientaciones pedagógicas, que demuestren que se progresa en los métodos empleados para el desarrollo de la cultura popular. A. Mederos Galán. Realejos, La Longuera, 29 de Noviembre de 1922”.
Resulta curioso el poner Realejos cuando deberían transcurrir más de tres décadas para que la unión de Realejo Alto (al que pertenecía La Longuera) y Realejo Bajo fuera una realidad. Dejo a la consideración de los posibles lectores, la valoración del contenido de los documentos que voy transcribiendo. A buen seguro que por la mente de los que sean docentes pasarán demasiadas imágenes. Hasta la próxima.

viernes, 27 de mayo de 2011

Loables iniciativas

Como en campaña declaramos libre de responsabilidades al general y fusilamos al soldado... y nuestro pueblo heredando la cultura general adquirida a consecuencia de la actuación política de cada cacique, digno representante de las costumbres morales, y gran fomentador de la irracionalidad en el sufragio; procurador de la dignidad del Maestro y cuya opinión tiene siempre más importancia –hasta pedagógica–, por aquello de «cuanto tienes tanto sabes».
En medio de tanta decepción, sufrida en siete años de servicios un señor maestro ha ganado 40 pesetas, mensuales 75, y hoy 140; careciendo de pan y de medios económicos con que ilustrarse e ilustrar al pueblo; desempeñando escuelas sin material, situadas en reducidas habitaciones, sin condiciones higiénicas, y no haber percibido hasta la fecha ni un céntimo en concepto de casa-habitación, casado y con hijos. En la actualidad al frente de una escuela en un barrio en que todos son pobres de solemnidad; solicitó unas miserables pesetas de una Corporación insular para libros de los niños, en vista de que sus padres carecen de recursos para comprarlos, y esta Corporación que nunca negó dinero para fiestas, no considera dignos a los niños de las aspiraciones expresadas por su maestro en la instancia desestimada.
El señor Continente de Lara, en su brillante artículo del día 1 del corriente en GACETA DE TENERIFE, nos demuestra poseer una cultura fomentada por los Ideales, y por eso opina de acuerdo con su conciencia, y sabe que la vocación en la actuación profesional del Magisterio, la degenera el ambiente, mal estado económico, falta de locales de material científico y apoyo de la opinión; elementos que dignifican la personalidad del Maestro para que su actuación moral constituya el buen ejemplo, principal educador de las colectividades.
Francia dispone en sus grupos escolares de dos maestros por cada 500 habitantes, tiene sueldos establecidos con motivo de las actuales circunstancias en las categorías de estos funcionarios, hasta de 30.000 francos por la depreciación de la moneda, y cuenta con un quince por ciento de analfabetos; Santa Cruz de Tenerife, con más de 70.000 habitantes, tiene 14 escuelas y le faltan 56 para poder contar con una por cada 1.000 habitantes, grupos que dan una población escolar de más de 200 niños; no tenemos edificios, y hasta la fecha las autoridades al alquilar uno no se preocupan sino del precio, prescindiendo del aspecto decente y de capacidad que corresponda al lugar en que debe haber estética porque se van a educar los sentimientos de un pueblo, aprendiendo a adquirir un concepto elevado en todas las ideas, en medio del amor a la higiene y la presencia constante del Arte y las ciencias, por el importante material de la escuela situada en los mejores edificios de la población, bosques o sitios aireados.
¿En este estado de cosas tenemos derecho a considerar al Maestro como único responsable, debiendo contar con un 90 por ciento de analfabetos con arreglo al enorme abandono en que se encuentra la Enseñanza?
En España nos faltan 40.000 escuelas para colocarnos a la mitad del avance de Francia en Instrucción Pública, pero antes hay que dotar de edificios a las creadas y colocar al Ministerio da Instrucción Pública por encima del de la Guerra, y recordar que el problema de la Enseñanza es una cuestión de dinero; las escuelas se construyen y se dotan de material con dinero, todo lo demás es gastar el tiempo en literatura...
El analfabetismo será una enfermedad incurable en Tenerife (en Las Palmas se sigue otro camino), mientras el Cabildo, como única entidad con solvencia para hacerse responsable ante el país, no sea el que patrocine esta campaña, haciéndose cargo por completo de la Enseñanza, reclamando el apoyo del Estado por medio de nuestros diputados, y de los pudientes, para construir los locales necesarios, y entonces ser exigible para los humildes la asistencia a las escuelas en virtud de ley declarando la Enseñanza obligatoria; encausando esta campaña apoyada por aquellos hombres honrados que creen que el problema de la Enseñanza es un problema de dignificación de la Escuela y del Maestro; creando algo más de estética, capacidad e higiene en las condiciones de cada edificio, para fomentar el amor a la cultura física e intelectual y pensar como Cervantes que calificaba con justísima dureza al hombre ingrato, y condenaba especialmente como un monstruo aborrecible al que lo fuera con su maestro. A. Mederos Galán. Realejos (La Longuera), 6 de Septiembre de 1922”.
Unos días más tarde (Gaceta de Tenerife, 28 de septiembre de 1922, página 1), se publica otra iniciativa del inquieto maestro. Con su transcripción pretendo facilitarles a ustedes su lectura (puede que en las imágenes sea más costoso), para que, al menos aquellos que vivimos esta etapa escolar varias décadas atrás, seamos capaces de captar y comprender la valía de unas personas maltratadas en su dignidad y sometidas a unas condiciones económicas y humanas lamentables. Que, aun así, rompían lanzas en pro de reducir las altas tasas de analfabetismo existentes:
“Problemas de enseñanza: Una iniciativa para proporcionar carrera a ciento noventa niños.
Reducido campo es el que se ofrece al elemento estudiantil, estimulando sus nobles aspiraciones y fomentando la vocación por aquellos estudios que contribuyan al desarrollo agrícola, industrial y comercial del país; sin esperanzas de que algún día hemos de contar con grandes Escuelas Especiales, nota segura del estado progresivo de un pueblo que tiene pocos abogados y muchos ingenieros.
Mientras en todas las naciones se ocupan de especializar hasta las carreras universitarias, colocándolas al alcance de todas las clases sociales; suprimiendo asignaturas inútiles y estableciendo campos, museos de experimentación agrícola e industrial, para hacer prácticos los estudios y desarrollar la capacidad intelectual en mayor número de individuos; en España se trata de aumentar a siete años el Bachillerato, existen más abogados que en Inglaterra.
Las cuestiones de Enseñanza se han tratado siempre con muchos discursos, pocas iniciativas realizadas, y menos dinero; y después de haber desfilado ante la opinión pública, la discusión de más de 40 Presupuestos nacionales, en muchos de los cuales se consigna menos para Instrucción, que lo que destina el Gobierno de los Estados Unidos para la biblioteca de Nueva-York; en una labor en que todas la naciones han empleado sumas superiores a las de otros ministerios, en presupuestos de muchos años, nos encontramos que por haber colocado a la cola de todos los problemas nacionales, la Instrucción Publica, no hemos adelantado un paso en el progreso cultural de España. Y nos quejamos de que no hay Agricultura, sin habernos preocupado de crear Escuelas Especiales de Agricultura, y Granjas de Experimentación que funcionen; de que no hay Industria, sin enterarnos de que para cada fábrica se necesita un ingeniero; que no existe Marina mercante, porque la producción agrícola e industrial del país no responde a la necesidad de establecer nuevas líneas de vapores...
En Santa Cruz de Tenerife se quejan de la vergüenza de que en una población de más de 70.000 habitantes no hayan diez padres de familia que soliciten pensiones del Municipio para instruir a sus hijos; después de saber que de 14 escuelas, tienen siete clausuradas porque el Ayuntamiento no ofrece suficiente garantía en sus promesas, para inspirar confianza a los propietarios de edificios que pudieran acudir a un concurso, en vista de que otras veces esta Corporación no ha cumplido sus compromisos de Enseñanza.
¡Las pensiones para alumnos pobres!.. Si nuestras entidades y capitalistas quisieran demostrarnos su amor al terruño y que existen sentimientos para realizar la gran obra de hacerse responsables de la Instrucción superior de un solo niño pobre en cada escuela; estas pensiones bien organizadas por una junta insular encargada de reunir fondos de entidades y particulares, podrían proporcionarnos la esperanza –realizable–, de educar a 90 niños (uno por cada escuela nacional), que, instruidos por el pueblo, amarán a su pueblo, defendiéndole y luchando por su prosperidad; estableciendo una proporción entre las carreras mas útiles al país y ofreciendo estas pensiones según la vocación de cada niño.
Si cada Ayuntamiento, Cabildo y Diputación, consignara en sus presupuestos las cantidades necesarias, y la junta nombrada al efecto recabara de nuestro pueblo lo indispensable para encargarse de la instrucción superior de un niño por cada escuela pública, esta gran idea podría dar al país, cada diez años, por lo menos:
5 ingenieros de Caminos, Canales y Puertos; 10 ingenieros electricistas, 40 industriales, 30 agrónomos, 20 maestros nacionales, 30 para la Carrera comercial, 10 oficiales de Correos y 5 de Telégrafos.
Las condiciones para poder optar a estas pensiones serían: el tener derecho, mediante la presentación de un certificado de no pagar contribución, a hacer oposiciones en la Escuela Nacional ante la Junta local de Instrucción pública en que, se seleccionará al más apto por su conducta moral y conocimientos, para elegir carrera, según su vocación dentro de las plazas indicadas en la proporción establecida entre los estudios que puedan rendir mayor utilidad al país en su progreso industrial y agrícola.
Entonces podrían llevarse a la práctica las ideas manifestadas por el ilustre parlamentario Sr. Lerroux, diciendo que el porvenir de Tenerife estaba en el Cielo antes que en el suelo; creando la base de prosperidad para el País mediante la preparación cultural de nuestra juventud, en aquellos conocimientos que fomenten el desarrollo industrial de nuestro pueblo para aprovecharnos de nuestra envidiable posición geográfica entre las civilizaciones de América y Europa. A. Mederos Galán. Realejos (La Longuera), 24 de Septiembre de 1922”.

jueves, 26 de mayo de 2011

Gratitud y profundas convicciones

Era la Gaceta de Tenerife –así lo expresaba en su cabecera– un Diario católico; órgano de las derechas. Propietario: Acción Social Popular. En su número 3773, correspondiente al 27 de julio de 1922, página 1, con el título ‘En favor de la cultura isleña’, y el subtítulo de ‘Una carta del maestro de la Longuera’, se publica la carta enviada por Alfredo Mederos y que a continuación transcribimos en su integridad:
“Sr. director de GACETA DE TENERIFE.
Muy Sr. mío y de mi más distinguida consideración: Apelando a la amabilidad que le caracteriza, no dudo obtener de V. la inserción de las presentes líneas en el periódico que tan dignamente dirige, haciendo pública mi gratitud y la de los pobres niños de mi escuela por la hermosa defensa que en su periódico hizo Perales, el día 23 del corriente, de mi humilde solicitud, desestimada por el Cabildo Insular, gestionando un premio para los padres que más se han distinguido mandando sus hijos a la escuela.
La escuela nacional de la Longuera se encuentra situada a un par de kilómetros del Puerto de la Cruz, en pleno valle de la Orotava, donde toda la riqueza agrícola es de determinados señores y casas fruteras, por lo que la totalidad de de padres de los 56 niños matriculados son pobres de solemnidad, los cuales emplean a sus hijos, hasta de ocho años, en trabajos impropios de su tierna edad, obligados por la perspectiva de una casa de familia compuesta de seis u ocho individuos en la que no hay más que uno en condiciones de resistencia física para ganar el actual jornal de cuatro pesetas.
En pago del sacrificio económico que hacen mandando sus hijos a la escuela; privándose del pequeño jornal que aportan al hogar estos niños, que en ningún país civilizado les permiten en estos trabajos, y para los que existe teóricamente en nuestra nación una ley protectora de la infancia, fundado en tan elocuentes razones, las expuse al Cabildo integramente, solicitando un premio que siguiera estimulando a estos padres para que se preocupen por la cultura de sus hijos, haciéndoles reconocer que nuestra Corporación insular también acoja con calor las quejas de los desheredados de la fortuna, por lo que constituye una esperanza para el país velando por la cultura del pueblo tinerfeño.
Al mismo tiempo que para expresar mi gratitud al autor del mencionado artículo, defendiendo mi instancia, quiero dar cuenta a la opinión pública de que el Magisterio reconoce que es muy responsable del atraso cultural de los pueblos, pero que se sepa, que gran parte de los capitalistas españoles, muchos de los cuales han tomado parte en el Gobierno de la nación, han considerado incompatible la cultura popular con el logro de sus aspiraciones particulares; y en la actualidad, mientras no se aumenta nada más que un millón para Enseñanza –porque, según al ministro de Hacienda, la economía nacional no lo permite–, se adelantan 28 millones para la Compañía Trasatlántica, y se consignan mil pesetas para los diputados a Cortes, que representan más de ocho millones. Un diputado dijo en el Parlamento que era vergonzoso que después del desastre, mientras no se da una peseta para construcción de escuelas, figure en el actual presupuesto doce millones para cuarteles.
El maestro de escuela jamás ha sido estimulado por el Gobierno, diputaciones provinciales, corporaciones insulares ni locales, premiándolo cuando cumple con sus deberes; facilitándole libros para que marche en su programa educativo al compás de la civilización, aislado de ella en los pueblos rurales, sin remuneración ni para comprar un periódico; supeditado a autoridades pedagógicas que firman con una cruz y quienes únicamente están autorizados por encima del maestro en la capital, para que prevalezca su respetable criterio técnico señalando la peor casa del pueblo para escuela y habitación del profesor.
El Magisterio español no se selecciona por la triste perspectiva que espera a quien lo estudia, pues aún existen 12.000 maestros que ganan 2.000 pesetas y cuentan con el edificante porvenir de morir en un hospital, después de 30 y 40 años de servicios, si sus familias no les socorren; pero los culpables de que éste no ocupe el lugar que le corresponde en la sociedad, son los que sienten los prejuicios de clases, y les deshonra que sus hijos alternen en la escuela pública con los que sienten frío y hambre de pan y de una sociedad más justa; los que quieren que haya dos escuelas una para los ricos y otra para los pobres... De la dignificación de la escuela nacional, depende la resolución de los problemas sociales en nuestra España; la que debe estar encargada del desarrollo cultural del pueblo, donde convivan todas las clases, fomentándose los sentimientos de fraternidad y hermandad espiritual encaminados a un mismo fin de mejoramiento social.
Es tiempo de que aquellas corporaciones encargadas de administrar los intereses de nuestro pueblo, sepan que no existe forma más elevada para demostrar que se trabaja por su mejoramiento que velando por la cultura del mismo.
Gracias, Sr. director, y disponga incondicionalmente de su más fiel s. s. q. e. s. m. A. Mederos Galán. La Longuera (Realejo alto), 24 Julio 1922”.
Solo han transcurrido desde ese entonces unos 89 años. Espero que de su lectura, políticos y docentes de ahora mismo puedan obtener  algunas conclusiones. Porque a veces tiene uno la impresión de no haber avanzado gran cosa. Me imagino La Longuera de aquella época, la relaciono con la que yo viví cuatro décadas más tarde, establezco las oportunas comparaciones con el maestro y escuela que yo tuve y el ambiente en el que me crié, y me parece increíble el profundo contenido y ejemplar mensaje que se traduce en los párrafos de esta carta.  El año 36, y la contienda bélica posterior, cercenó mucho más que vidas humanas. Pero prosigamos.
Hemos localizado otra reflexión del maestro que ‘homenajeamos’ en Gaceta de Tenerife, 12 de septiembre de 1922, páginas 1 y 2. Hacemos la transcripción literal de las mismas para facilitar su lectura, pues puede que la ilustración no posea la nitidez y calidad suficientes para tal menester.
“Temas de actualidad. De enseñanza
Sin habernos preocupado de honrar a la Escuela, situándola en lugar preferente para dignificarla, aprovechamos todos los momentos para desprestigiar al educador. No nos basta el ejemplo de todas las naciones donde cada vez se tiene un concepto más elevado de la Escuela, comprendiendo que éste es el camino más firme para formar los sentimientos de un pueblo; despertando la racionalidad en medio de elementos que produzcan una educación integral; destinando a la enseñanza los lugares con motivos más bellos en el paisaje. Muy pocas son las capitales que carecen ya de poblaciones escolares, haciéndose alarde de técnica y gran gusto arquitectónico en la educación de extensiones de terrenos poblados de árboles, campos para la cultura física y experimentación agrícola.
Nosotros, en vista de los grandes elementos de que dispone el Gobierno y los Ayuntamientos; abandonando la inspección de los métodos empleados a la cultura de ciertos Municipios, que no sirven más que para estorbar la inspección técnica y destrozar las iniciativas del Maestro; tenemos concejeros y concejales que nunca han ejercido el derecho de reclamar al Ayuntamiento el cumplimiento de sus más elementales deberes en cuestiones de enseñanza, y tienen la frescura de pedir a gritos inspecciones generales, siendo ellos lo que hay que inspeccionar, responsables de las condiciones antihigiénicas de los Ayuntamientos y escuelas… (continuaremos)

miércoles, 25 de mayo de 2011

De maestro en La Longuera

Ejerce ya Alfredo Mederos como maestro en La Longuera –en la actualidad populoso barrio realejero, anexado a El Toscal y otros núcleos–, pero en esos años, zona eminentemente agrícola y cuyos habitantes debían ser, en casi su totalidad, medianeros en las enormes fincas, algo que fue característico hasta la década de los sesenta-setenta, ya que un servidor fue otro hijo más de uno de ellos.
Relatemos el curioso devenir de una solicitud al Cabildo tinerfeño y de la que se hizo eco la prensa del momento. En Gaceta de Tenerife (21 de julio de 1922, página 2), en la información  referente al Cabildo Insular, bajo el título Pro enseñanza:
“El  maestro de la Escuela Normal de la Longuera, en Realejo alto, ha presentado una instancia solicitando una cantidad para premiar a tres padres entre los que más se han distinguido mandando sus hijos a la Escuela”.
En la edición del siguiente día (Gaceta de Tenerife, 22 de julio de 1922, página 2): Del Cabildo Insular. Sesión de la Permanente. Instancias desestimadas:
“Léese una instancia del maestro de la escuela nacional de La Longuera, del Realejo alto, solicitando una cantidad para premiar a tres padres entre los que más se han distinguido mandando sus hijos a la escuela. La Permanente acordó desestimar la instancia, porque de acceder a la petición tendría que darse al acuerdo carácter general”.
Esta negativa da lugar a un excelente comentario del director del periódico, Adolfo Febles Mora (firmado bajo el seudónimo de ‘Perales’) en Gaceta de Tenerife, del 23 de julio de 1922, página 1:
“Comentemos. El Cabildo ha hecho mal, muy mal.
Nos hemos complacido, más de una vez, en proclamar que el Cabildo Insular de Tenerife es una Corporación que sabe cumplir sus deberes con una actividad, un celo y un acierto altamente beneficiosos para los múltiples intereses de la isla que representa. Porque era de justicia, en esas ocasiones hemos elogiado y hemos aplaudido; que nada hay que deshonre más al noble sacerdocio periodístico que el dejarse dominar por la pasión, hasta el punto de que ésta le ponga una venda para que no perciba las claras luminosidades de la verdad.
Y haciendo alarde de esa misma justicia e imparcialidad, trazamos las presentes líneas, para decirle a la Comisión Permanente de nuestro Cabildo Insular –sin eufemismos hipócritas de ninguna clase– que ha sido un acuerdo desdichadísimo, falto de una verdadera comprensión del trascendental alcance que tiene en Tenerife el problema del analfabetismo, el que adoptara en la sesión de anteayer, desestimando una razonada instancia del maestro de la escuela nacional de La Longuera, en el pueblo del Realejo alto. Recordémosle al lector, lo que pedia al Cabildo ese educador de la niñez, al que ni de nombre conozco, para al que no vacilo en considerarlo digno de todas las públicas alabanzas. Ese maestro pedía que el Cabildo destinara una cantidad para premiar a tres padres, entre los que más se han distinguido mandando sus hijos a la Escuela de La Longuera.
¿Han visto ustedes desatino semejante? ¿Cómo es posible que ese dignísimo maestro se haya atrevido a solicitar una tan escandalosa gollería? ¿Pedir que se premie a los padres que muestran un celo ejemplar en procurar que sus hijos asistan asiduamente a la escuela? ¡Bah! Ese maestro es un idealista peligroso –en este país del analfabetismo en crescendo–, al que hay que volver a la realidad con un acuerdo que no le dejen ganas de seguir tomando en serio las cuestiones de enseñanza. Poco más o menos supongo que se discurriría así en la sesión de la Permanente del Cabildo puesto que se adaptó el acuerdo de desestimar la referida instancia –¡y aquí viene el fundamento aplastante!– «porque de acceder a la petición tendría que darse al acuerdo carácter general».
Vamos por partes, como dicen los oradores latosos. Cuando todos hemos convenido en que una de las principales causas de que el analfabetismo tome cada día más vergonzoso incremento en nuestro país, es la inculta indiferencia conque los padres –¡parece mentira que en pleno siglo XX haya padres que olviden y descuiden esa sagrada misión civilizadora!– miran el que sus hijos se instruyan y eduquen, esa instancia del maestro de La Longuera ha debido ser inmediatamente atendida con la mayor esplendidez que los recursos del Cabildo permitiera. Y debió haberse hecho algo más. Debió darse al acuerdo un carácter general, para estimular a los padres tinerfeños a hacerse dignos también de premio por su celo en enviar sus hijos a la escuela, de donde han de salir aptos para convertirse  el día de mañana en hombres de sanas ideas, con un claro concepto del patriotismo y de ciudadanía.
¡Qué deplorable efecto está llamado a causar entre los maestros de escuela y entre las clases modestas de nuestra isla ese acuerdo del Cabildo! Porque los maestros se verán desalentados en sus iniciativas a favor de la enseñanza; y los padres de familia que tienen la desgracia de no comprender los peligros del analfabetismo, sacarán inconscientemente la consecuencia de que eso de la instrucción de sus hijos no será cosa tan esencialísima, cuando nuestro Cabildo Insular niega unas míseras pesetas para premiar a los que proponía el maestro de La Longuera y a cuantos otros aquellos lo merecieran en lo sucesivo en los distintos pueblos de la isla.
Si es verdad que Tenerife le debe a su Cabildo Insular grandes y positivos beneficios de índole material ¿por qué también esta digna Corporación no ha de marchar aquí a la cabeza de las entidades oficiales y particulares que tienen la obligación de estar atentísimas a las necesidades de la enseñanza y a extirpar de raíz el bochorno del analfabetismo? Y ya que nuevamente me he visto impelido a tratar del analfabetismo –la actualidad tinerfeña que más requiere el estudio y la solución de los verdaderos amantes del progreso cultural de nuestro pueblo–, con nada mejor podría poner término a estas líneas; que transcribiendo el siguiente bando que los alcaldes del partido judicial de Manresa han ordenado se fije a las puertas de las escuelas y casas consistoriales:
«Asistencia a las escuelas. La primera enseñanza es obligatoria para todos los ciudadanos. Los padres mandarán a sus hijos a la escuela desde los seis a los doce años.
La falta de asistencia será castigada por los alcaldes con multas: de 5, 10 y 20 pesetas al padre o tutor; Las faltas accidentales de asistencia no justificadas serán corregidas con multas de 60 céntimos, impuestas al padre o tutor. (Ley de 23 de Junio de 1909)
Los padres que, no enviando a sus hijos a la escuela, les privan de instrucción necesaria, no tendrán derecho a esperar los auxilios filiales durante la vejez.
La irregular asistencia de algunos niños a la escuela perjudica su ordenada marcha; por esto todos los padres han de estar interesados en que los hijos de los otros no cometan faltas.»
Si todos los alcaldes de Tenerife cumplieran de igual modo los preceptos legislativos sobre obligatoriedad de la enseñanza, se habría dado un gran paso en nuestra isla para disminuir el número de analfabetos.
Y nadie más llamado a dar el ejemplo en ese sentido que el Cabildo Insular de Tenerife, por ser, precisamente, la Corporación de nuestra isla que realiza una fecunda y plausible actuación en pro de los intereses públicos. ¡Qué patriótico y oportuno seria, por parte del Cabildo, una noble rectificación del acuerdo que adoptara la Permanente de la Corporación insular, al denegar la petición del maestro de La Longuera!... Esa rectificación no iría en desprestigio de nadie, y, en cambio, habría de reportar un innegable avance en la urgente obra de combatir el analfabetismo. PERALES”.
Continuaremos, porque la instancia en cuestión aún daría lugar a un precioso –y comprometido– remitido del maestro. Hasta la próxima.

martes, 24 de mayo de 2011

El paso por La Gomera

Tras el exordio de ayer, iniciemos la etapa de la docencia de Alfredo Mederos. Y bien joven debió finalizar sus estudios, con la consiguiente titulación, pues en La Opinión (26 de febrero de 1916, página 2) hallamos el siguiente anuncio:

“Se han recibido en la Dirección del Instituto –donde pueden pasar a recogerlos los interesados– los siguientes títulos:

De «Bachiller», de D. Francisco Herraiz Malo, y de «Maestros elementales» de don Cayo Julio González y López, D Manuel González y García, D. Robustiano Toledo y Torres, D. Antonio Hernández e Izquierdo, D Miguel Ruiz y Rodríguez Quijada, D. Alfredo Mederos y Galán, D. Víctor Pérez y Quesada, D. Buenaventura Maximiliano Benítez y Martínez y D. Francisco Delgado y Herrera”.

A modo de curiosidad, observen en la primera imagen el reclamo publicitario de un festival taurino en La Orotava.

Al finalizar ese año, ya se hallaba Alfredo Mederos dando clases en La Gomera (también su padre, Alfredo Mederos Cruz), pues en el periódico Gaceta de Tenerife (30 de diciembre de 1916, página 2) aparece inserto esta información:

“De La Gomera. Asociación.

En junta general celebrada el día 19 de Noviembre último por los Maestros de la isla de la Gomera resultó elegida por mayoría de votos la siguiente directiva:

Presidente honorario, D. Juan López Tamayo, Inspector Jefe de 1ª enseñanza y D. Leoncio Bento Casanova, Diputado provincial. Presidente efectivo, D. Alfredo Mederos Cruz. Vice-Presidente, D. Marcos Frías y Delgado. Secretaria-Tesorera, doña Aurelia Hernández Arocha. Vocales, D. Alfredo Mederos Galán, Dª. María Luisa Fagundo, Dª Rosa Bento y Dª Dominga Mendoza y Trujillo”.

Y también la croniquilla que se transcribe, a modo de Ecos de Sociedad:

“Hemos tenido el gusto de saludar en esta redacción a la respetable señora Maestra de Hermigua Dª Aurelia Hernández Arocha a la que después del correspondiente saludo de presentación nos manifiesta su grandísimo deseo de que hagamos constar en las columnas de nuestro diario las manifestaciones de agradecimiento al pueblo de Agulo por el sentimiento de patriotismo donde tanto ella como su compañero D. Alfredo Mederos fueron recibidos en una expedición hecha al referido pueblo.

A su llegada, dice, salieron a su encuentro, además del respetable señor Alcalde D. César Casanova, el señor Juez D. Jacinto Bento, y el señor Secretario D. Roberto García y los dignísimos Sres. D. Leoncio Bento Casanova Diputado provincial y su señor hermano el rico propietario don Ramón Bento, acompañando las Escuelas para ver el pintoresco pueblo de Agulo en compacto grupo todas las masas sociales, llevando luego a los niños al Casino Amistad donde fueron obsequiados por el Sr. Alcalde con dulces, pastas y vino, manifestando dicho señor el sentimiento de no obsequiarlos mejor por lo imprevisto de la gira que se hizo sin anunciarse.

A la salida del Casino hicieron uso de la palabra con muy bien cortadas frases don César Casanova y don Roberto García arengando a los maestros que no desmayaran en el camino trazado y que continuásemos visitando su pueblo. También fueron obsequiados los niños por la dignísima Maestra de Agulo, doña Rosa Bento y su señor esposo don Manuel Mora, con dulces y mistela servido por ellos mismos. No dejando nada que desear en la casa del señor Diputado don Leoncio Bento y su señor hermano don Ramón, allí se sirvió a niños, Maestros, Autoridades y todo el que se unió a ellos, fue un derroche de vinos, cervezas, champagne, dulces etc. La referida maestra nos ruega demos las gracias desde estas columnas a los referidos señores y al pueblo sin distinción de clases ni edades porque en compacto grupo y dando vivas a los maestros nos despidieron hasta la salida del pueblo”.

Era frecuente en el entonces. Hemos tenido la oportunidad de leer otras referencias de ‘excursiones’ y se estilaba la invitación con ciertas bebidas que no parecen en la actualidad muy consecuentes para los infantes. En el retorno de una gira de unos escolares de La Dehesa (Puerto de la Cruz), señalaba un periódico (creo recordar de principios de la década de los veinte del pasado siglo) que llegaron alegres, contentos y felices. No es de extrañar, pienso yo, con tanto vino, anís y demás.

Nos quejamos aún los docentes por la excesiva burocracia a la que se nos somete. Ignoro la casuística de los que se mentan en el Boletín Oficial de Canarias (19 de marzo de 1917, página 5), pero lo mismo estaban, como los actuales, hasta la mismísima coronilla:

“Inspección de 1ª Enseñanza de Canarias. Estadística Escolar. Anuncio.

Es verdaderamente lamentable que a pesar de los requerimientos repetidamente hechos por esta Inspección desde el Boletín Oficial de la provincia y de los periódicos de todas clases advirtiéndoles de la penalidad en que incurrían, existan aún Maestros y Secretarios de las Juntas locales de 1ª Enseñanza que no han llevado a cabo el servicio de estadística escolar establecido por Real orden de 17 de Noviembre último y conforme a las instrucciones de la Dirección General de 4 de Diciembre próximo pasado que se publica en el Boletín Oficial de la provincia de Canarias de 5 de Enero último.

En su virtud se hace saber que con esta fecha se han circulado las oportunas órdenes para que se les aplique definitivamente y sin ulterior recurso la suspensión de sueldo por diez días establecida por orden de la Dirección General, de 3 de Febrero anterior, a los Maestros siguientes que aún no han cumplido el servicio de esta estadística tan repetidamente reclamado:

La Laguna-Valle Guerra, Don Francisco Acevedo. Puntallana, Dª Encarnación Yanes del Carmen. El Rosario, Dª Elena Mora Sansón. Tanque, Dª Antonia Zamora. Yaiza, Don Rafael Cabrera Perdomo. Yaiza, Dª Marina Socas (Hoy en la Dehesa de Santa Cruz de la Palma). Artenara, Don Antonio Quintana Henríquez. Tejeda, Dª Eva Guerra. Las Palmas-Marzagán, Doña Dolores Sánchez Nuez. San Mateo, Dª Agustina Padilla Martínez. Teror, Dª María Jesús Rodríguez. Betancuria, Dª Juana Arévalo. Tetir, Dª Concepción Domínguez Mauricio. Alajeró, Dª María Antonia Gómez. Arure, Don Alfredo Mederos Galán. Valverde-Pinar, Don Francisco Miguel Armas”.

Luego se recuerda que se han hecho acreedores de idéntica sanción otros profesores que no habían subsanado ciertos errores en la confección de los estadillos.

Por último, una pequeña batería de breves:

“Sección Noticias: Don Alfredo Mederos y Galán ha sido nombrado maestro interino de la Escuela nacional de niños de Agulo, en la Gomera”. (El Imparcial, 30 de abril de 1917, página 3)

“De La Gomera. Noticias de Vallehermoso.

Para Valverde, a ocupar la escuela de su propiedad ha salido el laborioso profesor de primera enseñanza y buen amigo nuestro, don Francisco Llanos, a quien deseamos buena acogida y una justa recompensa a su meritoria labor. También ha vuelto a ocupar la escuela de Agulo el joven profesor D. Alfredo Mederos Galán acompañado de su joven esposa”. (El Imparcial, 30 de septiembre de 1917, página 1)

“Ecos de Sociedad: En Agulo (Gomera), ha fallecido un pequeño hijo de D. Alfredo Mederos Galán, maestro nacional de aquel pueblo. Le hacemos presente nuestro pésame”. (El Imparcial, 12 de junio de 1918, página 1)

Las pesquisas nos trasladan (siguiente entrega) a la escuela realejera de La Longuera. Hasta la próxima.

lunes, 23 de mayo de 2011

A bote pronto

No creo que me pueda ganar la vida haciendo cábalas y pronósticos. Y si las quinielas jugadas guardan relación con partidos políticos y elecciones, he podido comprobar que el año 1987 ya me queda demasiado lejos. Y que, por lo tanto, me va a resultar mucho más rentable pegarme un tiro de leche en polvo y morirme de blanco. Así que seguiré escribiendo –en y con algo hay que entretenerse– de otras boberías.
Dicho lo cual, felicidades a Manolo Domínguez, y su grupo, por el triunfo, sin paliativos, obtenido en Los Realejos. Las hago extensivas, asimismo, a Izquierda Unida por su retorno al Consistorio. Y me apetece dar la enhorabuena a la sanjuanera ramblera Fidela, al menos en desagravio por la ‘leña’ feroz que le han dispensado desde cierto ‘cuarto’ de comunicación. Que gobierne o no, ese será otro cantar.
Lo de CC, descalabro y castigo. Lo del PSOE, debacle, hecatombe; y deberá ser algo más que la deriva nacional. Además, en vez de reconocer que mucho debe estarse haciendo mal, se limitan al consuelo con el chivo expiatorio de la crisis. Eso sí, mañana empezaremos a trabajar.
Y ya está. Los sesudos analistas pondrán el resto. Me gustaría comunicar a los pocos atrevidos que osaron enviarme un posible resultado para estas elecciones en el pueblo, que no acertaron ni el reintegro. Uno que no me dio números, sí me señaló que el PSOE no había tocado fondo. A la vista está que tenía razón.
Ya se han iniciado los navajazos allende los mares. Se debe refundar el partido, dicen. Yo, que un día formé parte de él, estimo que se debe “refundir”.
Sigan leyendo lo de Alfredo Mederos. Eso sí que es interesante, imperecedero. El resto, aleatorio, transitorio, volátil.
Me voy a dormir, tengo la cabeza llena de números. Y uno es más de letras. Au revoir et à bientôt.

Alfredo Mederos Galán

En el antojo –y ya es manía– de persistir el husmeo en periódicos de años idos (otro capricho de expresión que calco reiteradamente), hallo varias referencias del personaje que da título a esta entrada (con visos de posteriores, según ustedes pueden fácilmente deducir), cuando ejercía como maestro nacional en la escuela de La Longuera (Los Realejos). Y a uno, obviamente, le picó la curiosidad, por varias razones. La principal, la procedencia de esa zona (mejor, del núcleo originario que fue La Gorvorana). El segundo, la coincidencia en la profesión, salvando las distancias de varias décadas y la época convulsa que a él le correspondió ‘sufrir’. La tercera, y por qué no manifestarlo, ese matiz –utópico, si se quiere– que intuyo en sus escritos y que me recuerda etapas de ilusión en eso, actualmente tan degradado, llamado política, servicio, implicación, arrojo, valentía.
Algo había encontrado cuando un servidor se encerró durante muchos meses a la caza y captura de informaciones periodísticas que me condujeran a la situación de la instrucción primaria en el Norte de la isla de Tenerife en el periodo interrepúblicas (1873-1931). Pero, ahora con algo más de tiempo para dedicar a nobles causas –esas que no son retribuidas en lo económico, pero sí, y mucho, emocionalmente–, me seguía picando la curiosidad. Y hace unos días, alongándome una vez más a esa estupenda ventana que es Jable, y que nos brinda la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (http://jable.ulpgc.es), volví a tropezarme con la figura de Alfredo Mederos. Recordé, asimismo, que algo había leído, no ha tanto, de que formaba parte del denominado grupo de ‘Los once de La Laguna’, colectivo que fue ¿desaparecido? en el ignominioso 1936, en los primeros compases de la incivil guerra que sacudió el país.
Aclaro, no obstante, que no es el presente, y siguientes, trabajo alguno de investigación. Ni mucho menos. Para ello es menester mayores mimbres que los que este pobre aprendiz de escribidor puede aportar. Solo pretendo sacar a la luz (que seguro otros han hecho con anterioridad), pequeñas pinceladas informativas de cuando este maestro ejercía como tal en el barrio costero de Los Realejos. Y daba a conocer sus inquietudes en la prensa de la época. O participaba de manera muy activa en acontecimientos culturales del momento: Fiesta del Árbol, Día del Libro, Homenaje a Clara Eugenia Gutiérrez Yanes (esa maestra sureña que ejerció de manera ininterrumpida durante 44 años en Buenavista del Norte, que casó con el cronista oficial de aquel pueblo Nicolás Díaz Dorta y que ya argumentamos en una entrada de este blog meses atrás)…
Primero, si me lo permiten, unos datos que uno se halla navegando por este maravilloso invento de la Internet:
“Alfredo Mederos Galán nació en Tacoronte el 22 de Mayo de 1897, hijo de Alfredo Mederos Cruz, maestro nacional, natural de La Victoria, y de Antonia Galán López, natural de Tacoronte. Estudia Magisterio en La Laguna. Ejerce como maestro nacional en Agulo, La Gomera, y contrae matrimonio en Vallehermoso con Emérita González Jaumandreu, el 20 de junio de 1927 (debe tratarse de un error, pues entiendo que es 1917). Allí nace su hija Ofelia.
Se traslada luego al Realejo Alto donde nacen sus hijas Ernestina, Ana y Elpidia. En 1931 era vicepresidente de la Agrupación Socialista del Realejo Alto. Luego se traslada como maestro nacional a Los Adelantados, Tacoronte, pero reside con su familia en La Laguna a finales de la calle Maya. En La Laguna nace su hijo más pequeño Alfredo. También ejercía como representante de Seguros. Tenía inquietudes literarias y musicales. En 1936 era el Secretario General de la Agrupación Socialista de La Laguna.
Tras el golpe militar del 18 de Julio de 1936, su casa era visitada por la noche por las milicias franquistas para detenerlo y su mujer amenazada en presencia de los niños. A la sirvienta la llevaron dos veces a La Esperanza para que dijera dónde estaba escondido, pero ella no sabía. Él estaba escondido en casa de unos familiares en Tacoronte, hasta que fue detenido o se entregó. Luego lo desaparecieron. Su esposa lo buscó por varias cárceles, pero no estaba. Era por septiembre-octubre de 1936.
Presuntamente está en la fosa del cementerio de San Juan, aunque se ha hablado también de La Esperanza. En la primera depuración de maestros por la Comandancia Militar (B.O.P. n° 113, 18 de Septiembre de 1936) fue sancionado con separación del servicio durante un año y pérdida de escuela. También fue sancionado su padre Alfredo Mederos Cruz, maestro en La Caridad, Tacoronte, condenado a medio sueldo durante diez meses. Luego su padre fue suspendido de empleo y sueldo durante cuatro meses, con traslado forzoso dentro de la Provincia y prohibición de solicitar vacantes durante dos años (B.O.P. n° 20, 14 de Febrero de 1940). Su esposa y cinco hijos quedaron desamparados y marcharon a La Gomera, donde la familia de su esposa también fue duramente castigada.
El Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas expedienta a Alfredo Mederos Galán el 23 de Mayo de 1940 (B.O.P. n° 101, 21 de Agosto de 1940). En la sentencia 330/1940 dictada en Las Palmas el 31 de Octubre de 1940 (B.O.P. n° 157, 30 de Diciembre de 1940), rollo 141/1940 y 57/1940 del Juzgado de Instrucción de Santa Cruz de Tenerife, se dice ‘exmaestro nacional, natural de Tacoronte, con último domicilio en La Laguna, y en la actualidad en paradero desconocido por lo que no ha sido oído’, y se le sanciona a tres años de inhabilitación para cargos públicos y de confianza y se le imponen 250 pesetas de indemnización civil, dando 20 días de plazo para el pago de la misma, que harían sus familiares”.
En unos reportajes publicados en La Gaceta de Canarias, en su separata El Mosaico, cuyo autor es José Francisco López Felipe, leemos: “Ocho dirigentes de FETE-UGT, entre los que se encontraba confundido un jornalero, fueron lanzados al mar en Anaga desde el barco Alegranza” (31 de octubre de 1999, página 123). Entre esos dirigentes, aparte del tacorontero-realejero José Galán Hernández, se hallaba Alfredo Mederos. Del mismo autor, y en idéntico medio (21 de noviembre de 1999, página 99), nueva alusión a los dos mentados (y añadimos, Ramón García Rojas, maestro de Realejo Alto). Asimismo, en los ejemplares de 16 de enero de 2000 (páginas 138 y 139), al glosar la figura de Policarpo Niebla Mora, y en el de 6 de febrero del mismo año (páginas 74 y 75), que lo hace con José Galán Hernández, se cita expresamente a quien da título a este y sucesivos comentarios. Hay, pues, lagunas, dudas, disparidad…
Sirva, pues, este arranque a modo de preámbulo, y nos sumergiremos en sus facetas educativas y literarias en posteriores entregas. Hasta entonces.