viernes, 30 de octubre de 2015

Jubilación

Me señala el DRAE que jubilación (Del lat. iubilatio, -ōnis.) tiene tres acepciones o significados. A saber: 1. f. Acción y efecto de jubilar o jubilarse. 2. f. Pensión que recibe quien se ha jubilado. 3. f. desus. Viva alegría, júbilo. Y yo que he sido acérrimo defensor del uso del susodicho, vengo a estar en completo y rotundo desacuerdo con ese “desusado” de la tercera. Intuyo que ninguno de los académicos redactores del mamotreto (no el de Las Teresitas) o Libro de Petete se halle en las condiciones de un servidor. Quien el 30 de junio de 2009 dijo adiós al IES Mencey Bencomo dando por concluida su etapa como docente en activo. Ahora puede que lo esté más (activo) pero en aquellos menesteres que yo estime conveniente.
Por consiguiente, que diría Felipe, mi júbilo, que no jubileo, es tal que me permito, de tener capital para ello, viajar cuando me venga en gana, dormir hasta la hora que me dé la realísima (como si no me quiero levantar) e ir a comprar en cualquier momento del día. En lo de sacar la basura suelo cumplir con las normas cívicas dictadas. Porque es harto conocida la transformación total en este paso trascendental de la vida, al convertirnos en agentes de bolsa.
Este curso académico (2015-2016) es el séptimo que no me ha causado mayor estrés cuando el mes de septiembre hace acto de presencia. Lo más, ir a recoger algún nieto. Pero nada de madrugar, de sufrir cambios de metabolismo cuando cambian la hora, de estar pendiente por si cualquier alerta meteorológica te da una buena noticia, de preparar la maleta para el día siguiente, de corregir controles y exámenes… Quita, nada más escribirlo me deja el cuerpo con más escozores que si te trinca una pulga por la noche.
Tengo la impresión de que año que pasa me reconstituye. Organizo un viaje, o me sale uno del Imserso, y disfruto igual que cuando uno era joven y le brindaban la oportunidad de subir a un barco o a un avión. Qué digo igual, más, mucho más. Porque uno debe valorar que el organismo te responda y te halles en condiciones de colgarte una cámara al hombro para perderte por los encantos que la naturaleza te brinda en cada esquina.
Así que, señores académicos, nada de en desuso. Júbilo y viva alegría, sí y sí. Para regocijo propio y puede que sana envidia para otros. Por eso, y algún aspecto colateral más, en este próximo mes de diciembre no votaré por el partido de Mariano Rajoy. Porque yo no he visto personaje más impopular, desabrido y falto de sensibilidad. Me parece tétrico y demasiado tecnócrata. Si fuera ducho en idiomas, que no lo es, defendería una procedencia alemana antes que gallega. Sus cuadrados planteamientos me conducen a tal idea. Y a lo peor no se le quita cuando lo jubilen. Que sí, los suyos propios lo conducirán a su particular sanmartín. ¿Te apuestas algo?
La semana pasada –algo te señalé el lunes– estuve en El Hierro. Debo reconocer públicamente –lo mismo es la enésima vez– que soy un enamorado de estos peñascos atlánticos. Y me entristece sobremanera el que se haya cogido la manía –bendita, por otra parte– de querer visitar lugares exóticos, mejor cuanto más lejanos. Y no digo que sea malo, todo lo contrario, pero me duele que esa misma persona me reconozca a continuación que le queda por visitar una de nuestras perlas autóctonas. Eso no tiene perdón de la divinidad (en caso de existir, porque esa experiencia me interesa seguirla retrasando).
Coincidió la estancia con esos días de avisos coloreados. Pero ni se cayó el más mínimo trozo de la Fuga de Gorreta, ni los aerogeneradores de Gorona del Viento sufrieron desperfecto. Me dijeron que, incluso, los lagartos gigantes durmieron a pata suelta, sin temor de que les vinieran encima aguaceros inoportunos.
La casualidad hizo que en el viaje anterior (octubre de 2012) cayeran, asimismo, lindos palos de agua. Tantos que debieron cerrar el Túnel de Los Roquillos por unas horas debida a una avalancha de lodo en su salida por La Frontera.
Como sigo con la costumbre de disparar (qué gozada el no tener que llevar los rollos a Valero) a todo lo que se me ponga por delante, y aun en mis carencias técnicas más sonadas, qué colores adquiere el panorama tras una buena rociada. Aquello de que tras la tormenta viene, o renace, la calma tiene mucho de cierto en el campo de la fotografía. Y las panorámicas que se te brindan, sin ese sol de justicia que te quema la visión, son espectaculares. Todo con mi vieja Canon que no sabe, como yo, de formatos raw. Como tampoco de composiciones y arreglos de Photoshop. Lo más, poner algún horizonte derecho con la inestimable ayuda de Picasa. No me hallo en edad de presentarme a un concurso. Más que nada por si me premian. Qué vergüenza.
La instantánea, cómo no, una de las tantas de la Isla del Meridiano. Del inicio del sendero que desde Jinama (Mirador) te lleva hasta la puerta de la Iglesia de La Candelaria, con su campanario elevado, y a cuyo costado se halla el antiguo terrero de luchas… Y como escribía años ha para un tema titulado Isla de luchadores, que grabó Higa como una berlina, esta introducción recitada por José Manuel Pitti, quien ahora brega en arenas parlamentarias (cómo se echa a perder uno):
El Hierro, pequeña, avanzadilla en la mar océana, que se alonga por Orchilla a las tierras de promisión; faro de la despedida, pero también de la añoranza, de la esperanza por retornar algún día.
El Hierro, la antigua Hero, la fuente del mítico Garoé, isla de la soledad que une, isla del Meridiano Cero, al decir de Ptolomeo.
El Hierro, la isla de las sabinas doblegadas por el alisio, árbol viejo y de formas caprichosas que se retuercen tumbadas y abatidas buscando el socaire en las alturas de La Dehesa.
Y arriba, muy arriba, las nubes que se abrazan a las cumbres configurando la techumbre preñada de humedad. Y sobre ellas, el azul infinito.
Abajo, la nobleza, la hidalguía, la isla de los hombres de noble lid y generosas y amplias miras. Porque El Hierro es, además, isla de luchadores: Ramón Méndez y Machín, / El Chorizo y El Piñero, / se batieron con honor / en la arena del terrero.
Descansen. Feliz fin de semana. Y de tener posibles: ¡Viajen!

jueves, 29 de octubre de 2015

Inmersos

Aunque vaya del Imserso, el titular está bien: Inmersos. Porque la situación actual lo requiere. Y van en este año unas buenas cuantas. Me refiero, obviamente, a convocatorias electorales. Resta la traca final el próximo 20 de diciembre. Ha sido el marrón, perdón, el turrón con que Rajoy pretende despedirse de los suyos. De los otros ya lo hizo mucho tiempo atrás.
Leo que el Gobierno se moviliza para salvar los viajes de un millón de jubilados. Ya saben que esta temporada el concurso de adjudicación de las plazas que se ponen en liza ha sido de lo más entretenido, a la par que chapucero. Pero discrepo del planteamiento periodístico. Al Partido Popular, de no haber elecciones de por medio, bien poco se le habría importado que los viejos se quedaran en casa. Y así contribuían a la recuperación de un país que navega viento en popa y a toda vela.
Sostiene el informador que se ha hecho todo lo posible ante este litigio entre Mundo Senior y Mundiplan para calmarnos los nervios, al tiempo que disminuir la tensión con los hoteleros que ven peligrar negocios y puestos de trabajo. Me creo lo segundo, pero no tanto lo primero.
Mi actual escepticismo me indica no tenerlo tan claro. La tropa del gallego no está preocupada por nosotros. Diría que más bien por ellos. Un caladero tan importante de votos bien merece un respetito. Y como los pensionistas ya estamos más para allá que para acá, pensarán los dirigentes que hemos perdido el tino hasta el punto de agarrar su papeleta y depositarla en la raja que tú sabes. Un error lo comete cualquiera.
En Canarias ya somos 293.819. Imagina que nos pusiéramos de acuerdo y nos decantáramos todos por el mismo partido. Si el PSOE fue el más votado en las pasadas autonómicas del mes de mayo con 180.000 votos, me dirás si no constituimos un mercado apetecible. Máxime cuando el mundo de la comunicación se empeña en retratarnos como viejos bailongos que no sabemos hacer otra cosa que rehabilitar la artrosis con movimientos sexis. No niego que sea la ilusión de bastantes, pero no olvidemos que el tejido neuronal, gracias a los avances de la medicina, no se hallan tan deteriorados como para convertirnos en autómatas. Oh, fíjate tú que muchos manejamos ordenadores y todo. Y accedemos a Internet cual avezados navegantes.
Mariano sabe que se la juega. Si gana (cruz perro maldito, que me equivoque), será su éxito personal. Si pierde y no puede continuar en La Moncloa, será devorado por los mismos que hasta ahora le han hecho carantoñas. Ha sido capaz en estos últimos días de no abusar tanto del discurso en el papel. Hombre, chuletas sigue llevando. Y con letra más clarita que la suya. Lo malo es que no se baja del burro y sigue empeñado en vender éxitos que solo él ve. Bueno, y los que deben seguir al pie de la letra el manual. Pero salió del plasma. Algo es algo.
Estamos en una situación inmejorable. El paro se ha reducido hasta cifras equiparables a cualquier país de la vanguardia europea. La caja de la Seguridad Social rebosa y el Fondo de Pensiones alcanzará para llegar al año 3528 sin mayores agobios. Los contratos de trabajo han permitido que cualquier obrero disfrute de dos meses de vacaciones con retribuciones que jamás se han conocido en la nación. Nadie ya lo pasa mal ni se ha quedado en el camino. Cualquier enfermedad grave es tratada al día siguiente de su diagnóstico en todos los hospitales públicos, sin excepción alguna. Por fin se ha cumplido el aforismo de Alfonso Guerra: A este país no lo conoce ni la madre que lo parió.
Tanto ha cambiado la película que el organismo de loterías está realmente preocupado por el notable descenso en las ventas. Normal, para qué ilusionarse con el Gordo si con el confort alcanzado vivimos en completo desahogo. A este paso, El Gato Negro se convertirá en un despacho de pan, que de eso seguimos comiendo hasta que alguno suelte el bulo de que produce cualquier enfermedad maligna.
Yo lo tengo decidido. Esta vez no voy a votar por el Partido Popular. Y espero que este año el mes de la castaña sea diciembre. Ojalá que aquellos cuyo DNI señala que se hallan en edad de viajar con el Imserso, pero que aún sueñan y se fabrican sus utopías, sean capaces de discernir con la cabeza y dejen el corazón para cuestiones de otra índole. Que la racionalidad impere en su ámbito natural. Y como cada vez somos más, y duramos más (como las pilas), va la sentencia final: Compañeros, el futuro es nuestro.
E inmersos en la niebla y en las lloviznas, sin avisos ni alertas, de ustedes atentamente, un servidor. Eso, para servirles. Hasta mañana.

miércoles, 28 de octubre de 2015

Olvidadizo

Lo ideal para un municipio sería el que sus vecinos no pagaran impuestos. Tendría su alcalde el camino expedito para cuantas reelecciones quisiera. Lo malo es que los habitantes del resto de pueblos habrían de suplir, con los suyos, las veleidades políticas. Para evitar que los ‘listos’ se saliesen con la suya, se aprobó la Ley 3/1999, del Fondo Canario de Financiación Municipal, que regula el porcentaje mínimo de esfuerzo fiscal que cada ayuntamiento debe aplicar a sus contribuyentes. Gobernaba en ese entonces, como desde hace miles de años, Coalición Canaria en un pacto con el Partido Popular. Aspecto de suma importancia y que parece desconocer don Manuel Domínguez cuando hace acto de presencia en los medios de comunicación para quejarse amargamente de que el Gobierno de Canarias (ahora que los populares están en la oposición, pero es solo mera casualidad) maltrata al consistorio realejero obligándole a subir los impuestos.
Olvida igualmente el presidente insular del PP que la Ley de Racionalización de sus correligionarios en la Carrera de San Jerónimo puso la soga en el cuello a las administraciones con su severa política de recortes, por lo que ayuntamientos, cabildos y comunidades autónomas debieron ajustar sus capítulos de ingresos. Y ya se sabe de donde salen estos. Sin que ello suponga merma alguna a la hora de liberar cargos públicos con la cohorte de acompañantes consabida. Y la corporación de nuestro pueblo es ejemplo fidedigno de la generosidad habida en los enchufes.
Don Manuel, como siempre, quiso ser el más guapo y olvidó las directrices a cumplir. Y ahora dispara a diestro y siniestro en busca de los culpables que le fastidiaron la venta de humo en frascos de colonia. Sin percatarse de que los tiene en el seno de su propia organización. No me extraña que en la noche del pasado lunes saliera tan esquilado de la entrevista que le hizo Pepe Moreno en El Día Televisión. Dio pena y sentimiento ante la avalancha de evidencias que el periodista puso sobre la mesa. Cuando a los mitos se les acorrala y se les obliga a salir del manual de instrucciones dictadas, y memorizadas hasta los límites de la antigua canción de la tabla de multiplicar, se da uno cuenta de la vacuidad existente. Lo que conlleva a la proliferación de asesores hasta el infinito y más allá.
No nos tome por tontos, señor alcalde. Si se dedicara al cargo por el que los realejeros le han votado, puede que al menos tuviéramos a alguien a quien echarle la culpa, porque ahora ni eso. Lo de vivo día a día con mis vecinos ya no se lo cree nadie. Y no meta la pata alegando que puede haber alguno que lo pasa mal, porque el fantasma de La Moncloa lo puede llamar a capítulo. España es un espejo en el que se mira hasta la mismísima Alemania. Una prueba más de lo bien que avanzamos la hallamos en los viajes del Imserso. Aspecto que los viejitos de la Villa de Viera perdonaremos desde el mismo instante en que podamos embarcar en Puerto de la Cruz merced a las altísimas capacidades, preparación e influencias de su ilustrísima.
Y como de olvidos vamos hoy, recordarle que la buena gestión económica no es solo obra suya. Que anteriores regidores hicieron encomiable labor en el uso de los dineros públicos. Porque si para los méritos siempre está bien presto, qué casualidad que los errores y carencias sean de los otros.
Por lo menos ya ha conseguido que Carlos Alonso, todavía Presidente del Cabildo de Tenerife y aspirante (ahí se quedará) a diputado, se deshaga en elogios a la hora de vaticinar el ganador en las próximas elecciones generales. Y el deseo irrefrenable de que CC sea necesaria. ¿Saldrá Anita?, me pregunto con cierta ingenuidad y no menos malicia. Sí, ese prototipo de renovación (jolines, cómo le dieron al Photoshop en la instantánea dominguera del periódico El Día) que apenas lleva treinta años en la cosa pública y que juró amor eterno a Zapatero cuando ambos eran mucho más jóvenes.
Y como di un salto a esferas nacionales, no puedo callar el hecho de que una vez disueltas las Cortes Generales, los señores diputados y senadores dispongan de dos mensualidades de transición. Apenas unos doce mil euros. Por no hacer nada sino dedicarse a la promoción, porque el 20 de diciembre aspiran a seguir aupados a los leones. Para no estar buscando ejemplos, permíteme la licencia: Al día siguiente de abandonar la alcaldía, me hallaba inscrito en la nómina de maestros del colegio público Toscal-Longuera. Y estos señoritos (y señoritas), por si fueran pocos los privilegios, van a cobrar dos nóminas por la jeta. Y vaya dos nóminas. Por rascarse el ombligo. Tienen más cara que una manada de elefantes con las parótidas inflamadas.
Y acabo con el casto de Pablo Iglesias. Deja su escaño en la Eurocámara para dedicarse a la campaña del 20-D. Como nadie vive del aire, ¿te estás preguntando lo mismo que yo? De los cinco de aquel éxito electoral se han ido cuatro. No es que se parezcan ya a los criticados, son peores. Y en sus reiterados vaivenes, la muestra fehaciente de un desfondamiento total. El amplísimo catálogo de planteamientos teóricos se han diluido en la práctica como el terrón de azúcar en la taza del café. Predicar es tan fácil que hasta un analfabeto con una alcachofa es capaz de llevarte al huerto.
Hasta mañana.

martes, 27 de octubre de 2015

Simplezas

Tengo ante mí dos escritos relacionados con el PSOE. El primero, un artículo de opinión que trata de rebatir la intención socialista de suprimir, que no rematar, la asignatura de Religión (el interesado, y vaya que sí, no especifica cuál, como si hubiese elección) del currículo escolar. El otro, una aclaración de la agrupación realejera a las declaraciones del alcalde popular en las que lloraba amargamente por la canallada gubernamental (canaria) de penalizar al ayuntamiento de su propiedad.
Vayamos por partes:
Una fanfarronada así es un reflejo de la adolescencia política e intelectual de los sociatas de Sánchez, cuestionado entre los suyos por fichar a una que les ponía a parir no hace tanto y decidido a mendigar en pecera ajena algunos votos de indignados profesionales a costa de los curas.
Es decir, estimado articulista, abogar por un estado laico (recogido en su Constitución) y no aconfesional, como supuestamente (y es mucho suponer) se quiso traslucir en la redacción del artículo 16 (con un apartado tres que mantiene el estatus privilegiado de la Iglesia Católica), es para usted mendigar en pecera ajena. O dicho (escrito) de otra manera: Con las cosas de Dios (católico, claro) no se juega. Los espacios insondables del más allá están reservados y bajo buena custodia. Los curas (a su entender mismamente) sí pueden inmiscuirse en los aspectos terrenales de la gestión de la cosa pública. Reservada a quienes adquieren tal legítimo derecho (‘sociatas’ adolescentes, incluidos) a través de unas elecciones democráticas. Flaco favor realiza con sentencias de tal guisa a su jerarquizada iglesia y a los excelentes profesionales (lean, por favor, curas jotaesepé) que se baten el cobre con una mesura digna de encomio, a pesar de directrices tan obsoletas como las que se argumentan en el artículo de marras.
Antes de poner en marcha la centrifugadora, tendría que haberse informado. En Canarias, por ejemplo, el 82% de los alumnos de Infantil y Primaria escoge Religión; el 60% en Secundaria y el 45% en Bachillerato, una etapa en la que los chicos eligen más libremente y en la que ha aumentado el porcentaje de alumnos en Religión.
Hasta algo escasos me parecen los porcentajes. Porque aprobar sin necesidad de esfuerzo no se vende en cualquier parcela. Fui testigo del monumental cabreo de una madre con un cura realejero (otro) por haberse atrevido a ponerle una calificación satisfactoria a su hijo, cuando este ni acudía a clase. Hasta bastante estúpido (ya que el comentarista puede echar mano de tontunas, simplón y otras lindezas como follar y follar; ¿malas jugadas del subconsciente?) me parece el de bachillerato. Ahora que me acuerdo: ¡Viva la Filosofía!
Estas tontunas no son buenas para la democracia. Si todo lo que tiene que aportar el socialismo es división, exclusión y revanchismo trasnochado, entonces es que se ha bajado del carro de la sensatez y se arriman a los mesías disfuncionales que siguen prometiendo la Luna.
Para enmarcar y poner en la puerta de cualquier parroquia. O como cabecera de (in)determinado programa de (in)cierta tele local. Qué protestante el católico. Y punto pelota, que me crucifican las otras confesiones religiosas que se esparcen (cada vez más, ¿por qué será?) por los centros docentes públicos. En pasillos y patios de recreo. Las aulas pertenecen a la exclusiva. De lo que un poco sé y un mucho he vivido.
Y la guinda, como en todo pastel que se precie:
En el fondo, entiendo el razonamiento simplón de Sánchez: les quitamos la referencia religiosa en la escuela y será más fácil conducir a los jóvenes al caladero socialista.
No me lo puedo creer. ¿Eso es ideología o adoctrinamiento? Chacho, menos mal que no soy militante sino de los viajes del Imserso. Bueno, de haberlos, que tampoco estoy muy seguro. El aperturismo de Francisco (al menos de boquilla) no acaba de calar. Muchas marchas atrás siguen sin la pertinente sincronización. Y chirrían, vaya que lo hacen. Quita para allá, que me duelen los oídos. ¿Cuántos moros (sin connotaciones despectivas) conocemos que no necesitan escuelas para sus oraciones diarias? Les basta con un salón y un par de alfombras. Lo demás lo deben guardar en su interior. A la Iglesia Católica, Apostólica y Romana parece no bastarle con ese abundante patrimonio inmobiliario del que dispone y por los que no paga la contribución. Acapara otros edificios públicos para guiarnos por al camino de la rectitud, la generosidad, el buen hacer…
No es mi estilo, pero acabo imitando (pincha tú en este enlace y obtén conclusiones: http://www.diariodeavisos.com/2015/10/psoe-religion/): Espero, Pedro Sánchez, que no haya sido motivo de simple titular y los tengas bien puestos para acometer una tarea que debió haberse superado muchas décadas atrás. De ser así, cuenta con mi voto. A pesar de tal osadía (la de votar por estos anarquistas), seguiré siendo amigo de Gabriel, Juan Carlos y otros, aplaudiendo su quehacer y animándoles en su labor social. Y yo estudié en el Seminario. Que conste en acta.
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Casi me olvido de mi alcalde. Pensándolo mejor, como voy casi por el folio y medio (a la antigua usanza periodística) y por más de ochocientas palabras, dejo a Manolo para mañana. Porque cada vez que sale a informar (copio la reflexión del amigo Salvador), se da un baño de propaganda que un día de estos se va a morir de éxito. Ahora se halla molesto porque han penalizado al ayuntamiento por una ley que aprobaron ellos mismos. El problema es que a los realejeros se nos suele ir la olla y olvidamos los pasados recientes. A un servidor, aún no. Y que me dure. Será porque no le voté.
Hasta la próxima.

lunes, 26 de octubre de 2015

Sobrados

Estuve la pasada semana en El Hierro y la prueba de tal gira la pueden observar ustedes a través de las diferentes fotografías que vengo colgando en Facebook. Allá me alojé en los Apartamentos Los Verodes (La Frontera), lugar que recomiendo por si tienes pensado darte un salto a la Isla del Meridiano. Y no creas que alertas, alarmas y otros avisos varios impidieron darme mis buenos garbeos, cámara en ristre. Amén de algunas idas y venidas por el sendero del litoral entre La Maceta y Las Puntas. Aprovecho para lanzar el pertinente aviso al organismo competente, creo que el cabildo (espabílese, doña Belén), para que le dé un lavado de cara, ya que las tablas pueden causar algún tropiezo indebido. ¡Ah!, no dejes de ir a comer a Casa Pucho, también en Tigaday.
Ni aun estando de vacaciones, dejan de sorprenderme los políticos profesionales. Van de sobrados. Saben de mi teoría al respecto y que no es otra que la de intuir su pensamiento acerca de los que acudimos a las urnas: creen que somos tontos de remate. Sin percatarse de que, en justa contrapartida, somos, asimismo, acreedores al beneficio de la duda: no ser menos (tontos) que ellos. Como mínimo, iguales.
Carlos Alonso es presidente del cabildo tinerfeño. Leo por ahí que es el futuro de CC. Lo que no entiendo cuando antes militaba en el PP. Por lo que, a mi modesto entender, considero casi parte del pasado. Pero en política, veinte años no es nada.
Francisco Linares es alcalde de La Orotava. Y por tal hecho, representante en no sé cuántas administraciones más. También ostenta la responsabilidad cultural de La Villa. Amén de varios cargos orgánicos en el seno de su formación política. El que vale, vale. El que no, pa´maestro de escuela.
Tanto el uno como el otro, con el aplauso unánime de la tropa, piensan que son capaces de mucho más. El primero irá de escudero de doña Ana Oramas y ocupará el segundo lugar en la candidatura al Congreso de los Diputados. El de Los Cuartos será candidato al Senado. Una actitud vitalista y unas sobradas aptitudes les permitirán compatibilizar múltiples cargos. De tal manera que, como mi alcalde realejero, estarán del tingo al tango de manera permanente con lo que el desprestigio galopante de las instituciones seguirá de culo y sin frenos, haciendo que los contribuyentes estimemos que estar en Madrid de martes a jueves para levantar la mano y a cambio percibir generoso sueldo, es asunto de juzgado de guardia. No, yo solo voy a cobrar un sueldo, alega Paco. Chiquita jeta.
Manuel Domínguez tiene asignado el sueldo más alto que la ley estipula en su condición de alcalde de Los Realejos, mi pueblo. Pero apenas lo vemos por esta otra Villa norteña. Que yo sepa no ha renunciado a los privilegios inherentes al cargo. Como siempre argumentó que posee un altísimo porcentaje de rendimiento y unas capacidades fuera de lo común, se marchó con el incondicional Ledesma a la Cofradía de Pescadores portuense y lanzó increíble órdago a la institución insular: deleguen en mí todo asunto relacionado con el futuro puerto deportivo, comercial y pesquero de La Ranilla porque soy el único que lo puede llevar a buen fin. Así, con esa modestia que caracteriza su gestión.
Los dirigentes de la entidad citada, otrora tan reacios a que se politizara su quehacer y sus instalaciones, reservaron espacio y mesa para que los consejeros populares (Lope se sentó entre el público, no sé si por su reciente imputación o porque no ve claro la posición de dos marineros de tierra adentro que se inmiscuyen en terrenos resbaladizos) lucieran palmito y señalaran al otrora compañero Alonso el camino de vuelta al redil.
Van sobrados, sí. Lo que demuestra mi teoría de que los organismos públicos funcionan solos, a pesar de los políticos. Síntoma inequívoco de que el funcionariado cumple. Y los figurines ya bastante tienen con darse tono.
Patéticas posturas de gentes cuya desmedida ambición no hace sino generar desconfianza. Estamos hartos de dobletes. Algo, o mucho, no funciona en este país cuando se pueden compaginar cargos tan dispares y a la par tan distantes. Mil ochocientos kilómetros no es moco de pavo. La política requiere otra altura de miras. No la choteen más.
Al paso que vamos y comprobando cómo camina la perrita, nada me asombraría que el amigo Manolo se subiera al carro de la novelería y apareciese en la candidatura popular a una de las dos cámaras madrileñas. En cuyo caso le preguntaría a los miles de realejeros que le votaron en mayo próximo pasado (bien sabe él que con el mío no contó) si en su papeleta estaba escrito que podía disponer a su antojo de cuanto cambalache creyese menester.
No, políticos, politiquillos y politicastros, así no. Dedícate en cuerpo y alma (por si los creyentes me lo reprochan) a una actividad. Y jáctate de presumir la dedicación exclusiva durante treinta o más horas al día. Pero no nos tomen el pelo de manera tan descarada. Incluida Nueva Canarias, tan dada a dar lecciones de moralidad y buenas costumbres. Con un señor Quevedo, compañero hasta hace dos minutos de la señora Oramas, que parece la caja del turrón.
Cuantas más demostraciones hagan de su enorme capacidad, mayores muestras de mediocridad están poniendo sobre la mesa. Pero la culpa no solo es de ustedes. Los que estamos al otro lado del cristal debemos quitarnos la venda para decir basta. Y restregar el rostro de tanto carota con los mismos trapos sucios con los que ellos friegan el suelo de nuestros derechos.
¿Sobrados, capaces y aptos? Seguro que no. ¿Ineptos? Rotundamente, sí. Nosotros. ¿Y ustedes? También.

lunes, 19 de octubre de 2015

Una simple falta

Un juez ha estimado no considerar delito, sino mera falta, el hecho de que a un ciudadano se le tilde de hijo de puta y se sugiera, de paso, darle un tiro en la nuca. Para rematar la jugada, me imagino. Son –deben ser– las servidumbres a pagar por la utilización de las denominadas redes sociales. Lo que, entiendo, da carta libre a que te alongues a Internet y desembuches todo aquello que creas menester sin temor a que el peso de la ley –bastante liviano a tenor de lo que se respira– caiga sobre ti.
El siguiente paso será, en lógica correspondencia, que los medios de comunicación tradicionales hagan de su capa un sayo e inicien un inmenso capítulo de improperios, cuanto más gruesos, mejor. Por estos contornos de mi tierra, o más propiamente, por mi norte, demasiado sabemos de usos tales. Y ahora seguiremos bailando ante este soplo de libertad mal entendido. Poco importará el que se lleve a cabo en el sector privado o público. Máxime cuando los intereses políticos se supeditan al mientras sea al oponente, que se joda. ¿Lo entendiste, Fermín Correa? Tranquilo, también le tocó, y mucho, a Fidela Velázquez. Que son solo puntas de lanza de una lista que tiende al infinito. O al ocho acostado, que dijo cierto conocido. Agua y ajo, es el sentir popular de la muy noble, histórica Villa de Viera. Que descansa en Las Palmas. Y menos mal. Que si no, qué revuelto estaría el pobre.
Se sostiene que no es conveniente judicializar la política. Pero creo que es mucho peor politizar la justicia. Y la judicatura no está dando buenas muestras de buen hacer en tantos fallos incomprensibles para el común de los ciudadanos. Lo mismo, y yo también tengo el derecho a suponer, es que si su señoría guarda ciertas simpatías por el PP, es un decir, debe procurar ser lo más laxo posible cuando el agraviado sea líder de una formación política manifiestamente competidora en lides electorales. Y si es emergente, leña al mono.
Ya me dirán ustedes a mí si la simple sugerencia, aunque sea en la barra del bar, de ponerle una pistola en el cuello a alguien, no es motivo para una reprimenda que vaya más allá de una multa de veinte euros, cuando no de una absolución por mor de un derecho a la información que sobrepasa varios miriámetros lo que dicta el sentido común. Luego comparas estas situaciones con otras de mucha menor entidad (cambiar de sitio un paquete de leche en polvo porque los críos tienen la fea costumbre de comer todos los días) y te dan ganas de confiar ciegamente en la justicia. Ese vocablo maravilloso que dicen es igual para todos. Pero que jueces y fiscales parecen empeñados en demostrarnos que somos muy torpes.
Ayer domingo estuve hablando con un buen amigo. Que en la actualidad desempeña un cargo público en una institución insular. Y entre buchito y buchito del café (el mío cortado), desgranaba pasajes escuchados en cierta emisora de radio que un servidor dejó de sintonizar, por prescripción del urólogo (no quería que me dejara mear).
Cuando le confesé que el motivo de mi desconexión, años atrás, había venido determinada por idénticos motivos, no daba crédito a que tales hechos persistiesen, independientemente de los cambios políticos habidos en los procesos electorales. No, le corregí, se han agravado. Porque el supuesto responsable de líneas editoriales que deben regirse como servicio público, calla y otorga. Por si acaso. Y mientras no me toquen, un pimiento se le importa que compañeros de municipios no tan lejanos sean diana inmisericorde de bombardeos soeces y de diatribas que mandan a tomar por saco al artículo 20 de la Constitución. Ese que les ampara, y a sentencias raras me remito, pero que no concede el más mínimo resquicio para la réplica del destinatario de flechas envenenadas y escupitajos de mala bilis.
Se han lucido juez y fiscal en considerar hecho leve el que al líder de Ciudadanos, Alberto Rivera, que no es santo de mi devoción (los feos solemos ser más sinceros), lo hayan amenazado gravemente. Amén del efecto colateral en lo de hijo de puta. Insisto en que, puestos a suponer, de haber sido Pablo Iglesias, incluso puede que Pedro Sánchez, el objetivo, los considerandos y resultandos habrían valido de igual manera. Me temo (¿o acaso es delito pensarlo?) que de haberse tratado del señor de las tijeras, los fundamentos jurídicos no hubiesen agarrado este atajo.
Otro día, si a bien lo entienden, hablaremos –escribiremos– de más asuntos de mi tierra, que es la tuya, y de este norte, que es mi norte. Al que no ayudamos mucho con exabruptos e injurias. Pero los límites, ahora bastante difusos, son marcados por la ecuanimidad de cada cual.  Aunque parece estar en tela de juicio. Y nunca mejor dicho.
Sean felices. Y no insulten, que está muy mal visto. ¿O no?

viernes, 16 de octubre de 2015

Un tercer adelanto

No es de extrañar que en las palabras de clausura, a cargo del Gobernador, se dijera: ... Y por tanto yo exijo y pido a todos los Alcaldes y demás autoridades dependientes del Gobierno Civil, que agoten las posibilidades a su alcance para exigir responsabilidad, pero responsabilidad efectiva, desde la pecuniaria hasta la personal detención de todos aquellos que, por una criminal inhibición, no cumplan con el deber de enviar a sus hijos a la Escuela.
Ello nos ratifica en que, independientemente de los regímenes políticos, la situación fue la misma hasta hace unos días. Por eso se insistirá en más de una ocasión que aconteceres del siglo XIX se vivieron durante casi todo el XX. Más de una línea de este trabajo, por arriba de circunstancias y fechas, pudo haber coincidido perfectamente con avatares de la pasada década de los sesenta en ambientes rurales de esta isla de Tenerife. Y el Norte siempre estuvo mejor comunicado (?) que el Sur, por lo que todavía podemos presumir del recurso del consuelo. Que ahora se torna lamento. Porque la prensa de aquel entonces nos daba norte de un proyecto preñado de ilusión: el establecimiento del tranvía hasta el Valle de la Orotava. Cien años después, la trayectoria parece haber cambiado. Espero que los estudiosos del fenómeno de la comunicación terrestre en esta peña atlántica puedan obtener conclusiones que guarden alguna similitud con las que aquí se plantean. En principio aparentan proporcionalidad inversa.
...Después vienen los que no van á ninguna escuela... El triste muestrario de las criaturas á quienes se deja de niños sin  instrucción y se deja de hombre sin  pan desfila delante de mis ojos. ¡Triste desfile el de estos capullos humanos!... ¡Y marchitos al entreabrirse!... Cuando se abran, cuando quieran ser flores serán espectáculo miserable.[1]
Sí, éste era el panorama de la infancia madrileña en 1910. Con miles de niños sin educar y abandonados a su suerte en calles, por falta de escuelas, por incuria y miseria de sus padres. Y se hizo necesario  elaborar un censo desde el ayuntamiento. Porque si se era capaz de comprobar la situación real de la capital, podría, por extensión saberse lo que acontecía en España. Y el articulista manifestaba:
España entera, si quiere redimirse, regenerarse, ser ayuda y no estorbo para las humanidades que van de cara al porvenir, necesita afrontar y resolver el problema de la enseñanza.

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He estimado conveniente, para mantener la adecuada secuenciación con el trabajo precitado, abarcar el intervalo histórico comprendido entre la I y la II Repúblicas, aun cuando el enfoque de cómo discurrió la instrucción pública y si los periódicos fueron fiel reflejo del devenir de la enseñanza, haya podido diferir.
Se justifica el título por la necesidad de acotar, en aras del rigor, el espacio geográfico a estudiar, pero que, por las reseñas periodísticas, puede colegirse que la extrapolación de conclusiones guarda un alto índice de fiabilidad.
Será la prensa, como fuente documental para la reconstrucción del pasado histórico, el sostén principal de la investigación. El exhaustivo análisis de los mensajes en torno al hecho educativo, sobre todo en la prensa del Valle de la Orotava, y de lo que otros periódicos publicaban del Norte, así como editoriales, artículos, comentarios...,  es lo que, con carácter general, determinará el contexto del período investigado.
No es, en sentido estricto, historia del periodismo; tampoco, historia de la educación. Sí es tratamiento informativo en periodismo impreso del fenómeno educativo. Y este planteamiento desembocará, irremediablemente, en los otros.
¿Por qué este período? El contenido de la Tesis Doctoral del profesor don Ricardo Acirón Royo, nos encendió la luz del enfoque. Y el ya aludido lamento de don Olegario Negrín Fajardo ante la carencia de trabajos que trataran el fenómeno educativo canario fue el acicate para seguir aportando, como también se indicó, granitos de arena. Dos aconteceres históricos de significativa relevancia en nuestro país señalaron los jalones que determinarían el intervalo a estudiar. Con sus prólogos y epílogos, con sus preámbulos y conclusiones, con su antes y su después.
La interrogante a desarrollar podía concretarse: ¿qué tratamiento dieron los medios de comunicación impresos del fenómeno social educativo? Y a partir de ahí, vías y caminos que se abrían a cada paso. Cada impulso suponía un nuevo reto: posturas de la prensa ante la problemática educativa, la mediatización política de cabeceras, variaciones posturales a través del tiempo, utilidad o no de la información periodística como fuente histórica...
Siempre persiguiendo el criterio fundamental de análisis de contenidos. Más, mucho más hemerográfico que archivístico. Más periodístico que histórico. Buscando en aquél el adecuado contrapunto de éste. Las respuestas a si los medios de comunicación trataron la hipótesis que se dejó consignada con la suficiente claridad y profundidad que el hecho invita, entendemos se desgranan –a la par que con la seriedad y rigor que una tesis implica, con la  adecuada amenidad que otro cualquier tipo de posible lector pueda demandar–, con el detalle pertinente en cada uno de los capítulos. Y en las conclusiones que hemos obtenido, tanto el objetivo general trazado, como los que con carácter específico se definieron posteriormente, se perfilan como satisfactoriamente conseguidos. A la usanza y similitud de la puesta en práctica de una unidad didáctica en alguna de las etapas educativas actuales, la evaluación final ha venido a demostrar que contenidos procedimentales, conceptuales y actitudinales, en consonancia con los objetivos previstos, teniendo en cuenta los criterios de evaluación establecidos y contando con los recursos adecuados han alcanzado una calificación de progresa adecuadamente.
Aunque las puertas siguen abiertas. Nos agradaría que de la presente línea de actuación surgiesen nuevos caminos que desbrocen un campo que todavía permite otros cultivos. Por lo que en las conclusiones nos atrevemos a sugerir algunos. Y es que no sólo el marco conceptual ofrece infinidad de combinaciones, sino que el histórico abarca un etapa tan rica en contrastes, que cualquier enfoque de espacio y tiempo puede ser válido.


[1] Dicenta, Joaquín, Vida Socialista, Madrid, 6-febrero-1910, número 6, páginas 2 y 3.

jueves, 15 de octubre de 2015

Un segundo adelanto

La hipótesis que nos planteamos desde aquel anteproyecto presentado durante la realización de los cursos de doctorado, fue estudiar el déficit de la instrucción primaria pública –la enseñanza pública– y el cómo tal hecho era reflejado en los medios de comunicación impresos. Salvo la previsión inicial de los plazos establecidos para su desarrollo, que se ha incumplido por diversas circunstancias, el esquema original ha sido la base del trabajo posterior. Hubo, no obstante, que acotar contenidos. Porque el desarrollo capitular así lo aconsejó. Queda abierta, sin embargo, tal y como se dirá en las oportunas conclusiones, otras puertas. Para que posteriores estudios incidan en las facetas que la presente investigación haya podido soslayar o se haya visto en la obligación de no poder tratar con la enjundia requerida.
Quisimos aportar otro “grano de arena” a ese aún incompleto campo de investigación sobre el hecho informativo per se. Y es que esa información, tan rica y variada, debe ser el fundamento básico que nos permita incrementar un depósito de trabajos, con el que pueda compendiarse algún día la Historia de la Educación en Canarias.
Carecemos de una obra de conjunto que ponga al descubierto las líneas maestras de la evolución de la enseñanza canaria en todos los niveles del sistema educativo[1].
El ir cubriendo estas carencias es –deber ser– labor harto satisfactoria. De tal suerte, deberán irse acumulando trabajos que puedan ser la futura base de un estudio de conjunto. No se trata, pues, en nuestro caso, de llevar a cabo una historia del periodismo en el período analizado. Tampoco va encaminado a elaborar una recopilación de todo el material existente, con el fin de compendiar un catálogo educativo.
Pero tiene de lo uno y de lo otro. Y las privaciones aludidas por Olegario Negrín Fajardo deberán ser cada vez menos. El intento de atesorar esa variopinta información[2] nos conduce al criterio fundamental de nuestro punto de partida, a la perspectiva principal del enfoque de esa investigación, que quiere analizar el tratamiento informativo del fenómeno educativo en el periodismo impreso.
Así, los contenidos instructivos y pedagógicos, no sólo de los periódicos de índole profesional –más reivindicativos y didácticos–, sino, además, de los de información general, que, incluso con el aditamento de sesgos evidentes por acentuadas líneas editoriales, deberán ir corroborando, con mayor o menor énfasis, una situación social en un contexto político lleno de avatares, que configuró una etapa con grandes inflexiones y signada por una profunda inestabilidad en nuestro país.
Es un trabajo más periodístico que histórico. Aunque lo primero ya parece irrenunciable para los historiadores[3]. No será, por ende, la prensa un complemento, sino el armazón nuclear de la tesis. Es la historia del día a día, de las diferentes ópticas de una misma realidad, de visiones aproximadas y de contraste de pareceres. Y dicho tratamiento constituirá una amalgama, que deberá ser reflejo de una época bastante significativa.
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El doctor Ricardo Acirón, ha realizado –fue su Tesis Doctoral[4]– la investigación del período 1785-1862, que se corresponde con el análisis de los primeros periódicos impresos en Canarias. Y del estudio pormenorizado de las conclusiones de su trabajo obtenemos casi los mismos resultados desalentadores que hallamos hasta bien  avanzado el siglo XX.  En los capítulos I y II venimos a decir que incluso para quienes transitamos aquellas escuelas de las décadas de los cincuenta y los sesenta del pasado siglo –cómo no las precedentes–, grandes y significados parecidos hemos hallado con avatares de centurias anteriores. Y mucho más en ambientes rurales como el que tuvo la oportunidad de desenvolverse el autor de estas líneas. No sólo, insisto, me remito al contexto político y social y a la realidad escolar canaria en el ámbito de la instrucción primaria, fundamentalmente pública, sino que valgan, además, estas otras pinceladas:
La provincia de Santa Cruz de Tenerife cuenta con 962 escuelas primarias, entre nacionales y privadas reconocidas, para atender a una población escolar de 67.500 niños, por lo que quedan sin poderse matricular en ninguna escuela 19.869 niños, precisándose, por lo tanto, para dar cumplimiento a lo ordenado en la vigente Ley de Educación Primaria, 838 escuelas más de las existentes.
Eran, fueron, palabras del Jefe Provincial del S.E.M., don Germánico Álvarez García, pronunciadas en el transcurso de una Semana Pedagógica celebrada del 6 al 11 de abril de 1953. Que siguen sin diferenciarse mucho de lo acontecido en muchas décadas atrás. Pero no siendo lógico que en tales tiempos, y en presencia del Excmo. Sr. Gobernador Civil y Jefe Provincial del Movimiento, don Carlos Arias Navarro, se dijesen esas cosas que pudieran entrever sospecha hacia la labor del Régimen, se habla, cómo no, de la poca asistencia escolar y de la falta de colaboración de padres y autoridades locales[5] para hacer efectiva la obligatoriedad de la enseñanza, llegando a la conclusión de que en esta provincia, cuya asistencia media es de 28.231 alumnos, quedan, prácticamente, sin recibir los beneficios de las primeras letras, 39.269 niños, que constituyen un vivero permanente de analfabetismo, contra el cual se estrellan el interés del Estado y la buena voluntad de los Maestros[6].


[1] Negrín Fajardo, Olegario: Bases bibliográficas para la Historia de la Educación canaria. Homenaje a Alfonso Trujillo,  Aula de Cultura de Tenerife, 1982, tomo II, páginas 665 a 691.
[2] Yanes Mesa, Julio Antonio: Leoncio Rodríguez y “La Prensa”: una página del periodismo canario, Cabildo Insular de Tenerife-Caja General de Ahorros-Herederos de Leoncio Rodríguez, página  23, Tenerife, 1996.
[3] Ibídem, página 23.
[4]  “Prensa y enseñanza en Canarias. Análisis de contenidos de los primeros periódicos impresos (1785-1862)”.
[5] Que al ser elegidos a dedo, debían ser los cabezas de turco que pusiesen el argumento a las actuaciones de los superiores. Porque el interés del Estado quedaba fuera de toda duda. A los maestros se le presuponía buena voluntad, aunque ésta estuviese demasiado contaminada por las carencias materiales y económicas. Y que ni siquiera los fines de mes permitían atisbar horizontes esperanzadores.
[6]  Drago, Revista mensual de Cultura, año I, número 5, mayo de 1953, La Laguna de Tenerife (Dirección y Oficinas: San Agustín, 44; Director: Francisco Ruiloba Palazuelos).

miércoles, 14 de octubre de 2015

Un primer adelanto

Yo estudié Ciencias de la Información por mi hija. Ella se matriculó poco antes de finiquitar Magisterio. Y preguntó, a petición mía, si admitían a un viejo. Y así fue que cursé la carrera con aprovechamiento y buenas calificaciones. Primero en unas dependencias del Seminario Diocesano y, al final, en La Pirámide. Luego seguí –lo que significa no tener nada que hacer siendo maestro de escuela– y el 3 de septiembre de 2004 (viernes), a las 11 de la mañana, defendí ante el tribunal designado al efecto, una tesis titulada “Prensa y Educación en el Norte de Tenerife entre la I y la II Repúblicas (1873-1931)”. La calificación, el posterior título y otras boberías, duermen, junto a más boberías, en una gaveta de cierto mueble (el pobre casi tan provecto como un servidor) del escritorio, u oficina, de casa.
Por meras razones de edad –ya uno no está en condiciones de ir mendigando por organismos y entidades– y porque los artículos periodísticos –también los de este blog– condicionan, y mucho, a la hora de ir a pedir perras para publicar, pensé este largo fin de semana. Y fruto de la meditación, los primeros párrafos de la Introducción, sin descartar que, de vez en cuando o cuando me lo pida el cuerpo, vuelva a traer a este medio que la Internet nos brinda, otras secuencias del amplio muestrario de capítulos del trabajo reseñado. Me sigue gustando más este vocablo (trabajo) que el de investigación.
Vamos allá:
«El trabajar en una dependencia encantadoramente desorganizada no deja de tener sus atractivos. Todo depende del tiempo que puedas disponer para el empeño y estés en condiciones para destinarlo al menester encomendado.  Y en la Biblioteca Municipal de La Orotava se dedicaron innumerables tardes a colocar en diferentes montones la magnífica colección de periódicos allí existente. Cuando uno lee algo acerca de la organización de la actividad documental y se informa de las soluciones posibles a los problemas planteados, realiza una abstracción rápida y establece la odiosa comparación ante el hecho que se comenta. Que la traslada a las escuelas de antes y ahora, entre el contenido de nuestra línea de trabajo y lo que hoy consideramos normal en las aulas de los colegios.
Claro que si nos fijamos en la división de funciones que propone Galdón López[1] respecto a la organización de la actividad documental, en tareas de recuperación, selección, clasificación, indización, registro y archivo,  y sabedores de la dinámica interna de los ayuntamientos, al menos en años de graves dificultades económicas (al decir de la clase política, casi siempre) y, por ende, de escasísimas inyecciones dinerarias para labores culturales de nula repercusión o imagen pública, se nos antoja que no es tan fácil poner las cosas en orden. No obstante, los primeros pasos están dados y me consta que, aun sin la cualificación suficiente, al menos se ordena el material existente. Que para quien ha visto y vivido la situación original se le antoja un gran avance[2].
Debemos lamentar los escasos trabajos emprendidos en las Islas sobre el hecho informativo en sí, tanto en su vertiente específicamente fenomenológica, como en la resultante, al atesorar esa variopinta información que, por fin, ya parece irrenunciable para los historiadores. Son carencias que acusan sus tres manifestaciones: la escrita, la radiofónica y la televisual.[3]
El desarrollo de la instrucción primaria en el período objeto de estudio es altamente insatisfactorio. Lo había sido en los inmediatamente anteriores (hay investigaciones al respecto que se mentarán) y siguió siéndolo en las décadas del régimen político del General Franco. En el territorio que abarca nuestra línea de actuación, pero también en otros ámbitos que podrían considerarse más urbanos. Los municipios prestaban escasa atención a la problemática escolar y los reiterados cambios legislativos, por mor de la inestable situación política, lejos de mejorar la situación, introdujeron mayor confusión con lo que las expectativas empeoraban. Cuando se tiene acceso al contenido de loables iniciativas nos asalta la duda de su posible viabilidad en otro contexto. Porque el escepticismo, la incertidumbre y la posible animadversión hacia la res política, no debe ser óbice para tildar al conjunto como meros oportunistas.
La necesidad imperiosa de un cambio en los sistemas pedagógicos y abogar por la implantación de la denominada escuela racionalista es motivo de comentario permanente en Vida Socialista. Para que no sólo constituya un lugar de instrucción, sino, además, centro de educación de los sentimientos y las manifestaciones de la voluntad.[4]
Ello implicaba, obviamente, que el elevado índice de analfabetismo siguiera establecido en unas cotas alarmantes. Aquellos que se creían capacitados para ejercer la docencia, la mayoría sin la titulación requerida, no veían compensados sus esfuerzos y bien pronto abandonaban o vegetaban entre las cuatro paredes de la escuela.
Pero cómo podía atisbarse solución alguna si hay muchos maestros que cobran todavía 68 céntimos diarios para comer, vestir, calzar, etc., á ellos y sus familiares. A la clase política dedicaba Vida Socialista[5] estas líneas:
¡Canallas! Os estorban los buenos maestros que causan miedo á la Iglesia y la Monarquía, á cuya sombra cada uno de vosotros es un tiranuelo. Con un buen plan educativo se barrería muy pronto tanta inmundicia. Ni vosotros echaréis al Magisterio más que piltrafas y el residuo de vuestros festines, ni los maestros que habéis formado saben aprovechar la fuerza que tienen á su alcance (...) ¿Y no os remuerde la conciencia de quererlos buenos, pagándolos como lo hacéis? No, no os avergonzáis, porque habéis perdido la vergüenza.
La asistencia era ridícula. Los padres, más preocupados en subsistir que en procurar que sus hijos adquiriesen los rudimentos del saber, no estaban por la labor. Máxime cuando tenían ante sí un futuro negro, sujeto a los designios del cacique y a los dictados de unos estómagos tan vacíos como su cerebro. Porque el hambre fisiológica era más perentoria que la otra, dado que ni siquiera atisbaba la posibilidad de salida del túnel mediante la instrucción de sus hijos.
“Las escuelas rutinarias” es el título de un poema, firmado por Guerra Junqueiro e inserto en Vida Socialista[6] y que nos “recrea” en la situación de aquellos cubiles:
El alma de la infancia es como un ave;
y un nido ríe y una escuela llora;
dais la noche á la infancia; el nido sabe
entre sus pajas ofrecer al ave la aurora.
El alma de la infancia es flor mimosa;
la escuela es triste y florecer no deja;
zumba en la escuela la rutina odiosa,
y sobre el cáliz áureo de la rosa zumba la abeja.
¡Ay, Patria!, tú haces nuestras almas ciegas
encerrando la infancia en un cubil...
No canta el ruiseñor en las bodegas...
Y si la infancia es flor, ¿por qué le niegas su abril?
Del mismo autor[7]: Siento una enorme tristeza cuando veo las rejas de una cárcel ó las puertas de una escuela mala. Dos cárceles. Una es el corolario de la otra; la ignorancia produce el crimen; la mala escuela produce la cárcel. Los pueblos tienen un corazón: la escuela.
Una cárcel, símil que se repetirá hasta la saciedad. En un doble sentido. Porque la escuela, ese cuchitril abyecto que sólo inspiraba rechazo, lo representaba. Y porque la escuela, también –y no es poco– podía ser la válvula de escape, la salida a la miseria y escasas miras de una sociedad abocada a ser carne de presidio».


[1]  Galdón López, Gabriel; El servicio de documentación de prensa: funciones y métodos, páginas 159 y 160,  Editorial Mitre, 1986.
[2] Cuando este trabajo se hallaba a punto de culminar, los medios de comunicación nos trasmitían la buena nueva de que la colección de periódicos de la Biblioteca Municipal de La Orotava podía ser consultada digitalmente. El concejal delegado informaba acerca de la finalización de los trabajos de compilación. Estamos ante un nuevo recurso tecnológico de gran interés para los investigadores y estudiosos del periodismo y de la prensa de las islas, más concretamente del Valle de la Orotava y del Norte de Tenerife. Una vez más llego tarde a algo. Pero satisfecho por haberme adelantado. Y contento porque, a lo peor, pude ser partícipe de este final exitoso. Los escozores de un pasado no tan lejano, se han tornado cómodas esperas ante la pantalla de un ordenador. Me alegro enormemente. Mucho más por los raídos ejemplares que corrían evidente peligro de una desaparición más o menos inmediata.
En el verano de 2003, la búsqueda de unos ejemplares atrasados de cierta cabecera de la prensa isleña me conducen de nuevo a la biblioteca orotavense. Compruebo, con agrado, que ahora se hallan debidamente embalados. Incluso aquel operario, reconvertido desde la albañilería por un inesperado accidente laboral, fue quien me atendió solícito. Me volvió a recordar la alegría que le supuso la lectura de aquel accidente en Las Cañadas, en el que se vio implicado determinado familiar. La prensa ganó algo más que un lector. Las bases de la futura hemeroteca se comenzaban a forjar bien cimentadas.
[3]  Yanes Mesa, Julio Antonio; Leoncio Rodríguez y “La Prensa”: una página del periodismo canario. Excmo. Cabildo Insular de Tenerife - Caja General de Ahorros de Canarias - Herederos de Leoncio Rodríguez, S.A., Santa Cruz de Tenerife, 1996.
[4]  Vida Socialista, Madrid, 11-septiembre-1910, número 37, páginas 12 y 13.
[5]  Vida Socialista, Madrid, 12-marzo-1910, número 11, página 7.
[6]  Vida Socialista, Madrid, 16-julio-1911, número 81, página 3.
[7]  Vida Socialista, Madrid, 15-febrero-1914, número 209, páginas 5 y 6.

martes, 13 de octubre de 2015

Becas

El tiempo se nos va de las manos. Corre como un demonio. En un par de meses hará la friolera de 34 que unos entusiastas directivos de unas asociaciones recién estrenadas luchaban para que la educación de sus hijos mereciese toda la atención posible por parte de las autoridades de la época. Las corporaciones locales se hallaban en el meridiano de su primer mandato democrático y bastante tenían con ir dotando al sector de las mínimas infraestructuras para que alumnos y maestros desarrollasen una labor digna. Se adquirieron terrenos para la construcción de colegios y se pusieron a disposición de la aún Junta de Canarias (etapa preautonómica). Tanto aquí como en Madrid los gobiernos de UCD comenzaban a dar sus últimas bocanadas. Sería luego, con el primer gobierno de estas islas, presidido por Jerónimo Saavedra, cuando se acomete, bajo la batuta de un consejero excepcional, Luis Balbuena, la transformación radical del sector educativo en unas islas que se habían caracterizado por un índice de analfabetismo que rayó siempre en el escándalo más obsceno.
A finales de la década de los setenta surgieron las tres primeras Asociaciones de Padres (lo de AMPAs vendría mucho más tarde). Eran, en el papel, en los estatutos, asociaciones de padres, pero fueron siempre de madres. Y algo, o mucho, me correspondió vivir. Invito a cualquier directivo actual de la del colegio Toscal-Longuera a que me haga llegar los libros de actas de aquellos primeros años, porque mucho se podría escribir de acciones acometidas para lograr, entre otras muchas cosas, que los escolares dispusiesen desde el primer curso de su creación (era una agrupación escolar mixta) los libros de texto y el material escolar a cambio de una módica cuota e independientemente del número de hermanos que estuviesen matriculados.
Cuando tres décadas y media después leo cómo se echan flores las concejalías de turno, siento rabia contenida por no haber sido capaces de interpretar una historia que ya estaba escrita. Puede que muchos de esos concejales sean producto de la etapa del progreso elitista en centros privados. Y como los malos estudiantes, al final recalan en ‘lo público’.
De aquel entonces me encontré un papel escrito a máquina. Que te transcribo:
«En reunión celebrada en los locales de la APA  “Longuera-Toscal” de Los Realejos, el día 12 de diciembre de 1981, estando presentes los presidentes de las Apas “Pérez Zamora”, “Agustín Espinosa” y “Longuera-Toscal”, así como representación de padres de los colegios “San Sebastián”, “Icod el Alto” y “Mencey Bentor”, con el fin de estudiar la nota oficial del MEC (División de Extensión Educativa), aparecida en la prensa el 9 de los corrientes, acuerdan hacer público el siguiente comunicado:
En el curso 80-81 los alumnos de los colegios estatales (públicos) solicitaron gran cantidad de ayudas, a las que el MEC solamente ha contestado en una mínima parte, no concediéndose, en ningún caso, ayuda alguna para EGB, habiendo supuesto un respetable desembolso económico motivado por impresos, traslados a Santa Cruz y otras localidades para las certificaciones correspondientes a la situación económico-social, problema que se vio agudizado en las clases menos pudientes (viudas, parados, pensionistas, incapacitados…), y todo ello para no haber conseguido ayuda alguna, y lo que es peor, ni siquiera se han dignado a comunicar nada al respecto cuando la Delegación cobró 30 pesetas por cada impreso, siendo 20 de ellas para franquicia.
Las Directivas de las Asociaciones de Padres se ven en el dilema de cómo presentar a los padres una nueva petición de ayuda para el curso 82-83, cuando ni siquiera ha habido respuesta a la petición para el presente curso, y si, por otro lado, la citada nota dice textualmente: “En los niveles de Preescolar y EGB sólo podrán concederse becas de enseñanza; esto es, para centros NO ESTATALES, NO SUBVENCIONADOS, NI GRATUITOS”. Analizando esto entendemos que cada año existe una mayor discriminación hacia los centros públicos en beneficio de los colegios privados. ¿Qué se entiende entonces por igualdad de oportunidades en la educación? Esta igualdad de oportunidades, ¿se consigue acaso dándole más al que más tiene y negándole la posibilidad, hasta de comprar los libros, a la mayoría, que son necesitados?
Y si por otra parte la aportación del MEC para material que concede a los colegios ha ido diminuyendo en una proporción, que contando con el incremento del coste de la vida, llega a alcanzar hasta cotas del 20%, mayor perjuicio se está ocasionando a los alumnos de los centros públicos.
Esperan estas Asociaciones que por parte de la Delegación Provincial del MEC se dé una respuesta a estos hechos que hacen que la situación de los colegios estatales sea cada vez más problemática.
Por último, y como consecuencia de estas inquietudes, se acuerda trasladar a la diferentes Directivas, gestoras e interesados, el deseo de organizarse en una federación de ámbito municipal para defender entre todos los legítimos derechos de los colegios estatales de Los Realejos».
Fue así cómo se sentaron las bases de lo que hoy es la Federación de Ampas ‘Godínez’, de la que tuve el honor y la enorme satisfacción de ser su primer presidente. A través de ella se canalizaron subvenciones para realizar diferentes actividades, que supusieron un giro de 180º en este campo.
Interesante tema para un trabajo más extenso. Me atrevo a sugerir que incluso para desarrollar una tesis doctoral. Invitados quedan pedagogos y maestros para emprender tan loable iniciativa. Si ignora mucho de aquellos años en que tales movimientos removieron los cimientos de una sociedad anquilosada. Pero como vamos ahora tan deprisa (salvo Fernando Alonso), creemos que siempre hemos sido afortunados. Y no. Cuatro o cinco décadas atrás, no más, padecimos penurias. Vaya que sí.