jueves, 27 de marzo de 2014

Otro tramo

Ya hay fecha para que se abra al tráfico el tramo de nueva carretera entre los municipios de La Guancha y El Tanque. Aunque todos los medios de comunicación establecen el inicio en Icod de los Vinos. Debe ser que los remitidos de los organismos oficiales así lo indican. Lo que vendría a demostrar el desconocimiento profundo de la realidad insular por parte de los gestores públicos y la escasa preocupación de los periodistas en ir más allá del copia y pega. Y digo (escribo) en La Guancha porque aunque el límite entre ambos pueblos lo establece el Barranco de las Ánimas (justo donde está la rotonda), el inicio (el arranque) de la desviación, y las señalética así lo indica, se halla antes de cruzar el susodicho, más cerca de Santo Domingo que de Buen Paso.
Será el próximo 15 de abril, martes de la Semana Santa, cuando Rivero, que habrá acudido en helicóptero hasta el puesto de la Cruz Roja (Buen Paso) y puede que de camino se dé una vuelta con Yeyo por el centro sanitario, proceda al corte de la cinta de rigor en presencia de muchos alcaldes y no menos cargos de alto copete de la cúpula gubernamental superior, a saber, Cabildo y Gobierno Autónomo. Hoy voy de mayúsculo, porque pienso ser uno de los beneficiados. Veré recortado en algunos kilómetros y no menos colas el trayecto hacia mis fincas y propiedades. Creo que ya te conté que el ayuntamiento de mi pueblo había procedido a pagarme la liquidación por los años de relación contractual. Que fue la cuarta parte de la que le correspondió a José Vicente y la mitad de la de Oswaldo (Santiago renunció a la suya y me donó ante notario un tercio al ver que yo estaba más necesitado), pero en lugar de estar con quejas y pleitos me dediqué a sembrar caña dulce. Y en ello estoy. Cuando se hallen en condiciones, ya los invitaré a chupar un fisco.
El director general de Infraestructura Viaria del Gobierno de Canarias, Juan Ventura Medina, asegura que han dejado unos días de margen desde la recepción (parece que ya firmada) hasta la apertura para comprobar si existe algún error y poder subsanarlo, de tal manera que cuando se abra la vía al tráfico se haga con todas las garantías. Han debido tomar nota de lo acontecido en el barrio realejero de El Toscal. Lugar en el que, y tendré que hablar con el amigo Fermín para que haga el correspondiente seguimiento fotográfico, se me antoja que tras una semana de reabierto ya se vuelve a notar alguna camba en la trazada. Ojalá me equivoque rotundamente y sean alucinaciones debidas a la edad provecta de un servidor.
Cuando aún restan unas semanas para que la grata noticia surta efecto, comienzan a elevarse voces que discrepan de la ubicación de la rotonda. Las primeras, desde el propio Cabildo. Que prevé puedan formarse colas en sentido Santa Cruz por la incorporación de los vehículos que utilizando la carretera de siempre procedan de Icod y la Isla Baja. Pero, pienso, siempre serán menos al descontar todos aquellos otros que desde El Tanque, barrios altos de Los Silos, Garachico e Icod hagan uso de la nueva vía. El Gobierno de Canarias, entiendo que con buen criterio, estima que habría que esperar, para la solución definitiva, a que nos pongamos de acuerdo con el trazado del tramo que queda pendiente desde Los Realejos.
Lo que no entendí de la información leída en un periódico de estas islas es lo siguiente: “Esta carretera permitirá que el tiempo que dura el trayecto entre Buen Paso y el casco de El Tanque se reduzca a la mitad, de 20 a 10 minutos”. Porque muy ligerito debe ir uno para que el fotingo haga tal recorrido en ese tiempo. Y tener la inmensa suerte de no encontrar vehículo pesado alguno. También es verdad que la mayoría de los que van al Sur toman el desvío por El Amparo y La Vega hacia San José de los Llanos, con lo que esta última se ha convertido en un infierno. Hace unos días fui detrás de un camión desde San Juan de la Rambla hasta la entrada hacia la Cueva del Viento y no te cuento cuánto tardé para que no llores como yo lo hice en el tortuoso camino.
Me imagino que el ayuntamiento icodense se verá gratamente beneficiado con esta apertura, pues la disminución de coches por la ya muy deteriorada vía de entrada a la ciudad hará posible que se pueda recomponer el conglomerado asfáltico de la calzada. Algún consejero del Cabildo habrá circulado con medio de transporte propio desde Mercadona al comienzo de la calle San Agustín y habrá notado que la suspensión vibra más de la cuenta.
Y la ventaja indudable de aquellos núcleos de población que antes se hallaban alejados de todo (Santa Bárbara, Llanito Perera, La Patita, Cueva del Viento, Redondo, El Amparo, La Vega, Cruz del Camino, Las Abiertas…) será más que manifiesta. En este apartado entro yo.
Bueno, sean felices. El día 15 de abril, martes, ya saben. Quedan todos invitados. A un año de las elecciones municipales y autonómicas… No me lo pienso perder. He añadido otra opción para presentarme. Me siento legitimado para hacerlo por Los Realejos, San Juan de la Rambla, La Guancha y ahora Icod de los Vinos. Admito ofertas. Y de no haberlas, puedo ir por libre. Hasta mañana.

miércoles, 26 de marzo de 2014

Más y menos

No es mi recorrido predilecto, pero necesita mejorar. Y creo que una adaptación curricular (o como se llame ahora) no va a ser suficiente. El tramo de autovía (TF-320, antigua C-820), que se ha convertido en otro clásico sendero del colesterol, desde La Vera hasta El Castillo está de pena. Calzada y arcén. Y no es la primera vez que escribo unas líneas al respecto. Estoy en ello desde los tiempos en que Lorenzo Dorta tenía la responsabilidad de las carreteras insulares. Parece que en los últimos tiempos hay que aclarar los asuntos no sea que te tilden de oportunista. Me alegro, pues, de que el ayuntamiento realejero se haya puesto manos a la obra y que de los contactos con el Cabildo surjan ideas positivas que se puedan llevar a la práctica. Mi temor, no obstante, es que viendo el estado de otras tantas de la isla vayamos a entrar en un sorteo y esperar con paciencia. No hay dinero.
Cuando estés leyendo este comentario puede que ya se hayan colocado los filtros en el depósito de La Montaña para que el agua vuelva a discurrir por Puerto de la Cruz como nos indicaban los viejos libros de texto: incolora, inodora e insípida. Y como la culpa es de Aqualia, Marcos Brito seguirá otra temporada con sus siestas y cabezaditas. Si hace cuarenta años ya hacía sus pinitos, ¿dónde mejor va estar?
Tampoco, que se sepa, ha dimitido (ir)responsable alguno de los que denegaron la ayuda al niño discapacitado de Buenavista. La presión ejercida por los medios de comunicación y la campaña habida en las redes sociales han hecho cambiar de parecer a las mentes obtusas que llevan las riendas de ese ente abstracto llamado Bienestar Social, donde una tal Inés Rojas ni se pone colorada ni se baja del burro (o del camello). Ella lo cobra bien. Mucho más que de maestra de escuela.
El Parque de San Agustín, en el que se ubica la sala de estudios Rafael Yanes, está sucio y descuidado. Fui con mi nieta hace unos días y la porquería, sobre todo en las charcas allí existentes, le da un aspecto bastante desagradable. Y es una pena. Porque el entorno merece una atención más exquisita. Tampoco hay dinero. Aunque deberá haber un concejal delegado de jardines. Que tendrá asignado un sueldo digno. Y todo eso.
Me alegro de las gestiones para abaratar la venta de las Viviendas de Protección Oficial de La Cruz Santa. Aunque tales hechos se aprovechen para las sesiones fotográficas de rigor. Excesivas y con escasísimos protagonistas. Mejor, con un actor principal y un reducido plantel de secundarios. Cuando en realidad lo importante hubiera sido al revés. Lo hacen todos, ya lo sé. Pero cuánto me gustaría que se cambiaran las tornas y que lo significativo fuera el que recibe las llaves y no el que las entrega.
Se van conociendo pegas, trabas y tropiezos en el Plan General de Ordenación de Los Realejos. Ese que había salido como fruto de reuniones en las que se recogían las propuestas ciudadanas. No sé cuántos fueron los que apostaron para el campo de golf de Los Príncipes, pero parece que alguien de más arriba ha puesto unos gramos de cordura. Algo semejante acontece con el Plan de Seguridad. O de Emergencias. O como demonios se llame. Para el que estuvo el bien pagado unos años investigando (tú puedes leer copiando) y que cometió fallos garrafales. Como si hubiera ido a Santa Úrsula a echarse unos vasos de vino y confundió hechos y lugares.
Propone CC mejoras en el polideportivo de San Agustín. Aquel que perteneciera al colegio del mismo nombre. Y me extraña que el actual portavoz de esa formación política no haya ido primero a hablar con quien fuera jefe del Consistorio en los dos anteriores mandatos. Sí, es que lo oí también en una entrevista concedida a una tele local no ha tanto y me dio la impresión de que va muy deprisa en su intento de desligarse de un pasado no lejano en que la formación que ahora dirige tuvo responsabilidades de gobierno bien directas. Claro, así nadie quiere echarme una mano para publicar artículos de unas décadas atrás no sea que salgan retratados. Hombre, ya de camino, amplíen la demanda e incluyan más instalaciones deportivas del pueblo que también requieren muchos arreglos.
Un servidor, observador impenitente, sigue sosteniendo la teoría de que lo que se hace en nuestro pueblo de Los Realejos, la Villa de Viera, es más mérito del primer teniente de alcalde que de la máxima autoridad municipal, quien lleva meses, y los que quedan, más dedicado a su cargo orgánico (en precampaña electoral permanente) que al quehacer para el que fue elegido por la mayoría de votantes y por el que percibe unos honorarios que implican dedicación exclusiva. No creo sea menester poner ejemplos. Como (mal)dicen los entendidos, hoy por hoy Manuel Domínguez no es el alcalde. Quien ejerce como tal es Adolfo González. Y vendrán tiempos peores porque el alejamiento (tiene miga, ¿no?) será más notorio.
Hasta  mañana.

lunes, 24 de marzo de 2014

Intermitencias

Intermitente: que se interrumpe o cesa y prosigue o se repite. Como el de los coches. O los camiones, que con esta manía de llevarlos todos parpadeando me da que confunden más que aclaran o avisan. Ya he pegado un par de frenazos porque lo asocio con un peligro más inmediato.
Tras varios meses de prueba –casi se funden– han comenzado a funcionar los semáforos de las monjitas de La Montaña. Y el pasado martes, mientras echaba la caminata de rigor, pude comprobar que a peor la mejoría para la inmensa mayoría. Subía un servidor desde la rotonda de Ambrosio (denomino así a la ubicada en el inicio del polígono San Jerónimo, que fue luminosa y tenía agua allá por el siglo pasado y en la que el promotor de aquella urbanización se gastó más de un millón de euros) hacia el barrio realejero antes mencionado. Y en el no tan largo trayecto no me adelantó ni un vehículo, salvo alguna moto. Iban todos más lentos que yo. Tanta fue la alegría que parecía que iba más ligerito.
Un monumental atasco en ambos sentidos. Mucho peor que antes. Y dado que el desembolso económico –de la época de José Vicente– para regalarle al clero (puede que los organismos implicados, Gobierno de Canarias, Cabildo y Ayuntamiento, buscaban ganarse el cielo) un nuevo acceso al centro docente privado, parece no haber dado resultado. Esta siembra de semáforos solo viene a fastidiar al ya sufrido conductor que utiliza esa carretera como vía de enlace con la autopista. Y, eso sí, deja expedita la conexión para los que entran a recoger a los alumnos y los que salen una vez realizada la operación antes descrita. ¿Favoritismos? Puede, quizás, a lo mejor, tal vez…
Si sumamos las cantidades que las instituciones públicas, con el dinero de todos, han dejado regadas en aquellos alrededores, y viendo los resultados obtenidos, te dan enormes ganas de enumerar las carencias en los colegios públicos (los de los pobres), en la plantilla de la policía municipal realejera, en las placas que dan nombres a las calles en determinadas zonas, en las penurias del alumbrado, en los vecinos portuenses que no pueden utilizar el agua por la turbidez (qué finura), en las condiciones lamentables en las que se halla lo que se denominó sendero turístico de la costa…
Que sí, insisto, dinero hay, pero las prioridades políticas no coinciden con las visiones, cuando no necesidades, del ciudadano de a pie. Las nuestras suelen ser elementales, básicas, fijas. Las de ellos fluctúan en función de casuística dispar y según la dirección que lleve el viento. De ahí surge, probablemente, lo de veletas e intermitentes.
Porque el retrato de comportamientos tales lo he encontrado en Santa Úrsula. Con un grupo de concejales –también fueron populares y enemistados con la alcaldesa y cargos dirigentes insulares– que buscan otros caminos, otras salidas. Como el afer (negocio) de las monjas, no vayas más lejos.
Son seis. Pocos y mal avenidos. Abandonan el barco de Manuel Domínguez (cada vez más ocupado, y preocupado, por asuntos partidarios; tanto que los realejeros nos preguntamos si le pagamos para otros menesteres) y no saben a cuál subirse para alcanzar el puerto de 2015. Mientras uno reconoce contactos con el juguete de Rosa Díez, otro lo desmiente categóricamente. Es más, asegura que la ideología es lo de menos. Y es verdad. Hay que reconocerle al señor Afonso su total sinceridad. Habiendo otros intereses, quítense las ideas. No es cuestión de estar perdiendo el tiempo en boberías sin trascendencia alguna. Ni centros, ni derechas, ni izquierdas. Ni los cuatro puntos cardinales, que según (in)cierto alumno son, además de las mencionadas izquierda y derecha, arriba y abajo. Se ubicarán en el limbo. No tendrán carácter temporal, ni espacial. Serán especiales. Solo les preocupa la gente y resolver sus problemas. Vaya novedad. Si todos venden lo mismo. En el programa, que luego…
Abiertos a las alianzas. Para compartir gastos de la campaña electoral. Sin perder la independencia. No queremos injerencias. Tenemos varios frentes abiertos…
Si no se justificaran, o lo intentaran, al igual no nos engañarían tanto. O lo intentarían. Dejémoslo, entonces, en que tienen intermitencias. Cuando no existían esos artilugios hubiésemos dicho que El Guadiana viene y va.
Hasta mañana. Con fotos de Granadilla.

jueves, 20 de marzo de 2014

El agua del Puerto

Titulé de tal guisa para evitar el enfrentamiento con los doctores de la retórica. Los que debaten entre Puerto de la Cruz y el Puerto de la Cruz (sí, el artículo en minúscula porque después sostienen que se contrae, como he hecho yo en la presente ocasión para que se den gustito).
El asunto, bastante turbio, del agua que llega a los domicilios de la mitad de portuenses, merece, si en este país existiera algún tan común como la dignidad, que el equipo de gobierno del Consistorio del Penitente (sigo con las contracciones, y no son de parto inminente a pesar de las apariencias) cogiera las de Villadiego más pronto que tarde. Porque no hay derecho a que estos personajillos le tomen el pelo a más de catorce mil personas. Que un día sí y el otro también, y van semanas, contemplan atónitos como el agua del grifo sigue tan canela como la diarrea intelectual de los regidores municipales.
Si yo fuera Marcos Brito (que no lo soy, afortunadamente, porque no me gusta soportar tanto peso), ante la imposibilidad de encontrarme por la calle a centenares de paisanos que deben acudir al chorro público como en los tiempos en que él vino de El Hierro a Punta Brava (más o menos cuando el Titlis naufragó), me habría ido a casa a disfrutar de la jubilación (iba a poner docente, pero bien poco se ejerció en tal labor, por lo que debería dejar de presumir por quehaceres tales). Como tampoco me veo en el pellejo del amplísimo conglomerado gubernamental (CC+PP), porque, hoy por hoy (como suele mentarse) tengo unos miligramos más de vergüenza que esta manada de incompetentes. Sí, sin ambages, pues los hemos puesto ahí para que gestionen y administren nuestros recursos y nos suministren (utilizado el verbo aposta) servicios de calidad. Y el agua, supuestamente potable, nos la han remitido al más puro letrina cuartelera.
Lo curioso es que transcurridas bastantes jornadas, que sumadas a las de anteriores ocasiones hacen un montante de varios meses, otras entidades (Cabildo, verbigracia) comienzan a preocuparse. De cara a la galería, por supuesto. Y ofrecen alternativas para solucionar el desaguisado. No lo hacen tanto por la preocupación que el tema les concita, sino más bien porque las proximidades electorales pueden remover poltronas, cargos y sueldos.
Se solicitan informes a la empresa concesionaria del servicio. Como si la simple visión del líquido elemento no constituyera prueba suficiente para la condena de rigor. Hemos alcanzado un punto en que debemos dudar, y muy mucho, si las autoridades defienden a los sufridos usuarios o se han puesto del lado de aquellos que deben velar porque el servicio se cumpla en función de las normas establecidas en el pliego de condiciones contractuales. No sé si alguno de los múltiples cargos liberados vive en cualquiera de los sectores afectados. A lo peor sí. Y si así fuese, habría que ponerlo en remojo, por dentro y por fuera, a ver si la otra diarrea le hace ver las cosas más claras. Lo que no se ha vislumbrado es a concejal alguno yendo a la plaza del barrio con la garrafa. A retratarse delante de esos elegantes bidones que habrán inundado los hogares de tierras lejanas para general regocijo de turistas y visitantes. Y con esa salida a tan escasa altura, ¿cuántos perros no habrán dado sus buenos lambidos (de lambiar o lambear, canarismo al uso) durante las tinieblas nocturnas? Si no otra acción de peor gusto.
Ayer escuchaba al señor Marcos Brito que respondía a las preguntas que le hacían en la Ser, en el programa mañanero que dirige Juan Carlos Castañeda. Ya saben de la prohibición que me han impuesto para no escuchar la emisora de mi pueblo, máxime cuando ya ha logrado consolidar las maneras de lo que no debe ser una radio pública. Fíjate tú, me soplaron anteayer que uno de los temas estrella es hablar de la programación de Telecinco. Amén de seguir poniendo a caldo de gallina a los que no ríen supuestas gracias.
Casi me pierdo. A lo que iba. Sentí lástima cuando el alcalde portuense intentaba dar una explicación del afer acuoso. Seguro que si alguno de los afectados se lo topa de frente en esos instantes, le hace tragar sin descanso un botellín de medio litro del líquido restringido. Se permite el lujo de asegurar que se trabaja con toda la celeridad posible en el arreglo del desatino. ¿Tú crees, alcalde, que alguien en su sano juicio pueda creerte? ¿Hago un chiste fácil con el mascarita ponte tacón y con alguno de tus tenientes de alcalde disfrazados de aguadoras?
Es un problema de filtros. Claro. Aunque el principal, el que debemos poner a funcionar en las elecciones, falló estrepitosamente. Así están los otros. Qué pena de pueblo. Qué disparate de gestión. Qué sustanciosos emolumentos. Y a pesar de todo, qué travesía más placentera.
Escribiremos otro día de cómo han comenzado a funcionar los semáforos de las monjitas de La Montaña. Varias decenas de miles de euros para disgustar aún más a los ahora doblemente fastidiados conductores. Te lo contaré.

miércoles, 19 de marzo de 2014

Voluntarios

He escuchado estos días, también leído, que se buscan voluntarios para formar parte del Servicio de Protección Civil en diferentes municipios tinerfeños. Entre ellos, el mío, Los Realejos. Y en el anuncio podemos observar, entre otros aspectos, lo siguiente: “Si eres mayor de edad, tienes nociones básicas de primeros auxilios, te gusta el mundo de la emergencia y tienes tiempo libre, únete a nosotros. Te aportaremos compañerismo, entrarás a forma parte de nuestra gran familia, aprenderás los conocimientos necesarios para que te puedas desenvolver en cualquier situación de emergencia (Redactar Planes de Emergencia, Prestar Primeros Auxilios, Coordinar distintos Servicios de Emergencias, etc.)”.
Nada que objetar, obviamente, salvo que se antojan cometidos de indudable trascendencia como para ser desarrollados por personal voluntario. Y como nadie se atreve a escribirlo, y dado que más de uno no se recata en manifestarlo públicamente, sostengo que alguno de ellos movido por el único interés de lucir uniforme y quedar guapo en la foto que colgará en todas las redes sociales para general deleite. Aunque, y justo es reconocerlo, la inmensa mayoría se mueve por un afán generoso de colaboración. Y hay que valorarlo en sus justos términos. Podría ser conveniente que entre los requisitos exigidos se estipule el que el comedimiento en las manifestaciones y declaraciones de todo tipo, incluso en círculos más privados, sea norma de obligado cumplimiento. Pero no vean en ello más allá de la constatación de un hecho que en nada debe empañar la ingente labor de estos abnegados ciudadanos.
Voluntarios son, también, los miembros de Cruz Roja. Y existen Bomberos Voluntarios. Y centenares de organizaciones no gubernamentales están formadas por voluntarios. Que cuando los contemplo realizando labores que entiendo se exceden de sus funciones, pienso si no se estarán aprovechando las instituciones públicas para delegar quehaceres y ahorrar costes. Porque, y nada debe extrañarnos si así ocurriese, cuando un conductor haga caso omiso a sus indicaciones, al no reconocerlo como autoridad competente, y ocurra cualquier desgracia, vamos a ver cómo se arregla el posterior desaguisado. En Icod el Alto fui testigo, durante el trayecto de la cabalgata de Reyes, de un hecho en que no acabaron a la piña limpia de puro milagro. Puede que Melchor haya intercedido.
Cuando cada día, casi sin excepción, se publican en el Boletín Oficial órdenes por la que se convocan, por el procedimiento de libre designación, la provisión de puestos de trabajo en las diferentes Consejerías, uno está en su pleno derecho de pensar si los repartos dinerarios se llevan a cabo de una manera lógica y racional. O dicho de otra manera, si el voluntariado es capaz, por ejemplo, de redactar un plan de emergencias, queda muy en entredicho la contratación de un “especialista” para tal menester. Bien retribuido y mejor considerado. Con amplio despliegue informativo, dotación acorde con el sueldo y larguísimas temporadas para aplicar el copia o corta y pega. Es que todo está en la Internet.
Mientras, la policía continúa con las carencias de siempre. Puede que el ayuntamiento (equipo de gobierno) haya considerado, con superior criterio, que más rentable que contratar nuevos efectivos e incrementar una plantilla escasa e insuficiente sea el recurrir a otras vías alternativas.
Si los políticos entienden que estas sustituciones son válidas, nada me impide lanzar esta otra proposición que les permitirá seguir ahorrando. Y mucho. Como todo el personal, funcionario o no, sabe a la perfección cuál es la labor que debe desarrollar en el organigrama municipal, bastaría con unos cuantos voluntarios que de vez en cuando les señalaran las directrices a seguir. De tal suerte, imagínense ustedes, la cantidad de concejales (voy a ser generoso y dejo al alcalde como encargado general), asesores, secretarios particulares y allegados de todo tipo (¿enchufados?, también) que sobrarían. Bueno, o podrían reconvertirse en voluntarios a tiempo parcial. ¿Que no tienen trabajo? ¿Que no saben hacer otra cosa? ¿Ni siquiera prestar primeros auxilios? Entonces, ¿cómo osaron formar parte de una candidatura cuando no serían admitidos…? No sigas. Ellos no podrían. Los voluntarios no perciben salario a cambio de sus servicios.
Finiquito. Siguen proliferando fotografías de baños en fuentes públicas. Muchísimas, en plan si no te gusta un plato, toma una buena ración. Son buenas prácticas. Cuando los desmadres vayan a más, recurran a los miembros de Protección Civil para que solucionen el marrón. Y cuando las instalaciones se deterioren, suban los impuestos. Y a los que confunden enseñanza con educación, que dejen la gimnasia y se dediquen a la magnesia.
Coincido plenamente con el comentario de un amigo ante una nota al respecto publicada en Facebook. La Ley de Protección Civil habla claramente de la obligación de todos en caso de emergencias o graves catástrofes y la potestad de las Administraciones para organizar grupos de Protección Civil en esos casos. Pero uniformarte de naranja y cortar una calle por cualquier motivo… Porque, en muchos casos, podrían estar conculcando la propia legislación.
Y todo esto guarda relación con la enésima conversación, ayer mismo, acerca de la existencia o no de los dineros. Mi parecer es que sí hay, pero muy mal repartido. De tal manera que en más ocasiones de las normales entra en bolsillos que no se lo merecen, mientras los verdaderos acreedores se quedan a dos velas. O dos linternas, ya que mentamos los servicios que presta el voluntariado.
Hasta mañana.

martes, 18 de marzo de 2014

Playa Paraíso

Qué agobiada vida la del jubilado. Tanto que me da la impresión de que estamos sosteniendo bastante la economía de este país. Porque si viajamos, gastamos. Y consumimos. En esta ocasión me fui cerca, al Sur. Sin necesidad de aeropuertos ni muelles. Con mi coche y tranquilito. Dejo, por hoy, aparcados los artículos de opinión y te muestro un par de presentaciones fotográficas. Que deberán servir de termómetro al presidente de Canarias para adelantar que vamos a crecer... ¡Uf! Lo malo es que sus antecedentes adivinatorios han constituido el más estrepitoso fracaso. Ojalá acierte en la presente. ¡Ah!, se trata de Paya Paraíso (Adeje) y sus alrededores.





lunes, 17 de marzo de 2014

No es cuestión de gustos

Esta modernidad que constituye el mundo de las redes sociales ha hecho posible que nos volvamos escuetos, cortos y olvidadizos. Con las ventajas indudables de la inmediatez y la rapidez adquirida en determinados dedos para enviar mensajes, aunque vayan cargados de faltas de ortografía. Por lo que, en lógica consecuencia, sería fácil deducir que en el futuro no tendremos artrosis en las manos, pero sí, y en grado superlativo, en la cada vez más reducida masa neuronal.
Ello ha desembocado en que la lectura pausada de la prensa se haya permutado por un ejercicio visual al estilo de los libros cargados de dibujitos. Que nos hayamos acomodado hasta extremos que rayan el gandulismo más extremo. Que nos descuidemos en el uso del lenguaje escrito y, por añadidura, en el oral. Lo positivo es que los cambios tecnológicos se suceden a tal velocidad que es bastante difícil que los hábitos adquiridos se consoliden. Lo malo viene cuando los nuevos se manifiesten para apuntalar y reforzar los procederes y comportamientos inadecuados de los anteriores.
Para algunos es muy fácil –muy cómodo– quedarse ahí. Otros, ni siquiera eso, con los comentarios del arreglotodo en los bares va servido. Pero existen personas, no muchas, que escriben aquello que sostienen. Y vierten sus opiniones en soportes más firmes o duraderos. Al menos mucho más que el recorrido de la palabra desde la boca de quien la emite hasta el oído de quien la escucha. Si no es, para mayor desgracia, que halle un tropiezo en tan corto recorrido y perezca antes de ser captada.
Hace unos días escribí, como lo vengo haciendo desde que aprendí (y me gustó), lo siguiente: “Si yo fuera concejal de EDUCACIÓN (que no lo soy), aun teniendo en cuenta la ligereza y despreocupación con las que actuamos en las redes sociales, procuraría cuidar (muy mucho) la ortografía”. Porque tendría que ser consciente de que me están ‘acechando’, como mínimo, los habitantes de mi municipio. Y ahora con la globalización, desde bastante más lejos. Fue a raíz de vislumbrar en una ventana (los perfiles de políticos, instituciones y entidades suelen ser públicos, salvo raras excepciones) un pretérito perfecto en el que el verbo haber (y que tampoco se trataba de a ver) era bien diferente de aquel que estudiamos en la escuela. Juro (o prometo) por mi conciencia y honor que el aun de mi sugerencia está puesto a conciencia y provocó la pertinente reacción del que me replicó con esta otra oración compuesta: “Si aún no lo eres, aún estás a tiempo”. A lo que me creí en la obligación de aclarar: “Un ‘aun’ (estratégica o adredemente ubicado, átono, es decir, SIN TILDE=INCLUSO, diferente de la forma tónica aún, a saber, CON TILDE=TODAVÍA) puede dar lugar a ciertas confusiones”.
Entiendo que Facebook, Twitter y demás (sin no utilizo móvil, ¿cómo voy a tener WahtsApp?) son instrumentos en los que no cabe el sosiego o el reposo que sí exige este blog, por ejemplo. Comprendo asimismo que no todos disponen del tiempo de un jubilado. Que además se empeña en pretender hacer las cosas bien, cumpliendo normativa y cánones que la lengua establece. Al que se le escapan –vaya que sí– errores como al que más. Pero intenta ir con tacto y mesura. Pues si te asomas a estas ventanas, pasas a estar en el punto de mira de mucha gente. Y si se muestra crítico, como yo, ni te cuento. Me esperan detrás de las esquinas con la tranca preparada.
A estas alturas, si tuviste la paciencia de alcanzar esta línea (objetivo harto complicado para los que hemos decidido motu proprio no quedarnos en la superficialidad de algún que otro flash), te estarás preguntando el porqué de las ilustraciones que acompañan a este texto, a este post con el que arrancamos otra semana de marzo.
En dos de ellas queda meridianamente claro que el éxito deportivo de un equipo de fútbol se remojó, como parece estar de moda, en una instalación, llámala fuente si te place, que se ubica en un pueblo cualquiera. Y yo, con toda la libertad que la Carta Magna me otorga, aunque a los no coincidentes en pareceres bien les encantaría cercenar, sostengo que no me gustan estos hechos. Porque los mobiliarios urbanos (y como tal considero al lugar retratado), costeados con los dineros de la caja del fondo común, deben ser objeto de especial cuidado, atención y respeto. Máxime cuando, por otra parte, se alude a responsabilidades, desconsideraciones, cuidado del medio ambiente, cuidado de las cosas… Y que conste que esos subrayados no son míos. Me recuerda al padre que le conmina, más que aconseja, al hijo para que no fume, porque es muy malo para la salud, mientras él, con total parsimonia y superior deleite, se manda sus buenas caladitas.
Cuando en una persona concurre el que en alguna ocasión, o quizás en varias, haya ostentado responsabilidades en cargo público, deberá extremar las precauciones para no incurrir en incongruencias manifiestas. Si tú aspiraste, y es un ejemplo como otros tantos, a ser alcalde de tu pueblo (otro cantar es que te hayan elegido o no) y argumentaste una serie de promesas en un programa electoral, te será complicadísimo justificar que un bien de dominio público sirva para desahogos y celebraciones. Y mucho menos justificarte ante quien mantiene la postura contraria con un es cuestión de gustos. O mejor, lo que a usted no le guste es su problema.
Ojalá fuera tan simple. Ojalá fuera ‘mi’ problema. Pero es que no se trata de una mera cuestión de preferencias o de colores. El día de mañana, cuando animados los mozalbetes por el consentimiento y complacencia en el pasado, reiteren la jugada como consecuencia de cualquier intoxicación etílica (otra moda muy al uso), pondremos el grito en las nubes ante el gamberrismo imperante. Puede que nos parezca un momento de solaz, divertimento y recreo. Puede que las autoridades se hagan la vista gorda. Vale. Pero no se escuden en que los que disentimos tenemos un problema. Aunque pueda ser “de ves en cuando”. Sí, lo vuelvo a entrecomillar. Y dale la vuelta a la tortilla y échame a mí la culpa. Si no lo ves claro, sustitúyelo por vez.
A los que hablamos claro, incluso lo escribimos para que quede constancia, a los que procuramos mantener una línea argumental con cierta coherencia, siempre y en todo lugar, nos tachan de casi todo y nos califican del otro casi todo. Incluso se atreven a obviar pasados de reveses electorales, posteriormente premiados en ascensos inmerecidos (por este Norte existen ejemplos variopintos), y demandan ahora aquello que tuvieron y que desestimaron porque a lo peor la apatía esgrimida no es tanta. Conozco un ejemplo de alto cargo del gobierno autonómico en un pasado no tan lejano que no fue capaz de escribir una nota en varios años. Y no es que tuviera el bolígrafo averiado. Me remonta a otro caso que debimos lidiar cuando desempeñábamos labores no docentes. Lo contaré en mis memorias con pelos y señales. En ello estamos.
A los desmemoriados quisiera proponerle un ejercicio de hemeroteca. Hubo una sección en el periódico El Día que se mentó Desde La Corona. Que, junto a otras, dio lugar a la confección de un libro titulado “Desde La Corona hasta El Asomadero”, debidamente maquetado, solo a falta de fotografías que alegren las manchas de tinta, que probablemente no verá la luz porque faltan patrocinadores. Y echando hace un rato una visual me topé con estos dos artículos: Los pobres también cuentan (14-agosto-1987) y Cosas del barrio (12-octubre-1988). Seguro que hay más, pero tengo otras ocupaciones que atender. Frágiles memorias para lo que interesa. ¿Cómo? Búscalos y demuestra que vales tanto como presumes y más (lleva destinatarios concretos).
Y si hay que remojar los éxitos porque ya es costumbre, bueno sería dejar en paz lo que tanto nos ha costado (a un servidor le duele del dinero, parece que a otros que han debido asegurar jugosos complementos no), los de La Cruz Santa tienen la balsa; los de Los Príncipes, la charca; los de La Longuera se pueden lanzar desde La Cueva hasta lo que fue el Charco de las lisas; los de El Peñón, el trampolín de la piscina, con más emoción si está vacía… Hay alternativas. Lo que redundará en el uso y disfrute de las infraestructuras municipales que con tantos sacrificios hemos ido consolidando. Incluso aquellas que ocupan espacios remozados (sí, con z; añadan otra al capítulo de afortunadas intervenciones) por aquellos que estaban pensando que bañarse en un molino no era lo mismo.
Si todo lo anteriormente expuesto (que está fielmente mostrado a pesar de que puedas entrever pasajes oscuros) falla por cualquier motivo, siempre habrá una salida airosa: echarle la culpa a los maestros y a la escuela.
Jamás olvidaré una expresión de mi madre ante la lectura de cierta candidatura electoral: Como salga este, habrá que hacer las puertas más grandes. Los mayores siempre han sabido disparar enormes cargas de profundidad con gran tino. Y a estas alturas de la vida –coño, ya soy mayor– ya no voy a cambiar. Seguiré opinando por escrito. Porque de vez (en lugar de ves) en cuando es bueno repasar. Qué simpleza con lo de cuestión de gustos.
Hasta mañana.

viernes, 14 de marzo de 2014

Hechos

Llego de caminar, más bien poco, por el otrora sendero turístico de la costa realejera y, tras la ducha pertinente, aquí estoy dándole a las teclas para plasmar estas boberías que tú, si por un casual has tenido a bien alongarte a Pepillo y Juanillo, estarás leyendo en estos momentos. ¿O no es así? ¿El sendero? Por lo que observé –y llevaba muchísimo tiempo sin transitarlo– las cabras se lo deben pasar bien. Como los cabreros no suelen llevar bolsas para recoger cagarrutas, te lo puedes imaginar. Este tema no se resuelve con plasmar artículos en una ordenanza. Es menester que haya voluntad política de los representantes de todas las administraciones públicas de coger el macho por los cuernos –que se diría– para solucionar este grave problema. No se antoja fácil desde luego, pero con prohibir tránsitos por las vías públicas y amenazar con sustanciosas multas (que jamás abonan: son declarados insolventes en cualquier procedimiento judicial, en el supuesto de llegar a tal extremo). Y mucho menos con pasarse la pelota las instituciones. Que es jugada habitual, por otra parte.
Pero no iba el meollo de la cuestión por esos derroteros. Si se pusiera el mismo interés de las poses fotográficas que ofrecen las mil boberías que surgen en el transcurso del día (y no olviden que los políticos trabajan las 24 horas) para las cuestiones enjundiosas, otra cabra nos balaría. Y se trata en el presente comentario de meras opiniones que pasarán a engrosar el contenido de la papelera que cada concejal, incluyan al alcalde, posee en el apartado de hacer oídos sordos.
A bombo y platillo se nos vende la subvención del Cabildo, 44000 euros, para la zona comercial abierta de San Agustín en el denominado Plan Insular de Modernización y Acondicionamiento. Hago un inciso para que alguien me ayude a explicar el porqué de ese título: zona comercial abierta. Claro, como no me entra en la cabeza una zona comercial cerrada, porque inmediatamente dejaría de ser comercial, no capto lo de poner tantas etiquetas. Pero si comparo la cantidad que hizo surgir como setas fotos de consejeros y ediles en la Internet con la “invertida” en los semáforos de las monjitas de La Montaña, no me cuadran los números. Máxime si a estos se les va a fundir el bombillo amarillo (ámbar) de tanto guiñarnos el ojo en plan cachondeo o tomadura de pelo elevada al cubo. Será que nos hallamos en el periodo (un año antes de las elecciones municipales) en que ralentizamos las obras (Realejo Bajo, La Cruz Santa, esperpento de El Toscal…) para que la (re)inauguración coincida con el momento de ir eligiendo la papeleta. La verdad es que al PP realejero todo se le fue en fachada y la carencia de sustancia gris es altamente preocupante. Me acaban de poner otro cuño.
El Vicerrectorado de Relaciones Universidad y Sociedad de la Universidad de La Laguna ha concedido el Premio de Creatividad Social de la institución académica a la Coordinadora de Colectivos Juveniles Nenedam, de Los Realejos. El galardón, dotado con 1.500 euros, fue entregado durante la ceremonia del Día Institucional de la ULL que se celebró el pasado 11 de marzo en el Paraninfo de la institución académica.
“Nenedam es un colectivo surgido en 2000 en Los Realejos, que tiene como objetivos trabajar para la comunidad, potenciar el trabajo colectivo y la participación de los jóvenes y establecer cauces de comunicación directa y sin intermediarios entre la juventud y los representantes políticos de su municipio”.
Antonio Rodríguez, presidente del jurado, reflexionó que Nenedam sirve como ejemplo para demostrar que el colectivo juvenil, muchas veces “mancillado” y tachado de “falto de motivación”, puede ser un agente “creativo” e incluso “revolucionario” en la transformación de la sociedad para mejorarla.
Y como en nuestro pueblo gobierna el Partido Popular, formación política a la que no le interesa –le produce urticaria– debatir temas de rabiosa actualidad y que guardan íntima relación con la mayoría absoluta parlamentaria, allá se presentaron los dos ‘valientes’ portavoces del colectivo a recoger la distinción con sendas mordazas. Fue un acto revolucionario, para guardar paralelismo con las manifestaciones del presidente del jurado. Ha habido un comunicado de felicitación del alcalde y la concejala, obligados por las circunstancias, pero ninguno de ellos se ha dignado a contestar siquiera una de las tantas preguntas que Nenedam puso en conocimiento del público a través de un vídeo colgado en las redes sociales. Deduzco, en lógica consecuencia, que no nos encontramos ante unos jóvenes desmotivados y faltos de iniciativas. Más bien todo lo contrario. Aquí, como en casi todo, ocurre que a los dirigentes les escuece que se les interrogue, que se les cuestione, porque inmediatamente surge lo de estás contra mí. Sin ir más lejos, tanto a Pepillo como a Juanillo les pegan cada día una docena de cachetones. Así están de fuertes. Porque, estimados miembros del Nenedam, es en la adversidad donde los valores adquieren su verdadera dimensión. Ánimo y adelante.
Siquiera de refilón, mi sorpresa ante la negativa de la oposición en el ayuntamiento de El Tanque para que el grupo de gobierno se bajara el sueldo. Como, eso alegan, les parecía escasa la disminución, votaron en contra de la propuesta, por lo que seguirán cobrando lo mismo. Me temo que el sentido del voto iba más pensando en posibles situaciones futuras que en aminorar gastos en el presupuesto. Y es que cuando se trata de “perras", se les ve demasiado el plumero. O dicho de otra manera, se retratan (ya que tanto les gusta una foto).
Se ha firmado otro pacto social. Esta vez entre empresarios y sindicatos. El Gobierno (de Canarias) no participó en el “evento”. El próximo domingo seguro que Paulino justifica la ausencia en su blog. Ya debe tener trabajando al negro. Serán lectores del post dominical los casi cuatrocientos mil parados de las islas. Y todavía hay energúmenos que me espetan lo de que la tengo cogida con él.
Acabo. Un buen amigo del Puerto ha tenido la osadía de meterse entre pecho y espalda varias decenas de vídeos de incierto cuarto (oscuro) de comunicación. Y me ha hecho llegar un listado de improperios barriobajeros, que demuestra la catadura moral de sus autores (ya son varios), para si quiero darle cabida en este humilde blog. La respuesta te la puedes imaginar.
Feliz fin de semana. Lo mismo te sorprendo con alguna fotografía.

jueves, 13 de marzo de 2014

Más naturaleza, por favor

En algún que otro comentario nuestro hemos hecho alusión a de­terminadas actitudes que, bajo nues­tra particular visión, están deterio­rando los cada vez más escasos re­cursos naturales que nos quedan. Si­gue empeñada esta isla nuestra en no crecer. No se da cuenta –egoísta ella– que está perjudicando enorme­mente el progreso y desarrollo de nuestra civilización, que necesita espacios –muchos espacios– para destrozarlos, esquilmarlos.
Hicimos, hace unos días, referen­cia a una auténtica romería por los montes del Valle de La Orotava. Una triste romería con olor a gasolina y neumáticos. Y nos entristece sobremanera el comprobar cómo en Montaña Blan­ca, en El Chinyero y en los lugares más insospechados aparecen las huellas de los todoterrenos. Tal vez cada señal venga a demostrar la autosuficiencia de quienes manipu­lan tales artilugios. Y debe ser sín­toma de adelanto, de cultura, de progreso, el marcar dominios en los más recónditos parajes. De pena nos parecen esas carava­nas motorizadas que, un día sí y el otro también, masacran montes, meten sus narices –cual perros de presa– en arriesgadas aventuras.
Tras funcionar varios años, ahora nos estamos dando cuenta de que el teleférico se está cargando nues­tro Teide. Y se han elaborado las po­sibles soluciones para arreglar el desaguisado armado en el cono del pico más alto de España; hasta pensaron en vallarlo. ¿Y por qué no cortarlo y trasladarlo a otro lugar más seguro donde no haya teleférico? Mejor solución: ¡Fuera teleféri­co! El que quiera subir que lo haga caminando que a lo largo del año hay épocas para todos los gustos.
Por si la avalancha fuera poco, he­mos leído, con sorpresa e indigna­ción, sobre una travesía por los be­llos paisajes que encierra el interior de la isla, a través de los más recón­ditos lugares de Tenerife en la que se puso a prueba la habilidad de los conductores y la aptitud de los ve­hículos para superar situaciones al límite de lo (im)posible. Hasta se llegó a la cima de Montaña Guajara para divisar la extraordinaria y paradisía­ca vista de las Cañadas. Increíble. La próxima hazaña podría ser la presentación del mejor jeep del mundo en la cima del Teide, para celebrarlo por todo lo alto.
Mientras, ¿no tiene nada que de­cir la Dirección General de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias? ¿Por qué en lugar del programa Ju­ventud y Medio Ambiente no pro­pusieron un motocross que le encanta a los chicos? Hasta cierto reparo nos da ir a ca­minar esos domingos de Dios por nuestros montes, ya que, al no ha­ber semáforos, nos puede atropellar un desaprensivo que no respete un ceda el paso. Si de lo que se trata es el demos­trar habilidades en semejantes mon­turas, ¿por qué no concursan para ver quién conduce más y mejor con las ruedas pa´rriba?
Cuando el consejero de Política Territorial y el director general de Medio Ambiente leen esas noticias que a nosotros nos entristecen, ¿no sienten deseos de hacer algo? ¿No reciben ustedes información, fo­tografías sobre las consecuencias de las invasiones? O nos duele la Naturaleza a todos –en especial a nuestros dirigentes– o empecemos a dolernos, a llorar públicamente nuestras incongruencias.
Después de la agotadoras jornadas por pedregales terrenos deslizantes, polvorientas pistas de sinuoso traza­do... llegaron los comentarios y anécdotas de las mismas. A buen se­guro, allí nadie se acordará de que, tal vez, a la vera de los caminos han quedado jaras, brezos, corazonci­llos, y un largo etcétera, cuando me­nos, asfixiados de progreso.
No contentos con la destrucción en las zonas costeras, se­guimos empeñados en ir escalando peldaños poco a poco. No contentos con los desperdicios de aquí abajo, pretendemos llevarlos a lo alto; para que queden más elegantes. Al final exclamaremos todos muy contentos: ¡Viva el plástico! ¡Vivan las latas! En suma, ¡Viva la mierda!
Es en estos momentos de rabia, de impotencia, en los que comprobamos cómo el que puede no quiere, cómo el que debe no lo hace, cuando nos viene al recuer­do las palabras del doctor en Cien­cias Biológicas, don Juan José Bacallado, que prologaban el libro “En las manos del Volcán”, de Zenón/Garcíarramos, y que, con todo respeto y admiración, nos atrevemos a reproducir.
Nada me satisface más que en­contrar en mis Islas, en nuestras Islas, almas gemelas que como la mía sientan y se duelan por su Na­turaleza maltratada...
Me atrevo a dar un grito de alarma sobre unas islas que se desertizan a pasos agigantados, que se nos es­capan de las manos, que agonizan en la tierra y en el mar.
Mientras, la vida sigue su curso inexorable. El progreso sigue in­giriendo en sus negras fauces lo poco bello que nos queda. Luego, pasa­dos los años, cuando ya poco puede ser posible, alguna mente lúcida exclamará:
¡Qué va! ¡Esto no puede seguir así! ¡Habrá que buscarle remedio!
Comenzarán concursos, ideas, proyectos para salvar una Naturale­za moribunda. Y llegarán a la triste conclusión de que el remedio no nos podrá resucitar al muerto.
Los lamentos, las lágrimas, como triste consuelo, nos recordarán los versos de Fernando Garcíarramos, que pondrán colofón a este muerte anunciada de nuestras tierras, hoy en decadencia:
En las alturas, lentamente, la nieve se deshace: es el llanto fecundo del volcán. Algún día un nuevo edén será el fruto de sus lágrimas.
Nota aclaratoria: Artículo publicado en El Día el 18 de junio de 1988. Ha transcurrido algo más de un cuarto de siglo. Cuando escucho a los políticos actuales (muchos lo eran ya en aquel entonces) hablar de no consumir ni un metro más de suelo, de petróleo, de carreteras, de nuevas pistas en los aeropuertos y otras lindezas, me entran unas ganas enormes de mandarlos a sachar papas. Pero luego pienso en qué culpa tendrán los pobres tubérculos. Y mientras ellos se ríen o se carcajean… Hasta mañana.

miércoles, 12 de marzo de 2014

Indiferente

Así se quedó Paulino Rivero cuando tuvo conocimiento de que Marruecos podría haber dado con una bolsa de petróleo a no demasiados metros de profundidad en la parte del Océano Atlántico que según los tratados internacionales le corresponde. Y como pensó el señor presidente que lo mismo se trataba de una lata de cinco litros abandonada vete tú a saber por quién, no solo se limitó a pensar que tal hecho se la trae al pairo sino que lo declaró lo más alto que pudo para que se enterara el resto del territorio patrio.
Desde pequeño he escuchado aquel dicho de “hombre chiquito, hombre currito” y que no me gusta utilizar demasiado para que no se me enfade el gran compañero y amigo Ángel, que viene a ser la excepción que confirma la regla. Pero el de El Sauzal es demasiado. Y testarudo como una mula. Si fuera capaz de recular un fisco apenas y se sumergiera en cualquier hemeroteca para leer al menos los titulares que han jalonado estos años en que ha ostentado la máxima autoridad en el archipiélago. Y nos mostramos ampliamente generosos cuando le concedemos el beneficio de olvidar las largas estancias anteriores en otras instituciones desde que en el lejano 1979 se subió a sillas de mayor porte que aquella maltrecha de la escuela en la que apenas tuvo tiempo de depositar sus ilustrísimas posaderas. Y además tenía el inconveniente de que los pies sí le llegaban al suelo.
Lo que pueda descubrirse en Marruecos, Mauritania o México le es completamente indiferente. El ecologista de nuevo cuño se muestra, por ahora y hasta mayo de 2015, impertérrito. Después de haber contribuido durante décadas a los mayores desaguisados urbanísticos, toca ser abanderado en la defensa del medio ambiente, del que nos resta. Y si un posible escape del posible crudo que pudiera encontrarse en las mal denominadas aguas canarias (por lo de la pregunta tramposa que se viene esgrimiendo en cierta propaganda televisiva) nos afectaría de tal manera que no escaparía ni la más occidental de nuestras islas (allí donde veranea el que nos llamó gilipollas y que anteayer se molestó cuando Carlos Espino se lo recordó en La ventana de Canarias), ¿qué diferencia habría si el derrame se produce en la vecina plataforma del país alauí? Entiendo que bien poca. Y me remonto a los hilillos que no implicaban peligro alguno para el que hoy preside el gobierno nacional.
Si ustedes se fijan bien en las poses del Pollito de El Sauzal (insisto, su ahora amigo Juan Manuel que se retracte), no solo lanza dardos dialécticos sino que los adereza con posturas y tics que intentan demostrar valías inexistentes o carencias disimuladas. Lo manifiesta, o al menos lo pretende, incluso cuando da los besos protocolarios. Estira el cogote y se pone farruquito. Como cualquier quíquere que se precie y que aspira a ser el jefe del gallinero. Y como suele llevar a su lado al retratista oficial –para que después la tele de Willy nos deleite en dieciocho informativos seguidos– a uno le basta con observar, dar muestras de incredulidad, cabrearse y, al menos en mi caso, desahogarse escribiendo estas boberías.
Y en todo ello estábamos cuando aparece en escena, entrando por la derecha, otro personaje de cuento: la señora delegada del Gobierno, la comisaria soriana en las islas afortunadas, la posible candidata popular en las elecciones del próximo año, según algunos tertulianos comprados –o vendidos, que tanto monta– y a los que doy tanta credibilidad como a los puestos de trabajo prometidos por el protagonista de este post. Vino a decir  que no hay que tener prisa, sino que debemos hacer nuestros sondeos con garantías. Y uno se imagina a esas máquinas pinchando la roca lentamente, como pidiéndole permiso, con unas barrenas tan suaves que diríanse de algodón. Y con las tiritas preparadas por si suelta, como producto del pinchazo, algún coágulo o esputo inadecuados.
Váyanse a freír chuchangas y no nos tomen más el pelo. Ya está bien, mediocres. Que no se merecen el sueldazo que se han estipulado y nos ruborizan cada vez que abren la boca. Ineptos elevados a la enésima. Logaritmos neperianos disfrazados de naturales. Y parece no haber visos de solución ante panorama tan desalentador. Los perpetuados siguen vendiendo más de lo mismo. Los aspirantes rizan el rizo justificándose antes de llegar. He leído una carta al respecto que me causó tal perplejidad que me di dos cachetones para sacudir la neurona. Se me antojó estar ante un ladrón que convoca una rueda de prensa para poner en conocimiento de la policía que quizás vaya a cometer un robo. Este mundo está necesitado, y mucho, de algo tan común como el sentido (común). Y de algo tan elemental, y lógico, como la lógica más elemental.
Hasta mañana. Con una advertencia: si descubro petróleo en la tierra de la maceta en la que pienso sembrar una papayera, lo mismo hago un trato con Soria o Rivero. Ya se verá.
Una apostilla, pues cuando ya cerraba esta entrada llega a mis oídos la penúltima del dicharachero mayor: "Los canarios somos los que tenemos que decidir qué hacemos con el petróleo". Chacho, ¿no crees que ya chochea? ¿Queremos o no el dichoso petróleo? ¿Hay elecciones en el horizonte cercano? Te apuesto los cincuenta céntimos de rigor que a partir de ya dejará esta cuestión al margen para dedicarse a la congelada, paralizada o suspendida Ley del Turismo. Porque en el fondo todo se reduce al pulso –o desafío, utilizando un término de la lucha canaria– de dos pescadores natos. Faena que hacen a la perfección en ríos revueltos.

martes, 11 de marzo de 2014

Cifras curiosas

O titulares que conducen a engaño. Porque la mayoría de estas manías escritas surgen tras la visual de la prensa diaria. Menos El Marca, pues desde que me enteré de que era el diario más leído en este país me agarré a lo de llevar la contraria. Y ya estoy viejo para cambiar.
Comienzo con algo que no sé bien cómo definir. “Dos goles que no debieron dar sellaron el empate”. Y aunque se trate del reclamo de una crónica futbolística (o futbolera), te juro que la hallé en un periódico de información general. Me quedé patidifuso con lo de ‘que no debieron dar’. Tengo la impresión de que el autor pretendió ubicar el pronombre se, pero se olvidó o pensaba transmitir otra idea que me ignorancia deportiva me impide columbrar. No sé si guarda el susodicho relación con los excelentes comentaristas (Pier incluido) de la televisión autonómica. Que cada día es más de Paulino y Willy, porque ya no es ni de populares ni de socialistas, aunque estos últimos soportan las tarascadas (término balompédico por excelencia) con tal de que no los bajen. Y de tratarse, como me imagino, que hubo los consabidos errores arbitrales, mejor haría la federación, o al que le incumba, en que un artilugio mecánico dirija, y dirima, las contiendas, porque para poner a dos invidentes en las cercanías de las áreas mejor que las imágenes de los centenares de canales televisivos hagan tal labor. Y seguro que con mucha mayor efectividad.
En un digital herreño se indicaba que el aeropuerto perdió 285 pasajeros en febrero. Y los que hemos viajado a esa isla en tal medio de transporte sabemos de las dimensiones de la terminal de Los Cangrejos. Por lo que, si me apuras, se me antoja muy complicado que se pierda una maleta. Nada te digo si son casi tres centenares de personas las que se esfumaron vete tú a saber si para El Tamaduste o se bajaron en La Caleta antes de que el aparato pusiera el tren de aterrizaje en el conglomerado de la pista. A este paso la compañía Binter se va a quedar sin clientela.
Ya que recalé en la Isla del Meridiano, me entero de que en tan reducida superficie hay 8045 vehículos para una población de 10979 habitantes. Me gustaría tener el dato de los menores de 18 años (deben ser unos cuantos, pues de lo contrario estarían cerrados los colegios e institutos), que son los que al no poseer permiso de conducción no debieran, por pura lógica, disponer de auto propio. A los que añadiría los muy mayores, los impedidos y los que voluntariamente eligieron la guagua como medio de transporte. Tras estos descuentos, y no hace falta ser un lince matemático, cada herreño que cumpla las condiciones exigidas debe poseer un coche y medio, más o menos. Menos mal que tenemos al Istac (ese Instituto que se encarga de las estadísticas y otras boberías) para arreglar este exceso y prevé un incremento de 2299 habitantes en los próximos cinco años. Y también me llamó la atención el número de marras. Ni uno más (2300) ni uno menos (2298). A eso lo llamo yo tener puntería en la contabilidad de los embarazos. Ignoro si tuvieron en cuenta la posibilidad de alguna erupción esporádica. Es que en tal disyuntiva los calores aumentan y para esos menesteres no es lo mismo un cuerpo ardiente que otro esmirriado por el frío de San Andrés, por ejemplo.
Si hay alguien en estas islas que utilice cifras para ilustrar sus comentarios –y lo que le escriben para el blog– es el presidente de esta calamidad, perdón, de esta Comunidad. Y casi siempre para realizar promesas que ni por asomo se han acercado jamás a la realidad. Una tesis doctoral sobre los puestos de trabajo propuestos demostraría que de haber dado en la diana con tales apreciaciones, ahora mismo nos podríamos permitir el lujo de elegir en qué lugar u oficio currar. Tal vez por eso comprenda menos esta otra previsión: mejorar las aptitudes de 3000 jóvenes para acceder al empleo. Porque tengo la ligera impresión de que a nuestros jóvenes les sobra preparación (sí, que no todo es fracaso escolar; lo fácil es mezclar el estrépito social con la manía de culpar a los docentes de todos los males habidos). Y capacidad y disposición para desempeñar una labor, también. Pero para qué demonios quiere el cursillo si no lo va a poner en práctica jamás. Preocúpense, y mucho, de que el mercado laboral adquiera otros tintes y déjense de monsergas. Cuando no de machangadas. De qué nos valen tres mil jóvenes aptos si no van a poder ejercitarse. Esto me recuerda los cursillos de educación sexual. Siempre son teóricos. Y estarán conmigo que no es lo mismo. Y ya está.
Concluyo con un aviso a navegantes. El turismo destruye empleo en Cataluña pese al récord de visitantes. Leí el reportaje y las condiciones de precariedad de los empleados de la hostelería rayan el escándalo. Porque el pasado año fueron borrados de un plumazo 19400 puestos. Me temo, señor Rivero, que ir a Berlín para anunciar que tendremos un millón más de turistas no va a ser suficiente. Porque tales aumentos están recayendo sobre las espaldas de los de siempre. Con contratos de miseria y cállate por si acaso. Gobierno y sindicatos tienen otras preocupaciones más perentorias. ¿Privilegios? Qué va. Eso se deja para los que dispongan de empleo fijo, los funcionarios, por ejemplo. ¿No te acuerdas quién soltó la guinda? Yo sí. De ahí la foto que ilustra este post. Y aunque no le votes va a seguir siendo presidente.

lunes, 10 de marzo de 2014

Adocenados y acomodadizos

Retomo la actividad escribidora (escritora me parece demasiado pretenciosa para mis escasas dotes literarias y/o periodísticas) tras una semana de relajo por esos sures tinerfeños. No, no obtuve premio alguno en la Primitiva sino que aproveché uno de los denominados viajes sin transporte de Mundo Senior. Y me marché hasta Adeje (Playa Paraíso). Allí comí más de la cuenta, pero también caminé por las tardes por aquellos parajes. Que, por las fotos que he colgado en Facebook y las que irán apareciendo en este blog en entregas de fechas próximas, se halla de un verde refulgente. Porque las gentes del Norte, por lo general, vamos por la autopista y obviamos un mundo de naturaleza sugerente que se halla disperso por carreteras vecinales cargadas de belleza y de una especial singularidad. Lejos, muy distantes de los cuatro secarrales que tanto gusta mentar a cierto editorialista. Aunque él haga referencia a una isla vecina. Quedé gratamente sorprendido al descubrir lugares en los que, no me duelen prendas reconocerlo, jamás había puesto un pie.
Vuelvo, pues, a la cruda realidad y me percato de que seguimos adocenados (vulgares, mediocres, simples, ramplones), a la par que acomodados en grado sumo. Como colectivo merecemos el calificativo de borregos (blandos, sumisos, mansos, timoratos). Nos hemos conformado hasta el extremo de no sublevarnos ante tanta injusticia. En el encabezado de este blog aparece una frase de San Agustín (La necesidad no conoce leyes) que ni siquiera, y máxime viniendo de un “santo varón”, es tomada en consideración cuando nos venden agua canela para beber, cuando una obra pública se estropea antes de ser inaugurada o cuando la principal preocupación del país son los vómitos de un jugador de fútbol.
Prima la vulgaridad, la mediocridad, en cualquier ámbito. Y cuando los que deben tomar decisiones (léase políticos) se hallan instalados en el quehacer ramplón y abyecto, no podemos seguir mirando hacia otro lado y perpetuándolos en mullidas poltronas. Porque con nuestro laissez faire asumimos tanta o más cuota de responsabilidad que la esgrimida por los inútiles e irresponsables que nos gobiernan. O la de los que aspiran a sustituirlos para continuar el giro en la rueda de los despropósitos al más puro estilo hámster (¿o gánster?).
Algunas fueron las charlas que sostuve esta pasada semana con varios trabajadores de la hostelería. Y no suelo hacerlo con demasiada frecuencia. Porque si de algo presumo es en todo caso de mis carencias, que no de mis posibles sapiencias o andanzas en un pretérito tan cercano pero tan alejado a la vez. Pero la etiqueta de ex sigue adherida. Tras las reflexiones de rigor casi siempre concluyo que no puede ser posible que el resto de mortales sea el que se halle inmerso en el error. No puede considerarse normal en el proceso democrático que persista la añoranza de modos y vivencias en organismos públicos de hace tres décadas. Cuando lo habitual consistía en servir y retornar a tu puesto de trabajo en tiempo prudencial. Porque olvidamos con pasmosa facilidad que el compromiso adquirido cuando te presentas en una candidatura solo ocupa el horizonte del siguiente cuatrienio. Pero los manuales de estilo (cualidad, talante, carácter) han cambiado. Se impone la palabrería y el discurso fácil y enlatado. Para todo hay respuesta. O la vuelta para el duro, que se mentaba años atrás. El capítulo de justificaciones es tan inmoral como abundante.
Interesa, y mucho, tener entretenido al personal con operaciones de mercadotecnia en las que se vende humo, fuegos de artificio. Cualquier bobería es aprovechada para descubrir placas, discursear eslóganes del bien quedar y poner en valor (que se dice ahora) imágenes y retratos. Que posan maravillosamente pero cuyas actuaciones hacen aguas (tan turbias como las portuenses) y muestran lagunas y carencias. Se exhiben fachadas cuyo “producto interior bruto” es digno ejemplo de los conjuntos vacíos de aquellas denominadas matemáticas modernas. Lo practican los gobernantes y se suben a la guagua los que atraviesan el desierto opositor. Y creen, todos, que inundando las redes sociales germinarán las semillas por arte de magia. Sin abonos ni cuidados. La cosecha se mostrará generosa en forma de votos. Por la cara, por la foto. Donde hace cinco minutos iba un hipódromo hemos ubicado un aparcamiento gratuito para el mercadillo. Inaugurado el Día Internacional de la Mujer. A la que hemos homenajeado para reconocer lo que siempre la ha caracterizado: su trabajo, tesón y voluntad. ¿O ya nos hemos olvidado de lo que hizo nuestra abuela y nuestra madre? Y al panal de rica miel acudieron…
Se han dado a conocer las sustanciosas cantidades que corresponden a los partidos políticos en forma de subvenciones. Cada diputado vale un buen pastón. Algo así como unos 130.000 euros. Que deben ser unos cinco años de mi pensión. Si lo comparamos con el salario mínimo, mejor llorar. Coalición Canaria, con una sola diputada (el otro es de Nueva Canarias), se queja de ser la hermana pobre del Estado. Le parece poco. ¿Has escuchado a cualquier formación que proponga mantenerse con las cuotas de sus militantes? ¿O que se produzcan recortes como los habidos en la prestación de servicios esenciales? Nadie, todos mudos. Incluso el abominable silencio de los que, adalides de los fondos comunes, aspiran a ocupar puestos decisorios para cambiar la dinámica de… Eso, espichada en un palo. No lo hago por ti, sino pienso en ese mañana en el que puedo estar yo.
¡Cuánto hay que cambiar! ¡Cuánto se podría cambiar! Bastaría aplicar unos miligramos de lógica aderezados con otro tanto de sentido común. Y llevando a la práctica eso que tanto les hace llenarse la boca (ojalá se atraganten algún día): el interés general.
Ellos, falsos e hipócritas. Nosotros, adocenados y acomodaticios. Y CC en Los Realejos ya tiene candidato para mayo de 2015. Han repetido la jugada que realizó el PSOE en las anteriores elecciones. Solo se me ocurre lo de “no por mucho madrugar, amanece más temprano”. Y a los hechos, y a la historia, me remito.
¡Ah!, hasta el Antona fue a sacarse la foto con Cospedal. La corbata verde esperanza lo delata. Y la cara de Rajoy cuando lo increparon durante su discurso, patetismo puro y duro. Lo de los socialistas navarros, espejo de sus incongruencias. Ayer estuve en SJR. La propuesta de Tomás para que se abra el Mirador de El Mazapé me parece adecuada. No se pueden tener los bares y restaurantes cerrados por si uno se topa con un apuro. Pides un cortado y meas. Porque alcaldes y concejales no necesitan baños. Los tienen, y elegantes, en sus despachos. Ducha incluida por si requieren cambiarse de calzoncillos. O ellas lo otro. Y mañana más.