jueves, 28 de marzo de 2013

Pechos fuera

Lo iba a titular ‘Los despelotes en Telecinco’, pero luego recordé aquella serie de Mazinger Z. El robot que asocio cuando agarro el sacacorchos en las contadas ocasiones en las que uno abre una botella de vino. ¿No me digas que no se te parece? Pues junto a nuestro héroe figuraba la correspondiente fémina: Afrodita A. Y esta utilizaba unas armas muy sutiles (ingrávidas y gentiles). Al grito de “Pechos fuera” (en la versión argentina: “Pechugas fuera”), disparaba los susodichos (o susodichas, según guste) elementos (explosivos, por más señas) y agüita con el que trincara delante. Qué potencia de atributos.
Desconozco si los índices de audiencia andan bajo mínimos en la cadena televisiva antes mencionada. Según lo que escuché ayer tarde mientras daba mi caminata, entiendo que no, pues fueron muchos millones los que se alongaron a ver el partido de fútbol jugado en París entre unos tal Pedro y Benzema. Quizás por eso entienda menos la boutade de Mercedes Milá, personaje bien entrado en años y al que le ha dado últimamente por enseñar las domingas. Ignoro, obviamente, si para sopesar pros y contras o para medir siliconas o rigideces. Por si fuera poco, me soplan que la ha secundado una tal Paz Padilla, cuya inteligencia emocional parece no ir en consonancia con su estatura, y también nos deleita con sus contenidos en base a una programación en la que las competencias básicas quedan  en plano similar a su electroencefalograma. Y uno rompiéndose el coco para que al menos obtengan el graduado escolar.
Y como hoy voy de anécdotas y recordatorios, me causó cierta hilaridad leer que en la zona recreativa de El Bosque, allá por La Marzagana perdomera (y no El Bosquito, que Benito se enfada), solo se mea de jueves a domingo. En los servicios que existen en aquel espacio de ocio. Porque de lunes a miércoles permanecen cerrados a cal y canto. Y si te da un retortiño, búscate la vida. Me imagino, de no hallar una solución, cómo puede quedar en unos meses apenas –y ahora se aproxima el verano o época de mayor afluencia–, porque cada uno intentará evacuar en cualquier soporte que permita arrimarse un fisco. El concejal de la zona, y vecino de aquellos contornos, el amigo Eduardo, ya debe estar aplicando la receta conveniente, a no ser que hasta su vivienda vayan a llegar los olores que tales procederes ocasionan. ¿Lo cogiste o te lo explico de manera más coloquial?
El herreño, y popular, Manuel Fernández, está muy preocupado por lo que acontece en aquella isla. Pero no me lee. Mi alcalde, Manolo Domínguez, no le ha pasado mi URL. Espero que Inocencio me haga el favor. Por tal motivo, ayer estaba en sede parlamentaria, bien sentado para que Antonio lo contara y le abonara las dietas (eso va en sobre aparte del sueldo), pero mentalmente estaba ido. De cuerpo presente, pero de alma ausente. Se lo explico así porque ellos aparentan ser muy católicos. Lo mismo son de los que rezan los cien credos el Jueves Santo. Yo sí me acuerdo, que ya tengo mis años. Unos periodistas lo pescaron (no, en La Restinga no, en su acomodo) entretenido con su iPad. Aunque él se defiende con el alegato de que no estaba viendo una película, pues ni siquiera sabe bajarla. Lo que se le da bien es lo del certificado de residencia con el móvil. Era un documental relacionado con un aspecto tan interesante de su isla natal –la que no lo aprecia demasiado y por eso es diputado por Tenerife–, que olvidó el motivo por el cual le pagamos, y bien. Y en vez de reconocer que mean por fuera de la bacinilla en las más de las ocasiones, o ponen disculpas, difícilmente justificables, o prohíben sacar fotos porque atentan contra la intimidad de sus señorías y la confidencialidad de los documentos. Qué intimidad ni que narices. Si no se los leen porque otros hobbys los reclaman. A este paso, las sesiones plenarias se van a celebrar a puerta cerrada. Para que sus ilustrísimas no se distraigan y puedan ver la película sin sobresaltos. Chiquitos caraduras. En el próximo presupuesto recuerden el capítulo de las palomitas. Qué livianos son.
Bueno, disfruten del resto de la semana. Y pórtense bien. Vayan al cine. Dan una de romanos, como todos los años. Me quedo con Ice Age, en cualquiera de sus versiones. Uno se vuelve niño y sentimental. Como el mamut.

miércoles, 27 de marzo de 2013

El Hierro y la comunicación

Como no le gusta nada a mi amigo Humberto que se comiencen así las definiciones de los vocablos, hoy me apetece fastidiarlo un fisco. Sismo: Dícese del terremoto o sacudida de la tierra producida por causas internas. Dado que llevo unos días con las tripas medio averiadas, me he imaginado, al escucharlas moverse por esos interiores, que de ubicarle un sismógrafo al intestino, lo mismo habría alcanzado un grado cinco en la escala del fulano ese. Porque son causas internas, sin duda.
Vuelve El Hierro a temblar y los medios de comunicación se empeñan en que la isla se hunda más. Y me refiero, obviamente, al daño que se causa a la maltrecha economía con la pérdida de confianza en los posibles visitantes. Máxime en estos días de Semana Santa, en los que podía haber un repunte en el número de viajeros que pretendían descansar  en la sosegada y tranquila Isla del Meridiano.
Y no es ya solo ese portento de televisión autonómica (en la que el amarillismo sigue marcando improntas), sino que parece haberse añadido un grupo de periódicos con titulares que en nada benefician que el turismo vuelva a permitir que el sector de la hostelería y restauración saque la cabeza a flote. Porque no es lo mismo que se indique que la situación es de normalidad, que se magnifique la posibilidad (75%) de que pueda haber un seísmo de 4,3 y de 4,6 (25%). Amén de la sentencia del Colegio de Geólogos acerca de no descartar una erupción volcánica en El Hierro. Toma, y en Tenerife, ¿por qué no?
Estamos viviendo un periodo en el que el exceso de información tiene a la sociedad bastante ‘desinformada’, confusa y sumergida en un mar de dudas. Lo que bien pudo ser un atractivo turístico más, se ha convertido en un circo mediático. Y gran parte de culpa la tiene ese señor bajito que ayer por la tarde nos deleitó con un discurso plúmbeo, pero que –cómo cambia la película– gustó a los socialistas. Siquiera por una vez debería asumir unos gramos de sensatez e indicar a sus asesores de comunicación e imagen que se reúnan para poner orden y concierto en la plantilla del Daswani. Buenos profesionales, aunque dedicados a otros menesteres, tiene el organigrama gubernamental como para que primen otras líneas argumentales.
Puesto que de comunicación hablamos (escribimos), no puedo dejar pasar un día más sin mostrar mi más enérgico rechazo a la furibunda campaña de la Santísima Trinidad (Ricardo, Andrés y José) en contra de quien fuera director de Diario de Avisos, Leopoldo Fernández, al que han concedido recientemente el Premio Canarias de Comunicación. Como pienso presentarme a las próximas elecciones municipales, desde ahora señalo que en el programa irá el retirar la placa que el actual equipo de gobierno realejero estimó colocar en una calle de Los Barros a nombre de José Rodríguez Ramírez. Porque mi pueblo no puede seguir estos juegos peligrosos y preñados de la mayor de las ignominias.
Resentidos, cobardes y faltos de escrúpulos hay en todas partes. Para completar el cóctel, se añaden unos quintales de envidia a la desvergüenza y resultan unas diatribas de muy difícil digestión. O me lo das a mí o no juego más. Y arriba rompo la baraja. Cómo osa el jurado agraciar a un godo conquistador, habiendo un mencey de pura raza, más viril (por lo de las dos cabezas) y fortachón que el mismísimo de El Lance. Pégaselo, compañero.
Recuerdo ahora mismo el gazapo que mi compañero Ángel colgó ayer en su blog. A la pregunta de qué tenemos entre la boca y el esófago, el alumno respondió que las heces. Espero que los no premiados no sigan escupiendo. A no ser que intenten correr el peligro de defecarse encima.
Parodiemos y decretemos. Y en justa correspondencia: las heces del periodismo.
Concluyo: España ganó, con el Barcelona casi al completo y jugando al tiqui-taca. Con un Andrés (Iniesta) brillante. Todo un señor con clase. Cuánta diferencia.
¡Ah!, si vas unos días a El Hierro y quieres desconectar, ve a esta casa: La Galana. Que no todos podemos ir al Parador. Eso se deja para los potentados y otros primos hermanos de los de Salmor.

martes, 26 de marzo de 2013

Aguas residuales

La urbanización de la costa realejera no fue un dechado de virtudes. Y de nada nos vale el consuelo de que en la inmensa mayoría de poblaciones ocurrió tres cuartos de lo mismo. Es por ello que constituye un motivo de alegría el que se vayan culminando todas aquellas deficiencias (por no llamarlo de otra manera) que nos han traído de cabeza en estas últimas décadas.
Es curioso observar cómo se ha ido diluyendo el espíritu reivindicativo, tan a flor de piel en los primeros compases de la democracia, hasta el ostracismo más acomodaticio. Porque me gustaría que alguien me señalase qué protestas ha escuchado, o leído, en estos últimos años acerca de este particular que da título al presente post.
Hubo movimientos ecologistas que pusieron a caer de un burro a los ineptos políticos de aquellos primeros mandatos tras las elecciones de 1979, y que luego se diluyeron cual azucarillos en el Charco de las Mujeres. Este hecho me recuerda a lo que acontece en las redes sociales, cuando, sin motivo aparente que lo explique, alguno de los que se mostraba asaz incisivo con los gobernantes del momento, se torna en dócil corderito y, o bien silencia todo tipo de comentarios subidos de tono, o cambia su discurso de manera harto notoria.
Aquellos que transitamos –más bien, corrimos– por los acantilados comprendidos entre el límite con Puerto de la Cruz y la zona de El Guindaste, fuimos testigos de las alegrías constructoras que supusieron el nacimiento de asentamientos poblacionales en lo alto de donde nosotros recorríamos senderos y canales para acceder al Charco de las Lisas, a la Cueva del Mármol, al Callao de Méndez o a la Piedra Alta. Por estrechísimos vericuetos que mejor ni recordarlo. Y contemplamos cómo la basura comenzó a hacer acto de presencia en lugares completamente vírgenes. Un capítulo importante del progreso y la civilización vino de la mano de los lindos chorritos que discurrían laderas abajo para formar piletas hediondas en los aledaños de lo que había sido, desde siempre, espacio natural de baño.
La red de saneamiento –bonita fórmula de comenzar la casa por el tejado– vino a poner cierto grado de sensatez en el ‘asqueroso’ asunto. Aunque ha sido un proceso demasiado lento. Y les puedo asegurar que el que suscribe estas líneas creía que el emisario submarino había pasado a la historia y que todo el caudal de las porquerías líquidas estaban siendo conducidas a la depuradora de Punta Brava.
Por lo que leo en estos últimos días, parece ser que no. Que restaban flecos para que la circulación subterránea fuese efectiva en sus totalidad. Aun así, a seguir los doctos consejos del amigo en lo que respecta a su particular versión del refrán: “Nunca es tarde si la chica está buena”. Y congratulémonos de que todo ‘eso’, que no se ve pero que se huele, vaya a donde debe ir.
Sería conveniente, no obstante, recordar que una estación depuradora de aguas residuales requiere un mantenimiento adecuado. Y en los alrededores del Hotel Maritim, en demasiadas ocasiones, se respira un tufo no muy agradable. Por lo que se deduce que algo debe estar fallando en el proceso. Puede que haya sido otra de las causas para que la operatividad del complejo hotelero haya quedado reducida a la mínima expresión. O dicho de otra manera, si el aire hubiese tumbado para el naciente, en lugar de para el poniente, otro gallo habría cantado. O mejor, otros loros hubiesen gritado Scheiße. Y esa es palabra mayor, máxime cuando se expresa en alemán.
Ya que he dedicado este día para recorrer esos mundos recónditos por los que transita todo ‘eso’ que sale de los cuartos de baño –bueno, sale de otro sitio, pero tú me entiendes–, y ya que la noticia que hoy comentamos hace referencia a esa zona baja, o costera, de Los Realejos, manifestar mi total extrañeza –lo adelanté de soslayo tiempo atrás– ante el anuncio (Radio Realejos lo emitió hasta la saciedad) de que aprovechando la obra de remodelación en las calles La Longuera y El Toscal, todo aquel que lo deseara podía conectarse a la red de saneamiento. Y te juro que no lo comprendo. No se trata de un deseo personal a gusto y conveniencia de cada cual. Es una obligación. Un servicio por el que ya se abona la tasa correspondiente. De qué nos vale felicitarnos por suprimir esos vertidos a la costa si luego persistimos en inyectar porquería al subsuelo. Es más, si una vez se haya finalizado la obra del acerado comienzan a tupirse varios pozos –algo bastante frecuente en aquellos terrenos–, tendremos que empezar a romper de nuevo. Sí, ya sé que el ayuntamiento se escudará en que correrá a cargo del vecino implicado. ¿Y qué? ¿Cuándo vamos a aprender a matar varios pájaros del mismo tiro? ¿O nos sigue pareciendo más lógico levantar lo recién cerrado?
Y concluyo en el lugar en el que he vivido gran parte de mi existencia. El afer de las cabras y el tramo del sendero por la Romántica I, de juzgado de guardia. Hace años se mató un joven por una imprudencia temeraria al circular con una bicicleta por parajes de increíble belleza pero de enorme peligrosidad. Lo que se vislumbra ahora mismo en el salto de agua de Gordejuela, a escasos metros de la elevación, pone los pelos de punta. Cuando ocurra la desgracia, nos pasaremos la pelota echando culpas al otro por mor de unas competencias.
Hasta mañana. Ya sé que estamos en Semana Santa, pero no pienso irme de vacaciones ni acudir a las procesiones. Díscolo que me vuelto.

lunes, 25 de marzo de 2013

'Cruising'

Fuerte ignorantón estoy hecho. Cada vez que me califico de rebenque de la platanera, me quedo corto. Estoy en el mundo por falta de viento, que si no ya hubiese volado cual polen que en la primavera se balancea por entre esos pistilos ávidos por fecundarse.
El amigo Luis Febles, corresponsal (si no se dice sí que me corrija) del periódico Diario de Avisos en la zona Norte, publicó ayer domingo un reportaje que tituló “Zona cruising”. Y ya te puedes imaginar a este tolete intentando averiguar qué demonios era eso. Y entre las líneas que el periodista plasmó en el diario y lo que me señalaba la Wikipedia (http://es.wikipedia.org/wiki/Cancaneo), me fue entrando un sudor frío que casi me da el patatús de rigor. Pero vamos por partes.
Parece ser que en las épocas de crisis es cuando más se agudiza el ingenio. Y como estas prácticas libertarias no formaban parte ni siquiera de la imaginación en mis tiempos mozos, uno sabía lo de echar un cáncamo, racanear un fisco y poco más. Pero te juro que lo del cancaneo, y mucho menos, lo del cruising, me eran aspectos conocidos. Por eso te digo que como me soplen, salgo escafidiendo por la Punta del Viento.
No voy a entrar en detalles porque lo mismo me pasa lo que a Luis. Sí, los comentarios que hicieron ciertos lectores no lo dejaban muy bien parado. Ya se sabe que nunca llueve a gusto de todos y los que creyeron verse reflejados en los párrafos en cuestión, arremetieron contra el que sacó a la luz el tema (si yo lo desconocía, me imagino que me acompañarán en el sentimiento un buen puñado de puretas analfabetos como yo mismo). Clásico ejercicio de matar al mensajero. Además, con los precedentes que te dejo indicados, Internet es la tabla salvadora para estos casos de supina inopia.
Y viene todo esto a cuento porque lo mismo me escapé por unos minutos. Y con el agravante de una temporada de bastantes semanas. Y hazme el favor de no reírte con lo que te voy a confesar:
Cayó la casualidad de que hace no tanto un servidor tuvo un percance con la próstata (me dejó el caño tupido y ni gota) y en el período que debí andar sondado a la espera de la operación (ya estoy bien, gracias), coincidió en que mi mujer estuvo yendo a rehabilitación al Centro Médico Tucán por una fractura en una muñeca. Y mientras ella permanecía la hora estipulada con los ejercicios correspondientes, uno aprovechaba los minutos para darse una vuelta por los alrededores. Como el urólogo me había señalado que sin pasarme, tiraba despacito y me hacía un recorrido por la Urbanización La Paz. Y pasaba, obviamente, por los lugares que en el reportaje se mencionan.
Sabido es que por los aledaños de la iglesia que se encuentra en dicha urbanización, existen unos senderos bastante agradables y curiosos. En los que, por cierto, me cruzaba con bastante gente. De día, tú. Al atardecer, pero con luz solar. Que ya te estoy viendo. Y no te creas que en más de una ocasión tuve que arrimarme detrás de cierta planta cuyo porte permitía ocultar tus vergüenzas, para vaciar la vejiga, casi descontrolada en ese entonces y por las razones antes esgrimidas, mediante el no muy agradable ejercicio de quitar el tapón de la sonda. Y como uno va con chándal, imagínate que había que dejar al aire ciertas partes pudendas… No sigo, que te vas a creer que esto es un capítulo de cualquier novela erótica al uso. Ya está.
Y a lo que iba. Pues sí que pasé, y en más de una ocasión, por las descritas montaña del Amor y plaza del Mirador. Reitero, por lo leído, un fisco antes de que comenzara la función. Aunque a estas edades piensa uno que ya el peligro pasó, me congratulo de mi total desconocimiento hace un año y poco. Chacho, no sé qué hubiera ocurrido en el supuesto de que me hubiesen hecho una proposición deshonesta. A mis años, qué ilusión. Y haber tenido que ir a la policía a denunciar la falta de respeto. Quita. Te imaginas las carcajadas del agente delante del teclado.
No pensaba comenzar la semana de cancaneo. Pero ya ven cómo se tuercen las cosas. Como ayer a Fernando Alonso. ¿Lo viste en la tele? Qué vergüenza la verborrea barata del comentarista. Sólo le faltó rezar un padrenuestro para que se ‘estallaran’ los de las alas.
Bueno, seguiré caminando por la autovía. Me da la impresión de que solo existe el peligro de los coches. Tengan cuidado y pónganse a buen recaudo.

viernes, 22 de marzo de 2013

Playa de El Socorro

O Playa del Socorro, como tantas veces la mentamos y escribimos. Aunque un servidor prefiera otro tipo de calas, estilo Los Roques, donde las olas te den un respiro y donde exista alguna piedra a la que te puedas subir para descansar un rato. Pero no dejo de reconocer que los amantes del surf no van a compartir mi parecer. Ni aquellos a los que gusta estirarse en la arena. O caminar, simplemente, que no es poco.
Escribo estas líneas en el convencimiento de que a mi cuñado Próspero le hubiese encantado poder leerlas, máxime cuando unas semanas antes de marcharse a vivir a otro lado y a coger olas en nuevos mares, estaba a punto de comprarse el ordenador porque había decidido no quedarse atrás en esa “mierda de Internet”. Incluso tenía previsto apuntarse  a cualquier curso para que le dieran las primeras nociones.
Aunque su espíritu sigue allí, vigilante y echando una mano al socorrista de turno, seguro que algo comentaría de la nueva señalización a través de paneles informativos que se han colocado en estos últimos días. Y coincidiría con un servidor en una propuesta que durante bastante tiempo vengo plasmando en cuanto medio se ponga a mi alcance y que fue trasladado, al menos en la época de José Vicente, en diferentes ocasiones. Que no constituye novedad alguna, pero que comienzo a vislumbrar en estos últimos tiempos.
Sin restar mérito alguno al concejal encargado de tales cometidos, tengo la impresión de que la impronta artística de Adolfo comienza a notarse en las obras acometidas por el personal del propio ayuntamiento. Que no ha sido, desde los tiempos remotos de la prehistoria, un dechado de virtudes. O para ser más exactos, cualquier remiendo en una obra pública, suponía una chapuza de campeonato.
Abogué siempre por un concejal de estética, de buen gusto, que supiera inculcar en el personal de obras y servicios un barniz artístico, ornamental. Y debo felicitarlos por estas pinceladas que se vienen observando. Al igual que ayer denuncié la verborrea, el bien quedar, la foto (besos incluidos) y echar balones fuera, no me impide una característica de la que puedo presumir –la imparcialidad– valorar positivamente todo aquello que merezca ser destacado. Y acometer pequeños detalles que el pueblo demanda a gritos, está bien. Se me alegará que para ello les pagamos. Vale, pero un pequeño estímulo tampoco viene mal, porque saldremos ganando todos.
Junto a esos actos y poses de lo que antes denominé como el bien quedar, creo, sinceramente, que el PP realejero mete la pata en su respuesta modelo a las propuestas que le presentan el resto de grupos que conforman la corporación. Sí, el “estamos en ello”, muestra inequívoca de la prepotencia de una mayoría absoluta y miedo a reconocer que otros concejales también puedan tener buenas ideas y aportar sugerencias. Deberían despreocuparse de sus miedos o temores porque cuando el mandato concluya, el pueblo pasará factura a una gestión y si se encuentra satisfecho, los plácemes serán acaparados por el equipo de gobierno. Puede que haya un mucho de injusticia en esas apreciaciones, pero es así.
Pero también valoraremos los escaqueos y las derivaciones hacia enunciados de esa no es una competencia municipal, que ya comienza a escucharse en demasía. En el sueldo, bastante generoso, van incluidos los inconvenientes. Y el estar liberado se inventó para disponer de tiempo con el que ‘luchar’ y ‘pleitear’ con las otras administraciones. A los que transitamos por la carretera nueva hacia La Cruz Santa y nos duelen los amortiguadores del coche, se nos importa un pimiento en que la competencia del piche sea de tal o cual. Lo que nos gustaría es no poner el grito en el cielo cada vez que el fotingo se nos cae en un socavón.
Y ya que los felicito por lo de El Socorro, de justicia sería el que siguieran hacia el este, porque a Castro no se puede bajar, en La Fajana tenemos que pedir permiso a los cabreros y por Los Roques los accesos de El Horno y La Fuente también necesitan unos buenos mimos.
Ya que llegué a la zona de Toscal-Longuera, nunca olvidaré los lamentos de Sigfredo, concejal que fue de la primera corporación democrática, cuando no entendía cómo para mover una piedra había que tramitar cientos de papeles en un expediente. Lo recuerdo porque escucho, con demasiada frecuencia, que la burocracia sigue impidiendo avances. Pues han tenido tiempo de resolver el particular, ya que tan dados somos a legislar.
Reitero, mi cuñado estaría contento de comprobar que su playa sigue apostando fuerte por mantener su bandera azul. Y yo, con él, también me alegro. Como tiene más tiempo que este jubilado entretenido, le encomiendo que siga vigilante con todo cuanto acontezca por aquellos contornos.
Una pincelada final. Les comenté hace escasos días que Paulino apostaba por Rusia. Y les aventuré que se iría a Moscú más temprano que tarde. Casi no me dio tiempo de terminar: ya tenía el pasaje sacado. Luego se cuestionan los comedores escolares. ¿Cómo, estimado José Miguel? Que lo mío es demagogia. Vale, arráyate un millo.
Bueno, si no ocurre nada extraordinario que me lo haga pensar, nos vemos el lunes. Y tengan un muy feliz fin de semana.

jueves, 21 de marzo de 2013

Clones

Estoy asombrado por lo bien que se aprenden el manual de instrucciones los dirigentes populares. Mejor, del Partido Popular. Porque lo de populares habría que estudiarlo con más detenimiento.
Tengo tres instantes en el día en que acostumbro echar una visual a la tele. La primera, en el desayuno. Momento que suele coincidirme con los informativos mañaneros. El segundo, durante el almuerzo, o lo que es lo mismo los telediarios de casi todas las cadenas. Ponte en mi lugar y piensa que soy uno de los que come para vivir, por lo que puedes traducir en minutos estas cortas estancias ante la caja tonta.
El de mayor duración, cuando ya estoy en la cama. Que se corresponde, para no quedarme demasiado ocioso, con las lecturas pendientes, escribir cualquier tontería que se me haya quedado durante el día en el tintero, repasar la tabla periódica de los elementos para que no se me olviden los lantánidos y los actínidos (tierras raras), en romper, y rehacer, el cubo de Rubik. Y ahí está el ‘24 horas’ para recordarme los principales aconteceres del día.
Pero anoche zapeé un rato. Y me encontré con una entrevista que le hacía Pepe Moreno al presidente insular del PP. Y como al mediodía había escuchado al señor Antona, llegué a la conclusión de que en esta formación política bordan la clonación. No tanto en lo físico (como eran los bigotes de Soria y Aznar), pero sí en la faceta del verbo. Escuchaba a Manolo Domínguez, cerraba los ojos y veía a José Manuel. Con ese desparpajo con el que responde haciendo preguntas al entrevistador y con circunloquios tipo estándar de los que no te dicen absolutamente nada pero quedan bonitos. ¡Oh!, fíjate tú que redacto estas líneas casi 20 horas después y todavía no he captado su idea de que la venta de coches vaya a ser la panacea para acabar con el paro en España.
Ahora bien, estimado alcalde de Los Realejos, no sigas justificando lo de SJR, no te encharques más defendiendo una acción vil y cobarde. No persistas en tu ofuscación matrimonial. Ya está bien. Piensa que los que te escuchamos también podemos tener dos dedos de frente. O, al menos, ser tan torpes como ustedes. Y a pesar de que a tu partido se le importa un pimiento, electoralmente hablando (o escribiendo), lo que ocurra en ese pequeño pueblo, no olvides que tales componendas no van a convertir a Tomás en lo que jamás podrá ser. Y no continúes con la cantinela de limitar los cargos, porque se te ve la patita.
Ocúpate, por ejemplo, de poner orden en la emisora municipal. Y te lo manifiesto porque te escuché poner un símil radiofónico en la citada entrevista que me dejó patidifuso por tus grandes conocimientos periodísticos, mezclando mesas, micros y ondas electromagnéticas.
Ocúpate de que en el pueblo no acabemos con una problema de cabras como el vivido en La Orotava. No tardaremos demasiado en que la zona de Romántica I y Gordejuela sea otro Tafuriaste más. Y la solución no vendrá por la vía judicial (ponle el cuño y anota la fecha en que lo escribo), porque los cabreros siempre serán declarados insolventes. A lo mejor tu flamante alcalde vecino te puede ayudar que del particular sabe más que tú.
Ocúpate de solucionar el tema de los aparcamientos. Ya sé que ustedes, los miembros de la corporación, tienen el estacionamiento asegurado. Pero yo debo transitar por la Avenida de Canarias, y como la policía municipal se fue a solucionar problemas parecidos en la zona de la guardería, horno de pan, farmacia… (¿te sitúas?), no observan lo que ocurre en los alrededores del propio Consistorio. Cada cual sigue parando el coche delante de la entidad bancaria y se le importa un pimiento –a ustedes parece que también– que la confluencia frente a Viajes Tabona (que me paguen la publicidad) se nos haga imposible.
Ocúpate de revisar la obra de Toscal-Longuera, donde las flamantes aceras están llenas de mierda a más no poder y con losetas sueltas, donde sigue imperando la ley de escapar como mejor se pueda, donde señalizaron unos miniaparcamientos en los que si una madre coloca un carrito de dos bebés, el segundo queda por fuera.
Estás cayendo en el error o en la enfermedad de la saluditis y el besitis. Y estás más preocupado en la imagen que en la verdadera gestión. Tanto que en determinados actos del Homenaje a Viera, parece que eres tú el protagonista. Te puede valer de ejemplo la lectura de sus textos en el Casino (o en la Sociedad) y tu entrada gloriosa y triunfal a la sala. Ni que te fueran a conceder el Goya de Honor. Y yo me quejo de cómo se estira Paulino (ver entradas anteriores).
Se impone el marketing, el protocolo, el bien quedar. Pero los que ya superamos tales boberías, queremos buenos gestores y menos quejicas. Que nos solucionen los problemas y se dejen de herencias recibidas. Las clonaciones puede que sean un gran invento y no dudo que la oveja Dolly (5-julio-1996, 14-febrero-2003) se haya muerto agradecida. Y para su mayor desgracia, un día de los enamorados. Pero aquí no se trata de realizar disquisiciones con el ácido desoxirribonucleico (ni de los clones como sinónimos de payasos, líbreme el Espíritu Santo).
Pensaba escribir algo de Mourihno y mira lo que salió. De todas maneras, yo no creo que se deba elegir mejor entrenador del mundo a un seleccionador nacional. No me parece lógico cuando solo trabajan un fisquito al lado de los que se hallan al frente de cualquier equipo. Chacho, no te pongas así. Es mi opinión. Ños, casi me pega.
Y lo último. En la caminata de la tarde escuché esto que me gustó: ¿Será capaz el PSOE de hacer otro PSOE nuevo, pero ya, o dejará este PSOE que se desintegre el PSOE? Si pudiera controlarme un fisquito más, lo mismo me hacía tertuliano. Déjalo, me echarían a los cinco minutos.

miércoles, 20 de marzo de 2013

Inmediatez y cercanía

Ayer fue Día del Padre. Y de San José. Cuando intento casar ambas celebraciones, comienza mi dilema. Como todos los medios de comunicación andan con el Papa pa´rriba y con el Papa pa´bajo, lo mismo me animo y me mando un salto al Vaticano. Para preguntarle directamente si me han tenido engañado o la historia ha cambiado en estos bastantes años que llevo alejado de los dictados de la Santa Madre Iglesia.
Si tenemos que ser estrictos en la interpretación de lo que se halla escrito en catecismos y libros de religión (católica), debo entender que en realidad el tan San José no es el padre de Jesús (yo no, el otro), sino que la Virgen (me lo expliquen) fue concebida por obra y gracia del Espíritu Santo. Lo de la obra podría captarlo, pero no le veo la gracia por ningún sitio. Este Espíritu Santo, a quien no tengo el gusto, debe estar metido en casi todo, porque en el pasado Cónclave fue la figura estelar y artífice de que los cardenales no tuvieran malos pensamientos a la hora de votar. Es decir, a pesar de los siglos transcurridos podría aplicársele aquello de que sigue tan campante.
Como parece que el hombre (el Papa) tiene intención de cambiar ciertas cosas –me lo bombardean las 24 horas–, podría meterle mano a este asunto y aclarar el quid de la cuestión. Más que nada por saber si hemos de seguir felicitando a los Josés y a las Josefas (incluyan, Pepes, Pepas, Pepillos, Pepitas, Fefas…) o abandonar estos argumentos tan mundanos y mercantilistas y dedicarnos más a los contenidos espirituales. Todo sea, dicho de paso, en mi condición de abuelo practicante.
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No es normal lo que está pasando en San Juan de la Rambla. Se impone la mesura pero parece no ser posible. Y ya no es solo el pesado de Jesús el que reclama ecuanimidad. Pinchen en este enlace y lean un fisco:  http://eldia.es/2013-03-18/CRITERIOS/3-San-Juan-Rambla-cordura.htm. La ignominiosa moción de censura ya no tiene vuelta atrás. Y poco se puede esperar de quienes utilizan este tipo de procederes. Ahora se impone, entiendo, una reflexión profunda. El Partido Socialista, tan en horas bajas en casi todos los ámbitos, tiene ante sí una oportunidad histórica para que en las elecciones de 2015 pueda alcanzar esa mayoría absoluta que le permita gobernar cuatro años sin estos sobresaltos. E intuyo que es el sentir mayoritario de los rambleros. A concejales, militantes, afiliados y simpatizantes, el consejo de que no se aletarguen, pero tampoco indigesten. Hagan uso racional y comedido de las redes sociales, pero no caigan en el abuso. Es contraproducente. Sean críticos, pero piensen que la inmensa mayoría de los habitantes –también en otras poblaciones–, aunque parezca raro en esta época de avances tecnológicos, utiliza esos medios para ‘mariconadas’ de menor porte. Un servidor sigue sin móvil. Y no padece trauma alguno. Y, como el Espíritu Santo, sigue tan campante. Háganme caso. Por la edad. Por lo otro sigo presumiendo de ser un rebenque de la platanera.
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Cuando se crearon todas esas emisoras de radio y televisión locales, esgrimieron cercanía, inmediatez, información del acontecer más próximo. Máxime de aquellas que se sostienen con fondos públicos. Ahí está la tele de Willy pregonando el que sus informativos son los más vistos en Canarias. Bueno fuera, ¿no?
Cuando Radio Realejos se autopromociona, señala que sus contenidos abarcan el Norte de Tenerife, haciendo especial hincapié en la villa (la de Viera) que aporta los cuartos. Pues al ayuntamiento no le va a quedar más remedio que nombrar a una persona neutral para que elimine de su programación todo aquello que no siga tales directrices. No se trataría, para eso ya están los concejales, de utilizar la tijera y suprimir lo que molesta a sus ilustrísimas. Pero sí de acabar con las manías y costumbres de extrapolar idearios de medios de comunicación privados. Y si por un casual hubiera o hubiese trabajadores en la sociedad de radiodifusión que no saben cuando están en uno u otro lugar, habrá que arbitrar medidas al respecto.
Manolo parece estar demasiado ocupado en sus obligaciones partidarias insulares. Adolfo, tras cuartos de lo mismo en las suyas locales. Y uno barriendo para un lado y el otro en sentido contrario, viene a resultar que ayer mismo, sin ir más lejos, lo que interesaba a los realejeros era que un concejal del PP en Candelaria estaba molesto porque cierto empresario lo había denunciado por hablar, deduzco, más de la cuenta en una sesión plenaria. Y aprovechando que el barranco de San Felipe pasa por los alrededores del Turquesa –versión local de lo del Pisuerga–, y que es miembro del partido que gobierna por estos lares, tanto el susodicho edil, como quien lo debía entrevistar, puede que para agradecer la deferencia, arremeten contra el equipo de Sindo a todo trapo. De tal guisa que no hay recato en transmitir el deseo de que en las próximas, los devotos de la Morenita los manden (a los socialistas) a realizar ejercicios espirituales en la Cueva de San Blas, escuchando música de Maná, para no desentonar.
Inmediatez, objetividad, cercanía, imparcialidad… Alguien –neutral, por supuesto– debería estudiar este caso. Que podría asemejarse al del doctor Jekyll y el señor Hyde. Sí, ese trastorno disociativo de la identidad, que es diferente, según los entendidos, del trastorno bipolar. Pero que no concuerda. Este que te cuento –yo opino– vendría a ser como aquel actor que, tras interpretar a Drácula durante millares de actuaciones teatrales, se muestra incapaz, en su vida real, de comer sin echarse unos sorbitos de sangre. No cabe aquí el álter ego.
En alguna ocasión he citado a mi amigo Antonillo con su máxima de que el que nace lechón, se muere cochino. La transformo y sentencio: el que nace vampiro, se muere chupando.

martes, 19 de marzo de 2013

Cruceros portuenses

Vaya necesidad tienes de complicarte la vida, le señalé a cierta interlocutora que había tenido la infeliz ocurrencia de resintonizar los canales televisivos y le apareció uno que se hallaba en negro hasta hace poco. Pero ya se sabe que las chapuzas de este (des)gobierno que tenemos en Canarias son así y no le demos más vueltas. Hombre, ya que aparece de soslayo, me imagino que te habrás enterado de la nueva propuesta paulina: “Rusia será nuestra apuesta”. Ya vislumbró otro escaparate y te apuesto unos 50 céntimos a que dentro de bien poco se trasladará al Kremlin a parlamentar con el mismísimo Putin. Este hombre perdió el tino en vete a saber tú qué romería y parece el pasacatre. Como ayer por la mañana cuando, en el primer informativo de la tele canaria, otro iluminado cargo público vino a decir que estaban realizando unas obras a todo meter en cierta zona de baño porque ya la próxima semana entrábamos en el período estival de Semana Santa. No me extraña, hemos alargado tanto los carnavales que ya el jueves santo cae en verano. Y aramos con tales bueyes.
¿El inciso? Gracias. Lo que le hicieron en Lanzarote a Juan Brito, un artesano de 93 años al que iban a conceder el título honorífico de Hijo Predilecto de la Isla de los Volcanes, clama a las Montañas del Fuego. A esas ilustrísimas habría que llevarlas al Islote de Hilario y bañarlas un fisco  ver si se turran de una maldita vez. No sé si quedarme con este circo o con la bienvenida de Rajoy a la comisión evaluadora del COI (Comité Olímpico Internacional) en Madrid: “Estamos preparados y vamos a dar la batalla”. Menos mal que no dijo la botella. Como elijan, a la tercera, a la capital de España, vamos a celebrar los primeros Juegos Olímpicos recortados. Se correrán los 99 metros lisos, los 109 metros vallas, a la maratón le restaremos 195 metros, para el salto de altura pondremos un hilo carreto con dos bolsitas de arena en los extremos…
Chacho, me había olvidado. La señora del inicio me contó que los chanchulianos hablaron de los once cruceros que esta semana arribarán al puerto santacrucero con veintitantos mil pasajeros. Y se lamentaron de que el muelle deportivo y comercial de Puerto de la Cruz no pudiera prestar esos servicios para relanzar la maltrecha economía de los guachinches. ¿Te imaginas a dos mil ingleses mandándose unos platos de chochos y unos manises en Los Pascasios. Ay, Mería, qué tenderete se armó. Y luego, ya puestos, pegándose unos envidos (en inglés, of course, my darling) con una baraja tan sobada que al tres de bastos se le caen los chumizos de mierda por la cinta. Al compadre Ceferino, / la madre que lo parió, / ese no me prueba el vino, / fuerte caña me mandó.
Por lo que un servidor tiene entendido, en el futuro recinto de La Ranilla no cabe ni el Benchijigua (126 metros de eslora y mil toneladas de registro bruto). Y como no va a haber gente para tanto barco –tampoco en Garachico– y la navieras siguen quejándose por el deficitario servicio prestado, estoy pensando que si no sería conveniente establecer unos atraques menores en Los Pejerreyes y El Guindaste, una escuela de vela en El Bollullo, otra de surf en El Socorro y cuatro o cinco cofradías de pescadores repartidas en el tramo comprendido entre Las Aguas y San Marcos.
Perdí unos buenos minutos en la mañana de ayer. Para ello me levanté a las siete y media –hora tan intempestiva para un jubilado, que cuando me asomé al balcón pasaban unos chicos con unas mochilas a la espalda y me dieron unos escozores que estuve rascándome hasta las diez y cuarto– y localicé esta información acerca de los once buques que atracarán, como antes señalé, en la capital tinerfeña:
Braemar (195 metros de eslora y 23 mil TRB), Costa Favolosa (290 y 112.000), Boudicca (205 y 28.300), Grand Mistral (216 y 48.200), Thomson Destinity (214 - 37600), La Belle de l´Adriatique (110 - 3.500; este es el más chiquito, algo así como un yate de lujo), Kristina Catarina (137 - 12700), Costa Mediterránea (292 - 85.700), Astor (176 - 21.000), Aida Sol (252 - 71.300), Azamara Quest (180 - 30.300).
Sería precioso contemplar toda esa flota bien ‘aparcada’ desde Martiánez hasta el Callao de Méndez. Y esos turistas paseando por el sendero desde el Maritim a la Rambla de Castro. Ños, cierro los ojos y parece que lo estoy viendo. Todos con tenis para ir sorteando los excrementos perrunos. Unas cámaras, estratégicamente ubicadas, nos mostrarán bellos planos del paseo. Abajo, las olas rompen con cadencia de figura de malagueñas (o de folías, si el tiempo lo requiriese), mientras la espuma dibuja ribetes de punto cruz. Una agrupación folclórica ameniza la función desde lo alto del Roque Chico. Los pescadores, desde La Poyata hasta El Boguiño, lanzarán sus aparejos en señal de júbilo y las boyas fluorescentes podrán el pertinente adorno prenavideño. El espíritu de José Ravelo nos brindará su reclamo a las morenas, mientras Rubén, impertérrito, seguirá cogiendo lapas en el culo de La Pata…
Sigue tú porque a mí se me cortó la inspiración. ¡Ah!, hoy es Día del Padre, pero ya no es festivo. El próximo año, cuando inauguremos el puerto del Puerto, lo mismo restablecemos la costumbre católica, apostólica y romana. De nada, Francisco. Los amigos estamos para echarnos una mano.

lunes, 18 de marzo de 2013

¿A dónde vamos a parar?

La noticia, del miércoles día 13 de los corrientes, pasó casi como una anécdota en un periódico de estas islas, concretamente Diario de Avisos. Leyéndola, tuve la impresión de habernos quedado en la forma sin meditar en el fondo –o trasfondo– de la cuestión. Algo que, entiendo, es de profundo calado, se cuela de soslayo en la sección de sucesos y poco faltó para que discurriera desapercibida en medio de la vorágine. Puede que se argumente, incluso, que hay tanto donde escoger que la selección se antoja harto complicada.
La historia, real como la vida misma, comienza cuando la policía local lagunera observa un comportamiento raro en una mujer de algo más de cuarenta años en cierta zona de Aguere. Y cuando requiere una explicación a la misma, se percata de que se halla buscando a su madre (69 años). A la que dejó en cierto punto, al que no sabía volver por desconocer la zona en la que se encontraba. Te explico lo que les había acontecido:
Las dos señoras, de La Palma, acudieron en ese día, tras volar desde la Isla Bonita, al Hospital Universitario de Canarias para unas pruebas médicas. Tal es la situación económica por la que pasan que desde el aeropuerto de Los Rodeos bajaron caminando hasta las instalaciones hospitalarias. Y una vez realizadas estas, regresaban para tomar el vuelo de regreso. Y lo hacían utilizando idéntico medio de transporte: a pie. Pero equivocaron la ruta y por la zona de La Vega transitaban por itinerario erróneo en dirección a Tegueste. La información periodística concluye con el feliz encuentro de madre e hija y el servicio de ‘taxi’ del vehículo oficial que las traslada al aeródromo. Todo sea dicho de paso, las felicitaciones a los guindillas por tan humanitaria labor.
Así acaba este trance para el periodista en cuestión. Me alegro de que la televisión autonómica no se haya hecho eco del suceso, porque a buen seguro lo hubiera magnificado, pero orillando el morbo y el sensacionalismo. Como mi periodismo es de andar por casa y a nada ni a nadie me debo, entiendo que esta situación merece una reflexión mucho más intensa. No creo suficiente quedarnos en el qué, sino ir algo más allá y profundizar en el por qué.
Lo que ocurrió fue meridianamente explicado en la información del diario. El qué, el dónde, el cuándo y el cómo fueron desvelados de manera clara. Pero en este blog Jesús opina y comenta. Y recurre a la quinta w (why), al por qué.
Seguro que las pruebas a las que debía ser sometida la señora no son posibles en su isla natal. Pero las autoridades palmeras –o tinerfeñas, o canarias, me da lo mismo– no han debido pensar –puede que para tal ‘sacrificio’ no les paguen– que desde la salida del hogar hasta el regreso al mismo transcurren muchas horas y se requieren asistencias, amén de los vuelos consabidos. Para cualquier político al uso es muy normal que el coche oficial vaya a recogerlo en la puerta de su casa y desde ese instante hasta que concluye su jornada, todo, absolutamente todo, le viene hecho.
Las señoras de nuestra historia puede que no hayan sido capaces de alzar la voz para demandar una pequeña ayuda que les permita ir en guagua esos largos trayectos que debieron realizar caminando. Tal vez haya sido ese su pecado. No sé si el percance llegó a los oídos del alcalde del municipio palmero del que proceden, o a los de la presidenta del Cabildo, o a los de la consejera de Sanidad o a los del mismísimo Paulino. Puede que sí. Pero como la insensibilidad alcanza cotas inimaginables, ahora mismo estarán las autoridades intentado echar toda la tierra que sea preciso para tapar sus vergüenzas. Como en otras tantas ocasiones.
Algo, o mucho, está fallando en el actual sistema. No es normal que se produzca este tipo de situaciones. No concibo que hayan intentado ahorrarse unos euros estas señoras palmeras y por ello decidieran recorrer todos esos kilómetros en la guagua de las ‘dos’. Menos comprendería que hayan acudido a solicitar la pertinente asistencia y que les hubiesen dado con la puerta en las narices. Sea como fuere, habrá que despertar de este letargo.  La falta de humanidad que nos invade deriva en casuísticas que se reiteran en demasía. Se nos va la vida entretenidos en menesteres de menor porte, en cuestiones fútiles, vacuas e inconsistentes. Mientras, para demostrar que este mundo está loco, permitimos, o incluso amparamos, desaguisados como el que se deja referenciado.
¿A dónde vamos a parar?

viernes, 15 de marzo de 2013

Matrimonio sin futuro

Ahí tienen en la ilustración –siempre suelo colocar al menos una en cada post– al presidente insular del Partido Popular, y a la sazón alcalde de mi pueblo, con su homólogo ramblero. Y su “estacón”. Aclaro que recibía tal nombre, cuando yo era joven, el artilugio que sostenía el plantón para que aguantara bien sujeto en tiempos ventosos. Y lo del vendaval, es decir, que se bambolea, interprétalo como te dé la realísima. Ahora los fabrican metálicos. Antes eran de procedencia vegetal. En ambos casos, inanimados, sin raciocinio, sin que den más de sí. ¿Cómo? No, hombre, yo me refería a los estacones. Aunque pensándolo bien… Si he sostenido hasta la saciedad el que no todos podemos ser concejales, conjetúrate qué es lo que me puede pasar por el magín cuando escucho hablar, o intentar argumentar que dos y dos son cuatro, a… Pon tú el nombre porque a mí me da un no sé qué.
Manolo gobierna en el municipio de Los Realejos merced a una cómoda mayoría absoluta (11 de los 21 concejales de la corporación). Y un número de votos que casi dobla a la segunda fuerza política: CC. Tomás lo hace en San Juan de la Rambla por un pacto que no tiene justificación alguna. Tan impresentable como los que lo llevaron a cabo. Y eso lo sabe Domínguez, porque bobo no es, pero una alcaldía bien merece todo tipo de sacrificios. Por lo que si se debe aceptar los postulados de esos gastados, sin ideas (ya los denominé en anterior comentario como los del encefalograma plano, que tú criticabas en El Debate haciendo referencia a los que están en el Gobierno de Canarias y que en San Juan te auparon a los altares), y si arriba son tan imbéciles que me ofrecen puesto tan apetitoso (por razones de incompetencia o porque quieren manejar los hilos desde la trastienda), miel sobre hojuelas.
Tomás se autocensuró y Manolo repartió las bendiciones. Los 217 votos o haber sido primer teniente de alcalde, es lo de menos. Como fiel alumno aventajado de don Soria, tiempo habrá de no decir nada en las declaraciones que haya lugar. Me refiero a Domínguez. El otro, ni eso. Tanto que osa hablar de matrimonio sin futuro, que no le importa la imagen del partido sino le preocupan los vecinos de SJR. Se necesita tener mucho morro (político, por supuesto, y sigo las directrices del que tú le pusiste el nombre de una calle en el pueblo en contra del sentir de al menos doscientos, o más, ciudadanos realejeros, me incluyo) para atreverse a sandeces semejantes. Lo que opinen los habitantes del noble pueblo ramblero te la trae al pairo. Me parece mentira, si tan amigo eres de las redes sociales, de que no te percates de la que se cuece desde La Rambla hasta la Fuente del Bardo. O visita el pueblo, como hago yo.
Cuando se defiende lo injustificable, lo paradójico, lo inconcebible, cualquier argumento suena a hueco, a vacío. Te reitero el ejemplo que te menté no ha tanto. Imagínate que hubieses obtenido 10 concejales en las elecciones de 2011. Y que, por consiguiente, la suma de los otros tres grupos hiciera ese anhelado número 11. Por ejemplo –hipotético– que CC hubiese alcanzado 7, que junto a los 3 del PSOE y el de IU, te pudiesen haber dejado en la estacada. Y que arriba fuera Jonás el alcalde. ¿Estarías hoy defendiendo los mismos postulados que osas esgrimir para que los estimados amigos rambleros entiendan, o evidencien, la vil jugada a la que te has prestado con sumo gusto y deleite. No me jodas, Manolo, todo sea dicho con el mayor respeto que le debo a mi alcalde, pero no al máximo dirigente del PP en Tenerife. Eso se llama mear por fuera de la bacinilla y cuando eso ocurre hay que acudir al urólogo. Y te lo manifiesto por experiencia. En los dos campos: el político y el del galeno.
Qué bien aprendiste lo de la ‘separación’ para ‘iniciar una nueva vida’. Tú, militante de un partido tan puritano y ultracatólico. Fiel exponente de la falsedad imperante. En la que incluyo parte significativa de un clero que es capaz de negar algún sacramento a los infantes porque sus progenitores están en pecado y hacen la vista gorda en otros casos, estimado alcalde, que tú bien conoces y no creo sea menester recordarte. ¿Cómo puede sostenerse la prédica de tu partido acerca de las abominables leyes del divorcio, del aborto, del matrimonio homosexual y otras de igual calado (puertas afuera), si la cantidad de militantes populares que han hecho uso de las mismas ya no es posible contabilizarla con dedos de manos y pies (puertas adentro). También en este pueblo, ¿o no husmeas en tu interior y aledaños? ¿A qué jugamos? Contra ese mercadeo y falsedad arremetió alguien siglos atrás cuando corrió del templo a mucho fariseo.
Las citadas leyes –por general conveniencia e intereses bien definidos– no deben estar en desuso, como esa otra que no te permite arreglar el desaguisado de Santa Úrsula. Eso se llama, estimado presidente popular, tener mucha cara. ¿Cuántos raseros y varas para medir? ¿Te recuerdo la negativa a institucionalizar el acto de acogimiento civil a los recién nacidos cuyos padres no opten por el bautismo, sino que decidan ellos –los críos– libremente cuando sean mayores? ¿Tenías miedo a que la iglesia pusiera el grito en el cielo como si estos aconteceres fueran solo meros elementos de una contabilidad ficticia o de un negocio encubierto?
En fin, ¿para qué seguir? A mis escasos lectores los considero lo suficientemente inteligentes como para hacer un brillante comentario de texto, cábalas incluidas, con estas líneas. Son pocos, sí, pero bien avenidos. Y ayer se disparataron las visitas por lo de La Caixa, contando con la inestimable ayuda de una amiga de La Longuera. En el de este fin de semana, el que tienes ante tus ojos, me temo que ni siquiera sea leído por los interesados. Por las mismas obvias razones que dejo entrever en lo que hasta aquí hayas vislumbrado. Es lógico, tienen temas más importantes que resolver. ¿Cómo? Eso te crees tú, capacitados no están pero la mala praxis es la mejor consejera de la ineptitud que abunda en la política. Estos son mis principios, mas si no gustan los cambiamos. “El hotel de los líos”, “Sopa de ganso”, “Tienda de locos”, “Una tarde en el circo”… Eso mismo, “La historia de la humanidad”. Qué camarote.
Sean felices y no se casen con nadie. No vaya a resultar que en el futuro tengan que darse golpes en el pecho y se vayan a fastidiar una costilla con tanta contrición.

jueves, 14 de marzo de 2013

¡Vaya revuelo!

El pasado fin de semana tuvo mi hijo la infeliz ocurrencia de cumplir años. 35, para ser exactos. Lo que me lleva a exclamar: ¡Ños, qué viejo me estoy poniendo! Porque se trata del pequeño de la casa. Agüita. La de la mayor no la digo, no sea que me alcance dos cachimbazos.
Ahora es más práctico, en lugar de romperte el coco pensando qué demonios –con perdón a los de las fumatas– puedes regalarle, ir al cajero y entregarle directamente aquella cantidad que tú estimas adecuada y pertinente y que entre en los cálculos de las maltrechas economías familiares, máxime, como es mi caso, tratándose de un jubilado. Dentro de los posibles, que se dice.
Y allí me fui el sábado próximo pasado en la mañana y… ¡chiquita fiesta! Aquello parecía la procesión del Domingo de Ramos. Aunque faltaban palmitos y sobraban asnos. Porque si yo, que llegué demasiado tarde a esto de las nuevas tecnologías y avances informáticos, sabía que se iba a paralizar el asiento de los potenciales movimientos –lo venía anunciando la web de La Caixa desde varios días antes–, cómo va a ser que esa enorme cantidad de gente joven –salió el enjambre hasta por la tele– pensara que estaban regalando dinero. No te engaño si te comento que del que yo acudí (oficina de CajaCanarias en La Longuera) salió un chaval (no llegaba a 20) argumentando, con una sonrisa de oreja a oreja, que el día anterior su saldo estaba a cero y que en ese instante había sacado 150 euros. Hombre, tampoco comprendo el porqué la entidad bancaria permitió que este hecho ocurriera. Si no hay, no hay. Y no me engañes o me des falsas expectativas. Cierra el negocio –por inventario, que se mentaba antes– y el lunes comenzamos la nueva travesía.
El lunes y martes me alongué por los alrededores de dos oficinas de la susodicha con el ánimo de actualizar la libreta y la fiesta continuaba con el mismo esplendor del finde anterior. En la de La Vera ocurría algo verdaderamente curioso. En el instante en que yo asomé el hocico por la puerta, había tres hermosas colas: la principal en dirección a las mesas donde resignados empleados aguantaban la marabunta. Pero otras dos, no menos espléndidas, completaban el aforo del recinto: una, hacía el cajero automático y la segunda, al actualizador de libretas. Y como las instrucciones –esto lo deduzco por lo que se escuchaba en el ambiente– eran diferentes a las que ya el personal estaba acostumbrado, imagínate la película. Igualito que la Plaza de San Pedro, tú.
En la mañana de ayer miércoles tuve que bajar a La Longuera, que como bien sabes es mi barrio de siempre. Y el atractivo turístico persistía. Tanto que el vendedor de los cupones de la ONCE (Otilio, el de toda la vida), que se sitúa normalmente en los alrededores de la estación de servicios Shell, cambió su chiringuito y ubicó silla y paraguas por fuera de donde se hallaba la potencial clientela: la antigua sucursal de CajaCanarias. Ni que fuera bobo. A través de los cristales vislumbré que en su interior podría haber un centenar de personas. Y pensé que tenían que haber sido muchos más de los que imaginaba los gilipollas afectados por el supuesto regalo del cajero.
Se me encendió la bombilla y me trasladé apenas unos metros hasta la otra oficina que La Caixa tiene en un edificio cercano y en la misma acera. Mi sorpresa mayúscula y morrocotuda fue que cuando entré solo se atendía a una persona. Y no había que coger número ni nada parecido. Es más, el que realizaba la gestión de la señora que me precedía era David, el empleado de la otra oficina (que, por cierto, se quedará en una en apenas unos días). Mientras esperaba, apenas un par de minutos escasos, tuve la tremenda suerte de que llegó la otra empleada, quien me atendió ipso facto, me tramitó la nueva libreta (la anterior estaba ya inoperativa), me consultó si las tarjetas (débito y crédito) estaban activadas, le di las gracias, me marché, pasé por el otro establecimiento, miré pa´dentro, me reí, saludé a uno que me columbró y me dirigí hacia el coche gritándole: adiós, esteee…
Seguimos siendo un país de pandereta. ¿O no es verdad, Elfidio? Ahora estaremos unos días con el Papa pa´rriba, con el Papa pa´bajo, nos olvidaremos de Bárcenas, de Ponferrada y de la madre de todas las batallas. Y concluyo con esta movida del Vaticano. Estuve escuchando la radio a partir de la fumata blanca (estaba caminando por San Jerónimo) y todos los entrevistados coincidían en que había sido una “erección” rápida. Pero, y esto lo pensé yo, la “eyaculación” se hizo esperar. Las dos palabras que tú debes colocar en lugar de las entrecomilladas riman en consonante con las mencionadas. ¡Ah!, me causó tremenda gracia el que uno amenazara en Facebook con borrar de la lista de amigos a todos los que hicieran comentarios ‘jocosos’ del tal Francisco. En fin, o alguno no lee lo que escribe o no practica en carne propia lo de el que esté libre de pecado…
Y mañana concluiremos las jornadas laborales de la semana. Creo que vamos muy deprisa.

miércoles, 13 de marzo de 2013

En abierto

No es la tele canaria santo de mi devoción. La de Willy. Perdón, don Guillermo Valentín García-Machiñena García-Checa. Jo, macho, y yo fui un día al Registro Civil para intentar recuperar el segundo apellido de mi padre, y me pusieron tantos requisitos que enterré la idea con el volcán de El Hierro. Creo haberlo dejado meridianamente claro en múltiples comentarios en este blog y en otros medios de comunicación. Y no porque no haya buenos profesionales en la radiotelevisión pública, ni porque no existan programas dignos de salvar de la quema general que afecta a los medios audiovisuales. Pero ya es que tenemos demasiados licenciados de la universidad de la vida al frente de los tinglados sostenidos con dineros públicos.
Veo poca tele. Si acaso un rato cuando me acuesto debido al clásico defecto de tener un aparato receptor en la habitación. Amén de los consabidos momentos en que uno tiene la fea costumbre de comer. Que suelen coincidirme con los informativos. De lo que he escrito hasta la saciedad. Y que son repetitivos y cansinos a más no poder. En los que prima el sensacionalismo, cargados de imágenes duras y relatos de sucesos y aconteceres de dudoso proceder y en los que la información brilla por su ausencia. Eso sí, me quedo con las poses forzadas y miradas ante el travelín de la cámara con las que el señor Daswani me gratifica en la sobremesa. Me encanta, Miguel Ángel. Que es diferente a me encanta Miguel Ángel. Por si acaso.
A Estíbaliz Pérez la conozco de ha bastante. E intercambiamos pareceres cada vez que nos encontramos en nuestro barrio de Toscal-Longuera. Para ella de adopción y para mí de nacimiento, aunque ahora un servidor se halle por esos Realejos Altos, o por esos altos de Los Realejos. La última vez, no hace una semana. Y hablamos de esa nueva aventura titulada “En abierto” y que se emite en las tardes de lunes a viernes. Me encargó que le echara una visual y que fuera ‘crítico’ en mis opiniones. De haberlas, claro.
Debo confesarte, amiga, que no he visto aún el programa. Se emite en la hora en que los jubilados solemos ‘estirar las patas’, ese ejercicio al aire libre que tú también recomiendas. Aunque en mi caso más por el ánimo de que el ‘payo’ (versión coloquial de prominencia abdominal) no siga creciendo, que en el de mantener el resto de las líneas curvilíneas del cuerpo humano, objetivo que fue aparcado allá por los inicios de ese tercer milenio.
Pero ayer, en la lectura diaria de la prensa, me entero de que el PP, de la mano del diputado Víctor Moreno, denuncia el amarillismo de la tele en cuestión. Y alude a la emisión del suceso de Candelaria (la mujer que se tiró por un puente y fue atropellada por varios vehículos), con reproducción de unas secuencias que no parecieron las más adecuadas para el horario de emisión (ese en el que aún no es la hora de que los peques se vayan a la cama).
No me extraña nada en un ente público en el que priman, única y exclusivamente, los índices de audiencia y el autobombo reiterado del share, rating y cuota de pantalla. Yo la denomino la batalla de los audímetros. Y en mi casa siguen sin colocar uno. E indagando un fisco acerca de los ‘méritos y antecedentes’ del director del programa (César Armas), me temo que a los pobres presentadores (expresado ello en el más cariñoso de los sentidos) le han jugado una mala pasada a los pocos días de haber iniciado la singladura. El formato de las experiencias pretéritas –y ya se sabe que las cadenas se copian que es un disgusto– no me inspira demasiada confianza.
No puedo ser crítico, Estíbaliz –tal y como me señalaste–, porque solo me limito a comentar lo que aparece reflejado en la prensa, máxime, como antes señalé, cuando no he tenido la oportunidad de visionar ni uno de los programas de “En abierto”. Tengo la impresión de que a Carmelo (alguna fotografía me coló cuando era el responsable de la información meteorológica) y a ti les hayan dado gato por liebre. Ignoro el poder decisorio que disponen los que se sientan ante la cámara (o lo mismo están de pie; tengo que verlo un día de estos), más intuyo que bien escaso y que el bacalao viene ya cortado. Y, desgraciadamente, no están los tiempos para dirimir diferencias con la superioridad.
Sea como fuere, me duele enormemente el tener que estar de acuerdo con los postulados populares. Incluso con los de Australia Navarro cuando alude al chiringuito de Paulino (refiriéndose a la tele de Willy, esa que canta las excelencias del blog presidencial que le escribe y mantiene ‘su equipo’), en respuesta a sus peticiones de ahorro y recortes para todo los demás, incluyendo sanidad y educación. Y ya que menté esta última (por lo de José Miguel), la posición del Partido Socialista viene a ser el reflejo de la imagen que está dando la ejecutiva federal.
Escribo todo esto porque a la hora de buscar culpables sabemos que siempre los hallarán en el escalón más bajo. Que es la fórmula más simple para acabar con el problema. Recuerdo aquellos encendidos alegatos en contra de este despilfarro que argumentaba Juan Carlos Alemán en sede parlamentaria. Ahora, en su retiro dorado de la Audiencia de Cuentas, ni sabe ni contesta. Y el resto de la tropa, felizmente acomodada en el pesebre del gobierno, ni tuje ni muje, por si acaso.
No siendo Jesús muy amigo de adulamientos y felicitaciones sin sentido, siempre he considerado a Estíbaliz como una gran profesional del periodismo. Y me apena que este hecho que hemos dejado referenciado se haya tenido que reproducir en su programa. Sí, dije bien, reproducir, porque parece ser consigna a seguir. Y de tales dictados sí que hay responsables. Me gustaría que un día, y sin que sirva de precedente, alguno de los muchos asesores que tiene el socio gubernamental (PSC-PSOE) se manifestara al respecto. Sí, de los directamente relacionados con este gremio. El del periodismo, of course. De Rivero y los suyos nada puedo esperar. Pero de los otros, hombre, al menos un detalle, sean valientes. Marquen una mínima diferencia. Estamos alcanzando el ecuador del mandato y piensen que ya resta menos para la patada en el culo.
Concluyo. Según la denuncia del PP, el programa se emitió el pasado día 7 de los corrientes (jueves). Ayer fui a la videoteca de la RTVC y la grabación de ese día no aparecía. ¿Por qué?

martes, 12 de marzo de 2013

Rayano el ridículo

O yo me he vuelto incordio –¡ay, los años!–, o vislumbro lo que otros no, o el paso de los días me hace ser más exigente, o estoy torpe, tú. Eso, estoy torpe, corto y obtuso.
Pensaba hoy, de una manera tranquila y sosegada, preguntarles si ustedes entienden el porqué en tres periódicos de estas islas, ante una misma información, expresan cantidades tan dispares acerca del número del siguiente hecho:
Canarias pierde 250.000 pasajeros de avión en febrero.
Los aeropuertos pierden 191.400 viajeros en febrero.
El Archipiélago pierde 230.000 pasajeros en febrero.
Si quieres que te sea sincero, los redactores de tal primicia en estos medios impresos (averigua tú cuáles fueron) deben ser afiliados al PSOE. Que son los únicos ‘cerrados de mollera’ que no ven lo que los demás contemplamos con nitidez meridiana. Muchos aviones hay que llenar –o vaciar– para que puedan casar esas cantidades tan dispares. Lo mismo obtuvieron la información en diferentes post del blog de Paulino.
Aparte de las generosas dietas que cobraban los consejeros de Caja Navarra por ni siquiera asistir a las reuniones –semejantes golfos–, creo que es conveniente comentar algo acerca de lo apetitoso que es un cargo político. Tanto que es preferible aparcar la ideología –si acaso se tuvo en algún momento– para seguir aupado al machito. Sí, me estoy refiriendo al penúltimo episodio del Partido Socialista. Pero del que no escapa nadie. Ni siquiera Izquierda Unida que se presenta como el adalid de la honradez y todas esas cosas del bien quedar. Y por aquí bien cerca, me gustaría que Manuel Domínguez, presidente insular del PP, diera alguna explicación convincente de cómo permite la trastada de apoltronar a Tomás en la alcaldía ramblera. Aquí el que menos corre, por muy carita de bueno que se ponga, vuela. Y si es en pos de la tan codiciada silla, se pierde el culo –que es lo de menos– amén de la dignidad.
Se ha lucido el PSOE en Ponferrada. El “se corrige y punto” de Alfredo constituye otra muestra de la deriva de una formación no ya sin rumbo, sino sin nadie que sea capaz de timonear la zarandeada embarcación. Recuerdan al Borbón a la salida de la clínica: “Me he equivocado. Lo siento. No volverá a ocurrir”.
Se elevan voces por doquier y los comunicados inundan las redacciones. El espectáculo bate récords de audiencia. Y, al menos por una vez, no puedo, en manera alguna, coincidir con el artículo del buen amigo Salvador García cuando califica la intervención de Rubalcaba en Telecinco como sobresaliente. Juego con ventaja en este caso. Hace muchísimos años que las obediencias ciegas desaparecieron de mi entorno. Pero si fuera solo Jesús, con mandarlo a tomar viento fresco, como ya lo ha hecho más de un iluminado, asunto arreglado. Pero son tantos los que se han sumado al parecer de que el principal partido de la oposición debe ‘refundirse’, que los cada vez más escasos afiliados (a este paso solo quedarán los que ocupan cargos en diferentes instituciones), y añado, generoso que estoy, los poquísimos que aún creen que Alfredo es la solución. Y lo del Oscarito López, para echarle pienso en pesebre aparte. En vez de largarse (motu proprio), van y lo respaldan. Claro, como en otros tantos lugares, en las siguientes elecciones municipales, pelillos al río Sil, y bajo las siglas del partido otra vez. Es que se perdió la vergüenza. Márchense pa´l carajo y váyanse a hacer puñetas  al embalse de Bárcena. Hasta el nombre es bonito. ¿Cómo? ¿Que yo estoy cabreado? Arrímame un fósforo y verás.
Se ha alcanzado un punto en el que no hay retorno posible. Se impone una ruptura total –ante tanto fraccionamiento apenas se va a notar– e iniciar un nuevo peregrinaje. En el que, me temo, no sea Chacón el recambio adecuado después del circo catalán. Ni la opción de JFLA, que barajan algunos, porque a las primeras de cambio puede repetir la jugada que hizo en Canarias. Y no discuto, válgame Pablo Iglesias, valías. Que todos los mencionados las tienen.
El problemón del partido a nivel nacional es extrapolable a los escalones inferiores. Son necesarios muchísimos mirlos blancos. Algo parecido a lo que ocurrirá en estos días en El Vaticano. Pero como más bajo no pueden caer, comiencen ya el proceso. Y échense a un lado tantas viejas glorias que jeringan más de la cuenta. ¿A qué tienen miedo? ¿No se dan cuenta de que seguir con los modos y maneras actuales, no van a poder levantarse del estampido? Hagan algo antes de que les ocurra lo que al Titlis en Punta Brava o no les va a quedar más que una hélice para decorar Ferraz. No esperen al próximo otoño (vaya estación más representativa para el giro) y déjense de machangadas con el manual de instrucciones que cada mañana remiten a los cargos públicos. Se perdió la credibilidad y como si cantan misa en latín.
Me apena ese grupo excelente de jóvenes que siguen ahí a verlas venir. Peguen ya los moquetes necesarios en la mesa y si menester fuere inicien la ‘reconquista’ desde abajo. Y cada cual que le dé el significado que le apetezca a la palabreja revolución. Ya se lo envié hace unos días, con motivo de sus cumpleaños, a las juventudes socialistas realejeras.
Jamás en la historia al partido opositor se lo ha puesto tan a huevo el que rige el gobierno en estos momentos. Y el resultado salta a la vista. En las próximas confrontaciones electorales las agrupaciones independientes, por el mero hecho de diferenciarse de este y del otro, pueden proporcionar sonadas sorpresas. Hasta yo estoy pensando diputar la alcaldía al PP en mi pueblo fundando la Agrupación Electoral Independiente: Obstinados Undécuplos. Exacto: la AEIOU, para vocalizar con fundamento.