jueves, 31 de marzo de 2016

Cultura en Los Realejos

El periódico La Gaceta levantó muchas expectativas cuando hizo acto de presencia en el mundo de los medios de comunicación allá por los inicios de la década de los noventa del pasado siglo. Había finalizado una primera de etapa de colaborador en El Día y creí hallar una válvula de escape en el rotativo. Pero mi gozo en un pozo. Aquella aventura fue tan efímera como frustrante. Entre el 7 de enero de 1991 y el 11 de febrero del mismo año se me publicaron cuatro artículos. Y tal como reza la canción de Pancho López: no vivas la vida con tanta rapidez.
El siguiente es uno de aquellos mencionados cuatro comentarios. El último, para ser más exactos. Y que vio la luz el 11 de febrero de 1991. Lo rescato porque siempre he sostenido que la labor cultural en este pueblo, que se genera desde la Casa ubicada en Realejo Alto y que nos correspondió inaugurar en 1987, tiene dos valedores importantes. Que entiendo no han sido lo suficientemente ponderados y que sentaron las bases de todo el andamiaje posterior: Álvaro García Domínguez y Vicente Quintero Yanes.
Lo transcribimos:
“Si lícita es la crítica en aquellos aspectos que nuestros políticos han descuidado a lo largo de su mandato, no menos lo es la alabanza ante lo bien realizado en idéntico período. Cierto es que las obligaciones que todo cargo implica, suponen la aceptación de ciertas premisas cali­ficadas como básicas en toda gestión. Ya, de antemano, damos por sentado una serie de realizaciones intrínsecas a la propia dinámica, en este caso, municipal.
Si hacemos un ligero repaso a lo ejecutado por la comisión de Cultura –Servicio Municipal de Cultura– del Ayuntamiento de Los Realejos, hemos de reconocer, sin duda alguna, que ha sido una gran labor. Desde la Casa de la Cultura se ha irradiado al resto del municipio una ingente cantidad de actividades de toda índole que vienen a demostrar la preocupación incesante de los responsables de esta área. [Que no este área, añado a día de hoy, con el ánimo de clarificar este uso incorrecto. Y con el sustantivo agua, ni te cuento]
Y es digno de mayor elogio el pensar que al frente de dicho apartado figura un concejal que no tiene dedicación exclusiva en nuestro Ayuntamiento, lo que demuestra el bien merecido reconocimiento a esta labor. Don Vicente Quintero Yanes puede estar seguro de que se está consi­guiendo que Los Realejos se suba al carro del progreso, que poco a poco se vayan alcanzando cotas más elevadas en el amplio campo de la cultura.
Como es de suponer que, merced al trabajo bien hecho, vaya en las próximas listas para las elecciones municipales, esperemos se planifique con mayor sentido común el tema de los liberados y sea usted uno de los que figure al frente de una de las grandes áreas que conforman el esquema mu­nicipal. Y es algo que desde estas páginas le indicamos con todo afecto, porque el pueblo lo está demandando y se ha per­catado de que el entramado de los concejales que traba­jan de pleno para y por el Ayuntamiento no es, hoy por hoy, el más adecuado. Pero no desviemos el verdadero sentido del presente en cuestiones de más elevada disquisición y continuemos con algo más acorde con el título de nuestro artículo.
Decíamos, sin menoscabo que ha sido en la Casa de la Cultura donde se ha concentrado la mayor cantidad de eventos, sobre todo exposiciones, que se han llevado a todos los barrios del municipio una serie de acciones encaminadas al noble empeño de elevar el nivel cultural de nuestra Villa.
Las Escuelas Municipales, la filial del Conservatorio Superior de Música, teatro, Semanas de cine al aire libre, Exposiciones, Programa de Animación TENO 90... son grandes apartados que se han ido desglosando en un sinfín de acontecimientos culturales.
Junto a la felicitación, un ruego. No se preocupe usted, Don Vicente, porque siempre habrá alguno que otro que no conforme con la evidencia, intentará desprestigiar un trabajo bien hecho. Son aquellos que por mucho que se haga, aunque se le lleve a la puerta de su casa, él permanecerá cómodamente sentado viendo el bodrio de turno por la caja tonta.
Antes nos quejábamos porque no había nada, ahora nos quejamos porque hay algo pero la gente no va; no importa, ya irán.
Lo importante es que la semilla se está sembrando; el fruto, algún día, se recogerá”.
Y con el presente acabamos marzo y nos adentramos ya en abril. Ánimo que el verano está a la vuelta de la esquina. Lo mismo este año no cobramos la extra de junio porque seguimos en funciones. Manda eso que rima.

miércoles, 30 de marzo de 2016

A ver si me enfado

Pues sí. ¿Acaso tiene la doña alemana más presencia que un servidor? Si me pongo de perfil, lo mismo le saco unos centímetros… de barriga. Y eso que no bebo cerveza. ¿Que ella va al Tecina? Toma, y yo cuando puedo permitírmelo. Lo que pasa es que la diferencia de sueldo es demasiado abismal entre Angelita y este miembro activo de las clases pasivas españolas. ¿Que ella está yendo desde hace bastantes años? Le gano por goleada. ¿Que ella fue de moza, con su padre? Toma, casi nada cuando pisé yo tierras colombinas por vez primera. Hacía muy poco que había fallecido el viejo Amalahuige.
No hay derecho. Y lo mismo me enfado y dejo de ir unas temporadas. Porque Casimiro, que me margina con el olvido a mi libro ‘Versos silbados’, va y le regala varias publicaciones de fotografías y otros tantos de senderos. Creo que no aceptó los estatutos fundacionales de la ASG ni tampoco la presidencia de honor del Junonia, a pesar de la promesa de pasar al menos tres meses de cada año cuando se retire de la política activa, siempre y cuando ya funcione para esas fechas la línea marítima interior. Me silban que le agobia la presencia de tanta fuerza de seguridad por los alrededores. Menos mal que los guardias civiles se camuflan bien cuando se va a patear por El Cedro. Camaleones en verde que te quiero verde.
Voy a intentar a través de unos amigos que tengo en Alemania adecuar mi agenda con la siguiente estancia de la canciller. Para acompañarla desde que aterrice en el aeropuerto del Sur (me temo que el de La Gomera seguirá sin estar operativo para esa clase de vuelos) hasta el día que se vaya. Incluyo, por supuesto, el pescadito en Los Abrigos (que no en Playa San Juan como escuché en un medio de comunicación). Pero con la condición de que se nos una igualmente algún miembro de la corporación granadillera.
Ahora bien, en cuanto nos hallemos en las tierras de Hautacuperche, fuera todo tipo de parafernalias en comitivas, cortejos y séquitos. Allí todos iguales, que los gomeros son noble gente y no se comen a nadie. El que quiera dejar un presente que lo haga en la recepción del hotel. ¿Lo entendiste, Curbelo? Así que esos días, puedes simular que tienes trabajo en Teobaldo Power y te quedas en Tenerife. Te haces el cargo de que rememoras tus andanzas de senador en Madrid y santas pascuas.
Cuando nos apetezca ir a pescar, ya tendremos apalabrada una lanchita. Que no es necesario ese boato de patrulleras y otras vigilancias. Porque nos pueden asustar las viejas. Quédense en La Villa que en caso de apuro ya avisaremos nosotros. Además, hay buenos patrones en Santiago y no nos hacen falta refuerzos. Sin lugar a dudas que este tipo de estancia sería mucho más familiar que estas montadas que se organizan en la actualidad. Lo que implica un despilfarro que ofende a los apuntados en la lista del paro. Y remueve en sus tumbas los espíritus de aquellos aventureros que venían a la zafra del tomate.
No puede faltar un garbeo por el Jardín de las Creces y la Cañada de Jorge para rematar la jornada en Casa Efigenia. A la que tan bien retrata Isidoro Sánchez en sus excelentes relatos de los foresta de aquella isla. Sin prisas. A fuego lento. Y allá a las tantas, cuando el solo vaya dejando en tinieblas la Fortaleza de Chipude, en el trayecto de regreso pararemos unos minutos para que Sonia nos prepare un cortado. Y si hay niebla, lo aderezaremos con unas gotitas de… lo que nos dé la realísima, confianzudo.
No hay derecho a que me traten de tal guisa. Condenado al más puro y duro ostracismo. Me vengaré. Y si yo no voy, no va mi mujer. Y si no vamos los dos, el coche se queda aquí también. Esto es una cadena. Advertidos quedan.
Hace años hubo un realejero que estuvo empeñado en que le hicieran un homenaje. Que lo nombraran algo. Que le concedieran una distinción. No lo consiguió. A lo peor consideraron que no había contraído méritos suficientes. Es el peligro evidente de metopas, diplomas, placas y otras. Transitó largo tiempo por Alajeró. Una vez me insinuó que escribiera algo al respecto. Le dije que no. Cuando me entra la vena, me vuelvo más cabezón que los teutones.
¿Y a qué viene el párrafo anterior? Simple. Si te creíste todo lo escrito hasta ese entonces, lo mismo es que no me conoces. Si todos fueran tan amigos como el propietario de Pepillo y Juanillo de signar nombres de calles, plazas y monumentos a personas, personajes, personajillos y personajuchos no existirían quejas humanas en todo el planeta. De animales y plantas no respondo.
Disfrute usted, señora Merkel. Y no haga demasiado caso a las escasas voces discordantes por su presencia en La Gomera. Como suele ocurrir casi siempre proceden de los que viven en Tenerife. Como yo.

Y un apéndice: Cuando ya tenía redactado y programado este post, me entero de que Merkel se había decantado por un vino blanco de las Bodegas Tajinaste. Pues tendremos que llevar a Agustín a los pateos. Mis más cordiales felicitaciones. Extensivas a los progenitores (Chila y Agustín senior). Por El Ratiño, La Perdoma y esos sitios, buena gente.

martes, 29 de marzo de 2016

Preocupado

Lo estoy, y mucho. Temo que me he sumado a la manada. ¿Cómo que temo? Me veo. La dependencia me puede. Soy de los que lo consultan unas ciento cincuenta veces al día. Tengo el síndrome de la llamada imaginaria. Mi falta de autocontrol me hace vivir conectado. El impulso automatiza el movimiento del brazo derecho –hasta que se me cansa y cambio al izquierdo– hacia el lóbulo auditivo del mismo lado. Y a la viceversa. Tanto que tengo la oreja echando leches. Vivo –qué digo, malvivo– adherido al apéndice. Soy hombre al smartphone pegado. Lo intento, pero es superior a mí. Me puede. Me subyuga.
Dicen los entendidos que la tecnología no posee componentes que por sí mismos puedan cambiar la conducta. Falso. Lo mío es peor que la nicotina. Debe ser mi personalidad o mi carácter. Vivo con él y para él. Duermo con él. Me despierto sobresaltado a las tantas –menos mal que con el cambio de hora tuve este pasado domingo sesenta minutos menos de sufrimiento– y revuelvo como un poseso cada rincón de la cama por si me ha abandonado. Estoy nomofóbico (No-Mobile-phone-Phobia) perdido. Siento pánico a estar sin el móvil. Es mi otro yo, mi confidente, mi asesor espiritual. Y por qué no manifestarlo: mi amante.
Mi falta de control se evidencia de manera alarmante. Hace unos días iba caminando con un amigo y lo llamé por teléfono. Al rato, dos subnormales transitaban por la zona de La Higuerita –más conocida como Avenida del Colesterol–, separados apenas por unos centímetros de aire, mientras se contaban por sendos artilugios qué es lo que pensaban hacer después de la caminata. Y en la parada de guaguas cercana a La Carajita, cuatro personas esperaban que pasara la de Icod. Un señor mayor, ignorantón perdido y anclado en la prehistoria de las comunicaciones, miraba extasiado la huerta de papas. Qué falta de respeto hacia los otros tres que movían los brazos en cierto estado de agitación mientras chillaban como descosidos en un trío chiripitifláutico de conversas.
He llegado a un punto que no domino mis impulsos. Siento miedo a que se me pierda. Me puede el mono. Y he alcanzado el estadio del zoológico. Me he subido al carro de los avances y necesito cada vez más chutes de adrenalina. Dependiente total. Mi mujer me escondió el aparato la semana pasada mientras comía. Y tuve un arrebato que demuestra hasta qué punto la locura se ha ido adueñando de la sustancia gris. Sonó el fijo y casi de manera automática agarré uno de los plátanos que había en la mesa y me lo llevé a la oreja. Y no contento con el instintivo movimiento, armé amena charla con el hipotético interlocutor. Cruz, pero maldito, se pudo escuchar.
Me he dedicado a investigar al respecto. Porque tenía entendido que estas adicciones afectaban más a los adolescentes. Y he venido observando en estos últimos meses que me han salido unas espinillas en la cara. Debe ser falta de autocontrol, me dije. Indagaré por si existen establecimientos hoteleros que dentro del todo incluido ofrezcan packs de desintoxicación digital.
Sí, estoy preocupado. Tantos años sin coger el vicio y la tentación me ha podido. He sucumbido a los encantos de la perdición. Transito por las sendas del pecado y me dirijo sin remisión por las rutas inalámbricas del electromagnetismo. He pasado a formar parte activa del mundo desarrollado. Me siento radiofrecuenciado y digitalizado. Que es el paso previo a la más peliaguda situación de idiotizado. Me temo que todo se andará.
Casi no acabo. Esto de mirar el teclado pero estando pendiente de la otra pantalla. En treinta y seis ocasiones he desviado mi atención. Y me trabuco todo. Para un menester, los dedos índice de cada mano. Para el otro, los pulgares. Tendré que volver a echar mano del laúd para que el resto no se anquilose. Y más vacaciones, terapia fundamental.
Te dejo que me están llamando. Hasta mañana.

lunes, 28 de marzo de 2016

Se acabó

Pues sí, finiquitó la Semana Santa. Con un despliegue fotográfico sin precedentes en las redes sociales. Nadie dejó el móvil en casa al menos en estos días en que los creyentes hablan de recogimiento, actos de contrición, amor fraterno y el propósito de enmienda. Dispararon los políticos, los cofrades y hasta el mismísimo cura. Todos se inmortalizaron.
Hubo, cómo no, alguna que otra polémica en torno a lucimientos. Tanto de cargos públicos como de supuestas celebridades. Porque hay mucho a ganar. Y no es cuestión que la oportunidad pase ante ti sin echar mano de los recursos que se te brindan.
Yo, que nací católico, apostólico y romano, que participé como todos los jóvenes de hace unas décadas en este tipo de actos religiosos, pero que el tiempo, las circunstancias y la adquisición de otros conocimientos o formación de nuevos juicios me han ido derivando hacia un ateísmo convicto y confeso, intento alejarme de todo tipo de fundamentalismo. Porque suelen ser los más recalcitrantes defensores de las prácticas religiosas los que ponen el acento sectario en las celebraciones de esta semana. Y no quieren entender que tanta libertad tiene él para participar activamente en procesiones y cultos, como los que abogamos por dejar estas presencias reducidas al ámbito privado de cada cual. No conozco caso alguno de conflicto porque un agnóstico ponga en tela de juicio el acto voluntario de su vecino para levantarse a las tantas a elevar oraciones a la imagen de turno. Pero es suficiente que alguien plantee la conveniencia de separar, por ejemplo, las acciones de gobierno de un Consistorio de estas otras que requieren un escenario más intimista, para que le salten a degüello por, supuestamente, invasión de reservas espirituales. Dando al traste, en tales prácticas, con las líneas teóricas que deben regir estos comportamientos.
Nos hemos acostumbrado a los espectáculos. Los unos y los otros. Y las competencias son malas, máxime cuando se establecen las comparaciones entre elementos bien dispares. Deberemos ir aprendiendo pues restan aún demasiadas coletillas atávicas. La tradición es losa de siglos. Pero también lo son los toros. Y la contestación va en aumento. Mi humilde consejo a los practicantes es que no sean tan extremistas. Dejen que haya gente que piense diferente.
Bastantes somos los que entendemos que el artículo 16 de la Constitución debe dar un paso en ese sentido. En el que, a pesar de la manifiesta aconfesionalidad, establece una clara relación de cooperación con la Iglesia Católica. Y es ese trato preferencial el que, a mi juicio, tergiversa aún más la necesaria separación de poderes (terrenal y divino). Porque tales espacios deben estar regulados en dos esferas. El que la propia Constitución señale expresamente que nadie podrá ser obligado a declarar su ideología, religión o creencias, demuestra que los asuntos de las interioridades deben quedarse en ese estadio.
Si yo volviera un día a ocupar un cargo en cualquier institución –ni Dios lo quiera; ¿ves?, ya empezamos–, reconozco que se me crearía un grave conflicto. Como se les ha venido encima incluso a los líderes de Podemos. A los que lo tenían muy claro hasta que llegó el Domingo de Ramos en Cádiz, por ejemplo.
La inmensa mayoría de las fiestas –la Semana Santa también lo es– son de carácter religioso. Y muchas de ellas se organizan y se dirigen desde los propios ayuntamientos. Con lo que la exhibición y las fotos del bien quedar son actos de obligado cumplimiento. A lo peor el resto del año no pisa la iglesia, no va a misa o no saluda al hermano por mor de una herencia. Pero esa procesión implica unos cuantos votos de los devotos. Y mezclamos feligresía con ciudadanía. Igual que cuando se imparten clases de religión (católica) en los centros públicos. O cuando trasladamos el Pendón en ceremonias cargadas de ritos que a lo peor hoy no tienen razón de ser. Al menos con esas ostentaciones públicas.
Dado que nos enfrascamos en peleas estériles, máxime cuando en este particular la objetividad brilla por su ausencia y las posturas se radicalizan hasta extremos de difícil conciliación, parece lógico que las formaciones políticas se definan en sus programas electorales y propongan las reformas constitucionales que fueran menester. Y no haciendo la guerra cada uno por su cuenta con iniciativas que desde las sesiones plenarias de los ayuntamientos bien poco aportan. Salvo los minutos de gloria, o de pasión, que las redes sociales ofrecen de manera tan efímera como baldía.
Estado laico ya. Y el que quiera ir a misa que vaya donde siempre, el que le encante ir la sermón de las siete palabras que lo siga haciendo. Y el que no, para La Gomera si tiene perras o a pedirle prestado el apartamento al amigote. O en una tienda de campaña. O al raso. Vamos, como ahora. Si no es tan difícil. Pero si hay curas que piensan como yo, ¿por qué hacemos una montaña con dos o tres granos?
Por cierto, y concluyo: ¿Pasa algo con el párroco de la Iglesia de Santiago (Realejo Alto)? Como intuyo que deban existir diferencias de criterios, ¿no es posible arreglar las desavenencias en otros foros? No, por nada, es que se acaba por soltar cada lindeza que bien poco ayuda a la resolución del conflicto. Acuérdense de la otra mejilla y todos esos pasajes. Así me fui borrando yo poco a poco. Lo que no capta mi razón, no me acaba de convencer. Y yo estuve engañado muchos años, lo confieso. Tampoco comprendo cómo me ponen a parir los que van por ahí dándose golpes en el pecho. ¿Eso no es pecado? ¿O a los soldados cruzados de Cristo Rey se les permiten ciertas licencias? Bien gusta a algunos un Dios vengador, espada en ristre, cortando cabezas a troche y moche.
Una sociedad laica no entraña supresión alguna de creencias religiosas. Que siguen siendo derechos de quienes libremente las asuman, pero no como un deber que pueda imponerse. Por ello la Constitución debe ya recoger esa disposición secularizada, tolerante. Si no corremos el peligro de persistir en visiones integristas de imposición de dogmas en obligaciones sociales. Es como si alguien tuviera acceso a este artículo y no se le ocurriera otro comentario que tildarme de blasfemo, sacrílego e irreverente. En suma, pecador.
Es mi parecer, oiga. Y que conste que toda la semana estuve en casa y no me fui de novelero. ¿Y tú?

viernes, 25 de marzo de 2016

Estilo

Leo con sumo interés la propuesta del grupo socialista en el ayuntamiento de Los Realejos, que plantea la aprobación de una guía por la que se rija el funcionamiento de la comunicación local y que garantice la pluralidad y el rigor que debería exigirse a toda información. Miguel Agustín García reprocha al grupo de gobierno (PP) el uso propagandístico que viene llevando a cabo con los medios pagados por todos, verbigracia, la radio municipal. No solo en sus emisiones, sino en el vehículo del blog. Se publicitan sin rubor hasta con las meras tareas de mantenimiento de los servicios más elementales.
Entienden necesario los socialistas el nombramiento de un comité, en el que tenga cabida el amplio abanico social, que siente las bases para dar cumplimiento al mandato constitucional de comunicar o recibir libremente información veraz. Sin proselitismos ni manejos espurios. Algo que es bien patente en la actualidad y de lo que adolece (tener o padecer un defecto) un medio de comunicación público, cuya finalidad no solo debe estar definida en sus estatutos, sino que fue paradigma en aquellos primeros años de andadura. Nos basta con echar una ojeada a los Boletines Informativos Municipales de la década de los noventa del pasado siglo. Yo he repasado unos cuantos. Se me antoja fundamental que otros realicen idéntico ejercicio. A un lado y al otro de la pecera.
Se lleva demasiado tiempo, según el portavoz socialista, con una clara y evidente utilización partidista. Por lo que se debe dar un giro hacia la transparencia, la pluralidad y la información rigurosa y contrastada. Así, continúa la reseña, ni la radio, ni la web, ni las notas institucionales, ni las redes sociales servirían de altavoz del partido gobernante, sino de la pluralidad del municipio, base clave de la democracia.
El PSOE plantea un análisis a fondo de la realidad actual de los medios públicos locales, de los perfiles en redes sociales y de la emisora de radio para comprobar su funcionamiento y buscar soluciones.
La iniciativa tiene su enjundia. No tanto por el contenido per se, cuanto por las posibles repercusiones. Porque hemos ido creando tantos precedentes que la normalidad se ha erigido en la excepción. Y me temo que este ejercicio de regularidad democrática vaya a ser interpretado por y con la retaguardia. Es más, estaría por apostar los 50 céntimos estipulados en que al 85,714285% de la plantilla que compone Radio Realejos no le hace falta que un manual le señale cuál es el camino por el que debe transcurrir la labor diaria de la emisora. Porque a ese alto porcentaje le guía el sentido común.
Cuando a principios de 2013 se firmó el convenio colectivo pudimos leer: “Estamos ante el inicio de una nueva etapa para Radio Realejos Norte y sus empleados, que se verá refrendada además a partir del próximo lunes, día 21 de enero, con el inicio de una renovada y ampliada programación desde este medio de comunicación local con más presencia en el exterior, programas especiales a pie de calle y siendo testigos directos y fieles del desarrollo de eventos a desarrollar en el municipio”. Y, asimismo: “La radio municipal supone además un medio abierto a la participación ciudadana al servicio no sólo de los realejeros, sino con carácter comarcal, dando cabida a la actualidad política, social, histórica y cultural de todo el Norte de Tenerife”.
Las buenas intenciones, no obstante, han quedado relegadas al baúl de los recuerdos. Los dos cargos políticos responsables que deberían velar por la correcta actividad radiofónica ni están ni se les espera. El presidente del Consejo de Administración no tiene tiempo para nimiedades tales y mientras le doren la píldora, miel sobre hojuelas. El concejal-delegado, que lo es igualmente de Playas y Deportes, bastante sacrificado se encuentra con repartir metopas y que las tablas no lo cojan. Ay, los vaivenes. Cámbiame.
¿Hay un seguimiento de la programación o alguno se levanta y utiliza el manido recurso del teléfono para que las de siempre, o no, le salven los muebles con una muy sui géneris mezcla de lo divino y lo humano? Eso, sálvame.
Los manuales de estilo están todos inventados. Basta copiar y pegar. Y en el ayuntamiento existen especialistas para tales menesteres. Que cobran por caracteres. Y por la jeta. Lo que se requiere es voluntad política, convencimiento democrático y profesionalidad para no tener que recurrir a ellos. Mientras el 14,285715% no esté por la labor y el equipo de gobierno ría, consienta y contemple cómo mueren las olas en las finas arenas de la playa, me temo que va a ser que no. La arrogancia, una vez más, se mostrará en una respuesta que ya veo venir: Estamos en ello. O lo que podría ser más llamativo: Ya existe.
Nunca compartí que un maestro de la escuela pública tuviera sus hijos matriculados en un colegio privado. Porque no se pueden defender dos ópticas tan dispares desde la misma posición. Ser una cosa y la contraria es harto complicado. ¿Te pongo un ejemplo?
Como el Partido Popular aboga por las excelencias de las privatizaciones (va en camino la Casa del Emprendedor para su chiringuito de amigos, perdón, vivero de empresas) puede vender la emisora a la Conferencia Episcopal. Quedaría en buenas y santas manos. Y les serían perdonados todos los pecados. De acción y de omisión. Y con bula para seguir comiendo carne. Hasta para hincharse.
He hablado en estas últimas semanas con dos excelentes periodistas que iniciaron sus andanzas en la radio pública de mi pueblo. Y me confesaron idéntico hartazgo. Es una pena que puedan cargarse un magnífico legado. Una pena que la profesión esté como esté y no se pueda alzar demasiado la voz. Demasiadas rebajas y por esa puertita se va…
No pretendo que Manolo me entienda. Ni siquiera Adolfo (así en petit comité y ahora que nadie nos ve, ¿es acaso una novedad el asunto o lo sabemos de ha muchísimo?). Les puede la obcecación. Y van a consentir que se produzca la enésima agresión. A varios destinatarios. En el Puerto, pero también en El Realejo. Se carcajearán a mandíbula batiente con mi dinero y con el de los cuatro –y las cuatro– fundamentalistas. Aquellos, y aquellas, cuya opinión es palabra de Dios. Así sea. Los que mandan. A pesar de cambios de dirección. Y veletas de nombre y apellidos.
Manuales sobran. Pero faltan estilos. Yo no pido la voz y la palabra, como Blas de Otero. Me basta con la escritura. Sin el más mínimo exabrupto. Con argumentos. Que se rebatirán con la soez técnica del insulto. Porque cuando no se da más de sí, se da más de no. Será después de Semana Santa en que se puede volver a pecar. El capítulo de los proscritos va en aumento. Y su melodía in crecendo. Me erijo en portavoz de todos los que hemos sido puestos a caldo de gallina. Mas no ofende quien quiere…
Enhorabuena al grupo socialista por esa moción. O como se llame. Postura valiente, justa y necesaria. Para sanear el ambiente. Aunque está abocada al fracaso. Seis votos. Hay un séptimo que está en veremos. ¿Sorpréndeme? Pero los catorce en contra serán aplaudidos a rabiar con algunas orejas. Pesarán como una losa sobre algunas conciencias, pero la obediencia ciega, un buen sueldo y el miedo pondrán el debido contrapunto. Prepárense para la pascua.

jueves, 24 de marzo de 2016

Fuerte cruz

O fuerte calvario. Que en fechas estamos. De celebrarse elecciones en junio, habremos malgastado mucho más que meses. Mucho más que tiempo. Podría ocurrir que un selecto grupo de operarios haya disfrutado de unos diez meses de vacaciones en el último año. Para que luego se nos llene la boca con ataques desaforados a las que disponen los docentes. Y la movida ascenderá a un buen fajo de billetes de quinientos euros, sin que ninguno de los agraciados haya dado un paso para manifestar que lo devuelve integro por no haber hecho méritos para tal dispendio. Pero siempre que algún osado (somos tan pocos que cabemos en una carretilla) eleve la voz para denunciar estas pérdidas de capital, será tachado, ipso facto, de demagogo y añadido al capítulo de crucificados. Como contrapartida, ellos, los elegidos, los privilegiados, sí se hallan en condiciones de exigir mejores consignaciones en el enésimo ejercicio de cinismo.
Jubilado y cobrando una pensión con la que vivo de una manera más o menos desahogada, debería formar parte del conjunto de los conformistas y apuntarme a la cantinela de que hay bastantes más fastidiados que yo. Pero no, la naturaleza no me ha hecho así. Y hay momentos en los que uno explota. Con educación, eso sí. Como me ocurrió hace casi cuatro años con un artículo en este mismo blog y que las casualidades de la vida me hizo releer hace un rato: http://pepilloyjuanillo.blogspot.com/2012/10/ya-esta-bien-machangos.html.
Ahora que se cuestiona la supresión de tareas y se exige la apertura de los colegios durante los periodos de vacaciones (o los periodistas no saben lo que escriben o los padres no deben serlo), se me antoja primordial que mandemos a todos los medios (y mucho más a los cuartos) de comunicación a freír chuchangas y nos sentemos a dialogar con un fisco de fundamento. Porque estamos haciendo el machango cada tres por dos. Agravado el particular con lo de no dar el brazo a torcer y tener todos la razón y la verdad absolutas.
Esta mañana (redacto estas líneas en la tarde del miércoles) me desayuné con una entrevista a doña Rosa Elena Dávila Mamely, consejera de Hacienda del gobierno canario. En la tele de mis amores. La que compensa las pérdidas de Willy con una babosería digna de salir todo pringado. Se dan tanta coba que tienen todos los estudios manchados de vaselina. Un día de estos se van a pegar tan fuerte leñazo Kiko y Victorio que me van a aparecer en el plato de la sopa.
Esta joven vino al mundo en 1970. Es diplomada en Ciencias Económicas y Empresariales. Y nació de pie. Ya en 1995 era concejal del ayuntamiento santacrucero. Para que luego ande por ahí alegando la gente que los jóvenes no encuentran trabajo. En 1999 fue ascendida a la Dirección del Instituto Canario de la Mujer. No alcanzaba la treintena ni le había dado tiempo para concluir la licenciatura, pero sus dotes empresariales, amén de las económicas, saltaban a la vista. En 2003, nuevo brinco. Esta vez a la Dirección General de Transportes. Donde circuló, navegó y voló hasta este pasado año (2015) en que fue premiada en el sorteo extraordinario de verano con nada menos que la Consejería de más peso del Ejecutivo autonómico y ya mencionada en el párrafo anterior.
Y esta señora, nueva a todas luces según se desprende de una simple visual a los vericuetos de la Internet, que desconoce cómo camina la perrita por los senderos isleños de Coalición Canaria, que postrada a los pies de Clavijo ha renegado de sus pretéritas andanzas durante dos bien surtidas décadas, arremete contra el sistema de financiación y nos deleita con unas pérdidas cuantificadas en más de 500 millones de euros. Una minucia, vamos. Calderilla que se iba acumulando en las cloacas madrileñas, sin que los Rivero, Zerolo, Oramas y resto del gremio (ella también) dijeran mu. Como si CC acabara de salir del paritorio. Como si no fuera partícipe de los desaguisados habidos en todos los bailes de salón que se concitan en ambas capitales.
Con ese montante hubiéramos dotado hospitales, colegios y bla, bla, bla. A lo mejor en alguno de esos bla pudiera caber la flota de coches policiales en Santa Cruz. Alquilaron cinco en la Península (nacionalistas de amplias miras) y tres vinieron averiados. Hacen un concurso de bobos y premian hasta los miembros del jurado. No obstante, hay que demostrar cogote ahora que en la capital del reino no pintamos un carajo. Que nos quede el orgullo canario. Curritos que somos. Mientras, el BOC se inunda día a día con anuncios para cubrir puestos de libre designación. Pero este particular es, otra vez, pura demagogia. Porque esos enchufes son imprescindibles para sostener la calefacción. Que falten maestros, sanitarios, medios materiales… triquiñuelas. Despilfarros en gestiones radiotelevisivas, en guanchanchas y otros concursos de arrastre… hay que potenciar lo autóctono.
Lo mismo me alongo mañana. Son días en los que nadie lee porque está recogido, pero igual me atrevo. En mi pueblo ocurren cosas que merece la pena contar. Como una propuesta muy interesante del grupo socialista acerca de la comunicación en la emisora municipal. Pero que yo entiendo no es cuestión de manual, aunque sí, y mucho, de estilo. Tanto que es primicia informativa el que pinten un edificio con menos de dos mil euros y dé leche la susodicha para ensalzar la labor de tres concejales. No haberle dado una brocha a cada uno. O una.

miércoles, 23 de marzo de 2016

Discrepancias

Miércoles. ¿Santo? Santo es un buen amigo icolaltero con el que compartimos avatares en un pasado en el que algo aportamos para sacar del ostracismo a la marginada zona que se alonga al valle por el cuartel de El Lance. Solo los más viejos del lugar recordamos lo que fue aquello de Comarca de Acción Especial. Mis saludos más cordiales. Su hija Mary se los hará llegar, seguro. También en nombre de Santiago Luis.
Estuve el fin de semana
agripado e indispuesto,
y el encontrarme molesto
me provocó gran desgana.
Aunque la mente se afana
en correr tupido velo,
se queda en el simple anhelo
porque el cuerpo no responde,
y a nadie se le esconde
que nos pesa lo de abuelo.
Otro día de sentimientos encontrados. Porque no se acostumbra uno a estos mazazos provocados por fundamentalismos que hunden sus raíces, casi siempre, en creencias religiosas de muy dudosas convicciones. Aquí cada cual arrima el ascua a su sardina y se inventa unos dioses que son capaces de justificar las más salvajes de las barbaries. Estos iconos crueles, malvados y tenebrosos que luchan a brazo partido para salvaguardar el orden divino a costa de cargarse este planeta. Como mis evidencias me hacen sospechar que en el más allá poco vamos a encontrar, que me concedan estos ‘salvaparaísos’ el beneficio de poder disfrutar los días que me quedan en este rincón del espacio. Bastante tenemos ya con fenómenos naturales producidos por los desastres medioambientales como para añadir unos gramos de insensateces acogidas bajo el paraguas de dogmas y credos.
Inundaremos este generoso invento de la Internet con mensajes de condolencia, elaboraremos carteles con sugerentes Je suis Bruselas, surgirán recados intimidatorios con lemas de ni una más, solidaridad, todo mi apoyo, los otros cruzados dispararán sus lenguas viperinas y se arrogarán el derecho a la contraofensiva y, en un rato, ahogaremos en el fútbol… Nous sommes une merde.
La libertad de expresión
no es derecho ilimitado,
pues siempre está el deslenguado
proclamando la excepción.
Le provoca subidón
insultos a troche y moche,
y en las sombras de la noche,
junto a otras sabandijas,
se cuela por las rendijas
cual avezado alimoche.
¿Discrepancias? Pocas. La mayoría así lo piensa. Pero escasos son los que dejan huella. Y yo lo escribo para que haya constancia y el día de mañana me lo eches en cara.
¿Discrepancias? ¿En Podemos? Son meros problemas organizativos. A pesar de las gotitas de osadía, los pellizcos de prepotencia y los gramos de arrogancia de su jefe supremo, del asambleario.
En este juego de tronos
ya destaca en los retablos
la pandilla de los Pablos
a modo de emoticonos.
Cuán veloz compraron bonos
los que fueron anticasta,
o ya les puede la pasta
o del círculo salieron,
qué rapidito aprendieron
a jugar en la subasta.
Y siguen cobrando por no trabajar. Y se asignan, además, generosas vacaciones con todos los gastos pagos, transportes incluidos.
Qué bueno estar en funciones
sin que a nadie rinda cuenta,
un impasse que bien me renta
y alimenta de “narices”.
Qué me importan las cuestiones
del cargo que ahora ostento;
si puedo vivir del cuento,
alarguemos esa gloria
que muy corta es la memoria
y liviana como el viento.
Seguimos recogidos. Sí, no creas que siempre estuve sujeto a este ateísmo galopante. Cuando menudo tuve que rezar en varios años seguidos los cien credos que me exigía la costumbre por el Jueves Santo. Creo que fue mi madre la que me inició en ese camino de la pasión y el sufrimiento.
Como no sé si mañana es festivo, puede que me dé un salto.

martes, 22 de marzo de 2016

No por mucho madrugar...

Leí hace unos días unas reseñas de una información de la década de los cincuenta del pasado siglo en la que el ayuntamiento de aquel entonces (ya se había llevado a cabo la fusión de Realejo Bajo y Realejo Alto) mostraba su alegría por la pronta recuperación de la casa natal de Viera y Clavijo, merced a unas gestiones del alcalde en la capital de España. Los resultados, sesenta años después, saltan a la vista.
Ello me condujo a los ejemplares que tengo guardados del Boletín Informativo Municipal de Los Realejos. De su número 5, noviembre de 1990, las cuatro notas que inserto escaneadas en este post de hoy. Frecuente es que los consistorios vendan las pieles antes de que el desgraciado animal ponga las patas donde no debe. Se trasladan a los ciudadanos proyectos que suelen quedarse en eso: proyectos. Los avatares políticos juegan mucho a favor de los contratiempos a la hora de recibir subvenciones. Restauramos, regeneramos, construimos zonas industriales…
Lo mismo cuando un servidor haya pasado al otro barrio y este blog ya no forme parte de la memoria de los incondicionales, dentro de otras seis décadas, por ejemplo, si alguno echa otra visual a estos cuatro recortes lo mismo exclama que todo sigue igual. Y es que no por mucho madrugar amanece más temprano, a pesar de que al que madruga, eso dicen, alguien le ayuda. Yo me levanté una vez de madrugada y lo encontré todo cerrado. Me volví a la cama.
Bueno, sigan ustedes leyendo. ¡Ah!, y hasta mañana.

lunes, 21 de marzo de 2016

Jugando a ser maestro

Esta serie frecuente de contactos nos va a permitir, creo yo, llevar a buen puerto estas frágiles barquichuelas que hemos botado a la aventura de la vida. Lo que me extraña enormemente –ya lo dije el otro día a los alumnos– es que a estas reuniones vengan solamente las madres. Parece ser síntoma general el que los temas de la escuela sea asunto de mujeres, para las madres. Mientras, los padres tienen suficiente –y muy cansado es– con ir a trabajar y traer el dinero a casa. Y es que esta sociedad tiene tan asumidos los cánones machistas que difícil será romperlos. Probablemente no se percatan de que en este problema de la educación –que no enseñanza– estamos embarcados todos, y si el navío se va a pique nos ahogaremos conjuntamente.
El maestro, indudablemente, también forma parte de la tripulación, pero sí que habrá que dejar claro que no le corresponde a él toda la tarta a la hora del reparto de responsabilidades. El chico permanece en este recinto cinco horas, lo que debe implicar, si las matemáticas no fallan, que diecinueve de las veinticuatro horas del día está en casa bajo otra tutela.
La vida es complicada. Estamos atravesando una grave crisis no solo de índole económica –que ya de por sí entraña enormes dificultades– sino, lo que es mucho más delicado, un conflicto de valores que muchas veces nos hace olvidar, o apartar, nuestro verdadero rol. Sin embargo, a pesar de ello, nuestra tendencia como progenitores es procurar darles todo hecho a nuestros hijos, proporcionarles las cosas en bandeja. Y no de plata, de oro a ser posible. Y todo ello influenciado por aquello de que nosotros no lo tuvimos y, por lo tanto, les ofrecemos villas y castillos (que a lo peor ni siquiera tenemos). Y ese aparente loable intento no es precisamente una buena ayuda para el crío. Piénsese que el chaval, buen psicólogo donde los haya –como todos los menudos– se aprovechará de tal circunstancia. Ellos nos cogen los fallos antes de lo que nosotros pensamos. Y de eso algo sabremos los maestros.
Estas excesivas preocupaciones por el niño van a ir en su perjuicio, y no en su beneficio. Esta no va a ser la manera más adecuada para prepararlo y que cuando tenga que alejarse de las faldas de la madre o del apego del maestro –no digo de los calzones del padre porque ningún gallo agasaja pollos, que nos recitaba la abuela– sepa desenvolverse en la vida; en esta vida que tantas veces nos trata con suma crueldad.
No vayan a pensar ustedes que pueda estarles dando una lección de moral, de ética o de buenas costumbres; tampoco les estoy indicando cómo o cómo no deben hacerlo. Pongo sobre el tapete, simplemente, una cuestión que bajo mi óptica estamos encauzando mal. Educar supone hacer ver la realidad que tiene ahí delante  que no es siempre un camino de rosas…
Todos no pueden ser sobresalientes. Al igual que en los coches, unos de gasoil y otros de gasolina, en este terreno existen diferencias asimismo. A unos les cuesta más arrancar, pero de lo que se trata es que una vez en el camino todos puedan llegar a la meta.  La alcanzarán antes los coches de marca, pero dejemos abierta la opción de que los utilitarios puedan también hacerlo. Lo verdaderamente importante es que se vaya a la escuela sabiendo qué es lo que allí va a encontrar, qué es lo que debe poner de su parte y qué es lo que se solicita del él.
Cuando el niño salga de clase y retorne a su hogar, o cuando esté jugando en la calle, o se halle de visita con mamá en casa de unos familiares o en cualquier otra oportunidad debe ser buen momento para continuar la labor que se realiza en clase. O entendemos la educación como un todo continuado o mejor será dedicarnos a otra cosa. Si entienden mi labor como la de una guardería, con esta conversación no estamos logrando nada positivo. Ahora, si entienden que ustedes y yo hemos de formar personas y no máquinas, nos queda mucho trayecto por recorrer. Y en ese camino estamos todos. Para que cuando lo llano se acabe, cuando la mano amiga no esté allí a su lado, sepa valerse por sí mismo, sepa salvar los obstáculos…
El niño vive por y para el juego. ¿Quiénes somos nosotros para romper tales esquemas? No se trata de que el niño deje de jugar para que pueda aprender. Tratemos de que pueda aprender mientras siga jugando. Canalicemos sus juegos y hagamos que adquieran vivencias y habilidades.
La importancia que le doy al paseo escolar es capital. Más de un padre habrá pensado, sin embargo, que es solo una novelería del maestro para escaquearse y pasar el día más rápido no dando matemáticas y lenguaje.
Ojalá pudiésemos disponer de un pequeño huerto en el que cultivar lo que se nos antoje y poder salir más a menudo de la cárcel que supone las cuatro paredes de siempre. ¿No lo dicen ustedes a sus maridos cuando quieren que las lleven a dar una vuelta los domingos por encontrarse hasta las narices de la comida, la ropa sucia y, en suma, los mil quehaceres de una casa?
Unos días de malestar generalizado me han hecho recordar. El 23 de abril de 1993 se presentó el primero de la colección: Jugando a ser maestro. Y es que uno ha tenido la inmensa fortuna de haber jugado durante casi toda la vida. Y el placer infinito de haber podido contarlo. Aunque surgirán achaques por las enfermedades del alma…naque, intentaremos seguir en la brecha. Mal que le pese a algunos. Son los escasos con los que los maestros, los de toda la vida, nos sentimos defraudados. Menos mal que nuestro pesar no adquiere tintes dramáticos. Y no nos vamos a lanzar por El Penitente.

viernes, 18 de marzo de 2016

Guau

a) Onomatopeya para representar los ladridos de los canes. Porque son por lo menos cuatro: dóberman, bulldog, rottweiler y un último que es mezcla rara entre pit bull y perrito caliente.
b) Ladran, amigo Sancho, luego cabalgamos. Pues no, es una frase apócrifa. Parece ser que su autor fue Goethe. Nach Freuden und Geschäften; Doch immer kläfft es hinterher Und bellt aus allen Kräften. So will der Spitz aus unserm Stall Uns immerfort begleiten, Und seines Bellens lauter Schall Beweist nur, daß wir reiten. A saber: En busca de fortuna y de placeres. Mas siempre atrás nos ladran. Ladran con fuerza… Quisieran los perros del potrero por siempre acompañarnos. Pero sus estridentes ladridos solo son señal de que cabalgamos.
c) La comprensión lectora es la capacidad de entender lo que se lee, tanto en referencia al significado de las palabras que forman un texto, como con respecto a la comprensión global en un escrito. Es una tarea cognitiva que entraña gran complejidad. Coherencia, conectividad y cohesión.
d) Diccionarioooo: En él a mirar te invito, porque el verbo comprender  es más que saber leer, y aunque difícil se antoja, aun con neurona coja, un milagro puede haber.
e) Yo tengo razón, tú estás equivocado. Con el tiempo acumulamos opiniones, creencias, que pasan a conformar lo que llamamos identidad construida o ego. Si alguien agrede esas posesiones mentales, en realidad es como si lanzara un ataque personal, porque confundimos pensamiento e identidad. No parece sensato confundir lo que somos con lo que pensamos, pero esto no lo tienen tan claro quienes se aferran a sus creencias con desesperación.
f) Cuando una creencia nos domina, llegamos a pensar que todo el mundo piensa, o debería pensar, lo mismo. Pero hay opiniones para todos los gustos, la diversidad construye el mundo, y aunque parezca extraño, hay personas que creen cosas muy diferentes a las que nos parecen normales.
g) Cameron en Arrieta (Haría-Lanzarote. Merkel en El Tecina (San Sebastián-La Gomera). Y yo estoy pensando quedarme en casa. Desde la azotea escucharé las notas de las procesiones que atraviesan Godínez. Lo mismo me (re)convierto. Oye, que cuando era joven acudí varias veces a esas manifestaciones religiosas. Luego se me cayeron las orejeras. Pecados de juventud.
h) Por entre unas matas, seguido de perros… Los que por cuestiones de poco momento, dejan lo que importa, llévense este ejemplo.
i) Una gran repercusión tuvo un reciente suceso, pues cogieron a un sabueso que se jacta de matón.
j) A quien no ve su joroba, mas gusta que le den coba, me atrevo a darle un consejo: Pon ante ti un buen espejo y no seas…
y k) Concluyo el último post semanal, salvo que surja cualquier imprevisto, con tres fotografías para ir actualizando el archivo. Las dos primeras (años 1962 y 1966, respectivamente), de cuando me dieron la oportunidad de acudir a dos campamentos de la OJE: La Gomera y Zaragoza. En el año citado en primer lugar, bajaba aceite para los motores de la elevación de aguas en Gordejuela (me pagaban 150 pesetas) y a un grupo de chicos del barrio nos brindaron la posibilidad de irnos para El Cedro. Cuatro años después, me hallaba regando en la finca de La Gorvorana y vino mi padre con don Rodrigo y me dijeron: ¿Quieres ir a un campamento en Zaragoza? ¿Dónde suelto la guataca?, fue mi respuesta. No, el bobo. La última, de finales de 1973, en Hoya Fría. Un grupo de alféreces de complemento. Franco seguía vivo. Y tanto que para ejercer como maestro hubo que cumplir con ciertos requisitos. Como otro campamento, por ejemplo, en La Esperanza. Y la segunda parte en el Colegio Mayor San Agustín. Como estaba mucho más flaco, no se destacan sino orejas y nariz. Señales inequívocas de la gente inteligente. Eso leí una vez. Y lo comprendí.
Mucho de lo anterior es copiado. No importa. La complicidad vale tanto como cualquier tesoro. A los que comparten mis opiniones, mil gracias. A los que no, un millón de ellas. Sigan leyendo. A lo mejor un buen día…

jueves, 17 de marzo de 2016

Desatinos

Con este mismo título pensaba dedicar unos párrafos al ordeno y mando de Pablo Iglesias. Ni plataformas, ni mareas, ni asambleas, ni corrientes, ni facciones. El que se mueva, sentenciado. Por mis atribuciones. Manda eso. Viva la democracia interna, los reglamentos, los estatutos y todas las críticas al poder establecido. Han aprendido con una rapidez asombrosa. Y ya está, ellos solos se van retratando.
Me imagino que tú también habrás tenido la oportunidad de echar una visual a unos carteles o anuncios que circulan por Internet con tal carga de faltas de ortografía que uno piensa que es casi imposible dar tantas patadas al diccionario en tan poco espacio. Pero lo es. Y aquí entramos en la disquisición de si la importancia del mensaje radica en el fondo o en la forma. Porque el que cuelga un pedazo de cartón en la puerta de cualquier cuartucho en medio de cultivos de viña y expresa que “Ce bende bino”, a buen seguro que lo que la parra da sale en garrafas y garrafones antes que se corra la tinta del sugerente reclamo. O aquel otro que puso en la pizarra de su guachinche: “Gisantes y gambas”. A lo que el enterado le señaló que pusiera la u, sin más explicaciones. Y vaya que si la colocó. Por partida doble. Cuando salió de echarse algo, se percató de que ya estaba corregido: “Guisantes y guambas”.
Un borrón lo comete el mejor escribano. Aunque en la actualidad existen múltiples posibilidades de evitarlo. Y no es que sean siempre las confusiones ortográficas las causantes de las sorpresas. Que llaman poderosamente la atención cuando se trata de medios de comunicación impresos. Para los que se requiere mayor grado de concentración que el que dedicamos a otros sistemas en los que prima, parece, la brevedad y el alimentarse de cuantos más caracteres mejor. Que nos comemos las letras, en román paladino.
Ayer leía el contenido de una entrevista (Diario de Avisos) que le hicieron a un dirigente del PP. De la misma, va esta oración: …admite que esta organización “tiene una loza muy pesada encima” por la serie de causas judiciales y que se trata de “un momento difícil para el partido”. El entrecomillado no es invento mío. Lo juro. Ignoro si el cuestionario se le pasó previamente al mandatario o  el interrogatorio se llevó a cabo en vivo y en directo. Deduzco que el periodista quiso poner el acento en las dos frases remarcadas. A no ser, reitero, que ya viniesen contestadas desde la organización popular. Ños, ya me descubriste.
Me quedé toda la tarde pensando a qué tipo de loza harían referencia. Podría ser buen tema para las fallas valencianas: una taza del váter encima de la cabeza de Rajoy. O toda una vajilla (sin dobles) en la de Soraya. Porque lo de “pesa como una losa” es otra cosa bien diferente.
Entiendo que estará debidamente documentada la fecha del 26 de septiembre de 1519, cuando cinco naos capitaneadas por Fernando de Magallanes (Juan Sebastián Elcano, miembro asimismo de la expedición, sería el que culminaría la gesta náutica de mayor calado jamás llevada a cabo) fondearon en la bahía de El Médano. Por ello se programa una serie de actividades que se enmarcan en el acto del V Centenario de la primera circunnavegación al globo terráqueo.
Pero he aquí que el titular destacado de cierto digital es del tenor literal siguiente: “Granadilla de Abona conmemora el 50 aniversario de la primera vuelta al mundo por Magallanes y Elcano”. No debió tener buena noche el periodista autor de la información periodística. De ser así, éramos muchos los ya nacidos cuando los marineros disfrutaron de las brisas de aquellos contornos. Luego decimos que un cero no tiene valor. 50 y 500 no es lo mismo.
Se lució la televisión portorriqueña. El VII Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE) se ha inaugurado este martes 15 de marzo en Puerto Rico con la intervención del Rey Felipe VI, quien durante su discurso ha sido rotulado en las imágenes ofrecidas por la organización con una errata: 'su Magestad'. Parece que eligieron el marco adecuado. O lo mismo se limitaron a seguir las directrices del gran Gabo.
Hasta mañana.

miércoles, 16 de marzo de 2016

Vamos a pescar

Entre la ración informativa diaria es de obligado cumplimiento el echar una ojeada a los digitales gomeros. En los que observo últimamente el desaforado mitin fotográfico de Curbelo. Tanto que ya le encuentro relación con alguien que me queda más cerca. Cada vez que se reaviva cualquier asunto turbio en el que se le involucra (pongamos de ejemplo el denominado Caso Telaraña, en el que se investiga su participación en una supuesta trama para especular con la reclasificación urbanística de diversas parcelas, así como de un supuesto incremento patrimonial injustificado), surgen iniciativas a porrillo. Los tres diputados obtenidos merced al  controvertido sistema electoral canario juegan a escenificar lo que durante décadas debió ser el cometido normal de quien cobra de las arcas públicas. Ejercicio que Casimiro conoce a la perfección en infinidad de etapas. Desde el gandulismo más absoluto hasta la presencia empalagosa en cuanto micrófono se le ponga a su alcance.
Ayer me llamó la atención un artículo de opinión de la diputada autonómica socialista (del PSOE, porque como ahora todos lo son y no tengo en mi poder la prueba genética, concédanme el beneficio de la aclaración), Ventura del Carmen Rodríguez Herrera, quien tras un exordio bucólico a la hora del cortado en el Puerto de Vueltas, nos cuenta la iniciativa parlamentaria defendida por su compañera Rosa Bella Cabrera, de Fuerteventura, por la que se pretende echar un cable a los pescadores permitiéndoles que a sus faenas lleven turistas en sus embarcaciones. Con lo que se ayudaría a una economía en horas bajas, al tiempo que los foráneos conocerían de primera mano las labores marineras.
Luego, en otro apartado del mismo medio, la también diputada, pero del grupo de Casimiro, Melodie Mendoza, declara que debido a la crisis que atraviesa el sector se deben buscar e impulsar alternativas, no solo para mantener la actividad pesquera, sino, y es lo más importante, mejorar la economía de los sufridos hombres de la mar.
Transcribo uno de los párrafos de la representante de ASG:
“Es deber del Gobierno favorecer el desarrollo y la diversificación de la pesca artesanal mediante una regulación que ampare, por ejemplo, que los turistas puedan acompañar a nuestros pescadores mientras estos realizan su faena, o que se impulse un turismo pesquero, para que sean los propios turistas los que utilicen los barcos de pesca y compartan la tarea con nuestros pescadores”.
Y se extiende en más consideraciones para, al final, justificar el apoyo a la proposición. Pero despacha este particular en apenas una línea, lo que me hace sospechar que casi el PSOE se queda con la miel en la boca pues en un tris le birlan la idea.
Me asaltan varias dudas. ¿Puedo yo en mi coche transportar a unos alemanes a Las Cañadas a cambio de un precio razonable? ¿Están las lanchas preparadas para darle un garbeo a los que apoquinen unos billetes? ¿Constan de los debidos elementos de seguridad como para delegar funciones en manos inexpertas? ¿No pondrán el grito en La Fortaleza las empresas Tina Excursiones, Speedy Adventura, Océano Gomera, Excursiones Yani y Amazonia (por citar solamente las que incluye el sitio oficial del ayuntamiento chalanguero), ante la competencia desleal? ¿No le saldrá más caro a los ya empobrecidos pescadores (la propia exposición de motivos así lo considera) adecuar sus embarcaciones con los elementos necesarios para acometer estos nuevos servicios? Y un sinfín de ellas más.
Creo que les ha podido el sentimentalismo idílico de un cuadro que impresiona las retinas, pero que en la práctica es de difícil, por no decir imposible, encaje. Pretenden vestir un santo par desnudar a otro. Fájense todos en la misión de implantar de nuevo el tráfico marítimo interior y déjense de machangadas. Si quieren, podrían cambiar los itinerarios para que el regreso de Gran Rey fuese por el norte hasta la Villa. Con lo que se tendría la posibilidad de echar una visual a Los Órganos.
Claro, si esta es la actividad del Parlamento, nada me extrañaría que el presidente del Cabildo pretendiera conducir el helicóptero contraincendios, reconvertido (bien les gusta una chapuza) en ambulancia aérea para casos de emergencia. Cuando media isla lo sigue culpando de los errores cometidos en la gestión (me dirá que son los técnicos) del tristemente famoso incendio último (aunque luego lo votan en masa porque la red clientelar es más espesa que el tafor), de lo que se trata es de acaparar. Las infraestructuras muertas de risa (primero se hacen y más tarde se planifica por si valen para algo), cuyos montantes económicos bien hubiese servido para causas de más nobles portes, que se caigan o derriben. Volveremos a llorar por lo abandonados que nos tienen.
Otra palmera que pegará el estampido. Varios ejemplares del parque anexo ya han bajado a barrer. Queda menos.

martes, 15 de marzo de 2016

De aquellos polvos...

Tuve un fin de semana bastante ocupado y cuando retomo la manía de informarme de lo que acontece por esos mundos, me entero de que vuelve a haber movida en torno al puerto del Puerto. Ese que unos cuantos indocumentados se empeñan en que sea capaz de soportar el atraque de cruceros de muchos pisos, infinitos turistas con la pasta cayéndosele de los bolsillos y tantos metros de eslora que la popa se halle a la altura de la que fue playa de Julián, en Punta Brava, y la proa en la linde con la Villa, allá por El Bollullo. Acomodo orientativo, claro está, porque dependemos de mareas, corrientes y estado de la mar. Y de los exabruptos de los organismos patógenos.
Lo malo es que las instituciones, y los políticos que las rigen, no se han destacado por su buen hacer en este ya demasiado largo proceso. Entiendo, por ello, que la gente esté cansada, harta. Y crea que la tardanza supone un desagravio. Se aprovecha la ocasión para mezclar en el cóctel explosivo cuantos más ingredientes mejor. Como en todos los ríos revueltos, siempre estará el espabilado de turno para intentar obtener toda la rentabilidad posible.
La presencia de Carlos Alonso en el Consistorio portuense fue momento propicio para los instigadores. Leí que la concentración en El Penitente fue debidamente orquestada por (in)determinado medio, o cuarto, de comunicación. Como siempre, añado. Y mis informadores, que los tengo, me habían advertido la pasada semana que desde un emisora de radio pública se dedicaron a echarle sal al asunto para que estuviera bien sazonado.
Como es conocido, el gobierno de Puerto de la Cruz lo conforma el pacto PP-CC. Los ediles de Coalición Canaria, o suspendidos de militancia, ya sufren de lo lindo por el mero hecho de tener que cobrar cada fin de mes. Los populares nadan al ritmo que marca su entrenador realejero. Y se dejan ir con las olas. Vamos, que pintan menos que la Ciciolina en el Concilio de Trento.
Ayer en su blog, el amigo Salvador García se lamentaba porque, ese era el título de su comentario, “los portuenses no somos así”. Frase que no es la primera vez que utiliza. Y que, así lo creo, condensa el parecer y la manera de actuar de la inmensa mayoría de la población de la ciudad. Gente noble, respetuosa y que recurre al diálogo para salvar diferencias. Como debe ser la seña de un pueblo ilustrado.
Hay que contar, no obstante, que siempre estará el reducido grupo de energúmenos que invita a la escandalera, cuando no a otras acciones merecedoras de la mayor de las repulsas. Y en este triste y lamentable espectáculo existe un responsable con alta cuota de culpabilidad: un paisano que duerme a la sombra de Tigaiga, defensor a ultranza de Puerto de la Cruz, que ningunea a Lope Afonso hasta el punto de dejarlo en el más espantoso de los ridículos. Y consintiendo, además, que desde la muy noble e histórica Villa de Viera se viertan, y se consientan, soflamas que soliviantan al personal. Apliquemos la Ley del Talión y que no quede títere con cabeza.
Los culpables del ostracismo y del estado lamentable en que se halla Puerto de la Cruz en estos momentos no hay que buscarlos en Santa Cruz. Lugar en el que convergen iras, lamentos y desazones. No, los autores del drama se refugian en cómodos sillones de elegantes despachos en los aledaños de la Plaza de Europa. Que preocupados por conservarlos se amparan, cuando no protegen, a los cuatro radicales que abanderan el odio y el resentimiento.
Bien haría el alcalde portuense en ponerse en su sitio. Y hacer lo propio con el que por ahora se debe. Que le toma el pelo como hace con los grupos de la oposición en mi pueblo cuando le queda un rato libre. Así entiende el todopoderoso presidente el tema de la participación. Por la zona alta y por los callaos. Es su pluralismo muy singular.
Días atrás, los portavoces de los grupos realejeros aludidos (PSOE, IU y CC) convocaron una rueda de prensa para denunciar la utilización espuria de unas jornadas de participación ciudadana sin contar con nadie. Yo me lo guiso y yo me lo como. Es el proselitismo fotográfico de quien extiende con total desparpajo sus rejos por el pueblo –qué digo, por los pueblos– cual pulpo a la vinagreta. Por ello lo imita hasta el punto de erigirse, como lo hizo en su día otro ranillero y molusco cefalópodo de toda la vida, y con la ayuda inestimable de advenedizos en el gremio reporteril dicharachero, en otro inspector Gadget.
Caerá la palmera orgullosa. Me apena que se lleve por delante la labor de casi treinta años de una casa por la que sentí admiración tiempo atrás y en estos momentos profunda lástima. La prepotencia es mala consejera. Sigamos criando cuervos. Potenciemos la carroña. Es, sin duda, lo que el Puerto necesita para su revitalización.
Entre todos lo mataron y él solito se murió. De aquellos polvos…

lunes, 14 de marzo de 2016

Otra vez por Ingenio

Este pasado sábado nos fuimos a Gran Canaria, a la Villa de Ingenio, para concretar. Por segunda vez, aunque en esta ocasión no en la Casa de Postas sino en el Salón de Plenos, tuvimos la oportunidad de celebrar una ceremonia de Acogimiento Civil. Un periodo de siete años había transcurrido ya desde aquel 7 de febrero de 2009 (sábado también) en que acudimos a un acto que aún escasas instituciones ponen a disposición de los ciudadanos. En aquel entonces, Puerto de la Cruz, cuya alcaldesa era Lola Padrón, dejó pasar el tranvía. Pueden, y cuánto, los atavismos de una sociedad que hunde raíces en dogmas y credos. Los que, por inercia, ruedan adornados de parafernalias que chocan la mayoría de las veces, con aquellos supuestos convencimientos que sustentan tales ritos y solemnidades. Cuidado, los respeto. El mismo que demando para los que nos comulgamos con ellos.
De aquella primera cita di cuenta, unos años después, en este mismo blog. Puedes pinchar en el siguiente enlace, si tienes un minuto. De no ser así, anótalo y cuando dispongas de un rato, ya sabes: http://pepilloyjuanillo.blogspot.com.es/2013/02/un-lustro.html.
Un septenio después, el abuelo, con sumo gusto, ha recurrido nuevamente a las décimas. Que fueron leídas por Juan Díaz Sánchez, ya amigo de la familia, y que ostenta otra vez la alcaldía de aquella población. Charlamos unos minutos, intercambiamos opiniones (estaba presente, asimismo, el primer teniente de alcalde), y, como ocurre siempre, casi arreglamos el mundo en un rato. No debo olvidar la complicidad de Dámaso, quien guardó el poemilla a buen recaudo. Espero que cuando se den un salto a Tenerife, no olviden pasar por este pueblo que, como aquel, tiene una escultura dedicada a la figura de los cochineros (Icod el Alto) y cuyo autor nos es, igualmente, muy familiar.
Van, pues, las ocho décimas para el nieto. El tercero, con un año recién estrenado. Voy debidamente servido y creo haber cumplido con los tres. Cuando sean mayores, a buen seguro, se reirán de las boberías que escribía el abuelo. Pero habrá que comprenderlo, porque para eso estamos, para darles todo aquello con lo que fuimos reacios para con los hijos.
Te toca tejer futuro

Por el año dos mil nueve,
siendo siete de febrero,
a este pueblo cochinero,
una embajada se atreve
-qué pena de estancia breve-
a celebrar la acogida,
en ceremonia lucida,
de la hermana de este infante,
que viene bien elegante,
al lugar de bienvenida.

Como plasmé yo al nacer
en décima de rigor
para este nuevo primor,
debemos reconocer
que conviene proceder
a recordar rimas tales:
Esas causas principales
para mente aún despierta
que con el verso concierta
los hechos fundamentales.

“Ya tenemos a Martín
y Emma lo cuidará;
como el pirata ella irá
del uno al otro confín.
Si supera este trajín,
qué fundamento, señores,
le rendiremos honores
por atender al hermano,
poco a poco, grano a grano,
porque obras son amores”.

Un septenio ha transcurrido
y aquí estamos nuevamente
saludando a noble gente,
que no caiga en el olvido.
Otra vez hemos venido
desde el norte tinerfeño
para enseñar al pequeño
que vivir en armonía
es carta de garantía
en esta tierra de ensueño.

No es lo nuestro romería,
ni un asunto baladí,
ni nuestra presencia aquí
es una mera manía.
Parece una tontería,
pero arropar a Martín,
a saber, el benjamín,
simboliza el compromiso
de una familia que quiso
apoyar al querubín.

Y henos aquí en Ingenio,
que ya es Villa familiar,
para otra vez encomiar
esta especie de convenio.
Si con el verso congenio,
y consigo algún lector,
para el pequeño primor
plasmaré mi pensamiento
con dosis de sentimiento
en ocho estrofas de amor.

Como le dije a tu hermana,
te toca tejer futuro
pues solo bregando duro
nuestro camino se allana.
Ojalá que ese mañana
haga olvidar el presente;
será síntoma patente
de indudable mejoría,
quede expedita la vía,
miremos todos al frente.

También deberá estar Leo
en el viaje ilusionante,
y los tres juntos pa´lante
a cumplir con mi deseo.
Si por un casual los veo
-por ahora simple anhelo-
aunque no me quede pelo,
debidamente formados
y curros asegurados:
¡Qué feliz será el abuelo!

Villa de Ingenio, 12 de marzo de 2016 (sábado)

En fin, eso es todo, amigos, que decía Bugs Bunny. Mañana, quizás, escribiremos del gobierno.