El periódico La Gaceta levantó muchas
expectativas cuando hizo acto de presencia en el mundo de los medios de
comunicación allá por los inicios de la década de los noventa del pasado siglo.
Había finalizado una primera de etapa de colaborador en El Día y creí hallar
una válvula de escape en el rotativo. Pero mi gozo en un pozo. Aquella aventura
fue tan efímera como frustrante. Entre el 7 de enero de 1991 y el 11 de febrero
del mismo año se me publicaron cuatro artículos. Y tal como reza la canción de
Pancho López: no vivas la vida con tanta rapidez.
El siguiente
es uno de aquellos mencionados cuatro comentarios. El último, para ser más exactos.
Y que vio la luz el 11 de febrero de 1991. Lo rescato porque siempre he
sostenido que la labor cultural en este pueblo, que se genera desde la Casa ubicada en Realejo Alto
y que nos correspondió inaugurar en 1987, tiene dos valedores importantes. Que
entiendo no han sido lo suficientemente ponderados y que sentaron las bases de
todo el andamiaje posterior: Álvaro García Domínguez y Vicente Quintero Yanes.
Lo
transcribimos:
“Si lícita es
la crítica en aquellos aspectos que nuestros políticos han descuidado a lo
largo de su mandato, no menos lo es la alabanza ante lo bien realizado en
idéntico período. Cierto es que las obligaciones que todo cargo implica,
suponen la aceptación de ciertas premisas calificadas como básicas en toda
gestión. Ya, de antemano, damos por sentado una serie de realizaciones
intrínsecas a la propia dinámica, en este caso, municipal.
Si hacemos un
ligero repaso a lo ejecutado por la comisión de Cultura –Servicio Municipal de
Cultura– del Ayuntamiento de Los Realejos, hemos de reconocer, sin duda alguna,
que ha sido una gran labor. Desde la
Casa de la
Cultura se ha irradiado al resto del municipio una ingente
cantidad de actividades de toda índole que vienen a demostrar la preocupación
incesante de los responsables de esta área. [Que no este área, añado a día de hoy, con el ánimo de clarificar este uso
incorrecto. Y con el sustantivo agua, ni te cuento]
Y es digno de
mayor elogio el pensar que al frente de dicho apartado figura un concejal que
no tiene dedicación exclusiva en nuestro Ayuntamiento, lo que demuestra el bien
merecido reconocimiento a esta labor. Don Vicente Quintero Yanes puede estar
seguro de que se está consiguiendo que Los Realejos se suba al carro del
progreso, que poco a poco se vayan alcanzando cotas más elevadas en el amplio
campo de la cultura.
Como es de
suponer que, merced al trabajo bien hecho, vaya en las próximas listas para las
elecciones municipales, esperemos se planifique con mayor sentido común el tema
de los liberados y sea usted uno de los que figure al frente de una de las
grandes áreas que conforman el esquema municipal. Y es algo que desde estas
páginas le indicamos con todo afecto, porque el pueblo lo está demandando y se
ha percatado de que el entramado de los concejales que trabajan de pleno para
y por el Ayuntamiento no es, hoy por hoy, el más adecuado. Pero no desviemos el
verdadero sentido del presente en cuestiones de más elevada disquisición y
continuemos con algo más acorde con el título de nuestro artículo.
Decíamos, sin
menoscabo que ha sido en la Casa
de la Cultura
donde se ha concentrado la mayor cantidad de eventos, sobre todo exposiciones,
que se han llevado a todos los barrios del municipio una serie de acciones
encaminadas al noble empeño de elevar el nivel cultural de nuestra Villa.
Las Escuelas
Municipales, la filial del
Conservatorio Superior de Música, teatro, Semanas de cine al aire libre, Exposiciones,
Programa de Animación TENO 90... son grandes apartados que se han ido
desglosando en un sinfín de acontecimientos culturales.
Junto a la
felicitación, un ruego. No se preocupe usted, Don Vicente, porque siempre habrá
alguno que otro que no conforme con la evidencia, intentará desprestigiar un
trabajo bien hecho. Son aquellos que por mucho que se haga, aunque se le lleve
a la puerta de su casa, él permanecerá cómodamente sentado viendo el bodrio de
turno por la caja tonta.
Antes nos
quejábamos porque no había nada, ahora nos quejamos porque hay algo pero la
gente no va; no importa, ya irán.
Lo importante
es que la semilla se está sembrando; el fruto, algún día, se recogerá”.
Y con el
presente acabamos marzo y nos adentramos ya en abril. Ánimo que el verano está
a la vuelta de la esquina. Lo mismo este año no cobramos la extra de junio
porque seguimos en funciones. Manda eso que rima.