viernes, 29 de abril de 2016

Tarifa única

Ya he dejado constancia de la fiebre reivindicativa de Curbelo tras la puesta en escena de su nueva obra teatral: ASG. Casimiro, liberado de pesada carga tras su ruptura con el PSOE, ha puesto a trabajar al funcionariado de su cortijo en aras de la consecución de su único objetivo: perpetuarse, inmortalizarse. Que lo pongan, en lugar del Cristo, en el mirador de El Machal.
Todas aquellas ideas que no pudo plasmar en su larga y descansada estancia en el Senado, surgen ahora, cual chorros de Epina, y los digitales (salvo uno proscrito: El Tambor) de aquella  isla no dan abasto ante la avalancha de notas, ruedas de prensa, intervenciones en Teobaldo Power, fotos en Agando y apropiación indebida de cuanta propuesta del adversario pueda ser aprovechada como el agua del Riachuelo a su paso por Las Mimbreras.
El último invento: la tarifa única para viajar entre las islas. Y de paso, la ampliación del aeropuerto hasta el antiguo de Rodríguez López, El Revolcadero. Para que doña Merkel no tenga que hacer escala en Tenerife y en vez de echarse el pescadito en Los Abrigos se mande un puchero en Casa Efigenia o un potaje de berros en la de Conchita.
Los estudios de mercado del mandatario gomero suelen coincidir con los de la táctica de yo me gasto las perras porque no son mías y no me duelen y si algo sale mal, a mí que me registren. ¿Ejemplos? Si me obligas a que los cite es que tú no has visitado la Colombina.
He viajado una sola vez en avión. Y del éxito del tráfico de pasajeros que se mueve en las instalaciones aeroportuarias, puede dar buena fe el que solo mi mujer y yo aguardábamos las maletas en la cinta transportadora. Debe no alcanzar un 1% del total. Si pasas un día, ve a echarte un cortado y comprobarás la cara de alegría que se le pone a la persona que está detrás de la barra.
Mientras se exige al superior jerárquico que satisfaga exigencias, varias son las instituciones públicas que cuentan con la responsabilidad en otro tipo de transporte: el de las guaguas. Sin que a presidente alguno se le haya ocurrido brindar la posibilidad de que todos los trayectos se oferten al mismo precio. Para que un vecino de Gran Rey pueda venir a La Villa costándole igual cantidad que al que se traslada desde Hermigua. Amén de unas frecuencias que no provoquen largas esperas tras la visita al médico de turno en el hospital, verbigracia.
Yo creo que a los habitantes de La Gomera les hace falta un buen meneo. Porque la gratuidad de la enseñanza (derecho constitucional, de otra parte) y el chollo (mil perdones) de los entierros no puede justificar la red de clientela que el señor Curbelo Curbelo ha ido tejiendo. Da la impresión de que se deben, más que le deben.
Claro que ha hecho cosas. El colmo, tras varias décadas de dominio absoluto, sería que no fuera así. Y los agradecimientos, hasta el justo límite. Porque al político debemos exigirle que gestione. Y que no despilfarre, como ha ocurrido en repetidas ocasiones.
Tarifa única, sí, pero aplícate el cuento. Esa situación parlamentaria actual de privilegio –tanto te da para un lado como para el otro– no debe hacerte olvidar una trayectoria marcada por múltiples jalones, no todos positivos. Y el pueblo, más tarde o más temprano, despertará. Como lo hizo Hautacuperche, que terminó de Hernán Peraza hasta los mismísimos y cortó por lo sano. Que no, hombre, eso no. Ahora hay otro procedimiento mucho más simple: una papeleta y una urna. Para que un día haya una isla que no sea silencio amordazado.
Y los pongo en antecedentes a todos los que son capaces aún de seguir este blog. Se aproxima un largo puente por este Realejos. Y un servidor, como natural y vecino del pueblo, manifiesto solemnemente:
Sábados y domingos, como es bien conocido, no trabajo desde que me jubilé. Así que 30 de abril y 1 de mayo, no me esperes.
El lunes 2 de mayo, y sin ser zapatero ni madrileño, me lo tomo libre porque el Día del Trabajo se inventó para descansar. Y yo no tengo la culpa de que lo hayan trasladado del domingo.
El 3 de mayo, martes, es día importante en la Villa de Viera. Que si él lo viera, pero me temo que desde Las Palmas no le alcance la vista. Día de Cruz, lo mentan. Lo acato y lo respeto, aunque no lo comparta. Más que nada por la noche. Pues entiendo que hay otras prioridades, pero doctores tiene la Iglesia. Lo he hablado con algún cura. Que no con el de Realejo Alto. A quien no tengo el gusto. Pero sí con otros que no ven muy descarriados mis planteamientos.
En fin, mis estimados lectores, razón de ser de este humilde blog, los dejo descansar hasta el día 4 (miércoles). Cuando vuelvan a fisgonear, háganlo con ganas. Mientras, disfruten de la holganza y cuídense de los excesos. Yo también voy a tumbarme a la Bartola. Hasta entonces.

jueves, 28 de abril de 2016

RR

Lo primero que hice este pasado lunes fue darme un salto a La Orotava. Dentista, de un lado, y ‘repetir’ en el Centro Médico, del otro, fueron citas obligadas. Pero antes había tenido tiempo de asomarme a la ventana de FB y sonrojarme una vez más con la manera de escribir de algunos sujetos de las nuevas generaciones del Partido Popular. Y me dije que si son el futuro, apaga y vámonos pa´l catre. Mejor me quedo en el presente.
Aproveché uno de sus lemas de campaña y me salió este párrafo: TRABAJAR la ortografía es HACER un bien a la sociedad y podrás CRECER como persona. Si alguno se siente aludido, ruégole que se deje de tanta niñería y que busque alguien que le dé unas nociones con las reglas más perentorias. Yo estoy jubilado, gracias. Espero que no me salga la concejala de EDUCACIÓN con un sugerente: No te preocupes que se te entiende todo.
Ya puestos en el fregado, leo que Merkel excluyó a Rajoy de la cena de líderes europeos con Obama. ¿Y quién le dijo al periodista que redactó la información que Rajoy es un líder? La canciller hizo lo correcto. Máxime cuando nuestro hombre se halla en funciones, es decir, a régimen absoluto. Pero a lo que íbamos.
Sentado en la sala de espera y mientras escuchas nítidamente el ruido de cualquier centro odontológico –sí, ese que se te mete en la cabeza y te va minando la entereza–, veía el canal 24 horas. Y don Pablo Iglesias, ya en campaña, brindaba generosidad, diálogo y consenso. Claro, en su fuero interno el siguiente planteamiento: Si quedo por delante, mano tendida; si quedo por detrás, búscate la vida. Idéntico, por otra parte, del sostenido hasta el instante en que redacto estas líneas. Su único afán –y el de Anguita, de paso– es que el PSOE se hunda como el Titanic. Una vez cumplido el fin (ya IU estará en la fosa de Las Marianas), aunque el PP vuelva a obtener más escaños que nadie (operación matemática que aún no he sabido resolver), camino expedito para más luchas intestinas. Porque lo de jugar al todos iguales, pensaba este iluso que era asunto del pasado, de los viejos, de los caducos. Mas viene a resultar que lo nuevo no lo es tanto y las formas y maneras dejan tras sí tantas lagunas que hasta algún profesor de miembros de esta estrenada hornada no se recata en utilizar el calificativo de tonto (del culo, que espetaría un buen amigo asturiano). Por estos lares, currito y echado pa´lante.
Llega un buen elemento, villero por los cuatro costados, y se sienta a mi lado. Nos conocimos en el viejo Colegio San Agustín, el de don Rafael Yanes. Han pasado décadas desde aquel entonces. Y me comenta que venía en el coche escuchando Radio Realejos.
Me suelta tal perorata acerca de lo que se emitía, pero que no difería gran cosa de lo que ya otros me suelen contar, que le aconsejé cambiar de dial. Como primer paso y por evidentes razones de salud preventiva. Pero como el hecho no se puede generalizar, intenta ponerlo tú, le manifesté, en conocimiento del director de la emisora  (al anterior lo cambiaron por pusilánime), del concejal responsable, del alcalde (si es que lo encuentras en el pueblo)... Es que calcan los procedimientos de una televisión local, me cortó.
Y se abre la puerta. Me llaman y me conducen a la sala correspondiente en la que me va a atender el doctor. Cuando salgo de la evaluación del tratamiento que llevo, echo una mirada y el amigo ya no estaba. Seguiremos otro día, díjeme para mis interiores íntimos.
Me va a caer otra. Y van unas cuantas. Pero alguien tendrá que hacer algo, adoptar alguna medida. Si se continúa con la táctica del avestruz, mal augurio. Los políticos responsables deberían dar un paso y abandonar el ande yo caliente… Ni deontologías ni códigos éticos, es sentido común. La libertad de expresión es precepto recogido en la Constitución, pero el ridiculizar, tomar el pelo, chachondearse, insultar a mansalva y kilométrico etcétera solo se lleva en Telecinco, la de los obispos… Y aquí, en mi tierra, o en mi norte, el infamar adquiere carta de naturaleza en al menos dos pueblos de mi Valle. El uno me vio nacer. El otro a la mujer con la que me casé.
¿El título? Piensa lo que quieras. Y si me sigues leyendo, te indico que estás en peligro. Por si acaso, compra un paraguas. O si no, habla bien de Soria, de Antona y otros del círculo. Así, por lo menos en esos dos pueblos del Valle no tendrás problema.
C´est la lutte finale: Groupons-nous, et demain, L´Internationale sera le genre humain.
Au revoir. À demain.

miércoles, 27 de abril de 2016

Por La Higuerita

La Higuerita es un barrio que vive a caballo entre Los Realejos y Puerto de la Cruz, como hemos dejado constancia en anteriores comentarios. Vamos, que los vecinos de una acera son paisanos de Viera, mientras que los de enfrente admiran a Iriarte. Y valga el símil literario. Y todos ellos a la sombra de la Montaña de los Frailes, Monumento Natural desde 1987. Y a los pies del puente peatonal del que también algo hemos escrito.
En la parte baja, justo al lado de la TF-320, hoy más conocida como avenida del colesterol (la número taytantas), se halla la zona recreativa que lleva el mismo nombre. Espacio que se aprovechó con el nuevo trazado de la autovía y que se quedó ‘muerto’ tras abandonar las viejas curvas de La Bartolona en la C-820. Si me he equivocado en la asignación numérica, sujetos a corrección quedamos.
Como uno transita por esos contornos al menos dos veces por semana, nada le impide ir echando una visual a lo que halla a su paso. Y como vislumbré una fotografía (otra más, y van tropecientas mil) de alcalde y concejal porque iban a hacer unos arreglos en el lugar, y dado que ya está funcionando el merendero, cafetería o chiringuito allí ubicado, me pregunto si los baños que deberán existir en toda instalación pública funcionan o no. Y si son de libre acceso para cualquier usuario o son de uso exclusivo para los que acudan a consumir en el establecimiento aludido, más que sea el cortado de rigor.
Es raro que no pases caminando uno de esos días en los que la asistencia suele ser multitudinaria y no encuentres a unos paisanos haciendo sus necesidades más perentorias entre los arbustos del costado sur de la carretera. Sin son machos, ya se sabe que basta con arrimarse un fisco y a evacuar. Si son hembras, como se requieren otras posiciones siempre observarás a la que vigila al lado del murito. Y tú debes bajar la cabeza y seguir derechito o te mandan un aviso de peligro con la advertencia: ¿Y tú que estás mirando, se puede saber? No, si arriba eres culpable del retortiño de la señora.
Abonadas sí están las adelfas a tenor de los chorros soportados. Pero como la lluvia escasee, el concejal delegado de jardines tendrá el problema añadido de que pueden secarse por el exceso de amoniaco. Por ahora van escapando y bastantes frondosas se presentan. Estaremos atentos para dejar constancia en las redes sociales o el buzón de incidencias del sitio oficial del consistorio. Ya se sabe que al grupo de gobierno le encanta tenernos entretenidos. Nosotros tropezamos con las problemas y es nuestra obligación comunicarlo a las altas instancias. La molestia, para ellos, será menor, aunque el sueldo ni varía ni se reparte.
Trasladémonos al lado de abajo. Hacia donde Loro Parque tiene los criaderos. Así lo llaman todos y yo no me voy a quedar atrás. La empresa sembró abundante vegetación para que las jaulas quedaran ocultas a la vista ciudadana y ha medrado generosamente. Tanto que por algunos sitios ya molesta a los que hacemos kilómetros en ambos sentidos. Y como no nos podemos echar hacia la calzada porque el pretil no aguanta la embestida de un coche –ni de una bicicleta–, tenemos que ponernos de acuerdo para ir de uno en uno, salvo que quieras ‘esmocharte’ con la rama que creció demasiado e invadió metros ajenos.
Cuándo Manolo y Domingo se sacaron la foto hace unas semanas, ¿no levantaron la vista? ¿O es que Kiessling, amparado en la labor de protección de las especies (muy loable y plausible), goza de carta blanca para ocupar más metros cuadrados de los que las respectivas licencias señalan? Comenzó con el trazado de la Avenida Francisco Afonso Carrillo, siguió con el espacio de fumadores en la Calle Tegueste y ahora se vino para mi pueblo a quitarnos la posibilidad de quemar calorías. Domínguez, ya estás tardando en llamarle la atención. O corta los matos o me voy a caminar a otro sitio. Y te advierto de que mi pensión no me alcanza para gimnasios y piscinas. Tampoco dispongo para bicicletas estáticas ni cintas de esas en las que das millones de zancadas y siempre estás en el mismo sitio. Hasta las próximas elecciones en que te dispute con mi candidatura de jubilados la presidencia del Cabildo (¿el ayuntamiento?, ya yo no juego a menudencias), las perras no me dan para más.
Como te he expuesto dos problemas, y tengo constancia de que el espía me lee, espero no solo que los resuelvas con toda rapidez, sino que estudies una modificación de créditos para crear una nueva partida con el superávit para que a los colaboradores denunciantes, como yo, se les asigne una módica subvención y podamos, al menos en tres ocasiones mensuales, ir a desayunarnos a El Monasterio. Qué menos.
Otro día para atrás. Ños, me parezco al reloj de las fiestas. Tengan una feliz jornada, disfruten y no se olviden de leer siempre algo. Lo que trinquen a mano.
Hasta mañana.

martes, 26 de abril de 2016

Reflexiones sabatinas

Es sábado. Son las 11:16. ‘Aproximativamente’, que decía Agustín, el fachadas, célebre pintor gomero (de brocha gorda, de ahí lo del apodo), cuando se nos subió a la guagua con la que nos íbamos de excursión en aquella isla hacia Vallehermoso desde La Villa con un grupo de escolares del colegio público Toscal-Longuera, allá por la década de los ochenta. Y profundo conocedor de parajes y paisajes de La Colombina, amén de pasajes históricos, se pasó todo el trayecto con tremendo palique que casi nos mata a los chicos con el cúmulo de datos. Se sabía hasta el número de curvas de aquella carretera que daba tumbos por Las Rosas y Tamargada rumbo al pueblo natal del gran Pedro García Cabrera.
Ha caído anoche una ligera posma y todavía se observan gotas en increíbles equilibrios suspendidas de los hierros de balcones y cancela de la entrada. Las plantas –en casa siempre han sido generosas y abundantes– se prestan, como siempre, al acopio pertinente. Las calles muestran aún señales de la munificencia del alisio. El mar –la mar– sigue como un plato. Con sus caminitos de cuando las bonanzas signan itinerarios que despiertan ilusiones, presagios, suspiros: ¡Algo va a pasar! Y pasa, claro. Siempre, bueno, malo o regular, pero acaece.
Concluyo el repaso a los digitales. Me llama la atención de que hayan elegido Reina de las Fiestas de Mayo santacruceras a una señorita llamada Cheyenne. Los tiempos cambian. Cuánta razón tienen los viejos. Bueno, un poco más que un servidor. Porque los conceptos van cambiando. Años atrás –unos cuantos– elegíamos a María, Juana, Antonia o Candelaria. Aunque ya nada me extraña desde que en clase tuve chico y chica con idéntico nombre: Aythami.
Abundemos. Cuando uno escanea una foto de los cincuenta o de los sesenta se percata de que la calidad del papel sensible no soporta el paso de las décadas. Envejece y se torna amarillento. Y los retratados –esa impresión da– parecen mayores cuando quizás en la instantánea solo andaban por los cuarenta. Te lo digo por mis padres. Siempre nos quedará el recurso de culpar a los factores externos como los causantes del desaguisado: cámara, película, revelado, líquidos, cubetas o el polvo del cuarto oscuro.
Ahora existen infinidad de programas informáticos y otras posibilidades para que la fotografía se haya convertido en un arte bien diferente al de la antigua usanza. Y como las tarjetas te conceden la oportunidad de acumular miles, se ha perdido la emoción de ir a recoger el sobre al laboratorio. En el que te regalaban un nuevo ‘rollo’ y quizás una o dos ampliaciones. Qué penurias, qué calvarios (en el villero estaba Calero; y me salió el pareado), pero qué ilusión.
Subo un rato a la azotea. No para despejar incógnita alguna, sino para desatascar ideas y desentumecer cuatro músculos y tres huesos. Pasa un helicóptero y recuerdo los viajes de Paulino. ¿Dónde estará? ¿En qué ocupará su tiempo libre? ¿Habrá retornado a las aulas de Ravelo o se habrá permitido el lujo de realizar unos viajes con el Imserso? Sacudo la cabeza. Despierto. Bajo. Siéntome.
Pincho en el icono de Facebook. Compruebo que hay solicitudes de amistad de dos personas que no conozco. Y como uno entiende que ser amigos supone mucho más que este acto mecanizado, contesta con un educado: ¿Quién eres? Uno, mutis por el foro; el otro responde con un enigmático: ¿Quién envió tal solicitud? Chacho, chacho, chacho.
Me dio tiempo de vislumbrar una foto de uno que se apellida Ignacio Santiago. ¡Oh!, ¿y este dónde estaba? ¿Qué piden penas por supuestos delitos electorales relacionados con el manejo de los dineros? No me lo puedo creer. Qué negra ha caído en el tejado de la familia. Y por extensión, ¿qué drama se cierne sobre las cabezas de los Ignacio González? De aquí y de allá…
He vuelto del pateo. El ‘mojabobos’, con la tarde, ha retornado a la sombra del risco de Tigaiga. Sí, son casi las 20 horas. Esta entrega va de dos veces, de doble pechada. Vuelvo a sentarme, pues, ante el teclado que me dejaron los Reyes. Al anterior se le habían borrado varias letras y uno, que escribe a la vieja usanza, requiere tener nítido el panorama para ejercitar los dos dedos.
Dicen que Soria se retira y será un simple militante. Eso no se lo cree ni el alcalde de mi pueblo. La sombra es más alargada de lo que muchos piensan, incluida Cospedal. Que si vino a Canarias este viernes, digo yo que para qué demonios recibió, por separado, en Madrid a los siete magníficos. ¿Este es el ahorro que predican en todos los foros? ¿Irían en vuelos diferentes para que no se copiaran los discursos? Alegan todos ellos que los offshore no son ilegales. Pero inmorales para quien ostenta un cargo público, ya me contarás. Más tarde o más temprano, el que es empresario no acaba por saber separar el grano de la paja, a saber, lo público de lo privado. Y manejan las arcas de los impuestos como si se tratase de su particular cochinito (alcancía o hucha). ¿Ya no lo usa?
Como arranca el periplo festivo mayero, lo mismo me tomo varias minivacaciones. Para huir de los estampidos principales. Dado que Hacienda me devolvió mil euros, creo que van a durar menos que un orgasmo a los ochenta. Que todo sea por mover la economía.
¿Nos vemos mañana? Por mí que no quede. Oye, aquellas gotas de increíbles equilibrios se han evaporado. Por eso te dejo esta foto.

lunes, 25 de abril de 2016

Ilegal y corrupto

No se confundan ni me malinterpreten. Es que me da que estás pensando que me refiero al señor de la foto. Y nada más lejos de la realidad. Lo decía por mí. Hasta puede que por ti. Sí, no te asombres. Me presenté a unas elecciones en 1983. Y en 1987 volví a mi trabajo de siempre. Por lo tanto, tengo muchos boletos adquiridos desde entonces (casi treinta años) para ser un corrupto. Vamos, podrido total.
Don Fernando Clavijo, otrora más independentista y hoy más acomodado, que, como mi alcalde, parece joven pero lleva en la cosa pública unos cuantos trienios, ha manifestado que todo aquel que no se presenta a las elecciones es más propenso a lo ilegal. Es decir, todos aquellos que salen sonriendo en carteles y pancartas electorales son mucho más serios y responsables que aquellos anónimos que curran cada día en sus respectivas ocupaciones. O marchan en busca de trabajo y regresan con el ánimo en la suela.
Te estarás preguntando, yo también, si los casos que afloran cada día –afortunadamente la justicia funciona aunque mucho más lenta de lo deseable– corresponden solamente a maestros, albañiles, carpinteros… o son otras caras más conocidas. Porque las vimos en carteles, claro.
A los cargos públicos, que tanto recurren a estadísticas y números, les rogaría que establecieran la correspondencia entre casos posibles y hechos constatados. La proporción entre el número de políticos y la cantidad de causas judiciales contra ellos por casos y cosas ilícitas debe ser muy superior a la que se pueda establecer entre los que estamos fuera de esa onda y debamos acudir a los juzgados por haber sido trincados en la lata del gofio a destiempo.
No sean cínicos. Concédannos el beneficio de la duda. Y déjense de machangadas porque todos lo partidos están pringados. Y no recurro a la generalización fácil. Pero no sigan escupiendo hacia los altos o se van a chingar todos. Cuando se está sujeto a la fiscalización ciudadana, y menos mal que nos vamos espabilando, uno debe ser más comedido en sus apreciaciones cuando intenta justificar su gestión. Como dice Calero, que tenemos nuestro tino.
A veces me cuestiono si todos estos inventos que Internet nos brinda, valen para agilizar o para entorpecer. Para beneficio de los administrados o para lucimiento personal de los supuestos administradores. Porque las reiteradas concurrencias en las redes sociales, parece, solo vienen a confirmar el subido ego de los dirigentes. Y como están colgados permanentemente, uno desconfía de si se están mereciendo el sueldo que tan generosamente se han asignado.
Ahí tenemos a Casimiro Curbelo. Tras tropecientos años dirigiendo el chiringuito gomero, se ha debido tomar cualquier mejunje porque le ha entrado un espíritu reivindicativo que solo le falta subir a Igualero y silbar a los cuatro vientos que emprenderá otro descubrimiento de América en el próximo mes de septiembre. Y lo malo es que nos toma por idiotas y tiene al gabinete de prensa del cabildo trabajando a destajo para los intereses partidista de su juguete ASG.
O Asier Antona. Elevado a la más alta instancia orgánica por el conocido método digital, vía Madrid, que tanto se estila en las filas populares. Perteneciente a una familia entregada en cuerpo y alma a solventar carencias, penurias y pobrezas. Su mujer le ayuda asimismo al sostenimiento del hogar con una módica aportación. Que merced a su ascenso dejará en La Palma a doña Elena Álvarez, en la actualidad segunda de a bordo, pero además concejala (equipo de gobierno) en el ayuntamiento de Breña Baja y diputada nacional. Manda agua de Marcos y Cordero.
Y nosotros, Clavijo, los que vivimos sin honores ni glorias, sin propagandas ni publicidades, somos mucho más propensos a delinquir. ¿No es corrupción ostentar dos o más cargos con derecho a prebendas, honores y gratificaciones mientras hay varios cientos de miles de canarios que se las ven y se las desean para empezar el mes; nada digamos de cómo terminarlo? ¿Por qué no te callas?
Pero, y es lo peor, tampoco vamos a solucionar este maremágnum con las boutades de don Pablo Manuel. Ese personaje veleidoso que no gusta que los periodistas cuestionen su labor. O la de su partido. Al más puro estilo totalitario, represor y otras mandangas varias. Es como Luis Enrique. Pero mucho más peligroso. Los encantadores de serpientes son capaces de engañar al incauto. Es que los plumillas tienen miedo. Claro que sí. Porque la capacidad de discernir con artículos de opinión concede el beneficio de estar al acecho. Y se le ven, estimado Iglesias, las orejas mucho más que la coleta. Ya sé que no me va a leer. Este provinciano –qué alego, pueblerino y hasta mucho me parece– tiene alcance más corto que el cuarto de luz de cualquier coche.
Echo en falta ejemplares de la cosa pública que se dediquen a resolver demandas de los que pagamos religiosamente nuestros impuestos. Sin giras por Panamá y sin evadirnos de nuestras obligaciones. Con ayuntamientos que se vuelquen con los que las pasan canutas. Y no se distraigan con propuestas imbéciles (como la de la CUP –Candidatura de Unidad Popular– en Manresa acerca de compresas, tampones y esponjas) y mociones que no sustituyen bombillas fundidas ni rellenan baches y socavones.
Y el ilegal y corrupto soy yo. Manda aquello y lo otro. Ay, Clavijo, qué bien te queda la mochila. Pero hace falta algo más. ¿Resucito mi agrupación electoral independiente de jubilados? Experiencia nos sobra.
Ánimo que iniciamos periodos festivos. Mucho ganado aparecerá por mi pueblo. Con carteles bajo el brazo. Me temo que a mí no me encontrarás. Por lo que la probabilidad de corrupción se incrementará. ¡Ay!, Fernando, no se lo chives a Rosa Dávila, no sea que me fiche.
Hasta mañana, mis estimados.

viernes, 22 de abril de 2016

Se hincha

El universo se está hinchando más rápido de lo que debería. Todo porque, dicen los versados, las galaxias se alejan unas de otras. Se llevarán mal, se me ocurre. Como los políticos. Aparentemente. Y, en consecuencia, se dedican a comer basura y se expanden. Hacia los lados, claro. Para combatir los nervios. O para entretenerse en algo mientras esperan el ingreso de final de mes.
Nosotros, los sufridos electores, también nos estamos hinchando. Ahorita nos estallan las venas del cogote. Pero de la rabia, que no de perritos calientes y otras inmundicias de buen paladar. Vamos, que estamos calientes y como nos arrimen un fósforo no respondemos del estallido. Y no de luces de colores como este próximo 3 de mayo en la Villa de Viera. Pero si tú no los ves. Me informan, no obstante.
El señor Carles Puigdemont, presidente (eventual o de conveniencia) de la Generalitat, tras entrevistarse con Rajoy en La Moncloa, declaró: “O hay una gran coalición o las elecciones dejarán un resultado similar”. A lo que se me antoja objetar lo siguiente:
Tras un cuatrimestre de baldío continúan las pantomimas. Nos hemos limitado a la adopción de posturas, intentar marcar diferencias y escenificar una comedia de final archiconocido. En vistas a ese inminente 26 de junio proponemos el pacto que no ha sido posible en más de ciento veinte días de vaivenes. Como si esta próxima convocatoria fuera capaz del borrón y cuenta nueva. Hecho milagroso, sin duda.
Este eterno observador entiende que la falsedad se está extendiendo por este campo yermo y ya abarca una enorme superficie. Muchas hectáreas de hipocresía y simulación. Se debería castigar a todos los que recorren medios de comunicación con el visionado de todas las sandeces que propagan durante el día. Sí, basta con uno. No es necesario cebarse.
Nos sorprende la última oferta de Ciudadanos: “Si los líderes somos el problema, demos un paso atrás y propongamos un candidato independiente de consenso”. ¿Y para qué fuimos a votar? Para este viaje, ¿por qué tanto gasto en alforjas llenas de promesas y medidas? Cambiemos el sistema. Eliminemos tanta inutilidad partidaria y hagamos consultas abiertas. Sin propagandas, sin programas, sin mentiras, sin fotos, sin plasmas. Déjennos que ya seremos capaces de guiarnos sin tanto consejo caduco.
Sí, nos estamos hinchando. Con los viejos, pero más aún con los de nuevo cuño. Más obsesionados en desbancar que en propuestas que conduzcan a un cambio en los métodos y en las gestiones. La preocupación de Podemos, por ejemplo, pasa por eliminar cuanto callo le escueza el calcetín. Se ha percatado de que no tenían vendido todo el pescado y nadan en un mar de confusiones. Izquierda Unida, intuyo, ha picado el anzuelo. Y en la vieja aspiración de superar al PSOE, eliminarlo, borrarlo de la faz de la tierra, cae en la red que le tienden porque todos dan por hecho que el electorado tendrá el mismo comportamiento que en diciembre pasado. Y que esa hipotética suma descabalgará a los socialistas del lugar que ocupan en el hemiciclo.
Considero que la socialdemocracia está mal vista. La moderación no se come un rosco en negociaciones de quita y pon. O de un extremo o del otro. En teoría. Fruto del cabreo, sin duda. Que no se traduce, en la práctica, en entendimientos, en acuerdos. Que jamás podrán ser de máximos pues o cedemos y bajamos listones o seguiremos con interinidades tan peligrosas como ineficaces.
Y con ganancias evidentes para una derecha que se escora cada vez más a estribor. Que se limita a enviar mensajes por Twitter. Penoso. Tanto que ni siquiera los casos de corrupción, los papeles de Panamá, los dardos de Esperanza (lo último que se pierde), los billetes de Rita (lo que se da, no se quita) o los deslices de Soria (Mariano lo defiende; Montoro y Hernando no están por la labor; ¿y el manual de instrucciones?), parecen pasarle factura. A tenor de las encuestas. Todas interesadas pero que ninguna los apea del primer lugar de la clasificación. ¿Tampoco lo comprendes? No, trucadas no están las urnas.
Imaginemos, que nada no cuesta. Hoy es 27 de junio, lunes. Ayer fuimos a votar. Tras conocer los resultados definitivos en la madrugada… ¡sorpresa, sorpresa!
Una: No hay posibilidad matemática de que la unión de los diputados obtenidos por cualquiera de las fuerzas políticas concurrentes alcance el mágico número de 176. ¿Qué? ¿Nos citamos una tercera vez en las navidades? ¿Fijamos el 22 para que nos toque el gordo?
Dos: La suma de los se arrogan la representación genuina de la izquierda (Podemos y sus confluencias o mareas; habrá que contar con Alberto –que no Albert– Garzón, aunque no con las escisiones de Llamazares, Cayo Lara, Juan Borges y otros) y la derecha más rancia (¿tú no lees como yo o qué?) del PP (apoyo más que explícito de C’s cansado de los ninguneos del PSOE) logran una holgada mayoría. ¿Recomendará el Califa la célebre pinza?
Tres: Felipe (el rey) se marcha a vivir a Grecia cansado de tanto desaire. Se proclama la III República y se hacen coincidir elecciones presidenciales con legislativas, autonómicas y locales para el día de Año Nuevo en una decidida apuesta para comenzar de cero…
Cuatro: Se pone en marcha la nueva Constitución con la formación de los Consejos de Barrio, órganos rectores de la convivencia ciudadana y futuros administradores de la cosa pública bajo el lema cercanía, prontitud, conocimiento, agilidad, eficacia…
Cinco (y siguientes): En estudio.
Chacho, me estoy hinchando, como el Universo. Y si explotamos y lo mandamos todo para incierto lugar. Manda carallo.
A pesar de la calentura, feliz fin de semana.

jueves, 21 de abril de 2016

Lo siento

Si pensabas que hoy podía sorprenderte con el alzamiento (regional) habido en Gran Canaria –por su posición geoestratégica, según el señor Hernández Bento, delegado del Gobierno en Canarias– por la cuestionada herencia del cargo de presidente de los populares en la figura del palmero Asier Antona, merced al señalamiento expreso de la señora Cospedal, muy amiga del dimitido y controvertido Soria, te vas a quedar con un palmo, o dos, de narices. Eso no toca ahora. ¿O sí, pensándolo mejor? Elecciones, candidaturas, congreso. Que no, lo siento. Tal vez mañana.
Quizás me decante por echar otro palique al Imserso ya que ha habido nuevo plante de otro grupo en Puerto de la Cruz. La guerra entre Mundo Senior y Mundiplan está alcanzando un nivel de bombardeos que estamos contemplando un final de campaña espectacular. Y como el ministerio del ramo se halla en funciones, échale hilo a la cometa (gometa en canario). Ya contabilizamos unos cuantos episodios en este negro capítulo. Y no está la Ciudad Turística para tales trotes. A lo mejor con un alcalde no tan pusilánime el panorama hubiese cambiado. O se habría escuchado una voz que defendiera en todos los foros la razón de ser de un pueblo que vive del que nos visita. Pero no, lo siento. A lo mejor mañana tengo más datos.
Sería una estupenda oportunidad para comentar unas líneas de la ‘organicidad’ con que Pablo Iglesias, profesor universitario, nos sorprendió días atrás. Yo creo que la Academia debe cambiar la residencia. Para ejercer como el sentir del habla cotidiana. Y qué mejor sitio que el Congreso de los Diputados. Esos 350 ejemplares que llevan meses sin dar un palo al agua y nos salen… Vaya que nos salen. Hasta se inventan palabros, juegan al Candy Crush, se dan besos de tornillo, dominan los géneros gramaticales. Me da que no, lo siento.
Vaticinar el final de Izquierda Unida bien valdría un esfuerzo en la expresión escrita. Podemos, víctima cuando le conviene (composición de la Mesa de la Diputación Permanente) y máquina de fagocitar en sus ratos libres cree que 5 más 1 es 6. Añade tú millones, para facilitar las cuentas. Y no siempre es así. Otros factores condicionan estas sumas meramente estadísticas. Los andares no me indican que se busquen compañeros de viaje. Más bien eliminación de estorbos. Los egos están por las nubes. Pero no me hallo en condiciones de interpretar encuestas en este momento. Los miércoles finalizo la jornada muy cansado. Tres nietos son un montón. Puede que mañana, lo siento.
Qué cantidad de sismos. Este mundo se revuelve en demasía. Los espíritus que anidan en sus entrañas parecen protestar airadamente. ¿Se prepara la debacle definitiva? ¿Se halla la Tierra en aviso de involución senil? No sé que organismo estadounidense prevé u cataclismo de campeonato. El Hierro también se menea. ¿Es normal esta sucesión de bailoteos? Puede ser un buen tema a desarrollar, pero hoy no, lo siento.
Preocupación infinita por lo ocurrido en Benijos. Que una discusión por un partido de fútbol desemboque en ese trágico desenlace da que pensar. Seriamente. Entiendo que no tenían Facebook (expresión que escucho con frecuencia). Porque en ese vehículo virtual observo cómo se desahogan los aficionados. Y nos divertimos los que pasamos de ese mal denominado deporte. Imagínate la alegría de los culés que anoche se cobraron todos los desagravios en Riazor. Eso no se paga sino con quinientos ‘me gusta’ y 300 comentarios encomiásticos. Estos muros tienen la ventaja de suprimir las manchas y frases indeseadas. Pero dado mi total desentendimiento del asunto, me temo que tampoco pueda complacerte. Lo siento.
Espero y deseo que este viernes sea más fructífero. Que un rayo de luz me ilumine por los senderos de la escritura y pueda dejarte este próximo fin de semana con la miel en los labios. Porque hoy no me he lucido. Me pides ahora una décima, por ejemplo, y me apuesto 50 céntimos a que no llego al verso cinco. Lo siento.

miércoles, 20 de abril de 2016

Más gastos

Ya uno no sabe qué sería mejor. Porque si se alcanza cualquier acuerdo de última hora, lo más seguro es que todo acabe como el rosario de la aurora. Dicho del que existen varias versiones y que puedes consultar en este invento de Internet. Como hice yo, no te vayas a creer. Y si no, a nuevas elecciones a celebrar el 26 de junio próximo.
Habrán sido ocho meses de interinidad total. Mejor, de inutilidad total. Un gobierno en funciones que no se debía a control alguno. A Rajoy lo nombró el parlamento de la legislatura anterior y nada tenía que contar al surgido de las elecciones del 20 de diciembre. Que han servido para sumar al déficit unos cuantos cientos de millones más y tiro porque me toca. Añadiremos unos recortes, pagaremos los de siempre y el resto a darse un garbeo por cualquier paraíso.
Si hemos de acudir a las urnas, ¿quiénes habrán sido los culpables? De producirse un resultado que imposibilite la formación de un gobierno con la suma de dos formaciones políticas (con una sería de ciencia ficción), ¿qué? Porque se me antoja que el escenario no va a sufrir demasiados cambios. Lo que pierda uno lo ganará el otro y la correlación de fuerzas entre los posibles aliados me da que no va a permitir muchas operaciones aritméticas.
Declaraba hace bien poco José María García, quien fuera célebre periodista deportivo años atrás, que si el PP no sufría mayor desgaste ante los reiterados casos de corrupción, tendrían que echarnos de comer aparte. Ya vuelven a barajarse encuestas en que las opciones, aparte de pasar por el filtro del que las encarga, no atisban diferencias abismales con lo que deparó el 20-D.
Y aquí surgen mis dudas existenciales. O somos unos borregos de tomo y lomo –algo bastante más que probable– o nos encanta que nos tomen el pelo, se rían miserablemente de nosotros y que nos roben a manos llenas, que no limpias.
De un lado el Partido Popular no ha movido ficha sino que se ha limitado a esperar cómodamente sentado a que le cayera la breva. Del otro, Podemos ha jugado, en esa indefinición que tan bien le caracteriza, a dar algún regate, algún pase en corto, pero sin profundizar lo más mínimo: a empatar, para entendernos. Al PSOE hay que reconocerle, y no es poco, que haya tomado la iniciativa con el apoyo de Ciudadanos. Hecho que a unos no disgustó, mientras que el resto exigió una curva más a la izquierda. Lo malo es que los que debían estar finiquitada esa curva, jugaban al escondite acomodados detrás de unos matos. Algunos pensaron que la inacción les favorecía. De confirmarse esos presagios, no me quedará más remedio que pensar que este pueblo está más idiotizado que lo que podía presuponer y dar el carpetazo a este blog y dedicarme a vender calas y hortensias.
El panorama vuelve a ser desalentador. Nos caerá otra campaña en que los reproches serán el condimento de las comidas que hagamos en el día. Nadie habrá tenido responsabilidad alguna en este desaguisado, pero, al tiempo, se cruzarán tiros y dardos envenenados.
El PP se ha adelantado y ha abierto la válvula de las promesas: los funcionarios –son mogollón- percibirán ya, a final de mes, el 50% de la extra navideña pendiente de 2012. Ha aparecido el dinero justo cuando se han iniciado también las devoluciones en la otra campaña de las declaraciones de la renta. Debe ser que se acabaron los mangoneos y se procederá a incautar capitales defraudados por los Conde, Pujol, Pineda, Bernad… La RAE debería autorizar el colocar infinitos puntos suspensivos cuando se trate de relaciones que tienden a eso, al infinito. Excluyan a Barbera y Soria. Ellos no sabían nada, no les consta.
Como menté al señor de los papeles (José Manuel) en el párrafo anterior, te habrás enterado de que hoy comerán en Madrid, con la señora Cospedal, los presidentes insulares del PP en Canarias. Va a exigirles que cumplan con la máxima más importante del partido: aquí se designa a dedo y nada de experimentos de primarias, votaciones y otros relajos. Será Antona y punto en boca. Fijará su residencia en Mesa y López, se empadronará en Las Palmas y encabezará la candidatura por esa provincia. ¿Ha quedado claro? Lo que tú digas, Mari Loli, acatará Domínguez erigiéndose en portavoz de los otros cinco. Yo soy joven aún. Oye, ¿puedo encabezar la lista por la provincia de acá? Bueno, el número dos. ¿Y la doble insularidad, qué?, silbó Trujillo.
Sí, así se entretienen. Con el dinero de las cuotas de los militantes. ¿Por qué te carcajeas?
Ya me devolvió Hacienda. Ascendió tal importe a 1081,67 euros. Por lo que don Cristóbal se había quedado, para sus compromisos más perentorios, con una cantidad que me hubiese venido mejor distribuirla en los doce meses de 2015. Si el total retenido durante ese ejercicio fue de 5728,52, significa ello que casi alcanza el 20% (DE MI PENSIÓN) el exceso que se produjo en la mordida. Eso debe pasarnos solo a los que estamos sujetos. Los del canal disfrutan de tributación especial. Entonces, Viva Panamá.
Si hay elecciones el 26 de junio, adelanto que volveré a votar al PSOE. Transparente total. ¿Militancia? En el Imserso. ¿Y mis otras preferencias? Que PP y Podemos se den sonoro batacazo. Por creídos y sobrados.
¡Ah!, si tuviera bienes de todo tipo (muebles, inmuebles, indelebles, endebles y otros), ya los habría repartido. Las herencias siempre causan problemas y peleas. ¿O no?
Hasta mañana.

martes, 19 de abril de 2016

Luis Enrique

Hace mucho tiempo que dejé de seguir el fútbol. Ese conglomerado que de deporte tiene más bien poco. Sobre todo en lo más alto del escalafón. Creo haberlo dejado plasmado en este blog en algunas ocasiones.
¿De qué equipo eres seguidor?, me preguntan. Invariablemente respondo que del Benijos. Que ni siquiera sé si existe o en qué categoría milita. Solo pretendo, con todo el respeto que me merecen los benijeros, dejar patente mi total apatía por el que otrora fuera una de mis aficiones del fin de semana. Alguna foto anda por ahí con las melenas al viento. Qué tiempos.
Al tiempo (te repites) he ido abandonando la costumbre de ver los resúmenes de cada jornada por la tele. Cuando me ejercito con el zapeo –¿y quién no?– cada vez me detengo menos en chiringuitos y estudios. Porque no me apetece perder el tiempo viendo cómo unos expertos en tácticas, arbitrajes, alineaciones y demás, muy al estilo de cualquier debate en (in)ciertas teles locales, despotrican a mansalva. En un cínico ejercicio que demuestra cuán difícil es mantener en periodismo eso que recibe el nombre de objetividad.
Pues no me cuestiones cómo ocurrió, pero este pasado domingo me quedé enganchado en la rueda de prensa del entrenador del Barcelona después del partido que lo enfrentó al Valencia y que los ches ganaron habiendo pasado solo una vez del centro del campo. Versión culé, claro.
Luis Enrique es un malcriado. Sin más. El presidente de la entidad, de tener un mínimo de sensatez, tarda en llamarle la atención al maleducado. Pero como en este deporte también se juega al independentismo, lo mismo interesa adoptar posturas de bravuconería para poner en un brete a quien deba mediar en referéndums (a pesar de ser llana acabada en s, le pongo la tilde porque la RAE me señala que acaba en más de un grafema consonántico, como bíceps o récords) y cuestiones de semejante porte.
Puedo entender que el hombre se halle nervioso por los últimos resultados. Pero la compostura debe mantenerse. Y es en los momentos complicados cuando debe medirse la valía de un profesional. El desplante hacia un periodista de apellido Malo (mucho menos que el comportamiento del impresentable) bien merecía que la sala se quedara vacía. Pero los corporativismos y obediencias ciegas a los dictados editoriales pesan tanto que nos olvidamos de dar lustre a una profesión que entre todos estamos choteando hasta límites insostenibles. Y desde las tertulias televisivas no se ayuda precisamente a erradicar la enfermedad. El tumor seguirá creciendo y cuando proceda la operación no vamos a encontrar bisturí que saje el tremendo bulto.
Un entrenador de fútbol de estos niveles debe ser alguien más que un señor que diseña esquemas, programa estrategias y coordina el trabajo de once jugadores en un estadio. El loable fin de alcanzar la victoria y colocar al equipo en el lugar más alto de la clasificación, con ser el principal e importante objetivo, no lo es todo. Nadie discute la valía de un equipo que en estas últimas temporadas ha ganado mucho y más. Que ha establecido balances de muy difícil consecución. Pero los indudables méritos quedan manchados con actitudes prepotentes y caciquiles. Y Luis Enrique se está atreviendo, con el consentimiento del que paga, a cruzar muchas líneas prohibidas por el sentido común.
Luis Enrique es grosero, descortés, soez, incorrecto, desconsiderado, incívico. Y si en esta nueva jornada, entre semana, el Barça sigue sumido en la debacle y pierde el liderato por un casual, me temo que o los periodistas deportivos se ponen en su sitio o la temperatura de la sala se va a elevar más que la lava de cualquier erupción volcánica.
De fútbol no entiendo nada. En absoluto. Pero de educación, un fisco. De ahí mi consejo al ilustrísimo coach: modérate, sé respetuoso, no descargues en quienes se limitan a preguntar tus exabruptos y desplantes. Eso déjalo para con la almohada. En las maduras se navega placenteramente, pero es en la duras donde se demuestran las valías. Y por lo que te capté este pasado domingo, estás poniendo en tela de juicio tu crédito personal. En tu capacitación técnica no me meto, porque mis entendederas solo llegan a que el balón es redondo. O a lo peor ya no. Pero en la ética, la dignidad y el respeto, qué verde estás.
Eres, Luis Enrique, y termino, un malcriado, un solemnísimo descortés. Ya sé que no te vas a enterar, pero espero que el gremio despierte y actúe en consecuencia. ¿O vamos a seguir siendo borregos per sécula?
Hasta mañana.

lunes, 18 de abril de 2016

Décimas sorianas

Mientras Miguel Cabrera sigue lanzando pullas, mientras el propio Soria ‘invita’ a Montoro a que lo investigue, mientras destacados dirigentes insulares no ven con buenos ojos el que Antona se haya autoproclamado sustituto, defensores acérrimos del exministro han cargado tintas contra las décimas que un servidor ‘colgó’ en Facebook la pasada semana (las tres primeras que aparecen en este post).
Pues no escribo yo para que me alaben. Pero qué poco gusto literario, o poético, o sentido del humor tienen los que se ciegan por motivos políticos hasta el punto de justificar acciones tan innobles como las emprendidas por José Manuel. Y me baso en las propias palabras del ministro de Hacienda en la rueda de prensa posterior al último Consejo del pasado viernes. Intuyo que en el fondo entra en juego la envidia, que es pecado capital de esta España nuestra desde los lejanos tiempos en que los romanos nos daban cuatro vueltas en la realización de obras sin hormigón armado. Quieren, pretenden, añoran viajes en aviones privados, pescar salmón en Noruega, vivir de gorra en elegante chalé o ahorrar más de ochenta mil euros al año con un sueldo de setenta mil.
Cuando se intentan justificar ilegalidades o conductas reprobables desde el punto de vista ético en quien debe ser espejo y modelo, la razón se desmorona y se diluye, cuando no se evapora. Lo de no hay peor ciego se cumple por enésima. Y si se actúa, encima, con lenguaje soez, chabacano y con gusto que raya más bien la mala educación, pues otra ración con dos décimas nuevas.
Hoy que pensaba destacar el éxito habido en Realejo Bajo este pasado fin de semana con las actividades culturales programadas, me veo en la obligación de intentar hacer despertar a quienes obcecados en obediencias ciegas por favores u otras prebendas no son capaces de separar la paja del grano. Así que van estas décimas sorianas, las tres primeras ya publicadas en le red social antes aludida ( la número uno en acróstico) y las otras dos surgidas ayer domingo. ¡Ah!, una encuesta encargada por el periódico La Razón (qué grande es el comisario Marhuenda) no le da la mayoría absoluta al PP, pero casi.

Acabaste tu andadura
De manera indecorosa,
Impulsiva, rencorosa,
O, mejor, de caradura.
Sucumbiste a la locura
Sin acto de contrición,
¿O no es verdad que tu acción,
Refugio del evasor,
Inhabilita tu honor,
Adalid de fanfarrón?
--------
Me avergüenzo, por canario,
de un ministro baladrón,
que no lució en su gestión,
más bien supuso un calvario.
Siempre haciendo lo contrario
de lo que dicta el sentido,
pues de curro ha presumido
bien echadito pa´lante;
pero te llegó el instante
y pegaste el estampido.
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Trincaron al mentiroso
con trolas a tutiplén,
fueron, creo, más de cien
las del canario tramposo.
De un enredo bien lioso
quiso salir el sujeto,
a saber, más en concreto,
unas empresas dudosas,
que pesaron como losas
al destaparse el secreto.
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Han levantado escozores
mis décimas a don Soria,
tienen muy flaca memoria
sus bastantes defensores;
aquellos consentidores
–ellos sabrán la razón–
de su innoble actuación,
¿será que gustan acaso
que nos vivamos al raso
mientras degustan salmón?
--------
Los defensores de Soria,
que se cuentan por legión,
requieren una lección
de repasito a la historia.
No diré que son escoria
ni otros piropos ‘asnales’,
pues serán buenos modales
los que mis versos escriban,
y en esa consigna estriban
diferencias abismales.
-------
Yo no me hubiera quitado el bigote. Le daba un aire de fulano de película del oeste…
Hasta mañana.

viernes, 15 de abril de 2016

Artilugios

Me tendré que modernizar. No me queda más remedio. Después del ‘aperturar’ con el que me sorprendió el ayuntamiento de Agulo, o, mejor, cierto digital de aquella isla en una información del citado ayuntamiento y tras la ubicación de elementos ‘atractores’ en las futuras instalaciones del muelle portuense, dispositivos que irían en la zona terrestre del complejo y con los que el equipo redactor del proyecto pretende dinamizar el entorno, me veo abocado a la adquisición de cualquier aparatejo moderno. No puedo seguir por la vida sin la posibilidad de grabar lo que acontece a mi alrededor. Y darlo a conocer con la inmediatez que requieren los que viven pendientes de los fisgoneos. ¿Qué alegas, insensato? Se trata, llana y simplemente, de estar informados. Porque los canales han variado de manera sustancial con el paso de los años. Y las improntas de bazofias televisivas, también. Vale, empate a cero.
Ayer venía de Icod escuchando la radio. La SER. Como siempre. Tengo un asalariado que me sintoniza la competencia. Él no es hipertenso. Y nos trasladaba (Juan Carlos Castañeda) las primeras noticias del derrumbe habido en Los Cristianos. Y me daban norte de ciertos vídeos que ya circulaban por Internet.
Cuando llegué a casa, me conecté. A la vieja usanza. Con el ordenador. Burro grande, ande o no ande. Y sentí lástima y vergüenza ajena. O propia, no sé. No tanto por ser un incomunicado cuanto por lo que en la pantalla veía y escuchaba. Así que fui a documentarme un poco:
Esto de la era del móvil se inicia en nuestro país allá por 1976 con el denominado teléfono automático en vehículos (TAV). Solo, en aquel entonces, en Madrid y Barcelona. Desde ese lejano año y hasta 1993 a través de señal analógica y bajo el monopolio de la Compañía Telefónica Nacional de España (CTNE). Que pasaría a la firma Movistar en 1995, cuando arranca el sistema digital. En 1996 hace su aparición el segundo operador (Airtel) y tres años después un tercero (Amena, hoy Orange). A partir del 2000, ni te cuento los adelantos habidos. Y los que restan.
Así que llevo la friolera de cuatro décadas de mi vida (el 59,70%) sin subirme al carro de las nuevas tecnologías. Claro, así no encontraba el timbre cuando me subí a una guagua no ha tanto. Mis recuerdos me conducían a cuando tirábamos de aquella cuerda hedionda para que sonara la campana. Por lo tanto, ya va siendo hora del cambio. Debe ser esta la tercera o cuarta promesa al respecto.
A los pocos minutos del desastre, ya podíamos ver en las redes sociales la magnitud de la tragedia. Y se sucedían las especulaciones. Nos convertimos en consumados peritos y descubrimos múltiples causas: unas obras, escape de gas, antigüedad del inmueble… Intensa nube de polvo, se escuchaban unos gritos, se sucedían los lamentos, sollozos y ataques de nervios…
Después de que Telecinco impuso su particular criterio de entretenimiento, hemos tomado unas derivas que ni emisoras de radio públicas han podido soslayar. Y lo manifiesto porque tengo conocimiento de que varios vecinos de mi pueblo han cursado sonora queja al primer teniente de alcalde (¿a quién si no?) por la deriva de la que fuera nave nodriza. Y hasta aquí puedo leer.
Es tal el afán de protagonismo y las ansias por alcanzar la fama con un vídeo de quince segundos que ante cualquier accidente hay primero que dejar constancia en la memoria gráfica del artilugio antes que pensar en echar una mano a los posibles afectados. Tanto es así que se prefiere mostrar una pata rota (con tibia y peroné por fuera, a ser posible) o una buena raja en la frente manando abundante chorro de sangre antes que mandar el móvil, tableta o lo que fuera a tomar viento fresco y prestar ayuda a quien lo demanda.
El grado de insensibilidad ha adquirido tintes alarmantes. Nos hemos idiotizado con los dichosos aparatitos hasta el punto de perder lo poco que nos restaba de humanidad. Somos lobos al acecho. Tanto que escuchas una entrevista cuando ocurre un hecho de estas características y tropiezas con periodistas que parecen fiscales en un interrogatorio a la espera de que el acusado (entrevistado en nuestro caso) reconozca la autoría de la muerte de Manolete. ¿Y no le pasó nada? ¿Pero no había escuchado antes un ruido? En las obras que se venían realizando, ¿se derribaron paredes de carga, columnas o vigas? ¿No hubo escape de gas?
Existen en la actualidad más líneas de teléfono móvil que habitantes. Si al número total de españoles (incluyan por ahora a los catalanes) le quitamos a mis tres nietos y al abuelo –ya somos cuatro– amén de la mayoría de escolares de la etapa infantil (ya en primaria va a ser que no), nos encontramos con que muchos individuos disponen de varios artefactos. Uno será por si lo llaman cuando esté filmando un derrumbe (con el otro).
Yo estoy envenenado con estos hechos. Tanto que me olvidé de mencionar a mi muy querido ministro de la Gran Canaria. El que no sabe nada. Ni siquiera lo que firma. Ni en qué lugar tiene domiciliadas las empresas. Además, no comprendo cómo los populares realejeros, tan dados a las apariciones mediáticas, no han salido en masa a defender al superior jerárquico. A lo mejor cuando leas este artículo el panorama habrá cambiado. Cuánta tinta ha derramado el enésimo caso.
Oscurece cuando termino de redactar estas líneas. A esta hora, Soria sigue sin dimitir, pero parece que está a punto de ahogarse en su penúltima contradicción o mentira. En Los Cristianos se sigue trabajando. Y los presagios se van cumpliendo. Tristemente. Por aquellas bandas del Sur los móviles persisten en la caza y captura. Cuando baje a desayunar, la tele canaria me pondrá al día. Es especialista en mostrar secuencias capturadas en Facebook.
Se avecina otro fin de semana chungo. Dicen que los sobresaltos de la vida te hacen más fuerte. Con mis excusas y mis respetos: una mierda.
A pesar de todo, intenten ser felices. Volvemos el lunes. Mil gracias por seguir ahí.

jueves, 14 de abril de 2016

Parking

Nada fue un error, nos traslada la letra de una canción de Coti. Permítanme un ligero cambio: Nada, fue un error. Para escenificar las diferentes versiones del ministro (en funciones) Soria tras aparecer su nombre en los ya famosos papeles de Panamá. Unos dimiten, otros admiten y los terceros (todos españoles y con cargos de responsabilidad) desmienten. Y José Manuel es especialista consumado. En su ya dilatada trayectoria son bastantes los casos en los que se ha visto involucrado. Aunque siempre la responsabilidad es de otros, es su coartada perfecta. Algún imitador tiene por estos lares. Lo malo es que cuando el río suena, agua lleva. Y el haber salido bien parado en ocasiones pasadas no significa que haya quedado lavada la mala imagen social. Su particular ética lo mantiene agarrado. Otro divieso para un partido que se ahoga en corrupciones, dimes y diretes.
Por el pueblo, en vísperas de muchas fiestas, anteayer nos encontramos con el cierre del parking de Realejo Alto. Otro episodio para unir al controvertido edificio de El Puente. El alcalde vino a enterarse porque alguien le sopló que la concejala de IU lo había denunciado en cierto medio de comunicación. Y lo comprendo. Él no puede estar en todo. Máxime si en ese preciso instante se estaba sacando la foto con la viejita de turno. Acompañado, claro, por varios representantes del séquito popular. Corporativos o no, es lo de menos.
Cuando otros periodistas se pusieron manos a la obra, Manolo declaró con gran solemnidad que había cursado una decena de requerimientos a la empresa concesionaria, amén de enorgullecerse por la imposición de cuatro sanciones. Lo que oculta es que a los realejeros nos encantaría conocer las respuestas habidas. Porque asegurar que no se ha cobrado un euro (como en las jugosas multas con las que fue sancionada Bankia en el citado y nonato parking de El Puente) es asunto de cajón. Una cosa es poner y otra bien distinta recibir. Tú puedes imponer sanciones a tutiplén. Otra cantar es que se abonen.
El señor alcalde, que cuando acabe este mandato llevará en el ayuntamiento dieciséis años, olvida –qué frágil es la memoria cuando interesa– que es el principal responsable de esta otra privatización fallida. Debería ponerse en contacto con los superiores jerárquicos que saben mucho de cómo gestionar empresas. Y mucho más de cómo eludir impuestos. Ya que el hermanísimo ha hecho incursiones en el alumbrado público –y así está– bien podría proponerle este otro arrendamiento. O quizás a los jóvenes empresarios.
Ahora bien, como la campaña publicitaria parece bien engrasada, nada mejor que un cambio en la fourexperience. Basta con un añadido al surf, parapente, paseo por Rambla de Castro y fuegos artificiales con hospedaje. Por lo que pasará a denominarse fiveexperience (el punto com lo pones tú). Y el quinto elemento consistiría en aparcamiento gratuito en unos de los mamotretos durante el periodo que duren las fiestas de mayo. O de julio, a elegir. O si no en Soria, que es provincia que limita con Bahamas.
Se les dijo por activa y por pasiva. Se les brindaron alternativas. Pero no quisieron deshacerse de las orejeras. Solo el 6,9% de los canarios echan mano de estos estacionamientos de pago. Y en el Realejo no íbamos a constituir la excepción. Así están ahora esas instalaciones. En estado poco menos que ruinoso y suponiendo un cáncer económico para las arcas públicas. Dentro de poco deberemos añadirlos al catálogo de edificios históricos de estas ínsulas, bienes de enorme interés patrimonial. Y como Manuel Domínguez ostenta la presidencia de la Red de Centros Históricos de Canarias, tendrá la excusa perfecta para solicitar que la sede de dicho organismo se ubique en el pueblo. Bien en la Casa de la Gorvorana, bien en la natal de Viera y Clavijo, bien en la espléndida y mejor conservada que sirvió de morada al escritor Agustín Espinosa… Y si no, reconvertiremos cualquiera de los párquines. Por razones de deterioro, más que de edad.
Estos clamorosos errores no se publicitan. Se soslayan. Somos nuevos y todo viene de atrás. Por ejemplo, de cuando el actual mandatario era concejal de Hacienda con Oswaldo. Y su segundo, Sebastián Ledesma, de Urbanismo. El tiempo corre tan deprisa… Por ello recurrimos a las sesiones fotográficas de cumpleaños, a las entregas de metopas, a los reconocimientos interesados con menores, de mediana edad y, la especialidad de la casa, eso tan patético de la tercera juventud… Para tales menesteres sí tenemos un equipo de gobierno diligente. Mas si se tuercen las previsiones, entonces observamos, no sin cierta tristeza, que son demasiadas las carencias para afrontar las dificultades en la gestión municipal. Está para las maduras, pero en las verdes demuestran qué poco queda para acometer lo que no dicta la papa suave. Y como no se admiten sugerencias, proa al marisco. Por cierto, ¿cómo no bajaste al Puerto a estampar la firma? ¿No era el puerto de la vecina población asunto tuyo?
Y como seguiremos dando cincuenta vueltas antes que meter el coche en lugares tan lúgubres, aquí no ha pasado nada. Prometeremos hipódromos, campos de golf y concursos de bellezas, y tan felices. Unos kilitos de piche, quinientos besitos a troche y moche (ayer con lo del Día Internacional te habrás hinchado) y, mecachis, qué guapos somos.
Ya está. Hasta mañana.

miércoles, 13 de abril de 2016

Las tres pes

Tentado estuve de volver al asunto del Imserso. Pues Mundiplan, como adjudicataria del lote Islas, se está luciendo en esta primera temporada. Las protestas continúan y al destino Puerto de la Cruz se le acumulan las anomalías. Tanto que en la noche de este pasado lunes tuvo que salir a dar la cara en una tele local (El Día Televisión) el alcalde Lope Afonso ante un nuevo plante de un grupo de extremeños. Y en el Cabildo estiman que la marca Tenerife puede verse dañada. Aprovecho: Bien, Moisés, por esa labor periodística.
Desistí cuando leí que “Agulo apertura el plazo para participar en el Plan de Empleo Social”. Y me fui en busca del supuesto verbo aperturar y no tropecé con el susodicho. Cosas de Casimiro, pensé. Y me decanté por lo que te voy a relatar.
Es posible que algo relacionado con el presente titular hayamos escrito en pretéritas ocasiones. Pero como no tenía tiempo para indagar en los numerosos comentarios –qué importante soy– publicados en el blog, la lectura de cierta información me condujo a estas sugerentes tres pes.
Que no hace referencia a las que guardan relación con las consignas: paciencia, prudencia y perseverancia. Tampoco con las que se indican en la enfermedad de la diabetes: poliuria, polidipsia y polifagia. Ni con las características de todo conflicto: persona, proceso, problema. En secreto entre nosotros dos: todito copiado de Internet.
Cuando transitaba por aulas universitarias trabé conocimiento de tres profesiones no sujetas a horario fijo y que, asimismo, podrían englobarse en el presente capítulo: policías, periodistas y prostitutas.
Pero no van los tiros por tales derroteros. Intentaremos explicarlo. Para ello es conveniente consignar que hago alusión a PETA, pene y pollo.
PETA (People for the Ethical Treatment of Animals) es una organización (sin “ámbito” de lucro, que me espetó una vez cierto asesor) que vela por los derechos de los animales en el mundo. Se opone al consumo de productos de origen animal y propugna, por consiguiente, que seamos todos vegetarianos, con lo aburrido que debe ser eso.
A estos homeópatas (¿podemos denominarlos así?) no se les ha ocurrido mejor estribillo que sostener que el consumo de carne de pollo por parte de las embarazadas provoca que su futuro hijo tenga el pene mucho más pequeño. Un servidor desconoce la regla y métodos aplicados, a cuántos infantes se les ha realizado la medición y si existe tabla comparativa (tamaño del miembro, claro) con los nacidos de las que comen solamente lechugas, por ejemplo.
Puede que los sesudos analistas de la oenegé hayan copiado los pensamientos del gran tratadista boliviano Evo Morales. Aquellos encaminados a que el exceso de pollos, o pollas (después te lo explico), provocaba la terrible lacra de la homosexualidad. El macho es muy macho y no admite desviaciones. Iba a escribir otra cosa, te lo juro.
Como uno pertenece a otra generación, y los temores de carencias a cierta edad ya no tienen razón de ser, le he dicho a mi mujer que me ponga pollo todos los días. Y ella me contestó, con indisimulada sorna, que no eran conveniente las discriminaciones. Por lo que incluyó la polla. Que según el DRAE también es artículo comestible. A saber:
Polla, de pollo:
1. f. Gallina nueva, medianamente crecida, que no pone huevos o que hace poco tiempo que ha empezado a ponerlos.
Con sus variedades, verbigracia, polla de agua:
1. f. Ave gruiforme de plumaje negruzco en la parte superior, patas largas y verdes, y pico rojo y amarillo.
2. f. Ave gruiforme pequeña semejante a la focha o al rascón.
3. f. Ave gruiforme, de unos 25 cm de longitud desde la punta del pico hasta la extremidad de la cola y unos 50 de envergadura, con plumaje rojizo, verdoso en las partes superiores y ceniciento azulado en las inferiores.
Y en ello estoy, sin obsesionarme por las dimensiones y sin temor a travestismos tardíos. Comiendo lo que me venga en gana y sin distinciones por razones de sexo. En suma, que me peto (coloquialmente: agradar, complacer) cuando me siento a la mesa. Sobre todo cuando estoy de viaje con los viejitos.  El self-service es mi perdición. Se te van los ojos. ¿Y quién no prueba de todo un fisco?
Remitan a la PETA, como hice yo, para cierto sitio y mándense buenas jartadas, que estamos aquí cuatro días de prestado. Y si acatamos cuantas instrucciones nos señalan los entendidos de turno, a lo peor nos morimos de hambre. Así que mejor congraciarse con el estómago y si damos el traspiés, caigamos al menos con dignidad e iniciemos el viaje al otro barrio con la satisfacción del deber cumplido, con gozo y sin retortiños (versión canaria de mariposas en la tripa) de barriga. Llegado ese momento, tal vez, demos pena, pero pene va a ser que no. Total, para ese recorrido se te habrán cortocircuitado hasta los malos pensamientos.
Hasta mañana. Y aliméntense.

martes, 12 de abril de 2016

La nave

Ayer fue un día de sobresaltos. A Mario Conde lo detienen porque se empeñó en traer a España un montón de dinero que supuestamente había mangado a Banesto y que tenía depositado por esos mundos. Pensó el buen hombre que era hora de hacer caso a Montoro y regularizar ese notorio caudal. La acción es loable. Si delito es llevárselo a paraísos fiscales, debería premiarse la acción contraria. Yo hubiese permitido relajar la investigación y dejar que volviera hasta el último céntimo. Y después lo volvería a nombrar doctor honoris causa en una facultad de económicas de cualquier universidad española. De cárcel, por supuesto, nada de nada. Si ya fue condenado a veinte años y al poco tiempo andaba por Europa juntando la calderilla, lo que se merece es un aplauso.
En este país de pandereta, en funciones desde finales de octubre, sale un ministro un día a los medios de comunicación y suelta esta perla: “Quien aparezca en los papeles de Panamá debe salir a justificarlo”. Y cuatro días después –¿intuía algo?– proclama que le deben aclarar si se trata de esa nación o de Bahamas. Es justo reconocer que Soria es hombre de suerte. Ha llevado una trayectoria a caballo entre lo público y lo privado tan larga como polémica.
Como un digital ilustraba la noticia de su aparición en los famosos papeles con la foto que hoy me vale de soporte para este comentario, no sé si la presencia del otro personaje tiene su origen en el aparente paralelismo en la dualidad empresario-político que tanto se lleva en el Partido Popular. Con lo que el peligro de confusión es más que evidente. Espero que los siguientes en la lista, porque esto parece no tener fin, no sean de mi pueblo.
Aunque también acometemos acciones que confunden al ciudadano. El alcalde sigue empeñado en comprar una nave industrial abandonada del Polígono de La Gañanía que es propiedad de un señor que tiene acumulada una deuda con la hacienda local de unos ochocientos mil euros. Información que ha sido publicada en varias ocasiones sin que nadie lo haya desmentido. Así que no carguen culpas con este humilde bloguero.
El segundo de a bordo, Adolfo González, sostuvo no ha tanto que jamás se compraría un salón privado para uso público. Lo que significará, entiendo, que aboga por la propuesta que han lanzado IU y PSOE acerca de que se construya en terrenos municipales una instalación que acoja todo el material que ahora se halla en el barrio de Barroso y que tantas molestias está causando al vecindario. Pero su actual silencio se vislumbra como ejercicio tangible de complicidad con las tesis de su jefe inmediato. O dicho en román paladino: Donde manda capitán…
Si tú o yo debemos al ayuntamiento unos recibos, ponle el cuño de que nos caen arriba con todo el peso de la ley y pagamos por las buenas o por las malas, recargos incluidos. Pero si la cantidad adeudada asciende a unos ochocientos mil euros, ipso facto pasamos a formar parte del grupo de los privilegiados. Sí, tanto debes, tanta categoría ostentas y cuanto trato preferencial mereces. Poderoso caballero don dinero, para entendernos. Yo te adquiero la nave, tú quedas en paz con la conciencia deudora y…
Y después viene lo bueno. Porque las reformas que se deberán acometer para adecuar el edificio a los usos previstos, supondrá un incremento tal que si el Consistorio se hubiese decantado por la fórmula que los grupos políticos precitados proponen, lo mismo podríamos disfrutar de unas dependencias tan holgadas como eficaces. Nuevas, flamantes, espaciosas, adecuadas.
Son las cabezonerías de que todo lo privado funciona mejor. Al alumbrado público me remito. Y la empresa que gestiona su mantenimiento guarda estrecha relación con el apellido Soria. ¿Casualidades? Qué va, no seas mal pensado.
En un municipio que tiene una tasa de paro impresionante, su alcalde opta por el recurso de premiar a un defraudador. La posibilidad de que se pueda contratar con una empresa local la construcción que se deja mencionada no entra en los cálculos de la autoridad. Hay que cumplir con los nuestros. Como ocurrió en la zona de Los Príncipes en Realejo Bajo. Nosotros, alegarán, no tenemos competencias en cuestiones de trabajo. Pero sí para darle ídem a todos los concejales para que luzcan palmito, se rodeen de asesores, se fotografíen y se establezcan cómodos horarios.
A la par, entre empresas municipales y privatizaciones, las funciones disminuyen –lo que facilita reuniones partidarias en cualquier momento del día– pero no el sueldo asignado. El rendimiento se mide en retratos del bien quedar. Si nos sobran euros porque no acometemos lo que el pueblo necesita y demanda, presumiremos de buena gestión –qué incongruencia– y añadiremos unos kilos de piche a nuestro plan de barrios. Ostentaremos presidencias de patrimonios de no sé qué, mientras el nuestro se halla por los suelos o como mucho a la altura del betún. Y qué contarte de las entradas y salidas de la población.
¿Y no ves nada bueno? Poco, muy poco, porque el mantenimiento de los servicios esenciales es norma de obligado cumplimiento. Aunque nos hayan acostumbrado a que se califique como éxitos de una labor encomiable. Eso sí, felicidades por la mercadotecnia.

lunes, 11 de abril de 2016

Viajes culturales

Algunos viajes he realizado en las campañas del Imserso después de haber accedido al estado jubiloso. Todos ellos con la plataforma Mundo Senior. Que hasta ahora había monopolizado este importante sector de ocio para los de cierta edad. Pero el pastel era demasiado goloso y le salió un competidor, como ya hemos manifestado en anteriores ocasiones: Mundiplan. Y del litigio entablado entre ambos, esta temporada ha sido algo caótica. Aparte de tardía. Sobre todo en el lote adjudicado al último citado y más concretamente en el destino Islas Canarias. Se han sucedido los conflictos y las quejas de muchos viajeros ha sido portada en no pocos informativos. Parece ser, según me cuentan fuentes dignas de crédito, que Mundo Senior montó un programa paralelo para fastidiarle las plazas a su competidor. Los hoteles han disfrutado de buena ocupación, pero muchos grupos han sufrido desvíos y cambios que han provocado una mala imagen que ojalá no repercuta en ejercicios venideros.
En este año me correspondió un viaje cultural a Reus (Tarragona). Del 3 al 8 de abril. Días en que te dejé programadas mis apariciones en Pepillo y Juanillo. Para que no me echaras de menos. Como somos cinco en el clan familiar, bastante suerte tuvimos. Es el tercero que disfruto en esta modalidad. Los dos anteriores, a Peñafiel (Valladolid) y Toledo.
Soy consciente de que mi comentario de hoy en este blog puede no ser del agrado de alguno que pueda sentirse aludido. Pero creo ser portavoz del sentir de bastantes pensionistas con los que he tenido la oportunidad de intercambiar pareceres. Y, ya se sabe, las opiniones son libres.
Regresé desilusionado. Ha sido una experiencia triste. Porque para este tipo de actividades no todo el mundo está preparado. Y, cuidado, no me refiero a que yo exija un determinado nivel cultural para acceder a los mismos. Porque la inquietud para asimilar las explicaciones de los guías que nos acompañan en las visitas no viene prefijada por estudios ni universidades. Pero sí por un querer aprender, por ser capaces de captar bellezas y sumergirse en historias y facetas de un pasado cargado de aconteceres que bien merecen un respeto.
Y no resultó. Me tocó compartir vivencias con quienes solo piensan en comer, bailar y contar chistes cuanto más guarros mejor. Que protestan por los asuntos más nimios (se acabó el queso en el desayuno) y añoran bingos, piscinas, sol y playa. Que hacen caso omiso a las indicaciones en los lugares visitados y que arman tremendas escandaleras (nada te cuento de los manejos con los móviles) cuando en el Monasterio de Poblet, verbigracia y por razones obvias, la prudencia, el silencio y los buenos modales deben ser carta de presentación.
Que sí. Ni uno, ni dos, ni tres. De los cincuenta, unos bastantes. Lamentable. No puedo escribir lo contrario. La mentira no va conmigo. Y como Juan Manuel, quien fuera cura de Realejo Bajo y compañero del gremio docente en el IES Mencey Bencomo, también fue uno de los excursionistas, sabe que mis opiniones intentan ser lo más objetivas posible. Y más de una charla tuvimos en los días que transitamos tierras tarraconenses. Hasta de los fuegos hablamos.
Cuando quise hacer la IPS (Instrucción Premilitar Superior), para que el cuartel normal no me impidiera los estudios, debí someterme a unas pruebas físicas amén de unos exámenes teóricos a base de test que medían tus aptitudes para la  vida militar. Sería, entiendo, buena medida el que se llevaran a cabo pruebas semejantes para que el aspirante a viajero demostrara que se halla en condiciones de ‘soportar’ una experiencia diferente al destino denominado Costas e Islas. Y si no, al menos, una declaración jurada de que va a portarse bien. Y de no ser así, no vayas, carajo, y tira para otro sitio que tienes donde elegir y deja este puesto a quien sí es capaz de ‘sacrificarse’ por acumular experiencias y conocimientos; en suma, saber.
A estas alturas del artículo es probable que ya me hayan tildado de elitista, clasista y mil lindezas más. Pero el que no quiera entender que una semana de vacaciones en cualquier hotel tipo todo incluido, donde el llenar la tripa y pasarlo bien es el objetivo a satisfacer, nada tiene que ver con esta programación con la que el Imserso pretende que conozcamos culturas, que ampliemos horizontes, que abramos nuestros sentidos a otras realidades históricas, al arte. Y si por un casual te encuentras decaído en cualquier instante, disimula, échate a un lado, sal fuera, pero no armes otra charla paralela con la vecina de turno al máximo nivel de volumen.
Son aquellos que rematan la jugada con apostillas ridículas como las de creerse en posesión de toda la verdad y achacan a quien nos debe aguantar desde la llegada al aeropuerto hasta que vuelve a despegar el avión, las veinticuatro horas de cada día, con un ilustrativo “le falta rodaje”. A tu lado, por supuesto. Y no solo por razones de edad, que también. Mucho más por cuestiones de lengua. Que se afila con los años.
Por la presente temporada, uno. Y ya ven cómo me fue. Me entretendré por las islas maravillosas que tenemos en el archipiélago. ¿En la próxima? Ya se verá. No quisiera recurrir al argumento contundente de una de las protestonas por todo (oh, fíjate tú que se molestó porque no encontró un plátano de postre; no me digas tú que es para darle dos buenas nalgadas) cuando espetó un atractivo que se lo metan por…
¿Y qué quieres? Si no me fue bien, lo escribo y me desahogo un fisco. Una foto es del aludido Monasterio de Poblet. La otra, un cartel que me tropecé en Montblanc (preciosa población) y que se la dedico a los amantes de los fuegos de artificio de nuestro pueblo. ¿De dónde los veré este año?
Hasta mañana, mis estimados.