viernes, 29 de enero de 2016

El senderismo, un atractivo turístico

En repetidas ocasiones hemos tenido la oportunidad de hablar­les sobre el tramo del sendero tu­rístico de la costa de Los Reale­jos que va desde el complejo hotelero de Acapulco (Hotel Mari­tim) hasta la Urbanización Romántica II. En ellas –y aho­ra lo reiteramos– abogábamos para que se tuviera muy en cuen­ta su mantenimiento. Desgracia­damente todo ha caído en el saco del olvido. No obstante, da­mos aquí por reproducidas cuan­tas anomalías detectábamos en aquella –o aquellas, que ya no sé– ocasión.
Gran amigo de la mar –¿qué isleño no lo será?–, me encanta pasar largos ratos dedicado, simplemente, a su contempla­ción. Y es que la brisa en sus orillas deleita sobremanera. Ha sido, precisamente, en uno de esos frecuentes viajes cuando me he dado cuenta de la ingente cantidad de turistas que mero­dean por estos contornos. Con­tornos –los de la costa realejera– que ofrecen belleza sin par e invitan a la meditación. Desde jóvenes hasta mayores, con bastantes años a sus espal­das, cámara fotográfica en ristre, intentan plasmar cada rincón del recorrido. En una y otra direc­ción se cruzan mil lenguas como en una Babel.
Atractivo sería, sin duda, que esta posibilidad que se ofrece fuese ampliada hasta la total con­secución del proyecto original, es decir, poder visitar la costa completa de la villa de Los Realejos. A buen seguro que todos aque­llos que hayan pasado sus vaca­ciones en el Hotel Maritim, o en las Románticas, apoyarán incon­dicionalmente la medida de solicitar a la Consejería de Turis­mo que se moje en esta posi­ble realización. Teníamos cono­cimiento de que existía subvención para un nuevo tramo, pero hasta la fecha nada de nada.
Sr. alcalde: tráigase a don Blas Rosales, dele un paseo por la ori­lla de la mar y refrésquense am­bos las ideas. Que es sano ejer­cicio hacerlo de vez en cuando.
Quiero imaginarme lo conten­to que se pondría mi buen ami­go don Enrique Talg, acérrimo defensor donde los haya del sen­derismo como oferta turística de primera calidad. No todo –y más en el norte de la isla– pue­de ser sol y piscinas. Eso lo sa­ben bien los hoteleros que viven diariamente la brutal competen­cia que el Sur ha establecido.
Pero, aun a sabiendas de que el proyecto reseñado es costoso –tanto económicamente como en su realización, recuérdese lo acantilada que es esta costa–, nuestras pretensiones deben ser mayores. Efectivamente, existen en el Valle de La Orotava grandes ru­tas que, con un mínimo de ade­cuación, bien podrían servir para excursiones organizadas, donde no solo el visitante de turno pue­da contemplar nuestra flora y tal vez escasa fauna, sino que, bajo la experta batuta de personal es­pecializado, puedan recibir ma­yores conocimientos sobre ese particular.
¿Y qué decimos de nuestros escolares? Les estamos introdu­ciendo gran cantidad de conceptos que podríamos denominar bárbaros –entiéndase, extranjeros–, sin saber lo que tiene a su lado que conviven con él, aunque no se haya dado cuen­ta o no se le haya prestado la de­bida atención. Da realmente pena el compro­bar el deterioro de la escasa señalización existente en nuestros montes. A título de ejemplo, aquella que se des­trozó por la apertura de la tro­cha o cortafuegos cuando el incendio del 83, luego de haber pa­sado cuatro años, no ha sido repuesta.
Senderos como el que des­de la Piedra de los Pastores –en la pista forestal que desde la caseta Sventenius va a la casa fo­restal de Los Realejos– descien­de hasta el Chanajija, se encuen­tra a la ventura de Dios.
Si mi modesto consejo de algo pudiese servir, propondría a la Dirección General de Medio Ambiente, y a su recién nombra­do Director General, que no de­dique tanto obrero a las pistas en exclusiva y detraiga algunos para ir acondicionando –poco a poco– estos senderos; como manera práctica de establecer clases de Naturaleza, que buena falta nos están haciendo.
Lo de las pistas lo decía por­que me da la impresión de que lo único que se está consiguiendo es que, cada vez con mayor fre­cuencia, se estén introduciendo en nuestros montes auténticas caravanas motorizadas –sobre todo de determinadas casas de alquiler de vehículos– que es­tán deteriorando, aún más, nues­tros ya esquilmados y escasos re­cursos.
Esperemos que no sea dema­siado tarde cuando vengan a dar­se cuenta del desaguisado y ocurra algo así como lo del Cono del Teide con el invento del Teleférico.
Hoy es 29 de enero de 2016. El texto anterior fue publicado en El Día (Desde La Corona) el 17 de enero de 1988. En este intervalo de 28 años, afortunadamente, mucho de lo expuesto ha mejorado. No tanto en el sendero de la costa cuanto en los otros aludidos. El que atraviesa el Paisaje Protegido de Rambla de Castro sigue siendo asignatura pendiente. Ojalá no haya que esperar otro tanto para que este activo turístico ofrezca todas las garantías a los miles de visitantes que a lo largo del año transitan por él. No perdamos la esperanza.
Se acaba enero. Los jubilados ya hemos cobrado y nos han sumergido en el terrible dilema de qué hacer con todo ese incremento. Como me lo gaste en cortados, al igual se me vuelve a disparar la tensión arterial.
Y ya que la semana también finiquita, y quedamos para el lunes, te cuento que estas apariciones entrecortadas (lunes, miércoles y viernes) se deben a un nuevo garbeo por estas islas maravillosas que la naturaleza ha ubicado en medio de la mar océana. Habrá constancia fotográfica. ¡Ah!, espero que Isidro me perdone el ‘robo’ de la que ilustra este post.
Hasta el próximo lunes. Que será febrero. Y bisiesto.

miércoles, 27 de enero de 2016

Tres fotos

Vamos a relajarnos un poco. Y nos entretendremos con tres fotografías. A las que tan dados son los miembros del equipo de gobierno de mi ayuntamiento. Se privan. Cualquier motivo es bueno para el regocijo.
En la primera, alcalde (en un rato que le quedó libre) y concejal posan ante un contenedor para congratularse por los muchos kilos de ropa y calzado que los realejeros depositamos en tales recipientes. Ahí están Domingo y Manolo, agarrados al susodicho, y a la espera, eso entiendo, de que alguien acuda con la bolsa y proceder a la entrega de la metopa conmemorativa. Se me ocurre, porque otra explicación no vislumbro. Cuando se haya generalizado la ubicación de los depósitos para recoger los excrementos de los animales de compañía (¿vale pulpo?), se hará un sorteo para ver qué concejal se retrata cuando se bata el récord de mierda acumulada. Llegado el instante, Domínguez, me imagino, delegará en Adolfo.
En la segunda, entrega de un “nuevo” vehículo para los miembros de Protección Civil. Organización que crece en proporción inversamente proporcional (¿se dice así, matemáticos?) a la Policía Local. Los unos cubren las notorias carencias de los otros. En el Plan de Seguridad de Marrón deberá estar contemplado el cometido de cada cual. Para que no haya sorpresas en el futuro, dado que nuestro pueblo disfruta de muchísimas fiestas, amén de los eventos (cómo iba a faltar la palabreja). ¡Ah!, ¿nuevo vehículo el 5040-BDS? Si es más viejo que el mío. Ya me pudieron haber avisado y hubiésemos llegado a un acuerdo. Según mis cálculos (en Internet se encuentra todo), es de enero de 2001. Quince años. Si llega a ser flamante, no caben todos en la instantánea.
Otro coche que no vio la curva de la depuradora al lado del Maritim. Y siguió recto. Pero en la presente ocasión hubo una explicación convincente. No solo el freno de mano sirve para retener la máquina. Ni despiste ni las gomas lisas. Temeridad y falta de sustancia gris. Las conversaciones previas solo vienen a confirmar que hay juegos peligrosos. Mucho más para terceros que osados y atrevidos. Y creía yo que a ciertas edades las cabezas se amueblaban. Va a ser que no. Que vaya uno tranquilo y se halle de sopetón con este paquete que se le viene encima. Peligro.
Hasta la próxima. Y cuídense.

lunes, 25 de enero de 2016

Jópez

¿Cómo llevamos lo de los pactos? ¿Ya se definió el ciudadano Felipe? Rajoy le iba a cantar las cuarenta en bastos: "Yo, sin dudarlo, el primero". Pero le fallaron los apoyos y debió renunciar. Pensó que la veteranía era un grado. Ya le queda menos para que los suyos se lo coman vivo. Como un pulpo a la gallega.
Siguen sosteniendo los populares que si se conforma cualquier otro gobierno que no pase por ellos será un engaño al electorado. Que se atrevan a hablar de incumplimientos, manda tela. Ni sus periodistas de cabecera están ya por la labor. Ni siquiera el pistolero.
Los que ponen en solfa los lamentos de Jiménez Losantos por no llevar pistola con la que disparar a Errejón, Bescansa o Maestre no conocen a Jópez. Federico, a pesar de su amplísimo bagaje, no le llega a la suela del zapato. O a la lona de la alpargata (la blanca, la de hombres, faltaría más), más en versión autóctona. ¿Que quién es Mr. Jópez?
Mr. Jópez (don Nítido, puro y casto, para los amigos) es –era– un chico de barrio. Menudo pollo está hecho. Criado en un ambiente familiar estable pero echado a perder por eso que denomina la opinión pública malas compañías. Lo cierto es que los posibles inductores de los desvíos conductuales supieron integrarse en la moral y buenas costumbres en un instante de lucidez transitoria. Jópez, no obstante, siguió erre que erre en su deambular sin freno por los intrincados y perversos vericuetos de la sórdida maraña social. Se pringó en el lodazal hasta las mismísimas cejas. Se enredó en las nasas y trasmallos de la iniquidad. Y creyó ser el rey del mambo. Permutó el pulcro vocabulario mamado en el hogar por el más atractivo y sugerente de los bajos fondos. O de los bajíos. Diríase, para mejor entendernos, que se pegó como una lapa a la roca de la perversión.
A los detractores del polémico periodista que añora a Marcial Lafuente Estefanía (aquel que con una bala se cargaba tres malvados cuatreros; puestos en fila, claro) en sus mañanas radiofónicas, les recomendaría transiten otros foros, que beban en más fuentes (a incluir el Chorro Cuaco y los de Epina). Se llevarían tremendas sorpresas cuando conocieran los andares del protagonista de este cuento. Menudo es mi Jópez.
Mi Jópez no tiene un chiringuito (serie televisiva producida por Mediaset en colaboración con 100 balas, ¿lo cogiste?). Jópez es chiringuito per se. Productor, realizador, jefe, ayudante, cámara, actor, histrión y recogepelotas. También las toca en increíbles juegos malabares. Y no amenaza, como el peninsular. ¿O godo? Dispara y después pregunta. O tal vez no. Jópez, mi Jópez, es hombre de pelo en pecho y sin filamentos en la lengua. No tiene un pelo de tonto. Y jura por todos los habitantes de su nirvana que se le caerá el ídem a quien ose traspasar las fronteras de su Mississippi. La cagaste, forastero.
Por los lugares que transita mi Jópez no hace ni corre un pelo de aire. Ni dejan crecer la hierba, cual un Atila al uso. El huno que montaba a Othar. Y siempre va a pelo descubierto, contando con pelos y señales las vergüenzas ajenas para general escarnio y pública tribulación. Dicen, o me contaron (marca de la casa, me viene al pelo)… ya me olvidé. Recuérdamelo tú, Monda. Hoy es lunes. Vaya día para empezar la semana.
Así te luce el pelo, Federico. Buscas el pelo al huevo y un día de estos se te va a caer (el pelo). Poco importan tus exabruptos a contrapelo. Estamos acostumbrados. Gentes de medio pelo, o quizás de poco pelo, no como mi Jópez, abundan al socaire de ondas hertzianas. Lo bueno de este país (ahora, que con Franco no pasaba eso) es que la justicia suele también, todo se pega, echar pelillos a la mar. Así, claro, estamos hasta los pelos.
Hace tiempo que no le veo el pelo. Deberá estar sachando papas. Seguro que cuando me anime y me atreva a contar su cuento (¿contar su cuento?) se me pondrán los pelos de punta (¿los pelos de punta?, difícil lo veo). Estuve en un tris tiempo ha pero la oportunidad se me escapó por los pelos. Y es que personajes de buen pelo (ironía a la enésima) no se hallan a mano todos los días.
Menudo es mi Jópez. Sigue así y se te queda enano. Controvertido, exotérico, esotérico (¿también?), histérico, colérico, cantinflérico, celtibérico, matérico, hipérico (¿seguro?), en fin, estratosférico. Como para tirarse de los pelos.
Si has creído que hoy fui de tomadura de pelo, nada mejor que desviarte a una reflexión seria del amigo Luis Febles. Lo malo es que el título se las trae, tiene miga: Crecepelo para Canarias. Pincha, si te restan dos minutos, en el siguiente enlace: http://eldia.es/2016-01-22/CRITERIOS/CRITERIOS17.htm. Eso sí es escribir.
Hasta más ver, que son señas…

viernes, 22 de enero de 2016

Ciudadano

Bien haría Alberto Garzón en preocuparse por la crisis de identidad tan profunda que existe en Izquierda Unida. Desde que Julio Anguita –y ya ha llovido desde aquel entonces– decidiera que con el PSOE no se podía pactar por haber traicionado los ideales de la izquierda, son demasiados los vaivenes habidos en el seno de la formación política. El acentuado retroceso electoral que se viene produciendo en cada convocatoria con las urnas no surte efecto alguno. Más bien al contrario. Si las fugas (de votos) persisten, algo, o mucho, se debe estar haciendo rematadamente mal.
En Canarias no han sido ajenos a las revueltas (remontémonos  a los tiempos de ICU, ICAN y el posterior nacimiento de CC, aunque del condenado Mauricio ya no se quiere saber nada). Pero esa es otra historia que ya se cuenta en los nuevos libros en formato digital. El papel impreso parece no estar de moda.
Como portavoz y cabeza visible del penúltimo invento, Unidad Popular, fue recibido en La Zarzuela, donde vive el rey Felipe. Yo, que de monárquico tengo únicamente la dirección de mi correo electrónico (desdelacorona), y que los Borbones ni fu ni fa, entiendo que el estado español se ha dotado de un sistema político con el que podremos o no estar de acuerdo, contra el que tenemos el legítimo derecho a discrepar y de luchar democráticamente para cambiarlo. Pero la boutade de ‘ciudadano Felipe de Borbón’ me parece que flaco favor, salvo la notoriedad del momento, juega en el objetivo prioritario, que no debe ser otro que relanzar el proyecto político. Pues de no ser así, de no conseguirse, creo que no va a hacer falta un meteorito para la extinción total.
Muchos militantes de Izquierda Unida creyeron buena táctica el ataque desaforado al Partido Socialista. No es menester irse demasiado lejos. En vez de analizar las posibles líneas comunes, se enzarzaron en airear diferencias. Y en el yo soy más que tú y represento mejor que nadie la clase obrera, perdieron los tiempos de las confluencias. Los entendimientos no fueron jamás posibles. Puede que Izquierda Unida haya pensando que no quería acabar en el seno de la formación socialista. Y se obcecaron de tal manera que vinieron otros lobos (metáfora pura y dura) y solo escaparon unos pocos.
Se han pasado así años, décadas. Sin percatarse de que el edificio se hundía. Parecía más importante buscar enemigos en las aceras de enfrente. Aunque lo peor es que siguen sin hallar las teclas adecuadas. Menos mal que los comentarios de este blog pueblerino no trascienden fronteras lejanas. Que si no podría ser tachado, señalado, marcado con una cruz roja. Por haber sido algo en un pasado. O a lo peor aún no estoy a salvo. Deja ver.
Con todos mis respetos, ciudadano Garzón, deje que le traslade mi modesta opinión: Con boberías de tal porte no va a resolver nada. Mañana, cuando se dirija al presidente de la nación, ¿va a llamarlo ciudadano primer ministro? ¿Cree usted que un servidor cuando vaya al ayuntamiento para pedirle una cita a Manolo debo mentarlo como ciudadano alcalde? O, sin romperme el coco con otros ejemplos, cuando vea a Jonás en cualquier rincón del pueblo, ¿le parecería lógico que lo interpelara como ciudadano concejal de la noble oposición de la Villa Histórica de Los Realejos?
Ciudadano Kane se lo debemos a Orson Welles. Ciudadanos, con Rivera, va que chuta. No se complique más la vida que por etiquetar a Felipe como rey no le va a restar un ápice de su republicanismo. Ni a usted ni a nadie. Esas son las solemnes tonterías con las que los chicos de Podemos intentan destacarse cada día. Aunque en su favor está la convicción de una ideología a prueba de bombas. Los otros fluctúan como la Bolsa y el Ibex 35. No la estropee con salidas de tono. Lo tengo en buena estima, serio, competente, responsable, con un discurso bien armado. Pero se le fue la pinza. Y lo malo es que le surjan imitadores. Ya alguno del Realejo está en ello.
¿El inciso? Allá va: Ayer leí una información del eterno proyecto de la estación de guaguas en El Puerto. Y no entendí nada. Una infraestructura tan necesaria, tan vital para una ciudad que brinda ahora mismo una imagen tercermundista con las guaguas en la calle, y que los políticos sigan pasándose la pelota. Ni Lope ni Carlos, ni Chano ni Sandra. Ineptos, gandules, cojan un fisco de vergüenza. Malimpriados sueldos que les estamos pagando. A sachar papas yo los pondría más que sea tres o cuatro meses. Se salvan porque no hay terreno para tanto, que si no… Y luego sale Linares presumiendo de las inversiones en el Norte. Vétete por ahí.
Hasta la próxima. Y ánimo, que yo solo queda otro empujoncito y salvamos la cuesta.

jueves, 21 de enero de 2016

Rehabilitar

Prometí ayer que me alongaría por el Mirador de la Paz hacia Martiánez. Y cuando en ello estaba, pasa un amigo con el periódico bajo el brazo, qué mejor sitio, y me señala que eche una visual a la información que aludía a la rehabilitación de la Casa de La Gorvorana. La foto que ilustra este post de hoy jueves es ‘robada’ del citado medio de comunicación (El Día).
Como en el anterior (Refundar CC) también se trató de la posible modernización de un partido político, me fui al diccionario (lo mío es manía), ya que el de hoy lleva asimismo un elegante prefijo “re”, y saqué la conclusión de que no habría tenido mayor inconveniente en el título: restaurar, renovar, recuperar, resucitar, reponer, restituir, reformar, reintegrar, remozar, refrescar, regenerar, reanudar, rejuvenecer, reverdecer, reorganizar, revivir… Por echar mano solo de los sinónimos de similar composición (con el consabido re), que si me sumerjo en la generosa lista de voces de significado semejante, lo mismo no acabo. Qué versátil es nuestro idioma. A la par que rico. Me decanté, como arriba han comprobado, por rehabilitar.
Tras el paseo de rigor, bien emperchados de traje y chaqueta, tuvo lugar hace un par de días la presentación de una nueva obra incluida en el plan de modernización portuense. Se procederá a la adecuación del tramo del paseo costero (mejor, que nos brinda una excelente visión de la misma) comprendido entre el Hotel Semiramis y el mentado Mirador de la Paz.
Por sesiones de rehabilitación y otras visitas al Centro Médico Tucán, tanto de mi mujer como mías (ya estamos alcanzando la edad del patrimonio histórico), me considero ya pateador nato de aquellos parajes. Y nada que objetar a esta inversión de casi un millón de euros para ejecutar el proyecto redactado por Joaquín Casariego, quien, por las coincidencias nefastas de la vida, fallecía ese mismo día. La zona demandaba urgentemente algo más que unos remiendos. Muchas escalones y un parapeto que no invitaba a una contemplación más gozosa de las aguas del Océano. Que no se demoren las obras y que en diez meses podamos pasear con mejores garantías, con accesos adecuados a las diferentes edades y condiciones físicas (lo que ahora denominamos supresión de barreras arquitectónicas) y con mejores enlaces hacia los otros paseos de la urbanización (como el de Agatha Christie, por ejemplo).
La pena que me queda es no haber estado por allí en el momento del lucimiento político. Porque los habría invitado a que me acompañaran a otros sectores del entorno. Que merecen una limpieza a fondo. Diría, incluso, que hasta una buena fumigación. Vayan a misa un domingo (a la ermita no, a la iglesia del costado oriental) y dirijan la vista hacia el Norte, respiren profundamente y oxigénense con los efluvios de la mucha mierda acumulada. Los entendidos en los bajos fondos alegan que es zona de encuentros furtivos. O a lo peor no tanto.
He escuchado por varias vías que las obras que ejecuta el Consorcio Urbanístico para la Rehabilitación de Puerto de la Cruz no están muy bien planificadas. En torno a la que se va a acometer en la Calle Quintana, comentarios bien dispares. Sostienen los informantes que no se entiende cómo hay otros desperfectos que requieren intervenciones más apremiantes. Y ahí lo dejo. Como diría el otro, que bastante tengo con lo mío.
Y lo de un servidor es El Realejo. De La Gorvorana, para ser más exactos. En aquella casa de ilustres habitantes en centurias idas para siempre (déjame presumir un fisco), nací yo hace la tira. Bueno, tira y media. Y por aquellas fincas corrí, mamé naturaleza y trabajé en periodos vacacionales para tener unos duros con los que ir al cine.
Del lamentable estado del enorme edificio mucho se ha escrito. Ahora mismo es el cura Gabriel el que lleva la voz cantante. Buenos historiadores del pueblo han indagado y se han sumergido en legajos para rescatar pasajes que bien merecen ser publicados. Me comprometo a buscarles patrocinador. No pienses en el ayuntamiento. Ni siquiera la excusa de la crisis valdría de tapadera. Hay mucho más.
La información a la que aludí al principio (la tienes completa en el siguiente enlace: http://eldia.es/norte/2016-01-20/8-Gorvorana-aspira-ser-gran-espacio-cultural-Valle.htm), viene a ser un mucho más de lo mismo. Manolo y Adolfo han encontrado la solución al patético deterioro de aquel rico patrimonio en el estudio de una universidad privada. Bien les gusta a los populares lo privado. O de pago. Así está lo público.
Miren la foto. Siglos de historia en manos de principiantes que nos van a presentar un proyecto que debe incluir, primer requisito, una cafetería (lean la noticia). Para que los Gorvalán, Gálvez, Alvarado-Bracamonte, Vergara y Grimón y hasta el gran Bonnín Guerín se echen un cortado.
Manifiestan el 1 y el 2 del Consistorio que se trata de un proyecto abierto a propuestas. ¿Cuáles? Los estudiantes presentarán las ideas en junio y luego toca buscar la financiación. ¿De Europa? Me llama la atención, asimismo, que el gran espacio cultural del Valle (de la nada al infinito) deberá estar bien integrado en el paisaje y el entorno. ¿Otra broma, estimados ediles?
Un proyecto de estas características, que llevará implícito un impresionante cúmulo de historia, arquitectura, arte, tradición, agricultura, ganadería, costumbrismo, economía, en suma CULTURA, no puede dejarse al albur de “unas ideas”. Merece la intervención de un gran equipo multidisciplinar. Y en Los Realejos, nuestro pueblo, existe material humano que mucho tiene que decir y aportar. Y digo –escribo– más: No cualquier arquitecto está capacitado para acometer la trayectoria adecuada de esta ingente obra. El que se ponga al frente de ese colectivo, en el que los políticos han de mantenerse al margen (lo suyo sería buscar las perras –ardua tarea– y cortar la cinta), deberá contar con suficiente experiencia en el sector de la restauración y la mano izquierda adecuada para convertirse, batuta en mano, en el director que armonice este recital de variopintas sinfonías.
No comparto, por lo tanto, estos júbilos políticos que carecen de base y consistencia. Esto no se trata de tirar barro a la pared o de empichar otra calle. El asunto es mucho más serio. Y requiere acciones juiciosas y no alegrías desenfrenadas.
Me temo, en conclusión, que se ha pretendido comenzar por el tejado. Y sin una buena cimentación, aunque quede oculta en el proceso constructivo, el edificio se desmoronará. Los dos, el real y el virtual.
Yo solo escribo. Mal y con ideas un tanto deslavazadas. Admito, pues, sugerencias. Participen. En el pueblo queda bastante por hacer. También en la recuperación de mucho patrimonio. Y no por existir dos concejales que lleven tal etiqueta se atisba mejoría.
Hasta mañana.

miércoles, 20 de enero de 2016

Refundar CC


Han sido varias las ocasiones que hemos abordado este particular. Quizás no ceñido al caso concreto de Coalición Canaria, pero sí al de otros partidos o formaciones políticas, por ejemplo, el Partido Socialista Obrero Español.
Cada vez que los resultados de una contienda electoral no responden a las expectativas contempladas por los cuadros dirigentes, se plantea la posibilidad de ahondar en las causas que condujeron a la debacle. Y a raíz de lo acaecido el 20-D, próximo pasado, le ha tocado el turno a CC. Por lo que muchas voces se han escuchado en torno al giro que debe acometerse para reverdecer viejos laureles. Algo que no es nuevo, porque la canción se repite como los estribillos de los temas veraniegos de Georgie Dann. Al menos en los años en que yo era mucho más joven. Ahora, los otros años me han alejado de la onda musical al uso.
Desde Linares hasta Barragán. Desde Mario Cabrera hasta José Miguel Ruano. Aquí da la impresión de que todos han empezado a copiarse, y cumplir a rajatabla, el manual de instrucciones al más puro estilo del Partido Popular. Incluso los novatos de Podemos ya transitan por tales vericuetos de obediencia a las líneas maestras. Parecen ya avezados imitadores de los partidos tradicionales, entendiendo por tales aquellos que ya llevan en la brega unas cuantas décadas.
He acudido, otra vez, al diccionario. Para caer en idéntico desasosiego. Me indica el susodicho que refundar significa: Revisar la marcha de una entidad o institución, para hacerla volver a sus principios originales o para adaptar estos a los nuevos tiempos.
Pienso yo que para tal menester, bastante complicada se antoja la actividad si  va a ser acometida por los mismos de siempre. Porque los anquilosamientos de un colectivo son debidos, entiendo, al inmovilismo de quienes llevan las riendas de la máquina. Y es que el acomodo tiende a ir lastrando el engrase del artilugio.
Ahora, debe ser que por inspiración divina, el alcalde villero –lo de aspirante a senador es agua pasada que no mueve el molino de la Villa Arriba– ha visto la luz: Los pactos en cascada no funcionan. Las realidades locales chocan frontalmente con las casuísticas de más altos vuelos. Lo mismo se levantó un día y se puso a leer Pepillo y Juanillo en el momento adecuado. Vaya descubrimiento.
Se deben levantar las losas, clama el majorero Cabrera. Carecemos de herramientas y de claves renovadas. Hay que cambiar casi todo y repensar el partido. Hay que agitar CC. Todo ello con el aderezo de las rajadas contra su propio secretario insular. Qué discurso más reivindicativo de quien (basta una ojeada a la Wikipedia) desde la década de los ochenta del pasado siglo ya había sido enchufado (a dedo) en el ayuntamiento de Puerto Cabras. Más de tres décadas ordeñando ídems.
Y el otro, el otro y el de más allá. Sumergidos en las prácticas de siempre, se erigen en salvadores del nacionalismo canario (eufemismo del quedar bien) cuando han sido sus propias acciones los que han hecho naufragar el navío. Acostumbrados al buen vivir (¿Bon vivant?, pues sí, por qué no) y apegados a la teta del poder, creen aún hallarse en la cresta de la ola y se nos muestran casi tan farrucos como siempre. Ayer mismo leí las declaraciones de  un concejal de Teguise en las que nos trasladaba el peso específico de su representante en el Congreso de los Diputados (Ana Oramas) y la lección que había enseñado al rey Felipe para la designación de candidato a la presidencia del Gobierno. Y ahí lo dejo para no recurrir al chiste fácil con lo del peso específico. Ni con tallas ni estaturas. Es que son curritos, carajo, y no hay otra.
Pena, penita, pena me queda por un perdido García Ramos en este jardín de plantas trepadoras, casi todas carnívoras. Que va a ser renovado (y quizás ampliado, como el de Aclimatación del Botánico) en sus estatutos. Cuya redacción correrá a cargo de los mismos, ejecutados por los mismos y cumplidos por nadie, pues al paso que llevan acabarán más solos que Enrique en mi pueblo. Le dieron el pasaporte a Paulino, único cambio, y… a peor.
Y ya está. Puede que mañana comente algo de la mejora del paseo de la costa en Puerto de la Cruz. Zona que transito con frecuencia por mis visitas al Centro Médico Tucán (que me pague su gerente la publicidad).
De lo que no pienso dedicar una sola línea es del especialista Francisco Camps y de sus opiniones acerca de la vestimenta y aspecto físico de los miembros de Podemos (quién mejor para aconsejarle de cómo se usan los trajes), de la revisión de vehículos Renault (aliñada con una brutal campaña publicitaria de nuevos modelos), del ocaso más que evidente de quien fuera el mejor tenista del mundo…
Hasta mañana. Que es buena  muestra de renovarme cada día.

martes, 19 de enero de 2016

Degradación

Este pasado fin de semana se produjo en Valverde (El Hierro) un lamentable espectáculo en el que se vieron involucrados varios luchadores del Arguama (Candelaria), equipo que horas antes había disputado en El Pinar un encuentro del vernáculo deporte que transcurrió, dicen las crónicas, dentro de los cánones de la más absoluta normalidad. Pero las copas, parece ser, allá a las tantas de la madrugada en la capital herreña, villa fría donde las haya, comenzaron a calentar los ánimos. Y se armó la marimorena en la cuna de la lucha canaria, en el solar de insignes bregadores que tanto brillo aportaron al engrandecimiento del deporte canario por antonomasia.
Cuando me enteré, sentí una tristeza enorme por esta degradación moral. Que se agrava por el entorno en el que se desarrolla. Y me vinieron a la memoria recuerdos de los inicios del C.L. Atlante, hace casi unas cinco décadas en el barrio realejero de Toscal-Longuera. Mejor, en El Toscal, que en aquel entonces se hallaba bien diferenciado de La Longuera y cuyo límite se marcaba en la Casa Azul.
Como me tocó alcanzar unos buenos talegazos en la práctica del mismo –creo haberlo contado en anteriores ocasiones–, entiendo que estos acontecimientos provocados por ¿deportistas?, aunque sea fuera de la propia competición, flaco favor hacen a una disciplina que se caracteriza por otros nobles valores. Estimo en gran medida la rápida y contundente acción del club de apartar a los dos más destacados protagonistas del circo montado en las calles de Valverde por tan indigno comportamiento. Hubo mucho más que palabras. Corrió la sangre, y no exagero, por la tranquila y sosegada localidad.
Me vino a la memoria que el 21 de marzo de 1983, en un improvisado terrero ubicado en el inmenso solar que albergaría luego el colegio público, reaparecía el equipo antes mencionado, tras un período de baja en los torneos y después de haber realizado un periplo por diferentes espacios (La Gorvorana, la Media Cuesta, Los Potreros).
Tuvimos la oportunidad e inmenso placer de dirigir unas palabras al respetable público a través de aquella megafonía que hoy constituiría una pieza de museo. Allí, en aquella noche, dijimos:
“Al igual que en la primavera nuestros campos se tornan más bellos y hermosos, al igual que en la primavera, dice el refrán popular, la sangre se altera, quiere, asimismo, el Atlante, en esta su segunda etapa, alterar la fisonomía del barrio y darle un nuevo aliciente.
Que los días de luchada vengan a ser los motivos de acercamiento en torno a un objetivo común. Que los aplausos que siguen a una agarrada sean no solo un estímulo para los bregadores, sino el clamor que inunde a todos y cada uno de los rincones del barrio.
Bien es verdad que nuestras limitaciones son muchas. Que sabemos de antemano que por diferentes razones, que a nadie pueden ni deben escapar, no podremos aspirar a realizar una primer temporada con la brillantez que todos desearíamos. Como muy bien todos sabemos, las novatadas se pagan y aunque el Atlante no es un club neófito en estas lides, se encuentra con un plantel de luchadores, mezcla de veteranía y juventud, al que hay que dar un plazo prudencial para su puesta a punto.
Mas no por ello va a disminuir nuestro empeño para forjar un equipo que con el paso del tiempo vuelva a brillar como lo hizo en su anterior singladura, cuando paseó con orgullo su nombre por todos los terreros de la geografía insular, incluso allende nuestra fronteras y cuando por sus filas pasaron grandes hombres que han aportado a la lucha canaria todo su saber y todo su ingenio para que el vernáculo deporte arraigase en las entrañas del pueblo como una muestra de su hidalguía y su nobleza.
Que el genio, la destreza y el valor, parodiando la canción, vengan de nuevo en este terrero a demostrar que entre todos, directivos, luchadores y afición, formando una gran piña en torno a esos nobles ideales, podamos llegar a metas más ambiciosas, teniendo siempre por lema, ante todo y sobre todo, la deportividad.
Y no queremos dejar pasar esta ocasión sin hacer un llamamiento a la juventud ya que en ella tenemos depositada toda nuestra confianza para un futuro inmediato. Que este juvenil que ahora empieza a competir sea el molde forjador de grandes luchadores.
Que el desánimo no cunda a pesar de las primeras caídas pues solo llegarán a la cima los que superen los avatares en contra. Que el estrechón de manos con que comienza cada agarrada venga a simbolizar la leal competencia entre unos hombres que defienden unos colores”.
Concluida aquella brillante fase del Atlante, uno apenas siguió esta disciplina deportiva en las retransmisiones televisivas. Y acabé aburriéndome cuando aquellas tremendas moles de muchísimos kilos se asentaban (se adherían, mejor) en la arena y dejaban transcurrir los minutos hasta que el árbitro los eliminase por amonestaciones o concluyese el tiempo reglamentario. O, también, al comprobar cómo el gesto noble de tender la mano al caído iba desapareciendo porque había primero que pavonearse ante la afición por la hazaña llevada a cabo. O por las protestas airadas al árbitro de la contienda ante una revuelta o una decisión dudosa. Con estos mimbres del deporte profesionalizado, donde prima el resultado en aras de un sueldo o de una ficha, no me extraña que ocurran hechos como el acaecido en la Isla del Meridiano.
Me concedo una segunda licencia para reproducir el contenido de un tema que compuse tiempo ha, y que grabó la Agrupación Folclórica de Higa (La Perdoma) –creo que también ya lo cité en otra ocasión–, y que puede sintetizar el sentimiento que debe rodear siempre esta disciplina deportiva. Siquiera para honrar la memoria de quienes mucho aportaron y que unos energúmenos, parece, quieren cargarse: Isla de luchadores.
Una primera parte, recitada:
“El Hierro, pequeña, avanzadilla en la mar Océana, que se alonga por Orchilla a las tierras de promisión; faro de la despedida, pero también de la añoranza, de la esperanza por retornar algún día.
El Hierro, la antigua Hero, la fuente del mítico Garoé, isla de la soledad que une, isla del Meridiano Cero al decir de Ptolomeo.
El Hierro, la isla de las sabinas doblegadas por el alisio, árbol viejo y de formas caprichosas, que se retuercen tumbadas y abatidas buscando el socaire en las alturas de La Dehesa.
Y arriba, muy arriba, las nubes que se abrazan a las cumbres configurando la techumbre preñada de humedad. Sobre ellas, el azul infinito.
Abajo, la nobleza, la hidalguía, la isla de los hombres de noble lid y generosas y amplias miras. Porque El Hierro es, además, isla de luchadores”.
Y unas coplas que conforman una Berlina:
“De tierra tan pequeñita, / última que vio Colón, / han salido grandes hombres, /orgullo de esta región.
El Hierro goza de fama / por ilustres luchadores, / caballeros de valor, / merecen nuestros honores.
Ramón Méndez y Machín, / El Chorizo y El Piñero / se batieron con honor / en la arena del terrero.
En la Hoya del Morcillo / yo bregué con Barbuzano, / me pegó fuerte cadera / nada más soltar la mano.
Ya comienza la luchada, / la gente en la grada espera, / para ver cómo se agarra / el Pollito de Frontera”.
A perdonar la extensión, pero, como canario, me siento en la obligación de tapar las vergüenzas de estas maneras indeseables. Hasta mañana. Y siempre, limpieza en la mirada.

lunes, 18 de enero de 2016

Ensayo terapéutico

La noticia ha pasado de puntillas. Lo que me acongoja. Porque la escala de valores que dan los medios de comunicación a las informaciones que surgen en el día a día no concuerda con lo que un servidor presupone a la raza humana. No ya que nos entretengamos con toda la programación basura que, en aras de una audiencia que reporte beneficios, cuenta miserias con total desparpajo. Es que no se disimula la dependencia brutal a las fuentes económicas que permiten seguir contando boberías. Y entre ellas, las potentes industrias farmacéuticas. Que, no me extraña, acallan posibles voces críticas con tranquilizantes por debajo de la mesa. Algo semejante a cuando la población se solivianta contra cualquier factótum energético, por ejemplo. Y éste responde con un patrocinio a cualquier causa más o menos llamativa con generosas planas, cuñas o anuncios que se miden por buenos fajos de billetes. Nos compran para irnos matando poco a poco. Vamos al grano:
En la ciudad de Rennes (en el noroeste de Francia), capital de la región de Bretaña, a escasos cincuenta kilómetros del Canal de la Mancha, y que concentra una potente industria en el tejido empresarial del país vecino (Peugeot-Citroën, verbigracia), se halla un centro especializado en la realización de ensayos clínicos (Biotrial).
En el establecimiento, un grupo farmacéutico portugués (Bial) venía ‘probando’ la eficacia de un medicamento, hecho a base de cannabis, en un grupo de ocho personas que se prestaron voluntariamente como conejillos de Indias o cobayas.
Y antes de entrar en más consideraciones, surge mi primer dilema. Perdónenme la espontaneidad y llaneza de la expresión: ¿Tan jodidos estamos (en términos económicos), como para jugar con nuestras vidas a cambio de unos euros (la cantidad es lo de menos)? ¿Es esta práctica habitual en este campo de la investigación? Este ignorante redomado creía que tales experimentos eran llevados a cabo única y exclusivamente en ratones y semejantes. ¿Cuánto se ofrece para que la tentación sea más fuerte que cualquier otro factor elemental de supervivencia?
No lo acabo de entender. A buen seguro que los sesudos analistas me harán salir de este cúmulo raro de sensaciones que me invade. Habrá un estricto protocolo –siempre a ello se alude– que regule este tipo de prácticas. Pero debieron pasarse en las dosis suministradas o la pócima preparada no se sujetó a los cánones que se presuponían seguros.
La información nos traslada que a dos de ellos se les dio un placebo (Sustancia que, careciendo por sí misma de acción terapéutica, produce algún efecto favorable en el enfermo, si este la recibe convencido de que esa sustancia posee realmente tal acción). Ver, si se requiere ampliación de cómo se llevan a efecto este tipo de prácticas, en el siguiente enlace: https://es.wikipedia.org/wiki/Efecto_placebo. Del resto, los diferentes medios de comunicación nos señalan el resultado: uno en muerte cerebral y los otros en un estado altamente preocupante.
Se estaba aún en la primera fase del ensayo, la de evaluar la seguridad de empleo, la tolerancia, los perfiles farmacológicos de esta molécula en personas voluntarias sanas. Pues vaya éxito. Muchas explicaciones tendrían que darme. Soy consciente de que fallos siempre existen. Pero esto no se trata de probar si el motor de un coche funciona mejor o peor, si las revoluciones son o no las adecuadas. Estamos jugando con otras mercancías más peligrosas.
Cuando se cuenta con la ventaja de que en la vida todo tiene un precio, cuando el hambre y la miseria abocan a millones de personas al abandono de sus lugares de origen en busca de la tierra de promisión, cuando el miedo a la muerte no supone un freno a la condición humana, es el instante en que los desaprensivos hacen su agosto, los carroñeros se lanzan sobre las indefensas presas para darse el festín.
Algunos se empeñan en acabar con penurias y desgracias atacando los problemas de raíz. A la antigua usanza: muerto el perro, se acabó la rabia. ¿Duro, no? ¿Y en qué se diferencia mi crudo planteamiento con la no menos cruda realidad? Cuando se ‘negocia’ con vacunas u otros fármacos hasta el punto de cumplir a rajatabla aquello de lo compras al precio que yo estipule o te jodes, ¿qué opción dejas al atribulado enfermo? Apoquina o muere, que mi negocio carece de escrúpulos y no  tiene un capítulo presupuestario para conmiseraciones. ¿Más crudo, no?
Si por casualidad tienes conocimiento de un medio informativo que haya sido capaz de cuestionar este tipo de prácticas, no dudes en hacérmelo saber. Te lo agradecería infinitamente. Mientras, como no me debo, lo denuncio. Y si como represalia no quieren venderme las pastillas que por edad me corresponden, qué importa un viejo menos. Ruines y despreciables.
Y acabo con un eco de sociedad, como en la prensa de bastantes décadas atrás: Vaya mi felicitación y público reconocimiento a Pedro Felipe Acosta (a quien no veo desde hace unos meses que me lo encontré en cierto lugar de la costa acechando pacientemente una pareja de rapaces) porque su documental ‘Canarias a la sombra de los volcanes’ será emitido en Estado Unidos por National Geographic. Otro galardón a su enorme valía.
Hasta mañana.

viernes, 15 de enero de 2016

Venta de conejos

Doctores tiene la iglesia (perdón por la minúscula, padre). Y en las redes sociales, la tira. Como la vida de jubilado te permite muchísimas licencias, ahora tengo tiempo hasta para leer boberías. Como los repasos que debo hacer a mis propios comentarios, sin ir más lejos, para no meter demasiado cualquiera de las dos extremidades inferiores.
Carrusel, circo, sobreactuación, caricatura, histrionismo, campaña-espectáculo, fiesta de los trogloditas, populismo chavista, show, plató de televisión… En fin, de todo. Y más. Es lo que dio de sí (¿o era de no?) la solemne sesión de constitución de Las Cortes. Mejor, del Congreso. En el Senado, salvo el victimismo interesadísimo de Podemos en la composición de la Mesa, ocuparon sus asientos sin mayores aspavientos. Incluso lo que están en contra de dicha cámara. Bueno, alegarán que hay que estar allí para cambiar la situación. Mientras tanto, cobramos. ¡Oh!, ni que fuéramos bobos.
Yo estoy preocupado, qué quieres que te diga. Porque legislar es un asunto de enjundia. Y si desde ha bastante vengo sosteniendo que no todos podemos ser concejales, imagínate qué normas pueden salir de tan exóticos escaños. Que no, no tiene que ver mi planteamiento con la vestimenta y aspecto físico. Como si quieren ir desnudos. Pero es el vacío neuronal, del que adolece mucho cargo electo, el que me inquieta.
Notoria publicidad política han conseguido algunos. Aunque olvidan que ya forman parte del grupo de privilegiados (en todos los sentidos). Y si a un servidor lo pueden tachar de demagogo por disquisiciones del tres al cuarto, utilizar un menor como lanzadera de una problemática social evidente, va a ser que no. Porque la responsabilidad de que la situación actual cambie se halla en sus muy ilustres posaderas, no en las mías. Tampoco comparto el que los medios de comunicación deban ‘pixelar’ (aún no está en el diccionario) el rostro del infante cuando es su propia madre la que utiliza su imagen de manera tan burda.
Pero como deberemos recurrir a las hemerotecas dentro de poco (no se destacan por la elocuencia de sus silencios), solo aludamos, siquiera de soslayo, al diputado ‘comisionista’, por la provincia de Segovia, don Pedro Gómez de la Serna, investigado por corrupción y blanqueo, quien se dio de baja del PP, pero antes agarró el acta entre los dientes, mientras gritaba desaforadamente: Que me juzgue el Supremo. Y para sí pensaba que allí podía tener más contactos. Por supuesto, nadie votó al angelito cuando ya se sabía el camino que llevaba.
Los gallegos de En Marea sostienen que ellos no son Podemos. La alcaldesa madrileña alegó hace unos meses que ella tampoco. La señora Colau parece no estar mucho por la labor. ¿En qué quedamos entonces? ¡Ah!, los cuatro grupos. No para chupar más tiempos, sino más dinero y mejores medios materiales y humanos. ¿Trío del Búnker? Mejor cuarteto, ¿no?, puesto que casta, aunque se intente disimular con otros ropajes, va a ser que sí.
Insisto, lo dejo para mejor ocasión. Sigue la campaña y la fijación obsesiva por el enemigo socialista. Muerte o destrucción. ¿Final a la catalana? Todo se andará. Y el niño (¿cuál de los dos?) para ministro de la Infancia, Juventud y todo eso.
Antes leía con bastante interés la sección Top Secret del digital Canariasahora, adherido (apéndice no me gusta) al Diario.es. Pero desde que Victoria Rosell dio el salto, es tanto lo que se escora por su línea editorial, que ya no me ofrece credibilidad alguna. No es que se le vea el plumero, no, ya saltan los penachos por toda Las Palmas. Chacho, amor no quita conocimiento. Y por el interés te quiero…
Me entretengo de tal manera que casi me olvido de lo que iba a escribir hoy. Vaya manera de terminar la semana con este desorden. Me parezco con el Palacio de San Jerónimo. ¿Viste los leones llorando? ¿Y la banda de música?
La Audiencia de Cuentas, al revisar los gastos electorales de las formaciones políticas, se ha percatado de que el PP oculta quién le donó 186.453 euros en los comicios del pasado mayo (elecciones autonómicas y locales). No se especifica detalle alguno de tal ingreso. Y me parece bien que tal formación haya intentado pasar por alto esta nimiedad bajo la posibilidad de que las protectoras de animales se metan con el cazador Manolo, defensor acérrimo de cuanto conejo suelto brinque por breñas, peñascos y riscos varios.
Tal cantidad de dinero, insignificante a todas luces (podría ser, perfectamente, el sueldo de dos cualificados operarios, Marrón y Domínguez), no justifica esta cacería hacia el partido de la oposición. Ni que la Audiencia estuviera al servicio de CC y PSOE. Esta actitud de poner en un brete, o dejar en un feo, al partido que ha gobernado el país en estos cuatro años anteriores con total determinación hacia la salida de la crisis, no es de recibo. Porque Mariano ha sido el adalid en la lucha contra este tipo de corruptelas y vicios ocultos. Y aquí en la islas, tanto el presidente regional como los insulares, se han batido con honor en la arena del terrero pegando cangos a diestro y diestro…
No se compliquen. La solución es bastante simple. Observen bien la foto. En un mitin celebrado en Las Llanadas se subastaron los bichos al módico precio de 60 euros. Como eran para un buen fin (perpetuar a los de siempre), 3107 militantes apoquinaron diez mil pesetas (a lo antiguo) por cabeza (la suya y la del mamífero lagomorfo). Los 33 euros restantes para completar el donativo no justificado por temor al qué dirán, los puso el primer teniente de alcalde de su propio bolsillo como reconocimiento a los decretos de sustitución con que ha sido galardonado en estos últimos meses. Porque, ya se sabe, que un pueblo sin alcalde… marcha por inercia.
Feliz fin de semana. Y si piensan hacer una buena comida de carne conejo, dirigirse a la Avenida de Canarias, aunque puede que no esté el que más sabe de tales guisos porque tiene muchos calderos al fuego.

jueves, 14 de enero de 2016

Alegrías injustificadas

No acabo de entender la alegría del ayuntamiento portuense ante los datos del número de parados en la ciudad al finalizar el año 2015. Lanza el consistorio las campanas al vuelo por haber bajado de la barrera de los 3700. Tampoco comprendo el porqué se había establecido esa cantidad para calificarla de tal manera. Lo mismo hubiese sido más llamativo, y rentable, situarla en los 2500, por ejemplo. Sea como fuere, el que diciembre haya concluido con 3697 parados (206 menos que en diciembre de 2014) no debería significar más que la constatación de una realidad triste y alarmante. A tal ritmo, y con las lógicas incorporaciones al mercado laboral, ¿hasta cuándo?
Todos los indicadores nos trasladan que la afluencia turística sigue en auge. Y los conflictos y percances en otros destinos vienen jugando –tristemente, eso sí– a favor de estas islas atlánticas. Y Puerto de la Cruz ocupa lugar preferente. Existe un alto porcentaje de visitantes fieles, amén del sector de la tercera edad que, a través de las temporadas del Imserso, también dejan sus euros y mueven la economías de las diferentes actividades relacionadas con el mundo de los viajes.
Se me indicará que esta última parte citada del paquete global acude a los hoteles con unos precios, a pensión completa, que apenas producen rentabilidad. Pero como usuario de tal modalidad, estoy en condiciones de afirmar que en muchas ocasiones nos quejamos de vicio. Porque en torno a dichos paquetes vacacionales existe un entramado de excursiones, coches de alquiler, consumiciones diversas y una variopinta oferta que ya bien quisieran los empresarios que durara unos meses más. Y la prueba está en las reiteradas protestas habidas cuando se produjo el retraso en las adjudicaciones.
No comparto, sin embargo, las satisfacciones por las desgracias de los vecinos. Ayer mismo escuchaba a (in)cierto individuo declaraciones tan fuera de tono como que siguieran los atentados en Turquía y, a ser posible, en todo el Norte de África. Se necesita ser imbécil para alcanzar ese grado de paroxismo. Toquemos madera para que en estas peñas siga la vida placentera, aplatanada. Que ningún pasado de rosca tenga la infeliz ocurrencia de emular exhibiciones pirotécnicas en otras esferas. Y dado que habitamos un territorio volcánico, sin que hayamos sido capaces de ‘explotar’ sus atractivos y recursos (salvo las visitas al Teide porque llegamos en coche o subimos en el teleférico), que no escupa la tierra material incandescente (el triste ejemplo de El Hierro ‘removió’ todo el entramado de aquella isla), porque, salvo el turismo científico, aquí no viene ni Mariano Rajoy por si la fogalera alcanzara Mogán.
El descenso anual de doscientos parados es un pobre balance. Que ni siquiera significa que existan doscientos ocupados más. Y de haberlos habido a lo largo de los doce meses, tampoco es motivo para lanzar las campanas al vuelo. El contrato precario sigue siendo estrella en esta película de final incierto. Y gente portuense, sobradamente preparada, ha tenido que buscarse la vida en otros foros, en otros lugares, en otros escenarios. Que no son los políticos, por los que se cuelan… Vaya que se cuelan.
Con tal de buscar consuelos, hemos alcanzado elevadas cotas de cinismo hasta el punto de publicar con enormes caracteres y mayores cánticos de excelencia la apertura de un nuevo hotel por determinada cadena, cuando en realidad se trata de un simple cambio de propietario en un establecimiento que lleva funcionando la tira de años. Podrá servir de excusa a quienes se sientan obligados de presentar ante la sociedad logros y avances, pero tales artimañas no se traducen en números constantes y sonantes. Que es lo que a la sociedad le importa e interesa.
Mejor debería ocuparse el grupo de gobierno de El Penitente, en esmerarse para aprobar el documento económico que rige los destinos municipales en vez de escudarse en solemnes tonterías como puede ser la supuesta escasez de personal. Pues que se dediquen a hacer números los liberados y enchufados y a lo mejor demuestran que saben hacer algo más que engañar a los vecinos de la calle Tegueste con las obras del muro.
Y ya que me trasladé por un instante a Punta Brava, ¿cuánto aporta Loro Parque por la reserva de aparcamiento? Que interesa mimar la instalación como foco de atracción, fuera de duda. Pero nos pasamos en los privilegios. Yo estudiaría la posibilidad de venderle (a pagar en cómodos plazos) todo el barrio, Playa Jardín, la depuradora y el ancla del Titlis. Esta última para que se agarre mejor.
Es lo que hay. Hasta mañana, que es viernes y otra semana de la cuesta que superamos. Cuídense.

miércoles, 13 de enero de 2016

Así, no

Como ha habido comentarios o artículos anteriores que contenían el vocablo pacto, he preferido buscar otro titular para el presente de hoy miércoles. Pero en el que deberé referirme al entendimiento, o no, al que estamos condenados los canarios después de cada convocatoria electoral. Y que no siempre (más bien nunca) lleva a regir los destinos comunitarios a los que obtuvieron más papeletas en el envite. Un somero repaso por la no tan larga historia de esta nacionalidad nos señalará los muchos vaivenes habidos.
Podría haber roto una lanza a favor de la pobre Infanta (o ignorante, ¿mejor, no?). No hay derecho a que se vulneren tan alegremente sus derechos (sus izquierdos los mantiene intactos) por un saqueo que apenas sobrepasa los seis millones de euros. Eso me lo gasto yo el Día de Reyes. Menos mal que se ha encontrado un fiscal monárquico que intenta invertir la situación a la que condujo el malvado juez Castro. La trató de forma inquisitiva por ser quien es. Eso se escuchó por Mallorca y hasta en la mismísima Formentera. Además, ella no sabía nada.
Dejemos los asuntos reales para plumas mejor cortadas y vayamos con lo nuestro. Mientras Barragán se desgañita en su cruzada por resucitar Coalición Canaria y volver a ilusionar a la gente (¿con esa cara, mi niño?), parece que a Ruano no le ha llegado el estribillo y persiste en cantar viejas letras. Ahora le dio por fijarse en Arona. Donde el PSOE ha asegurado una mayoría estable al llegar a un acuerdo con Ciudadanos. Y como el paso por la Consejería de Educación lo dejó algo bajo de dioptrías, alguien debería señalarle el camino hacia otros municipios.
Puede que  José Miguel haya sentido el terremoto, magnitud 3,5, registrado en La Oliva a consecuencia de los moquetes que da el señor Marqués (Domingo González Arroyo) por los desplantes sufridos, y entienda que los tambores de guerra están tocando avanti tutti.
Es que no tienen dos dedos de frente. Se deshacen a cachitos y continúan de curritos en posiciones de ordeno y mando. Desaparecieron en mi pueblo para general regocijo de la tropa de Manolo, han descendido en aquellas plazas que creían intocables y solo permanecen con cierto desparpajo en los territorios donde las redes clientelares aún se sujetan con cierta solvencia. A pesar de la bajona, se toman la pastilla (o el vasito del reconstituyente vino Sansón) y lanzan órdagos (envites, más canario) a los socialistas. Son sabedores, no obstante que mientras ellos cantan isas y polcas, los socios solo recurren a la lastimera malagueña a modo de consuelo. Por si acaso. Y déjalo estar.
Un servidor cree que a los políticos debería exigírseles el requisito previo de poseer un certificado que los habilite, o acredite, en el más común de los sentidos: el sentido común. Como el carné de manipulador de alimentos  a todo aquel que trabaje, o lo pretenda, en los sectores del ramo.
Han sido tantos los rifirrafes producidos por los denominados pactos en cascada, que ya va siendo hora de que alguien (de los que piensan un fisco) esgrima que ni los resultados, ni las variables anexas, ni las situaciones (amplísimo etcétera) pueden justificar que lo que se entienda de interés o conveniente para la gobernabilidad de Canarias tiene que ser válido o factible para cabildos y ayuntamientos.
No voy a hacer un listado de las anomalías presentes y pasadas. Todos hallaremos ejemplos para rellenar folios. Las formaciones políticas, que tanto se jactan de presumir del término democracia, deberían ponerla en práctica respetando las autonomías de las agrupaciones locales. Conocedoras de las circunstancias particulares, casuísticas y peculiaridades de cada pueblo, recurrirían a los acuerdos (en caso de no haber mayorías absolutas) que, a buen seguro, no provocarían tantos desaguisados y anomalías en la gestión de los recursos públicos. Porque les conviene no llegar con el paso cambiado cuando deban pasar el examen en las siguientes elecciones.
Pero no, aquí en Canarias se impone el ordeno y mando. Yo pacto y tú sigue mis pasos. Y olvidan el más elemental considerando: la procedencia de los votos. Y que el resultado de la suma depende de las ganancias obtenidas a través del esfuerzo de las ejecutivas que dan el callo a la inmediatez ciudadana. Y que son los de abajo –las mayoría de ellos sin mayores aspiraciones que el servir desinteresadamente a los vecinos– los auténticos pilares del edificio. Sin una buena base, ni tronco ni cabeza. En definitiva, así, no. Pactos en cascada, imposible encaje en una realidad tan dispar.
Como es de bien nacidos el ser agradecido, vaya mi más sincero aplauso por no prestar el más mínimo interés a esta posible propuesta a debatir, enviarla directamente a la papelera y reconocer con enorme satisfacción que es la cúpula la única instancia capacitada para ejercer el funcionamiento neuronal. Cuando los incumplimientos alcancen su máximo esplendor con el caos total, vengan a pedirnos el voto con falsos propósitos de enmiendas. De nada. Y hasta mañana, oiga.

martes, 12 de enero de 2016

Proyectos

Leía una queja en estos días pasados de un ciudadano realejero dirigida a la manía fotográfica de los dirigentes populares en el municipio. Sabido es, y este blog puede ser fiel testigo, que aprovechan cualquier oportunidad para ponerse delante de una cámara, aunque el motivo no valga cinco euros. Lo mismo nos venden una baldosa de cualquier acera, que la sonrisa ingenua de un niño al que se le concedió un diploma por ganar una partida de parchís. Cualquier estudio podrá detectar en sus genomas unas cadenas con 24 pares de cromosomas. El extra lleva adherido una tarjeta con muchísimos gigas.
Este grupo de gobierno no ha hecho más que cualquier otro anterior. Porque vender como éxitos la gestión diaria de cualquier ayuntamiento es viva muestra de un quehacer anodino, nada novedoso y, en suma, más de lo mismo. Ahora bien, debemos reconocer a Domínguez y compañía que se tienen montada una campaña de publicidad y propaganda de un buen par. Con unos incondicionales, que tiran de manual cual avezadas cacatúas, a prueba de bombas.
Los medios de comunicación nos traían este pasado fin de semana la noticia de que se iba a presentar un proyecto a la Unión Europea para el adecentamiento del barrio de La Montaña. Y me vino a la memoria el entregado en mayo de 2014 al cabeza de lista a las elecciones europeas, Miguel Arias Cañete, para la recuperación medioambiental de la Rambla de Castro. Del que Manolo y Adolfo presumieron durante toda la campaña, sin que, hasta el momento, nada se haya sabido. ¿Habrá caducado, como los yogures?
Ignoro si en el caso que ahora nos atañe ha habido acuerdo de algún órgano de gobierno para la solicitud o ha sido una mera justificación al sueldo del nuevo concejal de Relaciones Institucionales y Grandes Proyectos (manda otro par). Como lo deberá llevar en mano a la mismísima Bruselas, que rebusque entre los que por allá puedan existir de restauración de históricas casonas, residencias o lugares de nacimiento de ilustres realejeros, antiguos cines o teatros y otros similares, para ver si somos capaces de imitar a otros pueblos que con menor presupuesto que el nuestro han sabido llevar a cabo magníficas iniciativas. Y puede que con no tanto liberado.
El importante núcleo poblacional se merece esos cinco millones presupuestados y mucho más. Pero no estoy de acuerdo en lo que leí acerca de su estigmatización y exclusión. No sé si el comentario se debe al periodista o ya se insinuaba algo desde la nota de prensa remitida desde el Consistorio. La Montaña dejó se ser un barrio marginal desde que Manolo (el bigotes) tomó las riendas, décadas atrás, de su Asociación de Vecinos y le dio un vuelco fundamental. No se cuelgue nadie medallas que no le corresponden. Por supuesto que se debe remozar. Y bien que se lo merece. Pero como otros tantos.
Las alharacas premonitorias no son buenas en faceta alguna de la vida. Muchos menos en política. Y a la alegría parecen sumarse otros coros. Observen estos dos titulares:
“Los Realejos solicita 5 millones a la UE para mejorar La Montaña”.
“Un proyecto sostenible de la UE renovará el barrio de La Montaña”.
Con estos regocijos contagiosos, me gustaría que algún estudioso investigador realizara un recorrido por informaciones de tal guisa habidas en este pasado inmediato (pongamos tres décadas) en torno al Paisaje (o Paraje, me da lo mismo) Natural de Rambla de Castro. Con la vista puesta, fundamentalmente, en los números del boletín informativo ‘La Voz de Los Realejos’.
Porque si estos ánimos de vender motos se hubiesen plasmado en tangibles realidades, no habría necesidad de recuperar el litoral y el ecosistema costero, regeneración y ampliación del bosque termófilo, generación de un humedal y rehabilitar elevadores, acondicionamiento de parcelas y recuperación de los distintos caudales hidrológicos. No, estaría ya todo flamante y no con las penurias actuales, pues los parcheos apenas taponan los deterioros más evidentes. Dicho en román paladino, que los remiendos no dan avío a los desconchados.
Queda muy bonito, viste bien el que se manifieste que “una restauración ecológica debe crear las condiciones para que sea la naturaleza la que tome de nuevo las riendas de los procesos ecológicos que devolverán el lugar restaurado al estado original”. Perfecto, aunque desconozco si las cabras forman parte consustancial de esa naturaleza aludida.
Ahora que se ahogan lamentos de cabalgatas, que se invoca a pactos de salvaguardia nacional por pulsos que desembocaron en situaciones de esperpento, mala táctica es, entiendo, persistir en métodos apriorísticos. Este pueblo –me temo que todos– está harto de promesas. Ya no nos basta con soportar programas electorales paridos para incumplirse, sino que debemos aguantar estoicamente mandatos en los que los dirigentes intentan lucirse, más que hacer brillar infraestructuras de todo tipo, aun con el recurso de la venta de humo no ya en minúsculos frascos sino en botellas de gas butano.
Sin embargo, en aras del progreso y la modernidad, ojalá el proyecto referenciado, y todos los que menester fueren, se hicieran realidad en un futuro no muy lejano. Por el mejor porvenir de los realejeros de cualquier rincón, sería capaz de estar tres meses alimentándome en cada una de las comidas diarias con las fotos de los presidentes insular y local del Partido Popular. A los que se unirían varias concejalas (por mantener las apariencias más que la paridad) y, sin lugar a dudas, el superconcejal proyectista.
Seguiremos en la próxima, si la justicia y el tribunal examinador de la Avenida de Canarias me lo permiten. Sean felices. Nos vemos.

lunes, 11 de enero de 2016

Repaso tras el descanso

Tras un descanso algo prolongado –dos semanas son demasiadas jornadas para un maestro de escuela jubilado–, vuelvo a la carga con un ligero repaso a eso que los periodistas llaman actualidad y que conforma el no menos paradigmático titular de opinión pública. En realidad se trata de opinión publicada, pero son felices pensando que sientan cátedra.
Volví de La Gomera (las fotos, en Facebook) y con el ajetreo de Reyes (los nietos dan para mucho) y cuchipandas varias, decidí prolongar las vacaciones navideñas hasta este lunes. Porque reiniciar la marcha en viernes no la entendí oportuna. La rentrée, a ser posible, cuanto más parsimoniosa, lo señalan los psicólogos, mejor.
Cuando yo militaba en el PSOE (llevo décadas borrado del fichero, pero, y a los hechos me remito, parece que sigo siéndole más fiel que muchos de los aún apuntados), los trapos sucios se lavaban en casa. Era en el seno de las agrupaciones donde se discutía cuanto fuera menester, para luego salir a las tantas de la noche a la venta que estaba enfrente para sellar las diferencias con un vaso de vino y un puñado de manises (plural de toda tasca que se precie) o chochos. Y lo aprobado, iba a misa y se mantenía en cualquier foro.
Los avances tecnológicos, la supuesta mejora cultural y el aumento de la masa cerebral (que no neuronal) han permitido que cada cual exprese sus opiniones en los múltiples vehículos puestos a su alcance. Y los inteligentes afiliados de las formaciones escoradas hacia lo zurdo se prodigan en este quehacer. Algunos, incluso, amparados en esa pátina de inteligencia, se prodigan en medios para dar los consejos que debieron exponer en el foro pertinente. Con lo que la sensación de caos gana muchos enteros para general regocijo no solo del adversario (político), sino de todo aquel que se alonga por los vericuetos informativos.
Eligio Hernández y Jerónimo Saavedra, amparados bajo el paraguas de que la experiencia constituye el único ítem del complicado cuestionario, emiten sus opiniones (muy libres son de hacerlas, pero que piensen que no se hallan en las mismas condiciones de un servidor, mero ejemplo) en las que osan poner en solfa a Pedro Sánchez por no permitir que gobierne Rajoy. Si no trasladar a España un pacto a la alemana, al menos que propugne la abstención para que Mariano disponga de otros cuatros años. Sería, según sus doctas palabras, una postura de responsabilidad.
Hagan un repaso de sus trayectorias políticas y después nos sentamos a hablar con más tranquilidad. Escucha música, Jerónimo, y descansa. Y tú, Eligio, relájate, deja a un lado tus incuestionables teorías y concéntrate en ganar ‘más que sea’ un juicio. Lo que me lleva a pensar que tu paso por la Fiscalía General de Estado se debió a un mucho de compañerismo y a un poco de méritos. Y si te apetece también charlamos de gestiones ‘incendiarias’ en tu paso por el Gobierno Civil.
Lo de estos conspicuos socialistas debe ser los que los populares llaman el interés general, del que ahora se han preocupado en cursillo acelerado. Y aunque el presidente en funciones ha sido implacable con la corrupción, verbigracia, en los cuatro años anteriores dejó que muchos amigos del alma (sé fuerte, Luis) camparan a sus anchas (y a sus largas). Eso, espera otro buen Rato.
No, tampoco justifico la carta de militantes de la denominada ala más a la izquierda, encabezada por el otrora aspirante (Pérez Tapias) a la secretaría general, para que se pueda conformar un pacto a la portuguesa. Esos son asuntos que se debaten primero y luego se remiten las notas de prensa. Primero se lava y después se tiende. Que ya está bien de circos y espectáculos gratuitos.
¿Dónde veo yo el problema? En las cada vez más evidentes incongruencias de Podemos. Demasiados vaivenes en un nuevo gallinero. Hasta en tales asuntos domésticos tienden a parecerse a los tradicionales. La honestidad por bandera que manejan todos aquellos que no han disfrutado la oportunidad de parcelas de gobierno, se derrumba cuando juegan a su articulación en cuatro grupos en el Congreso. ¿Para cobrar más, cuando todos sus planteamientos van en la dirección contraria? Si la respuesta fuese negativa, ¿por qué el enfado cuando se les esgrime que como tal formación solo han alcanzado una cuarentena de diputados? Es muy fácil la argucia barata con los temas económicos. Con las renuncias a lo que no es renunciable y la no explicación debida a las supuestas donaciones.
Mientras contenidos de tal calado se soslayan peligrosamente, los españolitos nos entretenemos en vestimentas de cabalgatas de Reyes, en cómo un energúmeno va a cobrar unos tres mil euros diarios para que las audiencias reporten pingües beneficios, a la par que millares de titulados universitarios se desperdigan por el mundo fregando retretes y limpiando mierda por unos miserables billetes (monedas, mejor). Aunque ello sea tachado por demagogo y perdonado porque llevaba un pin de la Unión Deportiva. Qué tropa.
Acabo con una frase de un tal Marhuenda. ¿Lo conoces, no? “Pedro Sánchez ha ido a Portugal a que le iluminen”. Para mí esa utilización del pronombre le es un leísmo como la copa de un pino. Lo malo es que la propia RAE admite tal uso incorrecto por ser de arraigo entre hablantes cultos y escritores de prestigio. Tal cual. Y dónde voy yo, gorvoranero y platanero, con eminencias tales. Si hubiese sido cualquier otro periodista menos sospechoso, habría cabido lo del leísmo de cortesía. ¿En Boadilla del Monte? Imposible. Te entiendo. Ay, estos canales generalistas de marcada tendencia apostólica y romana. Mi tele es tan vieja que no sintoniza el de estos lares. Bueno, más que canal, atarjea. Anticuada pero avispada como una tea.
¿La foto? Desde La Gomera. ¿Qué otra cosa podías esperar?
Mañana seguimos. Y ya vamos casi por la mitad de la cuesta.