viernes, 9 de diciembre de 2016

Y 2000

Concluye una singladura. Con profunda satisfacción y sentido orgullo. No me tracé metas en su inicio, pero entiendo que dos millares es bonita cantidad. Tanto que si hubiese seguido con artículos semanales en la prensa isleña, habría necesitado 38 años y medio para culminar este logro. Creo, por lo tanto, que ha valido la pena. Y, como comentábamos hace unos días en una red social con el amigo Luis Febles, autónomo como la brisa (con tecla libre, fue la expresión exacta), sin ataduras ni cortapisas. Porque nunca es tarde. Tomando debida nota de maestros en esto del periodismo –sí, así lo considero este quehacer bloguero– como el entrañable amigo y portuense de pro, Salvador García. Y con agradables sorpresas, como la de quien fuera alumno en el colegio público del barrio Toscal-Longuera años atrás, Moisés Grillo, hoy en El Día TV, quien me confesara que de vez en cuando se alongaba a mi Pepillo y Juanillo para captar sentires de este Norte. Jamás mi pretensión fue tanta, pero si he logrado despertar alguna conciencia o que unos cuantos esbozaran ligera sonrisa ante las locuras de mente calenturienta, cierro el negocio con el agrado del deber cumplido.
Arrancamos en octubre de 2009, con la jubilación recién estrenada, y siete años después el barco atraca de manera definitiva. Pero ya otro velero se halla dispuesto para la partida. Y de esos nuevos vientos tendrán constancia ustedes en breve. Porque es menester un pequeño reposo para el repaso. No se preocupen, no obstante, apenas unos días y “Desde La Corona”, donde quedará instalado nuestro observatorio, escudriñaremos horizontes no tan lejanos, vigilaremos los quehaceres de los cargos públicos por si son acreedores de reproches e intentaremos seguir en la brecha. Consciente de que quienes se sitúen en el punto de mira se pasarán todo el día refunfuñando y, con toda probabilidad, manifestando ‘qué necesidad tiene el jubilado ese de estarse metiendo donde no le llaman’. Pues sí, la tengo. Y me temo que coinciden bastantes con mis apreciaciones. Que uno no es bobo y echa una visual al numero de visitas. Al menos los incondicionales no me han fallado. Y por ellos, y para ellos, irá la segunda aventura. A buen seguro que voy a contar con su inestimable ayuda. Si me abandonan, habrá toque de atención.
Alegra, también, que algunos se tomen la molestia de compartir estos comentarios en Twitter o en Facebook. Porque uno ha intentado ponerse al día en esto de las nuevas tecnologías, aunque siga reacio al teléfono móvil. ¿Morretudo? ¿O séase, testarudo o terco? Pues sí, y a mi edad, qué gusto produce. Tanto como eso que estás pensando, no.
A estas alturas de la vida, ya no me debo. Ni pretendo que me deban. Pero que no nos cercenen la opinión. Quede claro que detesto populismos, cachanchanes, chanchulleros y cantamañanas. Prácticas de quienes gritan pero nada dicen, de lo que bien poco tienen que ofrecer en un mundo necesitado de bases y argumentos. Que se amparan en la libertad de expresión para ejercer a mansalva el no protegido constitucionalmente derecho al insulto. Les llegará su San Martín. Tiempo al tiempo.
Los chicos, mis chicos, Pepillo y Juanillo, se toman unas vacaciones, que entiendo bien merecidas. Si estuviéramos en la época del servicio militar obligatorio, diríamos que se van al cuartel. A hacerse hombres, ¿te acuerdas? Y si un poco más atrás nos vamos, a trabajar en Alemania. Que de todo hubo en aquellas hornadas que salimos de la vieja escuela de La Longuera.
En fin, amigos, no pierdan las mañas. El 2001 está al caer. Será otra experiencia que espero tan satisfactoria como esta que hoy finiquita. Haré todo lo posible para que cuando te levantes cada mañana sigas con la costumbre de pensar en qué se habrá entretenido este hoy, con qué me sorprenderá. En suma, que Desde La Corona pueda convertirse en otra rutina (práctica, tradición, usanza, querencia, rito, automatismo) como lo haya podido ser Pepillo y Juanillo.
Me apetece (qué consentido está el niño) que hoy te sumes al comentario que el amigo Juan José plasmará como de costumbre. O a la décima con la que el tipógrafo perdomero, José Herrera (Pepe), me va a sorprender. O a compartir esta última entrega como han venido haciendo de manera incondicional Oswaldo, Santiago y algunos otros. O, dado que en este no me he ‘metido’ con los políticos, Esther se sumará con sumo gusto a la fiesta del hasta luego y lo mismo me dedica una foto. O los propios cargos públicos harán una excepción y me felicitarán aconsejándome que en la próxima travesía sea más condescendiente con sus actuaciones. Difícil lo tienen, pero ustedes no dejen de intentarlo.
Y con esto y un bizcocho… C´est fini.

miércoles, 7 de diciembre de 2016

1999

Gran campaña de publicidad gratuita se está brindando en las redes sociales a un cuarto de comunicación de este norte que no se destaca por la defensa a ultranza de la gran riqueza léxica de nuestro idioma. Al reportaje por el que la Sexta nos catapultó al estrado de los más recalcitrantes insultadores, siguió una moción de Podemos en el Cabildo de Tenerife (aprobada, creo, por unanimidad) por la que se condenaba de manera genérica a todo medio que se prestara a componendas vejatorias y se particularizaba o concretaba el repudio en cierto lugar infumable que apenas abarca unos pocos metros cuadrados (de espacio), pero que propaga improperios cual metralleta al uso. Al más puro género ramboniano. Vamos, que los célebres tacos de Camilo José Cela son meras guindas de una tarta de ludibrios.
No sé si la avalancha feisbuciana pretende despertar conciencias en quienes poseen poder decisorio –me quiero imaginar que sí– o si estamos logrando el efecto contrario, es decir, conseguir reforzar conductas delictivas. Yo apostaría por el vacío integral. Si la propuesta aludida en el párrafo anterior da el resultado apetecido (cortar de raíz la financiación institucional de todo tipo), no creo que cuatro empresas constituyan suficiente aporte económico. Todo ello a expensas de que las conclusiones de expedientes abiertos sean cumplidas a rajatabla. A la espera, claro, de que caiga la venda de aquellos otros que disponen de elementos más que suficientes para actuar pero que siguen jugando a la gallina ciega en chiqueros y lodazales. ¿Shrek? Un alma en pena.
Alegar que el asunto no me preocupa porque mi vieja tele es tanto o más inteligente que su propietario a la hora de sintonizar, no es motivo de descargo. Pero lo que cada cual lleva a cabo en los ámbitos privados estará sujeto a lo que las autoridades determinen. Sin embargo, no he vislumbrado a nadie que se preocupe igualmente por la trastienda. Imaginemos por un instante que el chiringuito se cierra. Queda la segunda opción. Y les saldrá gratis. Emitiendo legalmente, con más cobertura y con los mismos elementos (sujetos y sujetas) haciendo de las suyas. Dando y repartiendo. Con la mano protectora de quien pudo haberse sentido ofendido, porque le cantaron las cuarenta allende las fronteras municipales, mas hay pátina suficiente para seguir en el fango. Muchísimas prácticas se han realizado ya con el método alternativo sin que los que apoquinamos los euros, vía impuestos, exijamos ecuanimidad (imparcialidad de juicio). Una extrapolación de manejos con idénticos protagonistas.
Son actitudes que acaban en endiosamientos. Algunos en Tenerife corren el peligro evidente de acabar como uno en La Gomera que nos sorprende con un artículo semanal (en algo deberán entretenerse los amanuenses en la soledad de La Villa mientras el jefe pasea por Santa Cruz). Y del último, dos guindas: “Más allá de las discrepancias o las utilizaciones partidistas que pretenden hacer algunos para asegurarse su cuota de poder” y “Dar nuevos pasos hacia el progreso sostenible”. ¿Lloramos, reímos o reclamamos la presencia inmediata de Hautacuperche? ¿Rompemos otro gánigo o lanzamos imprecaciones al viento desde lo alto de Agando al ritmo del aserejé?
Pierden la noción del tiempo y el sentido de la orientación. Se apropian de conciencias y venden la dignidad. Se posicionan en El Machal, abren los brazos y ambicionan más dominios cada vez. Reparten libros a tabla rasa y compran últimas voluntades en descarado ejercicio de autocomplacencia. Son, en definitiva, los señores de siempre, de los que la isla no ha sabido zafarse, por lo que persiste en seguir siendo silencio amordazado.
Y allá y aquí necesitan ondas afines, que doren píldoras y que vendan pomadas (vaselinas). Donde son válidas las acciones que arremetan contra díscolos o contra quienes no bailen al son de sus compases. Pero que destaquen diariamente estribillos consabidos, consignas y eslóganes. Que practiquen el victimismo como fórmula para ablandar espíritus rebeldes, que reproduzca súbditos, pobladores dóciles. A los que pensar o levantar algo la voz les esté vedado y cuyo voto es premio de tómbola, porque si no lo haces por mí, quién te va a ayudar aquí y en el más allá. Hasta que la muerte nos separe.
Estos sí son telepredicadores. Los otros, los voceros y antenistas, son comparsas y marionetas que se mueven al compás de los que con dinero ajeno “dan pasos hacia el progreso sostenible”, bien sea en forma de agua embotellada (estilo Taguluche o Fonteide) o “asegurar cuotas de poder” con fotos, metopas y cuchipandas (niños y viejos son sectores de amplísimo calado), bien en Vueltas bien en galas, inauguraciones y encendidos un poco más cerca. Mercados y procederes que se calcan.
Mientras, aprovechemos el 38º aniversario de la Constitución, festivos y demás, para felicitar a los negociadores del pacto, a los detractores que debaten en las redes con luz y taquígrafos y a los que las encuestas denominan ‘votantes socialistas’. Todos aciertan. Comeremos turrón también este año y degustaremos ricos manjares. Por el interés general, faltaría más.
Y el próximo viernes, final de una etapa.

lunes, 5 de diciembre de 2016

Fútbol

Fútbol es fútbol, que dijera, creo, Vujadin Boskov. Y borregos son borregos, lo digo yo. Aunque pido disculpas por si ya fuera frase patentada. ¿Cómo? No me lo puedo creer. ¿Tú escribes también de fútbol si lo has repudiado por activa y por pasiva refleja? Y la excepciones, ¿qué? Cuando me enfado, desembucho hasta de sus circunstancias. O de los efectos colaterales. Al más puro estilo de la moviola.
Hombres como castillos, algunos fueron hasta cargos públicos no ha mucho, que deberían estar trabajando para levantar al país, se entretienen con una sarta de memeces en todo foro que vean abierto. Que si el Barça, que si el Madrid, que si Zidane le metió el dedo en el ojo, que si la mano de Carvajal, que si los tertulianos están escorados, que si el diario Marca también, que si el Lobo no se entera…
Un tal Mascherano cometió (provocó, hizo, perpetró, efectuó, yo qué sé) dos penaltis. El gol de Luis Suárez debió ser anulado por fuera de juego. Si Sergio Ramos no hubiese cabeceado en la jugada postrera que le dio el empate al Madrid, lo habría rematado cualquier otro de los muchos que por allí pululaban libres de marca porque la defensa del Barça ya estaba en la ducha. Toda alabanza a Iniesta supone un agravio al colectivo culé. No, qué va, piénsalo bien, medita un fisco. La Masía de Can Planes ya no funciona como fábrica de repuestos. Luis Enrique es demasiado currito, muy echadito pa´lante…
Yo no vi el partido. Yo no pago boberías. Yo no alimento a semejantes mangantes. Yo no pago la gasolina de tanto coche de lujo. Yo contribuyo a la hacienda pública con un impuesto sobre una renta que no percibo. Los figuras creen estar exentos. ¿El árbitro? Aparte de las pruebas físicas deberían presentarse a un examen oftalmológico profundo.
¡Ah!, lo mío no vale. Estoy condenado, según tú, a comentar vaivenes políticos. A subirme por las paredes cuando compruebo que Feijóo, premiado por los gallegos con otra mayoría absoluta, se sube el sueldo un 7,5%. Idéntico porcentaje que a los jubilados de toda España. A extrañarme de cómo nadie quiere a Julio Cruz (en La Gomera no lo pueden ver; deben estar a punto de nombrarlo persona non grata en su Valle Gran Rey natal) y ahí sigue, ahora como miembro de la gestora regional. A encerrame en casa cada vez que hay alerta meteorológica por si me lleva el viento o el chorro de agua por la calle del mismo nombre no me deja cruzar.
Voy a aprovechar los tres minutos de alargue de Clos Gómez para contarte que este pasado fin de semana no pude bajar a mi barrio y presenciar la charla-coloquio que organiza el cura con miembros de la corporación realejera. Por las fotos que observo en las redes sociales y por lo que me cuentan, Manuel Domínguez no acudió. Como el año anterior. Envió a Noelia en su lugar. La que lo defiende con el peregrino argumento de que se ausenta del pueblo con mucha frecuencia porque está negociando para traer dineros al municipio. Parece que Sandra, que lleva el cartel de concejala de barrio aunque viva en otro, sí estaba en la sala. Pues entiendo, ya lo hice constar en diciembre de 2015, que debía ocupar el asiento reservado al PP en la mesa de rigor. Porque le presupongo deba tener más conocimiento que la segunda teniente de alcalde. Quien se pasó gran cantidad de tiempo consultando su móvil para buscar información. Esa fue la excusa. Qué falta de respeto. Cuando uno acude a un examen debe ir preparado o espera a una nueva convocatoria. Y siempre queriendo dar la impresión que van de sobrados. No vislumbré tampoco a representante alguno de IU. Sus razones tendrán. Moderó un periodista de La Longuera: Moisés Grillo. Y un sobresaliente para Gabriel, quien demuestra con hechos que la iglesia es mucho más que una misa. Sí, con minúscula. No es la falsedad lo mío.
Llega Pepillo y Juanillo a su final en estos días festivos alternos. Puente raro o acueducto con varios ojos. Hemos alcanzado hoy la entrada número 1998. Por lo que miércoles 7 y viernes 9 (concluido el trabajo de Turismo y Folclore, toca descansar en efemérides tan señaladas) acudiremos a la cita con las dos últimas. Te juro que la 2000 ya está redactada. Y la primera de la segunda etapa (Desde La Corona), casi lista. Pero no adelantemos acontecimientos. ¿Hay fútbol entre semana? Yo soy de los tiempos de la Copa de Europa. De los Di Stéfano, Puskás (en la Wikipedia viene con tilde) y Gento. Y de la radio. Tú no sabes lo que son (fueron) miserias.
Hasta el miércoles.

sábado, 3 de diciembre de 2016

Turismo y Folclore (XXX)

Y con la presente, concluimos la entrevista a Juan López y damos por finalizado el presente trabajo de Turismo y Folclore que fue realizado cuando a uno le dio por estudiar Periodismo.
¿Qué opinas acerca de las influencias del "progreso" en el folclore?
El progreso ha influido positivamente. Entiendo por progreso las corrientes de cultura que han servido para sacar a la luz manifestaciones ya perdidas o corregir las equivocadas.
Gracias a él, a los nuevos estudios, a los nuevos sistemas de investigación, a la actual preocupación de entidades públicas, de entidades privadas, de medios de difusión y de particulares, muchísimas cosas que no se conocían hace 15 años, hay son el abc diario.
El progreso mercantilista, uniformista, puede conducir a lo ocurrido en Inglaterra. Allí no existe folklore, no existe artesanía... y los ingleses no son bichos raros por eso. Tienen una cultura diferenciada en la que lo tradicional –trajes regionales– ha desaparecido. Con una Revolución Industrial fuerte desecharon aquello que, bajo la nueva óptica, no tenía ninguna utilidad.
Lo que ahora llamamos folclore no es sino la recreación de una serie de manifestaciones que en su momento tuvieron utilidad, formaban parte del trabajo cotidiano. Hoy ya no.
Nadie baila una isa en la calle, nadie hace el pan en su casa, no hace su propia ropa o fabrica los cacharros de la cocina.
Tarde o temprano, el mundo camina hacia el uniformismo, porque estamos sujetos a presiones muy fuertes, para que todos vistamos, comamos,  pensemos y nos pongamos lo que decidan unos señores en París, Londres...
España es uno de los países europeos en el que más se conserva la música tradicional.
¿Marcaron Los Sabandeños el inicio de una nueva etapa en el folclore canario o habría que "crucificarlos" como sostienen algunos por tanta adulteración?
Está clarísimo. No aparece un nuevo concepto de folclore; este es el mismo, es inmutable. El tratamiento es nuevo, al menos aquí en Canarias, fundamentado en las agrupaciones corales instrumentales.
Grupo de élite, de gente de cultura media-alta, muy relacionada, que se introduce en una sociedad que comparte una serie de mecanismos.
Lo primero es que la identifiquen como nacionalidad. Estamos a finales de los sesenta, principios de los setenta, cuando surge la "Primavera de Praga", "Mayo del 68" y corrientes nacionalistas en Hispanoamérica. Existe una tendencia hacia la autoafirmación de la propia identidad.
Los Sabandeños  cumplen perfectamente ese papel. Aparecen 25 personas, 25 voces escogidas, caen en el olvido los grupitos que había. Aparece un "boom" del folclore que nada tiene que ver con la música tradicional.
Pero, por otro lado, ellos encienden la llama para que muchas personas empiecen a decir que aquí faltan cosas. Encendieron la mecha por:
1º. Por interés.
2º. Porque la gente se para a intentar descubrir muchos matices que Los Sabandeños no contemplan y que aún tenían en la memoria colectiva.
Su papel actual no se corresponde con aquel del nacionalismo moderado que existía en la sociedad en la que se desenvolvían, a diferencia del extremismo del MPAIAC.
Ahora no les hace falta esgrimir esa bandera. Se ha convertido en un grupo mercantilista. Priman las composiciones "light" para vender, con el atractivo de que tienen buenos músicos, buenos letristas, don de la oportunidad y calidad.
Con grabar dos discos al año, con un apoyo publicitario enorme, no les importa el que la gente siente que en directo se le está engañando, porque el apoyo para esa grabación ha sido enorme. Solo les interesa el aspecto mercantil. Cada año se reparten, solo del beneficio de discos, más de un millón de pesetas por cabeza –muchos padres de familia, trabajando de sol a sol, no lo ganan–, aparte de las actuaciones (medio millón por cada una). Y todavía gozan de una importante presencia en las fiestas de toda Canarias.
El refuerzo instrumental en las grabaciones es una consecuencia de que aquí todo vale, estamos en un negocio. Pero no nos engañemos, esto lo hacen todos los grupos.
¿Qué opinión te merece el pago de las actuaciones de los grupos? ¿Se ayuda a fomentarlos desde las instituciones? ¿Se les tiende la mano para que no quede todo en el local de ensayo?
En este aspecto soy muy determinante y me temo que bastante antipático. No creo en los grupos subvencionados. Puede haber una ayuda para un empujón en un momento determinado (un traje, una guitarra...).
Quien subvenciona, controla. Somos los grupos los que tenemos que darle un atractivo a nuestra propia labor. Que la gente quede encantada cuando suban a un escenario, porque transmitan, porque sean capaces de llegar, porque tengan alegría o porque tengan autenticidad. Lo ideal sería que las entidades no subvencionaran. Si se hiciera lo contrario, los grupos no daría golpe. El que espabila, sale pa´lante. El que está engordado por las subvenciones, se queda detrás; seguro.
¿ Y existiría posibilidad de convenios?
Las entidades públicas sí tienen que mojarse en el campo de la cultura tradicional, pero no dando una cantidad fija a los grupos cada año.
Publicaciones, investigaciones, recopilaciones... están muriéndose en los cajones de los organismos. Y hacen falta, no solo para que los grupos tengan más información, tengan unas fuentes dignas y solventes donde beber, sino porque es una obligación como entidades públicas y como transmisoras de legados.
Somos una generación puente. Y es grave que de nuestros padres y abuelos, que sí vivieron la música tradicional desde el punto de vista funcional, a nuestros hijos que no saben absolutamente nada y pasan de esto. Aquí sí que habría la posibilidad de desarrollar una buena labor. Es preferible enseñar a pescar que no darle un pescado todos los días.
Intercambios culturales, sí; rotundamente.
¿Tienes conocimiento de alguna institución, de cualquier índole, que esté realizando una buena labor para transmitir nuestras costumbres?
El ayuntamiento de Santa Cruz, por supuesto. Los grupos que asesoramos, se comprometen a realizar una serie de actuaciones en diferentes barrios. 
(Me da a conocer una solicitud de un grupo para ayuda a la compra de los trajes y me comenta el procedimiento que sigue en estos casos. Igualmente hablamos de grupos dirigidos por gente que comenzó en la Escuela y que en la actualidad hacen un papel muy digno)
¿No crees que el CCPC, a título de ejemplo, debería hacer más hincapié en otros grupos necesitados de apoyo y "dejar" a los que ya de por sí sin entrar a considerar valías de ningún tipo están promocionados, entiéndase Sabandeños, Añoranza, Mestisay... cuyo caché lo dice todo?
El CCPC es, fundamentalmente, una agencia de contratación de artistas. Está mimetizado con un barniz de plataforma cultural, en defensa de la cultura y el hecho canario y etc., etc.
Yo me niego rotundamente a que dinero público, y, por consiguiente, mío, vaya a parar, porque sí y sin ningún tipo de supervisión, a una entidad privada. Es como si se montara un negocio para vender camisetas en las Teresitas y solicito que me lo subvencionen, porque aludo a  que  los  dibujos  de  las mismas suponen una promoción maravillosa para el turismo en Canarias. ¿Cómo me va a parecer bien subvencionar a los que ganan millones, cuando hay mil grupos que están haciendo una magnífica labor?
Los grupos que tú me mencionas tienen una calidad indudable, pero desde el punto de vista etnográfico dejan mucho que desear. Incluso, alguno de ellos arrastra un montón de deficiencias: presencia de la mujer, falta de baile, falta de trajes tradicionales, excesivos arreglos musicales... ¿Cómo me va a parecer bien? Me parece horrible. Pero hay muchísimas más historias.
(Largo rato seguimos hablando del tema. Juan se muestra muy molesto porque ni hay un control  al dinero con el que se subvenciona ese Centro,  ni quien supervise las obras que se editan o los grupos que graban... Incide en lo de "plataforma cultural para la defensa de los valores tradicionales del hecho canario")
Hasta ahí, de acuerdo. Pero, ¿dónde va el dinero? ¿Qué criterios se siguen? Estamos hablando de dinero público. ¿Hay seguimiento escrito de lo que se hace? ¿Se presentan memorias finales de los proyectos? De no ser así, la promoción de ayuda ¿es tal?
¿A quién apoya, fundamentalmente, el CCPC? A quien le garantiza la rentabilidad.
¿Hay algún aspecto, que se me haya pasado, y que te interese destacar?
Me interesa muchísimo resaltar la siguiente dicotomía:
Por un lado, lo que las Entidades Públicas hacen respecto a la preservación del Patrimonio Cultural, como parte de su programa, y, por otro, la realización en la práctica de toda esa trayectoria.
Hacen un museo (Casa de Carta), se gastan una millonada, y cuando Adán Martín va a cortar la cinta de "noséqué" lleva dos niños con el traje de La Orotava. No acabo de entenderlo.
Junto a una buena realización, practican todo lo contrario. Y eso que, a pesar de las autoridades, en Canarias estamos a la cabeza de Europa en el tratamiento instrumental y en el tema de vestuario.
(Cerramos nuestra charla hablando de la guagua que está aparcada por fuera de Casa de Carta a falta de personal, con la magnífica labor que pudiera estar realizando).

viernes, 2 de diciembre de 2016

Estamos bonitos

Ayer por la mañana, mientras ejercitaba la pata con un paseo por la autovía entre El Castillo y La Vera (una de las tantas avenidas del colesterol), me encontré con un viejo amigo de aquellos que dedicamos un tiempo de nuestra vida a la cosa pública. Y menos mal que la conversa fue corta, que si no lloramos a moco perdido. Porque coincidimos en la pobreza de toda índole en la que se halla sumergida la política actual. Tanto que para sobrevivir, la mayoría de cargos necesita estacones (artilugios antes de madera, ahora metálicos─ con los que se sostienen los rolos de la platanera para que el viento o el propio peso de la piña no los derribe) a modo de asesores; sin muchas luces en eso de orientar, pero siempre dispuestos al generoso estipendio de fin de mes.
A la altura de La Cooperativa, el rabo de gato está que da gusto verlo. Recuerda que tiempo atrás te conté cómo unos operarios del Cabildo, en un día de fuerte brisa, esparcían semillas a mansalva. El fruto de aquella acción se puede contemplar ahora en toda su magnificencia. Hay una huerta por los alrededores del IES María Pérez Trujillo que llama la atención. Frondosa. Estamos bonitos.
¿Cuánto tiempo lleva la estación de guaguas portuense cerrada? Más de cinco minutos, seguro. ¿Sabes de algún concejal que haya renunciado a su sueldo hasta que se solvente la anómala situación? Yo, tampoco. Pues todavía siguen en la discusión acerca de la propiedad de las parcelas para poder acometer la obra. Me causan estupor las declaraciones del edil Marrero: “No me temblará el pulso…”. Cállate, que estás más guapo. Tanto liberado, tanto viaje, tanto amor a la ciudad que me vio nacer y las guaguas en la calle. ¿Y tú no dices nada, Carlos Alonso? ¿Y tus contactos en Madrid, Lope? Estamos bonitos.
Oye, que el accidente del avión en Colombia haya sido provocado por la falta de combustible, da unos retortijones de mucho cuidado. ¿La insensatez humana puede alcanzar tales extremos? Ni que se tratara de un coche que lo aparcas un rato mientras te acercas a buscar una lata en la estación más próxima. ¿Qué demonios pasó por la cabeza de los responsables de esa tripulación? ¿O de la torre de control en el supuesto de no haber concedido la prioridad requerida? ¿Estamos locos? En todo caso, estamos bonitos.
Se le ve ya la vena del cogote al popular Antona. Chiquito pero currito. “Si el PSOE se me levanta de un consejo, no vuelve a sentarse”. No, si lo del palo y tentetieso de tu partido es práctica cotidiana. Si lo sabremos los realejeros. Una fotito, una sonrisita, pero a la hora de la verdad al enemigo ni agua (Fonteide). Están bonitos ustedes para predicar con el ejemplo. Fachadas, por no quitarle el da.
“Vallehermoso se vuelca en la visibilización de los derechos de las personas con discapacidad”. De ahí la foto que ilustra este artículo. Que es el número 1996. Primera matización: La palabra ‘visibilización’ no existe. Otro éxito de los gabinetes de prensa. Y el verbo visibilizar significa (ya lo comenté hace unos días): Hacer visible artificialmente lo que no puede verse a simple vista. Jodido (y perdón por la expresividad) lo llevan los discapacitados si deben recurrir a rayos x o a microscopios cada vez que deseen dar a conocer sus derechos. Unos alegan que son las modas (¿modismos?). Otros sostenemos que son idiotismos. O como decía Cantinflas: Falta de ignorancia. Estamos bonitos.
La fiscal en el juicio del caso de Las Teresitas, que celebra sus últimas sesiones, ha calificado de auténtico saqueo de las arcas públicas la operación por la que Zerolo fue premiado y remitido al Senado para hacer allí lo que le saliera de la ‘polla’. Demando nuevamente la comprensión del que a este blog se alongue, pero salió de su boca, no de la mía. Sí, son nuestros representantes. Estamos bonitos.
Cuatro de cada diez contratos son fraudulentos. Así de tajante se mostró Patricia en su comparecencia para dar a conocer el resultado del Plan contra la explotación laboral. Es decir, los empresarios, a pesar de que estaban avisados de que se iba a llevar a cabo esa inspección, fueron pescados in fraganti. No nos ha contado la vicepresidenta la segunda parte de la película. ¿Se han abierto los correspondientes expedientes sancionadores o íbamos de mentiritas? Estamos bonitos.
Los incendios internos se multiplican en Ciudadanos. Más tensiones en Podemos (de ello saben mucho en Canarias, donde los círculos se han cuadriculado). La operación Sultana en el PSOE corre paralela a las giras automovilísticas de Sánchez. Lo dicho. Estamos bonitos.

jueves, 1 de diciembre de 2016

Dietas

En el escaso tiempo que ostenté el cargo de alcalde en la Villa de Los Realejos tuve que realizar algún viaje a Madrid. Bien a firmar créditos con el entonces denominado Banco de Crédito Local de España (para financiar, fundamentalmente, las aportaciones municipales en los planes de inversión que posibilitaron la mejora notable de infraestructuras de todo tipo), bien a concretar la construcción del actual Centro de Formación Ocupacional, sito en Los Cuartos, y que había gestionado Santiago Luis con el antiguo INEM. De colegios, electrificaciones, dotación de agua potable, nuevo ayuntamiento, locales sociales y otras menudencias hablaremos en otra ocasión. Así como del registro de bienes que cada uno de nosotros depositó al buen recaudo del secretario cuando se constituyeron las corporaciones. Treinta años más tarde, muchos consistorios siguen ocultando aspectos a pesar de Internet y otros avances. Y otros que disponen de página oficial (web), no tienen operativos los enlaces tipo pinche aquí. Bueno, pinchar sí puedes, pero espera sentado.
Cuando este que suscribe las líneas que lees, retornaba al pueblo (mi mujer iba a buscarme a Los Rodeos y en una de las ocasiones tuve que pagar una multa de 4000 pesetas –de mi bolsillo, qué te creías– porque salió tarde de casa (La Longuera, 5) y el Fiat 128 corrió a un poco más de 100 km/h; salió el coche precioso en la foto, tú) y lo primero que hacía al llegar al edificio de la Plaza La Unión (antes de los enamorados, ahora no sé) era pasar por Intervención a dejarle a Petri recibos de taxis, de las comidas, facturas del alojamiento y demás. Hasta en cierta ocasión, unas pesetas que me habían sobrado. Éramos así. Y poco he debido cambiar.
Con tales antecedentes, sorpresa me causó que en el ayuntamiento de Puerto de la Cruz sea ahora, 2016, y a través de una propuesta de la Asamblea Ciudadana Portuense, cuando los ediles pasan a tener la obligatoriedad de justificar sus dietas. Es decir que de aquí para detrás si un concejal, o el alcalde, se iba de viaje y se quedaba en casa de un amigo o familiar, por ejemplo, se ‘mamaba’ las perras y tan contentos que los impuestos dan para eso y para más. Y en la época de un servidor lo mismo se hacía un viaje anual, pero en la actualidad es raro que no haya varios en un mes. Ya que estoy, déjame pensar mal, porque se me acaba de ocurrir que mi alcalde, que está más fuera que dentro resolviendo asuntos de su formación política, lo mismo cobra, aparte del generoso sueldo, dietas de traslado y manutención, cuando no de hospedaje. ¿No habrá fotos?
Y todo esto debo entroncarlo con las medidas del Ministerio de Hacienda, que debe aumentar la recaudación en 8.000 millones de euros (te juro que me mareo), pues debemos bajar el déficit hasta el 3,1% del PIB, no sea que Europa (puedes leer Merkel, si te apetece) nos deleite con sonora cachetada. Y entre ellas, amén de subir determinados impuestos (o es que piensas que el dinero baja con la lluvia al estilo del maná bíblico), se enfatiza en la reforma de las administraciones públicas a través de las nuevas tecnologías, control del empleo y racionalización estructural del sector público. Aparte de bajar hasta 1000 euros el tope máximo para pagar en efectivo. Lo que me va a traer a mal vivir estos próximos años para poner en circulación los dos sacos que tengo en casa con billetes de quinientos. Fruto de lo que obtuve en negocios turbios, calderilla por debajo de la mesa y porcentajes de las adjudicaciones de las obras. Y como no me dio tiempo sino de comprar cuatro apartamentos en el Sur, ahí quedó ese resto.
Pero me llama la atención que a nadie se le haya ocurrido poner coto a ese enorme tinglado que constituyen liberados, cargos de confianza, asesores, enchufados, colocados, disimulados, pegados, adheridos y chupópteros diversos. Porque, y ciñámonos al caso particular canario, 88 ayuntamientos, siete cabildos, parlamento, gobierno regional, empresas públicas, mancomunidades, consorcios y toda una pléyade de inventos y chiringuitos, deben sumar una pasta gansa. Vamos, que a lo peor ni siquiera lo saben a ciencia cierta. Pues, señores, eso no se toca, es sagrado. Si te quedas sin bombillo en la calle, mejor, así nadie te ve si haces cosas feas. Es lo que hay. Ellos sostienen que son acreedores a una retribución digna, en consonancia con el rango ostentado. A ti y a mí, ni categoría, ni condición, ni importancia, ni nivel. Y sin dietas.
Arrancamos diciembre. Me han soplado que a pesar de los esfuerzos de Carlos Alonso, las colas siguen. Se han aliviado algo en Tacoronte, El Sauzal, La Victoria, La Orotava, Icod de los Vinos y Garachico. Qué suerte.

miércoles, 30 de noviembre de 2016

De gira, qué chachi

De los tiempos en la escuela de La Longuera, con don Andrés Carballo como maestro, solo recuerdo una gira. Nos llevó al Botánico y a la playa de Martiánez. Allí nos dieron un bocadillo de dos galletas con un trozo de dulce. Me supo a gloria porque jamás había probado una exquisitez semejante. Los que nacimos, crecimos y nos culturizamos en medio de plataneras solo conocíamos un cacho  de pan con plátanos. Éramos ricos en potasio. Y nuestro tránsito intestinal funcionaba a las mil maravillas. Teníamos las pocetas de las huertas abonadas. Bueno, de las horas lectivas que pasábamos en aquel pedagógico salón también recuerdo, cómo no, la leche en polvo, allá a media mañana y el trozo de queso amarillo por la tarde. Inocentes, cándidos, pero bien sazonados.
Hemos cambiado con los años. Y como estos sujetos (y sujetas) de la historia que ayer nos conmovió en las redes sociales, son más modernos que un servidor, diremos que se fueron de excursión. Aunque al final, lo mismo acabaron de jira (merienda o banquete con regocijo y bulla). Satisfacción y algazara como la esgrimida por la responsable del gabinete de prensa del ayuntamiento villero cuando entraba en la guagua. ¿No viste el vídeo en Facebook? Sí, la que precede a Linares, más conocido ahora como el (des)componedor. Otros, no seré yo, lo tildan de Pinocho. Pues aquí te dejo el enlace por si te pica la curiosidad, aunque me da que ya lo estuviste viendo: https://www.facebook.com/CarlosAlonsoTF/videos/1821116961492867/.
No, Eva, no te sumes a la fiesta. Tú eres periodista. Por mucho que te debas. Y flaco favor prestas a la profesión con esas alegrías, sonrisas y cachondos buenos días. Que los políticos se avienen a festejos tales, a componendas de muy mal gusto por la burla manifiesta a los sufridores de verdad, cabría en el sucio juego de esta vorágine en la que se ha sumergido tanto culichiche. Pero a ti te pido un fisquito más de luz. Compostura, porte y buenos modales abren puertas principales. Y no siempre las de los vehículos de transporte público. Tengo una duda: ¿Iban también aleccionados los otros pasajeros del autobús? Qué ‘fisno’ me volví.
Reconozco ser un privilegiado al haber disfrutado de un trabajo cerca de casa. Y me alegro enormemente de que aquella posibilidad de ir a ocupar un puesto en la Consejería de Educación no saliera adelante. Puede que no hubiese aguantado un curso. Solo he sido víctima de estas colas cuando una vez jubilado he servido de chófer a varios familiares para trasladarse al HUC en esporádicas ocasiones.
Pero los que han soportado durante décadas este calvario, deberán hoy estar repudiando las poses de estos impresentables. Que no dudan en tomarle el pelo a todos aquellos que no les queda otra que tragarse diariamente este martirio. Seguro que a media mañana salieron de muchos consistorios norteños unos flamantes coches oficiales para ir a buscar a tan ilustres personajes y devolverlos a sus mullidas poltronas. Falsos. O, para continuar con la fiesta, retornaron en vehículos ‘cabilderos’ puestos exprofeso al servicio de sus ilustrísimas (caraduras).
Seguro que la montada estaba preparada de tiempo atrás. Y puede que la noticia haya provocado el que Aurelio (vicepresidente) y el consejero Miguel Ángel se adelantaran con otro vídeo https://www.facebook.com/aurelio.abreuexposito/videos/1012460615550190/ al respecto. Ni doy ni quito razones. Como siempre. Reconozco, sin embargo, que estos dos últimos son también víctimas de los atascos diarios. No obstante, se me ocurre preguntar –qué ingenuo soy– si no sería conveniente encerrarlos a todos en un cuarto, sin posible salida, y discutieran cuanto fuere menester hasta que el humo blanco en asunto de tanta trascendencia hiciera acto de presencia y los ahogara en las olas del mar de sus contradicciones. Ños, me quedó bonito.
Nos estás llenado la cachimba, Carlos Alonso. No entro a valorar los intentos de ruptura del pacto que te guían. Allá ustedes con cuitas y desencuentros. Pero si yo fuera uno de los que cada día me tuviese que levantar a las tantas para llegar a la capital a las cuantas, ya te habría llamado individuo. Como mínimo. Y a los que te acompañaron en la montadita de rigor, payasos. Después del espectáculo, para persistir en la tomadura de pelo, nos deleitas en Twitter con: “La culpa de 20 años de colas en el norte es mía. Resuelto el problema del culpable, ahora vamos a solucionarlo”. Todavía te gastas la cachaza (desvergüenza o descaro) de echar más leña al fuego. Yo no quisiera pensar que todo este tinglado viene a cuento de que es una consejera la que se halla al frente de las obras públicas en Canarias. Porque mira que han pasado unos cuantos coalicioneros (a lo peor tú estabas aún en el PP) sin que desde el cabildo tinerfeño se dijera mu. Y si la bombilla se te encendió y has atisbado soluciones por todas partes, no olvides otros temas sangrantes por este Norte (yo sí lo pongo en mayúscula), como pueden ser la estación de guaguas y la piscina portuenses.
Tan cabreado estoy que comulgaría ahora mismo con otro acuerdo político en el que CC fuera mandada a tomar viento fresco. Por carotas, aprovechados y jactanciosos. A freír chuchangos, que llevan toda la vida (autonómica) manejando los hilos. También los de carreteras. Y subieron a la guagua sin bono. Con el mérito añadido de pagar el billete completo. ¿No invitaba la COPE? Pues que abone Bernardo. Y que rece unas oraciones por si se produce un milagro como el de los panes y los peces. No, el del vino no, que hay que conducir.
¿Cabreado yo? Qué va. Enciende un fósforo y compruébalo. Energúmenos. Vayan a reírse de sus más íntimos, incluyendo asesores y parafernalias varias. Un par de buenas castañas serían convenientes. Como las que me eché ayer en Casa Julio, en El Mocán. A la salud de los iluminados.
Vaya manera de terminar el mes. O este artículo que hace el 1994. Queda un suspiro para subir a La Corona. Hasta mañana.

martes, 29 de noviembre de 2016

¿Hay o no hay?

Dinero sí hay (pregunten a Martínez-Pujalte y sus 3,5 millones en un solo año), pero mal repartido y peor administrado. Esta maldita crisis (para los de siempre), de la que, según dicen, estamos saliendo, ha venido a confirmar en toda su extensión la frase anterior. Algunos dejaron de hacer su agosto para forjar todo el año.
Mientras Gara, una joven güimarera ‘lucha’ por conseguir una pierna ortopédica deportiva que le permita sentirse realizada como cualquier chica de su edad, la señora alcaldesa del municipio sureño se va de excursión (segunda vez) a Sálvame, ese prodigio de programa televisivo solo equiparable a cualquier chanchullo de los alrededores. Y de camino la expedición se dará un salto al Valle de los Caídos (por Dios y por España). Ante la remota posibilidad de que derriben aquel monumento, Carmen Luisa entiende que el escombro valdría para rellenar unos pequeños huecos existentes en su localidad. Dios los cría…
Pero hoy toca no salir de este otro pueblo norteño, también regido por un mandatario popular (o populachero, mejor). Quien sigue fiel a sus principios mercadotécnicos, rodeado de toda una pléyade de asesores, y que no admite sugerencia alguna de aquellos otros cargos públicos, tan democráticamente elegidos como lo pudo ser él, porque prestar atención a sus propuestas supondría desmontar parte del chiringuito que ha creado para encumbrarse. No olvides de incluir, estimado e inteligente lector, el estudio fotográfico, medios de comunicación que doran la píldora a cambio de generosos estipendios y la amplia cohorte de aduladores ‘feisbucianos’ y corifeos mediáticos.
Se presume por estos lares de haberse aprobado los mayores presupuestos de la historia realejera. Ninguna novedad, entiendo, porque cada año que pasa debería ser así en buena lógica. Eso ocurría hasta en los lejanos tiempos en los que con unos pocos millones de pesetas se construyeron todos los centros docentes de los que ahora se jactan los respectivos concejales del área. Y sin liberados. Y sin secretarios ni amanuenses. Y sin fotógrafos. Y sin gabinetes de prensa (en aquella época los periodistas se lo curraban, ahora leen notas interesadas que remiten los ayuntamientos). Y sin coches oficiales…
Pero en esa dinámica se han sumergido todos. No crean que es asunto exclusivo del alcalde la Villa de Viera. Las componendas partidarias han hecho posible que las instituciones públicas se hayan convertido en agencias de colocación. Lo lamentable es que aquí no valen indicaciones que procedan de ámbitos diferentes a los de la Escuela Superior de Management y Máster MBA, de la Universidad de Wyoming (el estado yanqui menos poblado), en el Condado de Laramie, ni de Promociones Domínguez Morales Prodomo. Esos títulos académicos deben ocupar varios metros cuadrados. Me gustaría verlo.
He sostenido desde hace bastantes décadas que ya está bien de tanto enchufismo. De ubicar a dedo a los que figuran en la candidatura, y no salen elegidos, en puestos que se inventan con el único objetivo del sueldo. Para el que ni están preparados, ni existen criterios ni objetivos que justifiquen el acomodo. Los denominados cargos de confianza se han convertido en un auténtico sumidero. Sí, para las arcas públicas. Desagüe por el que se van dineros que bien podrían ser invertidos en facetas mucho más productivas. Tal es así que tú entras en las Casas Consistoriales y tropiezas con dos administraciones. La formada por el cuerpo funcionarial y la que yo mento como la de los piojos pegados. Y todo ello ha conducido a un notorio relajamiento de aquel que tenía desde siempre un cometido determinado y que ahora no sabe a quién debe hacerle caso ante tanto encargado. No, hoy no me apetece volver a sacar el caso emblemático del bien pagado Marrón. Sujeto que ha hecho posible el que la plantilla de la policía local siga estancada con la cada vez más acuciante problemática de tráfico y seguridad ciudadana. Con los voluntarios vamos escapando.
Me consta que tanto el PSOE como IU han mostrado su rechazo a los presupuestos de 2017 porque, entre otras cosas, el equipo de gobierno no quiere suprimir algunas mesas y sillas de su guachinche. Un puesto que se elimine de ese cúmulo del ‘personal de confianza’ (imagínate lo que se podría llevar a cabo con dos, tres o más), equivaldría a incrementar partidas de asistencia social, de dotación en educación, de potenciación de sectores desfavorecidos y, en suma, echar una mano a los que lo están pasando mal.
Si se reestructurara el tinglado de concejales liberados (parcialmente o con supuesta dedicación exclusiva) mediante un organigrama más efectivo, en el que no primaran los fraccionamientos o parcelitas de poder para contentar carteras y bolsillos (con la sangría económica que ello implica), a buen seguro que la máquina marcharía a las mil maravillas. ¿O es que acaso éramos extraordinarios aquellos que condujimos la nave allá por los ochenta del pasado siglo? ¡Ah!, que todo ha cambiado. Sí, por supuesto, para una mamandurria descarada e hipócrita. Y dejamos dietas y otros extras para nueva oportunidad.
El PP ha hecho caso omiso –lo volverá a hacer en ejercicios venideros– a las sugerencias que podrían desembocar en una mejora social evidente. Al tiempo, entiendo que así piensen, los grupos de la oposición (de CC nada se sabe, ni se le escucha, ni se le espera y parecen resignados a que Manolo envejezca –ríete tú de los dos mandatos– para que retorne su electorado: arréglalo tú, Linares, que eres un experto) plantean que pueden ser capaces de dirigir un ayuntamiento sin tanto adhesivo (pósit, en moderno). Téngalo, pues, en cuenta, para la próxima campaña y cuantifiquen datos, muestren cuentas, en definitiva, que el pueblo se entere. Que lo mismo está abducido con tanta foto y necesita una sacudida.
Bueno, hasta más ver.

lunes, 28 de noviembre de 2016

'Ipso facta'

Sábado, 26 de noviembre. Ha amanecido lloviendo. De esas aguas serenas que tanto bien proporcionan a la agricultura. Días que se prestan para castañas y vinos nuevos. Una lástima que no pueda ir a correr el cacharro. Me pongo a escribir.
Sigue muriendo la gente. No hay aún gragea que nos permita presumir de eternidad. Ya te puedes llamar Fidel, Rita o Marcos. Cuanto te toque, adiós, muy buenas. De nada valdrán ya palabras compungidas que anuncien el óbito, cuantos minutos de silencio se invente el personal o funerales de mayor o menor porte.
Pero ciñámonos a otros aspectos más cercanos. Como las obras en mi pueblo (Los Realejos, Tenerife, claro, ¿o ya no te acuerdas?), que nos producen tantos quebraderos de cabeza como las colas de la autopista. Ahora estamos inmersos en las de la calle de El Medio de Arriba. De las que nuestro alcalde decía en agosto próximo pasado, cuando las daba a conocer con la foto de rigor, lo siguiente: “El próximo lunes 29 de agosto darán comienzo las demandadas obras, con una duración estimada de dos meses. Durante la ejecución de los trabajos se mantendrá abierto el tráfico rodado en toda la calle, exceptuando cortes puntuales y breves en el momento de la creación de los imbornales”.
Cuando lo leí, me acordé de las que manifestó Oswaldo Amaro en la inauguración del estadio olímpico de La Longuera: “Lo mantendremos operativo las 24 horas del día y los 365 días del año”. Vaya manía con querer echarse aquello mayor que lo otro. El día que una obra pública finalice en el plazo estipulado, se le agotan a los Toste los voladores.
Concluye noviembre, tres meses después del anuncio, y reconoce Domínguez en las redes sociales que no queda otra, habrá que seguir cerrando la calle para ejecutar las zanjas. Ya estuvimos entretenidos la pasada semana y para esta que comienza no se vislumbran expectativas mejores. Los vecinos de Los Príncipes, La Sombrera, La Azadilla, La Madre Juana, Icod el Alto… saltamos de contentos y bailamos sobre una pata sola. Están las travesías de San Agustín y Realejo Bajo bonitas para soportar la avalancha. Guaguas incluidas. O sube por San Vicente, como alternativa. O ve a Los Cuartos. O sal por Los Barros.
Pero a Manolo le preocupa el estado de la TF-5. A la que los realejeros accedemos tras muchísimos minutos de sortear conflictos. El día que se queme una casa en cualquiera de los cascos, no llegarán los bomberos a tiempo, salvo que habilitemos un helicóptero. Y si hay que evacuar a cualquier herido, idéntica solución, porque la ambulancia, que yo sepa, aún no vuela.
Tranquilo, después te explico lo del título.
Hay un periodista, que no se ha destacado por ser un dechado de virtudes en todo lo concerniente con éticas y deontologías, que acaba de escribir: “La sinvergonzonería en el periodismo está llegando a límites intolerables”. Y se quedó tan ancho. Aludía al tratamiento informativo habido para con Rita Barberá. Pero como es de los que defienden el honor de las familias de los que vilipendian a mansalva en tugurios audiovisuales, tanto crédito como el de los que votan en un ámbito no incluir publicidad institucional en los mismos, mientras en otro llevan a cabo todo lo contrario. Falsos. Y el susodicho comunicador nos brinda: “Asier solo tiene un Tenerife un aliado fiel, un perrito que le mueve la cola, Manuel Domínguez”. Tranquilo, mañana lo elevará a los altares y ambos reirán la gracia en una buena cuchipanda.
Que no, no me he olvidado. Comisionaron a Francisco Linares, alcalde villero e importante cargo orgánico de CC, para que arreglara ciertos descosidos del pacto con el PSOE. Y si has seguido artículos anteriores, vengo sosteniendo que no compondría nada. Y menos en el Puerto. Donde el comité local ha acordado lo que estaba previsto y nadie va a ser expulsado. Porque si a la debacle realejera se debe sumar otra en La Ranilla, los cimientos orotavenses se irán a tomar viento fresco. Y por mucho que Paco diga hoy que serán expedientados de ‘manera ipso facta’, mañana volverá a salir el sol y donde dije… La única manera de acabar en Canarias con tanto mercadeo y trapicheo baratos es hacer un pacto en el que la fuerza política descolgada sea Coalición Canaria. Habrá que tragar sapos y cerrarse los ojos, pero que estos insularistas redomados sigan actuando a su antojo y tomándole el pelo a quienes sean sus compañeros de viaje en cada momento, va a ser que no. Y llevamos décadas con estos procederes. Ya soltó el aludido negociador que como los socialistas ya no tienen los mismos interlocutores (y el nombramiento de la gestora número taytantas no se ha producido), habrá que iniciar una nueva negociación, un nuevo proceso. Como se creen indispensables y ellos siempre han poseído la voz cantante, cárguenselos y verán que se les diluye el chiringuito. Porque sin poder no son nadie. Curritos, carajo, que no son más echaditos pa´lante porque no pueden.
No te preocupes, cuando yo lo vea dentro de poco le preguntaré en qué diccionario encontró eso de ‘ipso facta’. Me va a contestar que él no lo dijo. Yo también lo conozco un fisquito. Algo tuve yo que ver en el parto de un festival internacional de folclore (Arautápala) y mucho él en su desaparición. Presume de datos y memoria, pero, para lo que no le interesa, es de palabra voluble. En los casos comprometidos es capaz de cambiar de opinión con pasmosa rapidez. Hasta Isaac se ha ido dando cuenta.
Pues nada, hasta mañana. Hoy me entretuve con dos alcaldes que son partidarios de limitar los mandatos. El día que sean serios, dejo de escribir para siempre jamás.
Con esta hemos alcanzado la número 1992. Nos restan 8 (en este blog).

domingo, 27 de noviembre de 2016

Turismo y Folclore (XXIX)

Va la segunda entrega de la entrevista a Juan López.
A veces me parece que los grupos pecan de no ser capaces de transmitir no sólo la música, sino todo lo que conlleva a su alrededor...
Cuando un grupo sube a un escenario, lo hace para manifestar un mensaje. Y el mensaje debe ser: mire usted, yo estoy haciendo esto. Y esto viene de aquí. Y en estos momentos está en este lugar, porque yo lo he puesto y así lo he querido. Tiene estos orígenes y no lo hago por capricho. No es que me guste ponerle tres plumas al sombrero, o darle cuatro saltos a la isa, o le pongo dieciocho acordes disminuidos a unas malagueñas.
Y si lo hago, decirlo. Y si no lo hago, decir que se trata de una malagueña, que llegó a Canarias a finales del siglo XVIII, que fue un fandango en sus orígenes y que, poco a poco, se ha ido lentificando... Todo para que la gente sepa qué está oyendo, porque hemos pasado por 40 o 50 años de una laguna profunda de falta de conocimiento, total y absoluto, de la música tradicional. Y aún lo estamos pagando. La gente no sabe qué es lo que escucha.
La filosofía originaria de la escuela, ¿se ha modificado? ¿Marca alguna directriz el Ayuntamiento?
La Escuela funciona de una forma autónoma, es decir, tenemos presupuesto propio y un cierto margen para realizar actividades. Siempre, por supuesto, bajo la supervisión del Concejal-Delegado de Cultura. Lo que empezó como una Escuela, con unos cuantos monitores, se ha convertido en un monstruo. Hemos asumido gran parte de los cometidos del área de música del Ayuntamiento: coros escolares, bandas de música, corales mixtas, etc., etc.
Estamos intentando conseguir un todo armónico. Hemos crecido también en proyectos. Hemos creado un Festival Internacional de Folclore (hace 4 años), un certamen de Villancicos, de solistas, de trajes tradicionales, de comidas, fotografía, artículos etnográficos... Es mucho más que una Escuela.
Santa Cruz no se caracteriza por vivir cara al turismo. Pero, ¿hay actuaciones de los grupos santacruceros para el turismo? De ser así, ¿quiénes solicitan esas actuaciones?
Que yo sepa, ahora mismo hay tres tipos de corrientes de actuaciones para el turismo:
a) El puerto. Vienen cruceros y solicitan grupos folclóricos.
b) Para convenciones organizadas por estamentos residentes en Santa Cruz de Tenerife.
c) Exportación de grupos a los centros turísticos del Sur.
Cuando hay demanda vale cualquier cosa. Tenemos de todo, desde los que se niegan rotundamente a acudir a este tipo de actuaciones si no va el grupo completo, hasta los que no les preocupa lo más mínimo el que se decante un pequeño núcleo para estas ocasiones (4 ó 5 tocadores y 2 ó 3 parejas de baile).
Pero, afortunadamente, estamos lejos de la demanda que existe en el Sur o en Puerto de la Cruz. En este sentido los grupos de Santa Cruz están más aglutinados. Conservan mucho mejor sus parámetros fundacionales: grupos extensos, alrededor de 30 ó 40 personas.
¿Hay establecimientos hoteleros que tengan dentro de sus actividades el mostrar nuestro folclore al turista?
No hay ninguno. Con carácter ocasional, el Mencey. Piensa que los hoteles de Santa Cruz son muy pequeños y solo son utilizados como de paso.
Los grupos que se disgregan para ir a tocar cara al turista, ¿realizan su trabajo con la misma seriedad que si fuera el grupo al completo o van a escapar, ocurriendo lo que en Puerto de la Cruz, interpretando, incluso, temas que nada tienen que ver con el folclore canario?
Ocurre exactamente igual. Pero solo son unos pocos. Si acaso dos o tres.
No tienen ningún tipo de escrúpulos. Van a bodas, bautizos, a un hotel, a una convención, a lo que le echen. Les da igual. Están conectados con una agencia que se dedica a proveer de este tipo de grupúsculos a los hoteles y los tienen 3 ó 4 días a la semana por ahí. Como los llevan por muy poco dinero, y sus apetencias no son excesivas –se han vuelto conformistas–, tocan cualquier cosa.
Desgraciadamente es así, porque la demanda lo solicita. Aquí ocurre como en la vida: hay gente que se mantiene sin ceder ante las presiones, y otros a los que nada le importa y hacen cualquier cosa, como si les mandan a echar fuego por la boca.
¿Hay algún otro aspecto o faceta de nuestras costumbres, a través de las cuales estemos dando mala imagen al visitante?
Hay un tema que me resulta curioso. El Cabildo tiene la Casa de Carta: gran esfuerzo para plasmar la realidad indumentarial de Tenerife. Pero, curiosamente, ese mismo Cabildo, cuando llega el momento en que hay que hacer un regalo de trajes tradicionales o hay que presentar una pareja de gente vestida de maga, no utiliza esos trajes, en los cuales se ha gastado muchísimo dinero, sino que acude al archiconocido de La Orotava o de Santa Cruz. Es una incongruencia que he tratado en más de una ocasión con los responsables del Cabildo y no me han sabido dar una respuesta.
En general, las corporaciones tienen una idea nebulosa de que hay que apoyar la cultura tradicional, porque estamos en una etapa de nacionalismo, etc., etc., etc. Pero cuando hay que llevarlo a la práctica y manifestarlo como una forma de ser del hecho canario, se les olvida.
Se han hecho cosas positivas, pero traducir estas actitudes ante la opinión pública, y no solo canaria, no trasciende, solo queda en buenas intenciones. Queda como parte de un programa, no de una filosofía. Eso me llama mucho la atención y es un caballo de batalla constante.
Es una imagen distorsionada que se ha venido vendiendo (del conjunto de España: las castañuelas, sevillanas, toros y sangría) y no hemos sido capaces de erradicar. De Tenerife se creó un estereotipo, que se sigue vendiendo porque el turista cree que es lo único. Es lo que le hemos hecho ver. No conocen otra cosa y quieren contemplar lo que dice el folleto.
Arriba, en las promociones que se realizan, siguen insistiendo y cayendo en lo mismo.
(Le aludo a la embajada del carnaval a Alemania, en la que también participa el Cabildo, y  coincidimos en las reiteraciones de estos intercambios y promociones. Queremos seguir vendiendo sol, cuando ya no se lleva)
¿Hay alguna otra oferta de nuestras costumbres y tradiciones que se realicen para el turismo en cualquier otro sitio que conozcas?
En Santa Cruz contamos con un Centro de Artesanía en Anaga, donde existen 8 especialidades (cestería, palma, hilado de lana, malla, hilo, calado, roseta, bordado y rafia). En otros sitios también lo hay. En La Guancha se está haciendo muy buen trabajo. En La Orotava es un poco más divulgativo, profundizan menos, a pesar de que corre a cargo del Cabildo. Y poquito más.
La artesanía está invadida, e incluso potenciado por organismos canarios. Por ejemplo, la Feria de Arte hispanoamericano, subvencionada por ayuntamientos (entre ellos el de Santa Cruz) y Cabildo Insular. Traen a artesanos de allá a competir con los canarios. Y a estos no los subvencionamos, con lo que, tal vez, les estemos dando la puntilla definitiva. Es decir, no solo no se protege nuestra artesanía, sino que la ayudamos a hundirla.
A colación de tu respuesta anterior, ¿qué opinión te merece la desaparecida Feria de ferias de La Guancha?
Fue algo que merece todo nuestro reconocimiento, que un pueblo pequeño haya sido capaz, durante cinco años, de aglutinar a todas las gentes de la isla.
Maravillosa, única, excepcional y... políticamente odiosa para alguna gente. Por eso se la cargaron. Se terminaron las subvenciones, porque no interesaba... y se acabó.
¿Ha cubierto el recinto ferial santacrucero el vacío producido?
Jesús, no me preguntes algo del Juzgado.
Como trabajador de este sugerente campo, te habrá encontrado con grupos, casos y cosas que sonrojan a quienes pretenden realizar una digna labor. ¿Qué opinión tienes al respecto?
Hay muy poca literatura, muy poco conocimiento transcrito sobre la realidad veraz, objetiva y absoluta de la música, la danza, la vestimenta tradicional en Canarias. Si unimos esto al que la mayor parte de los que practican folclore son gente de una formación cultural medio-baja, tenemos:
1º. Gente de pocos conocimientos.
2º. Poca capacidad de aprender.
3º. Cuando la tienen, no encuentran argumentos que los puedan orientar en el sentido adecuado.
Hacen lo que realmente creen. ¿Cuál es el problema? Que hay quien respetar esas horas de esfuerzo y trabajo. Y el que no ha estado en un grupo, no sabe lo que significa. Comparémoslo con el Carnaval: son dos semanas de fiesta; la gente se prepara durante dos o tres meses. Y punto. El grupo folclórico está todo el año. Los grupos del Carnaval están subvencionados. No sucede los mismo con el folclore...
Lo que no entiendo bien es la mentalidad obstruccionista, provocada, quizás por su propia serie de limitaciones culturales, de muchos de los directores. Porque los grupos son lo que los directores quieren que sean. Cuando el director se "emperra", se aferra a sus conocimientos y no es capaz de abrirse, y, simplemente, preguntarse si lo que hace está bien, o si hay alguien que le pueda enseñar, si hay alguien de quien pueda aprender... Cuando un director no es capaz de hacer eso, los grupos se cierran en banda y causan un grave daño.
Pero los grupos, con todo eso, no causan tanto daño como algunos medios informativos. Cuando en un programa de radio o de televisión se emite un programa dedicado al folclore, en el que todo sirve y todo vale, se está creando un confusionismo total y absoluto entre todos los grupos que miran o escuchan ese programa. Porque si aquel sale y el presentador dice que está bien, yo también lo puedo hacer, y lo voy a hacer.  Que salen vestidos de guanche y bailando la isa del Mencey Acaymo, y dando saltos diciendo que aquello es de rescate...
Si eso sale por televisión, al cabo de pocos meses hay 15 grupos haciendo lo mismo.
No solo es responsabilidad de los directores y los propios grupos. Es, sobre todo, de aquellos que por suerte, merecimiento o conocimiento, estemos en situación de influir en los demás. Y si no se hace, por comodidad o por ignorancia, eso sí que es grave.
Es difícil, porque ese señor, con limitados conocimientos, que ha estado años y años enseñando lo mismo, no va a reconocer jamás ante su grupo que aquello estaba equivocado. No va a aceptar el consejo de nadie que le oriente en otro sentido; entre otras cosas, porque no domina lo que debe corregir.
(Continuará)

sábado, 26 de noviembre de 2016

Turismo y Folclore (XXVIII)

16. Hablamos con Juan López
Tras haber quedado citados en un par de ocasiones, que fallaron por razones que no vienen al caso, se produce esta entrevista el lunes 30 de enero de 1995 en la sede central de la Escuela Municipal de Folclore de Santa Cruz de Tenerife. Por cierto, casi no llego. Creía yo, hombre de pueblo, que el Barrio de la Salud estaba conformado por cuatro casas y dos o tres calles, como ocurre por acá. Pues no, hube de pararme en más de dos ocasiones y preguntar para poder dar con el dichoso mercado viejo. Pero como preguntando se llega a Roma, y yo no iba tan lejos, este que escribe también encontró su particular Vaticano.
Con el ánimo de acabar temprano, manía de gente del campo, allí estaba a las siete de la tarde del día anteriormente reseñado. Pensaba yo que habría ensayo o algo así. Pero no. No funcionaba la Escuela como yo especulaba. Es algo que a lo largo de la charla quedó meridianamente claro.
Como hubo, al menos, un par de aplazamientos, y viendo que el entrevistado no acudía a la cita, comencé a pensar si el tema me iba a fallar en una nueva ocasión. Mientras aguardaba pacientemente, escuchaba aires de folías que algunas parejas bailaban en una de las salas destinadas a esta Escuela de Folclore. Una y otra vez se repetían las figuras de este aire típico para perfeccionar los pasos. En una de las paredes, un gran espejo, que servía de guía a las parejas, se convertía en fiel notario de lo que allí acontecía.
Solo fueron unos minutos de retraso. Pero Juan López acudió a la cita. Como estaba previsto. Solo habíamos hablado por teléfono con anterioridad. Era conocedor de sus andanzas en el mundo del folclore, pero muy poco más. Fue a requerimiento de Juan  de la Cruz como llegué a esta entrevista. Gracias a él fueron los contactos habidos. Incluso, en más de una ocasión me valió de intermediario.
Pequeño currículum
Empecé en 1975 con la extinguida "Coros y Danzas de la Sección Femenina" en Santa Cruz de Tenerife. Al poco tiempo de entrar, hicimos un viaje de 40 días de duración por la Península. Con anterioridad no había tenido ninguna relación con la música tradicional ni con el baile. Al llegar de este viaje, "Coros y Danzas" de la capital desapareció. 
Junto con otro compañero, que había hecho también esa gira, confundamos "Verode". Allí estuve dos años. Luego pasé a la "Masa Coral Tinerfeña" y más tarde a "Los Majuelos", donde estuve desde el 79 al 89.
En 1989 me propusieron dirigir esta Escuela Municipal. Consideré que no era ético dirigir a un grupo, mientras que por otra parte era responsable de la posible contratación de grupos, y abandoné Majuelos.
Pero Los Majuelos llevan más años...
Sí, lo que pasa es que nació como una pequeña parranda que se fundó en 1968. Posteriormente se convirtió en un grupo masculino, al estilo de Los Sabandeños. Incluso adoptaron la manta y tocaban los mismos temas (estaban dirigidos por un componente de aquel grupo).
Llegó un momento, las copias siempre suelen ser malas, en que el grupo se replanteó la situación y me llamaron. Intenté introducir nuevos elementos en su dinámica, porque primaban los grupos masculinos estáticos. Y no es que fueran elementos nuevos en la música tradicional, pero sí en la folclórica: presencia de la mujer, la danza y, sobre todo, el tema de la vestimenta tradicional, que no estaba contemplado en los grupos de la época (Chincanayros, Verode, Sabandeños...[Tenerife], Sancochos, Gofiones...[Gran Canaria]), y otros muchos que surgieron al amparo de los iniciadores, Los Sabandeños.
¿Cómo se produjo la entrada en el folclore?
Mi incorporación a este mundillo fue casual: pasar por el local de ensayo de Coros y Danzas, oír tocar, entrar para ver qué era aquello... Y lo que también ocurre ahora: como hacía falta gente, me apunté y aquí estoy.
Y en esa renovación de Majuelos, ¿tuvo algo que ver Juan de la Cruz?
De entrada quisimos formar un cuerpo de baile y quitarnos la manta. Esa fue nuestra primer pretensión. Pero nos planteamos, ¿qué podíamos ponernos? Tenía claro que no iba a ser el traje negro de la zona de Santa Cruz-Laguna ni el de La Orotava. Eso me parecía partir de una base falsa: la uniformidad, que no se ha llevado en ninguna de las culturas tradicionales que, al menos, yo conocía. Alguna idea tenía al respecto por mis estudios de Geografía e Historia, que me habían introducido en las costumbres del folclore tradicional. Afortunadamente, me encontré con Juan de la Cruz. Me reafirmó en mis planteamientos y nos orientó. Apoyó la idea y nos documentó sobre el particular.
¿Es la Escuela un aula de enseñanza o lleva implícito algo más? ¿Se compone de varias secciones? ¿Hay dentro de ella un grupo estable?
No, aquí no funcionamos como grupo. Por una razón:
La Escuela se crea en base a una demanda que existía en aquellos momentos. Fue  en 1985 cuando el entonces alcalde Manuel Hermoso me pide que presente un proyecto destinado a atender la demanda de conocimientos sobre música, danza y vestimenta tradicional. En Santa Cruz existía, a diferencia de Adeje y Arona, ejemplos que tú me has puesto, multitud de grupos folclóricos. No hacía falta crear otro más, para competir con el resto.
Los objetivos eran:
1º. Apoyar lo que había.
2º.  Realizar una labor pedagógica y didáctica acerca de cuáles podrían ser las mejoras posibles a aplicar a estos grupos ya constituidos.
3º. Enseñar a aquella gente que quisiera formar otros grupos o incorporarse a los ya existentes.
La labor, pues, era formativa, potenciadora y recuperadora. Santa Cruz es muy grande y todavía quedan, afortunadamente, muchas manifestaciones de gran interés etnográfico. El proyecto estuvo, sin embargo, casi cuatro años esperando a que se le diera el visto bueno. La ubicación física de la Escuela está en el Barrio de la Salud, pero lo que pretendemos, dada la extensión del municipio, es intentar llevar la cultura tradicional a todos los barrios donde se demande. Centralizar la idea hubiese sido matarla, acabar con los parámetros que se había previsto y por los que se había fundado: nosotros ir a los vecinos, no al revés.
¿Y se está atendiendo realmente a todos los barrios?
El año de nuestra mayor expansión, que fue el 93, atendimos al 62% de las Asociaciones del municipio, bien en música, danza o artesanía, y cerca del 70% de los centros docentes de E.G.B., con un total de 5000 alumnos mensuales. Empezamos, normalmente, con muy poquitos, unos 200. Pero en apenas dos años, pasamos a más de 2000.
¿Se comprometen a algo las Asociaciones o Colectivos que soliciten estos servicios?
Lo único que aportan es un salón de ensayo y una convocatoria que hacen entre sus asociados. El resto nos corresponde a nosotros: material, monitores... Es, pues, totalmente gratis.
Por algunos cursos monográficos que se hacen aquí, en el centro coordinador, sí se cobra una cuota módica. Ahora mismo estamos llevando a cabo cuatro talleres por los que se paga 1000 ptas.
¿Hay algunas Asociaciones que no han querido acogerse por tener ya algún grupo organizado?
Sí, hay unas 120 Asociaciones de Vecinos, de las cuales atendemos, aproximadamente, un 60%. El resto prefiere otro tipo de actividades. El Patronato de Cultura tiene una oferta muy amplia de actividades. Lo que engloba la cultura tradicional está ocupando el primer lugar en demanda del número de alumnos. Pero hay quienes prefieren corte y confección o inglés o mecanografía, antes que baile o instrumentación
¿Están todos los grupos radicados en Asociaciones de Vecinos o existe otro tipo de entidades?
A raíz de la fundación de la Escuela y el comienzo de la labor de asistencia de los monitores, se han formado nuevos grupos en algunas Asociaciones. Pero sí existen otros muchos de carácter completamente independiente. A esos también les asesoramos cuando quieren aprender algún baile, sacar otro tipo de vestimenta, investigar sobre algún aspecto musical. Bien vienen ellos aquí o solicitan nuestra presencia.
¿Existe mucho material que se haya rescatado?
Algunos de los barrios de Santa Cruz son eminentemente rurales (Llano del Moro, Cordillera de Anaga, Taganana, Afur, Roque Negro...). En estos lugares quedan todavía estilos y géneros, que, de no ser aquí, ya se han perdido, no solo en Santa Cruz, sino en toda la isla. Así nos hemos encontrado con:
Un auto sacramental de los Reyes Magos en Taganana, un pasodoble anaguero, un estilo de malagueñas corridas, muy raras, también en Anaga (cuyos parientes más próximos están en Fuerteventura o Lanzarote). Un estilo de cantar seguidillas o folías en Llano del Moro y Taco, totalmente diferente. Incluso en el propio casco de Santa Cruz, esponja de un éxodo rural evidente, nos hallamos con temas propios de esos lugares de origen (Gomera, La Palma, Fuerteventura).
¿Qué opinión te merece, al hilo de lo anterior, las consideraciones de algunos grupos de no interpretar temas de otras islas?
Debemos partir de la base que hay una cultura tradicional muy desconocida. Fundamentalmente Tenerife no es otra cosa que una isla, y aquí ha llegado todo. Por lo tanto está sujeta a las mismas oleadas musicales, artísticas e indumentariales que el resto de las islas. A Tenerife llegó lo mismo que a Lanzarote o El Hierro. Cierto es que cada isla tiene sus peculiaridades. Por eso, el repertorio común de los grupos es muy cortito. Hay, no obstante, constancia de géneros que habiendo desaparecido aquí existen aún en otras islas.
No debemos caer en chauvinismos caducos, porque, de seguir así, "El tango de la Florida" habría que bailarlo solo allí. No coincide lo que conocemos ahora, con lo que se tocaba y bailaba hace 150 años. La mayor parte de los géneros, música y danza son  comunes a todas las islas. Aunque existe una serie de temas propios de cada isla y que son muy respetables. Y para poder interpretarlos hay que hacerlo con sumo cuidado y respeto.
Seguidillas, malagueñas, isas, sorondongo... existieron –y existen– en todas las islas, porque fueron producto de sucesivas oleadas perfectamente documentadas. No debemos, ni en esto ni en otros casos, mirarnos continuamente el ombligo, creyendo que lo de nuestra isla, nuestro pueblo, nuestro barrio, nuestra calle o el patio de nuestra casa es lo mejor y lo único. Formamos parte de toda una corriente cultural muy importante. Y en la diversidad  está la tradición.
Debemos diferenciar entre música tradicional y folclore. La música tradicional es aquello que nuestros antepasados bailaban y tocaban, y que la utilizaban como un medio de expresión. Cuando esto se ha reconvertido para subirlo a un escenario, para darlo a conocer, ha pasado a ser folclore.
La creatividad existe. En música, como en cualquier otra faceta del arte, cada cual siempre pone algo de su propia cosecha. El estancamiento no existe. Que sea bueno o malo depende de la filosofía de cada cual. Pero existe, eso es indudable.
La alteración vale porque existe; no podemos tacharla, ignorarla. Lo que ocurre es que hay que hacerla bien. Si se crea, o se recrea, algo, decir siempre de dónde procede y a qué se ha acudido para hacerlo.
(Continuará)