miércoles, 31 de diciembre de 2014

La Gran Cruz

Fuerte cruz nos ha tocado. Con qué marrones hemos de lidiar. Y Rajoy, embajador del Camino de Santiago. Acabo el año de un contento subido. Aunque la esperanza de que el próximo sea mejor es el motivo que nos guía en estos postreros días del 2014.
En la última reunión del Consejo de Ministros se aprobó un Real Decreto por el que se concede la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio a unos personajes especiales (de ahí lo de personajes, si no serían, única y exclusivamente, personas) en los que concurren méritos extraordinarios (nivel excepcional, se explicita) en los campos de la ciencia, educación, cultura, docencia e investigación. Fueron ellos (y ellas):
Esther Koplowitz (empresaria y filántropa; eso expresa la nota gubernamental, y manda testículos, según luego intentaré explicar), los exministros de Educación Esperanza Aguirre, Pilar del Castillo y Ángel Gabilondo, el exsecretario de Estado de Educación y Universidades, Julio Iglesias de Ussel, los catedráticos Juan Díez Nicolás y  Rafael Puyol, el hispanista Hugh Swynnerton, el jurista argentino Luis Moisset, la historiadora mexicana María Cándida, y el economista Frances Granell.
Vamos por partes:
Si el hecho de haber sido ministro o secretario de Estado, puestos que se desempeñan más por valores partidarios que de otra índole, lleva adherida la etiqueta de concesión del reconocimiento que venimos comentando, apaga la luz y vámonos. Y en el particular caso de doña Esperanza Aguirre, de juzgado de guardia. En su mandato, se argumenta, se construyeron muchos colegios (públicos y privados). Pues a don Luis Balbuena Castellano, excelente consejero de Educación en Canarias (pero mejor persona y matemático ejemplar) habría que levantarle un monumento más grande que El Teide.
Lo de la Koplowitz, a la que asimismo hace poco le concedieron la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo (cómo suda esa mujer en la cadena de producción junto al también multimillonario Carlos Slim), se le califica su labor filantrópica. Puede que si los comunes mortales españoles dispusiésemos de su inmensa fortuna, lo mismo seríamos mucho más desprendidos. Y a lo peor por motivaciones tan egoístas como las de la galardonada: desgravaciones fiscales y exenciones tributarias. Que están buenos para generosidad tan desprendida.
Repasemos:
¿Cuántos profesores (maestros) tuviste de los que guardas un recuerdo imborrable y a los que profesas un cariño imperecedero? ¿Cuántos docentes han quemado pestañas durante muchas décadas para poner en el mercado a estos politiquillos que ahora se dedican a las recompensas del interés? ¿Cuántos investigadores cargan con años y años de paciente labor en la oscuridad de un laboratorio? ¿Cuántos jóvenes hacen su maleta cada año para ganarse el sustento allende los mares? ¿Cuántos currículum se arrojan a las papeleras de universidades, fundaciones, patronatos y demás por falta de presupuesto? ¿Cuántos ignorantes conoces…
Lo debo dejar aquí. Me imposibilita continuar la consecuencia de la tremenda arcada que me ha dejado pringado el teclado. Espero que no implique mayores inconvenientes para este inminente 2015. Y es que pensar que José Ignacio Wert será otro de los ‘galardonados’, me dirás.
Bueno, se acaba el año. Sean comedidos. No cometan excesos. Y no cojan el volante. No reproduzcan acciones de alcaldes que… Ya está. Los invito a ser felices. Y hasta el año que viene.

martes, 30 de diciembre de 2014

No había nada

A la vuelta de la esquina, elecciones en mayo de 2015. Serán las décimas después de que fuera aprobada la Constitución del 78. Y me produce verdadera lástima escuchar, o leer, declaraciones de concejales que forman parte de corporaciones de ahora mismo en las que prima el titular fácil. Como el que da pie al presente comentario: No había nada. Es decir, cuando ellos iniciaron su travesía en 2011 (el otro día) se percataron de que los anteriores grupos de gobierno municipales se habían pasado los cuatro años rascándose los mismísimos. Y a lo peor, los propios comentaristas pertenecen a formaciones políticas que ya en un pasado reciente habían tenido responsabilidades en la gestión local.
Qué difícil es poner la marcha atrás al reloj. O trasladarnos en una máquina del tiempo siquiera a 1979. Porque aquellos que comenzaron a regir los destinos democráticos en los ayuntamientos españoles (puede que el caso de Canarias mucho más agravado por la lejanía, la insularidad y otros condicionantes) sí que pueden seguir gritando a los cuatro vientos que no había nada. Pero nada de nada. Y cimentaron, vaya que sí, el edificio del que bien disfrutan los profesionales de la cosa pública. Para que ahora, bien aupados al machito del sueldo fácil vengan con estas monsergas. Ustedes no llegan ni al tobillo de aquellos que construyeron este estado del bienestar (con todo el cúmulo de inconvenientes y deficiencias que habrá de seguir corrigiéndose), sin cobrar un duro, simultaneando este quehacer a base de echarle horas con el trabajo que le suministraba los garbanzos para el sustento diario. Tengan vergüenza y cállense, que están más guapos.
No había nada. Como yo no soy imparcial, hagan una reunión con los funcionarios (alguno queda aún) que han sido testigos directos de la transformación habida. Que les cuenten las penurias en cualquier sector de la administración pública en la década de los ochenta. Y de cómo el político de aquel entonces se fajaba a trabajar, codo con codo, no limitándose jamás a la rutina de comisiones informativas o de gobierno, amén de las sesiones plenarias.
Si nos ceñimos al ayuntamiento realejero, y dado el importante sustento gráfico de su archivo histórico, pienso si no sería conveniente publicar la historia del asociacionismo. O la de la construcción de colegios. O la de las obras acometidas en aquellos ejercicios económicos de la denominada Comarca de Acción Especial que sacó a Los Altos del ostracismo más inmundo. Cuán flaca es la memoria de los que actualmente cobran bien por estar, eso dicen, al frente de chiringuitos con escasas responsabilidades porque las funciones que supuestamente desarrollan se diluyen a través de las empresas municipales, cuando no de la privatización.
Ya está bien de seguir echando culpas sobre hombros más cascados que los suyos. Miren al frente que les va a dar tortícolis. Porque no iban a hablar de herencias. ¿No lo recuerdan? Y el PP realejero no es un rara avis ni un verso suelto. No nos vendan bondades, pues el partido en el que militan, y en puestos de no escasa representatividad, solo ha sabido hacer todo lo contrario de lo que prometieron. Promesas por las que ganaron mayoritariamente unas elecciones y que han incumplido hasta tal extremo que ya ni se sonrojan.
No había nada. Sí, había bastante, sobre todo ilusión. Y preocupación cada vez que acudía un vecino para demandar una ayuda, un puesto de trabajo. Al que jamás se nos ocurrió dar la espalda escudándonos en que eso no era competencia nuestra. Insisto: flacas memorias. Y gruesas apetencias por la escalada.
Ahora Internet nos brinda caras bonitas y sonrisas fáciles. Sujetas, incluso, a los retoques de programas informáticos. Vendemos, a bombo y platillo, la reposición de un muro cuyo importe no alcanza los dos mil euros. La mitad del sueldo del alcalde. Pero nada se publicita de los seis mil parados. Ni del altísimo porcentaje de los mismos que no perciben ni un euro con el que enviar una tarjeta de felicitación a los concejales. Por favor, no nos den lecciones. Somos muchos (perdón por la intromisión) los que sí podemos sostener lo de no había nada. Pero ustedes no están legitimados para ello. Ustedes lo tienen todo. Incluso la desfachatez de solicitarnos que utilicemos las nuevas tecnologías para poner en su conocimiento las anomalías que detectemos en nuestros paseos por el pueblo. Porque ustedes, que van en coches oficiales, abusando de un dinero que bien podría atender otras urgencias, solo piensan en el próximo posado.
No había nada. Les propongo que lleven a cabo una comparativa de presupuestos, de liberados, de gabinetes de prensa, de protocolo, de medios audiovisuales, de redes sociales, de asesores, de secretarías particulares, de tarjetas bancarias, de vehículos de transporte, y de todo lo nuevo que se han inventado para comodidades propias. Luego otro con las inversiones habidas y logros obtenidos. Y establecer un índice de rentabilidad. Porque, con toda probabilidad, el cociente de varios millones de euros (obras) entre varios cientos de miles por gastos eminentemente políticos y de imagen, viene a ser menor que escasos millones de pesetas entre casi un cero patatero. Que me corrijan los matemáticos, pero una división entre cero nos da un resultado que tiende a infinito. Aunque como todo avanza, parece que ahora es una indefinición (o indeterminación) que puede dar lugar a paradojas matemáticas (o un NaN, Not a Number = No es un número).
No había nada. Sí, ni siquiera una actualización con fundamento del IBI. Pero para qué seguir si no me van a entender. Ustedes funcionan por automatismos. Como el de mirar cada fin de mes (sin retrasos ni excusas) el incremento del saldo. Y en ese preciso instante, a buen seguro, no se acordarán de que muchísimos realejeros perdieron esa manía por culpa de una maldita crisis que hizo más ricos a los de siempre. Y no son los políticos una excepción. Muchísimo menos los del Partido Popular. Que arriba tienen la desfachatez de erigirse en salvadores de la clase obrera con sus penosos 3,30 euros. Yo puede que menos, solo consigo el 0,25%.
No había nada. No me insulten la neurona. Claro que no podía rematar este “fabuloso” año sin cantarles las cincuenta (cuarenta no me de dan). Y quieren seguir para concluir proyectos. Todos dicen lo mismo, todos venden lo mismo. Tanto que observo en el perfil de Facebook del señor alcalde de la Villa de Viera (felicidades –al Ilustre, claro– con unos días de retraso) que lo es desde junio de 2003. Otros se quitan años.
No había nada. Qué falta de ignorancia.

lunes, 29 de diciembre de 2014

Un año fabuloso

Como no pienso pedirle a Los Reyes el móvil (ni otros artilugios análogos), seguiré con Facebook una temporada más. A pesar de que ya comienzan los amigos a llamarme antidiluviano. Y yo creía que era un moderno en esto de los avances tecnológicos porque otros de mi edad (66) no se atreven ni a escribir la palabra Internet. Vamos a tal velocidad que un día de estos nos ‘esmochamos’ casi sin darnos cuenta.
Y aquellos que aún recurrimos a la red social mentada en el párrafo anterior nos percatamos de los muchos años fabulosos con los que se ha tropezado la gente en este 2014 que va con la proa pa´l marisco. Lo que me lleva a pensar que somos unos mentirosos redomados. O falsos, si lo de faltar a la verdad te pareció fuerte.
Nos hemos pasado muchos meses quejándonos de lo mal que nos trata la vida, de lo peor que nos zarandea el gobierno de turno, de las miserias de sueldos o pensiones, de los ridículos incrementos previstos para este año que ya toca en nuestras puertas, de las desgracias que acontecen en este mundo convulso, de la corrupción galopante, de las evasiones fiscales… ¿Del ébola? Ya no quedan sino negritos enfermos. Si nos ponemos los dos a repasar lo que hemos leído en estos doce últimos meses, lo mismo tendríamos que hacer esta entrega por capítulos.
Pues no, el año ha sido fantástico, maravilloso, repleto de flores por ambos costados y con un mullido colchón de fino algodón blanco en su final. Dime cuántos parabienes y éxitos no has visto plasmados en los muros. Con un despliegue fotográfico que ya bien quisieran realizar cotizados fotógrafos venidos a menos y en horas bajas.
Hombre (o mujer), no te engaño: yo también le eché una visual al mío. Pero no lo compartí. Ni se lo dije a nadie. Porque ese cúmulo de esplendores echaría por tierra bastantes comentarios habidos. Y no digamos nada de las entradas en este mismo blog (Pepillo y Juanillo), cuyo enlace se publica de manera automática a través de la aplicación Twitterfeed. Me calificarían, y con razón, de poco serio.
Humildemente entiendo que lo único que logramos es desvirtuar aún más la esencia de estas fiestas. Que ya las hemos rebajado lo suficiente como para persistir en ahondar el fonduco. Falsear esa realidad que fotografiamos de enero a mediados de diciembre con frases estereotipadas del bien quedar y con composiciones que dan sonoras cachetadas a un presente tozudo, a mis escasas luces y mis limitados conocimientos, va a ser que no, que se dice ahora.
Quiero intuir que el año fabuloso será el próximo. Si nos fijamos en cómo los respectivos ejecutivos elaboran sus presupuestos, algún acontecimiento importante va a suceder porque sube el sueldo mínimo (el incremento es notorio: unos 3 euros), las pensiones se revalorizan un 0,25% (la inclinación ascendente depende de su cuantía, claro), los impuestos se congelan, las tasas puede que sean menores porque hemos depurado los padrones de contribuyentes (siempre queda bonita la expresión), los carburantes están casi a precio de saldo porque el barril se oferta barato (y si adquieres un pack te regalan tres o cuatro cubas, y si lo compras en Repsol te obsequian con unos décimos de lotería), nuestro ministro Soria invita a encender todas las luces para poder cobrarte algo en la factura, ya que el precio del kilovatio anda a la par con el bolívar venezolano…
Como llevo unos años jubilado, ya de bien poco me quejo. Me adapto a las circunstancias. Pero todavía sé leer un fisco. Y el resumen que tengo en la sesera me señala que demasiadas fueron las quejas en este 2014. Puede que esa sea la consecuencia de no haberme subido al carro del año fabuloso con el que Facebook me brindaba en estas navidades. Yo también me pongo morretudo de vez en cuando.
No obstante, como es de bien nacidos el ser agradecido, sí comparto las gracias por la fidelidad del selecto grupo de seguidores de las andanzas de Pepillo y Juanillo. Ustedes constituyen la razón de ser de mi ánimo a seguir plasmando por escrito pareceres y vivencias. Los que me invitan a sentarme ante este teclado y mantener en activo las neuronas. El haberlos hecho partícipes de mis locuras supone un acicate, un aliciente. Y aunque se muestren exigentes y me lo pongan difícil, seguiremos intentándolo.
En este último aspecto, sin duda alguna, 2014 sí ha sido un año fabuloso. Espero que ustedes no pierdan las mañas. Los que escribimos estamos necesitados de la complicidad de los que se alongan diariamente a esta ventana. Gracias infinitas.

viernes, 26 de diciembre de 2014

Mercadeo político

He visto reflejada en estos días pasados una de las tantas genialidades de Groucho Marx: “Es mejor permanecer callado y parecer tonto que hablar y despejar las dudas”. Y quien tiene la osadía de plasmar por escrito, al menos de lunes a viernes, sus pareceres, que sopesa y medita cada una de las expresiones por los riesgos evidentes que implica la actividad, cree a pie juntillas que la frase de marras viene como anillo al dedo para definir el comportamiento de los atrevidos o lanzados de turno. Entre los que se podría encuadrar perfectamente los seguidores acérrimos de los grandes clubes de fútbol, verbigracia, Barça o Madrid. Mira que sueltan tonterías en aras de la defensa numantina del equipo de sus amores.
Pero no deja de ser menos llamativo el quehacer de los que yo mento como mercaderes políticos. Y que si las formaciones de tal índole tuviesen un mínimo de sentido común, habrían desterrado tiempo atrás. Porque flaco favor están haciendo a que los ciudadanos volvamos a confiar en tal noble actividad. Y de ahí el auge de los agoreros y advenedizos. Puede que más trepas todavía.
Lo de doña Esperanza Aguirre merece todo un tratado de mayor enjundia que este sencillo post bloguero. Y es que, como manifestamos por estos lares, a la susodicha hay que echarle de comer aparte. Ha decidido postularse para el retorno. Algo así como el caso de los toreros. Dijo en septiembre de 2012 que entendía el ejercicio de un cargo público como una actividad temporal. Y que había llegado la hora de dedicarse a su familia. Consecuencia de un proceso de profunda reflexión, por lo que era la suya una decisión muy meditada.
Ahora, aburrida de atender a nietos, sobrinos y demás parientes, ha cambiado de parecer. Y lanza nuevo órdago al gallego. Pretende demostrarle que su inglés es mucho más fluido que el de la Botella y su hazmerreír del café con leche. Algo que no entraña demasiadas complicaciones, por cierto. Lo que no tengo tan claro es que los madrileños, que se las dan de tan inteligentes, se hallen por la labor. Desde la distancia lo que intuyo es que el envite de la señora tiene un recorrido bastante más amplio. Y que su horizonte se vislumbra más allá de las márgenes del río Manzanares. Pues si superar la gestión de la sustituta de Gallardón no se antoja tarea complicada, hacerlo con la de Mariano tampoco supone dificultad añadida. Y si le va mal, se cambian las siglas.
Por territorios más cercanos no mejora el enfermo. Tras la fiebre reconquistadora de Nacho González, toma el testigo el chiquito de La Aldea. Médico él, aunque no haya recetado una aspirina en su vida. Ni en bajada. La frenética campaña de captación de socios que ha emprendido don Román Rodríguez (alias, un mechón de tu cabello) no guarda parangón en la historia reciente. El parlamentario canario (muy de izquierdas y de los que se alojan en el Mencey) no para la pata. Con la que duerme a ídem suelta en los mullidos colchones del recinto hotelero. Viva la sufrida clase obrera.
La última, venirse a El Tanque para rescatar a otro médico, Pablo Estévez, un fisco más activo, y subirlo al carro triunfador. Tanto que antes de firmar el contrato, ya se ve gobernando, nuevamente, el municipio y de camino “cagarle en la oreja” al partido socialista. Y de ejemplos saltimbanquis (por no escribir payasos) está bien surtida la geografía insular. Son los modelos que enorgullecen el gremio. Los mismos que no se recatan en demandar tu voto para dignificar… la profesión. Porque ya nadie se va, como antes, para entretenerse en otra cosa. Puede que no sepan.
Voy a cometer otro pecado imperdonable: me pongo de ejemplo. Me fui, y me fui. Abandoné, incluso, la afiliación (que no militancia: Haber o concurrir en una cosa alguna razón o circunstancia particular que favorece o apoya cierta pretensión o determinado proyecto) y me consagré a mis labores. Otros –eso ocurría décadas atrás– hicieron tres cuartos de lo mismo, aunque persistieron en su pertenencia a la formación. Y no hemos vuelto. Ni hemos recalado en otros brazos. Ni hemos aspirado a nada. Ni nos hemos dejado convencer para los retornos. Consideramos, simplemente, que nuestro tiempo había pasado. Y aquella etapa de servicio, que sigue siendo parte importante de nuestro haber, constituyó un jalón más en nuestra existencia. Algunos, ahora, puede que los menos valiosos, entienden que son indispensables. Y son capaces de agarrarse a un clavo ardiendo (o tacha incandescente). En un ejercicio de cinismo y desfachatez que raya lo grotesco.
La avalancha del próximo 24 de mayo será la prueba inequívoca de cuánto valor concedemos a ostentar un cargo público. Y fíjense bien, electores, para que separen la paja del grano. Antes de, muchas promesas de limitar los mandatos (antes no hacía falta). Después de, si te vi no me acuerdo o aquí se pasa de la pe de la eme. Si acaso, a cuentagotas. Como el popular Manuel Fernández, quien piensa dedicarse a sus negocios, como si no lo hubiese simultaneado con sus larguísimas estancias parlamentarias. Y sus declaraciones (al menos las que escuché en la Cadena Ser), de lástima. Se reenganchaba porque debido a su estimación lo iban siempre a buscar. Siento contradecirle porque aún restan otros fósiles. Y si argumentan idéntica canción, deben valer su peso en oro. Como la leyenda de la hija de Almanzor. Pero eso ya es historia. Como ellos mismos, sin ir más lejos.
Sigan disfrutando de las fiestas. Y coman. Y beban. No sean bobos. Hasta la próxima.

miércoles, 24 de diciembre de 2014

Tengan Feliz Navidad

Esta noche es Nochebuena y mañana es Navidad. Y cada uno las felicita como mejor crea conveniente. Como te adelantaba hace unos días, estaba redactando unas décimas surgidas como consecuencia de un viaje cultural a Toledo. Concluida la tarea, ahí van. Y con ellas el deseo de que todo nos vaya mejor. Dejo por hoy el mercadeo político y me sumerjo en aspectos más poéticos. Pero una vez pase el 25, me temo que debo volver a las andadas. En fin, sean felices.


En un viaje del Imserso
a Toledo hemos venido,
de todo lo acontecido
un resumen te hago en verso.
Así de cronista ejerzo,
y sin tener cualidades
-son menester facultades-
a la aventura me lanzo,
si antes no es que me canso
o surgen adversidades.

Paseos de capital,
en cada rincón, El Greco,
y por cada recoveco
fuerte ambiente cultural.
La Historia, fundamental,
en cada piedra, un legado;
que a todos nos ha brindado
interesantes lecciones,
que ofertaron ocasiones
de revivir el pasado.

Se erige también El Tajo
en genial protagonista,
que representa a la vista
fenomenal agasajo.
Es herradura allá abajo
que le rinde pleitesía
con honor, con hidalguía,
a esta ciudad imperial,
orgullo monumental…
en suma, yo volvería.

Para Madrid hubo un día
y por su centro anduvimos,
si por Sol no nos perdimos
es que estábamos con guía.
Todo el mundo perseguía
a la doña Manolita,
aquella que nos invita,
en periodo navideño,
a ver cumplido el gran sueño
que el veintidós nos concita.

Hubo asimismo otras giras
y en el programa así reza,
Lagartera y Oropesa
que con deleite tú miras.
Bordados con que deliras
y castillos bien remotos,
talaveranos devotos
de cerámicas famosas:
mira que hay cosas hermosas
en mil lugares ignotos.

Campiñas, ríos y montes
por Arenas de San Pedro,
que si no viajo no medro,
ni amplío mis horizontes.
Inmuebles de bellos frontes,
santos, héroes, villanos,
recorrimos bien ufanos
monasterios y mezquitas,
catedrales y ermitas:
el ayer en nuestras manos.

Con sensación de riqueza
finiquita la aventura,
tal vez con cierta premura
pero de ingente belleza.
Singular naturaleza,
amén de cuento y leyenda,
se incrementa nuestra agenda
en el poso del saber,
habremos, pues, de volver,
que se nos caiga la venda.

Sin vacilación alguna,
hemos visto monumentos,
maravillas y portentos,
mojones, sapiencia y cuna.
Pero sin duda ninguna
más interés siempre tuvo
la visita que sostuvo
una mayor atención
y especial dedicación:
¡la venta de lotería!

martes, 23 de diciembre de 2014

El día después

Tal y como estaba previsto, no me tocó un euro en el sorteo de ayer. Y ni me recuperé (se supone que lo gastado, que no invertido), ni lo importante es la salud, ni toda esa sarta de tópicos con los que cada año nos consolamos. Y mejor fue así, porque si llego a pescar un reintegro, la ambición –mejor, El Niño– se lo hubiese chascado el próximo cinco de enero. Ponle el cuño.
Desde hace más de una década mis aventuras en la lotería navideña se limitan al convenio que establecimos cuatro maestros (éramos tan jóvenes que aún dábamos clase en el IES Mencey Bencomo –creo que se llama así, uf, esta memoria– y ahora las tres cuartas partes del conjunto se halla en estado jubiloso) para aminorar gastos. Cada uno compra un décimo y si por un casual sale alguno en la pedrea, nos zampamos el premio en una comida. Y barriguita llena, ya se sabe.
Ese que tienes en la ilustración es el que adquirí en la administración número 66 (El Torero) de Torremolinos a finales del mes de noviembre. Con el que pretendía dar la estocada definitiva. Y de camino al resto de la tropa (Pancho, Ángel y Lali). Comprobarás que no se diferencia demasiado del que obtuvo El Gordo (13437). Lo malo es que el baile de los dígitos que lo conforman ha posibilitado que el resultado final sea el de quedarte mirando pa´l palomo.
Mi padre trabajó de canalero en la finca de Hernández Suárez en La Gorvorana. Con Eliseo (en la de Los Molleros) y Pepe Oliva (en la de los hermanos de La Cruz). Pasó el tiempo y el dueño de la finca lo premió ascendiéndolo a capataz (encargado) general. Tenía el empresario grancanario otras propiedades en diversas zonas de Puerto de la Cruz y La Orotava, amén de la citada y la elevación de aguas de Gordejuela. Como debía ir cada día a ‘recorrer’ (de ahí que se le conoció en el oficio como el ‘recorredor’) las muchas fanegadas de plátanos, le compraron una moto, una Derbi, 125cc, tres velocidades y matrícula TF-13137. ¿Te fijaste bien en el número? Hombre, al menos un par de billetes hubiese dado.
Todavía hoy seguiremos escuchando las cantinelas de siempre. Los no agraciados gozaremos de una salud de hierro y si existe alguna jaqueca nos callaremos como tusos. Y aquellos que se llevaron un pellizco actuarán en función del acumulado: y eso que era un número feo; y si me queda algo, un viaje; estuvo muy repartido, lo que me alegra un montón; y el archiconocido para tapar agujeros. Por lo que uno colige que las viviendas y propiedades no deben estar en muy buenas condiciones, en las que las paredes parecen auténticos coladores o quesos de Gruyère.
Tengo mis serias dudas de la suerte en la gasolinera de Granadilla. Porque esas coincidencias solo habían tenido lugar en políticos muy significativos. Por cercano, recuerden a Zerolo. Que debió copiar a un tal Carlos Fabra. Son los nacidos con estrella. El resto –tú y yo, por ejemplo– estrellado.
Por el pueblo, parece ser que vinieron tres décimos de la capital y una familia estuvo celebrándolo por la Avenida de los Remedios. Me alegro por ellos. Siempre se dice, ¿no? Espero que los gobernantes no concluyan que es una consecuencia de la Noche Mágica. De la que pude contemplar gran despliegue fotográfico con numerosa concurrencia. Asistentes a las actuaciones que se expandieron por la zona abierta de Realejo Alto. Por la tarde había estado en cierto establecimiento y no me mostró el dueño demasiada alegría. Es más, me espetó que ese incremento de visitantes no se traduce en un notorio aumento de las ventas. Es decir, la gente se queda en la calle, se divierte con los espectáculos pero muy poco más. Y los de la calle Doctor González ni siquiera amplían su horario. No atisbé foto alguna del interior de un comercio. Al menos uno.
Como hoy tocaba hablar de la lotería, no quisiera volver con aspectos tratados el día anterior. Pero no acabo de compartir las alegrías de la recuperación que nos pretenden vender desde las filas populares. No estamos aquí en Los Realejos como para echar voladores. Aunque dado nuestro carácter foguetero, seguimos disparando. Y muchísimo las cámaras fotográficas. Si cada instantánea se hubiese traducido en un puesto de trabajo, no solo habríamos alcanzado el pleno empleo, sino que estuviésemos absorbiendo mano de obra de los pueblos colindantes. O de otros regidos por la misma formación política.
Hasta mañana. Y la Nochebuena ya está ahí.

lunes, 22 de diciembre de 2014

Cerca de Los Realejos

Tras dejar unos comentarios programados para la pasada semana, por motivos personales que no vienen al caso, tropiezo ahora con una exacerbada avalancha popular (o más bien populachera) del partido político que rige tanto los destinos nacionales como los de mi pueblo realejero, por la que, intuyo, pretenda disimular las gravísimas carencias que seguimos arrastrando. Y que son las consecuencias de las aplicaciones contrarias a las que argumentaron para ganar las elecciones. En ambos casos, que conste.
Debería explicarnos Manuel Domínguez cómo demonios casamos esa maravilla del Plan de Barrios 2011-2015, que me dejó en el buzón y acabo de leer, con los seis mil parados que la Villa de Viera no puede seguir soportando ni un minuto más. Porque de la lectura del “nuevo programa electoral” (verdadera intención navideña del muchísimo piche reflejado, con el aderezo fotográfico de rigor) habremos de colegir que el exceso publicitario (ahora con los viejos de Tigaiga) no se traduce en medidas que fomenten la creación de empleo. Un consejo, Manolo, ya cansas con tanta pose forzada. Déjanos tranquilos aunque sea hasta después de Reyes.
Y si le añadimos la brillante idea de irnos en estas fiestas “cerca de Los Realejos”, flaco favor a las empresas para que salgan adelante, contraten y desaparezcan de una vez y para siempre esos odiosos se alquila, se vende y se traspasa. Tan preocupado está nuestro alcalde con el previsible varapalo que la debacle madrileña le puede causar, que no se recata lo más mínimo en desplegar carantoñas a través de un álbum en el que el contenido gráfico es tal calibre que hasta sus propios concejales le piden a gritos “déjame un fisquito”.
Los Realejos adelante, ¿en qué? Porque no solo de asfalto vive el hombre. Es más, no creo que sea de muy fácil digestión. Y por mucha cantidad que podamos llevar al supermercado, el dueño no estará por la labor de hacernos el trueque con productos alimenticios. Y dile a los tuyos en El Rosario que no se metan con Macario a cuenta de los sueldos del equipo de gobierno, sino que vengan a ver a El Guanche y de camino los invitas a un cortado mientras les explicas en detalle ese capítulo.
Estas campañas desaforadas que solo buscan rédito electoral me provocan náuseas. Tan bien que va la economía y unos meses antes de las citas del 2015 nos percatamos de que muchos españoles lo pasan tan mal que recurrimos a los procedimientos del malvado Zapatero para echarle una mano a los que no tienen un euro ni para pagar el décimo de la lotería. Eso, los cuatrocientos euros. Que bienvenidos sean. Pero tarde, ¿no?
El nerviosismo alcanza cotas tan alarmantes que todos las formaciones políticas, y los aspirantes, que caen todos en los mismos errores.  Los consolidados las reproducen y los pretendientes los imitan. Te pongo ejemplos ilustrativos:
Vídeo del PP tinerfeño que no se sabe si nos felicitan por Navidades o participan en una carrera de velocidad. Deben ser las prisas postreras. En el mismo, el presidente insular defiende esta máxima: “El turismo comprometido con la defensa del entorno y el medio ambiente”. Se lo pudo haber dejado para que fuera Soria el que lo manifestara. Se vuelven tan torpes que no se dan cuenta de que puede existir en todo el mundo mundial alguien con un fisco de alumbrado.
Por el otro costado nos hallamos a un Pablo Iglesias que ya no es comunista. Como Raúl Castro, ahora amigo de Obama. Un Sí se puede que se desgañita para no identificarse con Podemos. Un colectivo comprometido como lo fue la coordinadora Nenedam, a lo peor siguiendo directrices de sus mentores en la Casa de la Juventud, y que opta su dirigencia por sumarse al carro de los buenos deseos políticos, incumpliendo todo aquello que se defendió a capa y espada. Oportunismos, demagogias, populismos. Y sobre todo, arribistas.
Los dejo. Me voy a comprar algo. Hasta el momento la pensión no me ha fallado. Y si debo seguir los sabios consejos de mis dirigentes, como debo quedarme cerca de Los Realejos, lo más seguro es que recale en San Jerónimo. ¡Ay, lumbreras! Con los superávits presupuestarios bien podrían incrementar las partidas neuronales. Eso sí, la lotería en El Gato Negro. Que tengan suerte. Hasta mañana.

viernes, 19 de diciembre de 2014

Coplas irreverentes

Se aproxima la Navidad y me apetece rescatar unas coplillas, escritas en diferentes épocas, y que ven este periodo de PAZ y AMOR (generalmente más falso que una moneda de cinco euros) de otra manera, más distendida, más amena. Puede que alguna de las estrofas te haga esbozar una sonrisa. Con ello quedaré debidamente recompensado.
Las primeras se incluyen en el Villancico Navidad viajera, grabado por Higa, y que efectúa un recorrido por todas las islas. Este pasaje, obviamente, se corresponde con la isla de El Hierro.

En El Lajial un camello
sufrió muy grave accidente,
¡ay, señor!, pa´qué fue aquello,
todo llenito de gente.

Del partigazo, Melchor
se raspó toda la panza,
se oyó el grito de dolor
en Roque de la Bonanza.

A El Golfo no llegaremos,
dijo Baltasar, cabreado,
si no nos espabilamos
el Niño se habrá marchado.

Sigan ustedes peleando
que yo me voy por la orilla:
Gaspar se fue caminando
derechito para Orchilla.

Viendo el camino de baches:
yo creo que aquí no es,
no vislumbro los bimbaches
ni su árbol Garoé.

Este segundo, que titulé Viaje accidentado, nos narra, asimismo, el periplo de los Reyes Magos, pero con unos cuantos incidentes en el trayecto

Los Reyes Magos salieron
del Oriente bien lejano,
por un atajo cogieron
para llegar más temprano.

En una penca torcida
un camello se pinchó,
Melchor se bajó enseguida
y una bronca al pobre echó.

Baltasar que lo miraba,
aquel rollo no entendía,
la cabeza se rascaba
y su paje sonreía.

Superado ese mal trance,
prosiguieron el camino,
pero de nuevo un percance
por poco cambia el destino.

El mapa perdió Gaspar
y del susto se enfermó,
para poderse curar
un brebaje se bebió.

En la tienda de campaña
los mosquitos se colaron,
y con mucha rabia y saña
la barriga le picaron.

Baltasar que nada siente,
en una esquina roncaba,
Melchor, al día siguiente,
del pobre se vacilaba.

Con sufrimientos y penas
por las nieves avanzaron,
los camellos con cadenas
en Belén se presentaron.

A la mula en el pesebre
se le engrifa hasta la piel,
por creer que tiene fiebre
se manda toda la miel.

Un pastor llamado Mario,
que de animales sabía,
acudió al veterinario
por encargo de María.

Melchor va hacia la cunita
con su guitarra a tocar,
Gaspar cantó la polkita
y una isa Baltasar.

Los Reyes se han retirado
y el Niño vuelve a dormir,
como el final ha llegado
nos vamos a despedir.


Y el último, que en su día dediqué –ahora también, faltaría más– a Rosi Toste, en aquel entonces (2004) en Viajes Tabona y miembro de esa gran familia de fogueteros de este pueblo. Lleva por título: Bentor y los Reyes Magos.

Los Reyes Magos vinieron
este año por El Lance,
y con la niebla no vieron
al que sufrió grave trance.

Descansaban los camellos
y los Reyes dormitaban;
de repente unos destellos
todo el Valle iluminaban.

Eran los Toste probando
grandes fuegos de artificio;
hacia el cielo van trepando,
más altos que un edificio.

Ya Melchor se despertó
con aquella luz intensa,
y de pronto columbró
una mole muy inmensa.

Que en una extraña postura
parecía amenazar;
el Mago pidió cordura:
¡No te vayas a lanzar!

Bentor mira sorprendido
aquellos tres personajes;
suelta tremendo chillido,
que asusta a los buenos pajes.

Se dispone nuevamente,
por él creerse invadido,
a defender a su gente:
¡Antes muerto que rendido!

Detén tu acción al momento,
dice tranquilo Gaspar;
y le arroja cierto ungüento,
que lo hace cavilar.

El guanche baja despacio
del enorme pedestal,
pero se muestra reacio
porque se encuentra fatal.

La cabeza le da vueltas
y le acongoja el pasado;
Baltasar que se da cuenta,
va y se arrima a su costado.

Le propone a aquel valiente
que olvide momentos malos,
y que si acaso consiente
aceptar unos regalos.

Nada entiende el pobrecito,
pero pronto va aprendiendo,
y en muy escaso ratito
poco a poco va pidiendo.

Para no pasar más frío:
¡Una chamarra de cuero!
No quiero ser menos, tío,
que cualquier icolaltero.

Y como cansado estoy
de mandarme zurriagazos,
pa´ La Corona me voy
que quiero darme un gustazo.

Bajaré en un parapente,
que la edad ya no perdona,
y agarraré cualquier puente
para viajar con Tabona.

Estoy harto, Magos míos,
siempre soy yo el retratado,
si ven mi sitio vacío:
de garbeo... ¡y encantado!
Lo dicho: FELIZ NAVIDAD.

jueves, 18 de diciembre de 2014

Unas minucias

Vaya bobería con el sueldo de Rajoy. Si uno debe cobrar en función de la valía, nada debe extrañarnos que haya altos cargos que lo superen. ¿O piensan, acaso, que para declarar que si no se hace una cosa se hará la otra hacen falta estudios superiores? Les digo la verdad, o lo que pienso: Hasta mucho me parece. ¿Se vuelve a presentar? Le deseo toda la mala suerte del mundo. La misma que a los gobernantes realejeros, que tienen el pueblo hecho un asquito. Y a los comerciantes de un contento subido. Ayer por la mañana subí a la Cruz Santa. Anteayer estuve en La Hucha. La semana pasada me caí en un hoyo de Los Barros. Oye, ¿no se inundarán las plantas de la mediana cuando vuelva a dar una buena? Hasta Adolfo está preocupado porque ya no salió en la foto de la calle de San Vicente. Y noto que alguna de las cuatro concejales está como a disgusto. Deben ser manías.
Paulino ni acata ni comparte. Acusa al TSJC de primar descaradamente los intereses de Repsol. Es una pena que no hayan prorrogado a este hombre y lo condenen a un puesto sin relevancia en el Palacio del Senado madrileño. O quizás Spínola lo nombre Comisionado para la supervisión de la Ley de Transparencia antes de que sea tarde. Yo lo ubicaría como tertuliano de honor en la tele más vista en Canarias.
Puede que allí se tropiece con otro entendido y profundo conocedor de la realidad de estas islas y que todavía suelta los asuntos “a grosso modo”. Y presumen de ser excelentes periodistas, mejores comunicadores y otros epítetos de mayor porte. Váiganse a freír chuchangas. Es que el latinajo grosso modo significa, literalmente, de manera burda. Debe ser por eso que le encasquetan la preposición, para reforzar.
He tenido la oportunidad de ver, en vivo y en directo, y en un par de ocasiones (dos años diferentes), el Belén de Arena de Las Canteras y me quedé asombrado. Qué maravilla. Y las propinas, para una buena causa. Otro aliciente para darse un garbeo por aquel entorno capitalino.
Leía estos días pasados, y relacionado con el afer del juez Ruz, un artículo de un reputado político de estas ínsulas, ahora de vacaciones por Europa, en el que me chocó la utilización del vocablo ‘completamiento’. Y me ocurrió lo que a tantos, seguro que a ti también te ha pasado, cuando una falta de ortografía te da tremenda patada en las pupilas. Y que tal circunstancia nos acontezca a nosotros, que somos unos pueblerinos y que Viera ya nos queda lejano para que nos imparta lecciones, sería algo normal para tan escasos bagajes neuronales. Pero aquellos que disponen de más medios, incluyan secretaria, ya podrían echar mano, de cuando en vez, del diccionario.
El convite de la coronación de Felipe VI costó 60.000 euros. Es la consecuencia de una lectura rápida en la web por la que el PP pretende redimir pecados mortales. Yo, de verdad, no me he escandalizado. Es más, hasta poco me parece. Eso, que es la mitad de mi pensión mensual, me lo gasté hace unos días en un regalo a los hijos de unos buenos amigos. ¿Cómo no iba nuestro flamante monarca a mostrarse igual de generoso con el pequeño Nicolás? Por favor, un respetito.
Ana Mato volvió al Congreso dos semanas después de su cese como Ministra de Sanidad. Algún diario malintencionado se preguntaba que para qué. Por Dios y la Virgen Santa, cómo osan jugar con las cosas de comer. Doña Anita tiene unos consumos. Y debe mantener, por ejemplo, el garaje de su casa. Lugar milagroso en el que aparecen coches de procedencia desconocida. Y si todavía fueran de gama media, vale; pero todo un Jaguar no es moco de pavo. Darle de comer al bicho bien merece el esfuerzo de acudir por San Jerónimo a dejarse ver. No sea que cualquier intrépido reportero le cuestione el salario. O que sus ausencias impliquen la anulación de la cartilla de la Seguridad Social.
El Cabildo de La Gomera adquirió recientemente una autobomba contra los incendios. En el contrato, firmado por Casimiro Curbelo, no se especifica, ni siquiera en la denominada letra menuda, a qué clase de fuegos está destinada. Porque en aquella isla saltan chispas con tanta frecuencia, que lo mismo van a tener que comprar alguna más.
Bueno, mañana volveremos con unas coplas irreverentes, pero navideñas. Y el que yo no juegue a la lotería, no significa que les retire mis deseos de enorme suerte.

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Todo sobre las compresas

Estaba en La Hucha (hoy me apetece hacer publicidad). Establecimiento situado en el Polígono de La Gañanía y al que casi no llego. Tuve que seguir para La Cruz Santa, bajar hacia La Zamora y subir desde la TF-333 (creo que esa es su denominación cabildera). Me fijaré bien cuando camine por allí. Son, fueron, los inconvenientes de los piches preelectorales. Que surgieron como contrapartida a lo escrito, y no realizado. Pero es que Zapatero (o quizás Oswaldo) lo dejó todo tan mal…
Y me trincó un viejo amigo de los que sabe que me dedico a escribir (vamos, un asiduo del blog) y que se niega a probar los avances tecnológicos, verbigracia, las redes sociales. Venía encendido, por no escribir cabreado. Me espetó que no entendía cómo el equipo de gobierno (popular) de nuestro ayuntamiento, y sobre todo sus cuatro concejalas, podían permitir la burla, el escarnio, la mofa y la afrenta (hay muchos más sinónimos) que había escuchado. Y me retrató la situación con todo lujo de detalles.
Nos fuimos a echar un cortado para que el hombre se tranquilizara. Le expliqué que profundas convicciones me hicieron relegar, años atrás, determinados aspectos al lugar más profundo del baúl de los trastos viejos. También por salud, por qué negarlo. Y que los políticos, por temores más que fundados, hacen caso omiso a comportamientos que rayan la indecencia. Convencidos de que mientras existan payasos y cuatro parientas sin nada que hacer, salvo agarrar el teléfono a las primeras de cambio para sumarse a la fiesta, al carajo (y perdón por la espontaneidad) las perras que se detraen de nuestros impuestos para menesteres de tal porte y calibre.
¿Pero algo habrá que hacer? Permanecer de brazos cruzados ante tanta ignominia va en contra de cualquier principio de participación ciudadana. La que los propios gobernantes reclaman cada vez que nos sermonean. Cierto, le repliqué, mas no hay mal que cien años dure. Con tal de que la mitad de los que dicen no haber votado al PP en las pasadas elecciones, dejen de ser mentirosos, arreglado el asunto. Porque estoy convencido de que quienes los sustituyan no podrán seguir soslayando una realidad que se ha desbordado, pues es tal el mimetismo que…
Hombre, qué es de tu vida, cómo te va. La interrupción se debió a la entrada de un exalumno. Tras el abrazo de rigor, la invitación a sumarse a la amena charla. No, yo también me tuve que echar a un lado, no quieren a nadie que intuyan puedan hacerles sombra. Ya me extrañaba a mí que guardaras prudente silencio. Me dedico a comparar el antes de acceder, de tomar asiento en los agradables sillones del edificio de la Avenida de Canarias, con la insultante campaña de marketing actual. Parece que pretenden paliar los gravísimos incumplimientos del programa electoral con presencias en los medios. Y como estos les doran la píldora. Los jóvenes nos fuimos; solo se agarran al puesto los acomodados. La teta a la que tú aludes con cierta frecuencia y no menos sorna.
Cuánto me alegro, pensaba mientras ellos se consolaban con recíprocos lamentos, de que vayan despertando de los sueños, que hayan quedado al margen las películas bonachonas de Disney, que renieguen incluso de poses forzadas, cantos de sirena y palabras huecas. Ojalá la educación crítica que recibieron les valga para la discriminación (distinción, aclaro por si acaso) de la abundante paja del escaso grano.
¡Ah!, sí, por supuesto, claro que estoy de acuerdo con esos planteamientos que ustedes bien dibujan. Pero yo no puedo, ni quiero, seguir siendo portavoz de nadie. Porque la comodidad y falta de compromiso nos convierte en seres amorfos, sin criterio. Y hay que crear foros de debate, de discusión, de intercambios de pareceres. La riqueza de los pueblos radica en las diferencias, no estriba jamás en las semejanzas. Que ya tenemos suficientes corderos y ovejas. Es menester reivindicarse…
Y nos fuimos. Mientras, quedeme cabizbajo. ¿Será posible que Noelia, Sandra, Blancanieves e Isa no levanten la voz ante espectáculos de tal calibre? ¿Para qué, entonces, las cruzadas en pos de la igualdad, la no violencia, los derechos (y los izquierdos) y no sé cuántas cosas más? ¿O es, acaso, que su misión es siempre la de complementar, la de ser floreros o comparsas de los dictados del jefe? Porque no sentirse vejadas, insultadas, dianas de dardos envenenados lanzados desde lenguas viperinas, no es de recibo (expresión al uso de los dirigentes de turno). Y hacerse la vista gorda ante lo que el compañero me trasladó, y que a buen seguro tuvieron la oportuna referencia (de no ser así, el esperpento sería de órdago), ya rayaría el colmo del dislate más tremebundo. Echaría por tierra múltiples iniciativas surgidas desde la convicción de mujeres comprometidas. Y cuántos esquemas se romperían.
Solo me falta, para cerrar el círculo, que, como medida de refuerzo, anunciaran que la próxima campaña llevara por título “Todo sobre las compresas”. Y a buen entendedor…
¿Que escribo enrevesado? Sí, y me encanta. ¿Conceptismo o culteranismo? Una mezcolanza. ¿Irónico? Magnífico recurso literario. ¿Realista? Mejor, práctico.
Hasta dentro de un ratito.

martes, 16 de diciembre de 2014

Otros fisgoneos

José Joaquín Bethencourt es consejero del Cabildo de Tenerife. Antes lo fue Agricultura. Ahora lo es de Aguas. Es el típico ejemplo, amén de Antonio Castro, de que un político es capaz de mantenerse en el chiringuito per sécula seculórum. En el puesto que sea. El que vale, vale; y el que no, para maestro de escuela.
Este hombre estuvo en el ojo del huracán, o candelero (que no candelabro), cuando se descubrió que el vino del país (que pomposa denominación) se había adulterado. Bueno, mezclado con otros procedentes de Castilla-La Mancha. Sí, aquellas tierras que recorriera don Quijote y que ahora regenta una presidenta que vive en Madrid.
Cuando todos se lanzaron a la yugular del responsable, su jefe, el señor Alonso, en vez de mandarlo para casa a echarse un vaso de ídem, lo cambió de lugar y parece que es en la actualidad el encargado de llenar las balsas. Incluyendo la de Tierras de Mesa, en las medianías de San Juan de la Rambla. Ahí los tienen en la foto dirigiéndose a comprobar que los tomaderos se hallan en inmejorables condiciones. El señor alcalde es toda una autoridad, asimismo, en situaciones milagrosas. Y de aguas y vinos sabe la tira.
Y nuestro hombre, adivino donde los haya, ha sentenciado que las balsas estarán en verano listas para cumplir su misión. No solo en perfecto estado de revista, sino con el líquido elemento dispuesto para inundar campos y simientes. Y si las lluvias en invierno y primavera no nos visitan de acuerdo con los cálculos previstos (como las habidas en este otoño), pues recurrimos a una operación inversa a la acontecida en las célebres Bodas de Caná. Sabido es que siempre nos quejamos por la cantidad de vino sobrante. Llenamos las tinajas pertinentes, hacemos cálculos y las repartimos en todos los depósitos insulares. En proporción directa a la capacidad de las mismas. Acudirán a la ceremonia, que bien podría llevarse a cabo en la balsa ramblera aludida, las autoridades (Paulino también) y tras los discursos de rigor el fruto de la vendimia se convertirá, con el auxilio de los polvitos de la Madre Celestina, en una combinación perfecta de hidrógeno y oxígeno. Todo ello aderezado con unos buenos cachos de carne. O una paella solicitada ex profeso.
Vuelve Elfidio en Navidad con su disco bajo el brazo. Y como no es cuestión de romperse la cabeza (bastantes quebraderos ha tenido con la fama añadida que le ha proporcionado la publicación de un libro; con tanta presentación ha surgido un fenómeno parecido a las mentiras de Goebbels), recopilación al canto, contacto con la editora de cierto periódico y éxito asegurado. No será la Cantata del Mencey Loco, pero sí la continuación al reciente paripé del Himno a la Décima del Real Madrid. Fíjate en el vídeo del diario Marca y comprobarás que Florentino nada más acabar la interpretación, se quita la manta y la abandona en el escenario como si le estuviera picando, a pesar de que Quintero le indica que se la puede llevar para casa.
Oye, que amigos sabandeños tengo. Y que aún no renunciando a su inmensa alegría por serlo, son capaces (eso sí, muy en su fuero interno) de irse percatando de las artimañas muy interesadas del propietario de la patente. Oh, alguno me insinuó si en cualquier actuación de aquí a mayo no le aparecerá en el atril la partitura de un cántico de alabanza a las excelencias del gobierno de Rajoy. Eso es folclore, ¿o no?
Y ya que me inmiscuí en los resbaladizos terrenos de portales y arbolitos, contarte que en la presentación del Grupo Midena (antiguo Familia, del barrio realejero de San Benito), que tuvo lugar en la Casa de La Parra (o como quiera denominarla Esteban Domínguez), pude echarle una visual al programa de los actos que el ayuntamiento de la muy ilustre Villa de Viera (¿me harán caso un día de estos y lo harán así saber en la rotonda de entrada al pueblo por El Castillo?) pondrá en escena en estos días de regalos, besos del bien quedar y falsos arrumacos.
Nada que objetar. La tradición de muchos años y la impronta de un personal implicado (al margen de gobernantes de turno) constituyen la suficiente garantía de éxito. A destacar, la campaña de Apadrina (Amadrina) una ilusión, que, a través del área de Bienestar Social, pretende echar una mano a las familias cuya situación económica pasa por momentos de apuro, cuando no de precariedad. Como escuché hace unos días a un responsable de la Casa de Galicia, que en estas fechas realiza una recogida de alimentos, aludir a una implicación menor que en años anteriores, pienso si la dispersión y, por qué no, el afán de protagonismo en la autoría de las iniciativas, no estará causando un efecto negativo. Y si no procedería que algún organismo se erigiera en el aglutinador de todas estas acciones. Lo mismo la unión de esfuerzos incrementa el resultado. Que es, en definitiva, la finalidad requerida. Y qué bonito sería, por ejemplo, que los cargos públicos, en vez de tantas declaraciones, aportaran el importe de la extra de diciembre. Ese sí que sería todo un detalle.
Faltan unos días para Reyes y me temo que deberé esperar al próximo gobierno municipal para que ponga una señalización decente en las calles de la Urbanización Los Príncipes. Adolfo me prometió que lo iba a mirar. Lo malo es que no señaló fecha. No habrá tenido un resquicio en su apretada agenda fotográfica. Y de piche barato.
Hasta mañana, si a bien lo tienen.

lunes, 15 de diciembre de 2014

La noche en 24 horas

Suelo ver el programa. Me coincide con el tiempo de la lectura diaria (nocturna). Tele en la habitación (pecado mortal: cómo me gusta) y tumbado en la cama. He sido testigo del paso de muchos directores por el mismo. El actual, Sergio Martín, me parece buen periodista. Y reconozco que se le fue la olla cuando entrevistó a Pablo Iglesias. Pero de ahí a condenarlo a quemarse vivo en la pira sagrada, va un abismo tan grande como el de solicitar idéntica sanción para todo aquel que en el ejercicio de su labor profesional (incluyan los políticos) haya errado siquiera una vez.
Creo que los tertulianos que asisten cada día para comentar las noticias de la jornada están lo suficientemente capacitados como para ejercer un trabajo digno. Y no voy a establecer comparaciones porque no ha lugar. No solo las opiniones son libres en los manuales universitarios. Que ya somos mayorcitos. Y cada cual se inclina hacia el costado que le parezca conveniente. Pues lo mismo debería poner en solfa mucho comentario surgido en las redes sociales (bastantes de parte interesada y bastante sesgada) acerca del desliz etarra. Pero somos de un dado  a poner el grito en los cielos en defensa de los sagrados conceptos de neutralidad, imparcialidad, objetividad y etc., etc., cuando a la par permitimos burradas de igual o mayor sustancia en otras facetas sin que alcemos la voz. No, pon los ejemplos tú, que eres mucho más listo que yo. Y mejor periodista, faltaría más. Sigo en el proceso de aprendizaje y de ahí, a estas alturas, no voy a promocionar.
De lo que me alegro es que ya los perros coman carne de perro. Por algo se empieza. Pero desde la óptica de la envidia más rastrera y por seguir la línea de por el interés te quiero, Andrés, pues, sencillamente, no. Cuando uno se halla en edad de haber contemplado demasiados rifirrafes, bien está que las nuevas hornadas pongan el listón bien alto en algo que vengo demandando desde que comencé en esta aventura de los artículos de opinión: la ejemplaridad. Pero ello no me ha cegado para ser capaz de entender que si critico algún comportamiento anómalo, el día que me pesquen cometiendo similar tropiezo me van a crucificar.
La televisión pública tendría que ser modelo de comunicación, espejo informativo. No lo es, desgraciadamente. Está demasiado sujeta a los dictados de los gobiernos de turno. Aunque tenues barnices quieran disimularlo. Pero cuando cada noche realizo el ejercicio que te vengo comentando, soy consciente de las debilidades de cada tertuliano, cuando no de las del conductor del mismo. Y podríamos incluso, si vamos algo más allá y profundizamos en el meollo, buscarle las cosquillas a la selección que realiza Pepe Hervás en las cabeceras de los periódicos que a la hora del cierre del programa ya enviaron a la rotativas los ejemplares que veremos en los quioscos el día siguiente.
El periodismo se halla en un periodo de dependencia brutal. Los condicionantes que atenazan a los profesionales a la hora de enfrentarse a una cámara, un micro o ponerse delante del teclado a redactar el folio diario, son de tal calibre que escapar de ellos no es que te suponga un esfuerzo añadido; no, es que te vas a la calle más rápido que queriendo. Ni los digitales escapan de esta vorágine. Así que no me vengan con lecciones de puritanismo barato que  a este jubilado ya se le cayó el pelo. Y llámame como prefieras, pero de tonto seguro que no.
Cada entrevista, cada declaración de los que aspiran a gobernar bajo el lema de cambiar esta sociedad corrupta y cargada de mangantes, va a ser examinada con lupa, se les va a realizar todos los análisis posibles. Porque el producto que se vende es altamente peligroso e inflamable. Podemos, sin dobles, estar hastiados de comportamientos inadecuados, pero muy atentos a que nos sigan vendiendo la moto, a que falsos profetas nos embauquen en aventuras de difícil retorno.
Te juro y prometo que de otros programas, de otras cadenas, de otros contenidos más o menos volubles no me hallo en condiciones de escribir una línea. Admiro a los que están enganchados en otras dinámicas. Sí, pueden que valgan de entretenimiento. Pero de los informativos, en general, me declaro adicto compulsivo. Y desde las excelencias autonómicas hasta simultanear (es mi peculiar manera de hacer encuestas) varias emisoras, pesco de aquí y de allá. Amén de las dos horas mañaneras de raciones de prensa. Hasta soy capaz, osado de mí, de echar visuales a medios más cercanos (menos uno: prescripción facultativa), donde compruebo que hay colegas. Eso, hay colegas, y ya está.
Con un compañero hablé al día siguiente de la entrevista de marras. Y testigo es de la opinión que le transmití acerca de la metedura de pata. Pero si la vara de medir fuera esa. ¿estaría nuestro presidente Rajoy ejerciendo función alguna? Es que no valdría ni para registrador de la propiedad.
Qué facilidad para reconocer que todos nos equivocamos, aunque sea como salvapantallas, por si acaso. Pero cuánto sectarismo se destila en los comentarios. Me causan terror los de aquellos que van a salvarnos. Y de esos, la inmensa mayoría de los que he podido leer. Que no, no defiendo a nadie. No estoy necesitado. Insisto, repasa la lista de presentadores (directores) que ha tenido el programa. Como voy a seguir viéndolo, puede que me convenga conocer a otro. Que pongan a mi prima y lo mismo me cuelgan por tráfico de influencias. Cuánta ilusión.
Hasta mañana.