Cuánto se
habrá escrito acerca de las posibles medidas que pudieran adoptarse para
ahorrar y evitar los auténticos despilfarros que se vienen produciendo en el
control de los dineros públicos. Pero parece haber servido de bien poco. Y
antes de pasar al siguiente párrafo me pregunto para qué demonios voy a
insistir en ello con este comentario que significará la conclusión de este mes
de junio. Aun así, aquí estoy yo, cual caballero andante de poca monta, para
redactar unas líneas que no van a leer los que a uno le gustaría que le echaran
una visual. Incluyendo al que dicen abuchearon en La Graciosa. Qué gracioso.
Antes de
introducirnos en el meollo de la cuestión, que se dice, y teniendo en cuenta la aceptación que
tuvieron los dos artículos anteriores –seguro que por el cambio de estilo, no
porque se haya incrementado el valor de su contenido–, rogarles a los que
tienen un exceso de imaginación superior al mío –nada difícil, por otra parte–
que no se lancen a la aventura (en FB, sobre todo) con elucubraciones y
composiciones fuera de lugar. Piensen que Jesús opina, que no informa, y que no
está sujeto a normas ni códigos deontológicos. Por lo que fíjense siempre en
las etiquetas de cada post, porque pueden ser buen termómetro de por dónde van
los tiros. Y en el de ayer, en concreto, figuraban cuento, ficción y relato. Los
deseos vehementes de algunos en esto de la política suelen acarrear serios
disgustos y, a veces, los comentarios no guardan relación alguna con lo
expuesto por el autor y responsable de Pepillo y Juanillo. Así que si ahora
manifiesto que me hallo en expectativa de destino ante la previsible marcha de
Willy García como jefe de la tele y radio autonómicas, no vayan a decir ustedes
mañana que me van a nombrar en su lugar. ¿O sí?
Soledad la de
la Consejera
de Cultura, Deportes, Políticas Sociales y Vivienda hace unos días en el
parlamento canario cuando le tocó hablar de esa lacra que es la pobreza en las
islas. Allí estaba sola ante el peligro intentando defender algo tan serio, que
sus propios compañeros del gobierno decidieron entregarse a otras labores. A lo
peor es que no querían escuchar a doña Australia Navarro. O quizás es muestra
inequívoca de lo que realmente les importan los planes que se sacan de la manga
como conejos de la chistera. Somos los únicos del país que disponemos de un
plan de choque. Efectivamente, y se llama Inés Rojas de León. Ahí la tiene
Paulino de pantalla (como la defensa de un coche) y por eso la protege a capa y
espada. Dijo la consejera en la sesión de la mañana que disponía de 170
millones de euros. Por la tarde, una vez resueltos otros asuntos mucho más
importantes que los problemas de los que pasan hambre, acudió el presidente (miren el caso que le hace Barragán). Y
ante la machacona de la diputada popular antes mencionada, va y le espeta que
disponía de 270 millones. Es que donde esté el mago Paulino, quítense
aficionados de poca monta. En unas semanas apenas, ambas cantidades caerán en
el más profundo de los olvidos. ¿Y entonces? Otro plan. Que podría consistir en
tirar comida desde el helicóptero.
Fiel seguidor
de la táctica de la distracción, aparece Soria para deleitarnos con otra de sus
guindas: diputados de CC le han sugerido presentar una moción de censura al
mismísimo Rivero. Es como Antonio Lucas, un célebre paisano que contaba tantas
mentiras que acababa por creérselas. Fíjate tú que un antepasado suyo, emigrado
a Cuba en sus años mozos, se vio cierto día acorralado por un negro de más de dos
metros ante un enorme chorro de agua que caía desde unos cincuenta metros de
altura. Al no encontrar otra salida, ni corto ni perezoso sube por aquel enorme
caudal como si de un poste de la luz se tratase. Y una vez arriba, al observar
que el perseguidor ya se hallaba casi a la mitad del chorro, sacó el machete,
cortó el agua y del estampido casi se mata el gigantón, quien, obviamente, ante
el leñazo, desistió en su empeño de trincar al isleño.
Ahí tienen
otra fotografía del Congreso de los Diputados en la madrileña Carrera de San
Jerónimo. Habla Rosa Díez ante tan ‘concurrido’ auditorio. Y esto es así cada vez
que acaban las intervenciones populares y socialistas. Aunque ahora, estos
últimos, al paso que van, acabarán… Eso, acabarán. Y cuando estos espectáculos
ocurren en la cámara decisoria, imagínate en el Senado. Conclusión: maldito
sueldo que estamos pagando a esta pandilla de desalmados para que estén en la
cafetería echando mano de las ofertas espléndidas que allí les brindan. ¿Esta
es la hora de sacrificio de los políticos, doña Soraya Sáenz de Santamaría?
Esto es, sin tapujos, una tremenda golfería.
Qué soledad,
asimismo, la de los representantes nacionalistas (?) en Madrid. Cuando Oramas
habla, la escucha Quevedo, y no lo tengo tan claro a la viceversa. Votan en
conciencia, dicen. Una a favor y el otro en contra o se abstiene. En la
siguiente, al revés. Menos mal que no son tres, porque habría que dirimir
diferencias echándose un potaje de berros en La Laguna Grande.
Qué soledad
la de Rubalcaba. Hasta Griñán le está indicando el rótulo con la salida.
Votaré, si me dejan, por Segura, aunque él quiere volver a ser senador porque
allí el agobio es menor. Yo no podría aguantar ese estrés, salvo el día de san
cobro. A no ser que lo nombren capitán emérito del correíllo La Palma.
Se acaba
junio. Descansen y ya el lunes cambiaremos de mes y comenzará el periodo de
vacaciones. Menos para los políticos, pues casi todo lo dejan para septiembre.
Pero ni le quitan la beca ni le exigen nota mínima. Lo que hay que Wert.