viernes, 1 de febrero de 2013

Tigaray, un canto a Los Realejos (y 2)

Fue el cierre portentoso de un mes folklórico por excelencia que había tenido digno pórtico en aquel otro encuentro en el que Los realejeros cantaron a su pueblo. El 9 de mayo, Los Alzados, Agrupación Folklórica Tanagua, Mari Carmen y Trío Taoro, Tigaray y el Grupo Folklórico del Aula de la Tercera Edad se dieron cita en la plaza de Viera y Clavijo y, allí, en la limpia noche realejera, nuestros hombres y mujeres dieron mues­tra fehaciente del ingente queha­cer en el campo de las manifes­taciones populares.
Hace poco. muy poco, salió a la luz su primer disco. Viene a ser el fruto de su primer año de trabajo. Se recopilan en él cua­tro aires típicos y tradicionales de nuestro folklore como son isas, folías, malagueñas y santo domingo. Además, tres versiones de canciones populares canarias como son La farola del mar, San Juanito y Realejos norteño. Igualmente tenemos la oportuni­dad de escuchar en la grabación dos canciones, tal vez, poco co­nocidas, como El Vals y Prima­vera; esta última viene a evocar­nos tristes recuerdos de épocas pretéritas, en las que mucha gen­te tuvo la desgracia de sufrir en carne viva –como manifiesta la poesía de Pedro García Cabrera– en aquellos fatídicos años de cárcel, la terrible osadía de no querer comulgar con piedras de molino.
Hemos dejado para el final el tema estrella del disco: Llanto por el guanche muerto y cautivo, basado en un poema del in­vestigador Juan Gómez con arreglos musicales de Luis Manuel García.
Cada mañana, los que tenemos la oportunidad de sintonizar el programa de Radio Cadena, Te­nerife, Puerto de encuentro, es­cuchamos complacidos como el mismo se anuncia, nada más y nada menos, que con la Farola del mar, en la versión de Tigaray.
Transcurrido este proceso ini­cial –reflejado en ese disco– el grupo se ha volcado en poner música a la labor de poetas de la zona norte de la isla con el afán de mostrarla al público. Se tra­ta, en definitiva, de que se vaya creando preocupación e interés mediante la popularización de esta poesía, es decir, dar su ver­dadera dimensión popular me­diante el folklore.
Así nos encontramos con un magnífico Canto a la platanera, de Álvaro Hernández Díaz, estando en preparación un tema ti­tulado El campesino canario. En ambos se habla de los sinsa­bores y amarguras de este colec­tivo secularmente marginado.
De Esteban Rodríguez Quinte­ro, ramblero él por los cuatro costados, han montado un arrorró diferente a los conocidos tra­dicionalmente y una isa parran­dera.
Un tema realmente precioso, que evoca recuerdos de nostal­gia, los recuerdos de quien un día tuvo que dejar estos peñas­cos y lanzarse a la aventura de cruzar el charco para intentar ha­cer fortuna allende los mares, es el Sueño de un emigrante, con letra de uno de los componentes del grupo, Juan López y arreglos musicales del director.
Tigaray ha realizado también sus pequeñas incursiones en la música sudamericana, pero no es –por ahora– pretensión del grupo dedicarle demasiado tiem­po ya que el folklore canario es lo suficientemente amplio y rico como para permitirse restarle de­dicación.
Su trabajo continúa permanen­temente en el camino de la crea­ción folklórica, bien con temas nuevos o con aires tradicionales mezclados con temáticas actuales, siempre intentando alcanzar una perfecta conjunción de voces y cuerdas.
Mientras tanto, siguen los en­sayos con la misma afición; afi­ción que les inculca ese entusias­ta director que adapta al folklo­re de manera primorosa sus am­plios conocimientos musicales.
En proyecto, tal vez, en el pró­ximo verano, un viaje a Venezue­la. Pero ello será motivo para una próxima oportunidad. Ya que hemos comenzado con letra de Realejos Norteño, de los eternos Huaracheros, y que Tigaray incluye e interpreta ma­gistralmente en su primer disco, queremos terminar con otra es­trofa de la misma, queriendo así rendir público reconocimiento a este grupo folklórico que debe constituir un orgullo para el pueblo realejero, pueblo al que re­presenta y pone bien alto en to­das y cada una de sus actuacio­nes. Así lo demostraron –a tí­tulo de ejemplo– en el programa televisivo Tenderete, en el que tuvieron oportunidad de actuar a principios de este año.
Adelante, pues, y que dentro de poco tengamos la oportunidad de volver a las páginas de este diario para poner de manifiesto nuevos éxitos y logros. A buen seguro que si se sigue con la constancia hasta aquí demostra­da, no ha de transcurrir mucho tiempo.
Por hoy, en la voz de Tigaray, terminamos loando al pueblo de Los Realejos: Tienes la savia del guanche, / la savia noble y bravía, / y tienes como bandera / el corazón de folía.
Me apetecía una mirada retrospectiva. Lo de ayer y hoy fue publicado en El Día, cuando aún no era independentista, el 20 de diciembre de 1987. Recuerdo que fue Jaime a mi casa y me dijo que escribiera algo. Y ese algo fue esto que reproduzco 25 años después. Otra aclaración: ahora ya no escribo folclore con k. El grupo ha sufrido, mientras, cambios y vaivenes. Pero sigue, y eso es lo importante. Y como el colectivo está contento, ya también. Y como Samuel está feliz, yo también.

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