sábado, 30 de noviembre de 2013

Peñafiel

Peñafiel es una villa y municipio español de la provincia de Valladolid, Castilla y León, España. Villa Histórica repoblada en el año 912 y reconquistada en el 1013, se encuentra estratégicamente situada en el centro de su comarca, a 56 km de la capital Valladolid, en dirección Este.
Incluye en su término municipal a las localidades de Aldeayuso, Mélida (Valladolid) y Padilla de Duero.
Peñafiel es el centro de la Comarca Campo de Peñafiel, que incluye el Valle del Cuco, Vega del Pajares, Botijas, Duero y Duratón.
En esta primera presentación, fotos del Hotel Ribera del Duero y de sus alrededores, con el Río Duratón como protagonista.

viernes, 29 de noviembre de 2013

Rigor y seriedad

Concluye la última semana de este nono mes de año y no mejora el panorama. Toca ya en la puerta el 2014, año de elecciones europeas, y los partidos políticos –¿o los políticos?– siguen sin tener claro qué cometido deben cumplir. Los electores sufrimos cada vez que se asoman para realizar algún tipo de declaración y lo peor es que no hay visos de que mejore la situación.
Te ilustro el planteamiento del párrafo precedente con unas muestras apenas:
El PP advierte al PSOE que más temprano que tarde se arrepentirá por no apoyar la Ley de Transparencia. Eso ocurre en el contexto nacional. Y el partido socialista, todavía dirigido por Rubalcaba, se lleva de maravilla con Coalición Canaria, con la que se halla muy cómodo en el gobierno regional (o de la nacionalidad). La negativa en Madrid choca sobremanera con el entusiasmo que desde la consejería del señor Hernández Spínola (al que le deseo se haya recuperado del todo) se nos vende cada tres por dos. Bien con hilo directo del propio consejero, bien desde las diferentes direcciones generales. Debe ser otro botón más que añadir a esa larga lista de “coherencias” a las que tanto aludo en este blog. Siguen todos empeñados en no querer darse cuenta de lo importante que consideramos los votantes que se actúe con rigor y siendo en todo momento consecuentes. No se puede estar con un discurso en las islas y con otros bien diferente, cuando no contrario, de Cádiz para arriba. A no ser que Alfredo piense seriamente ganar la elecciones en 2015 (de ilusiones también se vive) y pretenda adoptar el modelo de ley canario.
Esperanza Aguirre (que viene a ser a Mariano lo que Gómez al secretario general de PSOE) ha dejado caer otra de sus guindas: Ya va siendo hora de que el PP cumpla su programa. Eso significa reconocer que hasta ahora no se ha hecho. ¿O no? Lo mismo soy yo el equivocado. Aunque habría que hacerse la siguiente pregunta: ¿Qué programa? Este año 2013 el paro no ha sufrido incremento alguno, no se ha destruido ni un solo puesto de trabajo. La crisis ha finalizado. Las pensiones han subido de manera significativa. La prima de riesgo ya ni es familiar ni entraña peligro alguno. El Índice de Precios al Consumo se comporta de maravilla. Los bancos, felizmente rescatados y saneados, hacen circular sus caudales y las empresas no dan abasto en vaciar las oficinas de empleo. ¿Por qué, entonces, se empecina la expresidenta madrileña en aplicar el programa, si todo va sobre ruedas? No le encuentro otra explicación que no sea la de “joder la batata”. Lo mismo funda otro partido con Tomás.
Cansado, hastiado, aburrido estoy con la diaria monserga de las excarcelaciones debidas a la derogación de la llamada doctrina Parot. Y más molesto el que los telediarios abran cada día con las imágenes de los que salen de prisión. Pero alcanza mi estado de ánimo su punto culminante cuando escucho a mucho dicharachero decir tremendas boberías. ¿Por qué no se aclara a la ciudadanía cuáles son los plazos máximos que se pueden cumplir en la cárcel? ¿Por qué ese alarmismo ante terroristas, asesinos, violadores y especimenes de igual o peor calaña, si no hemos escuchado a un diputado (los que tienen la capacidad de legislar) proponer soluciones para que esos elementos indeseables no puedan acogerse a ningún tipo de redención? Todos los que abandonan los recintos penitenciarios lo hacen porque la ley se lo permite. Y de nada vale el lamento a posteriori. Haya cometido uno o diez delitos. Qué fácil es rasgarse las vestiduras. Lo más penoso es escuchar a todo un presidente del Gobierno alegar que no está de acuerdo con el dictamen reciente del Tribunal de Estrasburgo. ¿Acaso le quedaba al citado órgano la posibilidad de adoptar otra resolución? La justicia entiende de leyes, no de sentimientos, por muy duro que nos parezca. Pero las leyes pueden estar sujetas a modificaciones. En conclusión: ¿Dónde está el legislador? Supeditado, por supuesto, a dictados partidarios y sujeto a infinidad de condicionantes, pensando más en posibles rentabilidades que en sustentar “un Estado de Derecho que asegure el imperio de la ley como expresión de la voluntad popular”.
Te supongo enterado del desplome de parte de la cobertura del estadio que albergará el partido inaugural de mundial de fútbol Brasil 2014. Que ha caído sobre las gradas y ha provocado la muerte de dos operarios. ¿Te imaginas que esta desgracia hubiese acontecido en el transcurso de un partido con el aforo al completo? Los romanos no conocían el cemento. ¿Cuántas de sus realizaciones siguen en pie numerosos siglos después, miles de años después? Y mira que habrán soportado tifones, temporales, huracanes, rayos y truenos. Viva el vino, que diría el gallego.
Y concluyo. Aprovecharé los fines de semana o los días en que me encuentre aburrido y no tenga ganas de escribir para dejarte con unas presentaciones de fotografías. Estas de ahora (empiezo mañana) se corresponden con el primer viaje de la temporada 2013-2014 del programa de Mundo Senior. Un grupo de 54 viejitos de Tenerife nos dimos un salto a tierras castellanas a pasar algo de frío. Pero nos culturizamos un montón.
Hasta la próxima.

jueves, 28 de noviembre de 2013

OMICs

La desafección de la política, y de los políticos, ha alcanzado cotas alarmantes. Sin embargo, los apoltronados parecen no darse por aludidos. Porque no los creo tan tontos como para pensar que no se han enterado aún. Ayer Rajoy, en otra de sus lecturas memorables, sentenció que todo aquello que nos han pedido (sacrificios) nos será devuelto con creces. Que aquí en Canarias, por cierto, conocemos por tal nombre a los frutos del haya.
Hubiese preferido que no me dijera nada –lo mismo que hace con Rubalcaba cuando le pregunta por la contabilidad B– porque si he de concordar con  lo de que vamos a recibir el ciento por uno (qué bíblico está Mariano), mejor que me lo dejen quieto, no sea que en el futuro más o menos inmediato me multipliquen los recortes.
Comenzaré mi proceso de reconversión cuando vislumbre que en cualquier reforma acometida sean ‘nuestros representantes’ los primeros que se apliquen la medidas, que se pongan de ejemplos en una sociedad tan necesitada de espejos o de modelos. Pero ni están por la labor ni se les espera. Habiendo funcionarios y pensionistas, ¿para qué nuevas fórmulas?
No tengo conocimiento de que nadie haya desmentido esos datos que circulan por Internet acerca del desorbitado número de personas que viven de la cosa pública, bien como cargos electos, bien como elementos adheridos. Ayer mismo escuchaba a Román Rodríguez, que no es santo de mi devoción –hoy voy de un religioso que para qué–, manifestar que le gustaría saber cuánto cobra Willy García. Que se lo pregunte a Paco Hernández Spínola, el de la Ley de Transparencia canaria, la que va a nacer como la más clara y diáfana de todo el territorio patrio (salvo la opinión en contrario de Hilario, el del tenicazo). Están todos tal para cual y la casa manga por hombro. La imagen es tan penosa que no sabe uno para dónde mirar o a dónde arrimarse.
El gobierno popular, el de los casi mil asesores, siempre echa la vista hacia abajo cuando trata de evitar gastos superfluos. Y no diré yo que no haya que hacerlo, pero conveniente sería también que barriera dentro de su propia habitación no sea que haya debajo de la alfombra más de un desperdicio reciclable. Y los ayuntamientos –menos los regidos por el PP, por aquello de la obediencia ciega, el no moverse en la foto y la promoción interna– estiman, como primer peldaño en la cercanía ciudadana, que la supresión de determinadas competencias acarrearía una serie de perjuicios para la población.
Uno entiende igualmente que es la institución local aquella que deberá encauzar, y resolver, los problemas que diariamente se le plantean a sus habitantes. Pero no creo que vayan los tiros del gobierno central encaminados a mermar lo que la Ley de Bases de Régimen Local regula. Más bien entiendo que la diana se halla en las Comunidades Autónomas.
Viene ello a cuento de la posibilidad de que desaparezcan las OMICs con el Proyecto de Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local. Uno, viejo ya en ciertas lides, sabe que mucho se ha proyectado desde altas esferas sin que a la postre resultado alguno diese. Y menos cuando se parte de la premisa de no se aplicará hasta el año catapún. Porque desde tiempos inmemoriales, incluso desde antes de que se dibujase el mapa autonómico, el contribuyente siempre ha acudido a la puerta más cercana: su ayuntamiento, su alcalde, su concejal de barrio.
La propuesta que elevará el grupo socialista en la próxima sesión plenaria del ayuntamiento realejero servirá para que el grupo que encabeza Manolo Domínguez aplique, una vez más, su mayoría absoluta. Porque de haber sido el Partido Socialista el que gobernase en Madrid y en el pueblo (cuán largo me lo fiáis), hubiese ocurrido tres cuartos de lo mismo. Las coherencias se estilan poco. Tanto que si Tomás Gómez, y es un simple ejemplo, no estuviese a degüello con Rubalcaba, ahora mismo seguiría siendo senador y tan contentos.
Pero pienso que la moción está bien presentada y había que hacerlo. Pero a continuación digo, o escribo, que las acciones que acometen los ayuntamientos tienen que ver, y mucho, con los asuntos que las respectivas leyes orgánicas regulan como competencias autonómicas. Por lo que, mera lógica, estas se hallan capacitadas para regular (legislar) acerca de los servicios que deben prestar las instituciones locales (cabildos y ayuntamientos). No atisbo, pues, desmantelamiento alguno del bienestar ciudadano.
Me temo que el apoyo institucional demandado solo va a contar con los diez votos de los tres grupos de la oposición. El Partido Popular actuará conforme al guion establecido, acorde al manual de instrucciones. Pero la OMIC no va a desaparecer, salvo que el Gobierno de Canarias, siempre sujeto a pactos y vaivenes, opine la contrario. Que no va a suceder, porque a todos les interesa tener chiringuitos que atender y poder justificar los concejales liberados.
Cabría preguntarse, en aras de una mejor distribución de los recursos, si no sería oportuno arbitrar nuevas fórmulas. De igual manera que se mancomunan servicios de recogida de basuras o bomberos, vaya usted a saber si no podría hacerse algo parecido con otros menesteres. Pero mucho más efectivo sería que el organigrama político se hallase sujeto a mayores restricciones que las actuales, a saber, ningunas. Y en estas libertades a la hora de ponerse sueldos, fijarse dietas, nombrar personal a dedo, enchufar familiares y amigos, disponer de surtido parque móvil, telefonía, etc., etc., están todos de acuerdo. El mañana me puede tocar a mí es razón más que poderosa para estarse callado.
Y un consejo final: las mociones, proposiciones o como estimen pertinente llamarlas, deben ser claras, concisas, contundentes. Porque se divaga demasiado, se mezclan churras con merinas y se tiende al clásico tótum revolútum. Y ello se torna en arma arrojadiza porque el que tiene la sartén por el mango contempla ante sí el camino expedito ante la falta de concreción.
Resumo: no se preocupen, no se desmantelará nada. Al contrario, los consistorios tendrán cada vez más quehaceres. Cuanto más tranquilos estén los consejeros, directores generales y  los propios diputados… ¿Lo captaron?
Hasta mañana.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Encallados

No fue en el corazón del océano, a saber mar adentro (o muy adentro, si estás algo más lejos). No surgió una isla misteriosa tras disiparse la niebla contra la que se dieron sonado estampido. Qué va, fue allí mismito, casi en la orilla, nada más salir de la rada de La Villa, antes de alcanzar la altura de la playa de La Guancha, donde le dicen El Bufadero. Y no iba guiada la nave por ningún cabrito (ahí menos llegaron), sino que se trataba de un experto y consumado navegante el que patroneaba, o capitaneaba, el catamarán. Tan versado en las travesías de larga distancia (ganador de numerosas regatas colombinas, esas que nos llegan desde la onubense Punta Umbría), debió creer el marinero Iñaki Domínguez que para tan corto recorrido no le hacía falta la brújula y en lugar de enfilar hacia el sur (Playa Santiago), agarró la dirección de la carretera a la Degollada de Peraza (algo así como SO) y ni al Cristo de El Machal le dio tiempo de mandarle un silbido de aviso.
Alegan las crónicas que el mejor escribiente tiene un borrón. Pero en mala hora fue a chocar la embarcación. Porque en estos días La Gomera se encuentra en el cénit  o punto de mira informativo con el rodaje de la película que dirige Ron Howard. Hito que atrae la atención en las lindes de San Sebastián con Alajeró y que congrega la atención mundial en la isla colombina. Amén de la alegría inmensa de los propietarios de los comercios de la zona, quienes han visto incrementadas sus ventas merced a la avalancha de gentes que la productora del film ha traído.
Lo llamativo del caso es que ese ‘trayecto’ ya era harto conocido, pues el director se había dado sus buenos garbeos en busca de rincones, parajes o platós naturales en los que ubicar, para que nade a sus anchas, a la Moby-Dick de Herman Melville. En consecuencia, deduzco que el ‘chófer’ de la lancha se pudo haber mandado un par de rones (a la salud del que corre con todos los gastos) antes de poner el motor en marcha o se dedicó a mirar para donde no debía. A lo peor la culpa fue de Elsa Pataky, quien pudo ponerse melosa con Chris Hemsworth en el momento menos adecuado, que como todos sabemos, o hemos escuchado, es el del despegue. O quizás habrá que lamentarse por no haber en la actualidad línea que cubra la mentada como ruta interior y tener que recurrir a estos alquileres de ocasión.
Nadie me ha informado de los daños sufridos por el Macano Quinto (los pasajeros, todos bien), ni si la aseguradora cubrirá los posibles desperfectos o si acabará en el complejo de El Revolcadero, que le queda ahí, a tiro de piedra. Pero el afer es –no podía ser de otra manera– de película. No parece el momento más idóneo para el percance, cuando todos dirigimos nuestras miradas a La Gomera. Parece que me estaban acechando, se lamentará el desafortunado marino. Es como cuando te metes un estampido contra una farola en el preciso instante en el que varios curiosos observan tus andares. O quizás no debemos darle más vueltas y fue algo más simple. Por ejemplo: se agachó a recoger la muñeca de la niña que se había caído al suelo y soltó el timón por dos segundos. A todos nos ha pasado algo similar en el coche, ¿no?
Anécdotas al margen, me alegro de que la isla –también le está ocurriendo a la oriental Fuerteventura– se revitalice. Desde el Tecina hasta el último bar de la avenida, o mejor, hasta la punta del muelle, se nota movimiento. Mucho. Y eso es bueno. Que no están los tiempos para desaprovechar oportunidades. Y esta se la han brindado en bandeja. El accidente ha sido un elemento ‘positivo’ añadido. Como no han surgido daños colaterales, bienvenido sea. Un poco de ‘chapa y pintura’ y a navegar de nuevo. Eso sí, con algo más de precaución.
Hasta mañana.

martes, 26 de noviembre de 2013

Hacer agua

Expresión que utilizamos para señalar que algo, o alguien, presenta debilidad o síntoma de ir a fracasar. Que es diferente de ‘hacer aguas’, o lo que es lo mismo orinar o expeler la orina. Y en Puerto de la Cruz parece haber de lo uno y de lo otro. Porque el pueblo no levanta cabeza. A los tristes espectáculos de la política local se le suman cada día más reveses.
Hace unos meses los vecinos de Las Dehesas se pusieron en pie de guerra porque por el grifo de sus casas salía el agua achocolatada. Hubo, incluso, reunión vecinal con representantes municipales y del servicio para aclarar –y nunca mejor dicho o escrito– el turbio asunto. Cuando en otras poblaciones del Norte el exceso de flúor trae en jaque a la población y Sanidad recomienda no usar el líquido elemento a los menores, la Ciudad Turística vuelve a ser la diana del interés informativo porque a varios millares de portuenses le han tenido que ubicar cubas de suministro, rememorando aquellos chorros de antaño. Sí, los que se enramaban por San Juan.
Qué imagen más tercermundista para el turista que pasea los rincones que infinidad de viajeros han plasmado en fotografías y crónicas. No alcanza uno a comprender cómo es posible que en pleno siglo XXI se produzcan hechos de tal calibre. Lo cierto es que vuelve a llover sobre mojado y al equipo de Marcos Brito se le sube otro viajero al carro de los despropósitos. Y como no se acometen soluciones definitivas sino parcheos, y a los reiterados casos me remito, el ciudadano se cuestiona si va a tener que abrir nuevo capítulo de gastos en su depauperada economía para la compra de las botellas. Juegan con nuestros bolsillos y con nuestra salud sin el más mínimo recato. O piensan los grupos que conforman el pacto de gobierno que los portuenses disponen de sueldos equiparables a los que perciben los ediles.
Observar a los vecinos de varios barrios acudir a la plaza con sus recipientes, me hizo retroceder a épocas que uno creía desterradas y sumidas en el más profundo de los olvidos. De cuando íbamos a cargar en el canal, primero, o en la fuentes públicas (en el chorro), después, para tener en casa la necesaria para la comida y el aseo personal. Recomiendo la lectura de un pasaje de Pepillo y Juanillo a sus ilustrísimas señorías.
Tan penosa la fotografía como el panorama, señor alcalde. Haga un tremendo favor al abnegado y noble pueblo y retírese ya. Siga el camino de otros correligionarios y no sumerja más en la desdicha a unos vecinos tan necesitados de ilusión como de agua bien potable. A lo peor piensa usted que se halla en la década de los setenta del siglo pasado, cuando comenzó su andadura en la cosa pública, y cree suficiente la denominada “tajea” honda. La que pasaba algo más al norte de Punta Brava, en aquel entonces María Jiménez.
Otro que no le va a la zaga es nuestro estimado presidente. No contento con su dominical refrito, ha metido sus narices en el género epistolar. Primero a Rajoy, pero como Soria le insinuará que ni caso, realiza una fotocopia y se la envía al mismísimo monarca. Para advertirle de los peligros secesionistas que el ninguneo popular puede acarrear. El Borbón, que se hallaba hospitalizado por vigésima nona vez, al leer la misiva, saltó de la cama y llegó hasta el teléfono (Sofía le había quitado el móvil) sin necesidad de agarrarse a muleta alguna.
El ayudante de cámara (¿o no se dice así?) quedó haciendo cruces tras escuchar la serie de improperios que Juan Carlos había desembuchado. Quiso entender que el destinatario era el gallego Mariano. Luego llamó a Felipe y le dijo que alegara cualquier excusa para no viajar a Brasil (de ahí lo de la avería técnica del avión). Ahora mismo, una vez recibida el alta hospitalaria, hállase reunido en La Zarzuela el gabinete de crisis real. Se intenta colar al yernísimo en La Mareta conejera. Bien es sabido que en la Isla de los Volcanes es donde más se ha estudiado la variopinta casuística de los tejemanejes.
Rivero, mientras, apoyado por un pletórico Rubalcaba, dictó en Madrid otra más de sus conferencias magistrales (que no de magisterio). Y con esa pose de envido siete que solo él sabe representar, se ratificó en cada uno de los párrafos de la carta. Como los socialistas canarios están muy cómodos gobernando con CC, aplauden con las orejas las ocurrencias del Pollito de El Sauzal (que Juan Manuel García Ramos se lo quite). Tanto que ya se olvidaron de que habían propuesto el cambio de Willy García. Lo mismo apuestan por Manolo Artiles. O por el cierre, cuando terminen de hacer la suma en el capítulo de deudas. En ese instante puede que los periodistas del medio protesten airadamente. Como los de Valencia. Y recurrirán al pataleo bajo el manto y amparo de la profesionalidad. Aspecto que en el presente inmediato prefieren soslayar. Pues sigan con los bodrios y en la luna. Cuando aterricen, reclamen solidaridad.
Voy a dar una vuelta por San Antonio, La Vera y Las Dehesas para comprobar si Aqualia ya le solventó la papeleta a Marcos. Creo que está pensando muy seriamente ubicar una potabilizadora en el nuevo parque marítimo, muelle deportivo y comercial…
Hasta mañana.

lunes, 25 de noviembre de 2013

A Mundo Senior

No es la primera vez –me imagino que tampoco será la última– que efectúo un ruego a Mundo Senior (o al IMSERSO: Instituto de Mayores y Servicios Sociales, organismo dependiente del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad) para poner en su conocimiento alguna anomalía que yo entiendo fácilmente subsanable.
Y antes de elevarla, concédanme licencia para el siguiente recordatorio. Si este jubilado tuviese algún tipo de responsabilidad en la organización de la temporada de viajes (culturales, turismo de naturaleza, islas y costas), haría unos ligeros retoques para que todos los pensionistas que lo deseasen pudiesen optar al menos a uno. Porque los hay que su asignación mensual es tan raquítica que les es imposible el acceso. Y como compruebo que hay demasiados aprovechados –basta con poner la oreja en la dirección adecuada– que ‘abusan’ de su desahogada situación económica para acaparar múltiples salidas (sé de casos –iban conmigo en este mi primera salida a Peñafiel, Valladolid– que se jactaban de tener cinco solo en este primer trimestre), bastaría con una simple reestructuración del sistema. No parece lógico que se establezca tabla rasa y se equipare a quienes obtienen rentas empresariales sustanciosas con aquellos otros cuyas cuantías dinerarias apenas les alcanza para el alimento. Máxime cuando la situación actual se ha vuelto tan peliaguda que deben mantener a otros familiares.
Para ello sería menester ‘quitar’ alguno a los privilegiados, incrementarle unos euros en su aportación y ‘regalar’, si preciso fuere, al menos un viaje, como antes señalé, a quienes la vida no les sonrió tan generosamente, pero que gozan del mismo derecho (o más, pues de no acogerse a estos, ya me dirán) para visitar otras tierras. Y dado que este programa no va a desaparecer porque el cataclismo económico e incremento del número de parados serían de órdago, y comprobando que el gobierno nacional, a través del Ministerio señalado, no va a mover ficha –con tal de que las plazas se cubran, no les importa una redistribución más equitativa–, mucho tendrían que sugerir, aportar y decir los servicios de los respectivos ayuntamientos. Y que los concejales del ramo no miraran para otro lado, porque si nos jactamos de que en los pueblos nos conocemos todos, actúese en consecuencia. Conozco más de un llorón, o más de una llorona, que vienen a ser, en el fondo, aquellos que conocemos por ricos agachados, que… ¡agüita! Y si quieren más detalles, concertamos una entrevista y hablamos largo y tendido. Pero no aleguen que no hay dinero cuando el ayuntamiento ramblero se gastó varios millares de euros en una mariscada en Galicia. Garbeo al que se sumaron alcalde, primer teniente de alcalde y un concejal, amén de otro personal del ayuntamiento. ¡Ah!, y no presuma Mundo Senior, o el Imserso, de anunciar que solo se puede solicitar un viaje cultural o de turismo de naturaleza, cuando hay ‘listos’ que se han ‘mamado’ hasta cinco. ¿Me entendieron?
En el centro de la fotografía que inserto, obtenida desde el Castillo de Peñafiel, observarás el hotel Ribera del Duero. Donde nos alojamos la pasada semana los componentes del grupo tinerfeño que acudimos a uno de los denominados viajes culturales. De las visitas que incluía el programa, nada que objetar puesto que uno sabe a lo que va y cuáles son los contenidos y objetivos trazados. Aunque dudo de si la acumulación de monasterios, conventos e iglesias es realmente lo más efectivo o no cabría la posibilidad de otras alternativas, por ejemplo, museos (no religiosos, claro).
Me imagino que los hoteles debieron realizar ofertas, en las que se incluirá los menús, amén de otros servicios, para que sean seleccionados. Como tuvieron que ser contratados conductores, autobuses, guías, restaurantes de las comidas en ruta… Pues a este hotel nadie debió ir a realizar una prueba. Porque si su especialidad para acompañar al segundo plato de la cena es la ensalada en todas las noches de la estancia, ha conseguido que los 54 ‘viejitos’ aborrezcamos para siempre jamás aquellos cachos de lechugas (muchísimos), las tiras de cebolla blanca, el abundante vinagre de aliño y el mísero y raquítico tomate (puede que de los que aquí llamamos ‘cagones’) que intentaba dar el contrapunto de color entre tantísimo elemento verde.
No me ha caracterizado por ponerle pegas a estas actividades que tan baratas nos resultan. No recuerdo haber escrito jamás un párrafo al respecto. Pero la ensalada dichosa, esta vez, y esperemos que no sirva de precedente, nos llenó la cachimba de tal manera que a partir del tercer día fue tema recurrente de conversación. Fuimos más de uno los que lo hicimos constar en el cuestionario que se nos entrega en la última noche para realizar la valoración correspondiente. No sé si surtirá efecto alguno. Por el bien de los grupos que restan, espero que haya algún cambio. Y nada manifiesto del desayuno, no sea que me vayan a coger manía. A lo peor es que la instalación no es la más idónea (por sus dimensiones) para colectivos tan numerosos.
¿Me leerá algún político? Ponle el cuño. Te apuesto otros 50 céntimos a que sí. ¿Harán algo? A lo mejor. El circo electoral comienza en el ya inminente 2014. Y votos con carné de pensionista hay unos cuantos miles. Lo mismo me sorprenden. Por cierto, fuerte frío en Valladolid. Mi amigo Victoriano tiene toda la razón el mundo: allí hace tanto pelete que ni cae nieve. Hasta mañana.

viernes, 22 de noviembre de 2013

Las márgenes, al margen

(V) De hace trece años, de cuando transitaba Radio Realejos. Creo que no cambiaría demasiado. En fin, juzguen ustedes:
Hoy quisiera que perdonaran lo que pudiera parecer petulancia por comenzar hablando algo de mí. No se preocupen lo más mínimo que no les contaré mis andanzas pretéritas. Pero sí de alguna de las presentes. Entre las que se incluye la manía de dar una pateada de vez en cuando. Eso sí, cortita, porque los años no pasan en balde y los discos de la columna comienzan a presentar fallos notorios. Son esas enfermedades que se curan con la natación, singular recurso que los médicos han aprovechado para llenar la piscina de este pueblo, en la que no cabe un bicho y a la que acuden deportistas enfermizos de lugares bien distantes. Pero a lo que iba. Esas caminatas a las que aludía anteriormente, me han permitido agudizar mi capacidad de observación. No ya solamente por mirar con insistencia al suelo para no meter la pata en cualquier hoyo, algo normal porque uno elige aquellos lugares en los que el tráfico no sea muy intenso. Y eso supone que los arreglos del pavimento en esos terrenos sean menos frecuentes que allí por donde el parque automovilístico es superior. Ustedes recuerdan todo el tiempo que estuvo el famoso socavón a la entrada de la carretera de Las Dehesas por El Castillo, hasta que un buen día pasó Lorenzo Dorta, consejero del ramo en el Cabildo Insular, y casi se queda dentro, con lo que decidió poner manos en el asunto.
Es increíble la cantidad de objetos, los llamaremos abandonados, que te puedes encontrar en las márgenes de cualquier carretera. En el tramo que más transito, entre El Castillo y La Vera, puedes hallar, entre otros, los restos de cajetillas de cigarros, colillas, apuntes de cualquier clase de cualquier colegio que no fueron de la total satisfacción de los alumnos, restos de neumáticos de cualquier marca, embellecedores de llantas –también varias marcas–, recipientes plásticos de productos alimenticios tipo Dan´up, otros metálicos –jugos, cervezas y bebidas refrescantes–, otros de cartón, los famosos tetra brik, elegantes bolsas de plástico con restos de cualquier cosa imaginable, ruedas y cuadros de bicicletas, material de oficina diverso, cocinas, lavadoras, azulejos, lámparas, televisores, números de la ONCE –sin premio, claro–, billetes de lotería, rifas de fiestas y colegios, jeringuillas, condones, compresas y un etcétera tan amplio que requeriría varios programas para su simple enumeración.
Cada vez estoy más convencido que es un tema de personalidad, de idiosincrasia, de carácter. Estamos al lado del continente africano, pero nos sigue tirando, y mucho, la fiebre del Sur de Europa. Que nos altera la temperatura y nos calienta los cascos. Dicen los entendidos que es una cuestión de educación, pero después de llevar muchos años en un colegio, cada vez lo tengo menos claro. Porque por campañas de limpieza, cuidado, ornato, embellecimiento, Día del Árbol, Día del Medio Ambiente y todo lo que ustedes quieran, que no quede. Para alumnos, para padres y para todos los que conformamos la Comunidad Educativa. Ni caso. Seguimos abriendo la puerta del coche, miramos por si viene alguien y vaciamos el cenicero. Compramos chicles, caramelos, pipas y pegamos una carcajada del carajo pa´rriba cuando pasamos por varias de los cientos de papeleras ubicadas en cada barrio. Una vez crucé de Francia a España y entré por el archiconocido y famoso Valle de Arán. Pues ni hizo falta que me pusieran un cartel anunciador para darme cuenta de que ya había entrado en territorio patrio. Con mirar las orillas de la carretera tuve bastante. En fin, somos así.
Hasta la próxima.

jueves, 21 de noviembre de 2013

Renovación

(IV) De hace trece años, de cuando transitaba Radio Realejos. Creo que no cambiaría demasiado. En fin, juzguen ustedes:
El anquilosamiento de las máquinas administrativas locales está alcanzando limites alarmantes. Los ayuntamientos se están convirtiendo en fábricas donde gandules y aprovechados campan por sus respetos. Donde gentes sin mayor preparación que saber trepar y figurar se acomodan para vivir del erario público. A los que se les dota de un teléfono móvil, que no suele estar operativo en la mayoría de las ocasiones, pero cuya factura abonamos los ciudadanos; que disponen de un vehículo oficial para sus frecuentes desplazamientos y cuya gasolina se surte del bolsillo de los contribuyentes y que, como contrapartida, casi siempre están ocupados o reunidos, sin que de dicha ocupación o reunión salgan demasiados resultados positivos para la población. O al menos eso percatamos los de a pie, es decir, los paganinis.
Corporaciones que disfrutan de muchos concejales liberados que interfieren sus cometidos, que solapan sus quehaceres y cuya rentabilidad deja mucho que desear. Se diversifica la acción municipal en tantos chiringuitos que al final es muy difícil demandar responsabilidades, porque cada cual se escuda en el “eso corresponde a fulanito de tal”. Como si a todos no se les hubiese colocado ahí para dar el callo. Sí, se ha profesionalizado la política hasta tal punto que se considera normal esperar meses para poder intercambiar dos palabras con el concejal-delegado de tal o cual servicio. Y no digamos nada si la pretensión es hablar con el jefe, con el alcalde. El argumento de que está de viaje se ha convertido en el recurso ideal que sustituye a todas las reuniones posibles. Además, viviendo en una Comunidad Autónoma con muchísimas competencias transferidas, se entiende bien poco las reiteradas ausencias hacia lugares bien distantes. No me extraña, pues, que en todo un mes no se haya tenido unos míseros minutos para recibir al director de un colegio que sólo pretende señalarle los mil y un defectos que tiene el centro antes de que la cosa explote. Pero no, parece más conveniente que padres y vecinos se subleven, y con toda la razón del mundo, para luego acudir en plan bombero a apagar el fuego.
Se impone, urge una profunda renovación. De ideas, de planteamientos, de objetivos. Y también de personas. Sencillamente porque nos hemos cansado de verlos apoltronados, encerrados en urnas de cristal y de espaldas a un pueblo que demanda servicios de calidad. Otras gentes que partan con ilusión y ganas en aras de un progreso consecuente, armónico. Donde el desarrollo urbanístico no esté reñido con la estética, donde la vivienda tenga el complemento adecuado para que nuestra infancia y juventud pueda realizarse convenientemente. Han atravesado los ayuntamientos épocas de satisfactoria bonanza económica. Pero los dineros no se han repartido convenientemente. Da la impresión de que el capítulo de las asignaciones por ocupar determinado cargo, por delegaciones y representaciones, por dietas y gastos de protocolo y un etcétera bastante amplio, ha sido lo verdaderamente importante. Y a la primera sesión plenaria del ayuntamiento realejero me remito. A la hora de repartir prebendas, todos de acuerdo. Además, como contamos con elegantes despachos para todos los grupos, mejor que mejor. Cuando los padres de Toscal-Longuera vengan al centro público a protestar por las estrecheces, deberemos enviarlos al elegante edificio de la Avenida de Canarias para que pongan a su disposición algún espacio libre. El que ocupa la policía, por ejemplo,  que no es de su agrado. Nosotros nos conformamos con menos. En la próxima ocasión les pienso hablar de las aludidas faltas o penurias.
Hasta la próxima semana. estrechez

miércoles, 20 de noviembre de 2013

¿Qué pasa en el Puerto?

(III) De hace trece años, de cuando transitaba Radio Realejos. Creo que no cambiaría demasiado. En fin, juzguen ustedes:
Todos aquí en el Valle lo conocemos así: El Puerto. ¿Dónde vas?: Pa´l Puerto. ¿De dónde eres?: Del Puerto. Y sabemos, inmediatamente, que se trata de Puerto de la Cruz, de la Ciudad Turística, del motor de la economía del Norte de Tenerife.
Últimamente algo raro está ocurriendo en esa población. Los que rigieron los destinos municipales en el cuatrienio del 95 al 99 están ejerciendo una oposición basada en la denuncia sistemática y en las reiteradas convocatorias de ruedas de prensa. Ni digo que sea malo ni digo que lo comparta. Deberá el comentarista abstenerse en tal cuestión. Aunque tenga opinión formada al respecto, porque, entre otras cosas, algo conoce del meollo del asunto.
Sospechosas cartas se suceden en medios de comunicación escritos, que vienen a coincidir con campañas más o menos virulentas de Coalición Canaria. Y a uno, realejero de toda la vida, pero relacionado con El Puerto, incluso por vínculos familiares, le entra un hormigueo en el cogote que te hace rascar sobremanera. Salvador fue apeado del sillón presidencial merced a una moción de censura a los pocos días de haber sido elegido alcalde en el año 95. Todo muy legal, pero difícilmente comprensible por los ciudadanos portuenses. Que, cuatro años después, decidieron, libremente, otorgar la confianza mayoritaria en la misma persona. Para que demostrara si valía o no. Y en el 2003, ahí, a la vuelta de la esquina, volverán a dictaminar.
Si uno cree a pie juntillas todo lo que se ha vertido en este último año, habrá de colegir que a Salvador y a su equipo sólo le queda la opción de lanzarse por El Penitente. Y que las bravas olas de la mar de aquellos contornos los estrellarán contra los riscos entre San Telmo y la Punta del Viento. Porque, insisto, por lo que leemos, jamás ha existido en el Consistorio portuense una pandilla de inútiles mayor que ésta. No saben hacer nada, pierden las subvenciones, se aprovechan de proyectos ajenos y vegetan aislados en urnas de cristal para que el salitre no los oxide.
Tengo la ligera sospecha de que el pueblo ya no cree en los falsos salvadores. Porque reciente está el estrepitoso fracaso de Félix Real, que ya se veía ocupando de nuevo el sillón más alto y elegante del Salón de Plenos. Y el pueblo le dijo que se conformara con estar en un cuadro en la pared. Mientras, a mi entender, flaco favor se está haciendo a la imagen de una ciudad que es puerta abierta de Canarias en el exterior.  Hacer oposición es muy fácil. Y contando con las condiciones actuales de poder disponer de un concejal liberado, despacho y asesores, miel sobre hojuelas. Pero creo que en estas condiciones, no. Y me reprochará Marcos Brito, porque es su eterna canción, de que yo también he estado en la política activa. Como si tal hecho constituyera un condicionante que me impide expresar opiniones a través de comentarios orales y escritos. No se percata de que en algo nos diferenciamos. Como deberá establecer diferenciación entre su etapa democrática y la que no lo fue, por ejemplo.
Hagan oposición constructiva, eleven propuestas y presenten cuantas mociones sea menester. Pero en aras de intereses partidistas no empañen el espejo en el que deberán recrearse millares de rostros venidos de allende los mares. No vale aquí el viejo refrán de que cree el ladrón de que todos son de su condición. Si aun así el equipo de gobierno no rige los destinos de la ciudad de manera armónica y consecuente, los ciudadanos, que no esa masa amorfa que muchos piensan y pocos mentan, pondrán las cosas en su lugar dentro de bien poco.
Hasta la próxima.

martes, 19 de noviembre de 2013

Ampliación del Parque de La Higuerita

(II) De hace trece años, de cuando transitaba Radio Realejos. Creo que no cambiaría demasiado. En fin, juzguen ustedes:
Muy loables son todas estas iniciativas que pretenden la recuperación de zonas que por mor de nuevos trazados viarios han ido quedando al margen de carreteras, autovías y autopistas. Es buena manera para que las gentes encuentren espacios en los que pasar unas horas de relax y divertimento. La zona recreativa de La Higuerita, barrio a caballo entre Puerto de la Cruz y Los Realejos, que ha salido en todos los medios de comunicación por su famoso puente que atraviesa la autopista, tuvo, desde sus inicios, una gran aceptación. Es normal encontrar allí excursiones de diferentes colectivos, fiestas de cumpleaños o cualquier otra cita que requiera un espacio en el que pueda desenvolverse un grupo más o menos numeroso. Hay días en los que no cabe un bicho.
Por ello, el parque se está ampliando. Se ha ganado una buena cantidad de metros cuadrados hacia el oeste. Y allí, con la protección de una hermosa hilera de palmeras, se viene ejecutando una serie de reformas. Se procedió, en primer lugar, a la limpieza profunda del espacio, que se había ido llenando de maleza. Tras lo cual se han ubicado nuevos fogones y se construye una pared de piedra que delimita la zona y evitará que los futuros usuarios puedan caer en la tentación de traspasar esos límites para ir a desembocar en la autovía, con el consiguiente peligro de atropello.  Y está bien que así se haga, porque la proximidad de una curva y la permanente invitación de los automovilistas a las altas velocidades, amparados en la disminución notable de tráfico, constituye un peligro evidente. Por cierto, uno que está acostumbrado a dar una caminata de vez en cuando, comprueba cómo a la altura de la entrada al barrio, también al de La Cooperativa, donde existe una limitación más que notoria, se están alcanzando velocidades de vértigo. Y cuando pienso que tuve la desgracia personal de soportar un accidente de un familiar con resultado mortal, se me ponen los pelos de punta.  Se impone, pues, que se realicen unos controles drásticos, porque la dejadez puede conducir a situaciones lamentables. El disco que nos indica una velocidad máxima de 60 Km/hora, que abarca un buen trecho de la zona, de bien poco está sirviendo.
Los Realejos, que ha vivido, y vive, una explosión demográfica importante, pero no uniforme, está necesitado de espacios libres, de lugares de ocio y recreo. Por eso, estas iniciativas son merecedoras de todo tipo de parabienes. Demasiadas urbanizaciones en Realejo Alto, San Agustín y Toscal-Longuera, por ejemplo, sin alternativas para la infancia y juventud. Porque los escasos parques infantiles son conejeras que no gozan de las mínimas condiciones que la movilidad de esas edades exige.  Pero no sólo ellos, que los mayores también estamos necesitados de ciertos dispendios a las tareas diarias. Aunque nos deleiten los sordos de turno con modernos aparatos musicales que despiden gran cantidad de decibelios. Y es que, como ellos manifiestan, hoy se fabrican unos aparatos que te cagas. Yo no diría tanto, pero sí que te dejan los tímpanos retumbando durante un buen rato.
Finalizo con un ruego: entre La Higuerita y Barranco de Ruiz existen más espacios muertos; bueno, mejor, inhabilitados. Si los aprovechamos, todos saldremos ganando.
Hasta la próxima.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Recogida selectiva

(I) De hace trece años, de cuando transitaba Radio Realejos. Creo que no cambiaría demasiado. En fin, juzguen ustedes:
Digna de aplauso la idea de ubicar contenedores en muchos rincones de este y de otros municipios, para que los vecinos nos acostumbremos a realizar una selección previa de los desechos, de las basuras. Y da la impresión de que se está haciendo bien. Siempre están las excepciones de rigor, pero se me antojan inevitables. Pero hay aspectos a mejorar. Me explico: la retirada de papeles y cartones, por un lado, y del vidrio, por otro, no se lleva a cabo con la frecuencia conveniente. Porque se está convirtiendo en habitual el contemplar los recipientes llenos hasta los topes durante muchos días. Y el ciudadano, que con la mejor intención del mundo va a colocar las botellas, al comprobar que ya no caben más, las deja al ladito. Y el vecino, tres cuartos de lo mismo. En un santiamén, aparecen alrededor del contenedor muchísimo vidrio. Muchas veces son el blanco de los desaprensivos de turno. Otras, se van esparciendo por los contornos. Sería conveniente llevar a efecto un estudio para que se proceda a establecer una recogida más acorde con la cantidad de productos depositados.
Y si existiera la posibilidad de adecuar nuestros depósitos en esos contenedores con las horas de recogida, sobre todo en la basura digamos cotidiana, menor tiempo de espectáculo que daña vista y olfato. Porque no es normal que recién pasado el camión, salga alguno o alguna, incluso en pijama, a poner la bolsa. La educación cívica no es sólo misión de la escuela, eterno recurso en el que nos escudamos a la hora de echar culpas. Por cierto, si existiese la posibilidad de recoger aparte los plásticos, habríamos dado un paso de gigante. Porque el resto, prácticamente, sería materia orgánica, tan reciclable como los otros productos aludidos.
He tenido la suerte, o la desgracia, vaya usted a saber, de mantener auténticos debates con propietarios en edificios en los que se concentran diez, veinte o más viviendas. Y alegan que deben sacar la bolsa, a cualquier hora, porque no tienen donde dejarla. Y yo pregunto: ¿y qué diferencia hay con una casa de dos pisos y dos viviendas en la que tampoco exista ese depósito? ¿Por qué pueden estos últimos dejarla bajo el poyo de la cocina hasta la tarde-noche, recuérdese que la recogida es diaria, y no los otros? Un piso es un piso en un edificio grande y en uno pequeño. La cantidad de ellos nada tiene que ver con algo tan elemental como es nuestro deber ciudadano de mantener limpio el pueblo. Y no hay edificio de esas características que tenga en alguno de sus portales de entrada los contenedores de basura delante. No, están más alejados, para que los olores producidos por los restos de unos acompañen a otros.  Sería mucho más lógico que cada palo aguante su vela. Hay otras formas y maneras de decirlo, pero como todos me entienden, dejaré las explicaciones más bastas para más adelante por si la ocasión se tercia.
Luego nos quejamos, es el recurso fácil, de que el pueblo está sucio por falta de barrenderos. Ojalá llegara el día en que estos no hagan falta. Sería, desde luego, ejemplo inequívoco de que estamos cumpliendo a rajatabla con nuestros deberes, que estamos haciendo la tarea encomendada como Dios manda.
Hasta la próxima.

viernes, 15 de noviembre de 2013

Los Huaracheros

Con Fernando Estévez suelo compartir mesa y mantel, si las ocupaciones y la próstata nos lo permiten, una vez al año. Que desde esta última oportunidad, en Casa Yeye de las Mercedes, hemos fijado en el primer sábado del mes de junio, por órdenes directas del organizador mayor del tinglado, el común amigo, icodense y realejero, Juan José Martín (Chene, para la grey), y bajo la atenta –y a veces severa– mirada del comandante en jefe, y victoriero de pura cepa, Manuel Afonso Carricondo (MAC para los amigos). Formamos un bien avenido grupo de estudiantes de Magisterio. Sí, con mayúscula. De los de la vieja Escuela Normal lagunera en Heraclio Sánchez, esquina Dr. Zamenhof. Y con Fernando disputamos en noble lid no solo puestos elevados en aquella promoción de maestros, sino también en los exámenes para ingresar en las milicias universitarias.
Pero hoy no nos concita el recuerdo estudiantil, sino un acontecer que no sé si tiene precedente en el campo musical, en la faceta artística y cultural. Porque el colectivo del que ahora es parte activa Fernando, puede enarbolar bien alto una bandera denominada canariedad, de la que algunos se atreven a alardear desde la más supina ignorancia y al socaire de vientos (políticos) supuestamente favorables.
En atento e-mail (cómo nos modernizamos) me comunican que Los Huaracheros cumplen 70 años en esto de la Canción Canaria, y tal efeméride la celebrarán con la presentación de un nuevo CD (¡que apenitas nos costó!, me enfatizan) en el Auditorio de Tenerife el 23 de este mes de noviembre (sábado), a las 9 de la noche. Un disco que lleva por título “Canciones de oro” y en el que colaboran artistas como Braulio, Luis Morera, Mary Sánchez, Benito Cabrera, Los Sabandeños, Chago Melián, Javier Castro ...
Uno, afortunadamente de naturaleza inquieta, ha osado inmiscuirse en unos dieciocho mil berenjenales a los largo de su existencia. Que se traduce en varios años menos de los que pueden presumir Los Huaracheros. Lo que es handicap a título individual, se torna en mérito cuando de un colectivo se trata. Y algunos trabajillos han surgido de tan modesta pluma. Que le han conducido a campos bien dispares de lo que su profesión marcaba. Y la pertenencia esporádica en dos grupos folclóricos coadyuvó a inmersiones en facetas novedosas.
De tal suerte, en ese husmear, hallé un viejo libro (Folclore y canción, de Diego García Talavera, 1978), del que copié: Canción canaria (a diferencia del folclore canario, que es la música popular que nadie ha inventado y que el pueblo ha ido arrastrando a través de su historia) es un tema con texto y música inspirada en el folclore (nace con el auge de los medios de comunicación y la industria discográfica).
Podemos diferir en el contenido que encierra este último paréntesis, quizás discrepemos del propio concepto de este tipo de manifestación musical, puede que, por lo de para gustos colores, establezcamos diferencias de apreciación, pero no sería justo negar que Los Huaracheros se han erigido en leyenda viva de la canción popular canaria. Más que grupo, es sentimiento convertido en tradición que atesora música e historia en dilatado repertorio. Son, y permítaseme el símil gastronómico, el ingrediente fundamental del guiso.
Setenta años merecen consideración y respeto. Aspectos que, y lo sé de buena tinta, han sido obviados por quienes no han sido capaces de comprender, de captar el hálito que dio lugar al inicio de tan emblemática formación en los primeros años de la posguerra, fruto de un afortunado embarazo en plena contienda (in)civil qué germinó en un “Siete Rosas”, cuyas notas inocularon Canarias allende los mares.
Varias han sido las ocasiones, y a través de diferentes cauces, en las que he elevado protesta de cómo los repartos, en forma de subvenciones, parecen dirigirse, de manera machacona e inexorable, a idénticos destinatarios. Como si colectivos privilegiados –no discuto valías– estuvieran siempre atentos al lugar de la subasta para la recolección de las viandas de rigor. Se arrogan los unos (repartidores) y los otros (beneficiarios) la representatividad de lo nuestro. Y en las componendas del amiguismo más descarado, tras las giras generosamente gratificadas, alcanzamos paradojas que se traducen en repartos de dividendos. Atrás, muy atrás, quedan aquellos duros años en que el grupo que hoy da título a nuestro post, como pudieron serlo asimismo la ya mentada Mary Sánchez o María Mérida, fueron embajadores de nuestra tierra. Y allá por donde dieron a conocer su trabajo, con enormes dosis de ilusión pero sin un duro en el bolsillo, fue Canarias leitmotiv. Ahora también, no lo discuto ni lo debato, pero qué diferencia: las penas con pan, son menos.
En fin, largo y tendido podría platicarse –y escribirse– de cómo, aun en épocas de crisis, sigue habiendo hijos y entenados. Mas no era ese el meollo de la cuestión, de nuestra cuestión. Corresponde felicitar efusivamente  a Los Huaracheros y desearles todos los éxitos y parabienes en esta próxima presentación musical. Canciones de oro que bien pueden serlo de diamante. Y sin las alharacas de los que vuelven por Navidad. Desde este humilde blog (a los periodistas del Norte nos quieren los medios de comunicación tradicionales para colaborar desinteresadamente y ya lo publicarán cuando haya un hueco), el deseo inmenso de que les vaya bonito este próximo 23 en el Auditorio. Puede que no sea Pepillo y Juanillo el vehículo que ustedes, amigo Fernando, se merecen, pero puedes tener la más absoluta certeza de que haré llegar estas líneas a los contactos, con el ruego de que lo hagan llegar a los suyos. Así, este enemigo acérrimo de las cadenas, contribuirá por un día, con la excepción de rigor, a que tenga lugar una bien grande. Se lo merecen. Solo los “locos” que se queman las pestañas en preparaciones y ensayos, con sinsabores y fatigas, con incomprensiones y amargas penas, son capaces de captar cómo es posible –ha sido posible– permanecer setenta años en el candelero.
Mis más efusivas felicitaciones. Mi más cordial enhorabuena. Y a seguir en la brecha. A por otros tantos. No puedo asegurarte, Fernando, que me halle presente en la ceremonia de ese 140º aniversario. No obstante, lo intentaré, por mí que no quede. Y gracias por enviarme el correo y concederme la oportunidad de redactar estas líneas. Ha sido un honor y un placer.

jueves, 14 de noviembre de 2013

Unos hilillos... de mierda

Once años después, la sentencia del Prestige (la mayor tragedia medioambiental habida en este país) hunde en la miseria más absoluta nuestra confianza en la justicia, la política y en la mismísima Carta Magna. Dice la Constitución (artículo 1, apartado 2) que la soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado. El diccionario nos traslada al verbo intransitivo emanar para señalarnos que es “proceder, derivar, traer origen y principio de algo de cuya sustancia se participa”. Y tan enrevesada es la definición como la deriva que toman los acontecimientos en esta España nuestra. Huele a fétido y no es solo por la basura madrileña esparcida por sus calles. La farsa va mucho más allá de la clásica representación. El negro chapapote vuelve a cubrirnos del más riguroso luto. Esta democracia tiene adherida demasiadas carcomas. El apolillamiento nos conduce al derrumbe del edificio. No se ha venido cumpliendo el rimbombante orden económico y a partir de ahora un servidor también iniciará el proceso dubitativo en el orden social justo. La consolidación del Estado de Derecho, que debiera asegurar el imperio de la ley como muestra inequívoca de la voluntad popular, hace aguas. Y no en hilillos. Una vez más (¿hasta cuándo?) los encumbrados se irán de rositas saliendo por la puerta grande, mientras los imbéciles (o gilipollas, como nos llamó un sujeto muy popular) no damos crédito. Lo peor es que no existen visos de solución alguna. Porque los que ostentan poder decisorio en este país viven espléndidamente acomodados y se surten de un dornajo bien repleto de viandas y prebendas. En las tres estancias: la ejecutiva, la legislativa y la judicial. Ni coherencia, ni ejemplaridad ni mierda espichada en un palo. Once años para esto. Se pudieron haber ahorrado el viaje. Y este lapso ha servido para que el inútil de la plastilina se halle en la actualidad rigiendo los destinos de una nación que abandera el descrédito, el desprestigio y la sinrazón. Viva honduras (profundidades de una cosa, ya sea en las concavidades de la tierra, ya en las del mar, ríos, pozos, etc.).
Las piezas (teatrales) nacionales se distribuyen, además, como vulgares calcomanías por los diecisiete territorios autonómicos (perteneciente o relativo a la autonomía: Condición de quien, para ciertas cosas, no depende de nadie). Y el DRAE, como el algodón, no engaña: no dependen de nadie, mucho menos de los que les votan. Ingenuos, que somos unos cándidos. Y memos, tontos, simples y mentecatos.
El señor Rivero entiende que el señor Soria es un grave peligro para Canarias porque ha mentido. Dicho lo cual, y tras el estiramiento de rigor, percatose de que medía centímetro y medio más. Pero no fue capaz de releer lo que el negro le escribe en su blog dominical. De haberlo hecho, con toda probabilidad, y si no con el auxilio de José Miguel, hubiese contabilizado la cantidad de veces que ha hecho promesa de muchos millones de euros. Tantos que si se molestase en hacer la suma, solo o con el auxilio de José Miguel, colegiría que debió fallar en bastantes ceros. Porque de ser verdad lo que nos ha venido vendiendo, ni habría paro ni pobres en las islas. Y si las cuentas fallan, alguien debe incluirse en la lista de embusteros.
Otro que parece no estar contento con Paulino es mi alcalde. Ha prometido manifestarse en La Carrera todos los viernes si el presidente no soluciona en el plazo de un mes el retraso en la entrega de las viviendas de protección oficial. De tener razón –si dudo es por su otra condición de cargo orgánico–, cuente con mi apoyo incondicional. Pero para que la medida sea más efectiva le propongo que cambie el día y lo pase al domingo. Sabe de mi manía por la coherencia y ejemplaridad. Las horas que pierda el día laborable, que le pagamos, y bien, todos los realejeros, deberá restarlas de otros quehaceres. Y a lo peor trastoca hasta la programación de la radio municipal. Si su preocupación es el precepto católico de ir a misa, vaya el sábado por la tarde, que me han dicho que también vale. Por último, cumpliría a rajatabla lo de estar disponible las 24 horas del día, de todos los días.
Alguien, y entiendo que debe ser un cargo socialista (les recomendaría, incluso, la lectura de un blog), debería señalarle a los responsables de la tele canaria que un medio público no puede guiarse, única y exclusivamente, por batallas de audiencias. Porque es raro el informativo que no nos sermonee con ser la cadena más vista en Canarias. ¿Es que puede esperarse otra cosa? Pero les aconsejaría que cuando esgriman datos lo hagan con el máximo rigor. No se puede argumentar cifras para un telediario, en comparación con los de otras cadenas, que comienza en horario diferente. Eso es tanto como hacer una carrera con dos o tres metas y/o puntos de salida. Las condiciones tienen que ser idénticas. De lo contrario, el estudio carece de fundamento.
Pensaba escribir unas líneas de la quinta política más valorada de España (con un 3,42; la primera tampoco aprueba; ay, Wert, ¿a qué estarás esperando para aplicar tu reforma en lugar adecuado?), o de las salidas de tono del ínclito Nacho González (eso mismo, el niño al que papá le compró un partido por Reyes porque no encontró el pelotazo –léase, pelota grande– que el quería para jugar en Las Teresitas). Ya mañana se verá. Espero que este malestar se me vaya quitando. Oye, dicen que en Madrid ya han comenzado a retirar las botellas. Algo es algo. Porque te vires para donde te vires: mierda por todos lados.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Una lección magistral

Hace años –bastantes– estuve en San José. Y allí, en amenísima charla, compartí durante buen rato con los alumnos de la tutoría del amigo Alonso Borges las vivencias de dos personajes entrañables: Pepillo y Juanillo. Acción que luego se repitió en el colegio San Sebastián, de Realejo Bajo, de la mano del padre de un gran timplista, Pedro Izquierdo, pero mejor maestro, el también amigo y compañero del gremio Venancio (Izquierdo como el hijo, claro).
Una anécdota se me quedó grabada de manera especial. Uno de los chiquillos me miraba sorprendido y cuando le correspondía hacerme la pregunta de rigor me hizo la siguiente reflexión: “Yo creía que todos los escritores eran viejitos y con barba”. Si me columbrara ahora, taytantos después, seguro que le cuadraría mi físico en sus esquemas. Siento haber desilusionado al infante, para satisfacción personal, al estimar el mozalbete que era aún joven para su preconcebida idea.
Recordé estos pasajes porque hace un rato pude leer en el sitio del ayuntamiento ramblero el texto que a continuación transcribo:
"El Ayuntamiento recibió ayer la visita de los alumnos de los primeros cursos de primaria del CEIP Francisco Afonso Carrillo, que descubrieron de manos de nuestro primer Teniente de Alcalde Marco Antonio Abreu, qué oficinas tiene el edificio, qué trabajo se hace en cada una y además pudieron aprender cómo funciona una sesión plenaria y el proceso de toma de decisiones en el municipio".
Hago la pertinente salvedad: el subrayado es mío. Y como no tengo por qué dudar de lo que desde el consistorio se nos señala, me asalta terrible dilema: Pobres alumnos, qué trauma para el resto de sus vidas, para qué hacerlos pasar por semejante calvario, qué necesidad de amargar tan tiernas conciencias. Con lo felices que ellos acudieron al noble edificio, para qué indicarles –a lo peor con pelos y señales– cómo, y qué instructivos, son los debates en los plenos municipales. Pero si ya tienen sus manuales de lectura, estipulados cada comienzo del periodo lectivo y para cuatro cursos, ¿con qué aviesas intenciones se les cercena su candidez e inocencia?
Menos mal que llevo jubilado unos cuantos septiembres. Si yo ejerciera en el centro que lleva el nombre del que fuera entrañable alcalde portuense, no estaría muy tranquilo, sino más bien preocupado. Ignoro quién impartió la clase por la que, supuestamente, los alumnos grabaron en su casi vírgenes neuronas el intríngulis de la susodicha sesión plenaria. No quisiera pensar que les hayan hecho escuchar el audio de las habidas recientemente. Esperen un momento que me sacudo la cabeza para alejar de mí estas indecentes cavilaciones.
He pensando en varias ocasiones cerrar este blog, dar el carpetazo y dedicarme a escupir  (te juro que quería poner escribir y el ordenador se trastocó, pues así lo dejé) boberías en las redes sociales. Vende más. Y estoy cansado de que me feliciten los socialistas cuando opino de los populares. Y a la viceversa, que decía el gran Juan Espuela, en la finca de La Gorvorana. Qué necesidad tienes tú de eso, me espetan casi todos. Pasa de la política, me reprochan otros tantos. Y no sé cómo explicarles que no puedo, que es algo superior a mí. Es –o debe ser– una sensación idéntica a la que perciben alcaldes y concejales que viven agarrados a un sillón, más pegados que una lapa en cualquier risco de El Guindaste.
Aunque pierdo muchos minutos del día, de la muy ajetreada agenda, en teclear, alguna satisfacción me produce muy de vez en cuando. Como también estoy en Twitter –qué modernidades, si mis padres levantaran la cabeza– también ayer recibo un mensaje: ¿Conoces a Paulino Rivero? Pasada esa primera reacción en la que te dan ganas de contestarle y a ti qué te importa, me fijé que, asimismo, me remitían otras sugerencias de amistad que guardaban relación con el presidente autonómico. Una de ellas era Romerías Canarias (@romeriacanaria). Es que están en todo y aun en la distancia saben de mis novelerías y que allá donde vaya el sauzalero estaré esperándole con los brazos abiertos y la bota bien repleta.
Y tal y como empecé, finalizo. El pasado domingo tuve un intercambio de pareceres con un paisano de San José. No sospechoso, como los de San Juan. Y no difería demasiados centímetros su criterio del mío. Y mira que presumo de tener amigos en el otro platillo de la balanza (política). Pero llegamos a la conclusión de que las lecciones que se difunden en el noble y coqueto pueblo de San Juan de la Rambla, no vienen confiriendo notables enseñanzas o moralejas, salvo que Tomás, Marco, Félix, Jonay, Juan, Vanessa e Iván –quienes se deben al sobre de fin de mes– nos quieran hacer ver lo contrario.
Dejen a los chicos tranquilos en sus escuelas y no les inculquen malas ideas desde tan temprana edad, que lo que se cría cambado ni la mejor pedagogía ni la más exquisita didáctica serán capaces de recomponer. ¿Ejemplos? Chacho, ¿otra vez?

martes, 12 de noviembre de 2013

Titulares y fotos

En tres ocasiones me solicitaron ayer opinión de la Conferencia del PSOE celebrada este pasado fin de semana en Madrid. No entiendo la euforia, respondí, porque una convivencia de apenas dos noches es un periodo vacacional tan exiguo que no da tiempo para desconectar. Máxime cuando el estrés acumulado lleva implícito tal carga de profundidad que, sin soltar lastre, es imposible reflotar la nave. Así que no crean que por sacarse la foto y colgarla en feisbuc está el asunto arreglado. Un diez a la puesta en escena pero a un servidor le importa, y mucho, la trama, el contenido, no las formas, porque aunque la mona se vista de seda… Y otro conductor. De qué vale una guagua nueva (eso sostienen, yo más bien creo que remendada) si la maneja un chófer que no sabe sino poner la marcha atrás.
No me estrujo demasiado el coco y les dejo unas frases, normalmente titulares, que circularon por los medios de comunicación escritos. Cada cual vio la película a su manera y no con las unanimidades de los asistentes al cónclave. Será porque un altísimo porcentaje son cargos públicos, lo que se traduce en obediencia ciega. Y estaré muy atento al siguiente circo (y no el mentado como Marte) que abre sus puertas en la capital palmera, casi al lado de donde piensan ubicar la depuradora, qué casualidad. Y los socialistas, otra vez, protagonistas.
“Lo que dejó la Conferencia Política del PSOE: De Rubalcaba, al poder de Díaz”. (El Huffingtonpost)
“Cuando el PSOE despertó, estaba aún Rubalcaba”. “El PSOE ha vuelto: Rubalcaba se queda”. (El Mundo)
“El PSOE renueva unido su proyecto antes de la batalla por el liderazgo”. “Los aspirantes ven despejado el camino para las primarias”. (El País)
“Rubalcaba, eufórico: ¡El PSOE ha vuelto, imparable, fuerte, unido y con las ideas claras!”. “Los socialistas logran salir del laberinto: por fin se establecen las reglas de las primarias”. (El Plural)
“Andalucía impone su ley y da oxígeno a Rubalcaba”. (InfoLibre)
“Empieza la cuenta atrás de Rubalcaba y se abre el tiempo de los aspirantes”. (La Razón)
“La pasión del PSOE por España reconstruirá la relación con Catalunya”. (La Vanguardia)
“Rubalcaba consigue brillar como líder socialista y descoloca a sus críticos”. (Público)
“Alfredo cava su propia tumba mientras el nuevo poder andaluz prepara ya su relevo tras las europeas”. (Vozpópuli)
Y ahora la selección de fotos. Con total libertad de criterios a la hora de su selección y de plasmar el texto que entiendo las define. Aunque la mayoría, por razones obvias, podría encuadrarse en el genérico “El dedo de Rubalcaba”. Distráiganse un  fisco. Bastante falta que nos hace.