viernes, 30 de noviembre de 2012

Sin titular

Soy de los que no suelo conformarme en mantener la postura de ‘esto no tiene arreglo’. Puede que sea por ello el que uno muestre, incluso en estos posts, demasiada vehemencia en aquellas cuestiones que aparentan ser simples, pero que algunos –con mayor incidencia en los que ostentan poder decisorio– se empeñan en no darle solución o buscar la más enrevesada. Claro que estoy pensando en los políticos. ¿Y en quién, si no? La impresión que se nos queda a los comunes y mortales ciudadanos (ellos son excepcionales y eternos) es que tienen tantas espadas de Damocles tras sus orejas (izquierda o derecha, según), a modo y manera de banqueros, mero ejemplo, que actúan una y otra vez en la única dirección que no debieran. Pero como perdieron el raciocinio y el sentido común…
Me entretuve ayer –para seguir matando el gusanillo– en un ejercicio que ya he realizado en anteriores ocasiones. Y como no quiero caer en idéntico error, de ahí el titular: Sin titular.
“Cazado con 400 litros de gasoil encima” (ABC). Le he dado vueltas y más vueltas. He cerrado los ojos e intento revivir la situación, y no lo cojo, no lo capto. ¿Cómo es eso de llevar el combustible encima? ¿Se tragó el susodicho semejante cantidad de una sentada o fue en diferentes instantes? Claro que lo tenían que cazar. Iba el individuo más que renqueante con tanto peso. Pues no estaba sediento el fulano. No explotó de milagro. Iba casi inflamado.
“Navacerrada abrirá sus puertas en el Puente de la Constitución” (ABC). Acabaron, a la vista está, por ponerle puertas al campo. Menos mal que las abren de vez en cuando. Siquiera sea por el ‘Puente de la Prostitución’, tal y como lo bautizó una amiga que solía irse en esa época a la estación de ‘Fornicar’ (para seguir el cachondeo). Y esquiaba, eso decía.
“Francisco Niño, alcalde de Arona a la espera de una moción de censura” (Canarias Ahora). Yo no lo entiendo. Dimitió González Reverón (la Justicia le indicó que estaba haciendo las cosas mal) y hay tremenda disputa entre dos candidatos a sustituirle. Este Niño quiere, pero no lo dejan… Mi niño, hoy no toca política.
“El ayuntamiento de Málaga engorda a las confesiones religiosas” (Canarias Semanal). En época de crisis, con curas de adelgazamiento por todas partes y los cleros bien orondos. No es predicar como buen modelo, precisamente.
“Evacuados dos edificios de cuatro plantas en Cabo Blanco por un escape de gas” (Diario de Avisos). No sé, pero hubiese utilizado otro participo. Entiendo que evacuar es desalojar a los habitantes de un lugar para evitarles algún daño. Y no creo que hayan llevado a los edificios al centro médico. Ofrecerían alguna dificultad para acostarlos en la camilla.
“La perdidas en la red de abastecimiento inflan el 20% la factura del agua” (Diario de Avisos). Ya notaban los vecinos el recibo un poco hinchado, tanto como una quinta parte. Acabará empapado.
“Los cabildos quieren aclarar competencias y más dinero” (Diario de Avisos). ¿También se aclarará –lavará– el dinero? Bonito ejemplo. Y con respecto a las competencias, valdría mejor delimitar. Pienso. Luego existo. Con estos mimbres, doña Guadalupe González Taño, presidenta del de La Palma, tiene la esperanza de que en los próximos cien años se resuelva el pleito insular.
“Los bancos nacionalizados tendrán que reducir su tamaño” (El Día). Parece que en más del 60%. Pues ten cuidado cuando vayas a una oficina de lo que era La Caja de Canarias, la de la palmera, porque lo mismo vas a entrar y te llevas la sorpresa de que no cabes. Claro con esa reducción, ya me dirás dónde demonios me siento.
“Los funcionarios catalanes también llevarán la extra a los tribunales” (El País). ¿Cuál? ¿La que nos queda? ¿Para qué? ¿Para que te la terminen por quitar también? ¿O acaso para que mejore la gestión y rapidez en los juzgados?
“Los socialistas ven ilegalidades en la acusación contra el número dos del PSC y esperan su desimputación en breve” (El Plural). El desimputador que lo desimpute, buen desimputador será. Los socialistas ya no ven ni el diccionario.
“Mariano Rajoy elude el cara a cara epistolar con Rivero” (La Provincia). Chacho, y cómo se come eso de un cara a cara epistolar. Se retan en Amadores, ambos dos con una saca de correos a la espalda, se colocan a unos dos metros el uno del otro (o el otro del uno) y pegan a vaciar el contenido lanzándoselo a la cara del contrincante.
“Detenidos con 600 kilos de hachís en La Minilla” (Canarias7). ¿La Minilla? Una Mina completa. No se especifica si llevaban la carga encima, como el anterior del gasoil. Eso sí, con toda seguridad estaban bien ‘colocados’ (infractores y mercancía).
Ayer jueves me encontré con mi alcalde en La Longuera e intercambiamos cuatro palabras. Pero eso será para otro día. Con titular y más fundamento.

jueves, 29 de noviembre de 2012

Un virus que anda

Habrás oído la expresión un millar de veces. Dígito arriba, dígito abajo. Hace un par de días se la escuché, paradojas de la vida, al médico que me firmó las recetas en La Orotava. Sí, el de repetir, que ya tengo mis años, y he recalado en el colectivo que visita las farmacias con bastante frecuencia. Y no te rías muy alto. Por dos razones: una, porque te queda poco; dos, porque desgraciado tú si no llegas a esta placentera etapa en la que me hallo. Por cierto, el citado doctor me sopló que él no se vacuna contra la gripe ni de coñas. Hasta ahora yo tampoco lo he hecho, aunque conozco algún compañero que sí lo hizo y… más nunca.
Y ese virus que anda –jamás vuela, salta o brinca, siempre anda– es el causante de todas las jaquecas y enfermedades habidas en estos últimos tiempos. Te duele la cabeza o el estómago; sientes escalofríos; estás decaído; te entran diarreas, vómitos o vértigos… el virus que anda. Tiene que haber hecho el fulano unos veinticinco mil kilómetros sin apenas despeinarse. Y, además, se ha inmunizado de tal manera que no hay potingue que lo tumbe. Está fuerte como un toro. Porque mira que se le ha atacado desde todos los laboratorios y flancos posibles. Y él sigue ahí, paseándose como si tal cosa.
Sin embargo, no estaba hoy yo por la labor de enfocar el comentario por la banda sanitaria. Más bien por el costado de la política. Y he escrito, aposta, lo de costado por aquello de costilla. Porque aparte de la ingente cantidad (de personas humanas) que se dedica a tal menester, los sustanciosos sueldos que se asignan, lo poco productivos que nos salen y ese etcétera más o menos amplio que debe quedar a la consideración de cada cual, no solo no hemos podido en este sector erradicar el maldito virus, sino que hace acto de presencia con inusitada frecuencia. Me refiero, y parece casi obvio, por desgracia, a la corrupción.
En plena campaña electoral, hace apenas unos días, determinados medios –y no es algo nuevo– cuestionaban ciertos procederes en la gestión de los convergentes catalanes, señalando directamente a Pujol y Mas. Los escépticos –y casi todos lo somos ya– pensaron que se trataba de una de las tantas maniobras, lícitas o no, que se propagan en tales periodos. Ahora, cuando el resultado ha quedado visto para sentencia, surgen más escándalos  en aquella Comunidad y que salpican muy directamente a los socialistas.
Cabe la eterna pregunta, y hasta el momento sin respuesta, de que a dónde vamos a parar. Es verdad que muchas imputaciones quedan en nada. Pero no es menos cierto de que algunas acusaciones, puede que demasiadas, acaban en una sentencia condenatoria. Y es tan variado el capítulo que engloba las diferentes reacciones de los implicados, que bien podría escribirse un grueso tratado al respecto. Tan cercano tenemos el caso del que fuera alcalde de Arona, que podría servirnos de mal ejemplo.
Mi particular versión, y quizás intuición, me indica que los excesivos tiempos en los mandatos causan verdaderos estragos en los comportamientos. Parece hacerse efectiva aquella letra de ‘todos queremos más’. O la avaricia rompe el saco. Acaban por creerse los dueños y señores de los chiringuitos, los que hacen y deshacen a su antojo. Y lo peor es que la censura, pena o multa jamás guardará proporción con el daño causado, quedándonos la impresión de que el castigo impuesto no redime, en manera alguna, esta sensación de indefensión ante estos desaguisados, por no escribir otra cosa.
Anteayer vio la luz un vídeo en que un grupo de jóvenes militantes socialistas madrileños pedían perdón por los errores cometidos. Hirvieron las redes y fue tema estrella en las tertulias de los medios audiovisuales. Se dispararon, obviamente, las conjeturas, y uno que suele husmear aquí y allá, llega a la conclusión de que, efectivamente, puede haber gato encerrado detrás de la grabación. Y de ello ser así, volvemos a las andadas, a las maneras clásicas de dirimir diferencias que ha utilizado el PSOE siempre. Entiendo que si se sigue dejando pasar el tiempo, con el ánimo de que la herida cierre sola, malos pronósticos vaticino para esa formación. Y el afer catalán viene, arriba, a profundizar un poco más el cuchillo. A perro flaco…
Si ustedes tuvieran la paciencia de leer los numerosos (deben ser varios cientos) artículos en los que Jesús Manuel Hernández García ha tratado las luchas intestinas del partido que fundara Pablo Iglesias allá por 1879, coincidirían conmigo en que no me he apartado un ápice en el planteamiento que aquí he vuelto a esgrimir. Leí ayer: “El PSOE necesita un baño de humildad para ser creíble”. Eso lo vengo sosteniendo desde que se lo espeté por vez primera al final de la década de los ochenta al entonces alcalde portuense Félix Real.
Lo gracioso (por añadir unos gramos de distensión) de todo esto es que después de múltiples tajos, sajas y cortes varios, acaban por hacer lo que el sentido común aconsejaba desde bastante tiempo atrás. Mientras, permanecen. Y comienzan las tentaciones ante el temor de un posible desembarco. Y abren la mano cuando el logo es el de un puño cerrado. Y ya no sigo, no sea que el virus, el que anda, me ataque.
Para mañana viernes, día de San Andrés, no te prometo que escriba de algo agradable. Pero te juro que voy a intentarlo, aunque deba ponerme tapones.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Dos tenderetes

Qué tenderete, ay, “Mería”, se armó. Y todo eso. Aparte de la constancia de no estar, en absoluto, en contra de que Los Realejos pueda ser la sede en la que se celebre el evento (y si yo fuera edil de algo, a partir de aquí repetiría la palabra unas dieciocho mil veces más). Lo aclaro no sea que allegados, familiares, seguidores, simpatizantes o meros curiosos puedan pensar que no quiero lo mejor para mi pueblo. Sí, los que me achacan críticas y silencian plácemes. Para mí, pesebristas; para el diccionario, belenistas.
Se comenta por los mentideros políticos –qué pueblo no se precia de ellos– que la grabación de los dos programas (a emitir las próximas fiestas de Navidades y Reyes; sin paga extra, casi era mejor escribirlo en minúscula) solo supondrá a las arcas municipales la cantidad de tres mil euros. Al menos dos fuentes diferentes me lo han señalado. Yo no lo acabo de creer, pero si así se demostrase, vaya desde ya la felicitación al político que haya realizado las gestiones pertinentes. Pero…
No pude estar presente en la Plaza de Viera y Clavijo en esos dos días (viernes y sábado, 23 y 24 de noviembre, próximos pasados) por razones que no vienen al caso, pero sí observé la ‘movida’ que tal manifestación folclórica requiere. Y conociendo algo, poco pero algo, del cotarro, manifiesto de manera rotunda que con esa cantidad no se lleva a cabo el despliegue que pude contemplar en el recinto en la tarde del viernes precitado. Máxime cuando el importante montaje de sonido e iluminación fue trasladado desde Las Palmas. Amén de unidades móviles, personal, sillas… Oye, y la gente come. Y hay que alojarlos. Y las empresas no están para demasiados dispendios y gratuidades. Y hay que volver a comer. Y pasar otra noche…
Una cuenta sencilla y simple. Cuando voy con mi mujer (solo somos dos) a cualquier isla de por ahí (de las nuestras, por supuesto), un fin de semana (dos estancias) nos supone un buen  pellizco de la pensión mensual. Y en Realejo Alto había un batallón de operarios (vestidos con camiseta negra) que parecía la procesión del Viernes Santo. Y camiones, y furgones, y gorrones, y otros muchos ones.
Como la tele emisora se halla en estos momentos regida (lo de mangoneada lo estás pensando tú) por el Partido Popular, lo mismo Adolfo consiguió una sustancial rebaja al tratar el particular directamente con José Manuel Soria. O un telefonazo de Manolo a las altas esferas madrileñas (incluido González-Echenique). Porque se sigue estilando el acudir a la capital de España (no sé si de Cataluña también) para resolver asuntos locales. Ahí tienen a Cristina Tavío echándole una mano a Bermúdez. Más tenderetes.
Si a estas alturas estás coligiendo que vivimos en una país de locos, debo darte la razón. En un mundo interconectado, en el que ni siquiera hace falta levantar el auricular del teléfono, sigue despilfarrándose el dinero a manos llenas. Y cuando se les acaba, no importa, a seguir viajando a costa de los de siempre. Hemos alcanzado el paroxismo total. Y esos mismos que practican el enchufismo en grado sumo, son los que, en otras esferas, demandan ecuanimidad. A este paso, mucha paja deberemos separar para hallar cuerdos en política. No se valoran méritos y necesidades, se impone el ser correligionario. Iba a plasmar que la justicia social brilla por su ausencia, pero lo mismo no me van a entender. Ellos, ustedes no, que ya saben de qué pata cojeo.
Ni que decir tiene que en las dos grabaciones aludidas hubo los minutos de gloria para el marketing y el autobombo. ¿Del pueblo? ¿Tú eres bobo o estás arreglando los papeles? Eso, sigue pellizcando los cristales. Lo mismo se te enciende la bombilla. Aunque para tal acción sí tenemos partida presupuestaria. Viva Radio Realejos.
No iba el titular por los dos programas a emitir. No, ese ha sido uno de los tenderetes. El otro guarda relación con la propuesta de IUC para que se dote de una partida económica destinada al arreglo de Rambla de Castro. Como soy uno de los tantos sufridores directos de esta política del recortable, me gustaría que primero sumaran todas las cantidades inyectadas en el paraje desde el instante en que pasó a ser propiedad municipal. Porque han sido tantas las ocasiones en que se han publicado inversiones en la casona y alrededores, que el montante deberá suponer una buena purriada de billetes. Y muchas de las acciones realizadas en la zona de bien poco han valido. Podría señalar el número de veces que se han realizado plantaciones que han acabado, al poco tiempo, convertidas en un erial más lastimoso aún. Pero ha sido un despropósito continuo, un botar dinero a mansalva. ¿O no, Wladimiro? ¿Dónde están ahora los ecologistas que tanto reivindicaron en un pasado no tan lejano? Han ido enmudeciendo casi a la par de las sequías que soportaron hasta su inanición total tantas palmeras y dragos que iban a ser la esperanza de un vergel impresionante. Pesebristas, los califica el vulgo. Belenistas, a decir del diccionario. Al margen, el burro y la vaca. ¿O esto ya lo dije antes?
Por ello, y siquiera sea para intentar aprender de los errores, me gustaría que, junto a la proposición indicada en el párrafo anterior, se cuantificara la ¿inversión? habida, y sepultada, en el entorno. Al tiempo, recordar que el paraje natural, o paisaje protegido, o como demonios quieran llamarlo, es mucho más amplio que lo que siempre se ha querido vender desde el ayuntamiento, sin pretender, por ello restar un ápice de su valor al fortín, cañones, playa y demás. Pero reivindicando La Fajana, Gordejuela, Callao de Méndez, la Cueva del mármol, Charco de las lisas…
Y mañana es jueves.

martes, 27 de noviembre de 2012

Enredados

Ya más tranquilito, sentado ante el ordenador, echando una visual al exterior para contemplar la lluvia, sintiéndolo mucho por los seguidores madridistas (yo también lo fui en su día) y recuperado de la avalancha twittera que se originó desde el preciso instante en que cerraron los colegios electorales en Cataluña (no entiendo qué hace el Barça compitiendo en una liga extranjera), me dispongo a confeccionar mi análisis (clínico, cualitativo, cuantitativo, dimensional, espectral, factorial, amén de morfosintáctico) de lo que mi escaso y limitado modo de ver y entender me permite. Y a perdonar lagunas, carencias, limitaciones y demás. Eso sí, le pongo el entusiasmo de un canterano culé.
He esperado pacientemente a que Rubalcaba, tras la reunión del Comité Federal socialista, se definiera al respecto de la dulce derrota que le concedía un nuevo suspiro. Y fiel al guion, dijo que el resultado era malo pero digno. “Los socialistas catalanes, y Pere Navarro, tienen todo nuestro apoyo y solidaridad. Vamos a pensar juntos y a trabajar juntos”. Pero ante las preguntas de posibles pactos, se escudó en ¡ah!, eso ellos. Debe ser la unidad que reclama Griñán. El líder del PSOE (lo dicen los medios de comunicación, que no yo) también reconoce que los electores han castigado a Mas con un grave retroceso. El superlativo gravísimo se lo reservó. Él sabrá. En fin, echen balones fuera que ya queda menos partido. Sí, va con dobles, claro. Ya sería buena hora de que pensaran así: ¿Contamos (la federal, conmigo al frente) con el apoyo y la solidaridad de los de abajo para estar donde estamos? El día en que ello acontezca dejaré de utilizar la expresión y una mierda espichada en un palo. El problema eres tú, Alfredo. Mira, voy a intentar explicártelo. No es difícil, aunque ya sé que te cuesta, pero yo siempre estaré dispuesto a echar una mano (¿me leerás esta vez?).
Este pobre diablo –yo mismo–, nacido en La Gorvorana (¿sabes dónde queda, José Miguel?), y criado y ensolerado en medio de fincas de plataneras, entiende que su alumbrado de cruce no le permite alcanzar velocidades demasiado elevadas so pena de pegarse el estampido en la primera curva del recorrido (por cierto, lo siento Alonso, parece que Lobato no empujó lo suficiente. Y Vettel, aparte de buen conductor y mejor coche, tiene mucha suerte). Incluyan lo que puse entre paréntesis y llegaremos a la conclusión de que en este país (ubiquen Cataluña dentro o fuera, a conveniencia de cada cual), el que menos corre (no va por el asturiano) es capaz de… escribir y decir boberías. Como un servidor en este blog, sin que lo tengas que buscar muy lejos.
Cuando se alcanzaba –no se rían– la significativa cifra del 3% del voto escrutado, se inició en Twitter (red social más ágil que Facebook) el alud pertinente. Y desde ese momento se cargaron las tintas contra el independentista Mas. Se dispararon las cábalas y los pactos afloraron. Que cambiaban, claro, a medida de que el porcentaje se incrementaba y los números fluctuaban en uno u otro sentido. Muchos políticos –entre los que se encontraba, y de manera destacada, Elena Valenciano– arrimaban el ascua a su sardina, pero no diferían gran cosa de los sesgos de la mayoría de twitteros. No valían consignas del tipo ‘espérense un fisco’ y don Arturo se erigió en diana perfecta en la que disimular penurias propias.
Y luego, la apoteosis. Cuando los cabezas de serie hacen acto de presencia ante cámaras y micros solo faltó el aderezo de los fuegos de artificio de los Toste. Al carro de los despropósitos se suman casi de manera inmediata los diferentes medios de comunicación, incluyendo la sectaria cadena pública de la televisión española (con generoso minutaje para la señora Camacho). Vamos con unos someros ejemplos:
‘Los catalanes premian a Mas pero no al soberanismo’. Me lo expliquen con esta, entre tantas, posible suma: CIU, 50; ERC, 21; total, 71. Un añadido: ‘El desafío independentista ha fracasado’. Mí no comprender.
‘Mas llega a rozar casi el ridículo’, proclama una eufórica Alicia Sánchez-Camacho. Sí, ella con 19, uno más que los obtenidos en 2010. A 31 de los que alcanzaron los convergentes. Brindaron con cava (catalán y español) y Cospedal  casi agarra una cogorza de la alegría.
Pero vamos con los socialistas porque uno no puede olvidar su pasado. Y como este blog es mío, en él emito opiniones, y ya se sabe que por muy sagrados que sean los hechos, los juicios de valor no están sujetos a condicionantes de mayor porte. De no ser así, explíquenme cómo es posible que anteayer hayan ganado todos, sin excepciones.
Hace unos días felicitaba a Miguel Agustín García Rodríguez (en la foto), elegido, el pasado viernes, secretario general de la agrupación socialista realejera, y le animaba a que la ‘reconquista’ debe dar comienzo desde abajo, desde eso que pomposamente se denominan las bases. Para que de una vez por todas se conformen como los verdaderos cimientos de la edificación que ahora mismo se halla desmoronada. Y los que están en escalones superiores ni siquiera parecen darse cuenta de que a sus pies algo falla, algo tiembla.
Pero pasan elecciones y continúan con los ojos cerrados. Y habrá que arbitrar fórmulas para sacarlos de ese craso error en el que se hallan metidos y no se vislumbran visos de que se operen de las galopantes cataratas. Vamos con unos números, y si meto la pata, corríjanme los matemáticos porque uno es más de letras:
CIU bajó de 62 a 50, es decir un descenso de 12. Y ello representa una disminución del 19,35%. El PSC tenía 28 y se ha quedado con 20. Esos 8 menos supone un decremento del 28,57%. Pero retrocedamos y hagamos historia con los procesos electorales habidos: 1980, 33 diputados; 1984, 41; 1988, 42; 1992, 40; 1995, 34; 1999, 52; 2003, 42; 2006, 37; 2010, 28; 2012, 20. Con estas perspectivas, ¿cómo puede ‘disculparse’ –y autocomplacerse– Pere Navarro sosteniendo que “en estas elecciones hay un gran fracaso y es el de Mas”. O el discurso desde Madrid que se muestra satisfecho porque el PSC ha superado lo que vaticinaban los sondeos. Ya suena a cachondeo, ¿no?
Podría seguir otro fisco más, pero puede que lo plasmado sea, por ahora, más que suficiente. Y humildemente recomendaría a doña Elena Valenciano fuera mucho más comedida, y ecuánime, en sus twitteos. Porque, y así se lo indiqué a Miguel Agustín –al que animo y apoyo–, soy de los que sostengo que las redes sociales no ganan elecciones, pero sí ayudan, y mucho, a perderlas. Y de igual manera que hay candidatos en los pueblos (de todos los partidos, es decir, también del PSOE) que no ganan unas elecciones ni de coña –con perdón–, entren en razones y hagan ver a don Alfredo que su ciclo acabó desde antes de la última ingeniosidad de Zapatero. Y si se me ocurriera arrancar una campaña de adhesiones a este mi planteamiento, en escaso tiempo alcanzaría, como mínimo, un par de millones de firmas. Y ustedes empeñados en no acudir al oculista. No mento lo de mirarse al espejo porque están tan ciegos que ya no se verían. Lo de ‘Hacer PSOE’ o ‘Cambiar el PSOE para que siga siendo el PSOE’ pierde toda credibilidad porque a los actuales dirigentes les ha sobrado tiempo para llevarlo a la práctica. Dejen paso a quienes puedan ser capaces de un verdadero cambio y no de simples barnices. ¿Debo seguir para que comprendan el porqué de la huida de tanta gente o ya es bastante? Chacho, las comparecencias rubalcabianas rayan el patetismo. Lo mismo les sale más rentable la táctica de Rajoy: no sabe, no contesta.
A los que aún militan y tengan la posibilidad de dar a conocer mis reflexiones, ya saben, a proscribir estas líneas y al osado que las escribió. Escondiendo la cabeza, como el avestruz, se corre tupido velo, aunque validemos lo de no hay peor ciego…

lunes, 26 de noviembre de 2012

De periódicos y de periodistas

Gobernaba en España un gallego, pero regía los destinos del país una alemana. Y cada vez que tenía lugar una reunión de alto ‘starling’ (palabra autóctona criada y ensolerada por cierto concejal tinerfeño) allá en La Europa, decidieron los comensales (personas que viven a la mesa y expensas de otra) chapurriar (¿no la has oído?; también es vernácula) sus conversas en la lengua de Shakespeare. Por todo ello, y visto que se hallaba cual pulpo en un garaje y más aislado que Zapatero, decidió, motu proprio, el susodicho compostelano meterle mano, ipso facto, a la lengua inglesa, único medio factible para salir del atolladero. Y se lo dijo, en primer lugar a Obama, quien no pudo contener demasiado la risa bajo el temor de quedarse negro. Sobre todo tras la confidencia de que utilizaba los libros de sus hijos, con los que hacía las tareas. Ya se sabe, por lo de los recortes.
Bien avanzado el curso, y allá por la trigésima tertulia, atreviose el estudiante a poner en práctica los conocimientos adquiridos en expresión oral. Quién mejor que el primer ministro inglés, David Cameron, para que nos diera el visto bueno, el OK, el progresa adecuadamente. O no. Y soltole aquello de It´s very difficult… todo esto. Afortunadamente, el buen amigo David suele veranear en España. Además, su viceprimer ministro, Nick Clegg, por razones de matrimonio (Miriam González, Olmedo, Valladolid), se desenvuelve en la lengua cervantina como pez en el agua. En definitiva, lo entendieron, tú. Fueron capaces de captar el profundo (de calado) mensaje que Rajoy quiso transmitir.
Lo malo es que el Financial Times aprovechó que el Pisuerga pasaba por tierras pucelanas para señalar que ojalá fuera únicamente el idioma y calificó al bueno de Mariano de ‘incompatible con la política moderna’. Eso, quiérase o no, son palabras mayores. Porque si la disyuntiva europea es mayoritariamente de índole económica, no quedó mejor parado un tal Luis de Guindos (aquel al que casi ahorcan), ya que lo definieron como el peor del continente entre todos los ministros del ramo. Manda trillos.
Yo, al contrario que mi presidente, estoy aprendiendo, que no practicando, griego. Creo que nos va a hacer mucha más falta. Es –será– como un retorno a nuestros orígenes. Por cierto, en esto de regresar al pasado nada mejor que la ocurrencia de cierto militante popular al que se le subieron a la cabeza. Al menos eso pude vislumbrar en una foto. Uno había escuchado aquello de ‘se me pusieron en la garganta’. Pero este, no conforme con tal nimiedad, se dijo que más arriba, para que todo el mundo los vea bien. Y chorreando. Menudos ciervos están hechos. Que junten al consejero balear, Carlos Delgado, con Juan Carlos y acaban con la labor de Rodríguez de la Fuente en menos que canta un urogallo.
Vamos con la segunda parte: periodistas. Hay una sección en Diario de Avisos (creo que se menta ‘Yo, tú, ella’) en la que entrevistan a jóvenes, y preparadas, profesionales. Traigo a este post dos frases de otras tantas presentadoras televisivas. “El periodista nunca se puede olvidar de la calle” (Toñi Galván, Antena 3). Como Toñi estudió conmigo en La Pirámide, sabe que no le hago la pelota cuando me manifiesto rotundamente de acuerdo con su aseveración. Y aunque no he trabajado siempre sino a mi aire, por libre (que no Aire Libre), entiendo que muchos periodistas se han acomodado y esperan bien sentados que les llegue a la redacción las informaciones que los múltiples gabinetes creen oportuno. Salvo las consabidas ruedas de prensa, siempre interesadas y con los sesgos de rigor, el periodista ya no va en busca de nada, se olvidó de la calle. Ahora se cuenta a la gente lo que al medio le interesa.
“Tengo ganas de dar una buena noticia ya” (Pilar Rumeu, redactora de Videoreport, empresa concesionaria de los informativos de la tele canaria). Me temo, estimada Pilar, que no va a ser posible. Fuerte lucha, perdida de antemano, llevo con el modus operandi que ha trazado ese medio con respecto al tratamiento de las noticias. Harto difícil será que veas cumplidos tus deseos. En esa casa, bajo los dictados de no sé quién, priman sucesos, accidentes macabros, asesinatos, juicios con morbo y un amplísimo elenco de crónicas más negras que los sobacos de un grillo. No difieren mucho esos informativos de cualquier reality de Telecinco. A mi modo de ver y entender. Háganme ver (ya me repetí) que estoy equivocado.
¿Cómo va la tormenta por ahí? Hasta mañana.

viernes, 23 de noviembre de 2012

De Pocoyó a Dora

Cuando el 30 de junio de 2009 acabé mi etapa de docente en activo, mi nieta tenía casi diecisiete meses. Era la época de Pocoyó. Y como había mucho tiempo por delante, me correspondió husmear en Internet para convertirme en un experto de las aventuras del infante vestido de azul. Durante bastantes siestas –muchas de las cuales concluyeron en reconfortable sueño–, Emma y yo fuimos, junto al personaje en cuestión, y sus inseparables amigos Pato, Elly, Pajaroto y su mascota Loula, descubriendo el mundo a través de la voz en off de José María del Río. Y nos citábamos cada día con el pulpo Fred, un maestro malabarista que vive con Ballena más de un episodio en las profundidades del mar; con la oruga Valentina, muy amiga de Pajarito, y que a su conveniencia se transforma en mariposa; la singular Orquesta Pelota (trompeta, tambor y platillos); los niños, que ayudan al narrador y contestan siempre las preguntas de los diferentes personajes…
Y así aprendimos a bailar, a barrer, a correr, a investigar… Y fuimos a cumpleaños, jugamos con una nube, nos reímos, pintamos…
Pasó la etapa de la guardería mañanera y se iniciaron los tránsitos colegiales. Los gustos y preferencias cambiaron radicalmente. Aparecieron las Monster High y al abuelo se le rompieron los esquemas. Con la edad nos volvemos niños. Eso dicen. Como sigo prefiriendo a Pocoyó antes que Pokemon y Pingüinos de Madagascar, lo mismo debo dar la razón a quienes así opinan. Puede que crezcan más rápido que lo que uno deseara. Porque recuerdo cuando con un año nos fuimos hasta Ingenio para darle la bienvenida a la ciudadana, al abuelo de las complicidades en los descansos tras la comida del mediodía se le ocurrió plasmar en décimas ciertos avatares, de los que rescato:
Con la décima he plasmado
el cariño de un abuelo
que se queda medio lelo
cuando Emma justo al lado
–y yo medio adormilado–,
una siesta nos echamos.
Después nos regocijamos
con vídeos de Pocoyó;
qué más puedo pedir yo
si con la nieta flipamos.
Ahora mismo, el segundo tripulante, Leo también alcanza la misma cantidad de meses que al principio reseñé, diecisiete meses. Meses atrás no estaba por la labor de adoptar la posición horizontal y aguantar un minuto delante de la tele. Dicho de otra manera más sugerente: pasaba olímpicamente. Pero llega otro nuevo personaje de los dibujos animados y hace posible una transformación radical: Dora, la exploradora, una niña de siete años, que, junto al inseparable Botas, un mono de cinco años, emprende un viaje en cada episodio, con la inestimable ayuda de Mapa y Mochila.
Con Leo hemos comido helado, ayudado al pajarito azul a encontrar a su madre, nos hemos subido al coche amarillo de Tico (la ardilla), cruzamos el río ruidoso y atravesamos el bosque silencioso… Y hemos esquivado a Swiper, el zorro villano y ladrón, a base de repetirle “Swiper, no robes”, a lo que este responde, para mostrar su desagrado por el intento fallido, aquello de “Jolín”. Sin olvidar, claro, el trío musical (Fiesta Trío) que pone los acordes de rigor cuando superamos los obstáculos.
Hemos logrado unos minutos de concentración lo que constituye una diferencia abismal con lo que ocurría apenas unos meses atrás. Y cuando entra en casa bien de mañana los días estipulados, siempre lo hace con una sonrisa y el estribillo en los labios de Dora, Dora, Dora, Dora, Dora, Dora… hasta que se queda sin aire, porque la polisílaba exploradora es demasiado para su exiguo vocabulario mono y bisilábico.
Conozco jubilados que se aburren. Y algunos que están a punto que preguntan en qué pueden entretenerse. No lo entiendo porque hay días en que me faltan horas.
Y como rescaté una décima de la nieta, qué menos que otra para el muchacho. Esta:
La familia nos creció
con la llegada de Leo,
y aunque presumir es feo,
no obstante, estimo yo,
que cuando el hecho ocurrió
grande fue nuestra alegría;
pues hemos sumado un día
a momentos estelares:
esos hitos singulares
que todo linaje ansía.
Feliz fin de semana. Y si quieres pensar que en este post me dediqué a cantar excelencias familiares, debo darte la razón. ¡Ah!, y si tú puedes y estás en condiciones de hacerlo, no te recates. Adelante.

jueves, 22 de noviembre de 2012

Los sesgos del PP

Se están observando demasiados sesgos. Y es una consecuencia, entiendo, de ese variopinto conglomerado que constituye el Partido Popular. Que aglutina  en su seno todo el espectro ‘derechoso’ de este país. Desde la más carca, retrógrada y cargada de marcados tintes de añoranza hacia un pasado no tan lejano, hasta esa pléyade de gente joven que irrumpió en política en tiempos de bonanza no habiendo tenido jamás que esforzarse para nada pues todo le vino hecho. Son la flor y nata del señorito español que mira siempre por arriba del hombro. Aunque intenten disimularlo, siempre les traiciona el subconsciente. Y contemplo atónito que estos se estén contagiando de aquellos. Hace unos días apenas pude comprobar la encendida defensa que hace uno de ellos de un artículo que en La Gaceta conmemoraba el 37º aniversario de la muerte de Franco y titulado ‘La figura decisiva de nuestro siglo’. Es como si en el cesto la fruta estuviese adquiriendo vicios ocultos. Y sus reacciones los delatan sobremanera.
En Los Realejos gobierna el PP con una mayoría absoluta que les permite hacer de su capa un sayo y, por lo tanto, ningunear cualquier propuesta que venga de la bancada opositora. Deben seguir el manual dictado de las altas esferas y a las enmiendas a los Presupuestos Generales del Estado me remito. Han aprovechado la debacle socialista para arremeter contra todas aquellas mejoras de las que ellos también se aprovecharon. Pero ahora es diferente. Y Rajoy no se recata lo más mínimo en constituirse en el veleta mayor del reino. A un año de su victoria, puede presumir, y jactarse, de no haber cumplido ni una de las escasas promesas electorales que llevaba en su programa. En su deambular sin freno, actúa como un sonámbulo. Y si debiéramos reconocerle algún mérito sería el que sabe leer bastante bien cuando es otro el que le escribe los discursos porque, harto sabido es, que su letra no la entiende. Como tampoco de cualquier otra faceta.
La sociedad española ha llegado a tal grado de estoicismo que merece… un par de cachetones para que espabile. Nos han convencido de tal manera, que ya consideramos como algo natural el ser culpables de este desaguisado económico y estamos dispuestos a que nos dejen sin comer, considerando el hecho como terapia alternativa a nuestro consabido régimen de adelgazamiento. Ante los desahucios, más ayudas a la banca. Creamos un banco malo (yo nunca lo haré, dijo Mariano) y ponemos al frente a unos directivos que cobrarán sustanciosos sueldos. En breve, las tarifas eléctricas volverán a cortocircuitarnos con un nuevo sablazo. Porque en tiempos de crisis no se suben los impuestos. Eso es el leitmotiv del mal gobernante. Y si no puedes pagar el recibo, te jodes. Da lo mismo que se opongan todos los grupos de la Cámara, empresas, asociaciones, sectores industriales, que salga la gente a la calle (se contabilizan apenas unos cientos y La Razón está de nuestra parte), que declaren huelgas generales…
Hay que recortar, pero lo fácil, lo sencillo. Y que nadie proteste. Mejor, que lo haga, pero rompemos la baraja y jugamos con otras cartas. Y nos cercenan el derecho a una justicia igualitaria. Que acuda a ella el que la pueda pagar. Los muchísimos que no, que se lo hubieran pensado. Ya el Tribunal Constitucional se manifestó, con respecto a otra ley del PP, por la que establecía una tasa judicial para las empresas con un volumen de negocios superior a los 6 millones de euros anuales, del tenor literal siguiente: “La cuantía de las tasas no debe ser excesiva, a la luz de las circunstancias propias de cada caso, de tal modo que impida satisfacer el contenido esencial del derecho de acceso efectivo a la justicia”. Y ahora en 2012, y en las condiciones en que nos hallamos todos con el bolsillo lleno de agujeros, se extiende el chocolate del loro –toma generosas dosis en amplias tazas, sujetas a múltiples y abusivas tasas– a todo bicho viviente que ose aproximarse a cualquier palacio de justicia. No te acerques siquiera a las escalinatas de acceso, porque lo mismo te cobran un impuesto por desgaste de material.
Como los españolitos hacemos cada año la declaración de la renta, amén de otras nimiedades (IVA, IGIC, combustibles, bebidas, lotería nacional, la primitiva…), resulta que eso del copago (yo tampoco lo haré, los reiteró hasta la saciedad uno con barba) nos aguardará, cual avezado ladrón, en cualquier esquina. Médico, págalo. Enseñanza, págala. Pleitos tengas… y los puedas pagar, como escribió hace unos días el amigo Salvador.
Pero todo lo anterior, aunque puedas pensar lo contrario, no tiene la mayor importancia. Ahí seguimos, aplatanados. Nos dan estampidos y cogotazos hasta en el carné de identidad y seguimos tan campantes. Aquí no pasa nada. Mejor, estamos preocupados por si no se le avería el coche a Vettel y Alonso alcanza la carambola que anda buscando desde hace unas cuantas carreras. Lo estamos, también porque nos parece excesiva la fianza solicitada para el pobrecito Urdangarin. Y lo de Reverón en Arona, por favor, si tiene una carita de no haber roto nunca un plato. El ayuntamiento portuense va a ahorrar unos 350.000 euros al prescribir una relación de pagos: buena táctica, yo no te abono la factura y al cabo de unos años, espera sentado en la plaza Benito Pérez Galdós; si Manrique levantara la cabeza.
Este fin de semana estaremos de tenderete. Lo pagamos nosotros, claro. Y no preguntes. Si lo haces, te señalan como criticón. Pobre Baltasar Gracián si le diera por levantar la cabeza. No, la caliente no, esa la trae la tele. Por ella se encarece el asunto. ¿Crisis, quién dijo crisis?

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Certificado de residencia

Tuve que ir hace unos días a sacar un certificado de residencia al ayuntamiento de mi pueblo. No para mí, pues cuando uno está jubilado, aparte de convertirse en agente de bolsa (del pan, la basura, de la compra…), debe estar a disposición de hijos y allegados para encargos varios. Así que me fui al PIAC –ahí tienes el folleto informativo de cuando se implantó–, le dije a Martín cuál era el motivo de mi visita, me dio un numerito y a esperar. Bastante, no te vayas a creer. Éramos tantos que alguno tuvo que quedarse de pie, pues no había asientos para todos. Solo dos empleadas atendían en ese instante. No sé si debido a los recortes o que podía ser la hora del desayuno. Lo cierto es que casi media hora estuve saludando a los funcionarios que deben estar a punto de jubilarse. Yo sé lo que me digo. Porque no todos acudimos a un trámite sencillo como era mi caso. Algunos se pegaban buen rato palicando.
Cuando desde la mesa 2 reclamaron mi presencia –mejor, la del número que llevaba en la mano–, le expuse a la gentil moza cuál era mi solicitud y en un pispás, tras el abono de la minuta correspondiente, ya tenía el papelito en mi poder. Aproveché la ocasión, por supuesto, para reiterar la pregunta que hice en el pasado mes de agosto –tuve que ir a buscar uno para mí– y que no era otra que cuándo se podría hacer el trámite a través de Internet. La respuesta fue idéntica a la de aquel entonces: ‘Estamos en ello’.
Ayer leí en Diario de Avisos que de los 31 municipios tinerfeños solo 13 ofrecen la posibilidad esbozada en el párrafo anterior, ocho de los cuales utilizan la herramienta puesta en marcha por el Cabildo. La consejera de la institución insular, Magaliz López, señala que existen otros 11 consistorios que cuentan también con la aplicación informática en sus webs, pero que aún no han brindado a los ciudadanos dicha opción. La consejera explicó que “todos los municipios podrían estar ya integrados en este dispositivo” y apuntó que uno de los requisitos es la gratuidad, “algo que no todos han entendido”.
Dado que los padrones se hallan informatizados, no me cabe pensar otra cosa que aquellos que nos hacen acudir a la cola pertinente es porque no quieren dejar pasar la oportunidad de seguir recaudando los euros, siquiera sea para hacer un tenderete de vez en cuando.
Como realejero me causa cierta hilaridad el que seamos uno de los siete municipios que andamos sin sede electrónica y sin posibilidad alguna de efectuar el trámite. Por lo que aquella campaña pionera –la del PIAC– de bien poco ha valido. O dicho de otra manera: tanto revuelo para nada. Si al menos estuviéramos en el cupo de esas 11 poblaciones que cuentan con la aplicación, aunque no la hayan puesto todavía a disposición del ciudadano, podríamos tener un atisbo de esperanza. Pero estamos en la cola, algo que no me cuadra con los discursos que pregona el equipo de gobierno. Como tampoco comprendo que La Orotava se halle en las mismas condiciones. Tendremos que cambiar el domicilio hacia La Guancha o San Juan de la Rambla.
Son asuntos inexplicables. Y si a uno se le ocurre preguntar el porqué, y lo hace, por ejemplo, en una red social, salen disparados los amigos del alcalde a comentar de qué demonios nos quejamos. Pues de eso, de no poder efectuar un trámite de lo más sencillo desde casa. Y si tan fastidiados de perras andan, inventen otra aplicación que exija el abono previo del 1,60 que marca la ordenanza.
Tengo el presentimiento de que al PP realejero le está pasando lo que a sus jefes nacionales. Creen que la mayoría absoluta les redime de culpas, pecados y errores y no son capaces de escuchar alguna alternativa de vez en cuando. Porque a los grupos de la oposición, bajo el paraguas de ‘estamos en ello’, se les margina hasta el extremo de hacer caso omiso a cualquier propuesta que hasta el más tonto de los mortales –yo mismo– la ve como altamente positiva.
Mi certificado caduca en febrero próximo. ¿Tú quieres ver como tengo que ir a sacar otro? ¿No le estarás dedicando demasiado tiempo a la presidencia insular del partido (Cho Vito incluido), Manolo, y por eso desatiendes los negocios del pueblo? ¿Cómo es posible que con casi todos los concejales liberados no hayan podido echar pa´lante este asunto que ayuntamientos chiquititos ya tienen resuelto desde hace varios meses?
No, no hace falta que me contestes. Con arreglarlo me doy por satisfecho. Somos muchos los que te lo agradeceríamos.

martes, 20 de noviembre de 2012

Golfos

Longuísimo rato estuve pensando qué titular pondría a este post. Y tras mucho meditarlo me decanté por este. Debe ser porque estoy realmente enfadado. Y aunque me temo que peque de reiterativo, debo volver a un tema que he tratado en bastantes ocasiones. Pero no me resigno, no me da la realísima gana de enterrar la pluma, no dejaré que nadie me parta el pico. Me da lo mismo que con esta batalla solo consiga que me lean los cuatro incondicionales. No creo que con ello se resientan las ventas ni desciendan mis ingresos publicitarios. De igual manera que ya la edad no será traba para ingresar en la policía autonómica (algo que le vendrá muy bien a Paulino cuando CC lo jubile –por qué te ríes– y pasará a ser, directamente, el jefe de uno de sus dos juguetes preferidos; del otro lo será su mujer, que para eso estudió Ciencias de la Información), seguiré tecleando con mis dos índices hasta que la artrosis me lo impida, momento en el que recurriré a cualquier ayudante del hogar del pensionista donde me halle alojado para dictarle mis pareceres y opiniones. Hasta que el magín responda.
Ya saben ustedes que el pasado viernes desalojaron Cho Vito. Y allí estaba, cómo no, la tele canaria. No para informar, que eso ni lo saben hacer ni les interesa lo más mínimo. Allí, como a otros tantos lugares, se va a explotar el morbo, a grabar lloronas, pataleos y declaraciones fantasmagóricas. Que personajes fantasmas sobran, parece. Todo para presumir de audiencias e intentar justificar gastos y despliegues indecentes que ponen en entredicho, incluso, aquellos avatares de los que se jactan –eso nos venden– en dar a conocer en sus repetitivos telediarios.
Cometo una imprudencia temeraria en la redacción de este párrafo, pues peco gravemente al garabatear unas líneas demasiado subjetivas. Gastó un servidor casi toda su vida activa en el campo de la docencia. Pero tuvo tiempo, además, para concluir la licenciatura en Ciencias de la Información (como la del Jalea de Menta; ya, traduzco: Ángela Mena). Y creyéndose apto o capacitado para seguir un fisco más con este entretenimiento, realizó los dos cursos de doctorado, alcanzó la venia o suficiencia investigadora, se sumergió durante dilatados periodos en la prensa de años idos, elaboró –y defendió– un proyecto de tesis doctoral con lo que alcanzó el título de doctor por la universidad lagunera.
¿Y? Y ello me da pie a rebelarme contra las demasiadas maneras espurias de hacer periodismo. Lo de perro no come carne de perro me resbala. Porque me satisface no estar sujeto a dictados ajenos. Y el paradigma de los desatinos es esa lacra que mentan ‘la canaria’, y que constituye, amén de un fraude, un desembolso económico que, junto a la guanchancha, no puede ser justificado bajo ningún concepto. Máxime cuando se simultanea con los lloros riverianos ante la escasez de recursos y la marginación que sufrimos en las aportaciones que nos deben llegar desde Madrid.
Se me ha quedado corto el calificativo vergonzoso. O escandaloso. O cobarde. O indecente. No, estas acciones rayan la golfería. Y me cabrea que los socios gubernamentales sigan tragando sapos y comulgando con enormes piedras de molino. Alguno estima que con alegar no ver esa cadena pública (mejor, privada del entorno presidencial), queda el particular zanjado, olvidado. No, si es que pretenden hacer creíble esa campaña de ‘Hacer PSOE 2015’. Por cierto, casi coincide con ‘Mucho PSOE por hacer’, de Chacón. ¿Comienzan ahora a arrepentirse de aquel proceso que pretendía marcar el final de la era Zapatero? Ya no basta con el no estoy de acuerdo o no lo comparto, que esgrimen por lo bajini los Pérez y los Spínola, para seguir subidos, eso sí,  al carro de los despropósitos.
No, es menester dar unos buenos moquetes sobre la mesa. Y si hay que dejar a Paulino en minoría, solo ante el peligro, hágase ya. Porque un partido que se dice de izquierdas, que pretende pasar de la filosofía a la acción, de las palabras a los hechos, que quiere acometer una urgente modernización, una renovación ideológica, no puede continuar un minuto más avalando con sus silencios una línea periodística –llámala editorial, si te place– de autobombo que raya la desfachatez y pone en entredicho la labor de quienes se dicen profesionales del ramo. Y no me refiero a los mandados e intrépidos reporteros a los que solo les reta la opción del sí, wana.
Qué pena de partido socialista canario que hace no ha tanto argumentaba que Willy no daba la talla. Y un fisco más atrás ni siquiera estaba de acuerdo con la creación de esta máquina trituradora de billetes. Con tales actitudes, jamás saldrán del pozo. Y con la inestimable ayuda de la señora Trujillo (la que se quedó sin alma socialista, Valenciano dixit), me dirán. Ya he dicho por activa y por pasiva cómo y dónde expresan sus diferencias.
Hoy no tocaba escribir de Cho Vito. Puede que lo haga un día de estos. Y metamos en el saco a portavoces vecinales marineros con políticos, populares o no, sin escrúpulos que sacan tajada cual avezados carroñeros. Porque se pretende obviar un expediente, que viene desde los años ochenta, para reducirlo al espectáculo circense de estos últimos acontecimientos. Con el añadido de los buitres pulitzerianos. Y entiendo que mucho más culpables que los Daswani, García y Rivero son aquellos que los sostienen, siquiera por omisión.
Me queda la esperanza –y por qué debo perderla–, y a ello estoy plenamente dispuesto a echar las dos manos, de que desde las agrupaciones locales, en un proceso de abajo hacia arriba, se ponga algo de cordura en tanta desazón. Para que de una vez por todas sean las bases, los currantes –los agentes que ahora se quieren inventar para poner las causas sobre el tapete– quienes ostenten el poder decisorio. El desapego social se produce por el endiosamiento, la altivez de los líderes. Los problemas cotidianos no ascienden hasta sus pedestales. Y cuando bajan al ruedo, cada cuatro años, se percatan de que existen más barreras que en la ocasión anterior y de que las distancias con los espectadores es mucho más considerable. Pero se redimen con un mero propósito de la enmienda del que se olvidan a los quince segundos.
No dudo de la certeza de la siguiente declaración: Rubalcaba se siente unánimemente apoyado por la dirección. ¿Y de ahí hacia abajo, qué? Aquí en Canarias, los responsables regionales están demasiado ocupados y entretenidos en ser soportes de CC y asumir estoicamente los caprichitos y despilfarros. En Tenerife, tras el capítulo de buenas intenciones habidas en el discurso de Fumero, se lo tragó la tierra.
Lo dicho, solo atisbo la posibilidad de una revolución desde las agrupaciones locales. Abran las puertas y escuchen al pueblo. En la disparidad de criterios, en armonía y sin los navajazos acostumbrados, deberá estar la salida a esta crisis mucho más profunda que la económica que también padecemos.
Amén del montaje televisivo hubo también, como no podía ser menos, el debate profundo, racional, consecuente y de calado en las redes sociales. Donde los osados de siempre, ante lo que yo considero comportamiento exquisito de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, proclaman que se suspendió la democracia, que se avergüenzan de ser españoles y otras lindezas más. Pero de Cho Vito, del cómo se llegó a esta final, si nos apetece, hablaremos –escribiremos– otro día. Hoy se me acabó el espacio. Incluso me excedí. Lo mismo voy a descansar unos minutos en el poblado marinero del Roque Chico donde adquirí una pequeña parcela en la que, si a bien lo estiman mis familiares, junto con otra que poseo en La Corona, serán esparcidas, a partes iguales, mis cenizas. Cuando toque, nunca antes.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Diálogo feisbucciano

Se habían citado en Facebook. No podía ser de otra manera. Los temas de conversación pendientes eran demasiado importantes como para hacerlo en la cafetería de la esquina. En las afueras, claro; dentro les estaba vedado. O en el viejo local de la asociación vecinal que aún, y a duras penas, abría sus puertas unas horas cada tarde. Y mucho menos quedar en casa de cualquiera de ambos. Los caducos progenitores mostrarían las mismas impertinencias de siempre. ¿Ya hicieron la tarea? Habrase visto tamaña antigualla. No progresan con los tiempos. Nadan a contracorriente.
No tenían los renacuajos más allá de los catorce años, pero había que reconocerles un excelente dominio informático. Mejor, usaban el ordenador para su particular conveniencia. No se sumergían en los vericuetos de las wikis, pero navegaban cual avezados marinos y pescaban a manos llenas en las redes. Odiaban las webs recomendadas por los pesados profesores y hacían caso omiso a lo que sus padres sermoneaban varias veces en la jornada. Eso sí, cumplían a rajatabla el horario estipulado y se encerraban en sus habitaciones porque debían hacer un trabajo. Odiaban lápices, bolígrafos y cualquier utensilio a la vieja usanza. Mas eran endemoniadamente ágiles y veloces en el dominio de los dedos de sus manos. Puede que los de los pies estuviesen más anquilosados por la escasez de ejercicio físico –vamos, que se cansaban si daban dos pasos–, pero los de los miembros superiores…
Y allí superaban con creces, para general regocijo de los ascendientes, los minutos de la tarea.
–Bien estudia mi niño –señalaba la madre orgullosa a la vecina del cuarto–; lleva unas dos horas y cuarto encerrado en el cuarto.
–¿Y tú vigilas lo que está haciendo solo en ese cuarto?
–Delante del portátil lelito. Yo creo que es inglés porque el otro día, mientras fue al cuarto de baño, me alongué a la pantalla y no vi sino letras raras.
–Eso debe ser Educación para la Ciudadanía, que dice mi hija.
–Salgo un momento, mamuchi; vengo enseguida. No me toques el ordenador que ya estoy aquí.
Expresión, esta última, que sí había copiado de tanto: y ya estás aquí. ¿Te suena, no?
Ocasión pintiparada. Se entrecruzaron una mirada de complicidad y salieron disparadas escaleras arriba. Hacia el cuarto, por supuesto. En la pantalla, aún no había saltado el protector, este aparente jeroglífico para aquellas mentes analfabetas de algo tan elemental como las nuevas tecnologías:
–crack xD
–sajkjksakjsjksajksjkjksjk
–echeveeeeeeeeeeeeee
–eeeeh ajaja
–jajaja di que sí!!!!!!!!!!!!!!!!
–ajajajajajajajaj,,,
–oooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo
–ejem ejem...Mic Mic....
–mmmmmmmmmmm
–^^
–wowwwwwwwwwwwww
–????uisss huís
–Jajsaaahahahahala
–mm I like..... ñam ñam
–ehh k foton no??
–k ai jejejejej!!!!!!!!
–Jijij,guay guay...
–NIIIN !!!!!
–HAHHAAAA
–bagaaaaa jajajajaja
–JAJajajjaja mmmmmmm!.... xDDDDD
–Muaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
–¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ COÑOOOOO !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
–!!!!!! jajajjajajajajajajajajajajajajajajajjajajajajaja
–jajajajajajajaja!!!ee
–Tooooommmmaaaaaa yaaaaa
–muuuuuuuuuuuuuuyyyyyyyyyy enferma
–chacha jajajaj,besiss
–neniiiiiiii m alegroooooooo muxoooooooooo
Ambas caras eran sendos poemas. Nada dijeron y nada se dijeron. Bajaron meditabundas las escaleras. Prepararon la cafetera. Se tomaron dos bastante largos y solos. Negros, muy negros. Casi tanto como sus supinas ignorancias. Pobres estólidas feisbuccianas.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Y nos va a dar

Qué esperpento, señora consejera del ramo. ¿Recuerda lo de aunque cueste cien veces más? Ahora, cuando anuncia –sin ponerse colorada– que la unidad de Cirugía Infantil del Hospital Insular de las Palmas no va a cerrar, lo remata con otras guindas: si hay que llevar los niños a Barcelona, si hay que quitar o traer a un cirujano… Usted no tiene un mínimo de vergüenza. Porque si la tuviera ya tendría la cara a ras del suelo; caída, vamos, para que me entienda. Y el gobierno de estas ínsulas cada vez más baratarias, ni siquiera saca a ese portento de portavoz para intentar colarnos otra de las suyas, aunque sea para disimular un fisco (o pizco, para acompañar las penas con un ronito).
Leí en un periódico, con motivo de su nombramiento, que en 1999, aquella joven profesional se desplazó hasta Francia y allí ayudó a organizar mejor el servicio de urgencias y formó a un grupo de profesionales. Pues qué quiere que le diga, menos lo entiendo, pues no ha sido usted un dechado de virtudes en sus últimas declaraciones e intervenciones parlamentarias. Y si lo que predomina –también venía en la misma reseña– es su perfil técnico, a seguir los doctos consejos del refranero español: zapatero a tus zapatos. No le discuto sus valías, pero un servidor está cansado de tanta ineptitud política. Que comienza por el que ahora mismo se halla al frente del ejecutivo –cargo que cada vez le queda más ancho y alto– y concluye en los sostenes socialistas (estacones, utilizando un  vocablo platanero).
Sí, también se están luciendo estos últimos mencionados. Fíjense en estos dos titulares de ayer mismo. El primero hace alusión al intento (fallido) de remediar, a nivel nacional, el controvertido asunto de los desahucios. El segundo guarda relación con nuestra comunidad autónoma. Estos son: El PP acusa al PSOE de tener vértigo al acuerdo sobre desahucios; CC se impone al PSC y no habrá subida de impuestos.
La impresión que yo colijo es que el partido popular –aprovechando la ceremonia de la confusión y tomándole el pelo (es un decir) a Rubalcaba en un ejercicio de cinismo absoluto– adelanta a los socialistas por la izquierda, pretendiendo abarcar el amplio espacio que las desangeladas y abatidas huestes seudoizquierdosas han dejado para pastos de nuevos ganados.
Y la segunda, la canaria, es para estallarse de risa. ¿Cómo se tragan los consejeros José Miguel Pérez, Francisco Hernández Spínola y Margarita Ramos que sea Coalición Canaria la que señale que subir impuestos no casa con el discurso que ambas fuerzas sostienen en Madrid? No, al final resulta que no nos va a quedar el consuelo de conformarnos con una socialdemocracia adulterada. Se suben al carro de los despropósitos y se les cae el carné en la papelera del cuarto de baño. Menos mal que se han plastificado.
De ahí el titular, nos va a dar el yeyo (que no Abreu). Y ya no estamos en edad de ser atendidos en el Materno. Aunque cuando se entere doña Brígida de quién es el afectado –en el imaginario supuesto de que sea un servidor–, se retractará –no le va a costar demasiado– de cueste lo que cueste, y me mandará a echarme un queso de flor en Montaña Alta de su Guía natal de Gran Canaria.
Otras dos pinceladas apenas. El Cabildo herreño demanda que se acometa ya el falso túnel  a la salida de Los Roquillos por la boca de La Frontera. Zona que ha causado más de un disgusto en las épocas de lluvias intensas, como las que cogió el que suscribe unas semanas atrás. Menos mal que allí estaba la Guardia Civil para escoltarme. Chacho, yo más currito que el carajo.
Me han soplado, desde visitas anteriores, que en el proyecto original esa medida estaba contemplada y que el dinero pudo haber sido desviado para otra isla porque el consejero en aquel entonces de las obras no privadas era de allí. ¿Estarían construyendo algún puente en esa época? Por eso cuando escucho la palabreja politicastro, ya no me asusto. Y ahí siguen, tú. Cuarenta años en la fácil cosa pública. Y los escuchas hablar y te da la impresión de que no han roto un plato. Mándense una quesadilla.
La otra: Pedro e Iniesta brillan en el amistoso ante Panamá. Con semejantes petardos brillo hasta yo con mis más de sesenta tacos. Chiquito gasto para semejante beneficio. ¿A cuánto ascendió el importe de la factura, señor Villar? ¿Usted debe ser del PP, no? Como la Botella (la alcaldesa). Y yo debo trabajar y no manifestarme. Y sufrir los recortes. Y si no me interesa, como sostiene mi amigo Pancho, a la calle sin derecho a cantar pío porque el despido siempre será procedente. Mientras, a pagar los viajes futboleros, los billetes en primera clase de sus señorías, y me cago… en la mierda del perro cuyo dueño dejó el regalo en la acera por la que suelo transitar.
Perdón por el final tan escatológico, pero creo tener la obligación de seguir revelando mis opiniones. He notado un ligero descontento en mis seguidores políticos. No responden a mis amables requerimientos. Sostienen que bastante sacrificio tienen con ir a cobrar a final de mes (ya por el 25 con la nómina ingresada). En contadas ocasiones pienso si merece la pena dedicar tanto tiempo en la pretensión de que los comentarios sean bien fundados y, a ser posible, mejor redactados. Menos mal que se me pasa enseguida. Con descansar el fin de semana, va que chuta (como Ibrahimovic).
Lo dicho, pues, feliz fin de semana. Vayan viendo las fotos de El Hierro. Y peguen un salto cuando puedan. Aprovechen la paga navideña (no, coño, suelta, que me asfixias; ¿tú no aguantas una broma?; chacho, pareces un político).

jueves, 15 de noviembre de 2012

A gusto de cada cual

En este mundo traidor, nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira. Si no me equivoco, aparece en una obra de Ramón de Campoamor. Antes, algo al respecto había dicho o escrito Manrique, Shakespeare y Calderón de la Barca. Aunque echándole la pertinente visual a los foros de la Internet, opiniones para todos los gustos. Y de eso, precisamente, se trata, de valoraciones a tutiplén.
Ayer hubo huelga general. Los unos están convencidos de que sirvió para concienciar al gobierno de que el camino emprendido no es el adecuado. El resto (los que no formaban parte de los unos –que no los hunos– aludidos), está mucho más convencido aún de que el camino emprendido por el gobierno es el correcto, adecuado, justo y necesario. Todo ello lo manifiesto plenamente convencido por lo que me informé a través de teles, radios, periódicos, panfletos y libelos de diversa índole. Y fueron a posta los convencimientos.
Pues no, falacia cochina, porque entre el blanco y el negro existe un abanico muy amplio de matices. Y todos, absolutamente, mienten como bellacos. La política –todos jugamos con ella y la practicamos hasta cuando nos echamos la siesta– se ha convertido en un arte tan facilón que cualquier desvergonzado (sinónimo de osado, atrevido) puede colocarse ante un micrófono y soltar perlas cual si de una mina de diamantes se tratara.
Yo secundé la huelga. Sí, ya sé que estás pensando que dada mi condición de jubilado, leche cacharro. Pues no, estás errado (si te apetece ponerlo con h, allá tú). Ni pinté, ni nada. Y me espetarás: coño, bien pinta este. Pues sí, yo solito ante el peligro (el peligro es la superficie total edificada y la volumetría alcanzada). Chacho, los chicos están trabajando y los amigos huyen como del fuego. He concluido todos los exteriores (fachadas, patio, azoteas, muros colindantes de los vecinos –generoso que es uno–, rampa del garaje), cocina y comedor, escalera interior (desde el sótano hasta la azotea principal) y salón (entrada, vestíbulo o como quieras denominarlo). Llevo unos dieciocho mil días –con sus noches respectivas y los correspondientes periodos vacacionales– en el cumplimiento del proyecto. De ello es testigo directo la empresa Monto (hago publicidad porque me da la realísima), que sabe de mis adquisiciones pictóricas (rodillos, brochas, ovaldines…). Pero ayer le dije al patrón que se fuera a tomar viento fresco. Me enfundé la camiseta verde –la de los recortes– bien de mañana, y me senté delante del ordenador gandul perdido. Como mi mujer tuvo que ir al dentista por la tarde, la acompañé y mientras le colocaban un empaste, yo me manifesté solito por las calles de La Villa, la de Isaac, que no sabe cuándo se va a jubilar.
Hubo un seguimiento masivo, al decir de los sindicatos. Escaso seguimiento y normalidad absoluta, según las fuentes gubernamentales. Esto es un torpedo contra la recuperación, declara la patronal. No sé cuántos detenidos y otros tantos heridos, entre ellos varios policías.  Fracasa la huelga, con menos seguimiento que la anterior. El consumo eléctrico es cinco puntos mayor que en la pasada huelga. La demanda eléctrica cae un 18%.
Si observaste algún contradicción en las frases del párrafo anterior, para mí no mires. Pude haber puesto muchas más, pero vale un botón de muestra. Si ni siquiera el periodismo es objetivo, imparcial, neutro, aséptico, ¿qué podemos esperar de lo que se nos traslade por otros canales interesados?
De Guindos: O yo o el caos. Adolfo (en el Realejo) ejerciendo de mamporrero (algo que no se le da) en las redes sociales (y los adláteres corriendo a pinchar en ‘me gusta’). Y desde mi libertad proclamo bien alto que un porcentaje elevadísimo de los que se encuentran realmente jodidos (también está en el diccionario) no ejercieron el derecho a huelga por miedo, porque se hallan tan atenazados que ni siquiera les queda la autonomía de manifestarse abiertamente. Pero eso no lo pueden entender aquellos que la vida les ha venido rodada, incluso exalumnos subidos al barco de las mareas azules. Los adoctrinados en la cultura de qué bien me ha tratado la vida y que reciben cada mañana, vía e-mail, whatsapp o la madre del cordero, la consigna a repetir. Porque si un mérito hay que reconocerle a los huestes de Rajoy es cumplir a rajatabla y disciplina espartana con el discurso y pensamiento únicos. Lo que les ha llevado a una cohesión –desde un extremo al otro– que ya bien quisieran los partidos de izquierda, donde cada cual debate en el foro que estime más conveniente las denominadas cuestiones internas.
Yo también tengo serias dudas. No sé si las huelgas generales son mejor arma que las protestas y manifestaciones reiteradas. La persistencia ha sido fundamental para conseguir que se tome conciencia en el asunto de los desahucios. Caso en el que jueces, policías, cerrajeros… se han ido posicionando hasta obligar a los políticos a buscar alternativas.
Hoy, mañana y bien poco más seguiremos con el diálogo de sordos acerca del éxito o fracaso del 14-N. Y me temo que no surta el efecto global deseado. Porque no creo sea solo el que el PP se limite a copiar los dictados de Merkel, que también, sino que el debilitamiento del PSOE (sin líder, pero, peor aún, sin ideas) posibilita este notorio retroceso al que nos aboca, sin remisión alguna, el actual gobierno nacional. Sin que el de aquí se salve de la quema. Pero eso lo explicará mejor que yo don José Miguel Pérez, solo o con el auxilio del grupo Abubukaka. Nacionalidad de pandereta. Y nación de miuras y puros.