viernes, 31 de octubre de 2014

Rentabilizar pensiones

En este mes de octubre que finaliza hubo que gastar (nada de invertir, un expendio inútil) 8.078 millones de euros (una burrada tan grande de pesetas que ni sé escribir la cantidad) en pagar la ‘nómina’ (chiquita jeta se gastan) a 9.239.688 pensionistas. Y como los conozco bien y soy capaz de ponerme en su pellejo, proclamo bien alto y claro que no hay derecho. Mejor, sí que los hay, y bien estirados. Algunos corren hasta maratones. Otros nadan muchos largos de piscina cada día. Bastantes tienen la osadía de subirse a una bicicleta para recorrer enormes distancias, kilométricas. Los más, inundan esas avenidas del colesterol en auténticas romerías. Y ya que las menté, si tú los vieras en los grupos folclóricos, bailan y brincan cual ágiles gacelas. Y los menos, cómo han cambiado los tiempos, en los bancos de las plazas y esquinas de los pueblos se cuentan sus batallitas como abueletes al uso.
Aunque peque de reiterativo, hay que cortar por lo sano. España no puede seguir manteniendo ociosa a esta pléyade de hombres y mujeres, cuyo único objetivo anual es acechar los viajes del Imserso para estar de vacaciones la mayor parte de los meses comprendidos entre octubre y mayo. ¿A dónde vamos a parar? Y si estás pensando que en el verano hacen algo de provecho, siento defraudarte. Se apuntan con cualquier hijo para irse a la playa con la vaga excusa de cuidar los nietos.
Qué va. El Partido Popular debe tomar cartas en el asunto más pronto que tarde. De ser yo Mariano Rajoy, encargaría a José Manuel Soria (en su faceta industrial y energética, que no turística) a poner orden en este disparate. Por lo pronto, a la mitad de los que chupan de la caja (casi cinco millones) les haría un cursillo rápido y les encargaría la lectura de contadores de la luz, ante las muchas reclamaciones existentes. Se trataría de volver al sistema tradicional, porque los avances informáticos en los aparatos que parpadean una lucecita roja no han dado los frutos apetecidos. Como el propio ministro señala que el precio de la electricidad baja en 2014 (ignoro qué compañía le suministra los electrones, porque la mía me tiene fundido), pero que no sabe si subirá en 2015, qué mejor que aprovechar esta carga de experiencia. Se le daría uso, igualmente, a las gafas para leer de cerca. Cuánto dinero se ha despilfarrado para que luego estén en cualquier gaveta de la mesa de noche sin ubicarlas con más frecuencia encima de la nariz. Y como la parienta tiene otras: María, préstame las tuyas que ya perdí las mías. No y mil veces no.
Cuando pasamos por los alrededores de cualquier colegio a la hora de entrar o salir los alumnos y pasas a formar parte pasiva del atasco, no es raro que nombremos a nuestros estimadísimos políticos. Y la retahíla de insultos quedaría paliada con un puñado de viejos en cada centro docente. Serán –seríamos– auxiliares de policía. Un cargo muy parecido al que Manolo Domínguez pretende crear en el pueblo: gestores de incidencias en la vía pública. Bastaría un chaleco reflectante, una señal de stop y una gorra. Porque la gorra impone respeto. Y siempre habrá alguno que quiera aprovecharse de la supuesta debilidad de los ancianos. Qué ignorantes.
A los más espabilados en la regulación del tráfico se les podría encomendar que pongan cordura y orden en los desaguisados circulatorios cada vez que caen cuatro gotas. Estos deberían ser los que se han jubilado anticipadamente (por ejemplo, los del sector bancario) y tienen sus facultades físicas y mentales más entrenadas para este tipo de situaciones. Además, aún les queda un mucho de maña para contar. En este caso, los vehículos. Que serían como billetes transitando por sus manos.
Existen tantas posibilidades que incluso me atrevería a que se ampliara el campo de acción. Y los cargos públicos no se han percatado del alivio que para su gestión supondría esta invasión de la tercera edad. Por ejemplo, si hubiese estado al frente de Sinpromi (Sociedad Insular para la Promoción de las Personas con Discapacidad) uno de los del grupo senior que yo propongo, a buen seguro que Cristina Valido no habría tenido que ponerse brava. A destiempo, como casi siempre. Ahora resulta que el Cabildo desconoce cuánto dinero desvió el otro pequeño Francisco Nicolás. Con un experimentado, ni por asomo.
Y el próximo año, ahí a la vuelta de la esquina, un sonado fichaje: el mismísimo Paulino Rivero. Con un bagaje en su mochila que… agüita.  Y todo ese cúmulo de conocimientos bien plasmado en su blog, asignatura obligatoria en los nuevos planes de estudios. Que tanta envidia está causando que ya se han iniciado los ataques. Sí, hace unos días se colaron los intrusos y te advertían con el siguiente mensaje: “El sitio al que vas a acceder contiene software malicioso”. Esos rencores no los entiendo. Ni comparto. Ya saben que software es palabra inglesa que podría traducirse por partes blandas o suaves. Y mi presidente no tiene de eso. Que es un hombre curtido en mil batallas (su palabra preferida es pelear). Su piel es como las piedras de los mecheros antiguos. Los de la ruedita dentada. Como la de los actores de las películas del oeste. Y vaya que daría juego en mi plan de acción.
Nada de centros y hogares, antros de corrupción y vicio. Viejos, uníos, la calle es nuestra. Ganémonos honradamente nuestra pensión. Que no nos echen en cara que estamos mano sobre mano. Demostremos que aún somos capaces…
Acaba de llegar mi mujer y me espetó que siga dando ideas. Me dejó estupefacto.
Hasta la próxima.

jueves, 30 de octubre de 2014

No quiere arrancar

“Tras un verano eminentemente seco, infrecuente por estos lares, le sucedió un comienzo de otoño más seco aún si cabe.
El mes de septiembre ha venido en constituirse, en estos últimos años, como una prolongación generosa del período vacacional. Incluso ha ha­bido ocasiones en que tal generosi­dad ha colmado sobradamente todas las previsiones.
No creo sea menester ahondar en los tristes recuerdos de incendios fo­restales acaecidos en años de ingra­ta memoria, como consecuencia de altas temperaturas y, cómo no, de la posible negligencia de los desalma­dos de turno. Calores que, algunas veces, han venido a mostrar el rego­deo de la Naturaleza. Algo así como cuando tras una semana de tiempo espléndido aparece un final desapa­cible que nos hace permanecer en casa a disgusto.
¿No será que el tiempo se está to­mando debida revancha ante tanto desaguisado que el homo sapiens está efectuando?
¿No será que nuestra madre Na­turaleza nos está tomando el pelo miserablemente y pone la panza de bu­rro cuando estamos de vacaciones y nos ataca a traición cuando comen­zarnos la lucha por la supervivencia?
¿No será, como dicen nuestros viejos, que el tiempo está cambiado?
Lo cierto es que, balbuceantes, han comenzado a caer unas ligeras go­tas por estos contornos, pero no aca­ba de cuajar la cosa. Las primeras, como casi siempre, acompañadas de un tremendo tierrerío que pone co­lor chocolate cuanto agarre a su paso.
Mientras, las miradas se dirigen al horizonte, a nuestro océano, por el que viene casi todo lo bueno, a ver si el alisio puede traer alguna que otra corriente de masas nubosas y echar mano, de una vez, del chale­co que ha permanecido guardado más meses de los reglamentariamen­te establecidos. Pero nada, no hay manera. Por otra parte, el paraguas, comprado en el verano –para que salga más barato–, permanece im­pertérrito. Aguarda en la esquina –iluso– por si un alma caritativa vie­ne a acordarse de él. ¿El arpa, de Bécquer?
Recuerdos de los tiempos de an­tes, recuerdos de cuando era normal que corrieran los barrancos, recuer­dos, sin ir más lejos, de un octubre del pasado año que se mostró gene­roso en la cantidad de lluvias habi­das, recuerdos...
Intentos vagos, balbuceantes, dos, pero vanos.
Y seguimos mirando hacia la mar por aquello de cumbre clara, mar oscuro, agua seguro.
Claman nuestras tierras por el frescor y la verdura. Resecas nues­tras plantas, suspiran por la caricia de la lluvia.
Ha transcurrido este mes de octu­bre y la deseada lluvia no quiere arrancar. Hasta los cuerpos se ponen impertinentes, jaquecosos, mimosos, como queriendo una pasada por agua.
El Servicio Meteorológico, que­riendo aliviar la papeleta, se atreve a dar pronósticos un tanto osados, atrevimiento que luego no llega a cumplirse porque el frente nuboso –qué tramposo él– termina por disol­verse o se desvía antes de llegar a es­tos peñascos. ¿Vuelve a correrse el tiempo?
La verdad es que para curar un montón de cosas nos está haciendo falta unas buenas agüitas. Pero no acaban de arrancar”.
Pasan los años. Veintiséis, con total exactitud. Porque fue el 30 de octubre de 1988 cuando el anterior texto salió publicado en El Día (Desde La Corona). Creemos que hemos mejorado en las predicciones. Bastante, entiendo. Pero aquellos que ni siquiera pintamos canas, salvo que las rotulemos en la calvicie, nos hemos percatado de que los pretéritos tiempos de Sur, que constituían la excepción, se han tornado en asiduos visitantes de estas islas. Y los del Norte estamos hartos de tanta gota gorda que apenas roza el suelo porque se seca por el camino. Y aquí en este Valle seguimos sin habituarnos al sofoque que no nos deja ponernos una sabanita por encima en las noches de un otoño veraniego. Y das más vueltas que un trompo. Te despiertas de madrugada y cuentas los escupitajos de Messi en cualquier partido unas cuatrocientas veces. Porque te da un no sé qué hacerlo con ovejas. Las pobres no estarían en condiciones de triscar por ese césped nauseabundo. El club debería multarlo. Como Hacienda. Por evadir saliva, sacándola ilegalmente de la cavidad bucal para depositarla en terrenos de difícil localización.
Pues sí, al igual que hace un montón de años, la lluvia no quiere arrancar. Y ya la necesitamos. Por lo menos yo, sí. Y mañana se acaba octubre.
Vuelvo a ‘robarle’ una foto a Carlos, pero como las cuelga en Facebook me aprovecho.

miércoles, 29 de octubre de 2014

En peligro de extinción

El Cabildo de Gran Canaria, a través del Patronato de Especies Naturales Protegidos, invertirá 139.000 euros en los próximos cinco años con el objetivo de garantizar la supervivencia de tres especies endémicas de la isla en peligro de extinción.
En concreto, el Patronato ha dado el visto bueno a un plan del Gobierno de Canarias con el que se persigue la recuperación de la crestagallo de Doramas (Isoplexis chalcantha), la salviablanca de Doramas (Sideritis discolor) y el alamillo de Doramas (Pericallis appendiculata var. preauxiana).
La presidenta del Patronato, María del Mar Arévalo, explicó que estas especies cuentan con pocas poblaciones naturales y con un número de individuos que no garantizan su supervivencia en el medio natural si no se ponen en marcha acciones de conservación.
María del Mar Arévalo avanzó que el vivero de la Finca de Osorio, en Teror, ya se ha adelantado a este plan de recuperación y cultiva individuos de estas especies, incluido el alamillo, y se prevén reintroducciones en hábitats idóneos que cuentan con la autorización del Gobierno de Canarias.
Leída la información, de la que constituye un extracto los cuatro párrafos anteriores, me puse a pensar (la jubilación da por eso) si la medida no podría ser extrapolable. Porque individuos íntegros y no contaminados es lo que necesita el país de manera urgente. Y Canarias no va a quedar al margen. O dicho de otra manera, como sigan aflorando casos de podredumbre y para no estar construyendo más cárceles, el stock inmobiliario, amén de sus propias villas y residencias de lujo, se va a destinar al acogimiento de tanto mangante. Al tiempo, los que van a estar en peligro de extinción serán los cuatro bobos de siempre (me incluyo) que no son capaces de mangarse ni un billete de 2 euros pensando que te van a trincar. ¡Ah!, y como te pesquen, vas a sufrir las consecuencias de una ley inventada para los que hurtan en los supermercados con la finalidad de darle de comer a la prole y no para la ingente cantidad de chorizos que nos están provocando un significativo aumento de los índices de colesterol.
Esta señora (o señorita), consejera de Medio Ambiente y Emergencias del Cabildo, fue la que puso el grito en el Roque Nublo cuando hubo un vertido de piche en la playa de El Cabrón (Agüimes), lo que vino a calificar como un hecho delictivo e irresponsable. Y como su jefe, el ministro Soria, también está escandalizado por estas mínimas expresiones (argumentario popular) de corrupción que casualmente salpican, y mucho, a su partido, sus veleidades petroleras (tome nota, señora Arévalo) y sus preferencias culinarias son meras conjeturas en mentes calenturientas. Y como siga incordiando, jubileta protestón, el elevado gasto en pensiones (8.078 millones de euros en octubre) va a disminuir de manera drástica. Menos mal que el gobierno del PP ya está en ello. Imagínate que no fuera así, que Mariano no se preocupara y dejara la nación al garete. Qué sería de nosotros, pobres indefensos.
Y ahora casi en serio. Son disciplinados. Hay que reconocerlo. Y las instrucciones se cumplen a rajatabla. Ya puede estar Jonás machacando en sucesivas sesiones plenarias para que se tome en consideración que las familias numerosas (y con la vuelta de hijos y nietos a las casas de los abuelos, un drama) no gastan más agua porque sean más limpios que el resto de realejeros, sino que el consumo guarda relación con el número de personas que habitan en los domicilios. Y que, en lógica consecuencia, se implante una tarifa en consonancia con las necesidades. Que no es más que lo que se estableció (una cuota única, independientemente del número de hijos matriculados) cuando fundamos las asociaciones de padres (y madres) en los colegios. Pues bien, Manolo presenta el anteproyecto de Presupuestos para el ejercicio de 2015 y vende como propio esta idea ajena (que había sido rechazada hasta la saciedad), porque en mayo toca cita con las urnas. Aunque él arranque la caña bien pronto y deje la administración local.
En peligro de extinción, igualmente, deben estar los policías locales (a expensas del sueldo de Marrón) y muchos de los operarios de las empresas municipales. Porque nos hemos inventado un gestor de incidencias en la vía pública. Para que los concejales no se molesten demasiado en sus paseos con los coches oficiales. No es cuestión que se distraigan y tengamos que añadir el remiendo del chapista. Te resumo:
Tú vas por la calle y hallas lo que consideras una anomalía. Sacas una fotografía (cómo me las ingeniaré sin móvil) y te vas a la web municipal. Allí encontrarás un formulario. Lo rellenas y lo remites, junto a la instantánea, a la superioridad. Como alcalde y concejales liberados ya tienen entretenimiento asignado, será otra persona la que reciba esa avalancha. Porque con los rebaños de cabras y las cagadas de los perros tendrá exceso de trabajo. Depresión a la vista. Baja médica…
Concluyo. Conmigo no cuentes, Manolo. Que yo curre para que otro cobre, va a ser que no. Si al menos me regalaras un chaleco reflectante. Me haría una ilusión. Cómo se las arreglará Milagros en Santa Úrsula al gobernar con solo dos concejales que le echan una mano. El resto le pone el cango.
Hasta mañana.

martes, 28 de octubre de 2014

Incierto panorama

Suelo intercambiar opiniones con aquellos que un día estuvimos pero ya no estamos. Los que decidimos dar un paso a un lado por diferentes motivos y hoy vemos la actualidad política con demasiado escepticismo. Que nos levantamos cada día a realizar cualquier actividad, porque de ociosos no pecamos, y no es necesario esperar a la hora del cortado (alrededor de las once) para que cualquier medio a tu alcance te bombardee con la penúltima. Como ya te creo al tanto, me ahorro unas líneas con la exposición de lo de ayer por la mañana. En que un ‘granado’ y selecto grupo de patriotas desinteresados acudió al juzgado por ciertos deslices sin mayor importancia. Unos cientos de millones apenas. Calderilla.
Rajoy estuvo el pasado fin de semana leyendo los consabidos papeles ante un numeroso colectivo de cargos públicos de su partido. Y vino a decir que en manera alguna estos casos de corrupción que afloran pueden generalizarse. Ni mucho menos los 46 millones de españoles lo son. Faltaría más, don Mariano. Eso significaría que estuviéramos todos afiliados al PP y esas mayorías murieron con Franco allá en la década de los setenta del pasado siglo.
Mi tocayo y presidente del Congreso de los Diputados no quiso ser menos y consideró que los corruptos del PP no son excesivos. Puede que cuando soltó la guinda todavía no había tenido tiempo de sumar los de la Operación Púnica. Que por lo que vamos conociendo puede ser asunto tan entretenido como me lo parecieron en mis años mozos las denominadas Guerras Púnicas, con las peripecias de Asdrúbal, Amílcar Barca y Aníbal. El señor Posada, como su propio apellido indica, no ‘alberga’, al parecer, mucha desconfianza de estos pocos presuntos implicados y abre el abanico para que tengan cabida los que en días sucesivos irán apareciendo. Precavido que es el hombre.
Todo ello acontece con una naturalidad que raya el desparpajo. Porque al tiempo que Pujalte pone la mano en el fuego por todos sus honorables compañeros, los populares contrarrestan las acometidas judiciales echando mano (esta vez sin dobles) de la instrucción trescientos treinta y tres del manual: código ético. Chúpate esa, mi amol. Menudos morros.
Cuando ya llevamos recorrido el 29% de la centuria actual (siglo XXI), el que nos vengan con lecciones moralistas da norte de la calaña de algunos regidores de la cosa pública. Da la impresión de que no tienen reparo en darte un abrazo, mientras esconden afilado puñal en la bocamanga por si se tercia la ocasión. Y lo adornan, además, con la moraleja de abrir el partido a la sociedad. A buenas horas.
Cuando yo decidí (nadie me empujó) formar parte de la candidatura del PSOE a las elecciones municipales (Los Realejos) en 1983, firmé un papel en blanco (como lo lees) para que me pusieran de patitas en la calle cuando cometiera un desliz de los llamados imperdonables. Y ya en el ayuntamiento, una vez tomada posesión, se creó lo que ahora proclaman pomposamente como registro de intereses. Y cada uno de nosotros, ante el secretario, declaró solemnemente aquellos bienes que poseía. Que eran tan escasos, de otra parte, que de publicarse la hoja en cuestión en la actualidad, las risas de los beneficiarios de las tarjetas opacas armarían tanta escandalera que, con casi total seguridad, morirían asfixiados.
Jesús, con 34 años, era casi rico. Una plaza de maestro en propiedad, un piso en La Longuera y un coche (Fiat 128, matrícula TF-5236-C) que compró en 1973 cuando hizo las prácticas de alférez de milicia en Hoya Fría. Recuerdo que, casi concluyendo el mandato, compré al amigo Juan Pedro Escobar (regentaba una concesión de Peugeot en Los Barros, justo al lado de donde se hallaba la sede la agrupación local socialista. ¿Tráfico de influencias? Por supuesto, ustedes ignoran cómo corría el dinero negro por el barranco que discurría justo por detrás del edificio) un 205 GTX, de dos puertas, TF-5608-X (que todavía pueden vislumbrar por la zona de El Jardín, en los aledaños del local de la Asociación de Vecinos). Y le hice modificar a Carlos (el secretario) mi inmaculada relación (la hoja, que te menté antes) para que cambiara el Fiat (se lo vendí por cuatro perras a mi hermana) por el Peugeot (buen motor tenía el condenado). Ahí los tienen los dos en las fotos.
¿Incardinarse en el tejido social? ¿Contar o gobernar con la gente? ¿Ser receptivo y transparente? Pero bueno, ¿de qué estamos hablando? ¿A qué jugamos? ¿Qué lecciones me vas a impartir si ya me jubilé con la conciencia bien tranquila? O como se estilaba antiguamente: con la satisfacción del deber cumplido. Ahora, tras varias décadas de mamoneo persistente, ¿pretendes convertirte en adalid de las buenas prácticas? Sostiene Clavijo, alcalde lagunero y candidato de CC, que se debe escuchar las inquietudes sociales. Y, si puede saberse, ¿cómo han gobernado hasta ahora en este cortijo canario con los unos y con los otros? No escucha al que pretende sustituir cuando desde su blog nos suelta lindezas como esta: “Canarias está creciendo y creando empleo”. ¿Puede haber mayor cinismo?
Nos quieren vender modernidades que llevan inventadas la tira. ¿A qué jugamos? Lo dicho: incierto panorama.
Mañana más, si a bien lo tienen.

lunes, 27 de octubre de 2014

Asfalto, mucho asfalto

Si los vecinos de La Aldea (Gran Canaria) tuvieran conocimiento de las cantidades de dinero que tenemos los realejeros, cambiarían de táctica. Se irían a Las Nieves (con sumo cuidado, pues por ahí radica el motivo de la protesta), se embarcarían en uno de los catamaranes de Fred Olsen (fletado ex profeso) y desde Santa Cruz, en 30 o 40 guaguas, se dirigirían hasta la rotonda de El Castillo (final de la autopista del Norte) y por Los Barros (parada incluida para comprobar in situ los movimientos de tierra) se trasladarían hasta el santuario de la Virgen del Carmen.
Aquí, en San Agustín, tras las plegarias de rigor para que la Patrona del Valle conceda a Manolo la gracia necesaria y que a sus jefes madrileños se les abran los ojos y se lo lleven al Ministerio de Fomento. Tras zamparse el primer bocadillo de los dos o tres, que junto a la manzana, plátano, jugo y un par de huevos duros, que conforman su peculiar picnic, Cascabela arriba, con los saludos protocolarios en las sedes del PSOE y de IU, harán la segunda estación en la plaza Viera y Clavijo.
Segunda ofrenda. Al Apóstol Santiago, rogándole que si hace falta montarse otra vez en el caballo para emprender nueva cruzada, que cuente con ellos. Porque unos con tanto y otros con tan poco, no parece ser un modelo de la ejemplaridad que debe regir en esta nación católica, apostólica y romana.
Me temo que no va a ocurrir esta aventura. Porque no es oro todo lo que reluce. Y el equipo de gobierno del ayuntamiento de Los Realejos se ha limitado a copiar lo que otros ya habían hecho en los finales de mandatos anteriores. Quizás sea La Orotava la muestra más cercana.
A nadie amarga un dulce. Ni a los diabéticos. Pero Domínguez y compañía se han pasado. No es que se les vea el plumero. Van mucho más allá. Y como quedan pocos meses para las siguientes elecciones, la carrera se ha desbocado. Tanto que no son capaces de medir las consecuencias que acarrea el cierre al tráfico de nada menos que dos entradas (y salidas) al (del) municipio. Como ellos no tienen prisa ni gastan gasolina propia, pueden permitirse ciertos lujos que al resto de los ciudadanos nos está vedado.
Me imagino que habrán hecho cálculos. Y entre ellos (incluyo a Marrón; chacho, cuánto pagará de móvil al mes), a través de sumas y restas, creo que olvidaron los vehículos que acuden a la ITV, los turistas que no quieren dejar la isla sin atender el obligatorio tocamiento de los atributos del guanche, los visitantes que no desean perderse los ‘eventos’ culturales o los atractivos paisajísticos, los noveleros que vamos a los fashion show y mucho más (que también acontecía en el pasado, aunque sin publicitarse tanto). ¿Se podrían incluir las cabras? Ayer pasaron por mi casa.
Estoy convencido de que contaron con ello. Pero luego pensaron que seis mil personas del pueblo están en paro. Y como no hay trabajo ni esta campaña desaforada de piche y más piche provoca disminución alguna, creyeron que cogerían la guagua (la de las dos). Me temo que erraron en estas sustracciones.
Insisto en que bienvenidos sean los arreglos. Pero todos juntos y al final, no. Porque ese el recurso del mal gestor. No me atrevo a la osadía del que fue primer teniente de alcalde güimarero al tildar de inepta a doña Luisa Castro (alcaldesa). O del que solo piensa en la rentabilidad electoral. Sigo viendo mucho cartel con se alquila, se traspasa o se vende. Los dramas familiares por la lacra del desempleo (muy triste la disculpa de que esa no es competencia municipal) persisten sin que a lo largo de cuatro años haya habido mejoría alguna.
Mucho concejal liberado (que sí, sigan tildándome de pesado y demagogo), mucho asesor que bien poco aconseja, mucha foto en ocasiones de la papa suave (día del no sé qué, encuentro del no sé cuánto, premio al atleta x, distinción al alumno y, condecoración al anciano z…), pero que se esconden cuando reclaman su presencia para situaciones de cierta trascendencia (cada vez que hay una concentración por fuera de las Casas Consistoriales, se agarran a sus despachos con más ventosas que las existentes en una guardería de pulpos, y se ponen tapones). O se escudan en que las competencias son de las instituciones de superior rango, aunque siempre estemos demandando mayores cotas (y cuotas) de descentralización y autonomía.
¿Qué te pareció lo del Puerto? Me llamó la atención la inmensa alegría que desbordaba Sebastián Ledesma. Me imagino que la situación tendrá arreglo. Así lo espero. Aunque los antecedentes no son halagüeños. De todas maneras, el lobo feroz ya está en ello.
Hasta después.

viernes, 24 de octubre de 2014

Mantendremos el pacto

Ni que fueran bobos. A toda costa y hasta el último minuto. Hemos adquirido un compromiso y las promesas hay que cumplirlas. Nos quedan siete meses por cobrar y no parece lógico que debamos contribuir al incremento de la lista del paro. Bastante desgracia tenemos ya con el aumento de 5400 personas en el tercer trimestre del año, según la Encuesta de Población Activa (EPA).
¿Qué alegamos?, preguntó Ledesma. Parece mentira, Chano, sentenció Sandra, mientras le dirigía una mirada tipo recaudador de impuestos. Hay que darle estabilidad al ayuntamiento, al municipio. No comprendo cómo has sido antes concejal del Realejo y director general de la cosa turística. Eso viene en el manual de instrucciones. Y que yo sepa lo tenemos todos los partidos. Es como el mando universal de la tele. Ah, vale; es para mantener la unidad de criterios que se nos exige en estas situaciones complejas, difíciles y enmarañadas. No te enrolles y tira pa´lante, que los periodistas, los tres de siempre, esperan en el salón de plenos.
Sí, por supuesto, apoyaremos a la candidata de CC, como no podía ser de otra manera. La consistencia del pacto no se verá resquebrajada en estos últimos instantes de la travesía. Los logros alcanzados bien a la vista están y me atrevería a insinuar que esta nave necesita que la misma tripulación acometa otro nuevo mandato para ver culminados los grandes proyectos en los que nos hallamos sumergidos para que de una vez por todas el Puerto vuelva a ser la ciudad floreciente, motor de la economía del Norte…
Con casi total seguridad, y en consonancia con lo que usted me preguntaba, la nueva concejala no va a asumir responsabilidad de gobierno alguna, es decir, no tendrá asignada competencia significativa, de lo que no debe colegirse que no sea capaz de desarrollar cualquier faceta que se le hubiese encomendado, sino que como su compromiso fue personal con Marcos –ella misma lo ha manifestado en esa dirección– y dado que solo restan unos meses para las elecciones de mayo de 2015, no entra en sus cálculos dejar su actual trabajo y bajar de La Paz a tomarnos el pelo en la Plaza de Europa…
Perdón, dijo usted, o al menos así quise entenderlo, algo relacionado con una tomadura de pelo. Es que con estos calores y el horrible audio de la megafonía…
No, por favor, ha debido malinterpretarme o no supe expresarme con la debida corrección. Lo que sostenía en mi anterior disertación es que ejerce de peluquera y…
Lo siento, pídole respetuosamente mis más sinceras disculpas. Y aprovechando, antes de que el compañero de El Día demande el consabido desglose presupuestario, ¿presentará el PP candidato alternativo?
Ahora, como comprenderá, no son momentos para eso. Estamos aquí reunidos para arrimar el hombro y sacar el negocio, perdón, quise decir el ayuntamiento adelante. Ya tocará mover ficha cuando toque. Hace unos tres cuartos de hora me reuní personalmente con Jaime y Jonás para buscar el consenso…
A buenas horas, después de las maratonianas sesiones que hemos padecido entre estas cuatro paredes bajo la atenta mirada de todos esos colgados..
Por favor, no siga por esos derroteros. Lo que pretendía explicarles es que solo CC tendrá el honor, y el inmenso placer, de honrar la memoria…
Pero esa proximidad electoral requiere, es mi opinión, que conste, el periodo de diferenciación entre las formaciones para ganar el voto de los indecisos.
No, qué va, insisto, recalco y reitero. Nosotros, en especial un servidor en la delegación de urbanismo que llevo, me encuentro muy acomodado, bueno, quise decir muy cómodo. Y ahí tenemos la maravillosa obra de San Telmo que tantos apoyos ha conseguido. Lugar del que, por cierto, estoy ultimando la publicación de un libro que recogerá una visión histórica del entorno y que yo resumiría en el hoy y el ayer de un lugar emblemático en el devenir de la cuna del turismo desde la óptica de un crusantero de pro.
¿Cómo?
Ahora que estamos en familia, ¿ustedes no aguantan una broma?
Ños, Ledesma, no seas pesado, cortó Sandra a la vista de que faltaban apenas unos segundos para el segundo cortado mañanero.
Y surgió lo inevitable. Dado que el señor Brito estaba jubilado y no cobraba sueldo del ayuntamiento, ¿habrá modificación en el capítulo I para esta nueva distribución? ¿Tendrá la alcaldesa retribución diferente a la de la situación precedente? ¿Cómo se modificarán las tenencias de alcaldía? ¿Pierde peso (político, claro) el equipo de gobierno con la ausencia de don Marcos?
Para, hombre, para. ¿No ves la hora que es? Vamos a hacer una cosa. Los invito a un tentempié en el lugar de costumbre y allí, off the record, lógicamente, les cuento los detalles pormenorizados.
Y levantaron la caña (y el sándwich, y la copa, y se echaron unos cigarros…). A la hora del cierre (de este blog) me indican que aún siguen de palique.
De haberse quedado en el tintero algo digno de mención y si los espías trasladados al lugar me los comunican, no duden de que serán los estimados fisgoneadores de Pepillo y Juanillo los primeros en conocerlo.
Mientras tanto, hasta el lunes. Pero estén atentos, por si acaso.

jueves, 23 de octubre de 2014

Delicuescencia

Te juro que ayer leí la palabreja por primera vez. Tuve que ir al diccionario, que para eso lo han renovado. Me señaló: Cualidad de delicuescente. Y te podrás estar imaginando que hube de acudir nuevamente para enterarme (todos los días se aprende algo) de que significa inconsistente, sin vigor, decadente. En conclusión, el presente pudo haber sido titulado también inconsistencia o decadencia.
Saben ustedes que he sostenido en comentarios anteriores, y ya van unos cuantos, que las redacciones de los medios de comunicación se han acomodado a lo que envíen los gabinetes de las diferentes instituciones, por lo que, salvo las convocatorias de ruedas de prensa, les sobra material para confeccionar las planas de los periódicos o los sumarios de telediarios o informativos en los audiovisuales.
Ayer circuló el siguiente titular: Más de 50 propietarios de perros sancionados por transitar sin bozal y por excrementos en la vía pública. Y leído así tú te preguntas cómo es posible que la mascota haya dejado salir solo a su dueño, sin bozal, y, lo que es aún peor, no advirtiéndole que no puede utilizar la acera como si fuera un retrete público. De lo que no abunda en los pueblos, por otra parte.
Uno no duda de las buenas intenciones de los consistorios en la redacción de estas normativas (ordenanzas), así como los bandos que se dictan al respecto. Verbigracia, aquel que pretendía controlar los rebaños de cabras. Pues aunque el alcalde proclame a los cuatro vientos que se han levantado más de 30 actas de infracción, que llevan aparejadas sanciones entre 90 y 200 euros (que me temo sea muy escasa la proporción de las ingresadas en las arcas municipales), son medidas de dudosa efectividad. En el caso de los perros (que no sus dueños) porque como el policía no los pesque en el preciso instante en que baja los cuartos traseros para dejarnos el regalito (se entiende que los que los sujetan, a medio metro del animal, son ciegos mientras dura el vaciado intestinal), no hay nada que rascar. Y en el de las romerías caprinas, como no haya una implicación de todas las administraciones, al cabrero se le importará un pimiento que lo multen. Por la zona turística de las Románticas saben mucho del atractivo. Porque agotará todas las vías (es decir, hará caso omiso) para no abonarla y no le preocupa lo más mínimo acabar en el juzgado porque siempre lo declararán insolvente.
Inconsistente asimismo el planteamiento del presidente del cabildo tinerfeño, Carlos Alonso, al proponer el cierre de los túneles cuando llueva algo más de la cuenta (cinco gotas). Lo mejor sería, es mi contrapropuesta, paralizar cualquier actividad. Nos quedaremos todos en casa viendo la intrépida reportera con botas de agua a medio muslo y mojándose como una toleta (pueden expresarlo en masculino), y luego se compensa la jornada perdida aunque haya que echar mano de sábados y domingos. No sería más que la aplicación a todo hijo de vecino del horario de trabajo de los políticos (las 24 horas del día y a veces más).
No entiendo el motivo de preocupación en Puerto de la Cruz para buscar el edil (puedes ponerlo en femenino) que sustituya a Sandra, futura alcaldesa, en el cargo de concejal de Hacienda. La solución es bien sencilla. O bien no delega esa competencia y la sigue asumiendo como hasta ahora, o la suprime, pues bien poco hay que gestionar cuando harto sabido es que la caja de caudales (no te rías) de El Penitente lleva años con demasiadas telarañas.
Para el final la eterna canción: 8,3 millones de turistas en 9 meses. Este año batiremos todos los récords. Lo más maravilloso es que hemos sido capaces de atenderlos con el mismo personal del año pasado. Y del anterior. Todo lo contrario de lo que acontece en las instituciones públicas (ayuntamientos, cabildos, consejerías…), en las que hay que colocar más y más gente porque el trabajo los abruma. Qué demagogo soy.

miércoles, 22 de octubre de 2014

No aprendemos

La viñeta de Padylla lo define a la perfección. No es que tropecemos dos veces en la misma piedra. Qué va, nos machucamos (los esporruñamos, que decíamos en la pretérita época de las lonas blancas) todos los dedos y aquí no ha pasado nada.
Hubo tremenda riada el 31 de marzo de 2002, pasó el Delta en noviembre de 2005 y aquellos aguaceros no sirvieron para limpiar la ineptitud. No habían pasado 24 horas de este último fenómeno meteorológico (19 de octubre de 2014) y ya el alcalde santacrucero tenía cuantificados los desperfectos: 15 millones de euros. Reunió la Comisión de Gobierno y salió disparado para comunicar que acudiría a todas las instancias a pedir dinero. Idéntico procedimiento al seguido por Zerolo tiempo atrás y similar al protocolo por el que se rigen las administraciones públicas: llorar, llorar y apuntar hacia arriba.
Pero Bermúdez fue más lejos aún: La Aemet no avisó con fundamento. Nos indicó que podrían caer 60 litros (o menos) y la cantidad se duplicó (o más). Y le pregunto al inteligente que si la Agencia Estatal de Meteorología le hubiese enviado un telegrama un par de días antes, ¿se habría ubicado la corporación en pleno en la Avenida de Venezuela con unos cubos para achicar?
Digo yo que si la rapidez para valorar los daños causados fuera utilizada a la hora de planificar las infraestructuras, lo mismo no estaría ahora escribiendo estas líneas y los santacruceros paseando tranquilamente por la Avenida de Anaga y felicitándose porque los desagües funcionaron a las mil maravillas. Pero la eficiencia solo les vale para otros aspectos. Y te pongo un ejemplo. Un periódico nos da norte de El Día de los Animales en la capital tinerfeña y nos cuenta que se reúnen numerosas mascotas en la plaza del Príncipe. El mismo alcalde citado es el ejemplar que aparece en la fotografía.
La historia es tozuda. Tuvimos el fatídico aluvión de noviembre de 1826, hubo terribles huracanes en la década de los cincuenta, otra vez en noviembre, pero del 68, el barranco de San Felipe sembró el pánico en el Valle de la Orotava, precisamente en las lindes de los tres municipios, y en su desembocadura estuvo en un tris de llevarse toda la barriada del mismo nombre en Puerto de la Cruz.
Pero no aprendemos. Como la próxima no va a ser mañana, en unos meses ya estaremos tirando basuras a los cauces por los que el agua debe discurrir, sembraremos unos corrales y criaremos cuantas cabras y ovejas podamos, haremos calles en cuyo subsuelo hemos puesto unas tuberías de juguete y la culpa de las desgracias será del que abre las compuertas allá arriba y de los que tienen la obligación de alertar a la población de que la borrasca se aproxima. Para canalizar las avalanchas con unos sacos de arena y unas palas de plástico de las que usan los críos en las playas durante el verano.
Hace unos meses intercambié unas palabras con el responsable de la Asociación Canaria de Meteorología con motivo de la proyección del documental del aluvión de 1826 en el Círculo Viera y Clavijo de Realejo Alto. Y me señalaba lo tremendamente difícil que era la predicción del tiempo en las islas, donde una orografía endemoniadamente complicada podía dar al traste en apenas unos minutos a todos los cálculos previos.
No obstante, muchísimo se ha mejorado. Uno, con unos cuantos años a sus espaldas, sabía en su niñez y juventud que iba a llover porque veía que por el mar para arriba venían ingentes columnas de agua (las brumas están cargando, todavía se escucha por ahí a los mayores). Cumbre clara, mar oscuro, agua seguro. Y este último episodio fue anunciado con varios días de antelación y prácticamente todas las conjeturas se cumplieron fielmente. Aunque el señor José Manuel requiere que le señalen los litros exactos para él buscar los depósitos donde meterlos. Ponlos en El Tanque.
Viví en casas viejas de medianeros en la finca de La Gorvorana hasta que me hice un hombre. Bueno, casi. Y las tejas se mantenían con unas piedras para que el viento no las levantara. Era raro que se colara la lluvia. Los albañiles (maestros), magos del campo como casi todos, suplían las carencias de materiales con una inteligencia natural de muchos quilates. Ahora disponemos de todo y para todo. Y de aparejadores, peritos, arquitectos en ingenieros. Se inundan calles, túneles, se caen las casas, se mojan flamantes edificios, se anegan garajes, la corriente se lleva los coches como si fueran juguetes, los contenedores de la basura parecen barcos cruzando el Canal de Suez…
No aprendemos, no. Es más, parece que retrocedemos. Y estos episodios con los que la Naturaleza nos sorprende se repetirán con bastante frecuencia y con una mayor virulencia. Pero vendrá otra vez el lobo y nos echará la puerta abajo. Eso sí, tendremos imágenes al instante. Y mientras haya cobertura (¿te acuerdas que las antenas de telefonía móvil producían cáncer?), no importa que se vaya la luz. Y si no esperaremos unas horas apenas porque en algunos medios de comunicación audiovisuales se encargarán de explotar el evento. ¿Aprovechamos para otro telemaratón?
Se me quedan en el tintero unos comunicados de unos amigos acerca del post de ayer y del porqué entrecomillo determinados vocablos o expresiones, de otros que ahora se hallan preocupados (a buenas horas) de la deriva casi diaria del chanchullar de Radio Realejos, de las tarjetas ‘Franciscas’ (o Pacas, para los más allegados), de la negativa de Jonay a integrarse (de serle solicitado) en el equipo de Marco, de la escasísima militancia en partidos y sindicatos…
Si ustedes quieren, no volvemos a encontrar mañana.

martes, 21 de octubre de 2014

Cuánta alegría

Estamos cayendo, y los medios de comunicación se prestan a ello con notorio jolgorio, en un cúmulo de despropósitos bastante considerable. El amplísimo campo de ventajas que nos ofrece Internet, se ve tristemente eclipsado por la cantidad de disparates que la denominada Red de redes es capaz de albergar en los diferentes sectores que nos brinda.
El periodismo digital, puede que por mor de la velocidad con la que se suceden los acontecimientos, no solo es capaz de informarnos en tiempo casi real de lo que acontece en este mundo convulso, sino que admite comentarios a cualquier noticia sin que prime el más mínimo rigor. No digo ya que haya que establecer filtros a modo de censura, líbrenme los dioses de tamaña ocurrencia, pero carta libre para que cada cual brame lo que su mala bilis le dicte tampoco.
Aun no teniendo nada claro cuál de los tres aspirantes socialistas era el más idóneo para defender los intereses canarios desde ese puesto de tan alta responsabilidad, una vez conocido el resultado del proceso que culminó este pasado domingo se ha iniciado la cacería desde los sectores que se autodenominan más izquierdosos del espectro. Y que suelen coincidir con muchos desencantados por razones diversas (incluyan los de aquellos que no alcanzaron prebendas en los supuestos repartos que critican) y que se desfogan recurriendo al vocabulario más soez posible.
Cuando yo estudiaba bachillerato (de seis cursos) en el Colegio San Agustín, único centro en aquel entonces en Los Realejos, mi padre, encargado en la finca de La Gorvorana, me tenía preparado un trabajo durante los veranos como recompensa a superar los exámenes en junio con meritorios resultados. Que se iniciaron a bien temprana edad bajando aceite para los motores de la elevación de Gordejuela y que continuaron en los veranos siguientes con otras labores en la platanera (regar, cortar farulla, quitar longo…).
En consonancia con lo relatado en el párrafo anterior, me duele enormemente que se ponga en solfa a Patricia Hernández, a quien ni conozco ni nada le debo (y a la que aconsejo que no se ría tanto, que no están los tiempos para sonrisas de oreja a oreja), por haber sido camarera o empleada en un supermercado. Otros (la incongruencia alcanza cotas alarmantes) la critican por trepa desde años mozos. Luego, los advenedizos y salvapatrias de Podemos y afines nos tachan de casta con un discurso (palabrería barata) que intenta influir en sentimientos más que en aportar soluciones (que me temo no las tienen). Ellos, que en su inmensa mayoría lo han encontrado todo llano, ponen en solfa quehaceres de los que grano a grano aportamos un mucho al llamado estado del bienestar. No, premios y medallas no demando, pero no me insultes, chanchullero.
Desde el 16 de diciembre de 1984 hasta el 23 de enero de 1985 estuvo la agrupación socialista realejera (otro adelanto de mis memorias) debatiendo, tras la ‘espantada’ de Santiago (bien sabe él que así fue), cómo debería ser el cambio tranquilo. La preocupación por la carga de responsabilidad añadida no nos condujo a señales de victoria ni a llamar a Dumas para que nos sacara una foto. En aquellos tiempos gloriosos no existía la parafernalia de simbología que hoy nos abruma. De ahí la recomendación de ser comedidos. Sobran los aspavientos y escasean gestos de verdadero compromiso. Cuidado, no del bien quedar, de los que la constancia gráfica constituirá casi toda la razón de ser.
Dejemos, por ahora, cuestiones de tanto calado e inmiscuyámonos en temas más domésticos. Porque la credibilidad o valor de las apariciones en Facebook, por ejemplo, guarda relación directa con el beneficio, interés o rédito que se pretenda obtener. Raro es que después de cualquier fenómeno meteorológico adverso, los que no demuestran demasiada simpatía por el esfuerzo y el deber no se descuelguen con un anuncio amañado cuya única finalidad es hacer argollas otro rato más. Cuánto estudiante (es un decir) no se frota las manos cada vez que caen cuatro gotas. Anteayer mismo, aunque con el membrete de la Consejería (o Ministerio, lo mismo da) de Hacienda, la suspensión de la actividad escolar formó parte de la picaresca que circula con desenfado por el país. Y como estas nuevas tecnologías han sustituido al ‘lo vi por la tele’, mucho incauto queda preso en las mallas de la duda.
Pero entiendo aún más grave el hecho de que el centro en el que culminé mi etapa docente permita a un alumno, por muy miembro del consejo escolar que sea (y al paso que va, hasta dentro de cuarenta años), se descuelgue con esta perla: “Comunicado oficial para el alumnado en el IES Mencey Bencomo. La jornada de clases a día de hoy lunes sige activa no se suspende por causas meteorológicas. Y los 3 días siguientes seran las huelgas”. Le sobran argumentos para dar el salto a otras facetas. Y que cada cual lo ubique donde mejor crea conveniente.
Termino. Visto en un digital: “El 12% de trabajadores de España son pobres”. Luego nos quejamos de que Rajoy lea siempre en cualquier folio que le pongan delante que el progreso del país es imparable. No me extraña, ni Alemania es capaz de presumir de logros tales y de que el 88% de los que curran sean ricos. A este paso, incluso los parados viven más felices que los de la serie Adán y Eva. Al menos desnudos ya están.
Hasta mañana.

lunes, 20 de octubre de 2014

La tormenta

Vino movidito el tiempo ayer. El atmosférico. Es que está cambiando, revuelto. Al menos eso dicen los viejos. Es decir, yo mismo, si te valgo de muestra. Pero de nada nos sirve para futuras ocasiones. Ni de experiencia. Porque la capital santacrucera alcanza la cima en la pirámide de los despropósitos. Un tercio de aquella riada del 31 de marzo de 2002 ha vuelto a provocar el caos. Ni imaginármelo quisiera.
¿Y a qué es debido? Puede que la causa proceda de la confluencia de bastantes factores. Muchos de los cuales nada tienen que ver con las isotermas y las isobaras. Eso sí, a buen seguro que proceden de una vaguada en altura que provoca una extensa zona de bajas presiones y que como no se estrangula, no hay ciclogénesis en rebaja y el vórtice se estanque en medio del Atlántico.
Como también este 19 próximo pasado hubo primarias en el PSOE (incluido el golferío en la captación de amigotes: hoy ni me felicitan ni les gusta el comentario), puede que más de uno haya pensado si los truenos de Madrid se propagaron hacia latitudes más al sur y hayan chocado con los cimientos de El Teide y El Bentayga o en las laderas del Macizo de Tigaiga, lugar más cercano a nosotros. Y de la conjunción de las corriente fría y caliente, saltaron chispas tibias. Pues no. Rotundamente negativo.
O lo que es peor, que Soria hubiese ordenado a Repsol que procediera ipso facto a pinchar en la dichosa roca madre (los padres no tenemos ni para gases, salvo cuando nos hinchamos de plátanos). Dado que los pulsos a los que le somete el presidente autonómico con epítetos improcedentes, como el del trato colonial, constituyen provocaciones en toda regla y a las que no está dispuesto soportar o consentir.
Esa persona de la que usted me habla (Rajoy dixit), no solo no me causa la menor gracia sino que es digna acreedora a mi más enérgico y profundo rechazo. Que no me siga provocando porque le creo un conflicto competencial de intereses de órdago. Bueno, de padre y muy señor mío. Vamos, la borrasca perfecta. Como su partido lo ha marginado y ahora pinta menos que un párvulo sin creyones, está dando los últimos coletazos cuando con ello, según las encuestas, no ha sido capaz de convencer ni a la mismísima Ángela. No, la Merkel no, ya lo quisiera aunque fuera en sueños, sino la Mena, la de andar por casa, que también se estila.
La tormenta, prevista con varios días de antelación (vivimos la época dorada de la meteorología; ¿Y si fallamos?: El tiempo se corrió), no estuvo determinada, mucho menos condicionada, por raíces políticas. Razones le sobraban, pero fue capaz de mantenerse al margen. Fueron motivos de la madre naturaleza. Arrancadas que tiene, como todas las madres. Y las primeras lluvias del otoño con fundamento han caído como agua del cielo (qué otra expresión mejor podría utilizarse) para las papas tempraneras. Que yo también sembré dos puñados. Las susodichas, así como los dos poyos que tengo con orejas de burro, flor de mundo, rosales y geranios, ya tienen riego para unos cuantos días. Si tengo suerte y caen unas gotas de cuando en vez, de repente escapo hasta dentro de vete tú a saber.
Tan contento estoy que de seguir así puede que me olvide de la invitación equivocada que me enviaron la semana pasada del ayuntamiento (organismo al que ruego que ya no me remita ninguna más; total, si casi nunca voy a nada. Y cuando quiera ir, voy como cualquier hijo de vecino). Que la colgué en Facebook, con la oportuna aclaración, y que, no obstante, en el Consistorio se ofendieron, por lo que no solo retiré la publicación sino que pedí públicas excusas a quien pudo haberse sentido ofendido. Lo que menos me gustó es que alegaron puse en tela de juicio los merecidos homenajes por los que se reconocen los años de servicio a la administración pública. Y en lugar alguno he dejado constancia de mi parecer al respecto. Pero, en justa correspondencia, demando del ayuntamiento idéntico tratamiento para cualquier trabajador realejero, independientemente de la empresa en la que ejerza su labor. Sobre todo a aquellos autónomos que tras toda una vida de sacrificio, se jubilan con cuatro perras. Y a los agricultores que jociquean tierra de sol a sol para… Y a los parados… Y a… En vida, que dice el amigo Esteban Domínguez. Y no le dediquen una esquela (que no va a oír) el día en que se lo llevan con las patas por delante.
Espero que el agua haya barrido mucha inmundicia. De toda índole. Que los virus que andan por ahí hayan sucumbido a través de alcantarillas y sumideros. Que al menos el 50% de las tarjetas opacas se hayan mojado e inutilizados sus contactos (con dobles y triples).
Dejaré para otro día asuntos de suma trascendencia como las veleidades de Francisco Nicolás (muestra inequívoca de cómo está el país), la aceptación o no de Michelle Obama como señora embajadora del nabo (manda… narices), los sustos que se llevan los jugadores del Tenerife (por eso pierden) con los gritos del energúmeno de la tele de Willy, la inminente afiliación al PSOE para echarle una mano a este chico y barrer… mira que hay que limpiar, purgar y expulsar.
Gracias al amigo (más de mi hermano) Carlos Hernández por ‘robarle’ una foto de una de las tantas descargas eléctricas de esta entretenida madrugada del domingo. ¿La otra? La de la desvergüenza, la de la bazofia que vive de la política porque la mugre es su hábitat natural. Jolines, mira que me propuse no mentar este ganado porcino.

viernes, 17 de octubre de 2014

El 19-O

Cuánto me alegra que desde TODOS los ángulos del amplio espectro político se ‘metan’ con el PSOE. Quedó atrás la oscura etapa Rubalcaba y como ya resulta algo lejano el ‘blanco’ de Zapatero había que buscar de manera urgente otra diana. TODOS arremeten contra Pedro Sánchez. Si no habla, por eso mismo. Si lo hace, por eso mismo. Si presenta sus cuentas ante la opinión pública, por eso mismo. Si se reúne con la gente, por eso mismo. Si toma un cortado con un guardia civil, por eso mismo. Si reposta en una gasolinera de Repsol porque le trincó de paso, por eso mismo. Si cesa a los que se mangaron las perras con la tarjeta oscura, por eso mismo…
¿Y quiénes se llevan la palma a la hora de vociferar e inundar las redes sociales? Los que dicen ser más de izquierdas que los cañotos de nacimiento. ¿Por qué? Temen a ojos vistas que las tornas vuelvan a otros cauces. Ladran, Sancho, señal que cabalgamos.
¿Qué pasa? Tranquilos. Dominen esos nervios. Porque la inmensa mayoría de los que comentan no pueden presumir, como yo mismo, sin ir más lejos, de objetividad, neutralidad, imparcialidad, moderación, ecuanimidad. No me debo a dictados, normas ni instrucciones. Y lo noto. Mejor, Pepillo y Juanillo saben mucho del particular. Este comentario de hoy será bien ponderado por los socialistas por razones obvias. Ayer, cuando los ponía a caldo de gallina por sus incoherencias en Canarias acerca de la ‘tele paulina’, estuvieron varias horas con la cancioncilla de qué le pasa al bobo este.
El próximo domingo es el 19-O. Día en el que el PSOE elegirá candidatos en un devenir que bien podría ser el germen de unas primarias al estilo de otros países con gran solera en este aspecto. Y que, poco a poco, irá calando esta praxis en la sociedad hasta el punto de hacer cambiar los procederes del resto de formaciones políticas. Tan dadas, algunas, a utilizar la ‘’dedocracia’ sin el más mínimo rubor.
En lo que se refiere al que aspirará a la presidencia del gobierno en las islas y a tenor de los que abonaron los dos euros para formar parte del censo, nos hallamos ante una curiosa perspectiva. Serán estos últimos, y no los afiliados, los que inclinen el fiel de la balanza hacia uno de los tres que pasaron el corte de los avales. Lo que viene a demostrar que el PSOE sigue contando con una militancia bastante exigua. Y cabría preguntarse: ¿Quién consiguió movilizar más simpatizantes, amigos, conocidos o parientes? El mismo domingo por la noche se sabrá.
Como ya dejé escrito días atrás, Jesús no apoquinó la moneda. Prefirió guardarla en la botella de Fonteide, la de medio litro. Para los extras en los viajes del Imserso. Hay andares que me están gustando. Máxime cuando mucho analista sostiene que no se fía del PSOE. Toma, ni yo de tanto sesudo comentarista, tertuliano y/o escribidor barato.
Dado que viví la etapa antigua desde dentro y ahora observo la nueva desde fuera, me encantaría que el amigo Salvador García tuviera razón en sus planteamientos de menos flagelo, más compromiso y menos reacciones extemporáneas de los que pierden los procesos denominados de democracia interna. Como este en el que nos hallamos inmersos. Tampoco creo en los manidos recursos de integración. Aquí no vale el todos para dentro si pretendemos ser serios y coherentes en los proyectos.
Imagínate una agrupación local en la que se hayan presentado dos personas. Durante la campaña, cada una esbozó las directrices por las que habría de regirse la institución a la que aspira gobernar. Cada cual esgrimió las actividades con las que cumplir los objetivos trazados. Y siempre, en noble lid, intentando diferenciarse de su legítimo contrincante. Una vez finalizado el curso y llevados a cabo los exámenes, no procede un reparto de las calificaciones. Unos promocionan y otros repiten, pero no vale lo del aprobado general. Por ello no comparto que al que no obtuvo la confianza se le premie, normalmente, con un puesto que ni siquiera puede considerarse de consolación. No, la aludida integración implica un lugar de privilegio. Con lo que cabría discutir la conveniencia de haber perdido el tiempo para este desenlace. Seamos serios y dejémonos de niñerías. Y el que no haya madurado aún que permanezca en la higuera.
Ahora bien, el temor –¿fundado?– vendrá del encaje deportivo, de si aprendemos de la derrota (también de la victoria, por qué no) con aceptación plena de las reglas que alegamos acatar con carácter previo. Hagan bueno lo de agrupémonos todos. O en canario: tiren todos pa´l mismo lado. Y demuestren que también hay vida después de o al margen de la política.
El pasado miércoles escribí en Facebook: “En todos los años de docencia jamás me dirigí a los alumnos o impartí una clase sentado en la mesa”. La mayoría de los que pincharon en Me gusta son exalumnos. Y que ahora, todos mayores de edad, son mis amigos. Insisto, ahora. Pero en aquel entonces no eran mis colegas. Y en la actualidad somos muy viejos para serlo. Cada cosa en su momento. En mis últimos años del IES fueron varias las ocasiones en las que vi salir docentes llorando de un aula al no ser capaces de controlar determinadas situaciones. Coincidían con aquellos que comenzaron dando un dedo y acabaron charlando en animada conversa (léase escandalera) alrededor y encima del supuesto espacio destinado al que debía regir el caos circulatorio. Coincido con otro maestro en que lo importante no es el dónde sino el cómo. Con los matices de excepción pertinentes. Lo traduzco: ejemplaridad, modelo, espejo. También en la cosa pública. Con el agravante de que se pueda desgorrifar la mesa por el peso de las brillantes ideas.
Voy a contar una anécdota con la que el maestro Ángel también sonreirá porque él la sufrió igualmente en sus carnes. Imagínate que estás dando tu clase sin mayores sobresaltos pero los del aula contigua no te dejan continuar porque la bulla se oye a varios kilómetros de distancia. Te armas de valor y prosigues. Pero llega un momento que ya no aguantas más, abres la puerta que comunica ambos espacios y entras ‘enfoguetado’ a los acordes del rayos y centellas, avanzas varios metros y te encaminas hacia la mesa del profe mientras el silencio se apodera de los que se dieron cuenta de la invasión en territorio enemigo y… ¡la madre del cordero! Porque cuando la marabunta vuelve presurosa a depositar el culo donde debía tenerlo, te percatas de que en la silla del docente hay alguien.
Espero y deseo que todo salga bien este inminente 19-O. Sea cual sea el desenlace, al minuto siguiente, cada uno en el puesto que la consulta le haya deparado, a remar al compás y al unísono. Así y solo así, con nobleza y altura de miras, el PSOE volverá a ser el PSOE. Los ciudadanos nos conformamos con que sean capaces de hacer más y decir menos, de poner en práctica todo lo que se sostiene en bellas intervenciones, de enseñar con el ejemplo, de predicar y dar grano.
Hasta el lunes, salvo que cualquier eventualidad requiera mi presencia.

jueves, 16 de octubre de 2014

Otro proyecto inacabado

Buen rato estuve peleándome con el corrector ortográfico. A veces me entran ganas de fajarme al cachetón limpio con él. Se empeña en que no conoce Realejos. Es un ignorante histórico. Una Villa con más de quinientos años de vida, desde que, allá por el lejano 1496, la fundara el gran adelantado, y se empeña en que la cambie por reflejos. Y arriba con minúscula. Qué falta de respeto más grande. Pero no se queda ahí, aún quiere o pretende ir más lejos. Como se le cruce La Orotava, me insinúa –¡qué jocico!– que si no estaré pensando en Brotaba. Quién coño le ha dado permiso para pensar qué es lo que yo pueda estar pensando. Habrase visto, tío impertinente, inoportuno, confianzudo. Por cierto, para que se chinche, ¿qué será para él Brotaba, así, con mayúscula? Como siga de bobo le van a brotar sarpullidos archivísticos. Y se los voy a guardar en una carpeta. ¡Maricón! Que sí, se lo dije.  Y me quedé tan ancho. ¿Habrá salido del armario? A ver si te reinicializo...
Se ha ocultado el sol allá por los linderos de la Palma. Las antiestéticas farolas de la calle hacen los primeros guiños de la noche. Un chico llora amargamente en la esquina porque se le cayó el polo (helado en más cursi) en la acera y se escachurró todito. El chucho que revuelve las basuras cada día, no ha desaprovechado la ocasión. Aunque sacude la cabeza con inusitada frecuencia –deberá tener la lengua congelada–, no deja de lambiar tan apetitoso manjar. ¡Ño, está frío, pero está bueno!, masculla entre colmillos. Como este jodido chico siga berreando, le voy a pegar una chascada en un tobillo que va a echar lágrimas por algo de fundamento. Señor, qué vida más perra llevo.
Me voy, grito. Pero nadie me contesta. Sólo escucho un click seguido del mensaje: Ahora puede desconectar el equipo. Vete pa´l coño tu madre. Si tan inteligente eres, desenchúfate tú solito. El colegui se quiere quedar con mí mismo mismamente; date el piro, titi, tronco. Ay, er nota, vacioleta.
Se me va a hacer tarde. Y yo no di disculpa alguna. Pude haber dicho que tenía un agapornis en coma. Porque si manifiesto que lo tengo en cama, nadie se lo va a creer. O que la perra se había quedado embarazada. Total, ¿quién sabe que la pobre está operada de sus partes íntimas femeninas? Pero se embaraza psicológicamente. Y se pone rara. Y cada rareza cuesta cinco mil castañas en el veterinario. Le voy a decir que le dé asilo perruno. La intenté apuntar en Muface, pero no me dejaron. Chacho, está saliendo más cara que los chicos...
Se acaba el mes (jueves) ¿1998?
He puesto, por fin, el año. ¿Acaso te creías que iba de farol? Pero voy de interrogante. Pasaron los Carnavales y sigue la calima. Más tierra que otra cosa.  Entregué –no sé para qué– algo llamado Vieja escuela perdomera. Es un repaso de retazos de historia que uno se ha ido encontrando en periódicos de años idos, bastante idos. De cuando los maestros se morían de hambre. Ahora nos envidian porque tenemos muchas vacaciones y ya no cobramos miserias. ¡Ay, si yo contara! Al que me dice tres meses yo le espeto que cuatro o cinco. Y, además, es verdad. ¡Jódete, huevón!
Quieren celebrar unos actos conmemorativos del 18º aniversario (algo ya manifesté) y entregan, para repartir, publicidad del mismo. Aunque con un ligero  retraso. Tengo entendido que el parto fue por el 14 de febrero (acabas de pensar en el Corte Inglés). Me dijeron que si hacía unas letras para el ofertorio de la misa del próximo día 8. Y contesté que no. Creo que me pasé...
Rebobino. Sí, efectivamente, me pasé. Ha pasado algo de tiempo. Y los planteamientos han cambiado una barbaridad. No sólo el ofertorio. Hasta voy a misa, tú.
Esto debe ser El Calvario. La imagen de aquellas películas americanas, con un Jesús rubio, guapo, de ojos azules como la mar de los días radiantes, me hizo pensar otra cosa bien distinta. Pero no hay nadie. Aparco el todotierra. Que es diferente al todoterreno. El mío no sube montañas, pero lleva mierda por todos lados. En los cristales de las puertas, lo clásico: ¡Lávalo, cochino! Gracias, congénere semejante, que me aprecias hasta extremos insospechados de la comparación. Cuán generoso os ponéis en tanto en cuanto de similitudes se trata. Sí, señor, el que está hablando con un cerdo, que no cochino, es usted...
Un lunes cultural de una semana ídem
Pasé por el local social y pude escuchar el mini-concierto de los alumnos de la Escuela de Música de La Orotava. Estuvo bien. El director llegó un poco tarde, porque tenía a su mujer hospitalizada. Aproveché la oportunidad para hablar con el alcalde largo rato. Que  es bueno presumir de amistades peligrosas. Nacimos, por cierto, el mismo día, el mismo mes, pero en años bien distintos. Cuando el cumplió once años (aunque se conserva y los lleva bien), prorrumpí yo con el primer llanto. Dice mi madre que no hizo falta que me dieran la nalgada. La comadrona, porque uno nació en la casa, de medianeros y rodeada de plataneras por todas partes –como una isla en un mar de plátanos, qué precioso–, se asustó al ver aquella cosa escurrida y fea y me soltó. ¿Quién no llora después de semejante partigazo?
Un extracto de lo que mi ordenador guardó bajo el título de “Por las tierras de Higa y alrededores”. Y que tiene un montón de páginas. Y que podría ser otro libro. Y que como no me saque la primitiva y me convierta en otro millonario (de esos que se han multiplicado en España con motivo de la crisis), no pienso llorar más ante las instituciones y/o empresas porque no me da la realísima gana.
Como es de hace unos cuantos años, cuando uno se hallaba matriculado en la Agrupación Folclórica de Higa, ilustro el presente con una fotografía del recordado Juan Dumas y que salió publicada de la mano del ayuntamiento realejero. Como el perfil es público, aprovechémonos. Si no te gusta el relato, algo más que probable, amplia la foto y comprueba lo que ha cambiado el paisaje.
Hasta mañana.