sábado, 31 de octubre de 2009

La web municipal

Parece que hemos logrado alcanzar un acuerdo satisfactorio en esto de que las nuevas tecnologías sirven para echarnos una mano en múltiples facetas de la vida diaria. El ayuntamiento realejero también lo entendió así, y desde hace unos años tenemos a nuestra disposición una web en la que podemos informarnos e, incluso, resolver on line algún que otro asuntillo. O escuchar Radio Realejos. O leer el periódico (La Voz de Los Realejos), aunque si intentas descargarlo te sale el pliego de contratación de material fungible para las oficinas…
Lo más seguro, pienso, es que el tan explotado recurso de la crisis no hace posible un mantenimiento en condiciones. Porque tampoco es normal –y que conste que lo he comunicado en más de una ocasión– que en el apartado que hace referencia a los grupos municipales, nos encontremos que sólo el Grupo Popular haya sido capaz de tenerlo actualizado. Allí te encontrarás que los seis concejales se dirigen a la ciudadanía para comunicarles cuál será su línea de trabajo hasta 2011.
Pero –prueba tú por si te sale algo diferente– si acudes al Grupo de Coalición Canaria, hallarás estas perlas:
Estamos en disposición de afrontar con gran optimismo todos los retos programáticos con que concurrimos en las pasadas elecciones de 2003, y lo que es más determinante, ese positivismo se basa en la realidad real de un proyecto ilusionante de regeneración integral que avanza firme, superando sus ambiciosos objetivos y que gravita en la planificación priorizada marcada por tiempos previstos, con una Administración que cada vez será más accesible a todos los vecinos, con unos barrios que deberán ser mejorados paulatinamente en un ejercicio de solidaridad plural.
Felicito muy efusivamente a Carmen Luisa Salazar Rodríguez, quien suscribe tan engorroso párrafo como ‘Portavoz de grupo municipal de Coalición Canaria’, pero ignoraba este humilde bloguero que ahora teníamos elecciones cada ocho años. Juraría yo que fui a votar en mayo de 2007. Y que luego hubo un pacto CC-PSOE en este Realejos norteño.
Pero aún hay más:
En esa línea de trabajo seria y constante que marca la ocupación y preocupación de Coalición Canaria, se abre la vía de Internet como ventana abierta al mundo exterior, a ese ciberespacio del que también nuestro Ayuntamiento debe aprovechar todas sus posibilidades potenciales, para que sea un valioso instrumento de aproximación al ciudadano, de difusión de información pública, de una nueva forma de acceder a los servicios municipales para poder realizar gestiones, consultas y por supuesto poder expresar sus opiniones, sugerencias y propuestas.
Pregunta de ingenuo: ¿La vía de Internet, para qué? Bonito ejemplo con la presentación. Aunque el Partido Socialista no se queda a la zaga, y tras la salutación de rigor a ‘los visitantes de esta página’:
El papel de oposición que nos han deparado las urnas, no significa en absoluto que los Socialistas estemos de vacaciones hasta el año 2007, en que habrá nuevas elecciones, sino que mantenemos nuestro compromiso de trabajo por Los Realejos, con las limitaciones lógicas de tiempo y capacidad resolutoria.
Pues amigo Vicente Quintero Yanes, portavoz del Grupo Municipal PSC-PSOE, creo que ya debió pasar ese 2007 al que aludes. Y al menos mis “emilios”, tanto a la dirección electrónica de la página del ayuntamiento como a la de la sede local del partido –al igual que se remitieron al de CC, por cierto, me contestaron en plan ‘vacilón (¿te acuerdas, remitente?; yo sí, perfectamente)– debieron ponerles al corriente.
No se jacten, pues, de echar flores a estos inventos tecnológicos, si luego no son capaces de tenerlos en las más mínimas condiciones de uso. No vaya a ocurrir lo de tantas buenas iniciativas que se mueren por falta de que algún alma caritativa las atienda. ¿Para qué sembrar si después no regamos?
El hecho de colgarlo en este “Pepillo y Juanillo” es por tener constancia de que ya tengo media docena de seguidores. En un mes. Imagínate dentro de medio año. A este paso no me va a quedar más remedio que monetizar este proyecto.
Hasta la próxima.

viernes, 30 de octubre de 2009

Adalid de la agilidad

Sigo chungo. No salgo de una para meterme en otra. Me levanto temprano, me ‘conecto’ y comienzo la diaria ración de prensa digital. Lo de ‘diaria’ va sin segundas. O terceras. A los cinco o diez minutos (tengo algo de tiempo) ya me hallo saturado. Y no sé por qué página ‘pegar’ ante una nueva cabecera. Sorpresa, indignación, cabreo contenido, estupefacción, idiotez…
La clase política (se enfadarán por meterlos a todos en el mismo saco) ha conseguido que los payasos de los circos se mueran de hambre. Y que proliferen comentaristas de tres al cuarto (como yo mismo, sin ir más lejos) que, sin red ni protección alguna, los emulan en sus piruetas de triple mortal y medio. Qué bochornoso espectáculo.
En ello estaba cuando me entero de la campaña de protección del lagarto (gigante de La Gomera). Y me quedé atónito: ¡¡¡más lagartos todavía!!! Esto no puede ser posible, esto no puede estar pasando de verdad, esto es mentira cochina para rellenar huecos. Chiquitos lagartos hay regados por esa amplia geografía. Desde Valencia a Canarias, desde Cataluña a Galicia, bueno, desde donde tú quieras a donde tú también quieras, haga frío o haga calor (estos ejemplares no son de temperatura constante, se mimetizan con facilidad), allí están ellos. Parece que reptan, pero sólo observan por si el terreno se presta a tal o cual tipología edificatoria. Parece que toman el sol, pero sólo comprueban dónde conviene ubicar la piscina…
Algunos atisbarán movimientos sospechosos, pero es un adelantarse a las circunstancias. Los trámites burocráticos son tan engorrosos que es menester agilizarlos. Eso mismo, adalides de la agilidad. Que suelen, no te lo tomes a cachondeo, coincidir con perfiles más bien orondos, sustanciosos, prominentes. Por estos lares también hay movimientos sospechosos en la oscuridad. En estos dos meses que le restan a este 2009, las inauguraciones (y no del alumbrado navideño) serán el pan nuestro de cada día. Bueno, a decir verdad, alguno se mandará varios bocadillos en una jornada. Las tijeras echarán chispas.
En Puerto de la Cruz –insisto, un ejemplo como otro cualquiera– ya hemos comenzado. Te apuesto lo que sea a que el 31 de diciembre Marcos Brito pesa varios kilos menos. Ya se lo dijo al resto de administraciones en la inauguración del cambio de cara en la plaza Viera y Clavijo: espabílense (que me queda poco). Para acabar este mandato, se entiende, porque cobrando (¿pensionista o activo?) de otras arcas, si Linares cree que no lo va a intentar por quinta vez (¿o sexta?), está completamente equivocado. ¿Te apuestas algo, Paco? Jo, que ‘apostón’ estoy hoy.
Creo que entenderás perfectamente el porqué hoy no me preocupé demasiado en buscar una fotografía. No me cabrían los ejemplos. Y prefiero que nadie me eche en cara que a él no lo coloqué.
Los lagartos que me llamaron mucho la atención fueron los que vislumbré en los exteriores del Centro de Visitantes, en El Portillo, muy familiarizados con todos los que por allí deambulábamos. Qué políticos (léase, sociables) eran.
Cordiales saludos.

jueves, 29 de octubre de 2009

Busco patrocinadores

Estoy anonadado. Y creo que la culpa de mis bajonas es de los partidos políticos. Qué espectáculo. Qué borregos (los partidos). Porque cuando un partido es borrego, cerrado de mollera, cegato perdido y más y más, la culpa no es de sus afiliados, militantes, dirigentes, secretarios generales, presidentes. No, qué va, es del partido. De manera colegiada. Pero el dinero, parece (supuestamente) que se lo mama –perdón, es guardado sigilosamente–, un par de golfos y desalmados. A los que nadie ve, a los que nadie conoce, de los que nada trasciende. Niveles de vida por arriba de todas las posibilidades, ritmos frenéticos y uso desmedido de propiedades y valores de difícil justificación. Pero los partidos siguen con una venda muy negra que los mantiene en la inopia. Coches, yates y viviendas. Trajes, corbatas y bolsos. Pagos en efectivo y talegas escondidas bajo el colchón.
Llevo unos días la mar de confusos. Con un montón de ideas, pero con los bolsillos rotos, vacíos. “Hileras”, por un lado, y “Por las tierras de Higa y alrededores”, por otro. La crisis, no hay dinero, deja ver si el próximo año. No tengo terrenos con los que llegar a algún acuerdo para su recalificación. No tengo la suerte de algunos que se sacan la lotería cada dos por tres. Juego una primitiva semanalmente, pero jamás pasé de un premio de cuarenta euros. Que sólo me dio para seguir jugando unas semanas más. ¿Qué hago?
Varios de mis adeptos –menos mal que alguno queda–, cuando conocieron este nuevo medio de comunicación y recordaron a Pepillo y Juanillo, me preguntaron que para cuándo otra edición. ¡Ay, señor, señor! ¿Recurro, me interpelé, a los mismos que colaboraron en la anterior? Puede. Pero, ¿por qué no intentar algo de más alcance? ¿Por qué no pretender la posibilidad de que una editorial se encargue más seriamente de su publicación y distribución? Y que pueda ser conocido en ámbitos docentes. Y leído por alumnos, padres y abuelos…
Bajé de la nube porque estaban dando el telediario. Y, en la autonómica, sucesos; en las otras, corrupción, cohecho, prevaricación, malversación de fondos, multimillonarias indemnizaciones, negocios inmobiliarios, viajes a Islandia, mociones de censura, deudas históricas… Apagué la tele y me fui a echar una siesta. Pero después de unas dieciocho mil vueltas…
Aquí estoy otra vez delante del ordenador, gastando luz, fósforo y unos restos de neuronas que tenía por ahí. Mira que soy bobo, en vez de ahorrar –como los políticos– para el día de mañana, me pongo a pensar boberías creyendo que se pueden dar a conocer. Así me va.
Bueno, como 2011 está a la vuelta de la esquina, propongo la creación de una agrupación electoral para desde Los Realejos cambiar el mundo. Admito sugerencias y se abre el plazo de presentación de posibles candidatos (abstenerse los que pretendan hacerse ricos en tres meses). Al tiempo, aquellos que estimen la necesidad de este proyecto, vayan pensando el cómo organizar la campaña de captación de fondos para gastos de funcionamiento. ¿Qué? Hombre, espera a que ruede un poco esta máquina para comenzar a repartir dividendos. Ves, ya empezamos. Chacho, no seas impaciente.
Saludos cordiales.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Saliendo al paso

Debe ser que uno, con el paso de los años, se explica muy mal cuando manifiesta que no cualquiera puede ser concejal. Lo he sostenido en diversos foros (el último en una entrevista del amigo Isidro Pérez en Radio Realejos), y alguno se empeña en que ando con una particular campaña de discriminación. Pues para que vean que nos así, pero tampoco me bajo del burro, insisto: no todos estamos capacitados para ostentar un cargo público. Y mucho menos ahora en esta época de crisis que nos ha correspondido vivir.
En los primeros años del siglo XXI, en esta parte del mundo que llamamos civilizada, apenas quedan analfabetos (en la concepción antigua de no saber leer ni escribir), como ocurriera, mero ejemplo, en los años de mi niñez (no digamos nada una centuria atrás). Pero el desarrollo ha sido de tal calibre en apenas unas décadas, que la cantidad de analfabetos funcionales, entre los que me incluyo, es harto significativa. Cada vez que uno se asoma a este sorprendente mundo de las nuevas tecnologías, comprende lo poquita cosa que somos. Y en este contexto, ¿cómo puedo tener de consejera de Turismo a quien tenemos de consejera de Turismo? Si cada vez que abre la boca, no sólo hace el más espantoso de los ridículos, sino que insulta al más común de los mortales, humanos o no, de estos peñascos atlánticos. Por cierto, en Islandia, debido a la recesión económica, han cerrado los McDonald´s, con lo que toda esa gente vendrá a comprar las hamburguesas al Polígono de San Jerónimo y a jugar en los campos de golf de Cristina Tavío (y familia).
Vamos a los ayuntamientos. Liberamos a un concejal para ponerlo al frente de (pon tú la parcela). Y necesitamos un asesor (el que, fíjate tú, querrá cobrar, habrase visto) para que le descifre cuanta normativa legal guarde relación con sus cometido (supuesto). Otro para que le redacte y escriba las cuatro letras que debe leer en la inauguración de un chiringuito. Para más inri, cuando lo hace (leer), se trabuca de tal manera que nos da pie, a los que casualmente escuchábamos (qué curiosos somos), a pensar que o no debe saber leer, o no entiende lo que lee, o le pusieron unos vocablos muy por arriba de sus posibilidades reales (sus potencialidades), o… Otro para plasmarle en un cacho de papel una idea que le surgió anoche (bueno, lo vio en la tela, pero después lo soñó un fisquito). Otro para que le acompañe a las visitas de rigor y/o ruedas de prensa y le dé un pellizcón disimulado o una patada por debajo de la mesa cuando meta “la jambe”. ¿Sigo?
Claro que tú conoces la casuística, pero yo no me callo y me rebelo. Cuanto más viejo, más inconformista. Pero es que aspiro a verme representado por quien sea capaz de volver a ilusionarme. ¿Utopía? Es probable.
Por supuesto que todos valemos para algo, pero no todos valemos para todo. Voy a proponerme (échenme una mano) para Diputado del Común ahora que tengo más tiempo. No me vengas con lo de que no valgo, que no doy el perfil. Soy más independiente que nadie, estuve afiliado al PSOE, soy amigo de Paulino y saludé el año pasado (aeropuerto de Guacimeta) a Antonio Alarcó (y a Manolo Domínguez cada vez que lo veo). ¿Crees tú que Antonio Castro tiene más méritos que yo? Pues repasa su andadura política (de la profesional, si es que la tuvo, nada se sabe) y sorpréndete.
Hasta la próxima.

martes, 27 de octubre de 2009

Esos chiquillos...

Allá por los inicios del siglo XX, el alcalde lagunero publica un edicto prohibiendo las reuniones de chicos de 7 a 14 años en plazas, calles y paseos durante las horas que estén abiertas las escuelas públicas, á fin de que concurran á ellas y multando á los infractores.
El Regional (La Orotava, 8-abril-1905, número 15, página 2) propone a todos los alcaldes de todos los pueblos de las islas el que adopten idénticas medidas. Con lo que ganaría en extremo la enseñanza y muchos niños, que hoy se educan en la escuela de la ignorancia, estudiando para vagos, si se les aplicara las regeneradoras medidas de este edicto, podrían ser el día de mañana hombres útiles y dignos ciudadanos, porque debemos reconocer con ingenuidad que el que no sabe leer ni escribir es casi siempre una entidad cuya categoría en la escala social es vergonzosa. E insistencia especial, si quiere lucirse, al Sr. Ponte, alcalde de La Orotava, porque el estado de abandono de la enseñanza en La Villa es más que patente, y como autoridad tiene en sus manos el poder de cortar a tiempo este doloroso estado y no esperar a mañana cuando el mal no tenga remedio.
En el mismo sentido, y por esas mismas fechas, El Taoro (una hoja suelta, sin fecha, deduzco de 1906) decía: De nuestra primera autoridad local esperamos se cumplan las ordenanzas municipales, para conseguir desparezca de las calles esa turba de pequeños vagos, futuros viciosos, que en lugar de asistir á las escuelas se adiestran en el juego y se aficionan á la embriaguez, siendo mañana deshonra de este pueblo, que poco á poco va perdiendo sus morigeradas costumbres por tomar otras, á la verdad muy poco honrosas y muy distantes de la cultura que debe encauzar la autoridad mencionada.
Y unos años después, Diario del Norte (Puerto de la Cruz, 8-enero-1908, número 29, página 2) se quejaba de que en Puerto de la Cruz, a pesar de sus ligeros tintes ilustrados y la preferencia que daba a la instrucción, hay chiquillos que pululan por las calles metiendo ruido y haciendo fechorías. A pesar de que los chicos son traviesos en todas partes y cometen muchos abusos por falta de inteligencia para distinguir el bien del mal, lo bueno de lo malo, no por eso debe permitírsele que molesten al vecindario, porque los padres, con consejos y educándolos bien, y la policía, castigándolos, deben poner coto a sus desmanes. Hay calles que las convierten en campo de agramante, sitios públicos donde se reúnen para alborotar, y, francamente, cuando esto ocurre, vendría como de molde la presencia de un guardia municipal, que, deteniendo á uno o á varios, el castigo servía de ejemplo á los demás. Y en esa época, insistía, en que la presencia de centenares de extranjeros, que vienen al Puerto a disfrutar de las excelencias del clima y confort de los hoteles, hay que extremar tales medidas. Confía el periódico en que se corrijan esos vicios infantiles y no se produzca ni una sola queja.
Proseguimos esta entrega (parece mentira que haya transcurrido un periodo de cien años, qué hemos hecho mientras tanto) con un ruego a las autoridades de Arautápala (Puerto de la Cruz, 18-septiembre-1909, número 61, página 1), para que no se vean las calles tan concurridas y lamentando con frecuencia multitud de actos que pone en muy mal lugar la cultura de nuestro pueblo. Y continuaba: Mientras no se adopten enérgicos procedimientos contra los padres, seguiremos contemplando, un día y otro día, los desagradables é incultos cuadros que la niñez dibuja con inocente indiferencia en el magnífico lienzo de unos años que se van, dejando tras sí la desolada visión de un porvenir que se escapa por culpa de los que debieran evitarlo.
Y concluimos con dos pinceladas más. La primera, de un artículo-editorial de Arautápala, titulado “Males presentes” (11-noviembre-1909, número 84, página 1), al ocuparse del momento de relajamiento cultural de los adultos, realiza un somero repaso del estado de incultura en que desgraciadamente se hallan muchos niños que un día y otro vemos pululando por las calles del Puerto, sin que una mano piadosa trate de oponerse con la energía que el caso requiere á cauterizar esa llaga social que nos rebaja ante propios y extraños.
Y la segunda, de El Teide (Puerto de la Cruz, 14-diciembre-1910, número 238, páginas 1 y 2), que publica un manifiesto de un grupo de concejales. Se dirigen al electorado para dar a conocer sus futuras líneas de actuación. Y la educación, un capítulo importante:
…haciendo desaparecer el bochornoso espectáculo, que todos los días presenciamos, de tanto niño que por nuestras calles pulula, pronunciando obscenas palabras, acostumbrándose á la holganza y persiguiendo extranjeros para pedirles un penny, como degradados pordioseros que mendigan por vicio, no por necesidad.
Sin más comentario por mi parte, y dedicado, como casi siempre, a mis buenos amigos los docentes. La fotografía no es de aquella época, pero la escuela que yo viví… Por cierto, ¿me conocen en la susodicha?

lunes, 26 de octubre de 2009

Aclaraciones gramaticales

No pudiendo ni debiendo olvidar raíces, heme hoy aquí en plan didáctico. Si al menos uno lee este comentario (un favor a los que conozcan esta dirección bloguera: pásenla a otros dos; si son docentes, mejor) y lo saco de dudas, satisfecho me hallaré.
Adolecer: 1. Referido a una enfermedad, padecerla o sufrirla (Adolece de jaqueca desde muy joven). 2. Referido a un defecto, tenerlo o poseerlo (Esa empresa adolece de graves irregularidades). Tras algunas aclaraciones etimológicas, sintácticas y morfológicas, dice mi diccionario didáctico de español (SM avanzado) que “no debe emplearse con el significado de carecer” (Adolece de inteligencia no es los mismo que carece de inteligencia).
Agarra cualquier periódico (preferentemente de estas ínsulas) o escucha cualquier emisora de radio o televisión (preferentemente local o autonómica) y, utilizando su particular visión del asunto (léase, significado), bien podrías tú también decir: adolecen de vergüenza.
Grosso modo (latinismo): Aproximadamente, a grandes rasgos, o poco más o menos (Cuéntame grosso modo lo que pasó). Añade el mentado diccionario una nota de sintaxis: es incorrecta la expresión “a grosso modo”.
Dime la verdad: ¿cuántas veces lo has escuchado con esta última versión, con la incorrecta? Y te voy a explicar el porqué: queremos ser tan ‘curritos’ y pretender echarnos aquello mayor que lo otro, que por no decir “explíquelo por el aire” caemos en la petulancia de “haga, por favor, una disección ‘a grosso modo’ de su enfoque coyuntural sobre el fenómeno paranormal del apareamiento extraordinario de las guacamayas tropicales”. Como diría el amigo: “vétete porai”.
Motu proprio (latinismo): De manera voluntaria o por propia voluntad (Te he invitado motu proprio, nadie me ha obligado). Y las oportunas notas ortográfica: es incorrecto ‘motu propio’; y sintáctica: también los son ‘de motu propio’ o ‘de motu proprio’.
¿Verdad que resulta difícil de pronunciar? Pues no la uses y ya está. Vaya manía con las apariencias. Cuando uno creía superado el “culo veo, culo quiero” que nuestros padres nos repitieron hasta la saciedad, viene a resultar que seguimos en las mismas. Puedo entender que la proliferación de “medios de comunicación”, en los que “excelentes profesionales” llevan a cabo una “meritoria labor” (¿te vas a quedar conmigo o qué?), conduce a… ¡Chacho, déjalo ya! Basta que la chica sea mona (cuanto más, mejor) y sepa darle la vuelta al cuadrito del panel… Perfecto, pero que no abra la boca, por favor.
Como siempre aclaro, si alguien se siente aludido es, qué duda cabe, buena señal. Lo malo será cuando no, lo que significaría, indefectiblemente, que hay lacras difíciles de erradicar. Au revoir.
P.D. Me sugieren que anime a los lectores –mis lectores, qué ilusión– para que aporten ejemplos de señales (calles, plazas, edificios…) que guarden relación con la literatura (por la entrada que titulé ‘Señalética’). El pistoletazo de salida queda dado. A lo mejor –recalco: ‘a lo mejor’– invito al primero a echarnos un potajito de berros… ¿Dónde va a ser? ¿Quieres que te lo silbe?

domingo, 25 de octubre de 2009

Con ánimo constructivo

Escuché en días pasados a un representante del Partido Popular en Los Realejos que su grupo iba a proponer la supresión, mientras dure la crisis, del boletín informativo ‘La Voz de Los Realejos’. O que se reduzca, en todo caso, la partida presupuestaria destinada a tal fin. Ni entro ni salgo, en principio, hasta no disponer de información más completa al respecto, porque estos descubrimientos conducen al ciudadano de a pie –tú y yo– al escepticismo más radical, ya que no entendemos cómo la óptica puede variar de manera tan rotunda según se esté en el gobierno o en la oposición; nos da la impresión de que el político pierde por completo sus señas de identidad al quedar sumergido en eso llamado “partido”.
Aprovechando la coyuntura, y con el ánimo más constructivo, como aficionado a esto del periodismo, y como realejero, sí me gustaría hacer unas puntualizaciones que, con todo el cariño del mundo, quiero dirigirlas a los coordinadores de la precitada publicación, porque me temo se esté adocenando, y es menester corregir ciertos aspectos. La experiencia de 19 años y 69 números debe darnos pie para mejorar en todo lo que sea posible. Y si mi humilde aportación puede ser tomada en consideración, o contrastada con cabezas mejor amuebladas que la de este docente jubilado, me consideraré servido en grado sumo. Como dicen los comentaristas deportivos, el equipo “tal y cual” jugó demasiado previsible, a saber, el contrario se percataba siempre de por dónde vendrían. ‘La Voz de Los Realejos’, también. Número tras número es demasiado igual, en su diseño, al menos. Y comenzamos:
Me dijo un viejo profesor universitario que el primer párrafo de cualquier información no debe llevar sangrado. No lo he visto como obligación en manual de estilo alguno (tampoco me he esforzado demasiado en la búsqueda), pero estéticamente, al menos, tengo que darle la razón. Máxime si la composición es a cinco columnas, como es nuestro caso. ‘El País’ constituye un ejemplo de lo que sostengo. Personalmente, debo confesar, que nunca lo pongo. Y la sangría de los párrafos siguientes, para mí –insisto, para mí–, más pequeña. Ya sé que ejemplares atrás era aún mayor, pero la sigo viendo demasiado grande (apreciación personal).
La líneas viudas y huérfanas son pecados mortales. Y en algunos casos, de excomunión. Por ejemplo, dejar sólo la sílaba ‘llo’, última de la palabra ‘desarrollo’, allá arriba, al inicio de una columna, más sola que la una.
Se habla, y se escribe, con demasiada alegría de estudios de audiencia, sin dar a conocer ficha técnica alguna de los mismos. Sin ese juicio previo, el decir que Radio Realejos tienen una audiencia de 30.000 oyentes, ofrece tanta credibilidad como manifestar que este blog es visitado por la mitad de la población realejera.
Soy consciente de que una publicación trimestral o cuatrimestral implica inconvenientes como el redactar informaciones tan dispares en el tiempo. Por ello, téngase especial cuidado en: El alcalde de Los Realejos informó al pleno… Y, a continuación, tras el primer punto y seguido: La sesión plenaria, de carácter ordinario, dará comienzo a las… Y en el siguiente párrafo: Oswaldo Amaro dio cuenta en la sesión plenaria…
O este otro ejemplo: La carretera de Toscal-Longuera […] se convirtió el pasado 12 de septiembre en un mercado… Unos párrafos después, dentro del mismo contexto informativo, por supuesto: La jornada se verá complementada con diferentes actividades…
Dice mi diccionario –cuánto acudo a él– que la expresión primer edil para designar al alcalde es incorrecto, aunque está muy extendido. Y yo le hago caso, sin más.
El. Ayuntamiento de Los Realejos, ha decidido implantar… Entiendo que el punto se coló (un fallo es un fallo y lo cometemos sin darnos cuenta), pero entre el sujeto y el verbo no puede haber coma.
Si el periódico tuviese una fecha de publicación fija, podríamos expresar que el concejal de agricultura se reunió esta semana…; pero como no es este el caso, el concretar puede conducir a error.
En general, cuando hay varios sujetos, aunque esté cada uno en singular, la concordancia debe hacerse con el verbo en plural. Pescado salado, pelotas de gofio, papas arrugadas, piñas de millo asadas, tomates, huevos duros y vino formó parte de las viandas… El subrayado es mío. Debería decir ‘formaron’.
Cuando se celebró el Festival de la Zarzuela, acto que se enmarca en el programa de las Fiestas del Carmen, Alejandro Herrera era concejal del área. Aunque la publicación vea la luz en octubre, una vez ya roto el pacto, no podemos expresar que el ex-concejal de Fiestas indicó que estamos de enhorabuena…, porque lo habrá dicho en julio. De lo contrario no tendría ningún sentido.
Para no alargar demasiado este comentario, y recordando que el uso de la coma es harto complicado, pero que aconsejo repasar su norma en los vocativos y aposiciones, concluyo con estos párrafos, y el ruego de que no se tomen estas notas a vuelapluma como un reproche, sino como una simple aportación que pretende mejorar este vehículo de comunicación (menos mal que este blog tienen menos éxito que El Fary en un concierto ‘heavy metal’):
Por todo ello, desde el Grupo Municipal de Coalición Canaria, se a presentado esta solicitud, que será debatida en el próximo pleno a celebrar a finales del mes de octubre para su debate y aprobación.
Desde el Grupo de Coalición Canaria se a instado al Alcalde a realizar las gestiones oportunas…
No se podrán quejar: yo lo leo. Hasta más ver, que son señas de estar mañana aquí.

sábado, 24 de octubre de 2009

Suciedad

Somos un pueblo sucio. Y no me refiero, en particular, a Los Realejos, Puerto de la Cruz o La Orotava (que también), que son los más cercanos. No, ese ‘pueblo’ somos todos. Y los somos por naturaleza. Debe formar parte de nuestro código genético. Porque no es normal que habiendo papeleras y contenedores en abundancia, estén calles, plazas y rincones hechos un asquito. Las márgenes, las cunetas de las carreteras por las que suelo salir a patear, dan pena, lástima y sentimiento. Los plásticos –en todas las modalidades posibles– campan a sus anchas mecidos graciosamente por el viento. Desde cajetillas de cigarros, pasando por jugos y todos los restos imaginables o no, el muestrario es amplísimo.
También nos encontramos ejemplos gratificantes en los lugares donde su ubican grupos de contenedores (donde hay uno solo no suele ocurrir; debe ser que cuando somos pocos actuamos con más sentido común que cuando nos juntamos unos cuantos más). De los verdes, de los normales, de los de casi toda la vida. No de los de recogida selectiva; estos, mal que bien, van escapando, aunque el paso de los camiones para su retirada suele ser escaso o bastante espaciado. Pero en los alrededores de aquellos, madre mía. Ni carteles disuasorios, ni horarios de recogida, ni avisos de la comunidad del edificio más próximo. Allí cada cual hace lo que crea más conveniente. Que se traduce, normalmente, en el clásico ‘ande yo caliente (…)’. Traduzco los puntos suspensivos: mientras no tenga yo la bolsa en casa, se me importa un pimiento que el contenedor tenga o no la tapa cerrada, que los perros rompan o ensucien, que el olor sea insoportable, que… O encontramos el concurso de comprobar quién ‘encesta’ desde más lejos.
Se juntan cuatro o cinco jóvenes en el banco de la esquina. Debidamente sentados en la parte más elevada del espaldar, y colocados los tenis u otro calzado donde la gente normal pondría sus posaderas, comienzan a comer pipas. Y da gusto contemplar a aquellos loros. Allá a la media hora arrancan la caña. ¿Tú has visto cómo quedan las pobres baldosas? Pues bien, reproduce la escena en la entrada de la iglesia, en la escalera de acceso a cualquier vivienda, entidad bancaria, comercio, tienda, farmacia…
¿Tú te has fijado cómo están de colillas los exteriores de, mero ejemplo, los centros médicos, dispensarios, clínicas, hospitales? Debe ser el resultado de las últimas, y apuradas, caladas antes de que los galenos de turno digan aquello de lo dejan o…
¿Y los chicles? ¿Y las cagadas –nada de cursilerías con lo de caca, parece que huele menos si pisas el regalo– de perros que adornan aceras y senderos.
Aquí lo dejo, no sin antes, a modo de moraleja, dejar como reflexión esta mi teoría: “y no es un problema de cultura, de educación. Es, insisto, un problema genético”. Y estoy convencido de que habrá un premio Nobel en un futuro, me temo que lejano, al químico que descubra qué coño trastoque ha habido, qué cromosoma se nos desconectó –y descoñetó– para que seamos guarros por naturaleza.
La ilustración de hoy no corresponde a un lugar concreto, pero seguro que cualquiera de nosotros ya le halló una ubicación. O varias. Es que somos así.
Ojala mañana me levante menos negativo. Buenos días.

viernes, 23 de octubre de 2009

Entrevistadores

Las facultades de Ciencias de la Información deben acudir más al amplísimo repertorio radiofónico y televisivo para ‘tomar muestras’, analizar contenidos en las aulas y concluir qué, y qué no, deben hacer los futuros profesionales en la práctica diaria. Saben mi parecer desde años inmemoriales –repasen hemerotecas– acerca de los entrevistadores que se entrevistan. Son los auténticos protagonistas en el espacio dedicado a tal menester. Se preguntan y se responden. Se besan, se contemplan y se quieren. En la otra silla, una cosa insignificante, pequeñita, acurrucada en el asiento, se dice para sus interiores íntimos de adentro: ¿a qué carajo vine yo aquí?; si parece que estoy poniendo un huevo mientras ese gallo se pavonea por el corral.
Todas las frases y/o párrafos que hallarás a continuación llevan el oportuno ‘sic’: textual, así, de este modo o tal y como se reproduce.
“Una vez acabado eso, podemos traer todas las descalificaciones”.
“Este gobierno es un bloque y para dar ejemplo, yo mismo. Además, haremos un control semanal. Por lo pronto, comenzaremos con un zafarrancho de limpieza y una campaña de desratización para acabar con las cucarachas”.
“La manipulación de las tertulias es más propio de la ‘España dictadora’ que de la etapa democrática”.
“Personas que no saben lo que dicen, se dedican a calumniar, injuriar, descalificar; qué falta de respeto y qué falta de educación”.
“Determinados desalmados que hay por ahí, que les ponen un micrófono delante e inventan noticias”.
“Se generaliza y se mete a todos en el mismo saco”.
Me sacudí la cabeza varias veces y opté por el zapeo. Pero tampoco me llenó la otra. Apagué la tele y puse la radio. En una emisora ‘pública’, pagada con tu dinero y el mío, se entrevistaba a un… Y qué más da; la desconecté ipso facto.
Ni critico ni dejo de criticar, ni opino ni dejo de opinar, ni afirmo ni niego, pero los seis ejemplos del buen hacer periodístico que puse un poco más arriba, son un botón de una perla emitida por televisión (en TDT). Es para que vayan eliminando y ahorrándose suspicacias. Ni al entrevistado ni al entrevistador se les cayeron las caras de vergüenza. ¿Por qué los dos? Eran tal para cual. Y además se lleva mucho eso de ponerse a caldo de gallina la una a la otra en la batalla por las audiencias.
También escuché: “con mi dinero hago lo que quiero, pero los dineros públicos y bla, bla y bla”. Cuando ya no somos capaces de vernos nuestras jorobas, deberá ser porque la panza nos pesa tanto que es imposible girar el cogote.
Hoy no hay foto de personaje humano alguno. Sólo un genérico micrófono. Pon tú, mentalmente, la imagen del que tú creas retratado. ¿A que te sale más de uno? Eso es buena señal. Cuando sea grande y tenga más tiempo libre, estudiaré periodismo. Luego, mi tesina, o tesis, versará sobre el chiripitifláutico mundo de las teles y radios locales; me chiflan.
Que tengan ustedes unos radiotelevisivos, y buenos, días.

jueves, 22 de octubre de 2009

Señalética

Esto de la Internet tiene sus ventajas. Muchas. Aunque haya demasiada golfería agazapada. Me entero que la señalética es una actividad perteneciente al diseño gráfico que estudia y desarrolla un sistema de comunicación visual sintetizado en un conjunto de señales o símbolos que cumplen la función de guiar, orientar u organizar a una persona o conjunto de personas en aquellos puntos del espacio que planteen dilemas de comportamiento, como por ejemplo dentro de una gran superficie (centros comerciales, fábricas, polígonos industriales, parques tecnológicos, aeropuertos, etcétera).
Uno se aprovecha de lo que le interesa y como en el etcétera cabe de todo, por ejemplo las calles, lanzo un cariñoso aviso al ayuntamiento realejero para que ‘eche una visual’ a los letreros que indican el nombre de las susodichas en la Urbanización Los Príncipes: un cacho soporte metálico (oxidado), en cuyo extremo superior hállase un rectángulo, color azul (más oxidado), en el que parece estar signada (letras blancas) la identificación de la vía pública… Oswaldo, que tú vives al principio de la zona. Y por arriba de mi calle, otro concejal. Y dos o tres más abajo, otro edil. Ustedes no ven o qué.
Hace unos años, algún ente supramunicipal colocó señales a mansalva a las entradas y salidas de cada uno de los núcleos poblacionales de todos los municipios tinerfeños. Con graves errores, por cierto, como el que indiqué hace unos días con la que muestra que Los Realejos finaliza en la Travesía El Pino, en Realejo Alto. A buen seguro que ahí se gastó una generosa dotación de euros. Y uno se pregunta si tanto para una cosa y nada para otra. Gobernar debe significar el ser capaz de administrar adecuadamente los dineros públicos. Y en tiempos de crisis –vocablo que bien explotan para lo que interesa–, mucho más.
Ilustro el presente con unas fotografías, como casi siempre. Yo puedo retocarlas con el Photoshop, pero lo intenté en las reales y no me fue posible. Entiendo que esta pléyade de periodistas y escritores merece un poco de mejor trato. Sí, ya sé que son muchas las necesidades, que hay que atender innumerables demandas. Ante la respuesta que siempre los políticos tienen preparada, el planteamiento ingenuo de un servidor: ¿Y cómo hay presupuesto para los puestos de libre designación? Ahí tienen, sin ir más lejos, al ‘pibe de Ofra’ (quien lo bautizó que se lo quite), el ínclito Ángel Llanos. Zerolo le dio una patada en cierto sitio y ya está colocado como asesor del Grupo Popular en el Parlamento canario. Eso significa 3000 euros mensuales. ¿Estaban libres o los guardaban en una alcancía?
Mañana, si nada se tercia, les diré algo de entrevistas y entrevistadores. Hay cada uno… O, también: ¡ay!, a algunos hay que echarles de comer aparte.
Mis más cordiales y afectuosos saludos.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Ay, Pepe, Pepe

Cada vez que se acerca ‘algo’, ahí está Pepe Segura. Puede que esté pensando en la sustitución de López Aguilar (ahora mismo matriculado en el C.E.R.A.: censo electoral de residentes ausentes) o en las próximas elecciones (de lo que sea). Lo mismo está especulando que ya es hora de volver a Canarias –porque él tampoco está–, y meterle mano al correíllo La Palma, o a la secretaría de no sé qué, o al Cabildo de Lanzarote, o… Porque Pepe vale para un roto y para un descosido. Desde que yo era chiquito, y de eso hace unos cincuenta y tantos años, a Pepe ya se le había caído el pelo. Luego pasó el tiempo y a mí también se me cayó, pero él sigue impertérrito a potingues y champús. Hace la tira inauguramos –ambos los dos– la ampliación de la carretera del Burgado. Vete para que veas cómo se halla en la actualidad. Al menda, yo mismo, le dio tiempo de afiliarse, militar, ser cargo orgánico, ostentar cargo público, desafiliarse, desmilitarizarse, no ser nada (o sea, inorgánico perdido), volver a las aulas (Pepe sigue presumiendo de la Escuela de Náutica, será de secano), jubilarme… Y Pepe persiste.
Cuando queda poco para ‘algo’ no duerme. Inunda los medios de comunicación impresos con dieciocho mil artículos, visita ‘cienes y cienes’ de emisoras de radio y televisión, y habla, habla, habla… ¡Vaya si habla! Y así, grosso modo, es también el PSOE canario. No hay por dónde agarrarlo. Porque no es Pepe solo, hay muchos otros ejemplares dignos de ser significativos opositores de los opositores. El enemigo está, como siempre, en casa.
¿Los nuevos valores? Guárdame un cachorro. Aquí en Los Realejos hubo un pacto municipal raro. Pero aun los que no lo vimos claro, debemos reconocer que funcionó. Hasta que las nuevas hornadas socialistas metieron la pata. Y acusaron al alcalde de ser un ‘metomentodo’. Pues qué quieren que les diga, yo creo que los alcaldes tienen que serlo si aspiran a enterarse de lo que ocurre en su pueblo. Todavía estamos esperando una explicación convincente. Y ahora no hay ataduras que lo impidan.
Los viejos (parlamentarios, consejeros, asesores, asistentes…) siguen agarrados (qué bueno es estar en la oposición, sin cometido alguno y cobrando a fin de mes) y los nuevos se hacen viejos sin que los conozcan a más de diez metros de su domicilio. ¿Se acuerdan de los discursos navideños de Franco? ¿O eran de fin de año? Sí, los que nos sonaban a perpetuidad. Pues estamos en la misma casuística (ahora teñida bajo el barniz democrático).
Y como el que vale, vale, y el que no, p´a maestro de escuela, los encumbrados aparecerán en dos, tres o cuatro listas y… a llorar a la plaza. ¿Cómo que no te conté nada de la secretaría general de los socialistas canarios? ¿Tú no lees la prensa en la que sesudos comentaristas hacen cábalas, quinielas y sorteos? Nada, hombre, no te preocupes, te lo explico: eso no sirve para rien de rien. Cada uno seguirá haciendo –y diciendo– lo que le venga en gana. ¿Te pongo ejemplos? ¿No? Vale, Jerónimo.
Manifiesta mi diccionario que política es la actividad de los que gobiernan o aspiran a gobernar los asuntos públicos. Pues yo propongo que de aquí en adelante la definición de actividad sea: (in)Capacidad de actuar o tener un (d)efecto, especialmente si es (in)eficaz.
Aclaración primera: los tres añadidos entre paréntesis del párrafo anterior ya están sujetos a copyright. Aclaración segunda: cuando era colaborador en la prensa de esta isla, aparecían tantos escritores nuevos en los meses anteriores a cualquier contienda electoral, que me aburrieron; los directores saben quiénes venden y quiénes somos de pueblo.
Concluyo: adelante, Pepe, que hay fuelle hasta los ciento cincuenta. Y que yo lo vea. Mañana, para compensar, no escribiré de ‘política’.

martes, 20 de octubre de 2009

Maldeojo

Llevo unos días raro. Si viviera mi abuela –significaría que yo tendría muchos menos años–, a buen seguro, me espetaría aquello de ‘te hicieron maldeojo’. Y eso ocurría por envidias y celos. Me echaría un par de rezados, yo me creería que surten efecto, e, ipso facto, jaquecas a la papelera de reciclaje.
Hoy, como tenemos de todo, deberá ser distinto. Además, esta sociedad se caracteriza, precisamente, por mirar mal al otro. Es decir, si todos hacemos lo mismo, nos hemos inmunizado casi sin darnos cuenta. Pero en el ganado es diferente. Y todavía queda mucho animal suelto por ahí. De cuatro patas, los menos.
Fíjense en estas ovejas gomeras; de Agulo, por más señas. Elegantes y fotogénicas cual una Noemi Campbell cualquiera. En blanco, salvo la que se esconde detrás que parece tener el hocico de color. ¿Y la del lazo rojo, qué? ¿Por qué se aventura a ponerse en primera fila? Chupa cámara sin recato alguno. El temor de su propietario dejó de ser tal desde el mismo instante en que pusieron alrededor de su cuello un elegante ‘cacho de trapo rojo’. Por mucho que yo quisiera causarle cualquier desgracia al ejemplar óvido (subfamilia de los mamíferos, aparte de rumiante, con abundante pelo o lana, fíjate tú, “el macho suele tener dos cuernos”), está debidamente protegido. El collar bermellón (casi) te escandila y ya no te da tiempo de mirar los ojos de la oveja. Ni desearle mal alguno, por supuesto.
Yo tengo otra teoría. Es la de colocar en el corral, o alrededores, un singular carnero mocho. Que los hay. No me preguntes, pero no tienen cuernos (saltándonos la teoría definitoria anterior). Cuando yo era joven (hace la tira), hubo uno en La Gorvorana. Y mucha gente lo confundió con ‘linda ovejita’. Claro, de entrada, tú no le vas a mirar la retaguardia, sus ‘dos’ señas de identidad. Y pegaba el bichito a recular que… ¡agüita! Con el susodicho no hay maldeojo que se meta en el rebaño. Más bien debe salir por patas el que pretende inocular tal enfermedad.
Claro, soy consciente de que no deben existir muchos ejemplares de tales características. Por lo que, mientras tanto, podemos ir escapando con estos remedios más caseros. Y más baratos. Quedándonos siempre la opción de que si el mal entrase en el bicho, nos resta la alternativa del rezado, porque en estos tiempos ateos que corremos puede ser estupendo bálsamo.
Aunque si te digo la verdad, y termino, viendo la docilidad del ganado –que bien la quisieran (la docilidad) los maestros en los chicos cuando hacen la fila–, no puedo entender el que haya tanta gente ‘atravesada’. Me voy porque ya me siento algo mejor. Hasta otra.

lunes, 19 de octubre de 2009

Manifestaciones

Toda ‘manifa’ tiene su enjundia (antes de seguir vete al diccionario y mira bien el significado de la palabreja [enjundia], no sea que me vuelva a ocurrir lo que en cierta sesión del consejo escolar del IES. ¿Cómo? Sí, se la apliqué cariñosamente a la intervención de indeterminado ¿profe?, y pensó que lo había insultado; ¡chacho, más nunca!). Pero enjundia numérica. Y bien dispar. Porque si grande es la diferencia entre dos millones (todos los que vivimos en Canarias, he dicho “todos”), que alegan los convocantes (qué otra cosa podría esperarse), y el millón y medio (número arriba, número abajo) que contó doña Esperanza; no digamos nada si comparamos estas cantidades con los doscientos cincuenta mil de la policía o los 55.316 que estimó la empresa especializada LYNCE, contratada por la agencia de noticias Efe. Cualquiera sabe, a estas alturas de la película, cuál de las cuatro apreciaciones es la más lince de todas.
En Canarias vivimos (los datos son de finales de 2008) 2.076.268 personas, de los que 1.715.630 corresponden a las dos islas que comparten la capitalidad de esta autonomía (ya nos independizaremos en 2010, en ello estamos casi al DÍA). La Palma, La Gomera y El Hierro suman 119.903 habitantes y la unión de Fuerteventura y Lanzarote hacen 240.435.
Pónganse, pues, a hacer todas las combinaciones que a bien quieran. Comiencen a subir gente a los medios de comunicación que estimen conveniente: barco, avión, camello, burro o bicicleta. Ya yo lo hice y no me salen las cuentas. Se me saturan muelles, aeropuertos y estaciones de guaguas.
En este país nuestro la religión católica, apostólica y romana ha estado presente… ¿para qué contarte? La Constitución reconoce la libertad de otras creencias. Todavía no he vislumbrado una manifestación de católicos protestando porque mañana todos podemos ser protestantes. Protestones sí. Es más, sólo conozco un caso, de mi trayectoria docente, de un padre que vino al colegio a protestar porque sólo se impartía la clase de religión católica. Y tanto derecho –constitucional– tengo yo como los otros. Ignoro si llegó a ir a la Consejería del ramo. (Ño, me salió un párrafo de ‘protesta’).
Pues, carajo, nadie te obliga a abortar, nadie te obliga a que abandones a tu hija menor de edad a su suerte, nadie te obliga ni te conduce a la promiscuidad ni a la vida licenciosa… Además, si ustedes son más ‘padres’ que nadie, ¿por qué tanto temor? Vuestros hijos son modelos; los nuestros, auténticos desastritos y dejados de la mano. Pero deja, católico practicante –quién lo diría–, que haya una garantía legal para quien, por la razón que sea, cayó en la desgracia.
De la cínica actitud del PP no me da la gana de gastar una letra. Ellos tienen otros procedimientos y financiaciones para dispendios y viajes a donde nadie los conozca ni les pidan filiaciones. ¿Ilegales? ¿Y qué?
Me voy, porque me siento medio raro. Mañana te lo cuento.

domingo, 18 de octubre de 2009

Vagabundeo

Ahora que uno puede permitirse la licencia de observar el panorama desde la óptica de jubilado –qué envidia sienten algunos–, me llegan a la memoria pasajes de años idos –muy idos– que guardan demasiadas concomitancias con otros hechos acaecidos no ha tanto.
Muchos de esos chicos, que como seres destinados á la perdición por el abandono de sus padres, vagan por las calles, atestiguando á cada momento su mala educación, se hallan en la edad de frecuentar los establecimientos de enseñanza, y deber es de sus padres ó personas de su crianza encargadas procurar á esos espíritus sumidos en la oscuridad de la ignorancia la luz que no se niega jamás en toda sociedad culta á la mayor pobreza, puesto que escuelas públicas hay donde concurrir puede sin estipendio alguno el niño que carezca de otros medios de instrucción.
El párrafo anterior se ha repetido a lo largo y ancho de muchísimas décadas. Comprobarán que la composición –y la ortografía– no se corresponde con algo de la semana pasada. Pero el fondo de la cuestión, sí. Porque, además, en ese artículo se reconoce que existen padres que envían a sus hijos a la escuela, pero no se preocupan en vigilar si entran al centro o se marchan á ejercitar lejos de él sus travesuras y censurables juegos.
Turba de muchachos que corre en bandada bulliciosa á las cercanías de los templos, donde aturden con espantosa grita, cuando no andan á la greña, oyéndoseles muchas veces palabras tan soeces que avergüenzan a todos los que los oyen. Esa soltura licenciosa, esas travesuras de mal género van arraigando poco a poco en los ánimos infantiles inclinaciones perversas y hábitos perniciosos que suelen convertirse un día en feos vicios y hasta en vergonzosos crímenes.
Me acordé del otro día mismo. De los que no entraban al IES y los traía la policía a media mañana, de los que amargaban la existencia del cura con los griteríos y desmanes en la plaza de El Toscal cuando intentaba ejercer su función en cualquier oficio religioso, de los que entraban medios ‘atolondrados’ después de pasar el recreo en la plaza de Piloto, de los que desaparecían varias semanas y volvían luego al recinto escolar con la cantinela de “aquí no ha pasado nada”, de padres y madres que te espetan aquello de “y qué le hago”, de ‘el pan nuestro de cada día’ en cualquier instante del docente activo…
Cuando uno dispone de más tiempo y los horarios no te encorsetan sobremanera, reconoce haber llegado el momento de ir lanzando pinceladas que se recogieron en un tocho mucho más gordo y que la crisis no te permite encontrar almas generosas que te echen una mano para poder ser publicado. A no ser que algún mecenas tenga acceso a este humilde blog y me dé una agradable sorpresa. Porque en la prensa del período ‘interrepúblicas’ (1873-1931), las reseñas sobre educación (instrucción pública) son frecuentes. Incluso de este Norte de la isla picuda (por supuesto, la primera de esta nacionalidad atlántica).
Así que te prometo seguir. ¡Ah!, lo que he insertado en cursiva lo puedes hallar en el semanario La Palma (periódico imparcial de intereses generales), editado en la capital palmera (13 de abril de 1879, año V, número 182, página 1). Apenas 130 años (el otro día mismo).
Hasta mañana.
Aclaración: Has observado bien, he rediseñado la parte derecha. Esto debe ser una crisis política. Pero Mariano no responde con tanta agilidad.

sábado, 17 de octubre de 2009

Las carretillas de La Graciosa

Respuesta a un par de curiosos. Las fotos de la derecha son todas ‘gomeras’. Cuando aprenda un ‘fisco’ más, lo prometo, pondré algo más entretenido, por ejemplo, que se meneen o algo así. No, el baile lo eliges tú.
Y ahora…
Estuve el pasado mes en La Graciosa (¡Ah!, la vida de jubilado tiene esas ventajas). Después de varias estancias en Lanzarote, entendí que ya era el momento de coger ‘El Graciosero’ en Órzola y darme un salto hasta Caleta del Sebo. El Río estaba tranquilo, afortunadamente. Además, en estos días por tierras conejeras parecía que estuviera en cualquier otro lugar, porque el viento –el viento de Lanzarote– apenas hizo acto de presencia. Y eso, en la isla de los volcanes, es raro, muy raro.
Comienzo diciéndote la verdad, mi verdad, lo que pienso: esperaba otra cosa. A lo peor por eso me decepcioné. Mucha gente, mucha suciedad, mucho coche, mucho ‘acechaturistas’ para llevarlos en jeep hasta Pedro Barba y mucho apartamento para sus apenas 29 km2. Otra gallina –no sé si de huevos de oro– que hemos mandado directamente para el caldero. Y por si fuera poco, tres o cuatro líneas marítimas con varias frecuencias diarias. Creo, sinceramente, que se han pasado. Lo que se vislumbra por aquellas tierras tras la desaparición de Manrique y la “golfería” política que campa a sus anchas por cualquier rincón, no es buena señal, no.
Lo que sí me llamó poderosamente la atención fueron las carretillas. Por fuera de cada casa –de las antiguas, las de toda la vida–, debidamente aparcada, uno de tales artilugios. Cada cual con su ‘matrícula’, su nombre, sus señas de identidad. Y eso sí me convenció. Porque esa sí es la imagen de La Graciosa. Y no la de varios todoterrenos arrimados en aquellas calles de arena (con matrícula de Tenerife, unos cuantos). Podría ilustrar este comentario con significados ejemplos gráficos. Pero no, vete tú y más tarde hablamos. Me quedo con esta “Felisa” y con ese paisaje idílico que, enfocando con sumo cuidado, aún puedes hallar.
No la fastidien más. Eso no es progreso, es pan para hoy y hambre para mañana. Los miles de ejemplos acerca del ‘copio y pego’ tienen que conducirnos a pensar algo más en esta, y para esta, sociedad del bienestar. Son demasiados los clichés (o clisés) que se han convertido en aberraciones. No rindamos homenajes a César en los aniversarios del fatal desenlace en el cruce de Tahíche, el de la Fundación, cuando, en el fondo, lo que deseamos es que no existan voces discordantes, para hacer y deshacer a los antojos de los de turno. Como si no existieran ejemplos y modelos en Lanzarote del trapicheo de rigor. Sin ir más lejos, ahí en Tahíche hay unos cuantos, en la cárcel.
Mis más cordiales saludos.

viernes, 16 de octubre de 2009

Informativos

Todos –casi– tenemos una tele en la cocina. Y todos –casi– comemos en la cocina. Porque no todos –casi– disponemos de comedor. Lo más, todos –casi–, en todo caso, poseemos en un mismo receptáculo una cocina-comedor . Donde nos sentamos –casi– a eso de las dos y media (catorce y treinta) a zamparnos los garbanzos. El cabeza de familia agarra el mando. Y sintoniza, por ejemplo, el Telenoticias 1, de la ‘nuestra’, de la ‘autóctona’, de la ‘genuina’, de la ‘canaria’ (cien por cien, pese a quien le pese). Son, insisto, las 14:30:00.
Noticia que abre el noticiario (o noticiero): robo en la farmacia de la esquina (dos enmascarados se llevan cuatro cajas de supositorios y otras tantas de condones). Imágenes de las partes traseras (sin connotaciones, por lo de los supositorios) de cuatro transeúntes –bastante orondas, por cierto– y de los zapatos de dos niños que iban al colegio.
Segunda noticia: dos drogadictos se fajan a la trompada limpia al lado de un contenedor de basura. Según dice, presuntamente, uno de ellos le pisó el rabo al perro del otro.
Y ahora, un avance de lo que viene después:
Una menor denuncia a un cabrero que pasaba por allí. Al parecer, lo aseguran testigos presenciales, tenía muy mala leche. Del particular se ha hecho cargo el juzgado de instrucción de Puerto Cabras.
A la salida de un colegio de infantil y primaria en La Aldea se ha formado un enorme charco, cuyas aguas aparentan estar contaminadas. Inmediatamente se ha acordonado la zona, se han mandado a los chicos para sus casas, y el ayuntamiento está pensando comprar más voladores.
Y unos breves:
Llega una patera a La Graciosa con dieciocho moritos muertos de risa.
Se escapa un ejemplar de cotorra del Loro Parque y accede al Parlamento cuando se debatía el estado… del techo.
Encuentran a una pareja bañándose en Las Teresitas a las tantas de la noche, al lado del mamotreto y sin protector solar.
¿El tiempo? Algo revuelto.
¿No hay profesionales en esa casa? ¿No se les cae la cara de vergüenza? ¿Esas, y solo esas, son todas sus aspiraciones periodísticas? ¡Ay, Guillermo García, cómo has cambiado tus cuarenta principales!
Por último, en serio: ¿creen Paulino y Ruano que de esta manera podremos justificar algún día que “la guanchancha” es necesaria? Mándense otro higo de pico. El que inserto hoy es raro, pero no más que ustedes y no más que estos esperpentos informativos.

jueves, 15 de octubre de 2009

Patos

Aclaración previa: leí en el comunicado de ese de Valencia que echaron pero no echaron, que dimitió pero no dimitió, que cesaron pero que no lo cesaron… Sí, ese de Lacoste… ¿O Costa? Chacho, y yo qué sé…; a lo que iba, en su explicación, o intento, plasmó esta expresión: chivo espiatorio. Y me quedé patinando. ¿Cómo puede ser posible que el mismo se considere un cabrito que va por ahí metiendo las narices donde no lo llaman? ¿No será, por casualidad, ‘chivo expiatorio’ –persona sobre la que se hace recaer una culpa compartida por varios; más conocida como cabeza de turco–? Pero como un fisco más p´abajo comprobé que confunden judiciales con jurisdiccionales, que no tiene idea de la concordancia, que traga tildes a mansalva, me dije, déjalo estar y tú a lo tuyo. Y a eso vamos.
Una de las primeras palabras (bisílabas) que acertó a decir mi nieta fue ‘pato’. Tantas y tantas sesiones de Pocoyó lo han hecho posible. Ahora bien, tras pronunciarla la primera vez que aparece en escena, no le pidas que la repita. En eso es testaruda como el abuelo: si ya lo dije antes, pensará, para qué quieres que lo diga otra vez. Eso es economía (el premio Nobel siempre para los americanos) y lo demás leche cacharro. Viene este rollo a cuento porque dentro de uno de los apartados de las manías confesables, como adelanté hace unos días –la fotografía–, existen muchos patos; al igual que palmeras, ocasos, flores, El Teide… Hay muchísimos patos fotogénicos en, por ejemplo, La Gomera. Se llevan el primer premio –inciso rápido: ya se hizo efectivo el Alhóndiga 2009– los de La Encantadora (Vallehermoso). Por unos trozos de pan, pierden la cola. No importa dónde se hallen descansando. Como llegues con una barra (¿o baguette?) bajo el brazo, desde que te divisen a lo lejos, la regata que se arma no es ni normal. Y el resto te lo puedes imaginar.
En homenaje a una amiga que, como mi nieta, siente simpatía por los ánades, en lugar de seguir con este aburrimiento, te lo comento gráficamente en estas cuatro instantáneas. Hasta otra.






















miércoles, 14 de octubre de 2009

Cercanías

El título puede hacerles pensar que quiero seguir con el tema de ayer (los trenes). Y podría, porque la línea del Sur tendrá sus ramales. Y con unos vagones más chiquitos subiremos empinadas cuestas y llegaremos a cualquier rincón (de Fasnia, por ejemplo). Mi amigo Rafael, alcalde Güímar, tiene su conexión bastante avanzada. Y mi amiga América está de un contento subido. Podrá ir a su trabajo (habrá una parada en la puerta del IES), dejar su ‘peugeot’ en el mecánico de siempre, y volver con toda comodidad hacia la capital o rumbo a Los Roques, que en ambas direcciones las frecuencias serán abundantes. Así que, Isaac Valencia ve cada vez más cerca su túnel de Aguamansa, con peatonal incluido para los romeros de Candelaria.
Pero no, voy a quedarme por estos contornos, por estas otras cercanías. Me llama la atención –hace meses que se metió la matraquilla en el cerebelo– una señal informativa que existe en la denominada ‘Travesía del pino’, en Realejo Alto, en esa carretera que te lleva al guanche de Icod el Alto, en la que se indica que se acaba Los Realejos. Sí, esas que tienen la raya roja atravesada. Finalizará, si les apetece, Realejo Alto, pero Los Realejos… ¡Cómo va a ser eso, si quedan unos buenos cuantos kilómetros hasta Barranco Ruiz! Tendrá alguna explicación, pero el menda no lo entiende.
Dos aclaraciones. Primera: hasta hace poco había en el tramo referenciado dos hermosos ejemplares de pino. Uno se secó (o lo secaron, que todo es posible). O se quemó en solidaridad con la calle El Medio, que en estos últimos años está alcanzando fuerte ‘quemada’ de la calle El Sol (eso se escucha por los mentideros consabidos) ese famoso tres de mayo. Por lo que, mira por dónde, ahora está bien: ‘Travesía del pino’ (singular). Segunda: aludí al guanche, escultura ‘hermana’, aunque no se lo crean, del ‘Monumento a los molinos’ (más conocido por estos lares como ‘monumento al coño’), y viene a ser –lo he manifestado en otras ocasiones– el elemento artístico más fotografiado –y envidiado– de todo este mundo mundial. Aunque requiere ya un buen fregado: está demasiado manoseado. Puede que sea conveniente colocar una escalera para toda persona humana que quiera subirse a posar junto a sus atributos físicos. De lo contrario, uno de estos días se queda sin apéndice (¿se dice así?).
Para que se hagan una idea, en la foto, que he bajado de www.panoramio.com, pueden establecer comparaciones con el parapente (o parapentista). Creo que la expresión que pretendió argumentar la autora, Carmen León, se ha tornado en tremenda queja del homenajeado, cuando se echa las manos a la cabeza y exclama: ¡déjenme ya, se me va a desvarar!
Finalizo. Ignoro si la autora se habrá puesto en contacto con el ayuntamiento realejero para aclarar la situación de la escultura que estaba al lado de Correos. Dicen por ahí que se halla en un estado lamentable y otros artistas la han tomado como punto de mira para sus grafitis. Este pueblo…
Hasta mañana, si a bien lo tienen.

martes, 13 de octubre de 2009

Trenes

Yo también quiero. Es la canción que se han aprendido los ayuntamientos del Norte y la repiten que es un disgusto escucharlos. Hace más de un siglo estuvimos a punto de traer el entonces tranvía hasta Puerto de la Cruz (repasen hemerotecas). Se quedó en Tacoronte hasta que las guaguas se lo cargaron. Ahora, saturadas las carreteras, necesitamos desahogos. El nuevo tranvía entre Santa Cruz y La Laguna ha demostrado que otros modos son posibles. Como esta isla nuestra es la más grande –ni comparancia–, caben perfectamente dos líneas: hacia el Sur y hacia el Norte. Los sufridos trabajadores que deben levantarse de madrugada para ir al curro al otro extremo de la isla, lo tendrán –eso dicen– mucho más fácil. Incluso rebajarán la tensión que supone llevar un volante en las manos y mientras van cómodamente sentados pueden leer el periódico, encender el portátil o echar la penúltima cabezadita.
Pero hete aquí que los alcaldes se han puesto a pensar. Y cuando estos especímenes echan a funcionar sus pocas o muchas neuronas, tiemblen ciudadanos de a pie. Todos quieren una parada –o dos– en su territorio. A este paso creo que tendremos que seguir durmiendo más bien poco. Y no comprendo esta preocupación, porque ellos, con toda seguridad, no tendrán necesidad de agarrar el dichoso trenecito. Para eso está el coche oficial y conductor por el mismo precio. Salvo Ricardo Melchior, que bajó un cachito de Teide con el trípode al hombro, y Paulino Rivero, romero por obligación…
Si en aquel entonces la guagua se cargó al tren, y con el paso del tiempo pusimos la directa y la que entra a los pueblos, hagamos lo mismo con el nuevo invento: uno, para los currantes, directo hasta la capital (una de las dos, la segunda está en una isla tan pequeña que no cabe la terminal), y el otro para los turistas, con grabación incluida (a la derecha de los señores pasajeros, la Iglesia de la Concepción, a la que el grupo folclórico Higa viene a tocar la misa el día de la romería de San Isidro, y a la izquierda el Calvario y la casa del alcalde…).
Muchacho, culo veo, culo quiero. Cuando Pepe Segura inventó el P.I.R.S., nadie quería que en su pueblo se pusiesen las estaciones de transferencia (no sé si se les llama así a los puntos donde los camiones de los pueblos dejan los residuos sólidos para que, luego, los contenedores los trasladen hasta Arico), y mucho menos el vertedero. Ahora todos demandamos estación (o estaciones). En las que cada uno de los alcaldes y una sola alcaldesa (La Laguna, El Rosario, Tegueste, Tacoronte, El Sauzal, La Matanza, La Victoria, Santa Úrsula, La Orotava, Puerto de la Cruz, Los Realejos, y ya puestos, San Juan de la Rambla, La Guancha, Icod de los Vinos, Garachico, El Tanque, Los Silos y Buenavista; ¡Uf!, ¿se me quedó alguno?), banderita en mano, gorro y silbato, autoricen las entradas y salidas.
Y Almodóvar traerá a Penélope, y con El Teide al fondo…
Bueno, mañana más.

lunes, 12 de octubre de 2009

Afanes

Si yo fuera o fuese algo más viejo –déjame como estoy–, si tuviese algún cable cortocircuitado –déjame los enchufes quietos–, si mis afanes de grandeza fuesen desmedidos –déjame tal cual–, si fuese, yo qué sé, por ejemplo, editor de hojas volanderas –déjame con este blog–, y más, más, y más, a lo peor escribiría: las llamadas de felicitación por haber incluido en nuestra primera página de ayer la fotografía del ‘monumento al coño’ colapsaron la centralita telefónica. Prescindiendo de la modestia que nos caracteriza… Que no lo cogiste, pues, chico, lee la prensa, para bien y para mal. ¿Cómo? Claro, los hechos son sagrados, pero las opiniones son libres.
Si yo fuera o fuese (ir)responsable de prensa de cualquier ayuntamiento en alguna de estas ínsulas archipielágicas, ultraperiféricas, ¿y africanas?, ¿o independientes?, montaría, con la inestimable colaboración del equipo de (des)gobierno, una emisora de radiotelevisión. En mis ratos libres, a saber, cualquier momento del día –o de la noche–, con el soporte técnico de una simple línea telefónica, haría un ‘pograma’ al que no invitaría jamás al portavoz del grupo de la oposición. Que se invente él otra o que se compre un megáfono y se suba a La Corona. ¿Tampoco lo cogiste? Estás ‘esméril’, chico, que diría la vecina.
Si yo fuera o fuese profesor, me marcharía un rato antes de que me nombrasen especie protegida. En una sociedad sin valores, en la que prima la golfería, el trapicheo, el chanchullo y el quítate tú, nos llegan las “esperanzas” y los “milagros”. Están las ¿autoridades político-académicas?, precisamente, en condiciones de dar lecciones. Eso, pónganle una chapa destacada a los maestros en el pecho que diga “autoridad”. Nada más verlos con el distintivo, al chico díscolo le entra tal cagalera que el pasillo se le queda corto para salir por patas. ¿Quieren que reproduzca la cantidad de “emilios” y “powerpoint” que están circulando por esas redes? ¿Que establezca enlaces a los vídeos de Emilio Calatayud? Unas simples cuestiones para el debate: ¿es la escuela un reflejo de la sociedad o al revés? ¿Reproduce el chico en la escuela lo que mama en casa y en la calle o al revés? ¿Insulta el chico al maestro porque es lección diaria en cualquier foro o lo aprende en la escuela y va a casa a zaherir a sus progenitores? Añadan, s´il vous plaît, las que estimen oportunas.
Si yo fuera o fuese tú, que también lo soy, no rompería el espejo, porque no sería buena solución para arreglar esta cara de bobo que se me está poniendo.
Vamos a darnos unos baños en el Roque de la Bonanza, allá por el mar de las Calmas. Sí, señor, bonanza y calmas, qué faltita nos están haciendo. Lo mismo cambiamos un fisco y venimos más relajados.
Hasta más ver, ‘occidentales’ saludos.

domingo, 11 de octubre de 2009

Móviles

Los de Manrique (foto), no. Los otros, los de la oreja. Bueno, te lo cuento con una historia, real como la vida misma.
Salgo a caminar un rato allá cuando el sol ya no hace tanto daño (hay que seguir los doctos consejos de los dermatólogos). Como vivo en Realejo Alto y este pueblo tiene pendientes para dar y tomar, cojo el coche y me voy para zonas más bajas. Aparco donde el terreno suavice un fisco y se torne más horizontal. No importa que ya me halle en Puerto de la Cruz o La Villa. Me he considerado siempre –y continúo– ciudadano del Valle. Cierro el susodicho y a patear.
Pasas por cualquier parada de guaguas. Esperan dos, tres o cuatro. Todos portan elegante móvil con magnífica cobertura (se salen las rayas del cuadrito). Uno, mientras da varios pasos en una dirección y otros tantos en la contraria, debe estar indicándole a la pareja la cantidad de sal que debe poner al huevo. Lo deduzco por los movimientos de las extremidades superiores. Otro, sentado en el bordillo de la acera, con la mirada fija en la pantalla, ejercita ambos pulgares a velocidad pasmosa (hoy bate su propio récord). El restante –o restantes– interrumpe la batallita que contaba a vete a saber tú, levanta el brazo libre, con el que hacía aspavientos cual aspa de molino hace un instante, y saluda al bobo de turno que conduce –a una mano– un seat panda (dice el corrector que ponga la marca con mayúscula; chacho, ese fisco fotingo) a toda leche y quemando las ‘firestones’, mientras, por supuesto, habla por el móvil (a lo peor con el mismo que está saludando).
Cruzo el polígono de San Jerónimo desde la rotonda de la fuente luminosa hasta San Nicolás. Unos cuatrocientos conductores se van agarrando la oreja. Debe haber mucho criticón por estos contornos, pues es raro a quien no le pica el apéndice auditivo. Ya voy entendiendo el concepto de ‘manos libres’: conducen sin ellas, el coche va solo, son automáticos, de control remoto.
Cruzo el puente y atravieso hacia El Durazno. En aquella cafetería en la que siempre nos vemos tras copiosa comida para echarnos ‘el cafenito y el chupito’, varias motos y coches de la policía. Se van un par de ellos y… ¡hablan por el móvil! Deben estar de servicio, que se dice.
Me canso y agarro la primera guagua que pasa. Peor el remedio que la enfermedad. En el corto trayecto, un par de ‘empresarios’ llevan a cabo unas quinientas operaciones mercantiles. Todas acaban con el ‘déjalo de mi mano’.
Ya estoy en casa. Suena el móvil de mi mujer: “Toma, es para ti”. ¡La madre del cordero!
Mañana, aunque es festivo, no pienso desconectar, seguiré en stand by. Saludos.

sábado, 10 de octubre de 2009

¡Albricias!

Por fin: las 11.40 horas del 9 de octubre (viernes); suena el móvil (¿no dijiste que no tenías?) de mi mujer; sí, y diga, y tal y cual; llamo desde el ayuntamiento de Tacoronte; sí, otra vez, ya me enteré por algún medio de comunicación; sí, bueno, es que… -lenguaje estilo Raúl, futbolista, se le perdona-; ya está el cheque preparado; ¿sin anestesia?, un momento que busco un hueco en mi agenda, lo siento, hasta el martes o miércoles…
¡Albricias!: del árabe al-bisara (la buena nueva), interjección para indicar que se siente una alegría muy grande. Por cierto, ‘albricias’ no debe emplearse con el significado de ‘enhorabuena’ o ‘felicidades’; es semánticamente incorrecto. Por lo tanto, yo les grito ‘albricias’ y ustedes me contestan: ‘vete al carajo’.
En una entrada anterior les había prometido un adelanto. Como no es cuestión de reproducir íntegramente el romance, vaya un aperitivo. Claro, tratándose de turrones, qué otra cosa podía ser. Se trata de la familia (se retratan varias) que guarda relación con la fotografía bajada de Internet.
Familia Pérez
Otro grupo familiar,
que nuestra glosa merece,
comenzó su singladura
por los inicios del veinte,
siendo la piedra de arranque
doña Carmen Pérez Pérez
la que junto a su marido,
Francisco Frías Gutiérrez,
dedicó toda su vida
a otros muchos quehaceres:
animales de crianza
y en el c
ampo padeceres,
junto con los ocho críos
que a la pareja Dios diere,
a quienes desde pequeños
la tradición les convence,
para ser Olivia y Ofelia
las que mayor pasión sienten,

y por pueblos de la isla

el sabroso turrón venden.

Se me olvidaba mentar
que a doña Carmen concede
el ilustre ayuntamiento,
puesto que bien lo merece,
en el año setenta y uno,
una placa que refleje
el cariño popular,
y plasme en letra indeleble
que la buena calidad
es algo que se agradece.
Casada con Victoriano,
doña Olivia Frías Pérez
seis hijos al mundo trae
y de ellos cuando crecen,
sólo Nicasio Francisco
seguirle los pasos quiere,
y en el puesto de su madre
presta ayuda en lo que puede.
Con los turrones Olivia,
pues ella nombre le diere,
ocurrió por Candelaria
que el que fue sitio de siempre,
en una fiesta quitaron
y ella la marcha emprende
para quejarse a la Virgen
a la cual vela le enciende.
Y en lugar tan apartado,
do situado la hubieren,
las ventas se prodigaron
en ese día y siguientes,
teniendo que reponer
mercancía varias veces,
porque abasto ya no daban:
un milagro tal vez fuere.
Tradición sacrificada
que por fortuna no muere,
pues aunque Ofelia lo duda
y ella misma no cree
que sus nietos continúen,
en su puesto es frecuente
comprobar con alegría
que más de uno es consciente
y ha recogido el testigo:
el futuro en el presente.
La hermana pequeña, Ofelia,
recuerda que antiguamente
grandes penurias pasaron:
compraban los ingredientes
en la venta sin dinero,
y muchas deudas pendientes
dejaron siempre al albur
de que el turrón se vendiese.
Recuerda que de menuda
en el Monte Las Mercedes
bajando hacia Taganana,
junto a su padre se pierde
cuando llevan el turrón
que abajo su madre vende,
pues hubo que reponer
ante la venta tan fuerte,
y dan gracias a un cabrero
por guiarlos gentilmente…

Cordiales saludos.