Prometí
tiempo atrás comentarles mi parecer acerca del Programa de Vacaciones para
Mayores del Imserso (Instituto de Mayores y Servicios Sociales), dependiente
del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Actividad que se
lleva a cabo a través de la empresa Mundo Senior, un turoperador especializado
en proporcionar servicios turísticos a personas mayores.
Rebusco y
hallo que “Mundo Senior participa activamente en los Planes de Vacaciones para
Mayores y Mantenimiento del Empleo en las Zonas Turísticas, generando actividad
económica, ocupación y empleo en los destinos donde opera”.
Asimismo, “El
Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, a través del Imserso,
gestiona el Programa de Vacaciones para Mayores, que facilita el que las personas
mayores puedan disfrutar de unas vacaciones en zonas de clima cálido, la
realización de viajes culturales por lugares y rutas de interés turístico y la
práctica de actividades recreativas y contemplativas a través del turismo de
naturaleza. Se puede disfrutar de varias modalidades de vacaciones: existen
turnos de 8 días, 10 días y 15 días de vacaciones, con transporte incluido o
sin él, además de viajes culturales de 6 días para la realización de
itinerarios turístico-culturales y turnos de 5 días en turismo de naturaleza en
zonas de espacios naturales que permiten actividades recreativas y de disfrute
de la naturaleza”.
Aclarado lo
cual te contaré que para esos viajes se estipulan unos precios (bastante
baratos) que incluyen transporte (si se sale del aeropuerto del Sur, guagua
desde Santa Cruz; y si se regresa por el mismo, ídem de ídem) y alojamiento en
régimen de pensión completa en hoteles de tres y cuatro estrellas. Y los
realizados en diciembre (salvo Navidades y Fin de Año) y enero, más económicos
todavía. Por ejemplo, estuve el mes pasado en Roquetas de Mar (Almería) –puedes
ver las fotografías en http://pepilloyjuanillo-dos.blogspot.com–
durante 10 días y el importe (por persona) fue de 189,56 euros.
Pero qué
ocurre realmente. Que ciertos jubilados están efectuando dos, tres, cuatro o
más viajes en la temporada mientras hay pensionistas que no pueden acceder ni a
uno de ellos. Dime tú si alguien que perciba seiscientos euros al mes puede permitírselo.
Porque el ‘truco’ está luego con las excursiones que se venden en el destino. Y
todo el que se dé el salto desde Canarias tendrá el deseo de al menos realizar
un par de ellas. Si no se va a aburrir en el hotel viendo la tele todo el día o
jugando a las cartas. Que, por cierto, animaciones hay suficientes.
Por todo
ello, y lo he sostenido en varias conversas, un servidor propone que no se haga
tabla rasa en la tarifa, sino que vaya en consonancia con la cuantía de la
pensión de cada cual. Y si hay que conceder un viaje gratis por temporada a quienes
lo están pasando canutas para llegar a fin de mes, hágase. Imagina un grupo de
cincuenta personas que se trasladan a la costa levantina. Pues si dos, tres o
cuatro de los viajeros han de hacerlo sin pagar un céntimo, bastaría –y me
remito al ejemplo anterior, el de 189,56– que a 46 de ellos se les cobrara
206,04, es decir, 16,48 euros más por cabeza, para que cuatro pudieran
disfrutar igualmente sin necesidad de aportar cantidad alguna.
Creo no estar
proponiendo una barbaridad. Y si en vez de cuatro al año, haces tres, tú que
puedes, págate el otro con las múltiples ofertas que te brinda el mercado,
máxime cuando no vas a tener inconveniente en ir cuando te venga en gana, que
para eso ya no estás sujeto a horarios ni jefes.
No lo hizo el
PSOE cuando gobernaba. Al PP lo único que le interesa es recortar, para que
cierren más hoteles y aumente el paro. Pues yo debo ser un bicho raro por
pensar así. Así me va, qué éxito. Y todo esto que se me ocurrió a mí solito –ya
lo sé, a ti también, y a los que somos normalitos–, lo mismo se pone en
práctica dentro de varios lustros y después de sesudos estudios en los que
centenares de asesores (todos cobrando) emitieron dictámenes y propuestas. Como
diría mi abuela, váyanse todos pa´l carajo y aprendan a utilizar las creencias
o proposiciones que benefician a la mayoría de una sociedad, o lo que es lo
mismo, esa facultad que posee la generalidad de las personas, para juzgar
razonablemente las cosas, es decir, el sentido común. Algo que se pierde en el
mismo instante que se utiliza la expresión juro o prometo. Y si ponen la mano
sobre la Biblia
o la Constitución,
mucho más.
Bueno, ayer
fue día de los enamorados. Aunque los comerciantes alegan que ya el amor no es
el mismo. Nunca llueve a gusto de todos.
Perdón,
perdón, que se me olvidó una cosita: Dijo mi alcalde, Manolo Domínguez, en el
programa televisivo El Debate, que el Gobierno de Canarias está gastado, sin
ideas, porque siempre son los mismos. Se olvidó que su partido ha cogobernado
en varias ocasiones y no mencionó al singular caso ramblero, donde su flamante
concejal, el de los 200 votos, ahora es alcalde con el apoyo incondicional de
esos mismos del encefalograma plano, al frente de los cuales está el que debe
sostenerlo poniéndole la mano en la espalda, como muy bien columbrara mi amigo
Leopoldo.
Feliz fin de
semana.
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